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Carlos Bravo, S. J. *

HERMENEUTICA y METODO

HISTORICO CRITICO

INTRODUCCION

Las notas que siguen se presenta- Representan fundamentalmente el


ron en el Congreso de Teología de Me- pensamiento de varios autores contempo-
dellín (1 a 6 de Diciembre de 1975). co- ráneos. entre los cuales mencionaré aque-
rno un simple "documento de trabajo" llos a quienes soy más deudor y en los
para motivar y orientar la discusión sobre que podría encontrarse una más amplia
el ser de la fe cristiana dentro de esta exposición de ciertas ideas apenas suge-
concepción hermenéutica. a la luz de al- ridas o incompletamente expuestas. en
gunos aportes del método histórico-crí- estas notas.
tico. a la exegesis del A. y del N.T.

;.. Do'ctor en Teología Universidad Gregoriana; Licenciado en S. Escritura. Instituto Bíblico;


Profesor en ia Facultad de Teología. Universidad Javeriana. Bogotá.

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Jean Ladriere, Le discours théolo- Georg Muschalek. Tat Gottes und
gique et le symbole, R, l. des Sc. Rel. Selbstverwirklichung des Menschen. Her-
Strasbourg, 1974. der. Freiburg. 1974.

Georg Fohrer, Theologische Grund-


Karl Lehmann. Gegenwart des Glau-
strukturen des Alten Testaments. de Gruy-
bens. Der hermeneutische Horizont der
ter. 1972.
historisch-kritischen Exegese. Mainz.
1974.
J.P. Manigne. Pour une poétique de
la foi. París 1969. Leo Scheffczyk. Hrsg. Erlosung
und Emanzipation. Herder. 1974. Espe-
Josef Blank. Veriindert Interpreta- cialmente N. LohImk. Heil als Befreiung
tion den Glauben? Herder. Freiburg. in Israel.
1972.
Atain Durand. Les différents dis-
Franz Schup. Auf dem Weg zu einer cours sur la foi. A la croisée des discours
kritischen Theologie. Herder. Freiburg. sur la foi. Lumiere et Vie 98 (1970)
1974. 59 ss.

* * * *
1. LA HERMENEUTICA no se realiza sino dentro de un esquema,
ineludiblemente condkionado por la his-
La hermenéutica, en su acepción toricidad y la historia.
amplia, es una teoría general de la inter-
pretación, que por lo demás, no presenta La hermenéutica asume al hombre
una relación exclusiva con la exégesis. como ser radicalmente finito, condiciona-
Mientras la exégesis se dirige a la explica- do por el espacio-tiempo y múltiplemente
ción de los textos en general, la herme- determinado por una tradición y una au-
néutica puede considerarse como la parte toridad. Es preciso, pues, esclarecer de qué
reflexiva de la exégesis en busca de la modo el que piensa está sumergido en una
" comprensión" y por consiguiente des- tradición que es siempre activa, de modo
borda ampliamente la exégesis, aun siste- que toda afirmación puede considerarse
matizada; se trataría de una teoría general como una respuesta a un interrogante que
del sentido en relación con una teoría en gran parte permanece implícito y que
general del texto. está constituído por el horizonte, más o
menos defmible, •• de una previa inteli-
El aspecto fundamental de la herme- gencia que implica una relación vital del
néutica es la autocomprensión del hom- intérprete con la cuestión propuesta".
bre, inseparable de la historicidad de la
existencia. El hombre ha entendido el La inteligencia previa, generalmente
mundo en la medida en que se ha situado tiene que ser aceptada provisionalmente,
en él, con anterioridad a toda reflexión pero luego deoe ser sometida a una crítica
tUosófica o metodológica. Pero el entender en el subsiguiente proceso de inteligencia,

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mediante la explicitación de los presupues- El ser con los otros es la medida del
tos. Además, toda nueva experiencia im- existir humano: en la relación se realiza
plica una confrontación entre la •• pre- lo que se genera como virtualidad de serlo;
comprensión anterior"y un horizonte ex- todo hombre real o virtualmente está siem-
traño que puede ser sometido a un pro- pre con otros; el hombre sin los demás es
ceso de asimilación, integración o rechazo, una pura abstracción. El otro es para la
pero que amplía y enriquece la propia persona no un límite, sino la condición de
experiencia y señala la posible emergencia la autorrealización. La contraposición al
de un nuevo horizonte de comprensión. otro y por consiguiente la limitación se
Esta interacción entre una tradición acti- supera precisamente en la comunicación.
va y el proceso de la propia comprensión Dado que el hombre no puede superar sino
establece una relación que no cae bajo las parcialmente esa contraposición, es perso-
categorías de la objetivo y subjetivo. na solamente de manera imperfecta y aná-
loga. Dios realiza a plenitud el sentido de
la palabra, pues como persona se desposee
2. LA COMUNICACION a sí mismo en el amor trinitario que es en-
cuentro de sí mismo en el otro por des-
La experiencia específicamente hu- poseimiento de sí mismo. " El amor es
mana se realiza como proceso de comuni- una distinción de dos que simplemente
cación y por consiguiente la única posibi- no son diversos entre sí" (W. Kasper), lo
lidad de llegar a la autocomprensión y de cual constituiría una formulación antro-
dar una respuesta a la cuestión del hom- pológica de la Trinidad.
bre, reside en la inteligencia del proceso
de la comunicación. El ser del hombre como persona es,
por lo tanto, no algo existente en sí, como
Cuáles son las condiciones de posi- afirma el objetivismo (natura rationalis
bilidad de la comunicación, cuál es su es- individua substantia-Boetio, Monol. c., 78)
tructura, su alcance, etc., constituyen el - ni tampoco una libertad original, indeter-
contenido de la hermenéutica como moso- minada, como afirma el subjetivismo.
fía trascendental. La hermenéutica queda
así justificada como ontología.

Sin embargo, hay que notar que co- 3. COMPRENSION y


mo el discurso teológico se mueve en una TRASCENDENCIA
dimensión que trasciende el proceso histó-
rico universal y toda visión positivista del El proceso de comunicación que es
universo, éste tiene que asumir como su condición esencial del ser en sí mismo me-
momento interno, una mosofía trascen- diante el ser en el otro, lleva a superar el
dental. Explicar las afmnaciones de la Es- nivel de la comunicación pragmática, de
critura como simples expresiones de la in- la simple proyección hacia el mundo ex-
teligencia humana de la existencia, consti- terior, siempre inaccesible en sí y presen-
tuye una restricción ilegítima de la pre- ta la existencia humana como proyecto
comprensión bíblica, que no es simple- en ejecución, siempre abierto. Este movi-
mente antropológica, a pesar del contenido miento conduce obviamente a un plantea-
de autocomprensión de tales afirmaciones. miento trascendental que investiga el sen-

