Está en la página 1de 2

El objetivo de la educación, que correspondía al Estado, consistía en preparar soldados capaces de

afrontar las fatigas de una vida de privaciones y peligros. Por tal motivo, todo espartano debía ser
físicamente fuerte y valiente. Durante los primeros años, el niño era educado por su madre, quien,
sin embargo, debía guiarle por una serie de normas, encaminadas a su fortalecimiento físico, y
para mejor lograrlo debía habituarlos a vivir a la intemperie y a resistir, sobre todo, el hambre y la
sed.

A partir de los siete años, el niño era separado de la familia y entregado directamente al Estado,
que se dedicaba a prepararle para su futura vida militar.

Hasta los dieciocho, las principales ocupaciones de los jóvenes consistían en la gimnasia y la caza.

La instrucción que recibían se limitaba a poco más que a leer, escribir y aprender de memoria las
poesías de aquellos autores que celebrasen las virtudes guerreras y el amor a la patria.

Entre los dieciocho y los veinte años, los jóvenes recibían un estricto
entrenamiento militar, y a los veinte, tras adiestrarse en el
manejo de las armas, pasaban a ser soldados y como tales
intervenían ya en las acciones bélicas.

Atenas.

Durante los primeros años era la familia y no el Estado la que


debía velar por la formación del niño, que sobre los siete años
iniciaba su vida escolar. Había dos clases de escuelas, la de
música y la de gimnasia.

En la primera, así llamada porque en ella se estudiaban las


disciplinas puestas bajo la protección de las Musas, se dictaban
clases de historia, ciencias, poesía, arte dramático, canto, danza y
música.

En la segunda, los jóvenes atenienses se ejercitaban principalmente en


el pentatlón, consistente en los ejercicios siguientes: salto, carrera,
lanzamiento de disco y de la jabalina, y lucha, base de una armoniosa
formación física.
A los dieciséis años comenzaban, los que podían, a frecuentar el gimnasio, una especie de escuela
superior, donde completaban su educación intelectual y física. A los dieciocho eran inscritos en la
nomedelfia y declarados efebos, tras lo cual el Estado les impartía una serie de enseñanzas
militares, políticas y administrativas, debiendo convivir con otros jóvenes de su edad hasta los
veinte años, en que hacían un juramento
de fidelidad a la polis. Al veintiuno, se les
licenciaba, pasando a ser un “aner” (que
gozaban de la plenitud de sus derechos
políticos.

Atenas mostraba una educación cultural,


y no militar como Esparta. Las
actividades económicas de la primera
eran comercial, textil, metalúrgica y la
cerámica, mientras que la segunda se
dedicaba a la guerra y las conquistas.
Aunque ambas tienen una monarquía
como forma de gobierno y poder naval, la primera era una sociedad libre con una democracia
selectiva, y la segunda una sociedad organizada.

En Atenas, tenían valores hacia la vida, la familia era la base, cultivaban las artes y los deportes,
protegían a la mujer (aunque solo era vista como un objeto) y era “democrática”, noción solo para
los ciudadanos. Los ciudadanos eran de la clase alta y nacidos en la polis. Ni mercantes ni esclavos
ni mujeres, podían hacer uso de la democracia.

También podría gustarte