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Prometeo

Autor: Peter Paul Rubens


Fecha: 1612 h.
Museo: Museo de Arte de Filadelfia
Características: 243 x 209 cm.
Estilo: Barroco Centroeuropeo
Material: Oleo sobre lienzo

Prometeo era hijo del titán Japeto y de


la ninfa Climena. Fue el responsable
del aprendizaje por parte de los
mortales de las artes de la vida y los
defendió cuando Zeus quiso acabar
con ellos para crear una raza menor.
Robó el rayo de Zeus por lo que fue
encadenado a una roca en el Caucaso,
siendo salvado por Hércules cuando un
buitre le devoraba las entrañas. Este
dramático asunto será el elegido por
Rubens y Frans Snyders para realizar
este lienzo, en el que encontramos
ecos de las Furias pintadas por Tiziano
para María de Hungría.La colaboración
entre Snyders y Rubens debió ser
frecuente -véase Cimón e Ifigenia- ya
que ambos artistas se conocían
posiblemente desde la estancia en Italia. Snyders era un especialista en bodegones y
naturalezas muertas con animales por lo que en esta composición sería el encargado de
realizar el águila que sustituye al buitre de la leyenda, desplegando sus alas y arrancando con
su pico las entrañas al titán. Prometeo es una figura plenamente rubeniana, inspirada en
Miguel Angel y las esculturas clásicas, rebosante de fuerza y de intensidad, en una postura
escorzada que refuerza la violencia del momento. La escena está bañada por una iluminación
dorada que resalta la belleza de la figura, así como su potencia monumental, vinculándose
Rubens con la escuela veneciana gracias a su admiración por la luz y el color. La composición se
organiza a través de una marcada diagonal que desde dentro del espacio pictórico se proyecta
hacia el espectador. El resultado es una obra cargada de tensión, dentro de la filosofía barroca,
que difícilmente puede ser mejor interpretada por un artista que no sea Rubens.
Prometeo
Autor: Gustave Moreau
Fecha: 1868
Museo: Museo Moreau
Características: 205 x 122 cm.
Estilo:
Material: Oleo sobre lienzo

Prometeo fue el personaje mítico griego que robó el fuego a los dioses para entregarlo a los
hombres. En castigo a este robo, los dioses le condenaron a padecer un suplicio eterno: un
águila le devoraría el hígado, que se regeneraría continuamente para seguir siendo devorado.
Moreau sustituye al águila por un buitre. Posa la llama sobre la cabeza de Prometeo, que tiene
las características que se atribuyen iconográficamente a Cristo, para de esta manera plantear
una compleja alegoría. El fuego sería el conocimiento, pues el pecado original del hombre
consistió en comer el fruto del árbol de la ciencia. Ese pecado del conocimiento es el que
vendría a paliar Cristo. Moreau sigue con el mismo tratamiento decorativo que se aprecia en
sus obras, con una gama cromática muy similar, llena de dorados y blancos nacarados. Dentro
de esta búsqueda de belleza estética se incluyen la firma y el título en letras doradas al pie del
lienzo.
Hercules y Prometeo
Autor: Annibale Carracci
Fecha: s.f.
Museo: Galeria Farnesio
Características:
Estilo: Barroco Italiano
Material: Fresco

Comentario

Carracci realizó diversas pinturas al fresco para la Galería Farnesio de Roma, como la
titulada Mercurio y Apolo. Otra imagen que debemos al ciclo es la que ahora nos ocupa,
que recoge un pasaje que explica parte del origen de la civilización, un tema muy
querido entre los humanistas de los siglos XV y XVI, como era la propia familia
Farnesio. La leyenda cuenta cómo Prometeo, un simple mortal, robó el fuego a los
dioses para llevárselo a los hombres. Los dioses no arrebataron el fuego de nuevo a los
hombres, pero sí castigaron el atrevimiento de Prometeo: le encadenaron a una roca y le
condenaron a que un águila devorase su hígado continuamente, mientras el hígado se
regeneraba sin cesar. De tal modo, Prometeo quedaba condenado a un suplicio eterno.
La liberación llegó de mano de Hércules, héroe e hijo de mortal y dios, que mató con
sus flechas a la rapaz y libró de sus cadenas a Prometeo. Ésta es la escena que podemos
contemplar, con el águila atravesada por la flecha en el suelo, y Prometeo caído cabeza
abajo, con la horrible herida en el cuerpo. Hércules está ataviado con la piel del león de
Nemea, al que mató para uno de los trabajos que tenía encargado.
Los dioses preolímpicos
Época: Grecia antigua
Inicio: Año 2800 A. C.
Fin: Año 146 D.C.

