Está en la página 1de 15

TEMA 2: EL SUSTANTIVO

RASGOS GENERALES
En latín los nombres (sustantivos y adjetivos) tenían su declinación sintética, es decir, manifestaban las
variantes propias de sus funciones sintácticas por medio de cambios en la terminación de la palabra. Las
desinencias del nombre hacían referencia a tres valores:

1- El de género, en sus tres formas: masculino, femenino y neutro.


2- El de número, reducido a singular y plural, con residuos del dual en dúo y ambos.
3- El de caso, que indicaba la función sintáctica del nombre en la oración. Había seis casos en latín
clásico (nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo y ablativo), con algunos restos del
instrumental y del locativo.

¿Qué ocurrió en el paso del latín al castellano?

1- El español redujo las cinco clases a tres.


2- Conservó reajustado el morfema de número.
3- Suprimió el género neutro en los sustantivos.
4- Conservó algún resto del género neutro en los adjetivos y en los pronombres.
5- Perdió el sistema desinencial de los casos y lo sustituyó por el procedimiento analítico de las
preposiciones.
6- Eliminó los comparativos sintéticos y desarrolló los de carácter analítico. Ej: Petrus fortior Paulo est
(Pedro es más fuerte que Pablo). Solo quedan algunas muestras de comparativos sintéticos en español:
mejor, peor, mayor y menor.

CAUSAS DE LA PÉRDIDA DE LAS DESINENCIAS CASUALES EN EL


SUSTANTIVO
Se han aducido tres tipos de causas:

1. CAUSAS FONÉTICAS
Fueron difundidas por los neogramáticos del siglo XIX. En el latín hablado de la época posclásica se
produjeron modificaciones fonéticas que contribuyeron a borrar los límites entre determinados casos:

1- Desaparición de la -m final del acusativo singular.


2- Desaparición de las diferencias de cantidad y de ciertas distinciones de timbre en la vocal de la sílaba
final.

De este modo, tuvieron lugar las siguiente confluencias:

- 1ª declinación. Sonaban igual el nominativo-vocativo singular rosa, el acusativo singular rosa(m), y el


ablativo singular rosa.
- 2ª delclinación. También sonaban igual el acusativo singular amicu(m) y el dativo-ablativo singular
amico. Confluyó con ellos en determinados niveles sociales y zonas geográficas el nominativo singular
amicu(s).
Joseph Herman piensa que es erróneo suponer que la desaparición del sistema casual sea consecuencia
únicamente de los cambios fonéticos. De hecho, hay formas que se habrían conservado, a pesar de los
cambios fonéticos:

- La -i final se mantuvo en gran parte de la Romania. El genitivo singular domini (2ª declinación) y el
dativo singular consuli (3ª declinación) no tenían motivos para asimilarse a otras formas.

- En el plural, casi todas las distinciones eran fonéticamente estables.

2. CAUSAS FUNCIONALES
Según Herman, factores de orden funcional volvían caducas las distinciones casuales cuando no
estaban amenazadas fonéticamente. En ocasiones, la forma de la palabra por sí misma no era capaz de
especificar con absoluta claridad la función que el sustantivo desempeñaba. Ej: rosae podía ser genitivo-
dativo singular y nominativo-vocativo plural.

Para entender la función de rosae el oyente necesitaba otras pistas como el orden de palabras, las
desinencias verbales o las de otros sustantivos, etc. Además, existía otra ambigüedad: ciertos casos,
especialmente acusativo y ablativo, podían desempeñar varias funciones diferentes. Ej: Paulus venit
Romam; Petrus fortior Paulo est. El sistema de casos funcionaría razonablemente bien en la lengua
escrita. Sin embargo, probablemente presentaba problemas en la lengua hablada, ya que esta necesita de
una comprensión inmediata para que la comunicación tenga lugar.

Hay evidencias de que el latín hablado recurría, desde tiempos más tempranos, a mecanismos
complementarios, como las preposiciones, para aclarar esa ambigüedad que no despejaban las confusas
desinencias de los sustantivos.

Ya en el teatro popular de Plauto y en escritores posteriores, como César y Virgilio, encontramos que
ciertas funciones del sustantivo no se indican solo con su forma, sino también mediante la combinación
de esta con una preposición. Esto sucede a menudo con las funciones originalmente indicadas por el
genitivo, el dativo y el ablativo. Así, por ejemplo, encontramos usos de la preposición de + ablativo en
lugar del genitivo sin preposición: dimidium de preade (Plauto); de marmore templum (Virgilio); pauci
de nostris (César).

En latín vulgar también triunfó la tendencia a sustituir el dativo por ad+ acusativo. Además, las
preposiciones que podía unirse con acusativo y con ablativo se unían más con el acusativo. Ej: in, sub.
Esto y la igualdad fonética de ambos casos hicieron que las preposiciones que habitualmente regían
ablativo terminaran por unirse con el ablativo en latín vulgar. Ej: cum suos discentes; de patrem meum
(patre meo)

En definitiva, en latín vulgar se confundieron algunos casos. Finalmente la declinación quedó reducida
a nominativo y acusativo, pero esta oposición duró poco.

