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Filosofía y Epistemología

Índice
1. Introducción
2. Desarrollo del trabajo
3. El papel de la filosofía en la práctica educativa
4. Ciencia y educación
5. Conclusión

1. Introducción

El presente trabajo pretende establecer criterios de acercamiento de ciertos


aspectos referidos a las cuestiones filosóficas, el futuro de la filosofía, el valor
que como docentes debemos darle en el acto de educar, su diferenciación
respecto de otros ciencias, las diferentes corrientes filosóficas que se han dado
en el tiempo, sus enemigos más acérrimos y la forma de estudiar el
conocimiento, ya sea desde la filosofía o desde las distintas ciencias,
caracterizadas por la utilización del Método científico, así como analizar la difícil
realidad científica en nuestro país y sus implicancias en el futuro mediato, en el
nuevo orden mundial.

2. Desarrollo del trabajo

Para comenzar este trabajo, tendríamos que tratar de definir Filosofía, mucho
más allá de lo que significa la palabra en sí, "AMOR POR EL
CONOCIMIENTO”, para darle la importancia que sin dudas tuvo y tiene en la
evolución del "ser" humano como ente pensante y partícipe pleno de su
realidad y futuro como hombre y en la cual la Educación, entendida como la
formación integral del mismo, ocupa un papel primordial.

Deberemos entender que la práctica filosófica nunca se contenta con el


encuentro de la verdad, sino que su verdadera razón está en la satisfacción
que ofrece su búsqueda, tratando de "ver la realidad en su origen", no
contentándose con lo armado y pensado por otros, como por ejemplo los
dogmáticos, en donde la verdad se encontraría ya revelada. En la filosofía el
hombre se hace hombre a través de un pensamiento interior incesante que le
permite aprehender la realidad, abriéndose a la vastedad de lo que nos
circunda, estimulando, a través de ese pensamiento lo más maravilloso que
tenemos, que es la comunicación con el otro, no como la entiende el mundo
actual, compleja pero solitaria a la vez, gracias a las nuevas formas
tecnológicas de acercamiento al otro; sino una comunicación con el prójimo y
no con un extraño, "de existencia a existencia", despertando los más
maravillosos sentimientos humanos, el de la solidaridad, el amor fraterno, la
compasión, el compartir, el ayudar, de manera de buscar una trascendencia
más allá de lo mundano y banal, rescatando de las situaciones límites, no lo
doloroso, sino aquellos aspectos que nos enseñen a vivir plenamente,
entendiendo o tratando de entender la vida, en la búsqueda de momentos
felices, que permitan sobrellevarla. Son esas situaciones límites, la verdadera
fuerza y motor en esa búsqueda de la verdad y que el mundo trata por todos
los medios de evitar. Así la muerte se nos presenta como espectáculo macabro
y que hay que evitar a toda costa y no como un camino hacia una nueva vida,
según el ideario de Dios y que tiene que ver con la trascendencia del hombre y
su razón de ser en este mundo.

Podríamos decir, por tanto que la Filosofía es aquella acción incesante del
pensamiento, en la que el ser humano goza, a través de un camino de
búsqueda constante, haciéndose partícipe pleno de su realidad y la de su
entorno, llegando a ser auténticamente hombre, en su relación con el "ser"
íntimo de las cosas.

Analizando lo antedicho, es fácil detectar la importancia que tiene la Filosofía


en la vida y en la historia del hombre y en la conciencia de su realidad y es
lógico suponer la existencia de enemigos opuestos a la misma, que la
consideran peligrosa, destructora de un orden conveniente a oscuros intereses
y que se caracteriza por fomentar un espíritu rebelde, independiente y
revolucionario.

Es así que la Iglesia, ha rechazado desde siempre a la Filosofía independiente,


alejada de Dios, porque la consideraba mundanal y echaba a perder el alma.
De alguna manera se enfrentaba a las verdades dogmáticas reveladas por el
Ser supremo creador, sin darse cuenta que ese mismo Ser Supremo, es quizás
el que nos dio la capacidad de pensar, en el camino de la búsqueda de la
verdad y que hacen que la Filosofía se halle estampada intrínsecamente en el
hombre, haciéndose inherente a él por propia naturaleza.

