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CARÁCTER ONEROSO DE LA TRANSACCIÓN - naturaleza jurídica.

SALA CIVIL
Auto Supremo: 34/2020
Fecha: 20 de enero de 2020
El art. 945 del Código Civil señala: “I. La transacción es un contrato por el cual
mediante concesiones recíprocas se dirimen derechos de cualquier clase ya
para que se cumpla o reconozcan, ya para poner término a los litigios
comenzados o por comenzar, siempre que no esté prohibida por ley. (…) II. Se
sobreentiende que la transacción está restringida a la cosa u objeto materia de
ella por generales que sean sus términos”.
Al respecto el tratadista Guillermo Borda con relación a la naturaleza jurídica
de la transacción indica: “¿Es la transacción un contrato? La cuestión se ha
discutido en nuestra doctrina: a) Según algunos autores (1665), la transacción,
una convención liberatoria, en tanto que el efecto propio de los contratos es que
las partes contraigan obligaciones, no que las extingan. (…) b) Para otros (1666),
a cuya opinión adherimos, es un contrato porque se llama así en nuestro Código
toda declaración de voluntad común destinada a reglar los derechos entre las
partes (art. 1137) trátese de contraer, modificar o extinguir obligaciones; y
porque la transacción no se limita a extinguir obligaciones, sino que también
tiene por finalidad que ellas se reconozcan y se cumplan; sin contar con que la
transacción puede tener por objeto cualquier clase de derechos, aunque no sean
obligaciones; por ejemplo, derechos reales e intelectuales. Sostener que la
transacción es una convención liberatoria y no un contrato porque no se
contraen obligaciones, en el fondo, no es sino plantear una cuestión
terminológica. Y lo cierto es que el art. 833 establece que son aplicables a las
transacciones todas las disposiciones sobre contratos, lo que a las
transacciones todas las disposiciones sobre contratos, lo que significa que ellas
también son contratos. Porque no tiene sentido aplicar distinta denominación e
instituciones que tiene idénticos efectos jurídicos. Este concepto de casi todos
los Códigos Modernos que legislan sobre la transacción entre los contratos”
(2012, p.678).
Por su parte, el Profesor de Derecho Civil, Jorge Joaquín Llambías, al
distinguir el carácter oneroso de la transacción señala: “b) Es un contrato
oneroso (conf. art. 1139), ya que cada parte obtiene la ventaja que le representa
el reconocimiento del derecho que le asegura la transacción, a cambio del
sacrificio que ella a su vez hace de la pretensión mayor a la que ha renunciado.
Dentro de esta categoría, podrá ser conmutativa o aleatoria (conf. art. 2051)
según que sacrificios recíprocos estén o no determinados y sean o no exentos de
posibles variaciones por la incidencia de acontecimientos inciertos: así, cuando
se renuncia a la reivindicación de una casa mediante el cobro de una suma de
dinero, la transacción es conmutativa; pero si se renuncia a cambio de una
renta vitalicia es aleatoria”.

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