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El ser humano:

su naturaleza, origen y destino


Cosmogonía griega
• Para los griegos, el universo surge
del caos, del cual una fuerza creadora
empieza a tomar forma y se manifiesta
como Eurínome. Eurínome, adoptando
forma de paloma deposita un huevo que es
calentado por Ofión, la serpiente
primigenia. Una vez el huevo eclosiona,
surge el universo, y de ahí Urano (el cielo)
y Gea (la Tierra).
• Estos, constituyen la primera generación
de dioses de la teogonía. Una vez creado
el universo, Eurínome y Ofión se radican
en el monte Olimpo, pero al atribuirse Ofión
la creación del universo, Eurínome lo
castiga enviándolo al Tártaro (inframundo).
Cosmogonía griega
• Del matrimonio de la primera generación de dioses, su acto copulativo genera
todas las formas de la Tierra y el firmamento, así como a las primeras razas de la
tierra, los titanes y titánides.
• La Tierra creada es de forma circular, y rodeada completamente por el gran
río Océanos.
• La superficie separaba dos mundos, el inframundo debajo, y arriba el firmamento
como concebido a forma de un cascarón sólido. Este último concepto, rastreable
en culturas cristianas y judaicas se refleja en la separación del bien y el mal, de la
perfección y lo imperfecto.
• La Tierra y el inframundo se caracteriza por el mal y la imperfección, motivo por el
cual existe la vida humana, y su superficie esta accidentada.
• El firmamento, representación de los designios de sus dioses (las constelaciones
y astros eran gobernados por estos, y en sus formas y movimientos se reflejaba
su naturaleza de vida) era perfecto, con formas circulares y esféricas, y de
naturaleza de fuego.
Cosmogonía griega
• Creación del ser humano: Según los primeros
griegos, los creadores del hombre fueron Zeus y
Prometeo. Prometeo era un Titán, uno de los viejos
dioses que había ayudado a Zeus en su lucha contra
Cronos. Fue Prometeo el que modeló a los primeros
hombres de barro, concediéndoles la posición erecta
para que mirasen a los dioses. Zeus les dio el soplo de
la vida.
• Los primeros hombres eran aún seres primitivos que
vivían de lo que podían matar con sus arcos de
madera, sus hachas de cuerno y sus cuchillos, y de las
escasas cosechas que lograban hacer crecer. No
conocían el fuego, así que comían la carne cruda y se
envolvían en gruesas pieles para abrigarse del frío.
Eran incapaces de hacer vasijas y no sabían trabajar
los metales para procurarse herramientas útiles y
armas.
Cosmogonía griega
• El robo del fuego: Zeus estaba contento de que vivieran en
aquel estado, porque temía que alguno pudiera crecer lo
suficiente como para rivalizar con él. Pero Prometeo había
aprendido a amar al género humano y sabía que con su
ayuda los hombres podían progresar. Él y Zeus habían
creado a la raza humana, no unos animales cualquiera. —
Tendríamos que enseñarles secreto del fuego —dijo a Zeus
—, si no, serán siempre como niños inermes. Tendríamos
que terminar lo que hemos empezado.

• —Son felices con lo que tienen respondió Zeus—. ¿Para qué


preocuparnos? Prometeo comprendió que no conseguiría
convencer a Zeus y entonces subió secretamente al Olimpo
—donde ardía el fuego día y noche— y encendió una tea.
Con ella prendió un pedazo de carbón vegetal hasta
convertirlo en un tizón, lo escondió entre los tallos de una
planta de hinojo y se lo llevó a los hombres. Aquel primer
tizón proporcionaría el fuego a los hombres y Prometeo les
enseñó a utilizarlo.
Cosmogonía griega
• Con ayuda de Prometeo el hombre hizo rápidos progresos.
Aprendió a modelar vasijas y escudillas, a construir casas con
bloques de arcilla cocida y con el tejado de ladrillos en vez de
trenzado de cañas. Aprendió a trabajar el metal para
defenderse y cazar. Pero una noche en que Zeus estaba
mirando desde el cielo, vio un fuego que ardía en la tierra y
comprendió que había sido engañado. Mandó llamar a
Prometeo. —¿No te prohibí que dieras a conocer al hombre
el secreto del fuego? —preguntó—. Dicen que eres sabio,
pero ¿no comprendes que con tu ayuda algún día el hombre
desafiará a los dioses? —No tiene por qué suceder, si lo
amamos y le damos buenas enseñanzas —respondió
Prometeo.
• La ira de Zeus: Pero Zeus se enfureció sobremanera y no
quiso oír más explicaciones. Ordenó que Prometeo fuese
llevado a las montañas del este y encadenado a una roca. Un
águila feroz se alimentaba todos los días con su hígado, y el
hígado volvía a crecerle durante la noche para que la tortura
pudiera empezar otra vez. Pasaron muchos años antes de
que Prometeo fuera liberado: hay quien dice que treinta mil, y
no está claro cómo sucedió. Según una leyenda fue a
liberarlo el poderoso Hércules.
Creación de Pandora:
Como parte de su venganza, Zeus creó a Pandora,
la primera mujer, y le otorgó diversos dones y
habilidades. Pandora fue enviada a Epimeteo,
hermano de Prometeo, quien la aceptó. Pandora
llevaba consigo una jarra (no una caja en la
mitología original) que contenía todos los males.
Por curiosidad, Pandora abrió la jarra, liberando así
los males en el mundo y dejando solo la esperanza
atrapada en el fondo.