Dentro de las corrientes gnoseológicas del conocimiento, tenemos enemigos


acérrimos de la Filosofía y la Metafísica como son los EMPIRISTAS, corriente
que se afirma con F. Bacon (ya que se inicia en la edad antigua con Heráclito),
estableciendo su principio fundamental, según el cual toda ciencia ha de
basarse en la Experiencia, como única forma de conocer. Pero es David Hume,
el principal representante de esta Ideología , quien sostenía con
argumentaciones filosóficas maestras, que todo conocimiento en última
instancia proviene de la experiencia, sea la externa, vale decir , la que proviene
de los sentidos, como la interna, la que denomina como auto-experiencia y que
es más íntima y reflexiva; oponiéndose así al RACIONALISMO,
constituyéndose ambas concepciones gnoseológicas dentro del problema de
los medios a través de los cuales se puede conocer.

Dentro de las corrientes que siguieron o se desprendieron del empirismo y que


fueron opositores de la Filosofía tenemos al POSITIVISMO, cuyo principal
seguidor fue Augusto Comte, en el siglo XIX, consolidándose en los años 20 de
nuestro siglo a través del POSITIVISMO LÓGICO O NEOPOSITIVISMO, a
través de la formación del Círculo de Viena; posturas para las cuales lo único
válido de ser pensado y a lo cual debía consagrarse exclusivamente la Filosofía
y la Metafísica, era el estudio científico de lo observable y comprobable a
través de la verificación empírica, primando la observación y la
experimentación dentro de un método inductivista, que ahondaremos a
posteriori.

Para el Positivismo, por tanto, las únicas ciencias válidas, son las naturales y
según Comte en la historia de la humanidad hubo tres etapas del conocimiento:
la Etapa Teológica, que fue la primera y trató de dar una explicación del mundo
a través de un creador, estableciendo causas trascendentes y que se dio en
todas las culturas y cuya influencia se da aún hoy; la Etapa Metafísica, en la
que se hace hincapié en las causas inmanentes y por último, la Positiva, en la
que el Hombre renuncia a explicar las cosas por sus causas (Causalidad) y el
conocimiento se limita a establecer leyes de sucesión de hechos y que Comte,
considera como "el Estado de madurez del Hombre Definitivo".

Esta postura se oponía radicalmente al Racionalismo y que escuetamente


trataremos de explicar seguidamente.

Si bien esta corriente filosófica que marca todo el pensamiento moderno a


través del Discurso del Método de Descartes, no se constituye como una
corriente crítica de la Filosofía, ya que quizás, en su transcurso la misma
adquiere un gran esplendor, su explicación adquiere importancia, por ser una
postura radicalmente opuesta al Empirismo.

Prioriza plenamente el Raciocinio como el principal medio para lograr el


conocimiento y supone el primer intento de establecer un Método en su
búsqueda, de manera que aplicando rigurosamente ciertas reglas se impida
suponer lo verdadero como falso, de manera de llegar al verdadero
conocimiento de todas las cosas accesibles al conocimiento humano.
Podríamos resumir esas reglas en:

 Tener evidencias de la verdad de las cosas.


 Parcializar el problema, tanto como fuese posible.
 En las etapas de la búsqueda del conocimiento, partir siempre de lo más
simple a lo más complejo.
 Efectuar un análisis de cada paso del proceso, de manera de no omitir
ninguno.

Descartes, establece la Duda Metódica, en la búsqueda de certezas en el


conocimiento, dejando de lado las impresiones de los sentidos, que son
engañosas y subjetivas, relegando el papel de la experiencia para la
confirmación de algo que ya se ha obtenido por puro raciocinio y estableciendo
el concepto de Ideas Innatas, producto de una intuición intelectual y no de la
experiencia. Tales Ideas, según Descartes, fueron establecidas en nosotros por
una instancia superior, llamada Dios.