3. CAUSAS SISTEMÁTICAS
Fueron difundidas por los estructuralistas del siglo XX. Con las desinencias casuales son necesarias
varias terminaciones para cada declinación, mientras que con el uso de las preposiciones el mismo nexo
indica la función sintáctica sin que sea preciso que cambie la estructura del sustantivo. Este cambio es
favorecido por el principio de la economía lingüística, ya que el número de preposiciones es limitado. El
uso de las preposiciones acabó por convertir en redundante el empleo de las distinciones de casos.

CONCLUSIÓN
El número de los casos se redujo en latín vulgar. En la mayor parte de la Romania solo quedaron:
1- El nominativo como caso recto (con sus funciones antiguas)
2- El acusativo como caso oblicuo (con las funciones de acusativo, genitivo, dativo y ablativo)

En castellano, al igual que en otras lenguas romances como el catalán, el portugués, el sardo, el
italiano y el retorromano, esta flexión bicasual desapareció antes de la época literaria.

FUTURO Y CONDICIONAL
FUTURO
Latín hablado Español medieval Español moderno
cantare habeo cantaré cantaré
cantare habes cantarás cantarás
cantare habet cantará cantará
cantare habemus cantaremos cantaremos
cantare habetis cantaredes cantaréis
cantare habent cantarán cantarán

CONDICIONAL
Latín hablado Español medieval Español moderno
cantare habebam cantaría/-ie cantaría
cantare habebas cantarías/-ies cantarías
cantare habebat cantaría/-ie cantaría
cantare habebamus cantaríamos/-iemos cantaríamos
cantare habebatis cantaríades/-iedes cantaríais
cantare habebant cantarían/-ien cantarían

ACTIVIDAD: diga qué fuerza triunfa en la evolución morfológica de los siguientes tiempos
verbales del español moderno. Explique detalladamente su motivo.

1º - Presente de Indicativo del verbo "esparcir" <spargere> (3ª conjugación)


2º - Presente del Subjuntivo del verbo "esparcir" <spargere> (3ª conjugación)

Consejo: /rg/ + /a, o, u/ > /rg/ + /a, o,u/


/rg/ + /e,i/ > /r0/ + /e, i/


spargo > esparzo
spargis > esparces
spargit > sparce
spargimus >esparcimos
spargitis > esparcís
spargunt > esparcen

Triunfa el ajuste analógico, se demuestra en la primera persona del singular y la tercera del plural.
"Spargis" sí da "esparces" ya que /rg/ + /i/ > /r0/ +/i/; "spargit" da "esparce"; "spargimus" da
"esparcimos" y "spargitis" da "esparcís". Sin embargo, la primera persona del singular hubiera dado
"espargo" porque es /rg/+ /o/ > /rg/+ /o/, pero no ha dado eso, sino "esparzo". ¿Cuál es el motivo? El
motivo ha sido analogía con las demás personas. "Spargo" se llegó a utilizar en la Edad Media, es
incluso está documentado, pero luego se rechazó y pasó a ser "esparzo" por analogía. El "spargunt" se
cambió en el latín vulgar, también tuvo analogía para que fuese igual a las demás personas. De
"spargunt" > "spargent" > "esparcen".


spargam > esparza
spargas > esparzas
spargat > esparza
espargamus > esparzamos
spargatis > esparzáis
spargant >esparzan.

Triunfa el ajuste analógico. Tendría que haber dado "esparga, espargas, esparga, espargamos,espáis y
espargan". ¿Por qué triunfa el ajuste analógico? Triunfa porque toma de modelo el presente del
indicativo, es decir, se da influencias entre paradigmas.

CONSECUENCIA DE LAS FORMAS DE NOMINATIVO Y ACUSATIVO


1ª declinación: nominativo singular -a -ae nominativo plural
< -a / -as >
acusativo singular -am -as acusativo plural

2ª declinación: nominativo singular -us -i nominativo plural


< -o / -os >
acusativo singular -um -os acusativo plural

3ª declinación: nominativo singular --/ -s -es nominativo plural


< -e / -es >
acusativo singular -em -es acusativo plural

4ª declinación: nominativo singular -us -us nominativo plural


< -o / -os >
acusativo singular -um -us acusativo plural

5ª declinación: nominativo singular -es -es nominativo plural


< -e / -es >
acusativo singular -em -es acusativo plural

Nominativo y acusativo se distinguían por su forma en el plural de la 1ª y 2ª declinación pero se


confundían en los demás plurales y en el singular de la 1ª. Además, tendían a confundirse en todos los
otros singular porque junto al nominativo con -s se usaba ya desde el latín arcaico otro nominativo sin
-s, y porque en los sustantivos imparisílabos de la 3ª declinación se tendía a igualar las sílabas del
nominativo con las del acusativo.

