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POEMAS DE SILENCIO

Rodrigo Hagar Millón


POEMAS DE SILENCIO

POEMAS DE SILENCIO

Primera edición: Diciembre 2019

© Rodrigo Hagar Millón, 2019

Registro de Propiedad Intelectual

N° A-310398

Impresión: www.edicionesondemand.cl

Diseño de Portada: Rodrigo Hagar Millón

Impreso en Chile Printed in Chile

ISBN 978-956-401-472-2

Derechos reservados.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

ÍNDICE

7 ENTREGA
8 PERMITIR LO BELLO
11 EL POETA
13 REFLEXIÓN DEL MAR
14 ORIENTACIÓN
15 QUISIERA BOTAR LAS LETRAS
16 VITALEX
17 EN LOS SILENCIOS
18 LA MUERTE
20 POETIZAR
21 LEVE SONSONETE AFRICANO
24 LETRAS PARA VIOLETA
27 ODA A LA SAL DE MESA
30 ODA AL CEJILLO
32 EL VIEJO
34 ESCARABAJO
35 NO ESCRIBIRÉ HOY
37 LA LLEGADA DEL OSO
38 TE SÉ
39 LLORAR
41 LA VERDAD
42 REFLEXIÓN
43 BASES ESTRUCTURALES
44 IMPERFECTO
46 MEDIANOCHE
48 EL ALMA
49 CORDURA
50 METRALLETAS VERDES
52 RETOÑO
53 SINCERACIÓN
54 TITÁNICO
56 UN PATIO MOJADO

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POEMAS DE SILENCIO

57 CRÁTER
58 CITADINO
60 DE ORATES
62 HOTEL DEL PUERTO
64 RECORRIENDO MACCHU PICCHU
66 APOGEO Y CLAVOS
67 CULPA
69 POEMA NARCISISTA
72 ESE MONO
73 NATURAL NOCTURNO
75 ANTI-RUIDO
AIRE DE MAÑANA
BRILLO
76 ATERRIZAJE
77 AYAHUASCA
79 BREVE CRÓNICA DE UNA MENTE DESTRUIDA
81 CARRETERA AUSTRAL
83 COLOQUIAL Y VERSÁTIL
85 NORTE
86 REVOLTIJO
88 VESTIGIO DE LUNA
90 ¿Y PARA QUÉ EL BRINDIS?
TE MIRO DE NUEVO
91 UN AGRADECER
RODRIGO HAGAR MILLÓN

A Norka y Lorenzo

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POEMAS DE SILENCIO
RODRIGO HAGAR MILLÓN

ENTREGA

Las rocas de la senda


van cambiando de colores,
y el espejismo
en el cielo vaticina
la necesidad de asentamiento.

Hoy libero, en la mesa del destino,


las mejores de mis cartas
-incluyendo las menos forjadas-,
en acción de atrevimiento.

Es ahora el ímpetu y mi empeño


lo que puede volver de colores
este afán que he tenido guardado
bajo el manto de mis sueños.

Es ahora el riesgo, el sudor y la aventura,


y es también la calma, el oficio, la realización.

Es tiempo, ya,
de expresarme con el alma,
y entregar lo cultivado
en el fondo de mi corazón.

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POEMAS DE SILENCIO

PERMITIR LO BELLO

Avanzan tropas de belleza


entre matinales tempestades.
Para la mente parece locura
esto de reír entre ideas
y plasmar máscaras
y encontrar un atisbo de sonrisa
en una cara de alma dolida.
¿Cómo ver eso?
¿Cómo permitirlo?

Permitir lo bello,
darle un lugar
un espacio.
Si es inocente,
dejarlo:
darle aire,
darle vida.
Permitirle encontrarse
en cualquier momento:
en deleite eterno,
relajo momentáneo,
aliado en la enfermedad
o doliente sinrazón;
RODRIGO HAGAR MILLÓN

en lo que sea,
amar lo bello.

Darle un alma.
Permitirle su soplo.

La vida:
que pareciera un hálito de estrellas
que nos regala el sol
en la noche de nuestras dudas.

La vida:
suavidad del cielo.
Cabida que da el misterio
al fulgor de nuestros corazones.

No hay consenso
que no sea deleite
cuando se permite,
ante todo,
la libertad.

Aceptando
y dejando ser
la belleza tierna,

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POEMAS DE SILENCIO

viva y absurda,
se despliega el alma,
se empina el espíritu
y vibra el sonido nuevo
de despertar.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

EL POETA

Se sentaba el poeta
en mesa descorchada
con su caligrafía intrépida
y trazos atrevidos,
como látigos de furia de zorros.
Como momento doloroso.

Corrían los vientos por su cabeza


y la sal
de su cuerpo atormentado
hacía férreas a las divas
que ponía entre sus versos.

Tinieblas cotidianas
asemejaron el espíritu
al dolor
cansado,
mediador entre el alma
y la cuna inspirada
de la mente inquieta.

Dejó,
entre las hojas amargas,

11
POEMAS DE SILENCIO

noches silentes y sudadas


en albores de empeño,
y las estrellas le robaron sueños
como a un expatriado enajenado,
cual astilla de leño.

Se fueron los matices


de las venas recorridas
y la lluvia aproximó su canto
esperanzador, perdido,
al cielo compartido
de las novelas
y el recuerdo.

La tinta más amarga


sucumbía al beso
de un soplo infinito,
ufano,
leve y siempre leal
con todos los desiertos.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

REFLEXIÓN DEL MAR

El camino de nieve,
con sus goterones absolutos,
marcaba el paso de la reflexión
cabizbaja, profunda, nocturna,
con aires oscuros, ausentes de tiempo,
y elocuentes
en su afán de paso y horizonte.

Afuera, sonaba el mar,


y las ballenas traerían su cohesión.

La marea equilibraría sus estrellas,


sus destellos y sus fríos
en son de la vida,
favoreciendo al que anduviera merodeando
escondido entre las sombras y las rocas.