Al analizar estas dos posturas antagónicas, no podemos dejar de lado aquella


corriente intermedia entre ambas, cual es el APRIORISMO de Kant, en lo que
respecta a los medios y procesos de nuestro conocimiento, para dar paso así al
IDEALISMO.
Sostiene Kant, que nuestro conocimiento tiene su comienzo en la Experiencia,
recibiendo de ésta impresiones sensitivas caóticas y sin orden. Esas
impresiones sensibles se encuentran ordenadas en dos "formas a priori" de
nuestra sensibilidad humana: el espacio y el tiempo. Tales "formas a priori" que
son independientes de la experiencia, permite ordenar las impresiones
subjetivas en Fenómenos, los cuales vinculados a través de conceptos tales
como los de: realidad, causalidad, acción recíproca, posibilidad, contingencia,
necesidad, etc., que también son "formas a priori" pero ya de nuestro
entendimiento, permiten elevar esos fenómenos a "objetos Fenoménicos", que
a través del raciocinio (aquí hay un acercamiento al racionalismo) y que Kant
diferencia del entendimiento, permite unificar a los mismos en tres grandes
"Ideas a Priori": mundo, bajo la cual se unifican los fenómenos de la
sensibilidad externa; la del yo o alma, donde se agrupan y entrelazan los
fenómenos de la sensibilidad interna; y la de Dios, donde se unifican los dos
anteriores. Lo antedicho lo podemos resumir en el siguiente cuadro:

Experiencia (influencia del empirismo)


Impresiones sensibles
Formas a priori (espacio y tiempo)
De la sensibilidad
Fenómenos
Formas "a priori"
Del entendimiento (conceptos preformados)
Objetos fenoménicos
Formas " a priori"
De la razón
(mundo, dios, alma)
Conocimiento

Por tanto para el Idealismo y ya terminando de analizar esta corriente filosófica,


lo determinante en el acto de conocer no es el Objeto conocido, sino el Sujeto
cognoscente, por tanto todo conocimiento, de acuerdo al Principio de
Relatividad, se relaciona con él, no pudiéndose conocer algo que se da fuera
del intelecto, de manera que el mismo da forma al objeto, entrelazando los
fenómenos que nos llegan por la experiencia de acuerdo a los Principios de
Inmanencia y del Fenomenismo, respectivamente.

Continuando con el detalle de los enemigos de la Filosofía, después de esta


escueta reseña de las principales corrientes filosóficas, tendremos que
destacar el papel que la sociedad actual le da a la Filosofía. Sociedad que se
encuentra imbuida en la cultura del utilitarismo y sumamente influenciada por
los medios de comunicación que la entretienen. Es una cultura que no puede
pensar en cuestiones trascendentes porque simplemente se encuentra aturdida
por las nuevas formas de comunicación y publicidad, que ensalzan a la imagen,
en desmedro de la palabra y la lectura, constituyéndose en una peligrosa forma
de entendimiento que revela la involución del ser humano hacia las formas más
primitivas de raciocinio y comunicación. Las nuevas tecnologías establecen,
como la computación, nuevos pasatiempos que no favorecen el pensamiento
crítico y reflexivo, de manera de entender la realidad, darse cuenta cual es el
sistema impuesto actualmente y que tiene que ver con los influjos
globalizadores impuestos desde el primer mundo, que hace que inmensas
masas de humanos queden en el camino, directamente fuera del sistema de
protección, hecho que se agrava por la inercia del Estado para intervenir y
remediar situaciones realmente desesperantes, que sin lugar a dudas
provocarán cambios de tal magnitud, que ningún filósofo, sociólogo y
politicólogo podrán predecir.

Sin darnos cuenta, hemos confiado nuestro futuro a las multinacionales y al


capital despiadado, que en contados minutos pueden barrer con el futuro de un
país.

¿Seremos capaces, como sociedad de reflexionar, como dijimos acerca de


esta realidad, para lograr, en nuestro pequeño mundo, cambios que nos
permitan avizorar un presente y un futuro basados en la solidaridad y el amor
mutuos y el crecimiento armónico de nuestros niños y jóvenes, en las premisas
de los valores éticos y morales de nuestra civilización cristiana?