-Imparisílabos: mens, mentis; bos, bovis.


-Parisílabos: hostis, hostis; turris, turris.

Estos nuevos nominativos al perder la -s se confundían también con los acusativos (hablando del
singular). Ej: mente(s); mente(m).

Contribuían a la confusión el osco, el umbro y el celta (idiomas) que hacían el nominativo de plural de
la 1ª y 2ª en -as y -os respectivamente.

Gracias a las preposiciones, la distinción entre desinencias casuales de un mismo número podía
desaparecer sin que afectara a la comprensión, pero la oposición singular frente a plural contaba con las
desinencias como único instrumento. La necesidad de marcar la oposición entre singular-plural
favoreció la posibilidad del acusativo como elemento base del léxico nominal romance.

1ª DECLINACIÓN
Los casos nominativo y acusativos se fundieron fonéticamente.

Nominativo singular Acusativo singular


rosa rosa(m) > rosa

Nominativo plural Acusativo plural


rosae -> rosas (lenguas, 3ªd.) rosas > rosas

2ª DECLINACIÓN
El nominativo y el acusativo también se fundieron.

Nominativo singular Acusativo singular


dominu(s) dominu(m) > dueño

Nominativo plural Acusativo plural


domini -> dominos (lenguas, 3ªd.) dominos > dueños

3ª DECLINACIÓN
En el singular se dio una coincidencia en nominativo y acusativo por la pérdida de la -s de acusativo.

Nominativo singular Acusativo singular


nube(s) nube(m) > nube

Nominativo plural Acusativo plural


nubes nubes > nubes

4ª DECLINACIÓN
Con los cambios fonéticos, la pérdida de los casos y la desaparición del género neutro se confundió
con la 2ª declinación. Ya en latín clásico había sustantivos que vacilaban entre la 4ª y la 2ª.

En latín vulgar, las confusiones se multiplicaron, las palabras de la 4ª se confundieron con la 2ª.
5ª DECLINACIÓN
Fonéticamente había que ir a la 3ª, pero se repartió. Gran parte de sustantivos femeninos de la 5ª
pasaron a la 1ª. La 1ª tenía como puente de paso con la 5ª la existencia de formas dobles en -ies, -ia.
Ej: luxuries (5ª) luxuria (1ª) > lujuria

La 3ª declinación recogió algunos sustantivos de la 5ª.

Ej: specie(m) > especie.

Además de este trasbase de declinación entera, hubo cambios parciales por la pérdida del género neutro
y los cambios fonéticos principalmente.

Los antiguos neutros en -us de la 3ª declinación quedaron como los masculinos en -o procedentes de la
2ª traspuestos el singular en plural. Vamos dos casos distintos:

1) -us: pectus-pectoris. Acusativo singular > pechos > pecho (singular analógico)
Acusativo singular > tempos > tiempos > tiempo (singular analógico)

2) Al perderse las consonantes latinas finales, los neutros de la 3ª que quedaron acabando en -o pasaron
a masculino de la 2ª. Ej: caput > cabo.

El plural castellano de los neutros se formó sobre el singular castellano, y no sobre la -a del plural
latino.

Tradicionalmente se ha venido defendiendo la tesis de que fue el acusativo el caso que en época tardía
ocupó todas las posiciones posibles del sustantivo y por ello el que constituye el origen formal de los
sustantivos románicos.

Hoy se piensa más bien en un sincretismo de casos distintos que llevaría a un caso oblicuo originado a
partir del acusativo y del ablativo, pero capaz de desempeñar cualquier función como complemento,
opuesto a un caso recto procedentes del nominativo y que funcionaría como sujeto.

Salvo en ciertas zonas tal distinción se perdería en época preliteraria, dado el escaso número de
sustantivos que podría existir. El francés y el provenzal mantuvieron la flexión bicasual hasta el siglos
XIV.

Los cinco paradigmas nominales del latín se reducen a tres tipos de sustantivos en español, con
oposición de género y número.

1º) -a (procedentes de la 1ª declinación, y menoritariamente de la 5ª)


2º) -o (procedentes de la 2ª declinación, y menoritariamente de la 4ª)
3º) -e / consonante (procedentes de la 3ª, y menoritariamente de la 5ª)

Al desaparecer las diferencias de caso los valores que expresaban los casos serán indicados por otros
procedimientos:

1º) Uso de preposiciones.


2º) Orden de elementos.
3º) Uso de artículos.
4º) La concordancia.
ACTIVIDAD: ¿Qué problemas, para el número gramatical, planteaban los neutros latinos TEMPUS
y PECTUS? ¿Cómo se resolvieron estos problemas?

Presentaba el problema de que el nominativo singular acababa en -s y el español actual suele formar el
plural añadiendo -s. TEMPUS > tiempo / tiempos.

