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“Hija del viento”, Alejandra Pizarnik “La noche”, Alejandra Pizarnik (Las

(Las aventuras perdidas) aventuras perdidas)

Poco sé de la noche
Han venido.
pero la noche parece saber de mí
Invaden la sangre.
y más aún, me asiste como si me quisiera,
huelen a plumas, me cubre la conciencia con sus estrellas.
a carencias,
a llanto. Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.
Pero tú alimentas al miedo Tal vez la noche es nada
y a la soledad y las conjeturas sobre ella nada
como a dos animales pequeños y los seres que la viven nada.
perdidos en el desierto. Tal vez las palabras sean lo único que existe
en el enorme vacío de los siglos
Han venido que nos arañan el alma con sus recuerdos.
a incendiar la edad del sueño.
Pero la noche ha de conocer la miseria
Un adiós es tu vida.
que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas.
Pero tú te abrazas Ella ha de arrojar odio a nuestras miradas
como la serpiente loca de movimiento Sabiéndolas llenas de intereses, de
que sólo se halla a sí misma desencuentros.
porque no hay nadie.
Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis
Tú lloras debajo del llanto, huesos.
tú abres el cofre de tus deseos Su lágrima inmensa delira
y eres más rica que la noche. y grita que algo se fue para siempre.

Alguna vez volveremos a ser.


Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
“En lo alto de la ciudad oscura”, Jaime “Espacio y silencio”, Jaime Saenz (Al pasar
Saenz (Al pasar un cometa) un cometa)

Mirando la ciudad apoyado sobre una peña


Una noche en una calle bajo la lluvia en lo alto
escucho el ruido con toda atención
de la ciudad oscura
cada lamento cada grito cada rumor
con el ruido a lo lejos
miro en la altura más allá de las luces
es seguro que suspirará
me detengo en el sendero con mis pasos
yo suspiraré
tiemblan las sombras
tomados de las manos por un gran tiempo en
un hálito se desprende a ratos del cielo
el
me inclino sobre el abismo busco entre las
interior de la arboleda
breñas
sus ojos claros al pasar un cometa
entre los arbustos con calma y paciencia
su cara llegada del mar sus ojos en el cielo mi
escudriño el silencio en el horizonte
voz dentro de su voz
alzo los ojos en pos del crepúsculo
su boca en forma de manzana su cabello en
con el soplo del viento azotando mi cara
forma de sueño
ningún sacrificio ninguna muerte ninguna
una mirada nunca vista en cada pupila
música
sus pestañas en forma de luz un torrente de
ninguna conjunción de los astros mis votos
fuego
mis promesas mis plegarias
todo será mío dando volteretas de alegría
el júbilo el llanto la ira la meditación la agonía
me cortaré una mano por cada suspiro suyo
nada ha servido de nada
me
sé que no existes pero estás aquí
sacaré un ojo por cada sonrisa suya
pensé encontrarte en alguna cara en alguna
me moriré una vez dos veces tres veces cuatro
mirada en medio del gentío
veces mil veces
en la quietud del campo en el curso del río en
hasta morir en sus labios
el vuelo del moscardón
con un serrucho me cortaré las costillas para
traté de inventarte de alguna manera traté de
entregarle mi corazón
soñarte traté de escribirte
con una aguja sacaré a relucir mi mejor alma
donde tú estás me encuentro yo mismo a ti te
para
sucede lo mismo.
darle una sorpresa
los viernes por la tarde
con el aire de la noche cantando una canción
me
propongo vivir trescientos años
en su hermosa compañía.

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