Por último para señalar un enemigo , no sé si poderoso, pero que tiene mucho
que ver con la instauración de este sistema anteriormente detallado, tendremos
que nombrar a los políticos y gobernantes, que con una dialéctica discursiva
retórica y al mejor estilo de los sofistas, perfectamente diseñada en el centro
del poder mundial (recordar las agencias de imagen y de publicidad que
fabrican políticos de acuerdo al gusto de la gente y que pertenecen al primer
mundo) convencen de las ventajas de este sistema, aplicando fielmente, de
acuerdo a los lineamientos del Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, las modernas políticas neoliberales, que ensalzan al mercado
como el único regulador de nuestras vidas, a través de lineamientos
económicos, sociales, culturales y por supuesto educativos. Así el otorgamiento
de créditos se establece en base a prioridades, que por supuesto no tienen que
ver con las necesidades de los más pobres, sino ensalzando los criterios de
eficiencia y calidad total y los mezquinos intereses de los países centrales, para
los cuales sólo cuenta el Capital, menospreciando la condición humana y su
dignidad.

3. El papel de la filosofía en la práctica educativa

Que la Educación Argentina y mundial está en Crisis, no es nada nuevo. Nos


damos cuenta, quienes pertenecemos directamente como partícipes directos
de la enseñanza: alumnos y profesores; así como el Estado y la Sociedad toda.
Nuevas Exigencias de cambio se ciernen sobre la Escuela desde los diferentes
sectores del quehacer de un país y por muy diferentes intereses. A la sociedad,
porque aún cree que a través de la Educación de sus hijos, ellos encontrarán
un futuro digno y merecido de ser vivido, a través de las diferentes
herramientas brindadas y las formas de encarar el conocimiento. Al Estado,
porque ve en la Educación de sus ciudadanos, el crecimiento tan anhelado en
este mundo hipercompetitivo. A las empresas, porque se asegurarán una
eficiente mano de obra, para satisfacer sus necesidades de competencia y
criterios de calidad total, que les permita insertarse en este mundo globalizado,
imponiendo, como hoy día vemos en la Educación Argentina, políticas que
tienen que ver más con las Leyes del Mercado que con las de la educación
clásica. Pensemos en el nuevo léxico que se nos ha impuesto y las nuevas
estrategias políticas que surgen directamente de las empresas: Calidad de la
Educación, Marketing educativo, Descentralización, Optimización de Recursos,
Redimensionamiento del gasto.

Es obvio que vemos algunos cambios alentadores en la Educación Argentina,


que de alguna manera nos permiten avizorar un mejor futuro para la misma,
observándose un proceso de Transición entre una Escuela Tradicionalista,
caracterizada por su carácter enciclopedista, con un extremado protagonismo
docente; viciada de modos y costumbrismos sin sentido, como partes de un rito
educativo que se exigía cumplir, apelando a las más severas medidas
disciplinarias para lograr tales objetivos, que rozaban la ridiculez y la
insensatez y con un predominio de los contenidos, que abrumaban al
educando, sin permitirles asimilar criteriosamente los conocimientos y una
Escuela Activa, donde comienza a tener un marcado protagonismo el alumno,
constituyéndose el docente en el guía indispensable en la difícil tarea de la
aprehensión de los conocimientos. El despliegue del pensamiento formal,
basado en la reflexión crítica de la información y de los conocimientos,
mejorando las habilidades del razonamiento, como una forma de iniciarlos en la
asimilación en la cultura y en el saber, se constituyen en los pilares básicos de
esta Nueva Escuela.

Ahora bien, ¿Qué papel juega la filosofía en esta nueva forma de concebir la
educación?

Es indudable, que existe un renacer de los contenidos filosóficos en los nuevos


planes de estudio, fijados por la Política educativa. Basta como ejemplo lo que
ocurre en mi escuela, cuya modalidad eminentemente técnica, ha dado lugar
en su currículo y contenidos un importante espacio a las ciencias humanísticas,
constituyéndose así en un aporte fundamental para la práctica educativa.