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tido de la totalidad de la existencia huma- estam9s acerca del fondo de nuestro ser
na y del mundo. es insuperable (criaturalidad), la conoce-
mos solo en fOIma negativa de indetermi-
La pregunta acerca del sentido total nación con respecto al dato.
y defmitivo de la existencia, coloca al horn
bre más allá de lo captable objetivamente Sin embargo, el hecho de que la bis-
en sí, de lo experimentable directamente, toria mantiene siempre la tensión entre la
de lo demostrable y que puede ser objeto existencia realizada y el dinamismo de su-
de una ciencia determinada. El problema peración, permite pensar razonablemente
ponsiste en buscar qué comprensión del que allí puede ocuharse una exigencia in-
hombre es necesaria para que tal cuestio- terna de otro que no está afectado por esa
namiento sea posible. Las ciencias no lle- diferencia y que constituiría el último
gan a ese nivel, porque nunca cuestionan fundamento de ese dinamismo. Con todo,
la existencia del mundo y su sentido total, nada demuestra concluyentemente que se
sino solamente el juego de sus determina- trata de algo más que la trascendencia hu-
.ciones internas. mana, puesto que esta es inagotable en su
fondo para nosotros, ya que no conoce-
La fIlosofía comienza cuando el pre- mos sino su indeterminación respecto al
supuesto que implica toda cuestión parti- dato, a lo realizado. Al mismo tiempo,
cular. se hace· el objetivo mismo de la in- la manera como se percibe la trascenden-
terrogación. La reflexión fIlosófica mani- cia no permite negar tampoco que esté
fiesta que el hombre no se identifica con determinada por Otro.
sus realizaciones concretas de sí mismo:
el ser del hombre no se agota en su activi- En este contexto, el ateísmo es una
dad social, poütica, científic~, religiosa; la opción fllosóficamente razonable, a con-
falta de identidad con cualquier objetiva- dición de que sea verdaderamente priva-
ción histórica es lo que le permite cuestio- tiva, no exclusiva, como su nombre lo in-
narse; la trascendencia va realizándose en dica, es decir, que indique tan solo la inca-,
formas históricas concretas, pero no coin- pacidad del hombre para determinar el
cide con ninguna de ellas. fondo de su trascendencia. La fIlosofía.
tiene que dejar abierta esta cuestión, no
El hombre no puede conocer su en virtud de una norma exterior, sino en
trascendencia sino en la relación con los reconocimientó de la naturaleza misma
hombres y con el mundo, pero su conte- del problema.
nido no es accesible en sí mismo: para co-
nocerlo adecuadamente sería preciso que Para que una fIlosofía pudiera- afir-
se identificase con una objetivació1'l. deter- mar que la trascendencia humana es re-
minada, lo cual sería el fm de la trascen- ferencia intrínseca a una alteridad real,
dencia y la muerte del hombre. La tras- distinta de la que lo diferencia del mundo,
cendencia no es nada de lo que es deter- sería preciso que tal diferencia pudiera
minado; es esencialmente lo que desborda manifestarse en su misma relación con el
toda realización finita de la existencia mundo, lo cual sería contradictorio, pues
humana. En forma negativa nos indica que implica u~a relación real de Dios con el
el hombre es siempre más de lo que es en mundo, del cual, en cierta manera, for-
un momento dado; la ignorancia en que maría parte.

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Dios se distingue del mundo por sí del otro distinto de si mismo, del otro que
mismo, en la absoluta alteridad e inaccesi- no es Dios, es decir, del hombre. La defi-
bilidad de su trascendencia. Desde este nición del hombre que de allí nace es: el
punto de vista, estrictamente hablando, otro del anonadamiento de Dios. Así apa-
Dios no es conocido en sí mismo; lo que rece la naturaleza humana en su más pro-
conocemos directamente es lo diverso de fundo misterio a través de su acción más
El, necesariamente referido a El. Por otro sublime: el ser el otro de Dios mismo.
lado, todo lo que es diverso de Dios, es
como tal, simplemente mundo (1 Tim 6, El núcleo del Evangelio no es una
16). Dios no se presenta en el mundo como doctrina, no es una idea de Cristo, sino El
una realidad al lado de otras. A Dios no mismo tal como se manifiesta y se con-
podemos experimentarlo sino en la propia fronta vivencialmente como suceso-perso-
criaturalidad. El problema es filosófica- nal, palabra-acción de Dios. La persona es lo
mente insoluble. radicalmente no-abstracto; por eso el Lo-
gos de que habla el Evangelio no es algo
que se pronuncia, sino El mismo que pro-
4. SER DE LA REVELACION nuncia y se identifica con la Verdad que
realiza en la autocomunicación de amor.
La revelación afirma que la presen-
cia del totalmente Otro se ha realizado Si la verdad de la revelación consiste
como Palabra de Dios dicha al hombre en en el encuentro que se realiza en el ámbito
el hOl;nbre Jesús, al señalar en Ella expre- de la fe, esta verdad no se puede deducir,
sión histórica, definitiva de la presencia ni tener, ni poseer: ella toma posesión del
de Dios en el mundo. El Evangelio procla- hombre, esta verdad solo puede ser recibi-
ma que Dios nos ama con el amor que da, es gracia. A la fe pertenece el ser en la
desde toda la eternidad ha amado a su verdad, en la Palabra, en el amor, en Cris-
Hijo. El amor de Dios a nosotros no tiene to~ es el modo de hablar del Nuevo Testa-
medida en nosotros mismos, de lo contra- mento en el que aparece su carácter viven-
rio no podríamos confiar en El más que cial, inaccesible a la razón pura, la cual
en nosotros mismos y haría a Dios depen- carece de amor y así establece la diferen-
diente del hombre. cia del bien que nace de la justicia y del
que nace del amor. Esta Palabra no puede
El concepto Palabra de Dios adquie- ser recibida sino en la fe y conocida en
re sentido real cuando Dios nos sale al en- ella solamente. Si fuera deductible racio-
cuentro visiblemente como Hombre. Por nalmente o verificable por comparación
eso la Encarnación no se puede expresar con alguna realidad humana, no sería pala-
como el asumir de una realidad ajena, que bra de Dios sino del hombre. La exigencia
no tiene ninguna otra relación con el que de la fe sería contradictoria si fuera veri-
la asume y que podría ser cambiada por ficable fuera del ámbito de la fe. La razón
otra. La humanidad de Cristo no puede solamente le sirve de mtro: no puede ser
concebirse como el instrumento extrínse- contraria a ella. Los argumentos de razón
co con el cual Dios, que permanece invi- contra la fe deben ser respondidos con ar-
sible, se manifiesta, sino precisamente gumentos de razón y no con motivos de fe.
aquello que se hace Dios mismo (permane-
ciendo Dios) en el acto por el cual El mis- La comunicación personal, radical
mo se anonada, se aliena en la dimensión que Dios establece con el hombre en su