Se tuvo que hacer un cambio y asumir como forma del plural en castellano la terminación del singular
latino quitando la -s final también del singular en español.

RESTOS FONÉTICOS DE LAS FORMAS CASUALES PERDIDAS


ACUSATIVO
La inmensa mayoría de los sustantivos en español proceden de la forma del acusativo latino. No
obstante, una pequeña parte tiene su origen en otros casos latinos.

ABLATIVO
Hallamos supervivencias del ablativo solo con valor adverbial:
Ej: HAC HORA > agora, ahora; HOC ANNO > hogaño; LOCO > luego; TOTA VIA > todavía

El ablativo es el origen de los adverbios terminados en -mente. Ej: BONA MENTE > buenamente. No
quedan restos del ablativo plural.

DATIVO
No hay supervivencias del dativo en los sustantivos de las lenguas romances, excepto en rumano.

GENITIVO
Se conservan restos del genitivo en:

1) Ciertos topónimos que remontan a un nombre genérico ( CASTRUM, VILLA, MONASTERIUM...) más la
denominación del poseedor, patrón, etc. A veces se perdió el nombre genérico.
Ej: CASTRUM SIGERICI > Castrojeriz
VILLA GOTHORUM > Villatoro
SANCTI EMETERII > Santander

2) Algunos sintagmas petrificados.


Ej: COMES STABULI > condestable
FILIU ECLESIAE > feligrés
FORUM IUDICUM > Fuero Juzgo (Jugzo es un fósil lingüístico que solo tiene sentido cuando va con la
palabra Fuero)

3) Los días de la semana:


(DIES) MARTIS > martes
(DIES) IOVIS > jueves
(DIES) VENERIS > viernes

Los nombres de los días de la semana anteriores contagian la -s final a las denominaciones de los otros
dos días procedentes del genitivo:

En lugar de (DIES) LUNAE se dijo (DIES) LUNAES > lunes


En lugar de (DIES) MERCURII se dijo (DIES) MERCURIS > miércoles

VOCATIVO
Era igual que el nominativo, salvo en el singular de la 2ª declinación. De esta solo algún nombre
propio muy usado en vocativo conservó su forma: IACOBE > Yagüe.

NOMINATIVO
Solo quedan restos esporádicos del nominativo. Podemos establecer cuatro grupos:
1) Nombres propios acabados en -s del ámbito religioso o de la épica gala:
DEUS > Dios
IEUS > Jesús
LONGINUS > Longinos
MARCUS > Marcos
CAROLUS > Carlos
OLIVERUS > Oliveros

2) Galicismos que presentan la forma del caso recto del francés medieval.
Ej: PRESBYTER > fr. ant. preste (pretre en fr. mod.)
CANTOR > chantre
MAGISTER > maestre

3) Algunos sustantivos procedentes de los de la 3ª declinación latina terminados en -o, -onis. Ej: AVIS
STRUTHIO > avestruz.
Latín vulgar BUFO (lat. clás. BUBO) > búho
Latín vulgar GURGULIO (lat. clás. CURCULIO) > gorgojo
El valor de aumentativo del sufijo -ón contribuyó a que se conservasen estos nominativos terminados en
-o.

4) Ciertos cultismos introducidos en nuestro idioma en época tardía.


Ej: CRATER > cráter
VERTIGO > vértigo
PRAEFATIO > prefacio
CRISIS > crisis
THORAX > tórax

EL MORFEMA DE GÉNERO
LATÍN

El sustantivo presenta en español dos morfemas gramaticales constitutivos: el de género y el de


número. Además de los matices semánticos que puedan contener, ambos morfemas tienen una función
básicamente gramatical: establecer concordancia con todos los elementos (determinantes y adjetivos)
que dependen del núcleo del SN.

En cuanto al género, todos los sustantivos del castellano son masculinos o femeninos. Se plantea el
problema de si el morfema de género lleva consigo alguna diferencia semántica. Tradicionalmente se
afirma que en los sustantivos de rasgo "animado" la distinción de género se asocia a la de sexo; los de
rasgo "inanimado", salvo en ciertos casos, la distinción no parece ser significativa.

En latín se distinguían tres géneros gramaticales: masculino, femenino y neutro. En principio, la


distribución estaba basada en una concepción animista que en numerosas ocasiones no se correspondía
con la siguiente hipotética distinción: animado (masculino y femenino) / inanimado (neutro). Así, por
ejemplo, las plantas se consideraban como femeninas por ser generadoras de fruto, mientras que los
frutos eran considerados inanimados y, por tanto, gramaticalmente neutros. Ejs: PIRUS -I (peral) :
femenino; PIRUM -I (pera) : neutro

En latín género gramatical y género natural muchas veces no coincidían. Así, por ejemplo, sustantivos
como FOCUS y VENTUS eran masculinos, mientras que AGUA y TERRA eran femeninos. Sin embargo,
todos ellos designaban objetos asexuados o inanimados.