La Filosofía debería insertarse en la Escuela, como el eje orientador de todas


las demás asignaturas, de manera de pensarlas como disciplinas con un
lenguaje enmarcado en el razonamiento que fomenta el contexto filosófico.
Es así que la Filosofía se constituiría en el tronco central en el establecimiento
del currículo, a partir de la cual se ramificarían las distintas asignaturas
especializadas y específicas de acuerdo a la modalidad de la escuela.
Tendremos que hacer una importante distinción entre lo que es enseñar
Filosofía y lo que es filosofar, que debería constituirse en la forma de vida de
todo hombre y cuya práctica debería ser, con más razón, obligatoria en la
escuela.
Será la Filosofía, la disciplina que permitirá lograr E D U C A R al hombre, con
todo lo que ello significa, hecho trascendente, que muchas veces los docentes
dejamos de lado, sin darnos cuenta de la inmensa responsabilidad que sobre
nuestros hombros recae, de manera de favorecer una práctica que ayude a
nuestros niños y jóvenes a crecer, pensando por sí mismos, suscitando el
pensamiento con todo su esplendor y magnificencia, en la búsqueda de su
destino trascendente y solidario, en común-unión con su prójimo y con su Dios.
Para ello tendremos que orientar a la Educación, hacia la búsqueda de nuevas
herramientas didácticas, que permitan al niño emplear los criterios necesarios
para su desenvolvimiento; la secuenciación racional del curriculum, de manera
de relacionar a las distintas disciplinas, para que no sean estancos aislados y
que harán la práctica vacía y sin sentido y lógica para el alumno; adecuar los
libros de texto a la nueva realidad educativa, para despertar el interés por la
lectura del alumno y favoreciendo el acceso a la información a través del uso
de las nuevas herramientas de comunicación y los nuevos soportes
tecnológicos, evitando su acumulación, sin que el Docente se desentienda en
la tarea de búsqueda, clasificación, análisis crítico y selección; ejerciendo un rol
docente equilibrado de manera de adecuar en su justa medida el desarrollo
conceptual con el desarrollo de habilidades, sin caer en extremismos propios
de la Escuela Tradicional, en donde según la modalidad primaban los
conocimientos teóricos, como una única forma de prepararlos para la
Universidad o los aspectos instructivos, para su posterior desenvolvimiento en
el ámbito laboral.

Para el logro de tales objetivos, se deberán también fijar nuevas políticas


educativas en los profesorados, de manera de preparar Docentes
comprometidos con la realidad de la educación y de la sociedad, que por
supuesto están íntimamente ligados y con la exacta dosis pedagógica que les
garantice las herramientas básicas de la enseñanza de una determinada
especialidad con los conocimientos específicos e inherentes a la misma, de
manera que aprendan con los mismos procedimientos que esperan emplear en
el aula. Deberán aplicar técnicas que permitan al alumno redescubrir los
conocimientos, invitándolos amorosamente a participar de la maravillosa
experiencia de aprehender, tal como lo hicieron aquellos que descubrieron o
inventaron el mundo que nos rodea.

Tendremos que evitar el uso de la Filosofía como lo hacían los sofistas,


enseñando solamente la dialéctica argumentativa, en la creencia que la misma
les servirá a futuro. El trabajo filosófico irá mucho más allá de este mezquino
fin, servirá fundamentalmente como ayuda invalorable en el acto de razonar
con su máximo esplendor, de manera de favorecer las formas de pensamiento
hipotético deductivo, evitando el exceso de información que ahoga el
pensamiento, de manera de estimular y acercar plácidamente el gusto por el
conocimiento y con el objetivo de lograr ciudadanos responsables y críticos de
su realidad, para que puedan cambiarla.

4. Ciencia y educación

Dentro de este trabajo y en relación a mi profesión y mi actual práctica docente


no puedo dejar de lado el análisis del camino que la ciencia actual ha tomado
en el mundo y la difícil realidad que se cierne sobre la misma en nuestro país.
Es indudable que estamos viviendo una verdadera Revolución Tecnológica,
producto de la Investigación científica, que ha permitido al Hombre en muchos
campos del conocimiento lograr avances impensados en otras épocas.
Todo esto se ha logrado aplicando el MÉTODO HIPOTÉTICO DEDUCTIVO
para el establecimiento de numerosas leyes teóricas que han permitido explicar
numerosos hechos y predecir otros aún no observados. Es así que a través de
una observación intencionada, no como una simple mirada, en la que se ponen
en juego conocimientos previos (hipótesis subyacentes) permite dirigir las
investigaciones, conjeturando, como dijimos, Leyes Teóricas, que expliquen las
leyes empíricas y predigan otras nuevas, que como un feed-back o un ida y
vuelta, confirmando las entidades teóricas, establecidas, no a través de una
simple mirada, sino por el salto creador del genio científico, que nos abre las
puertas para entender la realidad que nos rodea.