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Encarnación, es el fundamento de toda luto como autorrealización de lo mismo
posibilidad de comunicación trascendental simbolizado, ya que el Verbo llega a ser
del hombre, que se significa eficazmente El mismo, en verdad, la existencia de una
y se realiza en el encuentro con el hombre. realidad creada. (Jo 1, 14; Fil 2, 6 ss).
Entenderse a sí mismo como persona a la
luz de la fe, implica la inteligencia del ser La Encarnación nos enseña a encon-
en la comunidad y del ser de la comuni- trar nuestra plenitud en la contingencia
dad como significativa (sacramental) y del encuentro personal y el Nuevo Testa-
eficaz de este acontecimiento, encuentro, mento nos invita a buscar la totalidad del
unidad que se vive como exigencia onto- sentido a través de los símbolos literarios
lógica (no meramente psicológica) de una que emplea y que reciben su valor defmi-
Presencia en la conciencia refleja de la au- tivo de la persona y por eso su expresión
sencia, que de ser insuperable implicaría significativa y eficaz es el sacramento (la
la negación de la persona. Humanidad de Jesús, .sacramento del Pa-
dre; la comunidad cristiana, sacramento de
De acuerdo con esta visión de fe, Cristo y sus expresiones rituales) como
posesión de la verdad, autocomprensión- totalidad del Ser contenido en los límites
del hombre, realización integral, consuma- materiales del símbolo.
ción en la Unidad de pluralidad (Jo 17,
11. 21-22), son realidades escatológicas, Es claro que la Palabra de Dios
en gestación histórica. En conformidad, al -el Verbo de Dios- revelada en Jesucristo,
ftlósofo se la hece cada vez más difícil el no se identifica con el hecho histórico, ni
pensar que el hombre se halla en situación con la letra de la Escritura, ni con la letra
de conflicto, solo por motivos de avatares de los enunciados dogmáticos y por ello
históricos que podrían ser suprimidos. To- es imposible separar el problema de la na-
do induce a pensar que un hombre fuera turaleza del ser, del de su cognoscibilidad,
de todo conflicto, o presión o alienación forma de conocimiento y proceso de
ya no sería un hombre, sino una idea. conocimiento; el problema de los símbo-
los de la revelación, el de la reformulación
del lenguaje de la fe. del de su reinter-
5. EXPRESION DE LA pretación.
REVELACION: EL SIMBO LO
Ya a nivel de la Escritura no puede
El símbolo que incorpora el "senti- eludiese el problema de la relación Palabra
do" en una realidad tangible se ha hecho de Dios-palabra humana; la Escritura co-
concretamente la expresión del Absoluto mo testimonio es ya una interpretación,
en lo contingente por el misterio de la aunque sea interpretación en cierta forma
Encarnación. La Encarnación es la cons- normativa, por proceder de la experiencia
titución contingente de un es~ado en que histórica de los hechos originales: la expe-
el ser de Dios es a la vez oClilto y total- riencia de fe de Israel y la de la primera
mente significado. Pero Jesús no es un comunidad cristiana.
signo-código que remite del signo a una
significación extraña o superior, sino Jesús Por consiguiente, la Biblia tanto el
mismo en toda su realidad visible, encon- Antiguo como el Nuevo Testamento, son
trable, vivenciable en el símbolo del Abso- palabra de hombre, pronunciada por ellos

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y escrita por ellos; el hombre tiene que Se trata de la experiencia de fe que es al
interpretar a Dios en su propio lenguaje. mismo tiempo un sentimiento, un com-
Jesús es la traducción de Dios en lenguaje promiso, una participación: asentimiento
humano: •. El que me ha visto, ha visto a una interpelación que se propone en las
a mi Padre" Jn 14,9. "El es la imagen palabras del anuncio; compromiso con la
(visible) del Dios invisible" 2 Cor 4, 4. Na- persona de Cristo, reconocido como Hijo
da en la Biblia es inmediatamente divino, de Dios y Salvador y participación en el
ni siquiera la palabra de Jesús histórico, misterio salvífico, hecho presente y ope-
suponiendo que podamos llegar a ella a rante por la presencia de Cristo. Estos tres
través de la crítica literaria. La Biblia se momentos son naturalmente inseparables.
originó a través de un largo proceso histó- Lo que se propone al asentimiento es la
rico reconstruible y debe ser interpretada realidad misma a cuya participación intro-
razonablemente con métodos científicos: duce y esta participación, como ya ope-
a nivel histórico-crítico no es perceptible rante, hace posible el asentimiento. El
la Palabra de Dios, en cuanto tal, como compromiso está. incluído en el asenti-
tampoco es perceptible Dios a nivel em- miento que condiciona la participación y
pírico. El Jesús histórico fue un hombre a su vez los dos son posibles por la parti-
auténtico, que no caminó por Galilea con cipación misma" (Discours théologique
un signo divino en la frente; 10 propio su- et symbole. R.Sc.Rel 49 (1975) pg.117).
cede con la Biblia.
Lo que se propone al asentimiento
La verdad de Dios se presenta solo es la realidad misma cuya participación
en coeficientes humanos como un actuar hace posible el asentimiento. El lenguaje
salvífico en el tiempo y el espacio del abre el acceso a lo que se constituye en y
hombre. El hombre ineludiblemente tiene por la experiencia: su alcance y eficacia
que aprender a escuchar a Dios a través la debe a la realidad misma que está en
de los sucesos humanos y de las palabras acción en la experiencia. Lo que se afectúa
del hombre que trata de descubrir progre- es 10 que se propone en la palabra; por
sivamente su valor significativo y eficaz ello no es separable la palabra del suceso
de una dimensión trascendente de comu- que anuncia y del que se refiere.
nión ontológica. El proceso de formación
del libro, por reflexión retrospectiva, ma- El lenguaje primario es una interpre-
nifiesta su dinamismo de simbolización, tación fundamental, inseparable de la ex-
es decir, su tensión por expresar en sím- periencia de la cual es un momento cons-
bolos el valor trascendental del acontecer titutivo. La experiencia no es accesible
histórico. sino en y por la interpretación que tiene
la particular eficacia de producir la reali-
Dice Jean Ladriere: •• El lenguaje dad misma a que se refiere: por esta razón
primero es ya una interpretación: no sim- es verdaderamente original.
plemente descripción de una realidad que
sería accesible a una experiencia percepti- El símbolo articula dos significacio-
va o afectiva, ni una teoría explicativa, nes: la primera está dada en uso corriente
sino que est.á íntimamente ligada a una y se apoya en una cohstante referencia a
experiencia espiritual a la cual abre un la vida espacio-temporal; la segunda está
acceso y cuyo sentido quiere manifestar. sugerida por la primera, pero pertenece a

