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Republica Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Instituto tecnológico del mar fundación la Salle de ciencias naturales extensión


Guayana

Administración de Empresas 3er semestre

Puerto Ordaz –Edo Bolívar

Educación para la paz

Alumna Profesor

Brinny Marcano juan Zamora

C.I:30.365.966

Febrero 2021
Introducción

Educar para la paz es propiciar el desarrollo de habilidades y la adquisición de


herramientas que permitan a las personas y a los pueblos convivir de forma pacífica, o
lo que es lo mismo, vivir sin violencia. Este proceso lleva implícito la asimilación de
valores como la justicia social, la igualdad, la cooperación, la solidaridad, el respeto y la
autonomía.

Una manera efectiva por tanto, de llegar a ser ciudadanos y ciudadanas


comprometidos con el cambio social y la construcción de la paz, es a través de la
promoción y el desarrollo de un sistema educativo que institucionalice la Educación
para la Paz en la vida de los centros escolares.

Generalmente los programas estatales reconocen la existencia de ocho competencias


básicas que deben ser trabajadas de manera transversal en el desarrollo del currículo
escolar. Las características propias de la Educación para la Paz y de la Metodología
Socio afectiva de aprendizaje las hacen propicias para que el profesorado trabaje de
forma eficiente la adquisición de dichas competencias por parte del alumnado

Paz es un modelo educativo que consiste en un cambio de paradigma en el cual los


sujetos aprenden a afrontar y solucionar los conflictos de manera no
violenta. Básicamente se enseña a ver y analizar las estructuras de poder cotidianas, y
con ello, darse cuenta de los desequilibrios y enfrentarlos de manera efectiva para
transformar la realidad y construir espacios de convivencia solidaria sustentados en los
Derechos Humanos.

Lo que se logra con esta propuesta es fortalecer las relaciones sociales fomentando en
los sujetos capacidades de autoconocimiento y reflexión, de participación y toma de
decisiones, de discusión y comunicación efectiva y, finalmente, de generación de una
identidad común y de relaciones interpersonales, no de competencia y de
dependencia instrumental, sino de cooperación entre individuos y colectivos.
La paz social

La paz social fue definida por Alfons Banda como «la aspiración humana de vivir la
propia vida y la de las comunidades de pertenencia en una atmósfera de tranquilidad y
bienestar razonables, que permitan el libre desarrollo de las capacidades de las
personas de toda índole. No nos alejamos de la idea de paz original, pero entra en
juego el papel de un Estado de derecho que es quien debe permitir y defender esa paz.
Si se violan los Derechos Humanos, de alguna manera el responsable es el Estado, ya
que en un contrato implícito se le permite el uso de la fuerza y el poder político,
siempre que respete la condición humana.

Un Estado puede garantizar la paz social de muchas maneras, una de ellas implica
regulaciones económicas, que a través de medidas educativas, de salud o de otro tipo,
tengan como objetivo final prevenir los conflictos internos o externos.

La paz que se logre de ese accionar político puede ser positiva o negativa:

 Paz social positiva. Implica el respeto por la dignidad humana y el bienestar de


la sociedad. Esto se fundamenta con el consenso social que establece acuerdos
con el Estado en pos del bien común.
 Paz social negativa. Es la ausencia de conflictos armados, lo que no asegura
ningún tipo de bienestar, ya que podrían existir otros tipos de conflictos, como
por ejemplo políticos o de intereses internacionales. Los conflictos de clase
podrían terminar con un período de paz y tranquilidad por sus características
revolucionarias.

La paz implica un alto al fuego, un cese de hostilidades, un acuerdo que permita a


todos realizar sus actividades sin interferencias. Los grupos de naciones como la ONU
bregan por la paz o intervienen en los conflictos armados con intenciones de mediar y
conseguir un acuerdo.

Los conflictos de intereses pueden resolverse de forma pacífica si ninguna de las partes
ha iniciado acciones bélicas. Los conflictos armados entre países son extremadamente
nocivos para los ciudadanos, en esos casos los dirigentes negociarán e intentarán
construir tratados.

Educar para la paz

Historia: El surgimiento de esta propuesta se remonta a principios del siglo XX, justo
después de la Primera Guerra Mundial, a manos del movimiento de la Escuela
Nueva[1]. Donde se cuestionaban los métodos pedagógicos de la época, y al mismo
tiempo contribuir a la creación de un mundo justo y equitativo para todos.

El proceso iniciado por la Escuela Nueva fue interrumpido en la Segunda Guerra


Mundial, y al término de ésta es retomado no solo como un proyecto pedagógico, sino
como uno intelectual, moral y político. Surge un primer movimiento, en el cual se pone
énfasis en la investigación y comprensión del fenómeno de la violencia en todas sus
dimensiones. Un segundo movimiento surge de manera paralela al primero, sin
retomarlo del todo, pero este se consolida en la época de los sesenta, y plantea que la
educación por si sola no es suficiente para generar la paz. Se tiene que acompañar de
una política de liberación.

¿Que es?

La educación para la paz es el proceso de adquisición de los valores y conocimientos,


así como las actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para buscar la paz,
entendida como vivir en armonía con uno mismo, los demás y el medio ambiente.

