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Día con día suceden en las escuelas diferentes situaciones, muchas de ellas tan

complejas que requieren, por parte de los docentes y las autoridades escolares,
una respuesta clara, pertinente y sustentada en argumentos sólidos que
recojan las intervenciones previas, estudios en torno al tema, así como la
normativa que fundamente las decisiones que se tomen en dichos casos.

Estas situaciones suelen ser conflictos de carácter extraordinario y, en ocasiones,


de urgencia y complejidad que pueden representar serias amenazas a la
integridad psicofísica, ya sea autoinfligida o hacia otros, que además vulneran los
derechos de las personas.

En ese contexto, podemos hablar de todo tipo de violencias en el espacio


escolar: intentos de suicidio, suicidio, fallecimiento, casos de abuso de niños y
adolescentes, de uso de sustancias psicoactivas, así como de una serie de
situaciones que afectan a los estudiantes y a los distintos actores en torno a la
comunidad escolar.

Si bien el hablar de este tipo de problemas es útil y necesario, lo obligado es


intervenir y, aquí cabe la gran pregunta, ¿qué es verdaderamente intervenir?

Intervenir, más allá de la definición de ser "una acción intencionada sobre un


campo, problema o acción específica", es "una forma de generar decisiones
responsables, donde quienes intervienen se hacen cargo de las
consecuencias y de las respuestas dentro de un marco de razones
convincentes, donde nuevamente aparece la necesidad de diálogo con la
teoría y los marcos conceptuales que aporta".

De tal suerte, realizar una intervención, en materia de conflictos escolares, plantea


el desnaturalizar algunos hechos o sucesos, pensar juntos, pensar situados y,
de esta forma, restablecer la relación pedagógica.
No basta con la intención de aplicar una mediación entre quienes se encuentran
en conflicto, ya que intervenir implica atender una situación dada y prevenir, a la
vez, otra a futuro.
Si bien es cierto que muchos de los actores de una comunidad educativa pueden
poseer excelentes aptitudes en las diversas áreas de enseñanza, administración y
supervisión escolar, resulta asimismo cierto que existen grandes áreas de
oportunidad en temas de resolución de conflictos, considerando los altos índices
de violencia que prevalecen en las escuelas.
Por este motivo, es preciso conocer las diversas herramientas que existen en
torno a los distintos problemas, a fin de aplicar intervenciones exitosas, que
atiendan y prevengan conflictos.
Evolución del concepto de conflicto
El conflicto en sí mismo no tiene porqué ser negativo. Es totalmente natural en el
ser humano y, en realidad, no es otra cosa que diferencias de criterios, intereses o
puntos de vista.
Si no basamos en una definición clásica del conflicto, como la de Burnley, J.
(1993), ya atisbamos aspectos del mismo que pueden ser muy positivos para la
madurez y el desarrollo personal.