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un contexto específico diferente; las dos riencia de la vida y un conocimiento de la
significaciones son inseparables; la primera historia; el segundo es inaccesible fuera de
tomada del lenguaje corriente es como una la experiencia de la fe. El .primer simbo-
rampa de lanzamiento para la segunda; por lismo está abierto a la interpretación del
ello se dice que el símbolo posee una co- historiador; el segundo, a la del teólogo
rrespondencia analógica natural entre una como hombre de fe. Esta solución de con-
forma inmediata y otra de la que es indi- tinuidad manifiesta la autonomía de la
cativa o sea que posee un poder interno Palabra de Dios y su originalidad, pero no
de referencia. Un nuevo horizonte de va- destruye la relación con el dato en que
lor, como es la experiencia de fe, le permi- esta Palabra se apoya factualmente. El
tirá extraer una nueva significación. Pero acontecimiento significativo no se concibe
hay que tener en cuenta que la clave de la separado de su interpretación simbólica,
comprensión simbólica no se ofrece a la como un hecho modificado por una am-
razón sino a la experiencia vital, la cual pliación; por el contrario, no es significa-
puede introducir a la razón dentro del ám- tivo sino a través de esa amplificación.
bito de la sugerencia luminosa del súnbolo.
Esta situación relativiza la historia
Cuando un lenguaje recurre al sím- en su sentido positivista (" 10 que real-
bolo, es porque no dispone de los medios mente acaeció"), pero no constituye una
necesarios para presentar directamente las devaluación de la historia, sino la afirma-
significaciones que quiere evocar; utiliza ción de que el símbolo no es una deriva-
entonces al recurso semántico que consiste ción tardía y fortuita de la historia. Deci-
en hacer aparecer el sentido que se pre- mos a este propósito con J. P. Manigne:
tende en la prolongación y en la dirección •• que la historia en la Biblia no tiene sen-
de un sentido ya disponible, pero que de- tido sino como certificación del símbolo,
ja el nuevo sentido siempre en suspenso, raíz efectiva de la significación de fe del
relativamente inaccesible y como un lla- símbolo" (Pour une poétique de la foi,
mamiento permanente a un esfuerzo de pago 140). Sin la historia el símbolo sería
interpretación en profundidad, que nunca inválido (carece de contenido), sin el sím-
puede considerarse como terminado. El bolo, la historia no es significativa (retie-
símbolo puede considerarse como un vec- ne al hombre en la factualidad); lo cual
tor de sentido que impulsa el espíritu en quiere decir que la palabra es trascendente
una dirección determinada, abriendo al (lo significado); la expresión es simbólica
esfuerzo de comprensión una trayectoria (indicativa y eficaz) y el suceso significa-
que puede calificarse de infInita. do queda así inscrito en la historia humana.

6. SIMBOLO E mSTORIA Toda la vida de Cristo es el funda-


mento del Evangelio, pero en su redacción
El simbolismo secundario de la fe ( que es la consignación por escrito del
se apoya en el primario que se origina con término de un proceso de interpretación)
dependencia de la experiencia histórica. pasó por un proceso similar de simboliza-
La interpretación debe ser consciente de ción inherente al dinamismo de la fe pas-
la solución de continuidad entre los dos cual, de expresar 10 absolutamente nuevo,
niveles simbólicos, siendo inseparables; el inefable, espacio-temporalmente incondi-
primero está cerrado sin una cierta expe- cionable. Es inútil tratar de terminar una

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facticidad precisa bajo esa interpretación: tigos peculiares, a los cuales permanente-
la historia no aparece sino como dimensión mente se refiere: Abraham, Moisés, Isaías,
del símbolo y es inseparable de la forma Jeremías, Jesús mismo, sus apóstoles y
simbólica que la recubrió desde el primer evangelistas, Pablo, etc. por no mencionar
momento de esa visión de fe. La fe válida sino algunos: esta historia incluye toda la
es fe en Cristo Resucitado como encuen- totalidad de su desarrollo en el tiempo y
tro libre: "Teniendo fijos vuestros ojos el espacio.
en Jesús de quien depende la fe desde su
origen hasta su consumación perfecta ,. La precedente afirmación no es ni
(arjegon kai teleioten tes pisteos) Heb. fIlosófica, ni histórica, sino teológica, es
12, 2. A la fe en Cristo nada puede afia- decir, expresión de una fe que se origina,
cUrse; la afirmación fundamental es de se piensa y se reconoce solo en función
tipo vivencia1 y no puede complementar- de esa historia, como tal. Lo cual significa
se, sino explicitarse; todas las oposiciones que no se da sino esa única y peculiar his-
deben acomodarse a esta exigencia, es de- toria salvífica: es decir, la única historia
cir, pertenecen a la fe solamente en cuan- de una revelación, del origen y génesis de
to expresan quién es Jesucristo. la fe que es salvación pam todos.

Jesús es la luz que ilumina a todo En un lapso relativamente corto de


hombre que viene a este mundo (Jn 1,9); tiempo, que no abarca más de dos mil
y en ningún otro hay salvación, pues nin- años entre Abraham y Cristo y en su es-
gún otro nombre nos ha sido dado bajo el pacio reducido, limitado por Egipto, Siria
cielo, entre los hombres, por el cual poda- y Babilonia, quedaron incluídos los acon-
mos ser salvados (He 4,12). tecimientos fundamentales que comunican
sentido a toda la historia humana. Desde
El hecho de Jesús es la fase primera esta perspectiva y solo desde ella se pue-
y específica del encuentro personal de den interpretar las historias de los pueblos
Dios con el hombre: es un acontecimiento y sus religiones, en su dimensión salvífica
histórico, localizado en el que al hombre y por consiguiente teológica.
se le presenta una exigencia radical que
viene de fuera y lo confronta hasta la raíz Nuestro acceso a la .. historia de sal-
misma de su ser de persona: solamente vación ,. se realiza por medio de la Iglesia
Jesús se ha atrevido a lanzar ese reto al que nos pone en contacto con ]a Escritu-
hombre: sin mi nada podeis hacer Jn 15, ra. Por Escritum entendemos tanto el An-
5 He 4, 12. La revelación adquiere en Cris- tiguo como el Nuevo Testamento en su
to su punto culminante, fm y plenitud de unidad, sus diferencias y sus mutuas rela-
la revelación iniciada por Dios en Israel. ciones. Consideramos el Antiguo Testa-
Heb 1, 1-2. mento como un contexto de revelación
histórica, autónomo, de valor propio e in-
Se habla de .. historia salvífica" por- dependiente del Nuevo Testamento, litera-
que es el testimonio de la voluntad de riamente circunscrito, abierto como un
Dios de salvar a todos los hombres por me- gran interrogante ante el destino histórico
dio de Jesucristo y de manifestarla a tm- de Israel. Es obra del pueblo de Israel y
vés de acontecimientos y de su interpre- no va más allá de la visión judía de la
tación. Esa interpretación depende de tes- salvación.

