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MULTITUD

DE GENTES
ME HABITA
Rod Medina, 2020.

Esta licencia permite la copia y redistribución no


comercial de la obra en cualquier medio o
formato, siempre y cuando se haga sin
modificaciones y en su totalidad, otorgando el
crédito apropiado al creador.

Edición y corrección de textos


Rod Medina

Diseño y diagramación
Rod Medina

Diseño de portada
Rod Medina

Hecho el Depósito de Ley


Depósito legal XXXXXXXXXXXXXX
ISBN: XXX-XXX-XX-XXXX-X
MULTITUD
DE GENTES
ME HABITA
Rod Medina
LIMINAR

Multitud de gentes me habita es una antología


poética que abarca más de una década de
trabajo creativo. Algunos textos fueron escritos
hace diez o doce años, pero no fue hasta 2010
que se hicieron públicos en la Red. Versiones
originales de Ayer te vi o Si mi corazón pueden
encontrarse en el sitio web Poesía para noches
desveladas. Los más recientes corresponden a
2020, fruto del tiempo muerto al que nos sigue
obligando la pandémica Covid-19 (Post mórtem,
Salón de belleza, Tránsfugas, Derecho a réplica). La
mayoría de los poemas pertenecen a un tiempo
intermedio, y han sido objeto de mucha
reescritura. Para corroborar esta labor re-creativa
pueden leerse las primeras formas de los poemas
Un instante, Aquella noche, La morada de mis
desvelos y Sueños lúcidos siguiendo los respectivos
enlaces, y compararse con las definitivas
aparecidas en este libro.
Se advertirán poemas dedicados a
hombres y mujeres que, por diversas razones,
guardan relación personal con los textos por:
haber sido escritos especialmente para él o ella
(Ayer te vi, Vino la muerte), ser insinuados por
algún suceso vinculado a una persona cercana
(Aquella noche, Post mórtem), ofrendar versos
libres por un simple acto de amor (Multitud de
gentes me habita) o formalizar una cortesía hacia
alguien que mostró interés o agrado por el texto
cuando fue compartido por primera vez (Ese
hombre).
Contrariamente a lo que habitualmente se
supone, no siempre la poesía es reflejo fiel de la
vida del autor. Hay eventos biográficos que
pueden aparecer relejados en un poema, aunque

(5)
Multitud de gentes me habita

siempre están atravesados por metonimias que


redefinen las imágenes. En ocasiones son
solamente huellas impresas por el universo en la
mente del poeta que buscan salida a través de
las palabras. No siempre la poesía es emoción: su
signo es la sensibilidad entendida como la medida
en que las cosas impresionan el ánimo de quien
escribe. La poesía es expresión genuina de lo
artístico, en el sentido más amplio y menos
estereotipado, captado a través de los sentidos.
También es representación de lo real y registro de
sensaciones. La poesía es lectura del mundo y su
traducción es el poema. La revelación de lo
poético se manifiesta en el trabajo del bardo
como un lenguaje íntimo que descubre simplezas
o complejidades.
Esta colección de veinticinco poemas está
impregnada de historias y apegos. Vida, miedo,
amor, desengaño, muerte, secreto, memoria,
añoranza, familia, son vivencias intuidas y
presentadas retrospectivamente, no como
verdades sino estampas trastocadas por la mirada
distante del poeta.
Multitud de gentes me habita es un libro
dedicado a los moradores del corazón propio y
ajeno, seres verdaderos o imaginarios que existen
en un espacio más allá de lo concreto y
acompañan desde una profunda latencia vital.

El autor

(6)
POEMAS
Rod Medina
SI MI CORAZÓN

Si mi corazón hablara
diría tu nombre mil veces
el eco de sus deseos
retumbaría en la inmensidad
que me habita

Si mi corazón leyera
coleccionaría todas las cartas que no recibiste
con ellas velaría los vacíos
de la tela invisible que cobija
tu cuerpo en las noches más frías
de mi alma

Si mi corazón cantara
compondría sinfonías con las notas
que flotan en tus pupilas
bajo la majestuosidad de los cielos nocturnos
para arrullar tus desvelos dentro de mi memoria

Si mi corazón llorara
serían sus lágrimas el consuelo
de tus dolores, cristales mágicos
cayendo desde el recuerdo de la pérdida
así sanaría la melancolía
que se ha mudado a mi pecho