Como lo hacía yo a esa hora


en certeza de mis ojos.

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POEMAS DE SILENCIO

ORIENTACIÓN

No es vano
volverse atento
a las circunstancias
del palpitar
momento a momento.

No es vano
contemplar al alma
como el ritmo básico
de lo que siento.

No es loco entregarse
por afán desmesurado
de la conciencia,
sin apresurarse,
sin violencia,
pero con el corazón
latiendo en insistencia
de comunión.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

QUISIERA BOTAR LAS LETRAS

Quisiera botar las letras


en un tarro lejano;
porque la poesía no es, siquiera,
sus palabras.

La poesía es más bien el ímpetu,


una especie de soplido de la intención,
la muerte en el verbo.

Son sólo eso, los verbos: muros para la esencia,


espejos del salto del alma;
muros que contienen, edifican, crean.

Pero la poesía se parece, más bien, a la carne,


a lo desgarrado, a la risa;
quizás al pavor y al insumo de aire.

Quisiera botar las letras


en algún remoto escondite,
para hallarlas, así, dormidas,
sabiendo que el mundo se rehace
cual imprudencia,
cual implacable desquite
de todas mis guaridas.

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POEMAS DE SILENCIO

VITALEX

Les pido
vivir encargados
de forjar algo más
que lo fácil legado.

No sean prudentes
a la hora de amar,
pero sí consecuentes
con su propio mirar.

No se trata de darse
por temor a aferrarse
a perspectivas forjadas
desde el ser y el sentir.

Se trata, más bien


de seguir al latir
y ser uno en instinto
de nacer y morir.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

EN LOS SILENCIOS

El sonido literal
de las almas que brillan,
debiese ser invocado en propósito normal,
en vocación de sociedades
y en reto de vanguardia.

¿Es que debemos esperar otra cosa?

Lo lamentable de lo silente guarda


muchas veces,
la lágrima.

Y tras el dolor
más intenso
de lo escondido,
muchas veces se guarda
la luz.

La espesura de lo que duele


arropa lo tierno,
cobija lo incierto
cual vendaval de besos.

17
POEMAS DE SILENCIO

LA MUERTE

Conformándose, el tiempo,
con la angostura del bosque,
decidió alojar
en un rincón lejano;
en la espesura de un musgo
y sus sonidos de gorgoteo matinal
y su estructura de insectos.

Zumbidos incesantes continúan bien lejos,


en la ciudad, con sus categorías en lápiz,
con el cartógrafo que corroe las noches de varios,
y la nostalgia de la verdad,
y la amargura
y la tortura
y los asesinatos.

Varias leguas más allá


- y más acá -
reside la dicha
que muchos proclaman
en silencio,
mientras otros mueren
bajo el mismo castillo:
RODRIGO HAGAR MILLÓN

el de la eterna derrota
frente a la victoria
de aquello que nos une
por siempre.

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POEMAS DE SILENCIO

POETIZAR

Me he permitido dejar de lado


el manantial del versar,
por mi son de esmerarme
en cavar, cavar, cavar...
hasta conocer la médula esencial
de lo inesperado.

Mas es imposible conocer


el total dominio de lo profundo,
pues no es eso más que algo bello
que se muestra, así, rotundo,
ante la impotencia de mi empeño.

Venero, entonces, por gracia de la poesía,


la eterna belleza que en todo se anida;
sin asco de trepar el porvenir de la palabra,
ni con ganas de alejarme
de lo que vibra en el alma.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

LEVE SONSONETE AFRICANO

Siendo lo suficientemente insolentes


como para acallar las caras más dolidas
con los asesinos ojos de una risa
que se parte por la mitad,
seguimos emprendiendo el paso
por las calles de la ciudad.

Entre áreas y mundos que no hemos visto


-mundos que remecerían nuestras entrañas-,
se sobrevive la vida;
no el honor ni los egos ni los besos,
sino el cielo y su oxígeno.
Las fuerzas de la sabana se elevan y asemejan su abrazo
a un grito desesperado,
carcomido por el dolor y las balas.
La sangre se derrama lejos de la verdad del alma,
que sufre…
merodea su mensaje entre oídos ciegos.

La falta de palabras nada por entre las manos


y la libertad es un vestigio maloliente que se odia,
porque nadie tiene herramientas para abrir el paraíso
desde los pasadizos de la mentira más cierta.

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POEMAS DE SILENCIO

Las salvaciones y cariños sobreviven


encubiertos
por el temor,
lágrimas incesantes,
y muchos paños repletos de amargura y arena.
Acá cuidamos lo artificial
y allá se sufre la realidad.
Acá jugamos a comer,
allá la falta de un bocado lleva a un dolor profundo
que encamina lentamente hacia la muerte.

La vida que nos has regalado, tierra eterna,


se pierde entre los manjares que te quita la soledad.
Quisiéramos tantos emprender camino hacia tu esencia
para liberar del odio a los corazones.
¡Ay del dolor que nos será infligido cuando las barreras
de aquellos que atan el alma al sufrimiento
sean penetradas por nuestros pasos firmes y abiertos!

¿Dónde podemos comenzar a besar el latir de un pueblo?


Mi país es un metro cuadrado.
Mi mente es un centímetro cúbico.

Me pierdo en tanto reconocer y valorar,


RODRIGO HAGAR MILLÓN

mientras tantos mueren.


Mientras tantos, ahora,
se están muriendo.

Acá el humo sigue asfixiando a algunos;


no el humo del incendio que mata en África,
sino el humo que fumamos para matarnos
mientras miramos correr lo que llamamos tiempo:
eso que llamamos tiempo para justificar que no hicimos nada,
pues todo llegó de golpe
y acalló nuestras voces,
nos dio lo justo y necesario.