(C) Alvaro Cruz García

Comentario

Las divinidades primordiales y preolímpicas son:


Gea- La Tierra, como diosa primordial, esposa de Urano, al que a su vez engendró, y
madre de los Gigantes, de los Titanes y de Cronos.
Urano.- Divinidad primordial del Cielo y esposo de Gea. Dejaba a sus hijos encerrados
en las entrañas de la Tierra hasta que uno de ellos, Cronos, lo castró. De la sangre de
esta emasculación, caída sobre el mar, nació Afrodita.
Cronos.- Hijo de Gea y Urano, al que castra con una hoz en complicidad con la madre.
Esposo de Rea, devoró a todos sus hijos para evitar que reinaran, hasta que, al nacer
Zeus, Rea le engañó, haciéndole tragar una piedra envuelta en un pañal. Zeus le
destronó.
Atlas y Prometeo.- Titanes, hermanos, condenados por Zeus. Atlas sostiene la bóveda
del cielo mientras que Prometeo robó el fuego celeste que entregó a los hombres.
Proteo, Nereo y las Nereidas.- Dioses originarios del mar, cuyos secretos conocen y
guardan. Nereo es el padre de las Nereidas, las cincuenta ninfas del mar entre las que se
encuentra Tetis. Poseidón asumirá en parte sus funciones.

Religión y mito
Época: Grecia antigua
Inicio: Año 2800 A. C.
Fin: Año 146 D.C.

(C) Alvaro Cruz García

Comentario

La historia de los griegos no se comprende bien sin la presencia constante de un


pensamiento mítico muy desarrollado: el mito está enraizado en aspectos
transcendentales de su vida individual, como el nacimiento, la boda o la muerte, y de su
existencia colectiva, como pueden ser las fiestas sagradas de la ciudad o los rituales que
conlleva la fundación de una colonia. Los griegos poseyeron un especial instinto para
transmitir todo su complejo bagaje mítico mediante una rica y desarrollada expresión
plástica y oral. Hesiodo y Homero serán los principales autores que nos aportan noticias
de esa mitología griega, que será heredada por los romanos. Sólo estos textos sirven de
referencia para conocer el panteón helénico ya que, a diferencia de otros pueblos, los
griegos no nos han dejado textos de carácter religioso, posiblemente porque no los
tuvieron.
Como la mayor parte de los pueblos de la Antigüedad, los griegos eran politeístas. Los
dioses serán simples personificaciones antropomórficas de las fuerzas de la naturaleza
que el hombre, en un momento temprano e inmaduro de la historia, comprendió a su
propia medida. Esos dioses serán inmortales, pero manifiestan aspectos humanos, como
bien narra Homero en la Iliada. La mayoría de estos dioses vivían en el monte Olimpo y
allí tenían lugar las reuniones divinas, amenizadas por música, comida y bebida, el
néctar y la ambrosía, alimentos exclusivos de los dioses, que dotaban de inmortalidad a
quien los consumía. Entre dioses y hombres hay un continuo diálogo, expresado en
múltiples ocasiones con relaciones sexuales de las que nacen héroes, alcanzando
algunos la inmortalidad. Y es que los dioses griegos se preocupan de proteger a los
individuos, sin otorgar respuestas sobre el futuro tras la muerte. En otras ocasiones los
mortales rechazan a los dioses, como Odiseo, que renunció a la inmortalidad ofrecida
por la diosa Calipso a cambio de vivir juntos en una isla. Odiseo prefirió a Penélope, su
mortal esposa.
Antes de la aparición de los dioses sólo existía el desorden del Caos, rodeado por la
oscuridad eterna. Del Caos, sin explicación alguna, nacieron dos hijos, la Noche y la
Muerte. En el universo no existía otra cosa hasta el nacimiento del Amor, hijo de la
Noche y la Muerte, "un huevo nacido del viento (que la Noche puso) en el seno del
sombrío y profundo Erebo (la Muerte)" según el poeta Aristófanes. El Amor primero
creó la Luz y el Día y después la Tierra y el Cielo, Gea y Urano según los griegos. De la
relación existente entre ellos nacieron los monstruos, destacando los tres Cíclopes,
llamados así porque tenían un solo ojo circular en la frente de sus 50 cabezas, y los
Titanes. Cuando el titán Cronos castró a su padre, Urano, de la sangre manada nacieron
los Gigantes y las Furias, guardianas de la vida humana y perseguidoras de los
pecadores. Cronos consiguió expulsar a todos los monstruos de la Tierra y reinó durante
tiempo inmemorial acompañado de su esposa-hermana Rea.