(9)
Multitud de gentes me habita

Si mi corazón volara
sujetaría sus alas etéreas
como un fugitivo de lo mundano
para adentrarme en tus sueños
y espantar las pesadillas

Si mi corazón sintiera
viviría yo de angustias añejas
encarceladas en tu celo
rumiantes presencias
de un futuro mutilado
donde yo no soy nada
y todo eres tú

(10)
Rod Medina
DETRÁS DEL PRETEXTO
hállase la sombra que nadie espanta
y ese silencio de quebrantos vencidos

Las culpas descosen el juicio


así sellan el tiempo postrado en su pecho
y los ojos se alivian en abandono

El temor cincela debajo del sucio


con torpeza desgarra la censura de víctimas
y entierra fósiles en el jardín de infancia

Una lágrima furtiva revela el encono


–hábito de dolores acartonados–
besa la frente ataja el suspiro
luego despide el cofre mortuorio
volviendo atrás
siempre atrás

(11)
CALAMBRES
Multitud de gentes me habita

desde la lengua hasta el esfínter anal


a causa de ese nombre malintencionado:
seis letras clavadas en el dorso de aquellas
[fundas

Un exilio de ánimas acuerda saltar al vacío


antes de la merienda vespertina
Duele recordar esa risa sin dientes
que fallece en el catre del amante

Nubes se diluyen bajo la cintura


y en el techo
en el techo
el techo
el eco retumba como huella de reproches

Desabotonar el amanecer
desde la partida
(pasatiempo resignación)
siempre en horario nocturno para destilar la
[memoria

Pero estoy bien


(eso creo)
lo repito
estoy bien
aunque hace veinte años su respiración

(12)
Rod Medina
despierta el miedo en mis arterias

Por eso los calambres


y la sed montuna
afligen las vísceras envenenadas
ácido molecular que ve alejarse
—a vuelo raso—
este reposo inquietante

Así
atiborrado de pastillas
libero (por fin) las luciérnagas

(13)
AYER TE VI
Multitud de gentes me habita

Ayer te vi
como estrenando penas
mirando lejanías sin espejismos
muda de palabras tuyas
sorda de palabras mías

Ayer te vi
víctima de muerte ajena
atada a un suspiro
gravitando una quimera
en vuelo tácito, sin timonel

Ayer te vi
plena de vacíos, centrífuga de anhelos
perdida en un laberinto sin salida
dueña de tus temores
agazapada detrás del sueño

Ayer te vi
viva, lentamente viva
llena de lágrimas el alma
discurriendo entre las horas
en el bullicio de la nada

(14)
Rod Medina
Ayer te vi
y no eras tú
era otra disfrazada de ti
cápsula, muñeca rusa
embrión preso en su propio vientre

Ayer te vi
en desvergonzada laxitud
sin savia en las venas
revolcada por la brisa inoportuna
siembra de cansancios, nudo de nervios

Ayer te vi
y reconocí tu tristeza
insondable, preñada de culpa
tus ojos engullían el miedo
se ahogaba la luz en tu llanto antiguo

Ayer te vi
con la vida en una mano
la muerte en la otra
imperfecta balanza
paradoja en equilibrio

(15)
Multitud de gentes me habita

Ayer te vi
me inundaron tus dolores
en redundancia infinita
sin novedad bajo el sol
la vida aturde con sus temeridades

Ayer te vi
para confirmar que habías partido

a Tamara, donde esté

(16)
ORGASMO

Rod Medina
Me gusta lamer tu mirada
detrás del polen cansado de las telarañas

Posar mi miembro
en la palma de tus labios
y aliviar el influjo seco de las palpitaciones

Dormir sin tiempo


en el oráculo que reposa en tu clítoris

Traspasar el mundo cabizbajo


al pie de tus pechos

Condensar en tu saliva
el germen codiciado
que someto en mis entrañas

No dejo de pensar en tus corredores


el aire que las rendijas
vuelcan sobre mi vientre

Al margen de la caricia
manifiesto el dedo impuro
penetrando los versos
de tu poema vaginal

(17)
Multitud de gentes me habita

Secretos aguardan bajo la cabecera


con cuidado levanto
la nata que calienta tu reposo

Quédate ahí
duerme el orgasmo
mientras preparo bebedizos
que celebren la noche

(18)
Rod Medina
POST MÓRTEM

Este cuarto será mi sudario


no quise que así fuera
pero nadie respondió mis mensajes de texto
cuando con voz apenas audible
rasgué las paredes teñidas de aliento