El tiempo que dejó todas las inquietudes de un niño


perdidas,
llenas de pesados balones de oxígeno
que reposan en repisas frías y llenas de polvo.

Lejos del abrazo cariñoso


que nos ofrece la Madre Tierra.

La misma que sufre nuestro embiste.

23
POEMAS DE SILENCIO

LETRAS PARA VIOLETA

Oscuro es el temple
de la noche bendita.
Hermoso es el espinazo erguido
de lo que, bello, transita.

Somos luz inevitable.

Prisma el de tu garganta
para entonar vocaciones dignas.
Pálido el canto de tu alma,
para embellecer rincones elevados.

¡Pon tu espacio de belleza en las lagunas


y honra el silencio con tu nombre!
Que yo te honro cual vasija de infinito
conteniendo silencios,
y profundidades solitarias
y mucha indiferencia.

¡Por Dios que tanto ha habido en estos suelos


que moramos descalzos sobre las grietas de tus ojos!
Desde ellas brotaba todo el amor,
la calidez y lo sensato del retirarse;
RODRIGO HAGAR MILLÓN

del saberse campestre, colorido


y pletórico de muerte y ansia intempestiva.

Arremetiendo, empujando lo que fuere loco,


se vuelve aspiración mi propio silencio
y también lo hacen mis manos con su alegre cumplimiento de
comando;
el que les da el espíritu,
y mi ansia, y mi canción fresca y el sudor.

¡Por Dios que todo truena!


¡Por Dios que todo es valle
y es algún acertijo de santidad!

¡Ay de las nubes y los santos ladrones


que nos robaron el telar de la noche!

Escondidos tras las vasijas más llenas


nos revolvemos
y sentimos el trinar de las aves que supiste encarnar en tus
melodías.

Violeta, canción más infinita que lo que yo pudiera expresar,


bendito seré si de mi canto y mi ojo
se visten, de verdad,

25
POEMAS DE SILENCIO

de tu inspiración y tu aliento,
preciosas y bienvenidas notas.

Poséame la noche de tu dolor


para yo saber descifrar, desde el amor, tu soplo
y erguir, que sea, un despunte de quena
que acribille las noches solitarias;
todas las eternas,
las de las lágrimas.

Podría tal vez yo ser, de esa forma,


alguno de los guiños simbólicos
escondidos, elocuentes, en tus telares:
ser alguna de las pausas de tu sinceridad,
cuando la noche ruegue al oído
sucumbir a la barrera máxima,
ésa que empuja al hombre y a la mujer
hacia el sueño infinito de su perdón,
de su milagro
y al desapego de sus tendencias
más cálidas.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

ODA A LA SAL DE MESA

Aclaremos esto de una vez:


no eres tú,
ni las carnes ni el sabor.
Es tu ternura.
Es tu disparo a la lengua.

Mi estómago es una vasija de mentiras


que procesa muchas novedades.
¡Cómo como insaciable!
¡Cómo ayuno de espanto!
Sal, malhumorado corazón del renacer,
te buscaré,
pero nunca tanto.

El tema del colesterol y las grasas


es ya trámite de viejas andanzas,
de doctores asesinos,
de abuelas cansadas,
sal de vida y añoranza:
¡no hagas del deleite un engaño paulatino!

Veo el horizonte y contemplo el acero de los barcos


brillar, a lo lejos...

27
POEMAS DE SILENCIO

cae la sal al suelo


y un arrebol naranja me sonríe
travieso,
contento.

Pásame la sal en la mano:


no hay mala suerte,
pues el mar o las dunas
nos llevan a su propio origen
con el canto que hagamos
al silbar nuestra boca
virgen.

Y las ballenas, y las flores y los lirios...


Ay, sal, ¡abundante gorgoteo!
¡No me quiero ahogar en el mar
y morir de tu violencia!

Si sólo supiera pelear por aquello


que fluye en mis venas
podría ser como las ballenas:
aumentando el amor,
recogiendo la vida
mientras escupo lo que sobra
con guata llena.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

Tienes un aire que refresca las nuevas,


sal marchita,
incoherente,
bendita...
flujo de estrellas que, de golpe,
aterrizan plenas.

29
POEMAS DE SILENCIO

ODA AL CEJILLO

Escalada para el canto,


bastión del ascenso,
comunión novedosa entre mis manos
y los vaivenes del instrumento;
posibilidad infinita
de pedirle el sentimiento,
las emociones, los verbos,
a la guitarra y su lamento.

Te aprendí y ahora yo soy tú,


como encarnación de lo que no pueden las cuerdas
desde su base más inocente,
la de la afinación de oído previo
sin atisbos claros de improvisar.
Recurrir a ti, cejillo amigo,
me permite elevar el ansia entonada,
hacer metamorfosis
del eco que esperaba
quien vino a escuchar.

Aplaudir, cocinar, estrechar,


acariciar;
es la misma mano la que se posa casual
RODRIGO HAGAR MILLÓN

para tan cotidiana técnica,


para hacer gala esencial y pasajera
de lo aprendido ayer
con marcas rectas en la piel.
Acción fugaz que es certera y se retira madura.

Eres aquello que me dieron como tónico


cuando la guitarra no da apertura.
Encuentro simple
entre variaciones indispensables,
ritmos reinventados,
el diapasón alegre
y la partitura.

31
POEMAS DE SILENCIO

EL VIEJO

Solía caminar entre sus cuentos


y relataba historias al viento,
compañero solitario,
fría llamada del silencio.

A veces reía
con impulsos de la tierra.
Los cerros y sus pasos
acompañaban el ocaso:
relator durmiente de su poesía.

Entre noches azuladas


y vertientes de aire cristalino
sus dedos
y su alma
deambulaban
entre copas de vino
y palabras inmaculadas.

Así era el viejo, caminante y solitario


fumador de mil cigarros,
bello reflejo de mil nostalgias,
coleccionista activo de los años.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

Sus perfumes acechaban


mañanas de espuma y salitre
y comenzaba sus días
con palmadas al destino.