Este mito subraya la dualidad de la relación


entre los dioses y los seres humanos, así como
las consecuencias de desafiar la voluntad de
los dioses. La intervención de Prometeo en
favor de los humanos representa el regalo de la
inteligencia y el conocimiento, mientras que el
castigo y la creación de Pandora simbolizan las
dificultades y males que los humanos
enfrentan en la vida.
El hombre en la Grecia antigua
• A diferencia de las religiones arraigadas a la judeocristiana,
los dioses griegos no han creado el mundo (al menos no los
olímpicos), ni son perfectos ni poseen omnipresencia u
omnisapiencia.
• Tampoco puede afirmarse de ellos que sean eternos, que
hayan existido desde siempre, pues parte importante de los
textos de la tradición teológica griega, entre los cuales
sobresale la Teogonía de Hesíodo, se ocupa de cantar los
eventos que llevaron al nacimiento y la sucesión de los
dioses olímpicos.
• En vez de hablar de eternidad, los textos literarios desde
Homero y Hesíodo hablan de la ‘inmortalidad’ de los dioses,
y con este epíteto se los define. Ser eterno no es lo mismo
que ser inmortal.
El hombre en la Grecia antigua
• En el pensamiento griego la naturaleza y
particularidades de la condición humana
sostienen que: los hombres, a diferencia de los
dioses, son mortales, están llamados a
desaparecer en el tiempo, y por ello una de
sus misiones fundamentales es procurarse los
medios de perdurar (Arendt, 1993), bien sea a
través del renombre de sus hazañas (no es
otro el tema de la épica), de la creación
(poiesis) en cualquiera de sus formas o del
proceso de humanización del mundo que
constituye la esencia de la técnica.
Cosmogonía Asiria
Poema Enuma Elish sobre la creación

• El Enuma Elish es un poema babilónico que


narra el origen de la Humanidad. Enûma Elish
(en acadio: «cuando en lo alto») son las dos
primeras palabras del poema. Está recogido en
unas siete tablillas de arcilla halladas en las
ruinas de la biblioteca de Asurbanipal (669 a.C.-
627 a.C.), en Nínive.
• Fue recuperado por Austen Henry Layard en
1849 y una forma del mito fue publicada por
primera vez por George Smith en 1876; la
investigación activa y las nuevas excavaciones
llevaron a la finalización de los textos y mejoraron
la traducción.
• Cada una de las tablillas contiene entre 115 y
170 líneas de caracteres cuneiforme datados del
año 1200 a. C. El poema está constituido en
versos de dos líneas, y la función del segundo es
enfatizar el primero mediante oposición,
Poema Enuma Elish sobre la creación
1. Cuando arriba no era nombrado el cielo,
2. abajo la tierra nombre no tenía,
3. de Apsu primitivo, padre de ellos,
4. de Mummu Tiamat, madre de todos ellos,
5. sus aguas en uno se confundían,
6. los cañaverales no estaban fijos, los juncales
no se veían.
7. Cuando de los dioses ninguno había sido
creado,
8. ni sonaba nombre, ni había sido fijado
destino,
9. fueron creados los dioses en medio de…
10. Lahmu y Lahamu fueron hechos brillar…
11. los tiempos crecieron…
12. Ansar y Kisar fueron creados después de
ellos…
13. Prolongaron los días, formaron…
14. Anu, su hijo poderoso…
15. Ansar, Anu…
16. y Anu…
• Según este mito, antes de que el cielo y la tierra
tuviesen nombre (no tener nombre equivalía a no
existir), la diosa del agua salada, Tiamat y su
esposo, el dios del agua dulce, Apsu,
engendraron una familia de dioses con la mezcla
de sus manos, y estos a su vez a otros dioses.
• Estos nuevos dioses le disgustaban a Apsu,
quien decidió destruirlos. Aunque uno de ellos,
Ea, se anticipó a los deseos de Apsu haciendo
un conjuro y derramando el agua sobre él, para
luego comerlo. Ea, o Nudimmud (el que crea y
procrea), junto a Damkina, engendró a Marduk,
el dios de Babilonia.
• Al tiempo, Tiamat resentida por la muerte de su
esposo decide tomar venganza y rebelarse, le da
mucho poder a Kingu, su nuevo esposo, y le
entrega las tablillas del destino.
• Marduk es nombrado por los dioses para enfrentar a
Tiamat, accede con la condición de que se le invista con
el poder absoluto sobre todos los dioses, finalmente
vence a Tiamat, le mata y con su cuerpo crea el cielo y
la arena.
• Luego a Kingu le arrebatan las tablas del destino.
Marduk, exultante, planea realizar obras estupendas y
las comunica a Ea: “Amasaré la sangre y haré que haya
huesos. Crearé una criatura amable, 'hombre' se
llamará. Tendrá que estar al servicio de los demás
dioses, para que ellos vivan cuidados por el hombre”.
• Kingu es condenado a morir por ser el jefe de la
rebelión, y, con su piel, Ea crea a la humanidad. En
honor a Marduk se construyó el Esagila (templo de la
ciudad de Babilonia en honor a Marduk, el dios principal
en época de Hammurabi) en el Etemenanki (zigurat,
construcción escalonada de siete pisos, donde arriba
del todo está el Esagila).
Cosmogonía Egipcia

https://www.youtube.com/watch?v=6YvCJGPvYFM
Cosmogonía Bíblica

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