Los Doce Dioses del Olimpo


Época: Grecia antigua
Inicio: Año 2800 A. C.
Fin: Año 146 D.C.

(C) Alvaro Cruz García

Comentario

Los doce dioses principales de la religión griega, los Doce Dioses del Olimpo, eran
llamados así porque se creía que vivían al modo de los antiguos jefes griegos, en un
palacio situado en la cima del Monte Olimpo, el monte más alto de Grecia.
Cada uno de ellos representaba una fuerza de la naturaleza o una idea, teniendo sus
propios atributos. Estos dioses fueron después venerados por los romanos con otro
nombre, e incluso con otras características.
Los doce dioses olímpicos son:
Zeus.- "Padre de dioses y hombres", divinidad del rayo y de la tormenta. Hijo de Rea y
Cronos, al que destrona en las luchas por la soberanía olímpica. Vence a los Titanes y al
monstruo Tifón. Es esposo de Hera y padre de Hefesto, el dios cojo del fuego, y de
Ares, el dios de la guerra. Da a luz a Atenea, que nace de su cabeza. Sus amores con
diosas y mortales serán habituales, teniendo un buen número de descendientes.
Atenea.- Es la diosa de Atenas. Hija de Metis y Zeus, es representada armada con casco,
lanza y una piel de cabra bordeada por serpientes. Es la diosa de la inteligencia.
Afrodita.- Divinidad de origen oriental del amor y la fecundidad. Nació en las olas del
mar por efecto de la castración de Urano. Casó con Efesto y amó en adulterio a Ares. Se
unió en el lecho con un mortal, el troyano Anquises.
Apolo.- Hijo de Zeus y Leto, que le dio a luz en la isla de Delos, junto a su hermana
Artemis. En Delfos poseyó el oráculo más famoso de la antigüedad. Dios de la
adivinación y la música, tocaba la cítara acompañado por las Musas.
Hera.- Esposa de Zeus, es la diosa protectora del matrimonio y de la dignidad femenina,
aunque tendrá que enfrentarse a las numerosas infidelidades de su marido.
Poseidón.- Dios del mar y de las aguas, sucesor de Proteo en este importante cargo. Era
hermano de Zeus y padre del cíclope Polifemo, siendo el tridente su emblema
característico.
Artemisa.- Diosa de la caza, los bosques y la castidad. Personificaba a la Luna y era la
hermana de Apolo.
Hefesto.- Dios del fuego, protector de la industria y creador de las joyas de los dioses y
las armaduras de los héroes. A pesar de ser cojo y contrahecho, casó con Afrodita,
descubriendo su infidelidad con Ares gracias a Apolo.
Ares. Dios de la guerra. Hijo de Zeus y Hera y amante de Afrodita. Se le representa con
casco y escudo.
Hermes.- Es el mensajero de los dioses y el dios del comercio. Siempre aparece
representado con alas en los pies y el caduceo en la mano.
Hades.- Dios de la muerte y de los infiernos, hijo de Cronos y de Rea. Para llegar a su
reino se debía cruzar la laguna Estigia, siendo el barquero Caronte el encargado de
llevar a las lamas de un lado al otro, cobrando un óbolo. Esta es la razón por la que los
muertos eran enterrados con una moneda en la boca.
Hestia.- Diosa protectora del hogar, su emblema era el fuego sagrado que nunca debía
extinguirse, ocupando el último asiento del lado de las diosas. Era la más pacífica de los
doce dioses del Olimpo. Sin embargo, Zeus incorporó al Consejo a Dionisos, como
premio por haber inventado el vino y Hestia tuvo que ceder su puesto para no ser trece,
una situación que dejaba a las diosas en minoría a la hora de votar.
Dionisos.- Hijo de Zeus y Semele, también llamado Baco. Era el dios de la vegetación y
del vino. En la playa de Naxos descubrió y amó a Ariadna, la hija de Minos,
abandonada por Teseo.
Dioses menores y héroes
Época: Grecia antigua
Inicio: Año 2800 A. C.
Fin: Año 146 D.C.