Se escuchan, aún,
los sonsonetes de sus pasos,
los retoños de sus glorias,
y arremeten, entre guijarros de pan,
los muertos de su memoria
y de esta tierra
que ha dejado sola.

33
POEMAS DE SILENCIO

ESCARABAJO

Como canciones del salitre


y callejones amarillos,
el insecto negro se esconde,
rápido,
intrépido.

Con sus patas de contacto mínimo,


con su boca, metáfora del musgo,
arremete.

Con su dorso de piedra antigua


y su color de muerte
avanza cual hombre herido,
como un chasqui cuasi ciego.

Dejando la huella de patines marrón,


apaciguando el atardecer entre agujeros,
facilita una tarde torpe y dura
y lidia su guerra contra el polvo.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

NO ESCRIBIRÉ HOY

No voy a escribir hoy,


pues la noche ha dejado una estela amarga,
un sinsabor inexplicable
y rasgos mediocres
a las búsquedas de mis pensamientos
poco contingentes,
alborotados.

Escribiré sólo por cortesía de la lectura,


por amor a los ciegos astros que residen en mi espíritu,
llenos de falta de consistencia,
absortos en un pasado inmediato,
en una nada honorable.

Escribo porque la literatura es clandestina de pasiones,


porque la poesía es mentirle a la lengua fácil.
Recurro a los artilugios dominantes del ser enaltecido:
dócil escapatoria de sentimientos y lágrimas.

No voy a escribir hoy,


me llena.
Es absurdo regalarle planes a un muerto
u oscurecer cabidas para agrandar porvenires.

35
POEMAS DE SILENCIO

Escribiré sólo por egoísta,


por mirarme para adentro,
por regalarle una memoria finita
a un silencio pasajero.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

LA LLEGADA DEL OSO

Entre lluvia de flores y pétalos alegres,


a paso lento llegó el pequeño oso,
portador de lo bello,
de entre las guerras llegó
rebosante de ternura,
con los ojos cansados y temerosos,
impetuosos de la primera lágrima
que, al llegar a nuestro jardín,
derramaría
por primera vez
en todo su camino.

A su alrededor,
los árboles y la hiedra,
cual padres y hermanos orgullosos,
lo abrazaban.

Bienvenido a casa,
el temor ha pasado
y hoy el sol brilla como nunca.

37
POEMAS DE SILENCIO

TE SÉ

Te sé,
de repente;
en verte
tenerme
de frente.

El leve mecer
de este beberte
crece,
excelente,
entre el revés
de perderme.

Este quererte
este mes,
me enternece,
me prende,
me estremece...

¡Ven, ven!
Es que es el deber de ser
desde que me empeñé
en quererte.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

LLORAR

Restaurando todo
quiero vivir, cobijando mi ansia
bajo la lluvia
que disuelve la angustia
en cálida lágrima;
en sensación de la tierra que anuncia
toda la vida
por primera vez.

En soledad de papeles quiero llorar;


derretirme
como silueta de los versos
que desaparece y es
una sola
con el aullido del canto de la noche,
del silencio eterno e infinito,
del esperar que las hojas se muevan
para anunciar el amanecer.

Gota a gota,

corriendo descubro
que mi intensidad parece un vacío

39
POEMAS DE SILENCIO

y mis manos,
mi cuerpo, mi sed,
mi aire de ansia volátil
son espacios
y nada más.

Son recuerdos
que habré de hacer volar
entre mis sueños
al despertar.
Con la memoria que hará espacio
al silencio más nutritivo
que conozca mi propia temperatura.

La lágrima, a veces apretada,


a veces incomprendida,
tiene mucha cara de la verdad
más tierna y por lo mismo,
a veces,
parece lo más intratable.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

LA VERDAD

Es tan escurridiza,
que enunciarla
es un placer exquisito.

Es tan efímera,
que recordarla
es luego autoengaño
respecto del infinito.

41
POEMAS DE SILENCIO

REFLEXIÓN

Supe de lo cierto
en ese rato;
pero lo tomé ligero,
como quien disfruta del viento
confiando en que volverá.

No es así con los bríos


del empeño y la fortaleza:
se requiere sembrar el espacio
de lo sincero en espacios vacíos.

Veo caer el árbol del trecho


y vuelan cerca
algunas posibilidades de canto.
Se acercan, se asemejan
a mi rubor y mi quebranto.

Tal vez sea bueno,


en días donde me vuelvo cantor,
reflejar en mis ojos
detenciones del tiempo:
reposar en el hielo
para que actúe el calor.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

BASES ESTRUCTURALES

Claramente hay momentos


en que el aire se acaba
y operan los tormentos,
cual arrogante maquinaria.

Pero el cielo no está extinto


bajo la derrota de la cordura,
y siempre quedará locura
que conciliar con el instinto.

Mucho cuesta el encontrarse


cuando se perdió el camino claro;
pero cuesta poco recuperarse
si ya se avanzó en terrenos
profanos
para la lengua del olvidarse.

43
POEMAS DE SILENCIO

IMPERFECTO

Soy imperfecto por privilegio,


por rutina desgraciada
y, para buena suerte de mi futuro,
soy imperfecto de vaivenes.
Aspectos no consolidados,
libertades que he temido,
verdades que he acentuado y repetido y empujado
hasta gastarlas en el cansancio.

Sonidos de mi esencia que yo mismo


he dejado de escuchar
por el empeño de mi martillo
sobre una acera que es puro aire.
Soy imperfecto por creer en la hiedra como idea
antes que perderme en su barro.

Soy imperfecto por mi mente excesiva,


por los cánones repetidos que hago propios,
cual devenir del cosmos y sus tumultos;
cuando el ladrido del perro y un susto repentino
son mucho más ciertos.

Soy la imperfección cual encarnación de la muerte.