Es así que no resulta sencillo hacer Ciencia. Nosotros en la Escuela de alguna


manera y equivocadamente reflejamos una idea a nuestros educandos de que
aplicando una serie de técnicas y métodos, podemos alcanzar la certidumbre
de las cosas, o que de esa manera trabajan los científicos, en forma metódica y
simplista. Nada más alejado de la realidad, poder establecer las teorías exige
un grado de imaginación creadora que permita idear modelos, enunciados y
formulaciones lógicas que guarden concordancia con lo observado y que por
supuesto, puedan ser contrastadas y verificadas.

En un principio, enuncié que estábamos viviendo una verdadera Revolución


Tecnológica y no Científica, entendiendo por Tecnología el análisis, la creación
y puesta a prueba de las nuevas técnicas a través de una investigación
conciente. Por tanto para que se dé tal revolución es necesaria la Investigación
Científica en todo tiempo y lugar, en forma incesante e ininterrumpida, como
una manera de lograr el avance y el futuro mismo de la humanidad. Es así, que
en esta etapa de pos-ciencia, que crudamente vivimos en nuestro país y que
también comienza a darse en los países más prósperos y que a pesar de que
deberíamos considerar a la Tecnología como Hija de la Ciencia, vemos que la
primera ha ocupado en la actualidad el lugar de verdad- poder, que hasta
mediados del siglo pasado ocupaba la segunda, entendida como la búsqueda
del conocimiento por el conocimiento mismo (lo que llamamos Ciencia Básica).

Tal es el grado de crisis de nuestra ciencia básica y por tanto aplicada, que
recientemente ha renunciado el Director del Conicet, el matemático Pablo
Jacovkis, debido a los sucesivos recortes presupuestarios que gobierno tras
gobierno, vienen aplicando, como parte de una política programada en los
grandes centros de poder, que le asignan a la Argentina el papel mundial de
producción de alimentos, en el nuevo orden global establecido.

Se oye decir por ahí, que cuando el país crezca nos podremos dar el lujo de
desarrollar nuestra ciencia y tecnología, sin darnos cuenta que para generar
riqueza genuina y duradera deberemos producir cuanto antes, destinando los
fondos necesarios, una sustancial expansión de nuestra capacidad tecnológica
y científica. Así lo entendieron países como Chile y Brasil, que destinan casi el
1% de su PBI en investigación frente a nuestro magro 0,35 %, lo que creará en
un futuro no muy lejano grandes desequilibrios, en la región, en esta materia y
en el marco del MERCOSUR, en perjuicio de nuestro país.

Si analizamos esta inercia científica en nuestro país, tendremos que buscar las
causas, en la despreocupación de los gobiernos y empresarios en esta materia,
como a los largos períodos de autoritarismo y persecuciones concomitantes;
así como a la falta de políticas claras, racionalizando inteligentemente los
escasos recursos (tenemos que señalar que en un reciente informe, daba
cuenta de que el Conicet, no tenía archivos de sus investigaciones, siendo que
su planta administrativa casi ocupa el 10 % del personal, de manera que se
daban investigaciones paralelas en diferentes puntos del país); vinculando el
área de investigación con la docencia universitaria, en un perfeccionamiento y
modernización institucional, que brinde excelencia educativa y cambie la
imagen desgastada y añeja de nuestras Universidades. Y por último que esa
política en materia científica logre una mejora en las condiciones laborales y
económicas de nuestros investigadores, científicos y tecnólogos, que parta del
estímulo hacia nuestros jóvenes, para que se dediquen a la ciencia y no se
generen las condiciones ideales para la emigración de nuestros cerebros
científicos hacia países que los tientan con poderosos y lucrativos alicientes,
aprovechando la inversión original de nuestro país en la Universidad; o bien
que se dediquen a tareas más lucrativas, desperdiciando genios científicos.

Esta política deberá rescatar a las ciencias denominadas Blandas como la


Psicología, frente al predominio de las Duras, como se denominan a las
naturales, de manera de romper el profundo desarraigo entre lo político-social y
la ciencia y formar científicos con visión regional y comprometidos con su
realidad, evitando construir el científico argentino a imagen y semejanza de un
investigador universal, que en la realidad no existe.