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En contraposición, el Nuevo Testa- tinuidad, pero que sin el Nuevo" permane-
mento presenta una novedad radical, iffi- ce abierta; por su parte el Nuevo sin el
previsible, lógicamente indeductible y que Antiguo carece de contexto propio y que-
se refiere permanentemente al Antiguo da expuesto a tergiversaciones y generali-
como marco de interpretación de los nue- zaciones ahistóricas.
vos acontecimientos fundamentales, cen-
trados en la persona de Jesús. Historia no puede ser sino un con-
junto de hechos y tradiciones que abarcan
Categorías como promesa, alianza, muchas generaciones: aquí reside el sen-
ley, tipo y figura, etc., hacen del Antiguo tido profundo de las genealogías de Jesús.
Testamento el medio privilegiado e insus- Un hecho aislado, así sea el de Jesús, no
tituible para la inteligencia del misterio de constituye una historia, la cual exige una
Cristo, el cual se reveló dentro del mismo prehistoria y una continuidad orgánica.
medio cultural. Esta relación inversa del Antiguo y Nuevo Testamento establecen
Nuevo hacia el Antiguo puede calificarse esa continuidad, dentro de la cual es pa-
de "tipismo", contrapuesto a "tipolo- sible una evaluación de una experiencia
gía" que supone la relación contraria y humana.
hace de los hagiógrafos y más en particular
de los profetas de Israel, vaticinadores y de
la profecía una predicción del futuro. Por 7. FACTUALIDAD E HISTORIA
eso dice con toda razón Norbert Lohfmk: SALVlFICA
"La soteriología cristiana está ligada a una
imagen concreta de Jesús de Nazaret, que Una primera etapa exegética se ca-
no puede encontrarse en el Antiguo Testa- racteriz6 por considerar la Biblia como
mento. A partir del objetivo mismo se lle- documento histórico en el sentido técnico,
garía tan solo a los textos llamados mesiá- es decir, cronísticamente informativo del
nicos, los cuales al someterlos a una seria pasado de la humanidad y particularmente
investigación acerca de su carácter profé- del pueblo de Israel y de los orígenes
tico referente a Jesús de Nazaret, llevan cristianos. En los últimos decenios, se ha
tan solo a una interrogación que permane- comprobado claramente que la historia
ce abierta. no puede reconstruirse a partir de la Bi-
blia, sino por el contrario, la narración
La soteriología del Antiguo Testa- btolica a partir de la historia, tomando en
mento hay que tomarla en un nivel más consideración la peculiar posición que
abstracto: las af1I1Illlciones soteriol6gicas adopta ante ella; es decir, el proceso de
contienen el paso de una situaci6n de de- selección, interpretación y relectura a que
sastre al de salvaci6n, por acci6n divina, los hagi6grafos someten los acontecimien-
no humana e ignoran la exigencia "de un tos y que les permite descubrir y afirmar
mediador humano" (N. Lohfmk, Hea als una dimensión que con ciertas reservas y
Befreiung in Israel, en Erlosung und precisiones, podríamos llamar "historia
Emanzipation, Q. D. n. 61 Hrsg. van Leo salvífica". Se puede afirmar que la historia
Scheffczyk, pago 32 Herder, 1973). en su sentido técnico, constituye el subs-
trato de la historia salvífica: los hechos
El Antiguo Testamento presenta un directa e indirectamente verificables no
contexto de revelación histórica, una con- son todavía historia salvífica.

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Un hecho se hace significativamente eterna en su nombre" J n. 20, 30. Esta
salvffico por ser vivido y contemplado den- conclusión nos indica que el objeto esen-
tro de una visión de fe, en relación con cial de la fe es la flliación divina de Jesús,
Dios presente y actuante, en el desarrollo como comunicación de Dios al hombre
de un designio eterno. La fe no sufre me- y que su valor salvífico es estrictamente
noscabo por el hecho de que la exégesis relativo a ese objeto. Ver no es constitu-
científica haya llegado a la conclusión de tivo de creer (Jn. 4, 48; 20, 29), como
que los escritos canónicos no son docu- tampoco lo es el testimonio humano his-
mentos historiográficos y por consiguien- tórico de los que han creído. Los elemen-
te, sobre esa sola base no se puede certi- tos que son signos para la fe, para preparar
ficar, en principio, que las cosas hayan su- la adhesión a la Palabra de Dios, no son lo
cedido así o de otra manera. No preten- que se cree, ni el motivo formal por el
dieron los hagiógrafos la reconstrucción cual se cree. La existencia de ninguna
cronística de los hechos, sino su sentido, condición creada puede ser objeto de nues-
tal como fue captado, interpretado y trans- tra fe, ni afirmarse en nombre de ella. El
mitidos por sus contemporáneos. Las si- dato histórico puede estar implicado en
tuaciones fueron realmente vividas histó- una afirmación de fe, pero no es objeto
ricamente, pero no transmitidas como re- de la fe como tal y por lo demás, nunca
construcción cronística o biográfica, sino está complicado en su circunstancialidad
para lograr la percepción de su significado, concreta (por ej, la vida y muerte de Jesús).
que no se limita a la exterioridad de lo 2 Cor 4, 13-18.
visto, sino que sobre esa base, se constitu-
ye en testimonio de fe e incluye una afir-
Seguramente el sentido no existe
mación que rebasa el ámbito de la compe-
sin el hecho exterior, ni puede ser cono-
tencia del historiador.
cido sin él. Decir que la fe cae sobre lo
significado (el sentido) y no sobre la ex-
Nosotros no creemos que Jesús na- terioridad fenoménica, no Significa que
ció, vivió y murió, sino en el Jesús que se haga abstracción del suceso y de su rea-
nació, vivió, murió y resucitó. Nuestra fe lidad histórica sino que éste se supera una
no cae directamente sobre el carácter fac- vez que se experimenta e interpreta. La
tual de estos hechos, ni sobre su inserción traza histórica perceptible a la experiencia
espacio temporal en la serie de los fenó- sirve para manifestar la existencia de la
menos históricos, sino sobre su sentido dimensión matahistórica y para anclarla
eficaz-sa~'lífico, sobre su dimensión meta- en la realidad espacio temporal; constitu-
histórica. No se salvan los que le vieron ye además un punto permanente de refe-
morir, sino los que" creen que fué entre- rencia esencial, que limita la posibilidad
gado por nuestros pecados y murió por de ideologización.
nuestra justificación" Rm 4, 25.
También es preciso observar que el
San Juan lo expresa claramente: hecho exterior, que es manifestativo y
" Jesús realizó en presencia de los discí- eficaz de la acción divina· salvífica, tampo-
pulos otros signos que no están escritos co está exclusivamente dependiente del
en este libro. Estos lo han sido para que conocimiento histórico, pues se halla en
creais que Jesús es el Cristo, el Hijo de alguna forma incorporado a la proclama-
Dios y para que creyendo tengais vida ción de la fe, sin ser objeto de fe. Es claro