RODRIGO HAGAR MILLÓN

Imperfección que no he aprendido a valorar


como hazaña imperfecta de todo lo bello.

Porque lo bello es real


y azota fuerte
cuando nos trastorna.

45
POEMAS DE SILENCIO

MEDIANOCHE

Lánguido el poeta
tomó el encanto en los brazos
y besó a la niebla
de su espíritu erguido.

Se tomaron de las manos


el futuro y la melancolía,
reencontrando silencios,
inspirando muertes
plasmadas en tinta reveladora.

Aquella noche
de canciones dormidas,
de rituales de grillo
y suscitaciones de pálpito,
el poeta labró
memoria invisible
dentro de su alma.

Aquellos versos
parieron perspectivas,
plasmaron misterios;
RODRIGO HAGAR MILLÓN

y en su mirada oscura
penetró,
con ansia de contemplación,
un abrazo
de medianoche.

47
POEMAS DE SILENCIO

EL ALMA

Queremos desanudar,
bajo nuestras llagas,
la fragancia imposible
del logro espiritual.

Pero más tiene el alma de olvido


que de triunfo,
cuando se muestra
por descuido del amor.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

CORDURA

Mi cordura es el vestigio del trueno


que irrumpió entre los granizos
que caían sobre la acera,
mientras las aves despertaban
para anunciar el invierno.

49
POEMAS DE SILENCIO

METRALLETAS VERDES

Bajo el silencio parco del césped


hunde las garras la cortesía,
arrebatando nichos marrón,
doblándome en el hierro.

Como cartas ácidas,


lenguas bastardas
y elementos necesarios,
se hace indispensable,
un calor nocturno,
una sed,
un guía.

Metralletas verdes.

El terror de las canciones,


malas suertes que gimen...
...yo respiro pero levantando
cargas veneradas en longitudes de gaviota.

En medio de la guerra asoma


la luz amarilla
y sostengo tenedores al crepúsculo
esperando que un alma gris llene el espacio.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

Nadie quería hablar, ni despechar


querubines,
latas,
melancolías de azufre.

Verdad.

Quedan años de granito sólido,


bochornos vespertinos
laxitud renovada.

Metralletas rojas.

Versos que nombran el rincón inconfundible


del alma dormida.

51
POEMAS DE SILENCIO

RETOÑO

El color del cielo


difiere un poco de las piedras
cuando abro mi alma.

Su destello es puro
como un lápiz de agua en los labios
y el sonido del amor bajo tu vientre.

El cielo es el brillo
de lo que entregas a esta tierra:
la realización de verdad
en nuestro niño amado.
Sus caricias, abrazos
y su risa eterna,
que despliega en mi corazón
la esencia de mi propósito
en esta vida.

En esta,
nuestra vida.

Cielo de ojos brillando tan puros


que me obligan a ser mástil de amor
durante la tempestad.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

SINCERACIÓN

Entre pretextos y canciones,


sin mirarme más allá,
hice del canto, las reflexiones
que faltaban por habitar.

Y como yo no quedo corto


en sencillos regocijos,
sin piedad, y en revoltijo,
compartí las bendiciones
que la tarde me entregó.

Porque no es que sea yo


repartidor de acertijos
cuando brillan las esencias
que me habla el corazón.

53
POEMAS DE SILENCIO

TITÁNICO

Y los barcos se llenaron de cartas


y zapatos de mujeres viejas
con concentraciones de cabellos
y lámparas de habitaciones y telarañas.

Iban los perros acechando


los postes de hierro:
firmes bastiones de arrimo,
en cálida tarde de abrazos y tierra.

Los coches, aferrados a las sonrisas


de tanta joven de caras blancas;
y sus carteras:
mundos de recorrido y futuro.

Zarpó finalmente
el coloso de encías duras,
y las miradas
fragmentaron el mundo
en polvo y gotas,
en adiós y comienzo.

Lejos,
RODRIGO HAGAR MILLÓN

en el centro de las soledades


se fundaría un nuevo criterio:
categoría de gélidas manos
invisibles hermanas del viento.

Esas despiadadas doncellas de muerte


atravesaron cuerpos y gritos
llevándose la vista añorada
a un templo de frío y silencio.

55
POEMAS DE SILENCIO

UN PATIO MOJADO

Un charco resonante me inundó las entrañas


y un pináculo absorbió el gesto de un niño;
pináculo alto, de lanas y metales.
Edificio sin moldura, esfuerzo en gritos,
labores alcanzadas por el musgo.

Desde lo bajo miro, y aprecio con un frío


húmedo, caminado por el aire,
burbujas de nostalgia
y me asemejo a la locura
disfrazado de nube invisible.
Así me veo desde lo alto.

Encuentro las miradas perdidas,


los encuentro a ustedes.
El patio bajo
se desgarra
y es amenazado
nuevamente,
por el alto del rey de nosotros,
los miserables.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

CRÁTER

Asómate,
sin dar la espalda,
mira tu cráter;
que el burlón más elocuente
lo va a ver primero

O en el peor de los casos,


tu mejor amigo
lo callará,
en vil defensa del suyo propio.

57
POEMAS DE SILENCIO

CITADINO

La trampa citadina
no es poco para mi empeño ahogado.
Quizás sopeso poco al catre de hierro
que sostiene los discursos más fundamentales,
más cotidianos:
los del silencio de inquietud.
Tal vez hago poco énfasis en las palabras que corren,
en el color de las risas,
en el tono de las miradas,
en lo que se hace,
más allá de los tecnicismos,
de los logros,
incluso de lo bello.

Algo hay,
y está en mí,
que sucumbe y busca.
Algo hay,
y está en mí,
que no se conforma,
y emprende recorridos de porvenires posibles
en una invocación lunar y programática,
en anhelo serio,
RODRIGO HAGAR MILLÓN

en fantasía responsable.

La puerta cotidiana, entonces,


no es poco para mi ansia que añora paz,
que se instala en los prados y las plantas.

