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Tema 6.

El Neolítico: historia de un concepto equívoco y teorías explicativas

El término Neolítico fue acuñado por Lubbuck en 1865 en su obra Tiempos prehistóricos
para definir etimológicamente una fase caracterizada por un cambio tecnológico: el
pulimento de la piedra.

En la actualidad presenta un significado más global al hacer referencia a cambios


tecnológicos como por ejemplo la cerámica, la aparición del telar, el pulimento;
socioculturales como por ejemplo la sedentarización, nuevas relaciones sociales, nueva
concepción artística; y económicos como por ejemplo la aparición de la agricultura, la
ganadería, el desarrollo del comercio, un reparto cada vez más diversificado de las tareas.

Todos estos cambios producen una nueva relación entre el ser humano y su entorno. Estas
modificaciones coinciden con el cambio climático producido con el comienzo del
Holoceno, y en su conjunto suponen tal transformación que Gordon Childe acuñó el
término “revolución neolítica” para definir este periodo. En la actualidad este concepto
genera cierta controversia, pues los cambios se produjeron en lapso de tiempo amplio y no
siempre conllevaron unas mejores condiciones de vida a corto plazo.

Gordon Childe consideró el proceso de neolitización exclusivo de Próximo Oriente desde


donde se extendería al resto del planeta. Actualmente se acepta que hubo al menos cuatro
focos de neolitización en el planeta:
- Próximo Oriente, con el trigo y la cebada
- Extremo Oriente, con el arroz y el mijo
- Centro América, con el maíz, el chili y el frijol.
- Zonas tropicales, con el ñame.

Teorías del Neolítico o neolitización:


- Teorías climáticas. En 1936 Gordon Childe planteó la teoría de los oasis, donde
sin base empírica, relaciona las nuevas condiciones climáticas del Holoceno con el
desarrollo del Neolítico. Indica que en el Holoceno, Próximo Oriente experimentó
una progresiva desecación, lo que favoreció que en oasis se concentraran hombres,
animales y plantas cuya simbiosis daría lugar al desarrollo de la agricultura y la
ganadería. Estudios posteriores demostraron que no se produjo tal desecación en
Próximo Oriente con el inicio del Holoceno.

- Teorías culturales. Autores como Braidwood señalan que la neolitización se debe


a las cualidades intelectuales del ser humano y su innata tendencia a mejorar sus
condiciones de vida que aplicaron e intensificaron con el inicio del Holoceno.

- Teorías demográficas.
Autores como Binford señalan que este proceso se inicia con las poblaciones
mesolíticas que, ante la desaparición de numerosas especies de grandes herbívoros,
deben desarrollar una economía de amplia espectro. El aumento del nivel del mar
reducirá el terreno apto para el asentamiento de grupos humanos acentuando la
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interdependencia entre el ser humano y el resto de especies. Se produce una mayor
presión sobre los recursos, lo que dará como consecuencia la domesticación al
intentar cultivas especies que antes recolectaban.
Nathan Cohen intenta ofrecer una explicación global al observar que la aparición
de focos neolíticos en distintos lugares del mundo exigía la búsqueda de un factor
común que él encuentra en la presión demográfica. Cohen parte de la idea de
antropólogos como Sahlins que afirman que la resistencia al cambio es
consustancial a las sociedades humanas, por lo tanto eran precisas poderosas
razones para producir un cambio tan importante. No es la ignorancia, sino la falta
de necesidad lo que impide que algunos grupos se hagan agricultores. Cohen
señala que sobre todo al final del Pleistoceno existía un ligero crecimiento
vegetativo que obligaba a la expansión territorial de los cazadores-recolectores. Al
final del Pleistoceno los seres humanos se habían extendido por todas las áreas
habitables del planeta. Esta saturación obligaba a cambiar la estrategia de
subsistencia. La adopción de modos de vida productivos resultaba rentable para
aquellas poblaciones depredadoras que, habiendo alcanzado el umbral máximo de
población que el régimen depredador permitía, veían deteriorarse sus condiciones
de vida. La antropología ha demostrado que la economía productiva exige una
mayor inversión de tiempo que la economía depredadora. La agricultura y la
ganadería aporta una doble ventaja: primero asegura la producción y permite
alimentar a más personas por unidad territorial.