No supe insinuar mis pretensiones:


cuando las persianas cayeron en cuenta
—un latido otro más—
ya había sembrado el miedo una estaca en mi
[pecho

Solía imaginar que hilos microscópicos


anunciaban mi partida en correo exprés
ahora descubro que —a pesar mío—
ni las sombras avisaron el quejido
que nadaba melancólico entre sábanas

Las rendijas fueron nublándose de gases


escurriéronse los jugos a través de la espuma
un retrato una lámpara acaso una
[mosca
atestiguarán mis ojos celados

¿Quién abrochará mis botones?

(19)
Multitud de gentes me habita

¿A dónde irán las lágrimas pintadas en lienzos


sin moldura?
Clavaré un epitafio detrás de la puerta
para que alce vuelo en alas de termitas
y penetre como acritud
la flema urbana del vecindario

Soy anónimo para quien redacta


esta necrología que jamás será difundida
en el periódico vespertino
que grita el pregonero en aquella esquina
donde solía fumarme un cigarro
sin prescripción facultativa

Pero él adivina mi secreto


y presagia igual destino cada noche
tras cerrar los párpados sobre una almohada
que le murmura perdidamente en sueños
mi lánguida despedida

Para Raúl

(20)
Rod Medina
SALÓN DE BELLEZA

Esa joven tan mona que pasea perros y hombres


[en su tiempo libre
permanece adosada durante sesenta horas
(hábiles y continuas)
a una silla giratoria
mientras es mimada por una caterva de siervos
[emprendedores
que viven del abandono ajeno

Liman sus uñas con un puñal clavado en el hígado


Juntan dos rebanadas de pan blanco
y masajean sus glúteos hasta ubicarlos en su santo
[lugar
sacuden esas plumas que germinan en las axilas
cepillan cada diente hasta tres veces
antes de otorgar licencia para la risita de moda
colocan pestañas postizas detrás de las rodillas
rasuran los vellos impúbicos que sobresalen del
[sostén
barnizan los labios
mayores y menores
con una barra carmesí número cincuenta y ocho
y desodorizan pensamientos cochambrosos
antes de rematar la faena con un peinado al
[mejor estilo de los ochenta

(21)
Multitud de gentes me habita

Cuando vuelve a la calle


la muchacha salta los charcos
y evita pisar la caca de los perros
que pasean con chicas
que flirtean con hombres
que citan lechuguinas
que dejan sus
[quincenas
en salones de belleza

(22)
UNIVERSO PARALELO

Rod Medina
En la estación del transporte gratuito del distrito
un viejo juguetea con la moneda que guarda en
[su bolsillo
la hace girar, manoseándola
calcula el peso atómico, descubre añoranzas en
[su geometría
cada vez que despierta la efigie acaricia la frente
[del prócer

Desde mi ventana lo observo con expectación


(sin escuchar el aleteo de palomas
o el llanto del hijo de la vecina)
preguntándome cuántos de nosotros
[comprendemos con certeza
lo que siente el anciano cuando nota
que un tonto lo contempla, intrigado
desde una ventana cualquiera del quinto
[piso
mientras ovilla con fútil emoción una hebra de hilo
[en su bolsillo

(23)
ESTA ES LA MANO
Multitud de gentes me habita

que acaricia tu pelo en las sombras sin palabra


la mano que consuela la soledad de mis ganas
la que levanto en los juramentos públicos
y la que he de cortar cuando se me antoje lo
[ajeno

Esta es la mano que corrige la mirada de los niños


la que escondo de los sueños maltrechos
la mano que empuja hacia el abismo de la
[muerte
y la que calla tu boca en las tristezas que
[menguan el día

Esta es la mano
mi mano
la que arroga el arma en la batalla
y descansa en el pecho descubierto de los caídos

(24)
BAJO LA CREMALLERA

Rod Medina
late el bulto transfigurado en la trastienda
percibes el descuento en su mirada
escrito con caligrafía gótica
sobre la etiqueta del clímax

Lleva dos por el precio de uno


pero evita ingerir el semen
reservado en la botella de jarabe para la tos
acata la dosis prescrita por el faculto
y conjura futuras infecciones
de transmisión textual