La máquina cotidiana,
desde mi propia esencia de querer el canto,
el baile,
lo que algo dice;
esa máquina me lleva
al mar de las explicaciones,
las huidas
y la falta de sueño.

Balcón de la náusea
con que honro al escape.

59
POEMAS DE SILENCIO

DE ORATES

El enfermo aire,
catres estropeados.
Vanguardias destrozadas,
lúgubres almas.

Oscuridad azul marino,


pasillos de verde hedor
locura repentina
grito amordazado.

Pétreas manos
silencio desesperado
espada y pared
dentro de una cabeza,
fracturada.

Escapes
canciones delirantes
risas y muerte
posición triste.

Lamentos
cantos antiguos
RODRIGO HAGAR MILLÓN

miradas toscas
vergüenza envidiosa.

Caminando tranquilos,
anestesiados.

Ventanal oscuro
de nubes negras:
la mente
demente.

Mirada al suelo
moviendo sombras.

61
POEMAS DE SILENCIO

HOTEL DEL PUERTO

El piso del hotel es de polvos pardos


y bocas muertas alimentan sus escaleras,
rancios escollos del entrepiso
albergan fantasmas y densa niebla blanca.

La barra de los placeres contempla el triste espectáculo


de pasos y melodías antiguas
de los corredores,
de habitaciones asesinas
y rincones de sexo y cigarro.

Yo veo a alguien ahí,


un ser de sombra y cadenas
de bigotes veteranos y garganta hedionda;
empina su vaso,
lo veo,
tiene miedo de tanta categoría que invadió al puerto,
tiene asfixia en sus manos.

Este viejo acarrea pesares y cantos reverberantes


de pianos sin sonido,
de cuerdas sin tensión,
tiene un revólver
RODRIGO HAGAR MILLÓN

y tiene platos,
y sillas.

El antiguo hotel exhala desperdicios


en sus poemas olvidados de madera,
en sus retoños de idiosincrasia
sofocados,
lentos como espuma de cerveza.

Ahí arremeto yo, con mis ojos de aguja


implorando al antiguo caballero
que remeza las terrazas del hotel,
que llore el ácido del olvido.

Pero este distinguido conquista las alfombras


y se une a la desesperanza de la sombra,
a los catres de los fantasmas
y a las dentaduras muertas de tanta señorita.

Así une su espíritu al ocaso


cerrando las cortinas,
apagando el último fuego
y se empina con sus billetes de corcho
hacia tanto buscador de desgracias
y apogeos fallecidos.

63
POEMAS DE SILENCIO

RECORRIENDO MACCHU PICCHU

Había soles de aire místico


y canciones de paredes
de verdes vidrios
con pájaros,
y lianas
y polvo.

Caminaba entre calles hermosas


con casas y colores;
y pipas mestizas que hablaban de la tierra
con sus cantares de agua escondida.

Las vertientes de inspiración


se apoderaron de mi alma
en una plaza rodeada de montañas:
hojas blancas y vestidos leves
tomaron mis manos
y las acompañaron a escribir versos,
a adorar lo más alto:
tinta negra hermana de los árboles.

Me senté en una cumbre


delirando con el viento
RODRIGO HAGAR MILLÓN

y las gotas de rocío de la altura`


plasmaron fantasmas en mi cara

Entre las nubes


ofrecí la vitalidad
al precipicio
y grité
por la salvación de las almas.

En esos cerros conocí la gloria misteriosa,


el sabor de la mirada oculta
entre muros situados
en lo más alto del universo
que observan, sigilosos
islas de demonios y remembranzas de águila.

Por ahí caminé entre mi perdición


ignorando al ser vástago de una ciudad,
ahora retoño del cielo,
ahora muerto en el paraíso.

Volví hacia la tierra nueva


y desde lo antiguo
asomé mi cara a la rutina
escondiendo mis ojos en el misterio.

65
POEMAS DE SILENCIO

APOGEO Y CLAVOS

Son estos pasillos destrozados los que intento invocar,


aun cuando vea mi garganta pletórica de ciénagas azules,
sé, veo y presiento,
cómo por dentro se detonan monasterios escondidos,
que roban corazones,
que aumentan la envergadura de mi eficacia:
esa que tengo para arañar las verduras, el sol y los cielos.

Así me he mantenido ciego, hablando como poesía literaria,


como música sonora,
como aire ventilado;
corroído el sentido más primario,
lleno de llamas,
cansado de moretones que le he pedido al destino
como testimonio de mi derrota,
como testimonio
de la esencia que forjando lo inconcluso,
elevo desde mi sangre.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

CULPA

Culpa, inmediata:
mirada despectiva de pasado,
roer de los cánones ineludibles
de la conciencia prematura
en juicios, ataduras.
¿Dónde perdí la inocencia, aventurera?

Culpa, cruenta asfixia


de anhelos muertos,
de rompecabezas alborotados,
puestos en juego,
indeseados.

Mala hora la de las invocaciones de cordura,


malos tiempos los del temor a metamorfosis elocuentes,
a contenciones grandes de vorágines abundantes.
Malas épocas las de la censura meditada,
las de la conclusión de escapatoria.

Errores, como nadie,


arquetipo recurrente en pasado obvio,
te pones tu máscara incesante
puntuando mis actos,

67
POEMAS DE SILENCIO

inventando secuencias
desvirtuadas,
que despechan virtudes
y aspiraciones espontáneas;
actos tentativos.

Culpa,
mala sangre de pudores cultos,
de estigmatización:
inmunología del hedonismo,
grave distorsión consensuada,
exageración ciega,
piel asesina,
reacción normal.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

POEMA NARCISISTA

Camino y mis manos


alivian el dolor de los pasos.
Mi voz, frente al mundo
augura un buen destino,
un porvenir de cristales
y banderas nuevas.