37
que la vida y muerte de Jesús no hubieran cosmos, la revelación lo presenta como Se-
sido proclamadas, si por la fe los discípu- ñor de la historia. El lagos de la fe cristia-
los no hubieran comprendido internamen- na al hacerse hombre, se hizo historia en
te su sentido, dentro de una red de rela- el sentido blblico y por co~siguiente, co-
ciones personales, en el marco de una rea- mo lagos de Dios, debe comunicar su inte-
lidad sociológica y comunitaria. Y a su ligibilidad a la historia. Esto no se realiza
vez, la vida y la muerte de Jesús no hubie- si de alguna manera el fin y consecuente-
ran llegado a ser ele cualquiera de sus mente, la unidad de la historia no están
contemporáneos, incluyendo sus compa- ya presentes en El.
ñeros de suplicio.
La unidad de la historia se funda
La fe blblica es histórica en un do- en el cristianismo en la estructura escato-
ble sentido: fe que se refiere al actuar lógica de la fe, dado que esta revelación
histórico de Dios y en él se funda; y fe de Dios se considera en la predicación de
que pone en contacto actual e histórico Jesús, como definitiva. Pero al afrrmar que
al hombre con Dios. Quitaría su sentido el problema de Dios y su sentido para el
a la fe el pretender encerrarla en un con- hombre es inseparable de la cuestión acer-
junto de verdades aternas. ca del sentido de la historia, se plantea a
la teología una dificultad de muy difícil
Fe en el sentido de la Biblia es una solución.
exigencia a tomar en serio la historicidad
y a garantizarse en ella. La verdad de Dios Desde el punto de vista filosófico y
en el Antiguo Testamento es su fidelidad, aun del de varias concepciones teológic~s
expresada en el Nuevo Testamento como actuales, el problema acerca del sentido
.• gracia y verdad que es hacer aconteci- de la historia, no presenta solución viable
miento en Cristo Jesús "Jn 1,17. En Jesús a la luz de las experiencias del pasado. A.
se manifiesta la verdad y fidelidad de Dios Camus expresa esta posición en su mito
como amor radical hasta la muerte y a tra- de Sisyfo. (Hamburg 1968, pg. 95). Es
vés de ella, hasta la vida eterna de la resu- claro que tanto el Antiguo como el Nuevo
rrección. Por eso la revelación neotesta- Testamento colocan toda la problemática
mentaria es la culminación de la revelación acerca de Dios y del sentido del hombre, -
y de la historia salvífica. El que Dios se como una cuestión acerca de la historia y
haya comprometido de tal manera con la de la experiencia del hombre en ella y sin
historia del hombre, de modo que ella sea embargo, actualmente parece como si toda
el lugar de su presencia, le da a esta histo- reflexión sobre el sentido de la historia
ria un valor y un sentido que no posee en con tribuyera a hacernos sentir la inelu-
religión alguna y aquí es donde aparece la dible incertidumbre de nuestra existencia.
originalidad y defmitividad de la fe bí- (G. Krügger, Die Geschichte im Denken
blica. der Gegenwart, en Freiheit und Weltve-
rantwortung, Freiburg, 1958, pago 120).
8. UNIDAD Y SENTIDO Surge entonces la pregunta acerca
DE LA mSTORIA de qué concepción de Unidad y de Senti-
do se presupone, cuando la reflexión cien-
A diferencia de los griegos que plan- tífica se declara incapaz de encontrar una
tearon el problema de Dios como lagos del respuesta satisfactoria.

38
Gran parte de la dificultad proviene proceso de autoidentificación, da solamen.
de una secularización de la escatología, te la posibilidad de elaborar proyectos
que ha introducido una decisiva modifi- teóricos y prácticos que posean sentido
cación en su contenido. Simplificando para el hombre, pero no funda en absolu-
podría decirse que bajo el influjo de un to una fe optimista en el progreso hori-
horizontalismo de tipo marxista, la reali- zontal de la humanidad.
zación escatológica se ha ido transforman-
do en un fe optimista en una creciente El hecho de que el concepto de pro-
felicidad especulativa y práctica de la hu- greso, que como tal incluye la previsión
manidad, dependiente no ya de un impre- racional de la continuidad de ciertos pro-
visible designio salvífico, sino de una con- cesos en determinados sectores, se haya
cepción de progreso impul~:lclo por la incorporado al marco de la escatología,
ciencia y vinculado a una prosperidad ma- trae como consecuencia el que a princi-
terial, económica y una situación de jus- pios particulares (culturales, económicos,
ticia entre los hombres. técnicos) se les atribuya alcance universal
y de totalidad, con lo cual se transpone
La escatología cristiana fué susti- el límite de su racionalidad.
tuída por una fe optimista en el progreso
de la humanidad, apreciado a la luz de un La comprensión del hombre que na-
término anticipado teoleológicamente; ce de la escatología bíblica, implica ante
consecuentemente la cuestión acerca del todo la tarea de vivir de tal manera que
sentido de la historia considerada como sea la auténtica realización de un compro-
una totalidad y no simplemente a la luz miso, en la fe y la esperanza, con esa
de los progresos técnicos, tuvo que ser historia que en su Unidad y Totalidad está
abandonada como objetivamente indeter- dirigida hacia un futuro imprevisible en su
minable, indetectable. forma, pero garantizado dentro de una
visión de fe.
La escatología bíblica, es básica-
mente diversa. Unidad y fin de la historia La concepción bíblica no se opone
concebida escatológicamente, no significa necesariamente en todos los aspectos a la
previsión del contenido de un término de tesis marxista del progreso. Marx opone
la misma, sino una visión interna, profé- con razón a Hegel que el hombre no pue-
tica, dinámica y proyectiva de una plena de reconciliarse con la historia en forma
realización del hombre, como ser social, simplemente especulativa. Para poder creer
visto en una perspectiva de fe, que permi- en una posible realización de la historia,
ta captar desde ella, la exigencia, el impe- es preciso comprometerse prácticamente
tativo del presente como tarea pam el en esa realización.
futuro.
Un futuro que todavía no está pre-
En esta visión bíblica no está pre- sente tme consigo una apertura de la his-
visto en modo alguno, lo concreto del tér- toria que es campo de acción del hombre.
mino o fin y así ni se elimina, ni se res- Fe en el futuro y cambio del presente se
tringe la apertura hacia el futuro. El con- condicionan mutuamente, de modo que
templar este término y la historia como Marx está dentro de la tmdición del pen-
unidad, comQ el objetivo concreto de un samiento profético-histórico (LOwith). Pe-

39
ro cuando Marx piensa que con el cono- forma ind~spe_:sable e incondicionable
cimiento y control de las fuerzas econó- respecto al hombre, su consumación no
micas, ha solucionado el enigma de la his- cae en ningún momento de la historia hu-
toria, lo único que hace es anticipar teo- mana; por el contrario, significa la expre-
lológicamente. en forma cient ífica y filosó- sión de esa historia que es siempre el ám-
ficamente cuestionable, el fin de la histo- bito de lo inacabado, de lo ambiguo, de
ria, en un sentido unilateral de progreso. lo dialéctico.

Dada la unidad del hombre y la vo-


La visión bíblica de la historia, la
cación universal a la salvación que opera
deja siempre abierta en su concreción y
en todas las dimensiones del hombre, el
no permite de ninguna manera preverla o
proceso salvífico es de alguna manera per-
anticiparla teleológicamente. La unidad
ceptible en la historia general, pero en for-
de la historia se presenta a la fe solamente
ma no interpretada, 10 cual origina una
en forma de esperanza, la cual no ofrece distinción formal, aunque no siempre ma-
en primera instancia, una visión teórica, terial, entre esas dos historias coextensi-
sino que impoile una tarea, un compromi- vas. La historia general, en cuanto que es
so, y además trae consigo una orientación, un llamamiento a la autorrealización del
un criterio y ejerce una función crítica hombre. siempre bajo el influjo de la gra-
permanente. No existe la posibilidad de cia, es revelación de Dios, aunque dentro
una conciliación especulativa definitiva: de un horizonte atemático. que desembo-
el sentido no puede suprimir el fracaso, ca en el insoluble interrogante de la tras-
sino entendiéndolo como tarea, lo cual cendencia del espíritu.
significa que la apertura haoia el futuro
no puede suprimirse ni por medio de Solamente Dios con su Palabra, en
planeación, ni por negación. un punto espacio-temporal específico de
la historia general, da la clave de interpre-
La esperanza se percibe concreta- tación inequívoca de la salvación-conde-
mente como una permanente autoidenti- nación en el proceso de la historia huma-
ficación del hombre dirigido hacia el fu- na. Solamente en Jesucristo se alcanza la
turo, pero Dios aparece como el futuro absoluta e indisoluble unidad entre lo
absoluto del hombre, como el poder que divino y lo humano y esa unidad se hace
mantiene abierto el presente y lo somete históricamente presente en la autorreve-
a crítica permanentemente. lación de Jesús que traza un límite per-
manente e inequívoco entre historia gene-
La concepción bíblica-escatológica ral e historia salvífica, al descubrir el sen·
de la historia, muestra que aunque la his- tido específico de salvación; el conocimieQ
toria de salvación es coexistente respecto to explícito del medio salvífico en sus
a la historia en general del mundo, sin em- dimensiones histórico-simbólica, social y
bargo no puede identificarse con ella, pues- sacramental y por último, el valor ontoló-
to que la libre autocomunicación de Dios gico del actuar humano. (cfr. Karl Rahner,
es una realidad absolutamente trascenden- Weltgeschichte und Heilsgeschichte,
te, procede exclusivamente de Dios en Schiriften z. Theol. V pg. 115 135).