(C) Alvaro Cruz García

Comentario

Además de los dioses del Olimpo, existía una amplia corte con variedad de dioses
menores y de semidioses, hijos nacidos de la unión entre los dioses y los humanos.
Entre los dioses menores destacan:
Eros.- Dios del Amor, hijo de Afrodita y Zeus. Los relatos le presentan como un
hermoso adolescente que llena de bienes a los individuos. Frecuentemente se le
representa ciego y acompañado de Himeneo, el dios que presidía los festejos nupciales.
Hebe.- Era la hija de Zeus y Hera, considerada la diosa de la juventud y una de las
escanciadoras de bebida a los dioses.
Demeter.- Es la divinidad agraria de la tierra y madre de Perséfone, muchacha que fue
raptada por Hades al reino subterráneo o infernal. Su madre la buscó por toda la tierra.
Encargó al héroe Triptólemo que enseñara a los mortales el cultivo del trigo.
Entre los héroes vamos a destacar a:
Herácles.- Hijo de Alcmena y de Anfitrión como padre mortal y de Zeus como padre
divino. De descomunal fuerza, se le atribuyen numerosos trabajos, así como la
liberación del mundo de monstruos y males.
Teseo.- Será el más popular de los héroes atenienses. Ayudado por Ariadna, venció al
Minotauro y salió del laberinto. En la playa de Naxos abandonó a la joven.
Atalanta.- Era una excelente corredora, que fue abandonada por su padre y criada por
una osa. Participará en la caza del jabalí de Calidonia, clavando la primera flecha mortal
al animal. Desafió a sus pretendientes a vencerla en una carrera, saliendo siempre airosa
hasta que Hipomenes obtuvo el triunfo merced a tres manzanas de oro que le había
entregado Afrodita.

Los grandes maestros


Época: siglo de Pericles
Inicio: Año 450 A. C.
Fin: Año 400 D.C.

(C) Pilar León Alonso

Comentario
Parrahasios de Efeso, Apollodoros de Atenas y Zeuxis de Heraklea serán los grandes
maestros en la pintura de la época clásica.
Parrhasios de Efeso era hijo del pintor Evenor y el último de los pintores a la manera
antigua, con el que culmina la pintura tradicional basada en la corrección del dibujo y
perfección de la línea. Su época de apogeo, según Plinio, cae en torno al año 420. Por
las fuentes sabemos que Parrhasios solía componer sus obras con tres figuras, como por
ejemplo, Herakles, Meleagro y Perseo, pero no siempre era así, pues dos de sus obras
más famosas representaban una a Prometeo y otra a Filoctetes. A propósito de la
primera nos dicen las fuentes que para lograr una representación veraz y realista del
suplicio de Prometeo, Parrhasios se inspiró en un esclavo torturado. El tema del
sufrimiento y del dolor interior le atraía especialmente, pues vuelve a tratarlo con
profundidad e intensidad en Filoctetes, el héroe protagonista de una tragedia de
Sófocles, que es abandonado a su suerte y privado de ayuda a causa de una herida
putrefacta y fétida causada por la mordedura de una serpiente.

Rude, François

Nacionalidad: Francia
Dijon 1774 - París 1855
Escultor

Comentario

Ingresó en la Academia de Dijón, donde estudió con Devosge. A comienzos del siglo
XVIII emprende un viaje a París, y colabora con Gaulle en la Columna de la Grande
Armée. Hacia 1814 se traslada a Bruselas y se encarga de varios proyectos de
decoración, en los que pone de manifiesto su estilo neoclásico. En 1828 regresa a París
y gana con El Pescador Napolitano la Legión de Honor. En estos años emprende uno de
los proyectos más ambiciosos; los esbozos para las esculturas de Arco del Triunfo y
comienza a esculpir el friso. Jacques Louis David fue uno de sus principales referentes
artísticos. Fue uno de los máximos representantes del clasicismo, aunque sus creaciones
adquieren un tinte romántico. Decoró numerosos edificios públicos como la Cámara de
Diputados, donde esculpió la figura de Prometeo. Otra de sus obras más célebres es El
bautismo de Cristo, que realizó para la iglesia de la Madeleine.
Los caravaggistas de Utrecht
Época: Barroco10
Inicio: Año 1600
Fin: Año 1700