De pie, veo en el espejo


la maravilla de mi rostro,
el regalo dionisíaco
de mi cuerpo.
Soy la entonación
de tanto canto puro,
lleno de vida.

Mis ojos
son un don de la naturaleza,
mis labios,
tiernos y fuertes estandartes
de lo mejor de mis amores
y de la verdad de mis palabras.

Mi piel, tenue frescura de la tarde;

69
POEMAS DE SILENCIO

como el ocaso de un festín


desaparecen mis orejas
para cubrirse con sombreros
y gorros de lana
que en su gracia
me hacen aún más bello.

¡Qué maravilla que soy!


¡Tanto arte,
tanta inteligencia
y mis aires creativos
consolidados
en la gloria escondida
de tanta noche que me regalo!

Mis acotaciones son certeras


y sé cuándo callarme.
Si me equivoco, no lo miento,
porque no ando con alardes.

Pero si se trata de verdades


pues yo tengo mucho de bueno,
y no lo digo para saciarme
ni para sublimar soledades
es sólo que estoy deleitado
RODRIGO HAGAR MILLÓN

ante mi presencia tan afable.

Ante todo cataclismo


en donde acechen las bestias
bienvenidas mis ocurrencias
y la mierda la modestia.

71
POEMAS DE SILENCIO

ESE MONO

Cuando encapsularon al mono,


me puse triste,
y supe ver, justo a tiempo,
al risueño alborotado
que jugara a la par de los otros,
contagiando la magia.

Incluso, quiso hacerse el valiente


cuando engrillaron su legado
y se diluyó en la lejanía
del sueño que perdería.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

NATURAL NOCTURNO

Encendiendo un cigarro de plástico


cuyo humo me llevará a una mente de metales.

Retirando mis culpas en una exhalación,


vuelvo mi oído y ojos a un terreno ciego,
antiguo,
en donde me han dicho
que yo solía habitar.

Viendo como pasan por mi frente


recuerdos, expectativas irónicas,
posibilidades de alma...
amores cobardes.

Asesinando al niño prodigio que canta


entre mis pensamientos aventureros.

Respirando el frío nocturno...

Sentado, invocando recuerdos de muertos


plasmados en sombras del guardapolvos.

Afuera,

73
POEMAS DE SILENCIO

la soledad se ha hecho lluvia esquiva


y la noche es de cristales azules.

Un buen deparar traen los árboles


y los queltehues que cantan
lejos de esta oscuridad citadina.

Barro y piedras
son el paisaje
en donde descansarán
en silencio
mis sueños.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

ANTI-RUIDO

Es tremendo cómo arrecian los clamores típicos


para aunar su discurso en defensa del miedo.
Invito a quien quiera unir su deseo
a un nuevo impulso, mucho más nítido,
a encontrar su silencio
entre tanto rumor
y su incansable loteo.

-----
AIRE DE MAÑANA

El ánimo esencial
es la vista a la montaña
y lo que ruge atento en mi corazón
aplaca distancias,
acerca miradas
y hace del aire canciones y magia.

-----
BRILLO

Y sin querer, el brillo apareció, develando silencio.

75
POEMAS DE SILENCIO

ATERRIZAJE

Quise traer un mar inquieto bajo mis pies


para hacerme uno con lo que no podía declarar;
en eso, cayó mi espacio,
y lo que tenía por dado en mi ansia, se alborotó:
mi verdad más apaciguada, a sí misma se interrogó.

Y empezaron torbellinos y revoluciones,


y los colores, y los saltos
y la posibilidad de certeza respecto de lo imposible;
algo así como el amanecer de lo que estaba esperando emerger
ante la expectativa de un quebranto.

Surge el fuego ahora de las llamas de mis ojos,


y se duerme la luna en la lágrima que cobijo en mi sentir.
Es momento de liberarme del despojo
y de aquellas cadenas densas que comprimen mi latir.

Puedo volar muy alto con fuerza de furia y fuego,


vestigio de canto alto de lo que amo
y de todo lo que brilla en este camino
que me trae gravitando desde el suelo.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

AYAHUASCA

Ayahuasca,
pasión oculta entre espejismos selváticos.
Demoledora de realidades preconcebidas,
revelación del niño,
aparición del dolor inocente.

Planta innata del alma,


muestra de verdades antiguas
y remotos corazones abandonados,
tiempo atrás,
en el forjamiento del discurso habitual,
el de la historia.

Ayahuasca,
te escribiría mil versos
por el manantial
de tus revelaciones;
no acabaría una prosa
por la entonación de tu canto.

Difícil regalo el de tu conciencia


compartida:
naturaleza.

77
POEMAS DE SILENCIO

Regalo de elocuencia ardiente,


de miseria forjada.

Ayahuasca,
canción poderosa,
milagro de frenesí lento,
candente en su golpe,
incierto y certero
en su espejismo.

Extraño lar del temor nocturno.

Patente residencia de los ojos terrestres


en comunión apaciguada
con el espíritu encarnado.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

BREVE CRÓNICA DE UNA MENTE DESTRUIDA

Lo que antes aparecía gozoso,


entre manantiales de colores transparentes,
se ha vuelto opaco,
lleno de paredes,
sin siquiera dar lugar para el recuerdo.

Obnubilando la visión,
quedando fuera de lo que une
para seguir viviendo.

Memorias
inmediatas,
destrozadas.

Nada que acerque el corazón


a la palabra de otro,
o el dolor propio
a una palabra reflejada,
ha querido sobrevivir.

Nada que haga sentir que se está vivo


ha hecho presencia en aromas inertes,
más ciegos que las tumbas.

79
POEMAS DE SILENCIO

La decadencia roe los huesos


y el cuerpo busca alguna manera cobarde
de fallecer constantemente.

La desesperación sigue buscando excusas...


RODRIGO HAGAR MILLÓN

CARRETERA AUSTRAL

Camino verde,
pupilas teñidas de azul.
Piedra en el camino
y vertientes que interrumpen el paso.