En realidad, el género gramatical no se reconocía por el examen del sustantivo mismo, sino que era
indicado, sobre todo, por la concordancia con los elementos adyacentes. Ejs: BONUS NAUTA (masculino);
ALTA FAGUS (femenino). Sin embargo, no siempre el adjetivo indicaba el género del sustantivo de una
manera clara, ya que había adjetivos como ATROX -CIS (de una terminación) que tenían la misma
forma para los tres géneros en el nominativo singular y otros como FORTIS -E (de dos terminaciones)
que tenían la misma forma para el masculino y el femenino. E

En cuanto al género neutro, se caracterizaba por tener formas especiales en nominativo, vocativo y
acusativo (tanto en singular como en plural), pero en los restantes casos se igualaba al masculino. Por
todo ello y porque la distinción de género correspondía a diferencias semánticas no claramente sentidas
por los latinos, había confusiones entre los tres géneros.

PÉRDIDA DEL NEUTRO

En el paso del latín al castellano se perdió el género neutro. Desde el siglo I d.C se fueron reasignando
los antiguos neutros a cualquiera de los otros dos géneros, bien en virtud de su terminación o por algún
motivo más particular. El neutro se mantuvo en el sistema pronominal gracias a que desarrolló un valor
"abstracto", "genérico" o "colectivo".

PASO AL CASTELLANO

El latín no contaba con terminaciones específicas para el género en los sustantivos. En época tardía
debió de darse un proceso de reanálisis morfológico, cristalizado luego en las lenguas romances, por el
que determinadas terminaciones se atribuyeron a uno u otro género. Esto dependió de que ciertas
declinaciones tuvieran mayoría de sustantivos masculinos o femeninos. Así, los de la 1ª declinación, en
-A, eran, en buena parte, femeninos. Por el contrario, los de la 2ª declinación, en -US, eran, en su
mayoría, masculinos.

Además, los adjetivos de tres terminaciones (como BONUS, -A, -UM), muy numerosos, reservaban la
forma terminada en -A para concordar con los sustantivos femeninos y la que acababa en -US (>o) para
los masculinos (además de la terminación -UM para los neutros). De este modo, la terminación -a quedó
como característica del femenino y -o como característica del masculino en grado algo menor. Los otros
finales se consideraron indiferentes (ya que la otra declinación que pervivió más tiempo, la 3ª, no
ofrecía mayoría de un género u otro, y en los adjetivos de una y dos terminaciones no había distinción
formal entre masculino y femenino).

HETERÓNIMOS
En latín había varias parejas de heterónimos, cuya diferencia de género se establecía a través de
palabras distintas. Ejs: PATER / MATER; FRATER / SOROR; HOMO / MULIER; ARIES / OVIS. En castellano
conservó algunas de estas parejas: padre/madre, hombre/mujer, todo/vaca. Perdió algunas:
hermano/hermana sustituyó a FRATER/SOROR. Y ganó otras: caballo/yegua sustituyó a EQUUS/EQUA.

CONSERVACIÓN DEL GÉNERO


En el paso del latín al castellano lo más habitual es la conservación del género etimológico latino. Ejs:
ROSAM (fem.) > rosa (fem.); OCULUM (masc.) > ojo (masc.). No obstante, se han producido cambios
que estudiaremos en dos grupos:

1) Acomodación del género a la forma.


2) Acomodación de la forma al género.

ACOMODACIÓN DEL GÉNERO A LA FORMA

Los cambios de género en función de la desinencia son raros en los sustantivos animados, ya que en
estos el género depende habitualmente de su significado. No obstante, encontramos en el siglo XIII
masculinos en -a que adoptan circunstancialmente concordancia femenina. Ejs: las patriarcas; las
evangelistas; David la profeta.

Al ser, por lo general, sustantivos de origen culto mantendrán su género etimológico, coincidente, a su
vez, con el real. Por eso, Berceo y Alfonso X el Sabio sí los suelen emplear ya como masculinos. Desde
entonces ese tratamiento (conservación del género etimológico griego o latino) será el que reciban todos
los cultismos masculinos terminados en -a. Ejs: el patriarca, el profeta.

Estos cambios de género son más normales en sustantivos inanimados, como los helenismo
terminados en -ta (masculinos en griego y latín). Ej: cometa, planeta. En castellano antiguo la
acomodación al femenino fue general: la cometa, la planeta.

El uso erudito de la época clásica (siglos XVI-XVII) logró imponer el masculino en los dos casos.
Como seguí habiendo vacilación de género, esta se resolvió con una diferenciación semántica: el cometa
"astro" / la cometa "juguete"; el planeta "astro" / la planeta "casulla".