(25)
MULTITUD DE GENTES ME HABITA
Multitud de gentes me habita

son tantas que no caben dentro del pecho

Entonces resuelvo llevar a algunas prendidas en la


[ropa
siempre en el lado zurdo de mis apegos
o atadas a mis muñecas
compañía en el zarandeo de los días

Otras viajan en mis libretas


grabadas en versos maltrechos
con el empeño de la tinta indeleble
o se esconden en contraseñas
que abren encriptados pretéritos

Unas permanecen dobladas en la billetera


junto a los recibos viejos y el papel moneda
custodian mi identidad
calculan mis apremios

Muchas sosiegan en un álbum de fotografías


las guardo con celo
lejos de polillas y lágrimas
De cuando en cuando contemplo
sus sonrisas dibujadas
en el tiempo donde murmuran mis deseos

Pocas son las que reposan

(26)
Rod Medina
en una cajita de madera
donde escondo mis vacíos
Ellas dormirán conmigo
después de la despedida

Para Hernán, a sus cincuenta años

(27)
VINO LA MUERTE
Multitud de gentes me habita

Vino la muerte a hurtadillas


para arrebatar otro suspiro

No es que sea más válido ese aliento


que las víctimas de las mortajas
en caída libre del pentágono
o la ceguera de los espíritus con hambre
en los desiertos australes
o las muecas de los asesinados a puñaladas
o el desgarro de los pechos atravesados
en el camino de una bala
o las carnes molidas a golpes
en fotografías con el rótulo desaparecido

Cierto
mi pérdida es insignificante
pocos céntimos en la cuenta de la historia
pero la lloro igual
o más

a Estela, in memóriam

(28)
EN ESTA CASA VIVE UN SUBVERSIVO

Rod Medina
así lo pregona el grafiti
entre otras maledicencias
«muere, maldito comunista»
«no queremos sapos en la revolución»
un proscrito tirado a la vergüenza
resignación en espera de los últimos veredictos

Allá, por los sesenta


quedó la fotografía del grupo guerrillero
entre el matorral que nadie añoraba
Esa sonrisa castigada
sin antecedentes ilustres
solo las notas del bachillerato
como constancia y rendición de cuentas

Mientras se orina en la hamaca


oye los escupitajos de sus camaradas
barrigones pero de lengua mordaz
Los hábitos no abandonan al monje
como el catecismo de los sábados por la mañana
en la sala de la sacristía

Alza la vista en vana clarividencia


el encuentro con el cristo
de la pared de enfrente
recuerdo de su primera comunión
«tú lo que eres es un vende patria»

(29)
Multitud de gentes me habita

Tiembla la lumbre y las sombras vacilan


contienen su respiración
suena el disparo
cuatro cuadras más abajo

Y el hombre cierra los ojos


y piensa:
«Tanto escondite
tanto miedo
tanta bala encasquillada
sudor y ganas de llorar
a moco suelto
Mejor que terminen así las cosas
Si en esta calle vive un subversivo
prefiero ser yo y no aquel muchacho
enamorado
con ganas de cambiar el mundo»

(30)
SUEÑO LÚCIDO

Rod Medina
A medianoche desperté
en busca de mi aliento
en un directorio telefónico

Sabía que estaba escondido


detrás de mis párpados
por eso lo llamé con disimulo
hasta la puerta de su soliloquio

Allí estaban los nombres


con sus dígitos
amigos del pasado
compañeros de ahora
personas fallecidas
o en estado de indefensión

Comenzaron las lágrimas


a curtir las hojas con su tinta
no supe qué hacer
con tanta nostalgia

Al alcanzar la letra erre


advertí que mis iniciales
estaban al inicio de la página

(31)
Multitud de gentes me habita

Entonces marqué el número


esperé cinco, diez, veinte segundos

Nadie respondió

Así que volví a la cama


a seguir soñando
con una agenda inconclusa
y un teléfono
que repicaba sin cesar

(32)
UN INSTANTE

Rod Medina
Basta un instante
para preñar sueños en el vientre conquistado
un instante
y el fuego muere en el ojo de un pájaro

Un instante basta
cuando urge reanimar fervores de solsticio
solamente uno para quebrantar los huesos de una
[utopía

Basta un instante
no dos o tres o diez
para advertir que el delirio ha partido para
[siempre
Un instante es suficiente
si la ficción abandona una noche sin sombras

Un solo instante
entre páginas rotas y aborta el sumidero de la
[muerte
Basta un instante para descorrer ese velo en tu
[rostro