40
9. LA EXEGESIS Incidencia del método histórico-
mSTORICO-CRITICA EN SU crítico en el pensamiento teológico:

CONTEXTO HERMENEUTICO
1. Los comienzos de la crítica
histórica se remontan al siglo 17 con el
La exégesis es el presupuesto para protestante Ludwing Cappelli y principal-
la inteligencia de los textos de acuerdo mente cap. el oratoriano Richard Simon
con el sentido que tuvieron en el contexto (1712).
de la tradición cristiana primitiva. El ob-
jetivo es el conocimiento de ese pensa- Desde ese momento, la Escritura
miento histórico, como origen del cristia- fué considerada cada vez más como fuen-
nismo actual. te histórica, lo cual signiflcaba que debía
entenderse según la mente del autor, de
acuerdo con las condiciones de vida y
Este proceso de interpretación se presupuesto de la época. Esta inteligencia
realiza en la Iglesia y trae consigo una histórica de la Escritura trajo como conse-
crítica de las tradiciones y dogmas ecle- cuencia una progresiva comprobación del
siásticos, en cuanto que éstos se fundan, distanciamiento que se había operado en-
Goma en su última norma, en la Escritura. tre la visión de los comienzos y ciertas
Pero para que la exégesis no se convierta concepciones y usos introducidas en el
ella misma, en la única y definitiva norma decurso de la siglos.
de la fe cristiana, es preciso que esté some-
tida a crítica y sus resultados permanezcan 2. Es una primera etapa, la críti-
abiertos a una ulterior investigación. Si se ca histórica se centró preferentemente
tiene en cuenta la índole de la Escritura, en el descubrimiento de la verdad eterna
la exégesis debe ser una ciencia histórica (doctrina), liberándola de los condiciona-
y si pretende ser aceptada como general- mientos culturales en que venía expresada.
mente válida, es preciso que sea una cien- Esto signiflcó que objetivamente la inter-
cia crítica. Una exégesis sometida a estas pretación histórica quedó supeditada al
exigencias, nunca puede considerarse co- enriquecimiento y elaboración de lo que
mo defInitiva, pero debe procurar restrin- se suponía, dentro de un sistema especula-
gir cada vez más el ámbito de la interpre- tivo, ser contenido normativo.
tación, hasta llegar a conclusiones univer-
salmente aceptables. La crítica histórica 3. En el período siguiente, la
no garantiza de por si, ninguna interpre- exégesis científIca comenzó a comprender
I
tación como auténtica, genuina. Es una que todo el Nuevo Testamento, hasta su
técnica que puede aprenderse, necesita núcleo, hasta su fondo más esencial, tenía
ser corregida y complementada perma- un carácter histórico. Se clarificó que el
nentemente (por ej. con el avance de los cristianismo primitivo no refleja una doc-
conocimientos linguísticos, arqueológicos, trina sagrada eterna, despojable de su re-
etc.); se asemeja a un arte que· es en gran vestimiento literario y de las concepciones
parte experimental, que no puede prescin- en que se halla expuesta, sino al desarro-
dir de la técnica, pero que no termina en llo histórico, vivencial, de diversas formas
ella. y grados de comprensión, de la manifest.!t

41
ción de Dios en Cristo. La variedad y com- 6. La crítica hace tangible la di-
plejidad del cristianismo primitivo, con sus ferencia, dentro de la inseparabilidad, que
diversas preconcepciones y el uso de múl- hay entre revelación y escritura; por ello
tiples géneros, es y representa el movimien- la inteligencia histórica debe ser el acceso
to mismo de la revelación. El objetivo de normal a los acontecimientos fundamenta-
la exégesis no fue ya descubrir una doc- les, pero la sola historia no es capaz de
trina, sino coincidir con un proceso de interpretar la fe cristiana. El intérprete
revelación y propiciar su inteligencia. La debe aprender a percibir la relación fe e
amplitud de variación y aun las discordan- historia que es elemento constitutivo de
cias entre las diversas afrrmaciones de la la afrrmación bíblica. Lo específico de la
Escritura, ha ido creando una actitud me- revelación aparece precisamente en la nue-
tódica de reserva ante las precipitadas va forma que comunica al pensamiento
sistematizaciones y simplif1caciones uni- extrabI'blico y a sus expresiones y en la
laterales que desconocen la dialéctica del manera como esta fe, dentro de su sincre-
pensamiento bfblico. tismo y compromiso literario, presenta
un valor que se conserva a través de todos
4. La historia comparada de las
los cuestionamientos humanos y mantiene
religiones puso de manifiesto los influjos
su afirmación de ser revelación divina,
de otras religiones en la estructura del
indeductible directamente de ningún acon-
mensaje bíblico, que aparece así entrete-
tecimiento histórico.
jido con elementos de las más diversas pro-
cedencias (título de Cristo por ej.); de un
documento que presenta una verdad ela- 7. La crítica histórica considera
borada y normativa, se transformó el la Sagrada Escritura, en primera instancia
Nuevo Testamento en una colección de como documento de una experiencia hu-
fuentes para la historia del cristianismo mana. Se opone a ese tipo de reflexión
primitivo. La crítica histórica muestra a teológica que valora la letra de la Escritu-
este respecto que la utilización eclesioló- ra como algo" sacro" (tabú) (verdad
gica del Nuevo Testamento implica la su- absoluta), quitando así la responsabilidad
presión ilegítima de una distancia tempo- de ir buscando la verdad de Dios a través
ral y cultural. Por el contrario, la crítica de los titubeos y limitaciones de un pen-
muestra la tensión permanente entre Cris- samiento que se desarrolla progresivamen-
to y la institución autoritativa. Es claro te y no puede captarse sino en la totalidad
que la exégesis no puede estar, en cuanto de su expresión. La historia con sus tr.age-
tal, al servicio de las necesidades prácticas dias y catástrofes, traduce una perplejidad,
de la Iglesia, como estructura jurídica. que es necesaria para que el que busca se
haga un verdadero creyente. No otra cosa
5. La historia de las formas, crí- pretende la Escritura.
tica de la tradición y la redacción mues-
tran que la Biblia no contiene comunica- 8. El método histórico, al aproxi-
ciones puramente supra o extJ;aterrenas marse a la realidad humana como al lugar
sino que la revelación divina incluye his- del encuentro con lo divino, conduce por
toria y fe, evangelio y situación, revelación el camino, en que la fe puede ser interro-
y ambiente humano, fruto de la interpre- gada acerca del fundamento de su certeza:
tación inspirada de los hombres y dirigida trata de percibir el desarrollo genético de
al mundo concreto del hombre. la afrrmación de fe. Esta orientación anti-