Los nombres de árboles y plantas, generalmente femeninos en latín clásico, se hicieron masculinos por
acomodación a la forma. Ejs: FRAXINUM (fem.) > fresno (masc.); ULMUM (fem.) > olmo (masc.);
PINUM (fem.) > pino (masc.). Lo mismo ocurrió con el nombre genérico: ARBOREM (fem.) > árbol
(masc.).

Con otras terminaciones los cambios de género no tienen motivos tan claros. Así, los sustantivos
abstractos en -OIR (calor, color, labor...) eran masculinos en latín clásico, pero desarrollaron una
tendencia hacia el femenino en el latín vulgar de Galia e Iberia.

La lengua culta ha impuesto el masculino en todos los abstractos terminados en -or, excepto en "labor"
(<LABOREM). Posiblemente la tendencia al femenino no triunfó por el deseo de establecer una
distinción genérica entre dos tipos de abstractos: amargor/amargura, blancor/blancura,
dulzor/dulzura... No obstante, aún hoy persiste la vacilación en calor y color. La atracción formal actuó
sobre los sustantivos neutros latinos. Así, se hicieron masculinos los acabados en -UM. Ejs: TEMPLUM >
templo; CAELUM > cielo; VINUM > vino.

También se hicieron masculinos los neutros terminados en -US. Ejs: PECTUS > pecho(s); TEMPUS >
tiempo(s); CORPUS > cuerpo(s). En este caso se crearon nuevos singulares analógicos por su apariencia
de plurales: pecho, tiempo, cuerpo.
Los neutros acabados en -A por lo general fueron al masculino como género no marcado: axioma,
drama, diploma, dogma, dilema... Algunos se vieron atraídos al femenino:
• De forma estable. Ejs: CAUMA > calma *CLUSMA > chusma.
• O de forma vacilante. Ejs: CLIMA > clima SCHISMA > cisma
• PHANTASMA > fantasma.

En los demás casos los neutros han ido, sin que podamos explicar los motivos:
• Al masculino. Ejs: NOMEN > nombre ARAMEN > alambre EXAMEN > enjambre.
• Al femenino. Ejs: LUMEN > lumbre LEGUMEN > legumbre COCHLEAR > cuchara
• O han vacilado. Ejs: MARE > mar VIMEN > mimbre STAMEN > estambre.

En bastantes casos pervivió un plural neutro terminado en -A que se reinterpretó como femenino
singular, aunque manteniendo a menudo el valor colectivo o plural derivado de su origen. Ejs: LIGNA >
leña. GESTA > gesta. INTERANEA > entraña.

En algunos casos se oponen las formas castellanas masculina y femenina, procedentes del neutro
latino en singular y en plural, respectivamente, en el sentido concreto/colectivo. Ejs: LIGNUM > leño.
LIGNA > leña. BRACCHIUM > brazo. BRACCHIA > braza.

Sobre este esquema se formaron otros dobletes analógicos, no procedentes del neutro, en los que,
frente al masculino, el femenino designa la idea de pluralidad, colectividad o tamaño mayor. Ejs:
HORTUS -I (>huerto) *HORTA (analógico lat. vulg.) (>huerta) FRUCTUS -US (>fruto) *FRUCTA
(analógico lat. vulg.) (>fruta)

Es posible que este sea el origen del valor aumentativo que tienen femeninos como caldera, hoya y
cuba frente a los correspondientes masculinos caldero, hoyo y cubo (género dimensional). Otras veces el
femenino indica lo menor, como en barca/barco y poza/pozo. También puede ocurrir que masculino y
femenino indiquen realidades distintas. Ejs: río/ría, punto/punta, velo/vela...

ACOMODACIÓN DE LA FORMA AL GÉNERO

Se ha producido sobre todo en los sustantivos animados, donde parece más necesaria una mejor
distinción formal. Estos cambios han consistido en:
• A) Cambiar la terminación por otra más "regular".
- Algunos nombres de parentesco como SOCRUS (fem.) y NURUS (fem.) de la 4ª declinación,
habían pasado en latín tardío a la 1ª SOCRA y NORA, de donde proceden los resultados castellanos
suegra y nuera.
- Lo mismo ocurrió con algunos nombres de animales que han variado su terminación por
mantener el género original. Ejs: PULEX (fem. 3ª declinación) pasó a PULICA (1ª decl.) que
originó la forma castellana pulga. GRUS (fem. 3ª decl.) pasó a GRUA (1ª decl.) de donde procede
grulla. TURTUR (fem. 3ª decl.) pasó a TURTURA (1ª. decl. ) que originó tórtola. En otras
ocasiones pueden cambiar tanto el género como la terminación. Así, TALPA (1ª. decl.) era
tradicionalmente masculino, pero se hizo femenino en el propio latín (por acomodación a la
forma). En latín vulgar se desarrolló analógicamente el masculino TALPUS (2ª decl.), de donde se
explica la forma castellana topo.