(C) Antonio Martínez Ripoll

Comentario

Desde los inicios del Seiscientos encontramos, formando parte del panorama artístico
holandés, a un grupo de pintores que, tras el viaje de rigor a Italia y la estancia de
estudio en Roma, experimentaron las novedades del lenguaje figurativo de Caravaggio
-sobre todo por medio de la revisión de Manfredi- y se hicieron fervientes defensores
del naturalismo caravaggiesco, ahondando en el análisis de la realidad, la experiencia de
los efectos claroscuristas, la busca de nuevos esquemas compositivos, el estudio del
cromatismo tonal. A su vuelta a Holanda, entre 1620 y 1630 lograron imponer en
Utrecht -firme reducto católico del Norte- el claroscuro dramático y el realismo laico de
Caravaggio, ayudando a infundir en los artistas holandeses un talante anímico más
sentido y dramático e incitando sus capacidades hacia una pintura de valores óptico-
cromáticos. Fue así como Hendrick Terbrugghen, Honthorst y Van Baburen, quedaron
ligados a los primeros estímulos creadores de Hals, Rembrandt y Vermeer, que supieron
obtener mayor partido de los varios estímulos italianos por ellos importados.Ese gusto
que defendía la presencia de imponentes tipos populares marcadamente realistas en los
cuadros de historia o de género, que se fascinaba por los efectos lumínicos y los valores
tonales, se presenta neto en Hendrick Terbrugghen (Deventer, 1588-Utrecht, 1629), el
primer caravaggista holandés en arribar a Roma (1604), de donde regresaría en 1614, y
también el más dotado, afín de sus búsquedas y experiencias a G. de La Tour y a
Serodine. Su caravaggismo fue préstamo directo, pero solo en lo concerniente a su
repertorio temático ( La incredulidad de Santo Tomás, h.1623, Amsterdam,
Rijkmuseum), que abarca, además de los asuntos religiosos, escenas callejeras, de
taberna -algunas casi picarescas- y musicales (Duetto, 1628, París, Louvre), y retratos
de unos modelos de desconcertante verismo, simples pero no vulgares, que nada tienen
que ver con la iconografía del maestro italiano (Heráclito, 1627, y Demócrito, 1628,
Amsterdam, Rijkmuseum). Aun así, esquiva la inmediatez dramática de Caravaggio y
edulcora su ejecución, apoyándose en un minucioso dibujo de líneas nítidas, una
atmosférica y sosegada claridad lumínica y un mórbido y armonioso cromatismo
grisáceo, de suave entonación plateada, que recuerda al tornasolado y esmaltado del
Gentileschi, modelando apacibles formas escultóricas (San Sebastián socorrido por
Santa Irene, 1625, Oberlin College, Ohio). Atraído por lo cotidiano, doméstico y
concreto, sus asuntos religiosos terminaron siendo escenas de género, donde la anécdota
narrativa y los accesorios descriptivos ahogan, diluyéndolo, el episodio sacro, como en
su Jacob y Laban (1627, Londres, National Gallery), que podría pasar muy bien por una
elocuente sobremesa familiar.Aunque Rubens, en 1627, escribe que "viajando por los
Países Bajos y buscando un pintor, no había encontrado sino uno, que era Henricus ter
Brugghen", es obligado mencionar a Gerrit van Honthorst (Utrecht, 1590-1656), en
Roma entre 1610 y 1621, apodado Gherardo delle Notti por su predilección hacia las
escenas nocturnas iluminadas por una luz artificial (velas, antorchas, linternas) (La
buenaventura, Florencia, Pitti), cuyos efectos siguió explotando en sus cuadros de
género tras regresar a Utrecht. Protegido por el cardenal Borghese y el gran duque de
Toscana, el éxito presidió su actividad romana, pintando para los carmelitas de Santa
Maria della Scala (los mismos que habían rechazado La muerte de la Virgen de
Caravaggio) una Degollación de San Juan Bautista (1618), fundada en el dramatismo de
la acción y la expresión realista del maestro, a lo que se agregan sus abruptos
claroscuros generados por una oculta fuente de luz que define los contornos y modela
los volúmenes. Para el marqués Giustiniani, uno de los mecenas de Caravaggio, pintó
un Cristo ante el Sumo Sacerdote (1617, Londres, National Gallery), uno de los
famosos nocturnos con que inundó Roma, como su San José carpintero, ejecutado para
los carmelitas descalzos de San Silvestre (Montecompatri), donde explota las
posibilidades dramáticas de la luz artificial y plantea unas soluciones simplificadoras de
los planos y las masas, similares a las empleadas por el francés La Tour. Vuelto a
Utrech, atemperó su realismo claroscurista (Adoración de los pastores, 1621, Florencia,
Uffizi), al tiempo que pintaba escenas de concierto, banquetes, nocturnos, pero tratadas
con un humor trivial ajeno a Caravaggio (El violinista alegre, 1623, Amsterdam,
Rijksmuseum), conociendo de nuevo la fama, que provocó su presencia en las cortes de
Inglaterra (1628) y Dinamarca (1635). Pero, muerto Terbrugghen, cuyo ascendiente
sufrió, Honthorst abandonó el rigor de sus presupuestos formales, dirigiendo sus pasos
en una línea más decorativa, tocada por el clasicismo más convencional y puesta al
servicio de la exaltación dinástica de los príncipes de Orange-Nassau (Matrimonio de
Federico Enrique con Amalia de Solms-Braunfels, 1650, La Haya, Huis ten Bosch), que
se hace también evidente en su débil actividad como retratista de cámara de la corte
orangista (1637-52).Deudor lejano de Caravaggio, Dirck van Baburen (Utrecht, h.
1595-1624) residió en Roma entre 1612 y 1620, donde decoró una capilla en San Pietro
in Montorio, ejecutando una de las composiciones religiosas más célebres del siglo
XVII: su Santo Entierro, que evidencia su deuda caravaggiesca -además de por su
dependencia compositiva con el lienzo de Caravaggio- por su patetismo expresivo y su
iluminación violenta. Vuelto a Utrecht, se dio a pintar escenas de género, estimadas
(aunque no por sus toscos tipos) por Vermeer que poseyó su Alcahueta (1622, Boston,
Fine Arts Museum), reproducida un par de veces en sus obras. Su pintura, más que
potenciar los contrastes claroscuristas, busca los efectos de plena luz, intensificando con
crudeza contornos, volúmenes y tonos (Prometeo encadenado por Vulcano, 1623,
Amsterdam, Rijksmuseum).Fuera de, estos tres artistas -y al margen del manierista
Abraham Bloemaert (Gorinchem, 1564-Utrecht, 1651), maestro de Terbrugghen y de
Honthorst, que fue sensible a la iluminación caravaggista transmitida por sus discípulos
(Cena en Emaús, 1622, Bruselas, Musée Royaux des Beaux-Arts)-, otros pintores
podrían ser citados, pero P. Bor como J. van Bylert, caravaggistas aguerridos, que se
mueven entre Terbrugghen, Honthorst y Baburen, pronto abandonaron las
formulaciones romanas, y Matthias Stomer (Amersfoort, 1600-Sicilia ?, post. 1650),
discípulo de Honthorst, no volverá de Italia, entregándose en Nápoles y Sicilia a
confirmar el caravaggismo en un estilo violento, dramático, de factura apretada
(Incredulidad de Santo Tomás, Madrid, Prado).
Piero di Cosimo. Piero Lorenzo di
Chimenti
Nacionalidad: Italia
Florencia 1462 - 1521
Pintor
Renacimiento Italiano
Quattrocento