«El conflicto es un modo de comunicación y una parte inevitable de nuestras


vidas. Resulta inherente al proceso de cambio dentro de los individuos y en el
seno de la sociedad, proceso que todas las personas pueden aprender a abordar
creativamente. La educación sobre el conflicto constituye una parte esencial de la
educación de la paz (…) y posee consecuencias para una escolarización
agradable y eficaz…».
De conflicto a violencia y de violencia a acoso escolar
El maestro o profesor es una figura clave para enseñar a los niños a gestionar
adecuadamente los conflictos,
buscando incansablemente el consenso y el diálogo. De lo contrario, el conflicto
puede acabar provocando estallidos de violencia física o verbal y, de no frenarse a
tiempo, degenerar en situaciones sistemáticas y continuadas de violencia contra
una misma víctima. En este caso hablamos del temido bullying.
Los episodios de violencia escolar continuada o bullying constituyen en la
actualidad uno de los fenómenos que más preocupación suscita entre los
profesionales de la educación, las familias y la sociedad en su conjunto y, por
supuesto, en los propios alumnos. Preocupación, por otra parte, plenamente
justificada tanto por su alta frecuencia (se estima que al menos uno de cuatro
escolares sufre acoso en mayor o menor grado), como por sus terribles y
duraderas consecuencias: problemas psicológicos, fracaso escolar, inadaptación
social y laboral e incluso enfermedades físicas.
El profesor es, por lo tanto, una figura clave en la prevención y detección temprana
de las situaciones de acoso, lo cual no es fácil pues suelen producirse fuera de la
vista de los adultos, así como en la aplicación de las técnicas y protocolos de
resolución de conflictos.
Justificación
Encarar los conflictos de una manera creativa y propositiva o de forma destructiva,
depende de cómo nos hayamos preparado, conscientemente o no, para ello. La
comprensión tradicional del asunto se refleja en disposiciones directivas o
preceptivas que casi exclusivamente atañen al arbitraje o al juicio, dejando poco o
nulo espacio al desarrollo de las habilidades necesarias para negociar y resolver
autogestivamente nuestras diferencias.
El modo en que enfrentamos el conflicto es producto de los aprendizajes que
hemos tenido durante nuestra vida. Estas capacidades de respuesta pueden y
deberían ser mejoradas para lograr que las soluciones de los conflictos sean
equitativas, justas y proveedoras de una vida sana.
Durante años, muchas personas en muchos lugares del mundo han ensayado
diversas aproximaciones a la difícil tarea de afrontar los conflictos en lugar de
ignorarlos, de esta forma se ha desarrollado un campo de conocimiento alrededor
del tema y múltiples experiencias han derivado en ideas, técnicas, métodos y
modelos de solución a los conflictos. El presente documento es una propuesta que
abreva en varios de estos trabajos y pretende ser un aporte para el conocimiento y
aprendizaje de capacidades personales, interpersonales e interinstitucionales para
la búsqueda y el logro de soluciones autogestionadas de los conflictos.
Es por ello que consideramos indispensable cumplir con los siguientes 9 principios
de convivencia para un ambiente saludable en las escuelas:
1.- Promover el respeto de los derechos humanos en la comunidad educativa;
2.- Promover los valores esenciales de los integrantes de la comunidad escolar
para una convivencia pacífica y el ejercicio pleno de sus capacidades;
3.- . Promover la cultura de la paz en las comunidades escolares mediante el
desarrollo de habilidades, destrezas y aptitudes orientadas a la prevención y
autocuidado ante situaciones que pongan a los integrantes de la comunidad
escolar en conflicto o riesgo;
4.- Generar ambientes de convivencia armónica en las escuelas que favorezcan el
aprendizaje y la sana convivencia entre los integrantes de la comunidad escolar;
5.- Participar en los programas que tengan por objeto promover la cultura de la
paz y la seguridad escolar;
6.- Garantizar la equidad e igualdad de género dentro de la comunidad escolar;
7.- Crear y operar mecanismos de protección contra accidentes de los alumnos
que asistan a las escuelas públicas de nivel básico y media superior;
8.- Diseñar mecanismos de mediación para la solución de conflictos entre los
integrantes de la comunidad escolar; y
9.- Realizar investigaciones para elaborar políticas públicas que generen
ambientes favorables para la convivencia armónica, para prevenir y atender el
acoso escolar, así como los actos de violencia, con acciones que permitan a la
niñez transitar hacia la cultura de paz.

Marco legal
El valor del respeto ha sido expresamente reconocido por los instrumentos
internacionales más relevantes. Así, la Declaración Universal de Derechos
Humanos, señala en su artículo 26:
“2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y
el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de
las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
En similar sentido el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, estipula:
“Artículo 13
1. Los países que forman parte en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona a la educación.
Convienen en que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la
personalidad humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por
los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Convienen asimismo en que la educación debe capacitar a todas las personas
para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la
tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos raciales,
étnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro del
mantenimiento de la paz.”