• B) Crear formas propias para uno de los dos géneros, normalmente el femenino. Así surgieron
infanta y señora ya en el siglo XIII; y en nombres de animales leona, tigra y cisna. Mucho más
recientemente se crean médica, abogada y arquitecta. Sobre el sustantivo femenino azafata se
forma el masculino azafato. De todos modos, han seguido siendo procedimientos muy
habituales:
- Diferenciar los géneros solo mediante la concordancia. Ejs: el/la artista, el/la testigo, el/la
modelo... (sustantivos comunes en cuanto al género).
- Emplear un único género para ambos sexos: avestruz, cigüeña, hormiga... (sustantivos
epicenos en cuanto al género).
- Hay dos sustantivos que, a pesar de su terminación, mantuvieron su género originario: mano y
día. Mano procede de MANUS (fem. 4ª decl.). Esta palabra no presenta vacilación de género en
toda la historia de la lengua. La anomalía (género femenino y terminación -o) desaparece en los
diminutivos la manita, la manecilla, la manilla, etc. y en el aumentativo la manaza.
- En latín clásico DIES (5ª decl.) era masculino. Hubo alternancia en singular con el femenino por
analogía con dobletes ya existentes como MATERIES/ MATERIA y LUXURIES/ LUXURIA, pero en
plural seguía siendo masculino. La palabra castellana día procede de la del latín vulgar *DÍA. El
mantenimiento de día como masculino es más extraño que el de mano como femenino, ya que
en latín clásico existió vacilación de género en el primer caso. Se ha mantenido la irregularidad
en el diminutivo el diita y en el compuesto mediodía.
- Es posible que la persistencia del masculino se haya visto favorecida por el frecuenta uso
proclítico en el nombre de los días de la semana. Ej: el día martes. Otra explicación que se ha
dado es que el día ha conservado su masculino por oposición a la noche. De esta manera, la
oposición de género se mantendría como un elemento más de la oposición semántica.
- Otros femeninos en -o, y masculinos en -a. Los demás sustantivos con esta anomalía se deben
a influencia culta o extranjerizante. Es decir, son palabras ajenas a la evolución espontánea
desde el latín hasta el castellano. En este grupo podemos incluir sustantivos como la libido, la
seo, la nao, el enigma, el drama, el diploma, etc.

EL MORFEMA DE NÚMERO
LATÍN
La categoría del número ha sufrido pocas variaciones en el paso del latín al castellano. Sus dos
miembros, singular y plural, se mantienen con el mismo contenido (los restos latinos del dual, DUO,
AMBO, ya en latín se trataban como plurales).

Por otro lado, la expresión del número deriva directamente de la latina. El latín no tenía marca
específica para el número. Solo presentaba desinencias distintas de caso en singular y plural, pero sin
que pudiera aislarse en esas terminaciones la parte propia del número:
• Nom. sing. : ROSA DOMINUS
• Nom. pl. : ROSAE DOMINI
• Acus. sing. : ROSAM DOMINUM
• Acus. pl. : ROSAS DOMINOS

No obstante, uno de los casos más utilizados, el acusativo, terminaba en -s en plural ( ROSAS, DOMINOS,
HOMINES). Además, en latín tardío reaparecieron con fuerza formas arcaicas y dialectales de
nominativos plurales como ROSAS (frente a ROSAE) y DOMINOS (frente a DOMINI). Esto, unido a que el
nominativo plural de la 3ª declinación de latín clásico para el masculino y el femenino era en -ES
(HOMINES, MULIERES), vino a aumentar de forma extraordinaria la presencia de la terminación -s en
plural. De esta forma, se produjo un nuevo reanálisis morfológico, por el que la terminación -s asumió la
expresión de plural, y con este valor permaneció ya en castellano.

PASO AL CASTELLANOS

Debido a esto, singulares como los siguientes se consideraron como plurales en castellano por su
apariencia: PECTUS > pechos; TEMPUS > tiempos; CORPUS > cuerpos. Por ello se crearon nuevas formas
analógicas de singular: pecho, tiempo, cuerpo.
ALOMORFO -ES

Por otro lado, la evolución fonética eliminó vocales finales en castellano, en especial -e, tras n, l, r, s,
z, d (fenómenos de la apócope). De ese modo surgió un alomorfo de plural, -es, utilizado cuando el
sustantivo en singular termina en consonante:
• LEONEM > león LEONES > leones
• DOLOREM > dolor DOLORES > dolores

Este alomorfo -es se utiliza de forma vacilante hoy cuando el singular termina en vocal acentuada (se
admiten bisturíes o bisturís, tabúes o tabús; sin embargo, solo son correctos sofás y dominós). En
castellano medieval eran mucho más frecuentes maravedís y marroquís que maravedís y marroquíes.

También vacilaban al formar el plural las palabras terminadas en diptongo o triptongo con -y final,
como rey, ley y buey. A finales de la Edad Media se imponen las segundas formas, que son las que
utilizamos actualmente.