- El materialismo entiende la adopción de la economía productiva como el


resultado de la transformación social.
Para Bender la pregunta clave no es por qué se produce la domesticación, sino por
qué se produce la intensificación. A finales del Paleolítico las relaciones entre
distintos grupos producen una creciente necesidad de intercambio de bienes que
exige un excedente que debe ser almacenado, lo que fomenta el sedentarismo y el
desarrollo de liderazgos.
Testart desarrolla la importancia del concepto de almacenamiento y defiende que
más que la disyuntiva producción-depredación hay que plantear la disyuntiva de
sociedades con almacenamiento o sociedades sin almacenamiento. El
almacenamiento implica un cambio radical en la mentalidad del grupo,
independientemente del carácter silvestre o domesticado de las especies
almacenadas.

- El estructuralismo. Según Ingold el cambio fundamental se produce cuando la


relación de confianza existente entre el cazador recolector y su medio empieza a
verse sustituida por una relación de dominio. Se pasa de una concepción abierta
del paisaje, propia de una sociedad móvil, a una limitación del concepto de
territorio. La transición entre depredación y producción será gradual y reversible
en muchos casos.

- El neoidealismo. Para Hodder la aparición de la agricultura seria consecuencia del


desarrollo de una estrategia de poder que se inicia en el Paleolítico superior, que
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pretende el control de lo salvaje como fuente de prestigio. El proceso de dominio
de lo cultural sobre lo natural coincide al final del Pleistoceno con cambios
climáticos y ecológicos. Las nuevas especies permiten el sedentarismo, lo que a su
vez incentiva el aumento demográfico y la competitividad social. En esta línea,
Thomas señala que el Neolítico es un modo de vida basado en la apropiación de la
naturaleza y, en este sentido, el significado de las especies domesticas podría ser
en principio más simbólico que nutricional.

Principales transformaciones socio-económicas del Neolítico:

- En agricultura, según Hawkes este proceso se desarrollaría en tres fases:

1ª Recolección. El ser humano recogería cereales silvestres en zonas alejadas a su


hábitat y el transporte favorecería que los cereales germinaran en zonas próximas al
asentamiento, donde se intensificaría la recolección y las especies se beneficiarán de la
mayor riqueza de materia orgánica de los entornos humanos.

2ª Selección. El ser humano selecciona las plantas de tallo duro, potenciando su


reproducción.

3ª Domesticación. Se cultiva cereal de tallo duro y se reserva una parte de la


cosecha para sembrar de nuevo.

- En ganadería, según Boyönki el proceso de domesticación animal se produjo en


tres fases:

1ª Control. El ser humano controla las manadas de animales salvajes, reservando


los jóvenes y las hembras y cazando los viejos.

2ª Custodia. Se capturan animales salvajes y los guardan en cercados para


disponer de ellos cuando sintiesen necesidad.

3ª Crianza. Se capturan animales favorables para la domesticación, se


trasladan a áreas distintas a su entorno natural y se controla su crianza.

El Neolítico precerámico

Zona de Siria-Palestina

Precerámico A (9.500-8.500 a.C.). El yacimiento más representativo es Jericó, que es


considerado el primer poblado de la humanidad. Se documenta la domesticación de
plantas, pero aun no de animales. Las viviendas eran redondas, parcialmente excavadas en
el suelo, con muros de adobe y techos de ramas y arcilla. El poblado estaba rodeado por
una muralla de unos cinco metros de altura y dos de anchura y unos setecientos metros de
longitud. El sistema defensivo se complementaba con una torre de vigilancia de unos 9
metros de altura.
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La agricultura se basaba en los cultivos del trigo, la cebada y las lentejas. La caza continua
con especies como la gacela, la cabra y el jabalí. Existía un incipiente comercio,
exportándose sal y betún que cambiarían por obsidiana de Anatolia, turquesas del Sinaí y
conchas del Mar Rojo. Se documentan enterramientos bajo las casas y en lugares aislados.
Los muertos aparecen habitualmente contraídos y sin ajuar. En la industria lítica se aprecia
continuidad con la tradición natufiense con microlitos a los que se añaden hachas y
azuelas, normalmente pulimentadas.