Un instante
nada más que uno

(33)
Multitud de gentes me habita

separa el soplo de la mortaja

Nadie sabe lo que un instante trajina en su


[hondura

Pero basta un instante


averiguarlo

(34)
SARAH POLLEY SUMERGIDA

Rod Medina
La habitación se inunda a medianoche
peces y pantaletas sin licencia para conducir
nadan indolentes. Sus ojos lucen putrefacción
o quizás el maquillaje les envejece

Hablo con un hombre viejo pero no avisto su rostro


al fondo de la recámara
Sarah Polley resplandece, inflamada
en medio del trabajo de parto

Su abdomen padece la misma fetidez marina


cuando el rojo animal aparece
el cuarto se estrecha y
Sarah Polley sangra por el ombligo

No, es la vagina, me confundo


una mujer reclina a Sarah Polley dentro del agua
la noche guarda silencio
mientras la criatura asoma el ojo incauto

Me obligan a cortar la alianza umbilical


sin atender el escándalo de burbujas
que huye del feto en suspensión
cerca de un tocador con el espejo roto

(35)
Multitud de gentes me habita

Sarah Polley mira y reprocha mi ineptitud


porque sentí vergüenza al saber
que el engendro era mío
y no del anciano sin máscara

Ella justifica su tedio sin escrúpulos


con el ser inerte entre sus manos
lo acerca a su pecho lácteo
sin notar que está debidamente muerto

El cuerpo flota ahora en la nebulosa


dentro de una bombilla acuática
que Sarah Polley enciende cada martes
antes de escribir cartas al tiempo

Yo no sé si soy cadáver o soñador


a causa de una paternidad irresponsable
que olvidé en el cuaderno de notas
donde garabateo versos en estado de gravidez

(36)
ESE HOMBRE

Rod Medina
Cada vez que lo veo está mirándome
desanuda mis escrúpulos
con el hambre de sus pupilas
El pecho joven
escapa entre los botones
la barba incipiente
revuela en mis bolsillos

Él estira su torso
alcanzo a ver su vello púbico
la pesadilla habitando en la almohada
su voz se esconde
deambula con certeza el camino vedado
de mis antojos
Desconozco el misterio detrás de sus lunares
la razón desmedida me consume
Arden el cielo y la espiga
renuncio al silencio extirpado en mis testículos
burbuja milimétrica
circundando el beso en las erratas
ese vértigo rebana los latidos
su filo vuela en círculos
la locura marchita en mi cabeza

La llave en manos

(37)
Multitud de gentes me habita

de ese hombre
libera el miedo del encierro
deja escapar las canas
el ceño fruncido
la flacidez del abdomen
Esa llave cubre de labios
los pies desnudos de nieve en los claustros
con sus alas
ventila la habitación antigua
donde claudicaron los sueños
Se mezclan unos recuerdos con otros
y los nombres vuelven a la vida
La boca rompe sus goznes
magra la carne señala el ombligo
La llave gira
cíclicamente
historias vueltas a contar
la sombra del hombre ilumina
el rincón de la cosa innombrable
la sombra, la llave, su sonrisa adolescente
el disimulo palpita debajo de las sábanas

Ese hombre
me produce erecciones en la punta de la lengua
habla y caigo al vórtice de las mariposas

(38)
Rod Medina
cuelga la lumbre sentada en el trapecio
velas e incienso
comparten el delirio de las infusiones
La mordida en la yugular
se convierte en imagen recurrente
subo los peldaños
hacia la torre de su cuello
El golpeteo de su vientre
se hace melodía en mis tímpanos
huelo su sudor
mezcla de cigarrillo, menta y perfume
las mejillas sonrojadas por la timidez
quizás la inocencia que crece entre los tropiezos
Admiro sus uñas
encabezan los guijarros
que penetran el descaro
Respira
arquea las cejas
ya no reconozco el cortafuegos
se cuelan códigos prohibidos por las ventanas

No tengo permiso a la vida


hasta que ese hombre aprieta mi mano en el
[saludo
habito el cuarto de las ansiedades