Hoy existen otros sustantivos terminados en diptongo con -y final que utilizan el plural triunfante:
ayes, bocoyes, convoyes, greyes, etc. Sin embargo, muchas palabras extranjeras adaptadas al español
hacen el plural en -s: jerséis, escáis, espráis, poneis, etc.

VALORES DEL NÚMERO

Los valores del número en español perpetúan los latinos. Así, en los nombres contables el plural indica
cantidad superior a la unidad: mujeres, niños, perros, mesas...

En los nombres no contables (abstractos, colectivos, etc) el plural puede indicar:


1. Clases: los vinos de Castilla.
2. Objetos hechos con determinada materia: óleos (pinturas al óleo), hierros (objetos de hierro).
3. Acciones que participan de determinada cualidad: en la lengua medieval, saludes (noticias de
salud), fes (promesas de fidelidad)

El singular de los sustantivos puede tomar valor genérico: las reivindicaciones del obrero; el ser
humano es mortal... Por todo ello, singular y plural pueden acabar con significados distintos. Ejs:
• Letra (grafía)
• Letras (actividad literaria, humanidades)
• Arma (instrumento para atacar o defenderse)
• Armas (oficio militar, actividad militar)
• Celo (cuidado, diligencia)
• Celos (recelo, sospecha, inquietud)
• Luz (agente que hace visibles los objetos)
• Luces(inteligencia, ilustración, cultura)

En ocasiones, singular y plural también pueden ser meras variantes expresivas: en tiempo-tiempos de
Felipe II.

PLURALES POLISÉMICOS

Desde sus primeras manifestaciones, el español posee plurales polisémicos: los reyes puede significar
"más de un rey", peor también "el rey y la reina" (lo mismo ocurre con los padres, los duques, etc). Este
particular dual del plural se atribuyó a influencia del árabe, pero se ha comprobado que ya se daba en
latín. Asimismo está hoy presente en otras lenguas romances.

PLURALIA TANTUM

Los sustantivos que carecen de singular constituyen la clase de los pluralia tantum. Hay muchos
ejemplos: enseres, maitines, fauces, entendederas, prismáticos, víveres...En latín encontramos
abundantes antecedentes: ANNALES, NUPTIAE, PENATES, MANES.

SINGULARIA TANTUM

Los sustantivos que carecen de plural se denominan singularia tantum. También existen bastantes
ejemplos: oeste, tez, cenit, caos, sed, cariz...

ACTIVIDAD: ¿A qué puede deberse el cambio de género en SALICE(M) (fem.) > sauce (masc.),
LABORE(M) (masc.) > labor (fem.)?

SALICE(M)> sauce. Hay que tener en cuenta que esta palabra acaba en -e mientras que muchos árboles
que acaban en -o (como por ejemplo PINUM > pino), y todos por la acomodación a la forma pasan al
masculino, mientras que en español eran femeninos porque se entendían que eran generadores de frutos.
SAUCEM pasa al masculino porque en español pasan al masculino todo lo que son árboles.

LABORE(M) > los sustantivos abstractos en -or era masculinos en latín clásico, pero desarrollaron una
tendencia hacia el femenino en el latín vulgar de Iberia, quizá como dicen Vannane para diferenciarse de
los concretos o masculinos en -or. Para diferenciarse de esto, aquellos desarrollan una tendencia al
femenino.

ACTIVIDAD: Explique el género y concordancia gramaticales de:

"Evangelistas son dichas aquellos amigos de Jesu Christo"

"Los .xij tribus de Egypto"

ACTIVIDAD: ¿A qué género debían verse atraídos los siguientes neutros latinos? FILUM (hilo),
CLIMA (clima), ROBUR (roble), PECTUS (pecho), CAUMA (calma).

En general todos los neutros se ven atraídos al masculino por ser el masculino el género no marcado. Es
el caso de:

- FILUM que ha dado "hilo".


- ROBUR ha dado "roble".
- PECTUS ha dado "pechos" pero luego se creó el singular analógico "pecho".

Los demás son femeninos actualmente. Por la terminación se vieron atraídos por el femenino:

- CLIMA (clima), de forma vacilante se dijo "la clima", mientras que hoy en día se dice "el clima".
- CAUMA (calma) desde siempre se dice "la calma"

La norma dice que los sustantivos del género neutro van en español al masculino porque el masculino es
el género no marcado, pero también puede haber alguna razón por la que vayan al femenino que
normalmente suele ser la acomodación del género a la forma, es decir, que terminen en -a.

ACTIIVIDAD: ¿De dónde deriva la diferencia significativa entre "huevo" - "hueva"?

OVUM, -I > huevo

- "Huevo" viene del acusativo singular.


- "Hueva" viene del mismo sustantivo latino pero del nom.ac. plural.

Huevo (es masculino) sería el sustantivo concreto, y "hueva" (es femenino) sería el sustantivo
colectivo.

También podría gustarte