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idealista insiste en no olvidar jamás la co- Palabra de Dios, ante todas las tenden-
rrelación entre mensaje de fe y situación cias al estancamiento de las instituciones
histórica. Es enteramente opuesto a la humanas. El Evangelio es un perenne lla-
aceptación inmediata y espontánea (no mado a la libertad cristiana y su última
refleja, propia de la fe fideísta), de afir- garantía.
maciones teológicas a partir de textos
particulares de la Escritura. La afirmación 10. Un punto de máximo conflic-
de una verdad de fe, no es posible sino a to para el método histórico reside en la
condición de reconocer las expresiones re- dogmática, ya que el discurso teológico
ligiosas en el contexto en que fueron trans- tiende .a elaborar los sucesos de la revela-
mitidas y de valorar su comprensión den- ción, trasponiendo la relación simbólica
tro del proceso de interpretación, al que original, por medio de una sistematización
pertenece cada tradición. Una verdad de refleja conceptual. Aunque la significación
tipo vivencial no puede justificarse sino propia del concepto tiene su raíz en una
dentro del marco histórico que le dió· experiencia perceptiva y toma su verda-
origen. (Problema para la catequesis y dera consistencia a través de una historia,
evangelización) . siü emi>argo, una vez que adquiere su ple-
no valor de figura especulativa, lo hace
9. El método histórico-crítico por relaciones sistemáticas entre los con-
crea una mentalidad y promueve una serie ceptos que pone en juego y elabora una
de criterios. al situar la fe cristiana en su construcción capaz de sostener por las
relación original. en la que dentro de un articulaciones que la constituyen. El con-
amplio contexto histórico. aparece ésta cepto reciúe su sentido del lugar que ocu-
como interpelación a la h'bertad humana pa en la construcción, sin referirse a un
ya la propia responsabilidad. soporte significativo exterior, como suce-
de con el símbolo. Así el discurso teoló-
En consecuencia: debilita todo ar- gico se hace disociable de la experiencia
gumento directo de autoridad, que pre- que comenta y del lenguaje (simbólico)
tende funcionar con independencia de esa al cual ella está indisolublemente ligada.
tradición; trabaja metódicamente con cues- Esta separabilidad indica una discontinui-
tiones abiertas, problemas no resueltos dad, un cambio de registro.
aun, intercambio de hipótesis y opiniones,
mas que con tesis dogmáticas determina- El lenguaje especulativo que usa el
das. Por principio, confrontan toda tradi- discurso teológico, se ha constituído fuera
ción eclesiástico-dogmática con la escritu- de la teología, vinculado a la estructura
ra, respecto a SU normalidad, ya que el misma del espíritu y a sus posibilidades
pluralismo de expresiones, la práctica au- trascendentales, dentro de una tradición
sencia de formas institucionales origina- filosófica y por consiguiente debe trans-
rias y la evolución histórica, previenen formar el modo de significación de los
contra la absolutización de las estructuras conceptos que usa, de acuerdo con el ho-
institucionales y de las normas legales. rizonte de comprensión de la fe; además
tiene que crear nuevos conceptos en fun-
De aquí nace igualmente, un per- ción de problemas inéditos para él, ya que
manente impulso reformatorio configura- no posee contacto directo con la expe-
. do por la exigencia y la soberanía de la riencia de donde nacen.

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Aunque el discurso especulativo· a- mente lógica como método de interpre-
porta recursos articulatorios y semánticos tación histórica.
propios del proyecto hermenéutico, corre
el riesgo de encerrar en contornos dema- Queda abierta la cuestión de si la
siado rígidos, significaciones que son esen- desmitologización, la liberación de un len-
cialmente dinámicas y tienen la virtud de guaje y concepciones del pasado y la tras-
abrir sin cesar nuevos espacios de com- posición a una intelige:lcia actual del mun-
prensión. do, es posible sin perder o modificar algo
del contenido original.
La transposición al concepto destru-
ye la forma propia de significación del SÚll- 11. La reflexión teológica sobre
bolo y su inherencia a un estrato anterior la historia no culmina en una teoría sobre
de sentido, inseparable de la experiencia. la historia, ni en una concepción salvífica
En la medida en que el concepto funciona universal; tampoco puede producir un· pro-
en un orden autónomo de referencia y grama para una praxis concreta. La inte-
articulación, se corre el riesgo de centrar ligencia teológica de la historia no es in-
en él la atención y no en el objeto que mediatamente práctica y no se ve cómo
se quiere hacer ver, constituyendo así una puede serlo o que tenga que serlo. Su es-
ideología, que no desciende del orden es- tructura como reflexión es la de un pen-
peculativo. samiento mediador. Esta conciencia de
mediación le quita la pseudo-evidencia del
El discurso teológico corre también dato inmediato irrecusable, abre crítica-
el riesgo de inscribir en un horizonte de mente la posibilidad del cambio y no se
comprensión disponible 10 que se ha dado agota en una determinada praxis. Este tipo
de una manera incoativa, relativamente de pensamiento, que es criterio de acción,
enigmática, como proposición de sentido precisamente porque no puede ser aplica-
y no como significación realizada. No de- do inmediatamente, y representa un valor
be dejarse arrastrar por el impulso reduc- perenne, resiste a toda falla y permanece
tor de una racionalización integral que se abierto.
disuelve en una explicación del símbolo
como figura. Lo que se pide al discurso Sin embargo, para no quedarse en
teológico no es construir una teoría, sino un monólogo infructuoso, debe estar en
una amplificación reflexiva que moviliza comunicación con todos los ámbitos de
al servicio de un progreso interior que no las ciencias orientadas a la realización del
es del orden de la ciencia, sino de la com- hombre. Esta cooperación debe entender-
prensión espiritual; es un camino que bus- se dialécticamente en cuanto que cada
ca incansablemente 10 que está más allá disciplina se desarrolla de acuerdo con su
de todo discurso y que tan solo puede ser propia metodología, pero al mismo tiem-
lejanamente enUnciado. po puede ser vitalmente orientada por la
Historia cristiana y la reflexión teológica.
El método histórico pone de mani- Solamente en una investigación interdisci-
fiestb el abuso ideológico, previene con- plinar puede la teología hacer efectiva su
tra la sistematización simplista que no ha- exigencia y ser históricamente significati-
ce justicia a la complejidad del pensamien- va. Esto requiere un nivel crítico tanto de
to blolico y excluye la deducción pura- parte del teólogo como del científico.

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