De igual forma recordemos lo que especifica el Acuerdo 96, que establece la


organización y funcionamiento de las escuelas primarias.
ARTICULO 2o.-Las escuelas de educación primaria son instituciones destinadas a
proporcionar educación general básica, cuyo objetivo primordial es dotar al
educando de la formación, los conocimientos, y las habilidades que fundamentan
cualquier aprendizaje posterior, así como propiciar el desarrollo de las
capacidades individuales y la adquisición de hábitos positivos para la convivencia
social.
Artículo 3º Fracción II.- -Promover el desarrollo integral del educando, su
adaptación al ambiente familiar, escolar y social, y el fortalecimiento de actitudes y
hábitos tendientes a la conservación y mejoramiento de su salud física y mental,
así como a la ampliación de su cultura;
Apegados a la normatividad vigente en las escuelas de Nivel Primaria podemos
construir el siguiente manual que establece reglas y normas de convivencia que
propician un ambiente escolar positivo y respetuoso que será de beneficio en la
formación integral de los alumnos.

Áreas de conflicto en el ámbito escolar


Existen una serie de factores de riesgo o características (personales, familiares,
escolares, sociales culturales, etc.) cuya presencia provoca que aumente la
probabilidad de que se presenten fenómenos conflictos, que de no prevenirse
correctamente pueden dar lugar a episodios de violencia escolar y/o bullying.
Factores de riesgo del agresor
 Ausencia de empatía: incapacidad para reconocer el estado emocional de
otras personas.
 Baja autoestima: percepción negativa de sí mismo.
 Impulsividad: falta de control de los impulsos que lleva a actuar y decir las
cosas sin pensar.
 Egocentrismo: exagerada exaltación de la propia personalidad, por lo que la
persona se considera el centro de atención.
 Fracaso escolar: bajo rendimiento en los estudios, que puede llevar al
absentismo y/o abandono escolar.
 Consumo de alcohol y drogas.
 Trastornos psicopatológicos: trastornos de conducta, trastorno por déficit de
atención con hiperactividad
 (TDH), trastorno negativista, desafiante y trastorno disocial.
 Antecedentes familiares de violencia.
 Entorno socio cultural bajo.
 El perfil del acosador se caracteriza por: físicamente fuerte Impulsiva y
dominante, con conductas antisociales y con una ausencia total de empatía
con sus víctimas.
Factores de riesgo de la víctima
 Rasgos físicos o culturales distintos a los de la
 mayoría: minorías étnicas, raciales y culturales.
 Sufrir alguna discapacidad física o psíquica.
 Escasa comunicación familiar.
Factores socio-culturales
 Entorno socio económico precario.
 Baja calidad de la enseñanza.
 Alta presencia de contenidos violentos en medios de comunicación,
vídeo juegos, etc.
 Justificación social de la violencia como medio para lograr ciertos
objetivos.

Las técnicas para la resolución de conflictos


Las causas que pueden derivar en conflictos en el ámbito escolar son muchas: un
clima excesivamente competitivo, las actitudes egoístas y la falta de autoestima en
algunos alumnos, incluso la falta de confianza en los maestros y la dirección del
centro, son algunas de las más frecuentes. No obstante, la base de todos los
conflictos en el aula siempre se encuentra en la carencia de habilidades en la
gestión de los problemas.
Este déficit la mayoría de veces está directamente relacionado con problemas de
madurez de los chicos debido a un desarrollo inadecuado de la inteligencia
emocional, casi siempre por no haber sido incorporada como una enseñanza
fundamental en la formación del alumno.
Por lo tanto, las dinámicas y técnicas de resolución de conflictos deben estar
enfocadas a solucionar esta falta de madurez y de habilidades de los niños y
adolescentes para resolver sus problemas sin recurrir a la violencia verbal y/o
física.