Qué hacer ciencia en la argentina es un desafío, no es nada nuevo, ya que a


pesar de los sucesivos recortes existen pequeñas hazañas que permiten
avizorar un futuro más alentador. Así es que hace muy pocos días nos hemos
enterado que el INVAP ha exportado a Australia un reactor nuclear, ganando
una licitación a la que se habían presentado varios países del primer mundo,
como Estados Unidos, que poseen tecnología de punta en esta materia; o que
el Instituto de Genética Biomolecular (INGEBI) está desentrañando la
información genética del Tripanosoma cruzii, de manera que en muy poco
tiempo se podrán aplicar estos conocimientos para la fabricación de una
vacuna definitiva, que permita evitar el contagio del Mal de Chagas y curar a
millones de personas, que se encuentran destinadas a una muerte casi segura,
debido a las innumerables secuelas cardíacas que la cronicidad produce; o del
lanzamiento en el mes de septiembre de un nuevo satélite artificial el SAC-C,
construido íntegramente en la Argentina, en sociedad con la NASA
estadounidense.

Sin embargo en los jóvenes investigadores persiste el ideario y muchos los


llevan a la práctica de emigrar hacia países que les ofrecen mejores
oportunidades, no sólo económicas, sino también académicas, de
perfeccionamiento y de recursos disponibles para la investigación,
constituyéndose en una irremediable sangría para el país, que muy difícilmente
pueda recuperarlos en el futuro.
5. Conclusión

Este trabajo, humildemente elaborado pretendió lograr un acercamiento de las


cuestiones filosóficas, relacionándolas con la práctica educativa docente, de
manera de realizar un aporte que permite paliar las graves deficiencias que
aquejan a la Educación Argentina, haciendo un análisis crítico y reflexivo de las
causas que la originan y que son múltiples y muy complejas y que como vimos
tienen que ver muchas ellas con el nuevo ordenamiento mundial a través de los
procesos homogeneizadores de la Globalización; de la práctica docente,
enmarcada en un tipo de Escuela, que a mi criterio aún se encuentra en
transición, desde aquella Escuela Tradicional y elitista a esta otra, que no
encuentra quizás su lugar , pretendiendo ser Activa, sin tener en claro los
objetivos y las premisas básicas que le permitan ser la Institución de Base y la
más importante, como impulsora de los cambios que nuestra Sociedad y
Argentina necesitan, debido a la deserción que otros estamentos de la
sociedad y el Estado, como generadores de nuevas ideas y nuevas políticas
destinadas a tan noble fin. Dentro de ese análisis se intentó entrar en el mundo
de la Pedagogía y los métodos, como una búsqueda de la motivación del
educando y establecer el rol primordial del Docente, cuál es el de EDUCAR,
entendiendo por Educación, el proceso que permite formar hombres y mujeres
responsables y comprometidos con su realidad, su propio destino y el de toda
la sociedad, enmarcado todo ello en la solidaridad, el respeto hacia el otro, la
dignidad y el Amor fraterno, de manera que su paso por esta vida adquiera la
trascendencia que lo haga "ser humano".

Por último, se intentó dar un pantallazo de la cruda realidad que vive el sector
científico argentino, que se ve aquejado por una crisis de una magnitud tal, que
jamás ha sido vista en esta joven Nación y que en parte se debe a las
imposiciones del poder mundial, que intenta fijar para nuestro país políticas que
tienen que ver con el lugar que le ha sido asignado a la Argentina: volver a ser
el granero del mundo.

Nuestros gobernantes, políticos, empresas, poder financiero y por que no, la


sociedad toda, son incapaces de darse cuenta que si renegamos de la
investigación científica hoy, se verá hipotecado el futuro de nuestros hijos y que
el tiempo perdido será muy difícil de recuperar.

Ante este panorama desalentador, los Docentes, tendremos que despojarnos


de nuestros egoísmos, siendo pioneros, para pensar valientemente y con los
más altos valores éticos y morales una Nueva Argentina, empezando en
nuestro pequeño mundo, que es la ESCUELA.

Trabajo enviado por:


Dr.: Adrián Torassa
lac@trynet.com.ar

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