Precerámico B (8.500-7.000 a.C.): se produce un incremento demográfico quizá


favorecido por la incorporación de la ganadería. En Jericó se aprecian cambios,
probablemente al estar habitado por poblaciones distintas. Las viviendas son de planta
rectangular, hechas con ladrillos, paredes enlucidas y en muchos casos pintadas. Los
suelos son de tierra endurecida, se cubren con esteras y cuentan con hogares. Desaparece
la muralla y se documenta la presencia de un posible santuario. Los enterramientos son
similares a los de la etapa anterior. En Jericó y en Tell Rama se han encontrado cráneos
modelados con arcilla, pintados de rojo y blanco y con conchas en las orbitas de los ojos,
lo que se interpreta como un posible culto a los antepasados o a los cráneos.

En el ámbito artístico se documentan figurillas femeninas y de animales en arcilla cocida.


En la industria lítica aparecen hachas, morteros, molinos, puntas de flecha y en la ósea,
espátulas, azagayas y objetos de adorno.
En el comercio se aprecian productos como obsidiana, alabastro, turquesa y sílex.
La economía se fundamenta en la agricultura y la ganadería, aunque la caza sigue teniendo
un cierto protagonismo.

La zona de los Montes Zagros

Karim-Sahir: es un yacimiento del Kurdistán iraquí donde se documenta el cultivo de


cereal y la domesticación de la cabra y la oveja. Las casas son rectangulares y hechas de
adobe.
Gandareh: se documentan unas cerámicas muy toscas que se consideran las más antiguas
de Próximo Oriente y se fechan en una cronología del 7.500 a.C. También hay figurillas
humanas y animales de arcilla cocida. En la industria lítica hay dientes de hoz, raederas,
raspadores y en la industria ósea mangos de hoz y azagayas.
Jarmo-Alikosh-Guran: son aldeas primitivas con viviendas divididas en pequeñas
estancias. En ocasiones cuentan con patios donde aparecen hornos de ladrillo. Los suelos y
los muros están enlucidos con barros y en ocasiones cubiertos con esteras.
La economía se basa en el trigo, la cebada, las legumbres, alguna fruta, la oveja y la cabra
y la caza de la gacela, el ciervo y el jabalí. No se documenta cerámica pero sí figurillas de
arcilla.

La zona de Anatolia

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Haçilar (ca. 6800 a.C.): es el poblado más antiguo de Anatolia. Las viviendas están hechas
con una base de piedra y el resto del muro de arcilla. Cuentan con un patio cubierto en
parte y con hornos y hogares en él. Los suelos son de arcilla, a veces pintados de rojo y se
cree que el acceso se realizaría por el techo.

Del mundo funerario solo se conoce la presencia de algunos cráneos junto a los hogares.
Se documenta la cebada, el trigo, las legumbres; en animales solo aparece domesticado el
perro y está muy desarrollada la caza. En la industria lítica destaca la presencia de cuencos
pulimentados, hachas pulimentadas y hojas de sílex y de obsidiana.

El Neolitico cerámico:

La zona de Anatolia

Çatal- Hüyük: es el yacimiento más representativo. Llegó a alcanzar 13 hectáreas de


extensión. La principal fase de ocupación corresponde al VII milenio a.C.
El poblado está constituido por casas rectangulares de unos 25 m2, de adobe y
madera, adosadas entre sí, por lo que se accedería a ellas desde las azoteas, cumpliendo
los muros exteriores la función de muralla.