Principales dinámicas o actividades de resolución de conflictos


Mediación
La práctica más frecuentemente utilizada para la resolución de conflictos es la
mediación o arbitraje, ya que la experiencia demuestra que es un método idóneo
de resolución de conflictos apelando a acuerdos y consensos, sin tener que
recurrir a sanciones o castigos, que por otro lado no suelen resolver el problema.
En el próximo punto desarrollamos con más profundidad esta herramienta.
Escucha reflectiva
La escucha reflectiva o activa consiste en parafrasear y repetir a la persona que
habla lo que ha dicho, para que de esta forma tome conciencia de su percepción y
de la posición y actitud que está tomando.
No se trata de una técnica de resolución de conflictos por sí misma, sino más bien
un mecanismo para clarificar su percepción. También permite al maestro
identificar con mayor claridad lo que los alumnos piensan y sienten sobre una
situación de conflicto, lo que puede ser de gran ayuda para su resolución.
Otro aspecto beneficioso de la escucha reflectiva es que tiende a desacelerar las
interacciones. Esto puede ser positivo para aliviar la tensión del momento y luego,
con las cosas más calmadas, aclarar lo ocurrido y llegar a un entendimiento.
Dramatización o juego de roles
A través de los juegos de roles, se pueden dramatizar las situaciones de conflictos
que ya han tenido lugar, siendo muy efectiva para que los estudiantes vean las
cosas desde distintas perspectivas y, al ponerse en el lugar del otro, desarrollar
una actitud empática.
Algunos maestros y profesores prefieren que los niños practiquen primero con
situaciones inventadas e hipotéticas, antes de dramatizar situaciones reales que
ya han ocurrido. Es una técnica que se puede realizar tanto con público como en
privado, es decir solo con los actores y el maestro o maestra.
La mediación como herramienta de resolución de conflictos
Definición y finalidad de la mediación escolar
La mediación escolar es un método de resolución de conflictos basado en el
diálogo, el respeto y el consenso con la finalidad de que sean los propios los
alumnos los que traten de resolver por sí mismo las situaciones de fricción con la
ayuda de una figura imparcial o mediador (profesor, alumno o persona ajena a la
institución).
Fases de la mediación
El proceso integral de gestión de un conflicto, desde su gestión a su resolución, a
través de la mediación escolar se divide en las siguientes seis fases:
1. Evaluación del conflicto
Una vez se ha detectado una situación conflictiva, ya sea por la observación de
algún miembro del equipo mediador o por alguna solicitud externa, se debe valorar
si el caso puede ser tratado a través de una mediación o, por su gravedad, tiene
que ser directamente sancionado o tratarse por otra vía.
2. La composición del órgano mediador
La mediación en el ámbito escolar se articula a través de la creación de un órgano
mediador dentro del propio centro cuya constitución puede variar:
 Puede estar formado exclusivamente por alumnos.
 En ocasiones se opta por un grupo de trabajo mixto configurado por
alumnos, profesores e incluso por personal no docente.

3. Preparación previa de la mediación.


Una vez se ha decidido el equipo que va participar en las reuniones, donde debe
primar la confianza mutua, se deben establecer unas normas de obligada
aceptación. A partir de aquí hay que escuchar las distintas versiones del conflicto,
investigar el caso y recopilar pruebas sin posicionarse, de momento, a favor de
una u otra parte.

4. Compartir ideas de resolución del conflicto.


Entre todos los miembros del grupo de mediación se deben aportar propuestas de
resolución del conflicto. En esta fase es fundamental fomentar la cooperación,
intentando que las partes afectadas sean capaces de llegar a acuerdos concretos.
5. Llegar a un consenso.
La idea es pactar, entre todos los implicados, un acuerdo consensuado que
satisfaga, en la medida de lo posible, a ambas partes. Es importante dejar los
puntos muy claros, con una hoja de ruta donde conste, de manera muy clara y
detallada y con fechas concretas, las acciones que se deben llevar a cabo.
6. Cerrar la mediación
Por último, es aconsejable que, pasado un tiempo prudencial, las personas
afectadas y el mediador o los mediadores se vuelvan a encontrar para valorar en
qué momento se encuentra el conflicto. En esta revisión se incide en lo que ha
funcionado y en lo que no y, si cabe, se plantean otras pautas de actuación. La
mediación finaliza preguntando qué les ha aportado y qué grado de incidencia ha
tenido para la resolución del conflicto.