Comentario

Piero di Cosimo fue discípulo de Cosimo Rosselli, cuyo nombre adoptó como apellido.
Su auténtico nombre era Piero di Lorenzo pero su estrecha relación con Cosimo Roselli,
de quien fue discípulo y colaborador en los murales que éste pintó en la Capilla Sixtina,
determinó que ante sus paisanos y para la posteridad fuera conocido como Piero di
Cosimo en reconocimiento a la paternidad artística del maestro Roselli. Piero se
convirtió en uno de los más destacados representantes de la brillante tradición de
retratistas florentinos que surgieron a finales del siglo XV. Se caracterizaban por
representar a las más egregias damas de perfil y de medio cuerpo, gracias al retrato que
hizo de Simonella Vespucci, amor platónico de Giuliano de Médicis, representándola de
perfil con los pechos desnudos, siendo éste su homenaje a uno de los rostros más bellos
de Florencia. Destacó también en sus primeras pinturas mitológicas, de una romántica
fantasía difícil de hallar en otros pintores renacentistas. Su serie de los "Trionfi" le valió
la celebridad en vida, en especial su tremendo Triunfo de la Muerte del año 1511 que
Vasari describe como una visión puramente realista, pero horrorosa y terrible, lúgubre
espectáculo que por su novedad y gran vigor aterrorizó y sorprendió al mismo tiempo a
toda la ciudad.