(39)
Multitud de gentes me habita

cuando su piel se despide de la mía


Sé que no hay luz después de este túnel
un precipicio de soledad me espera
cuando pise la alfombra que dice «bienvenidos»
Los años me pesan
igual que la conciencia
Desperdicié la promesa del celibato
acurrucado dentro del vientre del refrigerador
Los ojos de ese hombre me siguen
entre la espesura del viento
temo herir sus sospechas
Por eso me dejo cubrir de cenizas
a sabiendas de que la sangre me pide a gritos
solo
una
noche
con
él

Para Arturo

(40)
Rod Medina
TRÁNFUGAS

El reportero de esa cadena multinacional


que acapara señales abiertas y cerradas
en este insignificante y tercermundista
país de televisiones importadas
acaba de anunciar que
—hecho confirmado—
hemos alcanzado un récord mundial
nunca antes editado:

más de veinte millones de individuos


—ignorando normas básicas del decoro
sin un dejo de pudor—
han
mudado de ideología
migrado a otros confines
conmutado la moneda nacional
cambiado de bando polìtico o
conservado un cargo público
después de haber «saltado la
[talanquera»…
... ¡en menos de diez años!

Anuncian que el veredicto fue unánime


y el premio
—en metálico—

(41)
Multitud de gentes me habita

por tan prodigiosa marca


será entregado cuando tengamos el decoro
de confesar públicamente
—en carta abierta debidamente refrendada—
los motivos de nuestra
insoportable levedad del ser

(42)
AQUELLA NOCHE

Rod Medina
fuiste a marchar con los muertos
alegre te desnudaste
frente a las flores marchitas
que cuelgan del jarrón que nos regaló tu madre

Asomaste la nariz fuera de la luna


reías mientras bajabas
hacia la boca de los silencios
que esperan en cada esquina

Encontraste tu sombra en medio de la


[muchedumbre
eras otro sin esa máscara que dejas reposar por
[las noches
en la ventana
no me atreví a criticarte
eres más irreal cuando dices la verdad

Enfilaste el camino hacia la medianoche


comparsas de zombis
estrellaban sus calabazas
sobre la acera que rodea tu cuello

Estás vivo y no lo notas


prefieres fingir que te falta el aliento
cuando el entramado de estrellas de latón
flota sin premuras

(43)
Multitud de gentes me habita

sobre tu corona de telarañas

Te pierdes en el nocturno de mis sueños


sonámbulo recorres las calles
te conducen a mi lengua de trapo
detrás vienen los otros trasnochados
a juntarse con tu cuerpo
hacerse uno contigo
para fornicarme con impaciencia
hasta la hora de los grillos

Para Luis

(44)
LA MORADA DE MIS DESVELOS

Rod Medina
Tres y veinte de la madrugada:
tengo entendido que a esa hora
salen mariposas de los armarios

Levanto las sábanas


encuentro vísceras desperdigadas en la cama
(anoche cené con la muerte)

Toco una luz mortecina


que pende sobre mi ombligo
lejos se oye un fulgor de estrellas

Descubro una mirada que vela


simulando ser gorrión
o cerilla a la espera de otras mentiras

Más allá se acurruca el hombre


escapado de una celda —¿o es mi
[padre?—
como membrana se esparce en diagonal

Un reflujo navega mi esófago


prefiero callarlo antes del timbre
que acabará con esta maldita secuencia

(45)
Multitud de gentes me habita

Tres y treinta y dos:


despierto vacío en esta habitación
a donde recurren, tímidos, tus insomnios

(46)
EN ESTA HORA SUPE DE TI

Rod Medina
En esta hora supe de ti
apenas reconocí el secreto
que malamente amparabas
en un albergue de presencias,
junto a la boca amarga

En esta hora supe de ti


en el lícito momento
estremece el vuelo una pesadilla
cuando el día llega y despunta,
expira el alma tranquila

En esta hora supe de ti


suspendida en la ignorancia
navega furtivamente la pena
que estrangula latencias
hasta fraguar agrestes blasfemias

En esta hora supe de ti


aguardas escondida
en la morada de mis desvelos
muerte tardía mientras
el soplo escapa de sus dedos

(47)
Multitud de gentes me habita

En esta hora supe de ti


y no quise más volver
a ser el hombre sanguinario
que tristemente recogió
ternuras en el descampado

En esta hora supe de ti


y cierta pesadumbre atornilló
sus uñas en mis oídos
así, sin permiso, vagó
despacio por los caminos

En esta hora supe de ti


mudé el silencio al asilo,
lejos del tumulto
incapaz de sellar el libro
de los moribundos

(48)
AL OTRO LADO DE LA MESA

Rod Medina
el plato de tallarines con carne
bajo mi mano derecha
la carta que dejaste
No he osado leerla
imagino lo que dice

Aquí dejo el almuerzo


preparé lo único que tenía en la
[alacena:
un paquete de pastas a medio
[llenar
y una lata de albóndigas en salsa
No me esperes
llego después de las once
Hoy tengo guardia
Un beso

Acerco las viandas


giro distraído el tenedor
hundiendo sus dientes en el ovillo guisado
la primera mascada hasta la boca
¿Y si escribió algo distinto?