El rol del mediador


La figura del mediador puede ser un profesor, directivo e incluso una persona
ajena a la institución educativa. Lo importante es que se trate de un observador
imparcial, calmado y que mantenga un criterio objetivo. Un pacificador que no
tome partido por una de las partes implicadas en el conflicto hasta escuchar todas
las versiones.
Claves para el diseño de una mediación
 La mediación debe basarse en tres características básicas que la definen y
conceptualizan: ser voluntaria, confidencial y sustentada en el diálogo. Se
ha de permitir a los alumnos que cuenten su versión de lo ocurrido,
explicando primero cuál es el problema y luego lo que ha pasado durante el
conflicto.
 Si el problema todavía persiste, el mediador o guía debe ayudar a los
participantes a desarrollar algunas soluciones posibles y escoger una para
llevar a cabo.
 Una vez el conflicto se ha resuelto, es importante preguntar a los
participantes cómo han conseguido llegar a un acuerdo o consenso, para
que sirva de referencia y experiencia para situaciones similares que se
puedan producir en el futuro.

Conclusiones sobre las Estrategias Educativas del Nuevo Siglo.


Como principal conclusión del análisis de la revisión de todo lo aprendido sobre las
tendencias educativas y tecnológicas del siglo XXI, la gran mayoría de las fuentes
consultadas coinciden en que el sistema educativo está evolucionando con el uso
de las TIC y el pensamiento computacional, el cual abarca todas las dimensiones
de la tecnología para un mejor desarrollo de competencias digitales en los
estudiantes, siendo este un tema primordial en los procesos de enseñanza-
aprendizaje, donde se convierte en un aspecto imprescindible en la vida y cultura
de una comunidad escolar.
Las tecnologías de la información deben estar al servicio del cuerpo docente,
estudiantado y personal administrativo, con la finalidad que se pueda llegar a
todos y cada uno de los implicados en los procesos de enseñanza-aprendizaje,
sumergiéndose constantemente en la actualización de estrategias modernas y
didácticas, generando la motivación e interés de aprender, así como
transformando los significados del aula, puesto que sin emociones no habrá
aprendizaje.
Es preocupante que todas las instituciones de educación media y superior no
contemplen en su currículo contenidos de programación informática, orientada a la
enseñanza y manejo de recursos digitales, pero también es importante conocer a
través de la interacción tecnológica nuevas formas de creación, puesto que es
importante compartir el conocimiento, debido a que ello permite la inclusión de
muchas personas en la sociedad, y aunque le falte mucho, desde la educación se
están generando cambios los cuales prometen forjar oportunidades igualitarias sin
importar las diferencias puesto que, como se mencionó anteriormente, todas las
personas son diferentes.
La tecnología como herramienta dispone de muchas funciones que facilitan el
aprendizaje, una de éstas es un aprendizaje dirigido por estudiantes, como
herramientas con la accesibilidad de documentación científica, de programas para
realizar documentos, proyectos que generen nuevas ideas, entre otros. Además,
el estudiante en ese proceso siempre estará supervisado y corregido por un
docente, donde por medio de la tecnología tendrá la facilidad en la comunicación y
la enseñanza de un aprendizaje óptimo, para que el estudiante tome el rol de
realizar un aprendizaje dirigido por el mismo.
Finalmente, despertar el emprendimiento con sentido de responsabilidad social en
la comunidad educativa, puede desembarcar en un país, el desarrollo cultural,
social, económico y político, que a su vez adhiere consecuencias positivas hacia la
nación, llevándola a la constante evolución y transformación de sus sistemas
legislativos y gubernamentales optimizando el desarrollo critico social del mismo.

Bibliografía

2 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS. Adoptada y


proclamada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en
su Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948.
3 PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y
CULTURALES. Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la
Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en su Resolución 2200
A (XXI), de 16 de diciembre de 1966.

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