The Myth of Prometheus is a series of five panels painted by Piero di Cosimo. It shows
Prometheus standing before a life-size statue.
Pérez Valle, Francisco
Nacionalidad: España
Bones, Asturias 1804 - Madrid 1884
Escultor

Comentario

Fue calificado por Gaya Nuño como romántico templado, pues no olvidó a lo largo de
su producción los postulados estéticos clasicistas aprendidos con sus maestros
Salvatierra y Elías. Discípulo en Madrid de la Academia de San Fernando desde 1826,
doce años más tarde fue elegido académico, desempeñando los cargos de teniente
director de 1844. En 1858 fue nombrado profesor de modelado antiguo y ropajes en la
Escuela Superior de Bellas Artes. Desde 1843 fue escultor honorario de cámara y
segundo desde 1858, hasta la suspensión del cargo en 1866. Su obra, en gran parte
perdida, se divide en dos apartados definidos más por la temática que por su ejecución.
En el primero de ellos, de asuntos mitológicos y figuras alegóricas, es más patente la
influencia clasicista, destacando la medalla El suplicio de Prometeo y Apolo y Dafne
(Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando), además de la estatua del
Patriotismo del Obelisco del 2 de Mayo.

Museo de BB. AA. de Asturias


Dirección:
Lugar:Oviedo
Ciudad: Oviedo
País: España
Teléfono:
Web: http://www.museobbaa.com/

Comentario

El Museo fue inaugurado el 19 mayo de 1980. Se encuentra instalado en tres edificios


del barrio antiguo de Oviedo: el Palacio de Velarde, del siglo XVIII, al que está unido
una construcción del XX, y la Casa de Oviedo-Portal, del XVII.
El suntuoso Palacio de Velarde, uno de los más importantes de Asturias, fue erigido en
1767. Considerado como la obra maestra de su autor, esta construcción de tradición
barroca, fue edificio-estandarte en Asturias de la concepción ilustrada de la arquitectura.

El otro edificio del Museo, la Casa de Oviedo-Portal, fue elevado en 1660, siguiendo el
estilo barroco. En el interior de la Casa de Oviedo-Portal despertará nuestra curiosidad
el patio adintelado y sostenido en su parte baja por cuatro columnas de orden toscano.
El rico patrimonio conservado en el Museo, configurado por más de 8.000 piezas
inventariadas, constituye una de las mejores colecciones públicas de arte de España.
En el Palacio de Velarde encontraremos pinturas de gran formato correspondientes a
artistas asturianos y españoles de fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.
También se encuentran obras, como el tríptico Mito de Prometeo y Campesinos de
Gandía, a las cuales vale la pena dedicarles algún tiempo. En la planta primera nos
sorprenderá la espectacular visión de dieciocho tablas del Retablo de Santa Marina,
ordenadas según la disposición original que tenía esta obra de finales del gótico. No
perdemos aquí la oportunidad de conocer también algo del arte del gran maestro
veneciano Tiziano. En la sala siguiente para encontrará el muestrario de la rica
colección de pintura barroca que posee el Museo. Conoceremos allí las obras de
Carducho, Cajés, Bartolomé González, Francisco de Palacios -curioso pintor discípulo
de Velázquez- y Murillo. Una buena propuesta es salir a las galerías altas del patio para
apreciar otras expresiones pictóricas de los siglos XVII y XVIII. Nos atraerán sin duda
las pinturas mitológicas del taller de Rubens. En las salas restante de la planta nos
espera el arte del siglo XVIII.
Las salas de la segunda planta son el marco del arte del siglo XIX y parte del XX, tanto
asturiano como español. Allí figura un resumen de la pintura romántica y realista
española con obras de Villaamil, Federico y Raimundo de Madrazo.
En la Casa de Oviedo-Portal la primera sala de esta planta está dedicada
monográficamente al pintor valenciano Joaquín Sorolla. Las salas delanteras nos
permitirán entrar en contacto con el original y fantástico mundo de Aurelio Suárez,
decano de los pintores asturianos.

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