Precipicio incólume ante el miedo,


rebelión negra del anochecer.
Mirada ante fugaces destellos
en mañana; soles, sombras de aves.

Cantos entre hierbas, frío


y manos heladas en el barro.
Viento de flores,
lagartijas de colores.

Carretera austral,
del ventisquero escondido.
Recuerdo de un invierno musical
en el recorrido
del lago perseverante en compañía
y estanques puros de agua mineral.
Canto esencial de la vida
registrado en mi alma,

81
POEMAS DE SILENCIO

perpetuando esencias
y aliviando dolores,
en memoria de olvidar
lo que inhiba mis albores.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

COLOQUIAL Y VERSÁTIL

Soy un ser vestido de hierro


y que por dentro guarda rosas
y flores llenas de corazones.

El asunto es lo que guardo en los bolsillos,


intermediarios entre lo íntimo y el mundo:
guardo muchas hojas con escrituras fundamentales,
guardo aromas seductores y novedades sabias;
tengo cosas que no dependen de mí,
que alguien puso mientras dormía:
tengo una cantidad enorme de cambios en mis bolsillos.

Así es que ando con mi armadura de hierro y mis pesos.

Mis pies cansados de tantas nieves que han congelado mis poros,
piden a gritos comenzar un trayecto nuevo
(me ahogo en lo que me quita de mis coros
internos,
lo tranquilo
y lo sincero);
cambiar el rumbo es parte de esto
de ser un señuelo
del porvenir innato
y de lo que alguna vez caerá de frente
en mi liviana carcajada.

83
POEMAS DE SILENCIO

Quiero romper el aire a besos


y roncarle a alguien que sueña;
moler mi sed de vida y reseñas
y encontrar un tesoro fundante
en festividad inmaculada:
porque quiero que lo que nazca sea, de verdad,
algo que nada...
pero soy muy salvaje para perderme en castillos de princesa.
Así que emprendo el rumbo.
Y corren por mis venas mensajes que salvarán del hierro
a mis manos y mi boca y mis palabras.

Lentamente me despojo del disfraz


y veo cómo mi piel se afecta por el sol.
Deberé pasar esta instancia de rabia y odio
para amar de nuevo,
para hallarme desnudo
y reír como un idiota
que ya no sabe nada
y lo tiene todo.

En ese instante, quiero abrir mis ojos.

Cual desvelo incesante.


RODRIGO HAGAR MILLÓN

NORTE

Remando, por si acaso,


el titubeante habló al cielo,
esperando que las nubes
soltaran su gracia
sobre su frente.

Silencio de pensamiento:
expectativa del horizonte.

Viaje de las olas en su golpe


de temperatura olvidada
entre los augurios del mar.

Templanza vuelta absoluta:


respirar.

85
POEMAS DE SILENCIO

REVOLTIJO

Malditos tarros de temblores,


ciénagas de amor,
lúgubres panes de terrazas
macabras,
disgustadas,
hacen del eco de sombras
triste amanecer opacado.

Desde el delirio de la muerte


arremeten,
silentes,
ocio y caridad,
lenta nomenclatura;
certero molde de canción,
o de verso,
o de respuesta.

Así,
con ágil la batalla
entre el dolor y el clima,
se mueven los temores
hacia porvenires de orillas nuevas,
hacia terrenos de mantos blancos,
RODRIGO HAGAR MILLÓN

hacia azúcar de confusión.

Y bañados en ámbar
los peces
revolotean tranquilos
argumentando templanza,
aconsejando un respiro,
una pausa,
una tregua.

87
POEMAS DE SILENCIO

VESTIGIO DE LUNA

Caminando después de acontecido


el día y sus vicisitudes,
manos en los bolsillos y la cabeza gacha
sentía como se armaban los castillos
inmensos y las fortalezas
que residen en el alma,
al paso de mi ignorancia de ocaso...
al medio de mi apetencia
de forjar vanguardias
nuevas y lejanas,
provechosas para tu corazón.

En medio del ajetreo


que suelo llevar con la mañana
quise despedirme de los pájaros antes
de partir a mi oficina,
el lugar de mi trabajo...
tal vez no me preguntarían muchas cosas los compañeros,
tal vez estaría sólo cansado y el mar traería respuestas
desde la residencia privilegiada
que le tengo en mis memorias
azules y profundas.

Guarecen los tiempos bajo innumerables nombres


y si pudiera yo captar cuánto transcurre,
RODRIGO HAGAR MILLÓN

cuántos seres de vida adornan mi cuerpo, mi mente y mis palabras,


hasta la forma en que camino,
me volvería loco quizás,
tendría que buscar el adorno más apropiado para enfrentar las
tinieblas
en que cae mi corazón
considerando las falacias de un lenguaje muerto
como es el de la locura.

Quizás mañana amanezca más temprano


o implore que el cielo me dé gotas de amor
para comenzar a encumbrar lo que añoro,
con tranquilidad y fe,
como suelen hacerlo mis ojos
cuando dejo de perseguirlos.

Esta tibia tarde en que mi cuerpo yace pesado y nuevo,


los sonidos del anochecer se hacen presentes
e invitan a la nostalgia
y al olvido que son propios de la noche,
y de la luna con su misterioso tono de sonrisa
santa y blanca,
infinita y oscura.

89
POEMAS DE SILENCIO

¿Y PARA QUÉ EL BRINDIS?

Si son pocos los que aman,


más allá de su destino,
ya no quedan en camino,
muchas gotas de nostalgia
que compartir con un buen vino.

-----

TE MIRO DE NUEVO

...y te invitaré a entibiar


el legado de la tormenta.
RODRIGO HAGAR MILLÓN

UN AGRADECER

Agradezco a la danza
cálida de la vida
que donde clavó sus lanzas
hoy ofrece salidas.

91
POEMAS DE SILENCIO

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