La agricultura alcanza un cierto desarrollo, documentándose el trigo, la cebada, los


pistachos, las cerezas y la vid. La domesticación se centra en los bóvidos. Se exporta
obsidiana y se importan conchas, turquesas y sílex.

La cerámica no es de gran calidad, primero será lisa con tonos claros, evolucionando a
tonos oscuros y pintados.

En el mundo funerario los cadáveres eran expuestos hasta que desaparecían los tejidos
blandos. Después los huesos los envolvían en esteras, los espolvoreaban con ocres y los
enterraban bajo las casas. Algunas mujeres presentan como ajuar un espejo de obsidiana y
una caja de madera y los hombres un puñal de obsidiana con mango de hueso.

Resulta llamativa la presencia de algunas habitaciones consideradas santuarios en las que


aparecen escenas pintadas sobre el yeso que enlucía las paredes con escenas de caza,
buitres despedazando cadáveres y volcanes en erupción. También hay relieves en yeso con
cabezas de toro a las que se añaden los cuernos reales de estos animales.

También encajaban picos de buitres en las paredes que recubrían de yeso, recordando a
senos femeninos. También realizan bancos con cuernos de toros en los extremos. A todo
ello se añaden estatuillas que representan a mujeres dando luz a un toro o ancianas
rodeadas de buitres.

La interpretación de estas imágenes es compleja, pero todo apunta a la mujer y al toro


como principales divinidades.

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La zona del valle del Nilo: probablemente en los inicios del Neolítico egipcio influyó al
parecer la llegada de poblaciones sirio-palestinas.

- El Bajo Egipto (ca. 6300 a.C.)


Los testimonios más antiguos proceden de El Fayum, donde se encontraron pequeñas
cabañas ovales semisubterráneas habitadas por poblaciones que se dedicaban a la
agricultura (trigo, cebada y lino) y a la ganadería (cerdo, cabra, oveja y los bóvidos)
además de la caza y la pesca.

En la industria lítica hay dientes de hoz, hachas pulimentadas, puntas de flecha y molinos
de mano.

En la cerámica aparecen platos rectangulares con las esquinas apuntadas y cuencos


troncocónicos y ovoides. También se han conservado restos de tejidos, de cestos, además
de paletas de alabastro y huevos de avestruz.

- El Alto Egipto
El Tasiense muestra unas características parecidas a las del Fayum. Se cultiva trigo y
cebada, pero no está clara la domesticación de animales. La caza y la recolección aun son
importantes. La cerámica aun es de baja calidad y los enterramientos consisten en
inhumaciones con los cadáveres contraídos y envueltos en pieles, que posteriormente los
introducen en cajas de madera y son enterrados en grandes fosas.

Budariense: se documentan habitaciones hechas con paravientos de esteras, se cultiva el


trigo y la cebada y hay domesticación animal. Existen relaciones comerciales como se
comprueba por la aparición de malaquita de Siria y de Nubia, conchas del Mar Rojo y
madera de Siria. La cerámica es de mejor calidad, con paredes finas y superficies
bruñidas. Empieza a emplearse el cobre para objetos de adorno y los enterramientos son
similares al Tasiense.

El Neolítico en Europa

La neolitización europea fue más tardía que en Próximo Oriente y no se dio un Neolítico
acerámico, salvo en el Mediterráneo oriental más vinculado con Anatolia. El paso de la
depredación a la producción no fue un proceso homogéneo ni simultaneo. La aparición de
los primeros grupos neolíticos europeos se ha explicado por diversas teorías que podemos
agrupar en tres:
- Difusionista: defendida esta teoría entre otros por Gordon Childe, que otorgan a
Próximo Oriente un papel esencial en la aparición del Neolítico. Desde allí se
difundiría a Europa por vía marítima o terrestre. Esta difusión se realizaría en
cuatro oleadas: la primera daría lugar al Neolítico acerámico en Creta, Chipre y
Tesalia en el VII milenio a.C.; la segunda produciría el Neolítico antiguo
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