Serví lo que más te gusta


Cómetelo todo
porque es el último alimento que
[prepararé para ti

(49)
Multitud de gentes me habita

Me cansé de tus ojos de polvo


tu falta de sonrisa
No llames ni me busques
Fuiste bueno hasta que caducó el
[amor
¡Triste! Así es la vida
Cuídate

Lloro como un crío


acurrucado en la servilleta
¡Qué mal sabor me produce
la verdad puesta sobre el mantel!

Trozo una bola de carne


y la engullo con tristeza
Tomo fuerzas para darle vuelta al papel
doblado a la mitad
Lo acerco a una distancia justa
—la presbicia, ya saben—
y leo desde mis ojos en sollozos

¡Como los hacía tu mamá!


Buen provecho
Te quiero

(50)
Rod Medina
El alma ha vuelto al cuerpo
mis labios se relajan
el ceño descarga su amargura
mientras mastico con optimismo el bocado

¡Cómo me encanta dramatizar


a la hora del almuerzo!

(51)
ANOCHE DORMÍ CON ÉL
Multitud de gentes me habita

transcurrió en medio de una súbita ceguera


noveles cuerdas
tensadas una a una
pulso pulso pulso

No sabía si gemir o simular


tendida allí
desvestida
convulsa
transmutada

Su tacto invocaba el deleite


hormigueo ardor rocío
sacudida en el vientre inmortal
palpita la tesitura de cada nota

Dentro
Así
Más
Más
Más

El vientre detona
vuelo en minúsculos retazos

Desaparezco

(52)
Rod Medina
¿Mi boca pronunció
alguna de esas palabras?
O fueron ecos en mi cabeza
arribando desde abajo
vasta cavidad espoleada

Nada más recuerdo


(solo temblor y cosquilleos)
Dedos
Oh, sus dedos
maravillas
tallando
nuca
labio
axila
pezón
ombligo
clítoris
muslo
rodilla
talón


anoche deliré
junto a la almohada

(53)
Multitud de gentes me habita

y por vez primera


aconteció
la vida
en mí

(54)
DERECHO A RÉPLICA

Rod Medina
Junto a una fotografía donde aparecía mi rostro
[amargo
decía:
«Este hombre conspira con el diablo»

Después de una acalorada llamada telefónica


resolvieron enmendar el error:
«El diablo niega conocer a dicho sujeto»

(55)
SOPLONA
Multitud de gentes me habita

La arruga en la frente me jugó una mala pasada

sin previa autorización


instaló su buró
en medio de la discusión
que tuvimos
(mi novia y yo)
esa noche cuando me halló de rodillas
con la cabeza perdida en las vergüenzas
del vecino de enfrente

(56)
ÍNDICE

LIMINAR 5

POEMAS
SI MI CORAZÓN 9
DETRÁS DEL PRETEXTO 11
CALAMBRES 12
AYER TE VI 14
ORGASMO 17
POST MÓRTEM 19
SALÓN DE BELLEZA 21
UNIVERSO PARALELO 23
ESTA ES LA MANO 24
BAJO LA CREMALLERA 25
MULTITUD DE GENTES ME HABITA 26
VINO LA MUERTE 28
EN ESTA CASA VIVE UN SUBVERSIVO 29
SUEÑO LÚCIDO 31
UN INSTANTE 33
SARAH POLLEY SUMERGIDA 35
ESE HOMBRE 37
TRÁNFUGAS 41
AQUELLA NOCHE 43
LA MORADA DE MIS DESVELOS 45
EN ESTA HORA SUPE DE TI 47
AL OTRO LADO DE LA MESA 49
ANOCHE DORMÍ CON ÉL 52
DERECHO A RÉPLICA 55
SOPLONA 56
Edición digital
Diciembre 2020
República Bolivariana de Venezuela

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