El compromiso de educar para la paz puede expresarse en las siguientes líneas


Trabajar por un proceso educativo que signifique contribuir a alejar el peligro de la
guerra, poner fin al expolio de las zonas empobrecidas del planeta, enseñar desde y
para la no-violencia, aprender a considerar el conflicto como un vehículo de cambio si
sabemos resolverlo sin recurrir a la violencia, integrar al alumnado en un proceso de
transformación de la sociedad hacia la justicia y la armonía. Koichiro Matsuura, que fue
director General de la UNESCO, declaró que la educación para la paz era de
fundamental importancia para la misión de la UNESCO y las Naciones Unidas.
Generalmente los programas estatales reconocen la existencia de ocho competencias
básicas que deben ser trabajadas de manera transversal en el desarrollo del currículo
escolar. Las características propias de la Educación para la Paz y de la Metodología
Socio afectiva de aprendizaje las hacen propicias para que el profesorado trabaje de
forma eficiente la adquisición de dichas competencias por parte del alumnado.

Social y ciudadana: Adquisición de valores para el respeto a los derechos humanos, la


vida en común, la cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos, el
respeto al medio ambiente y el desarrollo sostenible.

Comunicación lingüística: Aprender a convivir en paz pasa necesariamente por la


adquisición de habilidades y herramientas de comunicación como la escucha activa, la
empatía o la asertividad.

Interacción con el mundo físico: Para la gestión positiva de los conflictos es necesario
el conocimiento, la interacción apropiada con el propio cuerpo, el cuidado de la salud
y la adquisición de hábitos saludables.

Cultural y artística: Contribuye tanto a la adquisición y expresión de ideas o


sentimientos de forma creativa como a la valoración de su diversidad, mediante el
reconocimiento y la apreciación de las manifestaciones culturales específicas.

Autonomía e iniciativa personal: Fomenta la toma de decisiones con autonomía en


situaciones en las que se debe manifestar auto superación, perseverancia y actitud
positiva, como por ejemplo, la gestión de conflictos en la escuela.

Aprender a Aprender: Promueve el conocimiento de sí mismo y de las habilidades


para vivir con las demás personas sin utilizar la violencia. Los proyectos que se
promueven de forma comunitaria facilitan la adquisición de recursos cooperativos.

Tratamiento de la información: Fomenta la lectura comprensiva y la valoración crítica


de los mensajes procedentes de los medios de información y comunicación, que
pueden ser fuente de diferentes conflictos.
Matemática: Los elementos y razonamientos matemáticos pueden ser utilizados para
la resolución conflictos cotidianos. Podemos desarrollarla realizando razonamientos de
lógica matemática sobre orden, secuencias, cantidades, etc.

Educación en Derechos Humanos

La educación para la paz es considerada por algunas organizaciones como parte de la


educación para los derechos humanos.9 Sin embargo, en el contexto de las
Investigaciones para la Paz se la concibe como algo que trasciende los dd.hh.,
involucrándose también en diversas cuestiones sobre la violencia y los conflictos.

Rasgos de la educación para la paz

La educación para la paz tiene los siguientes rasgos:

1. Presupone tomar partido en el proceso de socialización por valores que alienten el


cambio social y personal.

2. Cuestiona el propio acto educativo, alejándose de la concepción tradicional,


bancaria según la expresión de Paulo Freire, de la enseñanza como algo meramente de
transmisión. Entiende el acto educativo como un proceso activo-creativo en el que el
alumnado es agente vivo de transformación.

3. Lucha contra la violencia simbólica, estructural, presente en el marco escolar.

4. Intenta que coincidan fines y medios. Se trata de llegar a contenidos distintos a


través de medios distintos, haciendo del conflicto y del aprendizaje de su resolución no
violenta punto central de su actuación.

5. Combina ciertos conocimientos sustantivos con la creación de una nueva


sensibilidad, de un sentimiento empático que favorézcala comprensión y aceptación
del otro.

Objetivo de educación para la paz es que el ciudadano aprender a pensar y a actuar de


otra manera, algo que supera la ausencia de guerra, que no plantea la paz como algo
quimérico, sino como un proceso por el que se irá pasando de la desigualdad a la
igualdad, de la injusticia a la justicia, de la indiferencia al compromiso
Conclusión

Es fundamental educar en el respeto a las normas cuando son justas y en la


desobediencia cuando son injustas. Todos somos responsables de la educación para la
paz, tanto a nivel personal como social, local e internacional. La educación para la paz
supera el marco de lo extracurricular o complementario y, a través de los distintos
niveles del sistema educativo, se va identificando con el mismo concepto de la
educación como tal.

Implantar la educación para la paz en el proceso de enseñanza puede ser fruto del
temor a la guerra y sus consecuencias o, mejor aún, de la convicción ante la llamada de
la historia y el concepto de la dignidad del hombre sobre la tierra. Los grandes retos
educativos son aprender a ser, a hacer, a pensar y a convivir. Fernando Lucini (l994), en
Temas transversales y áreas curriculares, señala once objetivos de educación para la
paz que pueden ser muy útiles.

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