Está en la página 1de 9

FILOLOGÍA HISPÁNICA II

Sem 2023-1
Apuntes
9

8. Cambios morfológicos en la evolución del Verbo


Al contrario de lo que sucedió con la declinación, la conjugación fue
conservada por el romance en muy buen estado; las desinencias
verbales mantienen una serie de diferencias precisas que los
hablantes identifican y no pueden confundir. Sin embargo, esta
conservación no es perfecta pues el romance, a través del tiempo, ha
olvidado algunas formas, ha sustituido otras y, en algunos casos, ha
realizado genuinas creaciones. Se puede decir que el comportamiento
del español, con respecto a la conjugación latina, mantiene las
tendencias simplificadoras del latín vulgar con la sustitución de formas
sintéticas por analíticas.

También hay que tener en cuenta el fenómeno de la analogía que


actuó profunda y ampliamente en el desarrollo romance de la
conjugación latina. Las formas latinas han pasado al español sufriendo
los cambios fonéticos normales, sin embargo, éstos han sido frenados
frecuentemente por la analogía. Al respecto Menéndez Pidal dice:

“El verbo se sujeta en general a las mismas leyes fonéticas que otra
palabra cualquiera. Pero se comprende que las múltiples formas que
reviste un mismo tema en la conjugación, estando unidas
estrechamente entre sí por la unidad esencial de significado, no
pueden dejar de influir unas sobre otras más a menudo que dos
palabras extrañas en su origen; así que la fuerza de la analogía es
mucho más activa en la conjugación que en ninguna otra parte del
dominio gramatical, y continuamente veremos formas que tuercen su
desarrollo fonético para seguir la analogía con otras del mismo
paradigma conjugable. El hablante advierte en la conjugación un
TEMA que encierra la idea verbal, y una DESINENCIA que modifica
esa idea con circunstancias de modo, tiempo y persona; así que tiende
a mirar el tema como invariable, pues invariable es la idea que
expresa; y si unas veces la lengua conserva intactas las alteraciones
fonéticas de un tema sient-es (sĕntis), sint-amos (sĕntiamus), otras
veces busca uniformidad, como en vist-es (vĕstis), vist-amos
(vĕstiamus). A menudo veremos casos por el estilo: el infinitivo
anticuado yantar no viene de jantare, que hubiera dado *antar, sino
que está rehecho sobre janto yanto; …” (Menéndez Pidal, R., Manual de gramática
histórica española, p. 269)

8.1. Modos y tiempos conservados, perdidos y creados por el


romance.

Formas conservadas por el romance

En el romance español se han conservado las personas y los números


(salvo en el imperativo cuyas terceras personas desaparecen), las
formas de los modos latinos Indicativo, Subjuntivo, Imperativo,
Infinitivo, Gerundio y Participio con los siguientes tiempos:
a) En el Indicativo:
- Presente (canto > canto)
- Pretérito imperfecto (cantabam > cantaba)
- Pretérito pluscuamperfecto (cantaveram > cantara) con valor
de Pretérito imperfecto de Subjuntivo.
- Futuro perfecto (cantavero > cantare), con valor de Futuro
imperfecto de Subjuntivo.
b) En el Imperativo
- Presente (canta > canta; cantate > cantad)
c) En el Subjuntivo
- Presente (cantem > cante)
- Pretérito pluscuamperfecto (cantavisse > cantase), con valor
de Pretérito imperfecto de Subjuntivo.
d) En el Infinitivo
- Presente (cantare > cantar)
e) En el Gerundio
- Ablativo (cantando > cantando)
f) En el Participio
- Participio pasado pasivo (cantatus > cantado)
- Participio de presente (cantantem > cantante), se conserva en
el paradigma nominal como sustantivo o adjetivo, pierde su
carácter verbal, si bien existen rarísimos ejemplos en los
humanistas del siglo XV o en el lenguaje jurídico fosilizado en
que se puede advertir este régimen: causa habiente.
- Participio de futuro activo y pasivo, existen restos de estas
formas, pero también perdieron su idea verbal y pasaron al
ámbito nominal como sustantivos o adjetivos: aventura,
leyenda, hacienda, horrendo, tremendo, etc.
g) También se ha mantenido en español la Voz activa y la Pasiva (a
través de perífrasis) y los verbos deponentes han desaparecido
o se han hecho activos: nascor > nazco; morior > morio > muero.

Formas que se han perdido o abandonado

a) Las formas sintéticas de los tiempos simples de la Pasiva latina


(excepto el participio pasado cantatus > cantado).
b) En el Modo Indicativo
- Formas del Futuro imperfecto (cantabo), reemplazadas por
formas analíticas, más tarde sintetizadas.
c) En el Modo Imperativo
- Formas de futuro (cantato, cantatote)
d) En el Modo Subjuntivo
- Formas de Pretérito perfecto (cantaverim)
- Formas de Pretérito imperfecto (cantarem)
e) En el Infinitivo
- Formas del Pasado (cantavisse)
- Formas del Futuro (cantaturum esse)
f) En el Supino
- Formas activas (cantatum)
- Formas pasivas (cantatu)
Formas creadas por el romance

El español, siguiendo la tendencia analítica del latín vulgar, realiza las


siguientes creaciones:

a) Formas de Tiempos compuestos por medio de la perífrasis:


Verbo HABER conjugado + Participio pasado (He, hube, habré,
había, habría, haya, hubiera, hubiese, hubiere…amado)
b) Nuevas formas de Pasiva a través de perífrasis
- Verbo auxiliar SER conjugado + Participio pasado > Pasiva
simple (Soy amado)
- Verbo HABER conjugado + Participio pasado de SER (sido) +
Participio pasado > Pasiva compuesta (He sido amado)
- Forma pronominal SE + Verbo en 3ª persona en forma
reflexiva o construcción impersonal > Pasivo refleja (Se
vende(n) casas)
c) Pospretérito o Potencial de modo analítico
- Infinitivo del verbo + Formas contractas del Imperfecto de
Haber:
Cantare (hab)e(b)am > cantarea > cantaría
d) Nuevo Futuro imperfecto de Indicativo a través de perífrasis
- Infinitivo + Formas contractas del Presente de Indicativo de
Haber:
Cantare habeo > cantare heo > cantare he > cantaré
e) El Futuro imperfecto de Subjuntivo, inexistente en latín, surgió
del:
- Futuro perfecto de Indicativo y del Pretérito perfecto de
Subjuntivo:
Cantavero + cantaverim > cantare

8.2. Procedencia de las Conjugaciones romances

Las cuatro conjugaciones latinas -are: amare; -ēre: debēre; -ĕre:


legĕre; -ire: audire, quedaron reducidas en castellano a tres: -ar: amar;
-er: temer, leer; -ir oír, al perderse la tercera (-ĕre) absorbida en la
segunda.

Este fenómeno, al principio vacilante, se llevó a cabo ya en latín vulgar


de España. El portugués también redujo a tres las cuatro
conjugaciones latinas, mientras el catalán las ha mantenido.

En castellano, los verbos latinos de la 3ª conjugación (rúmpĕre, légĕre,


etc.) se integraron en la 2ª conjugación en -er (currĕre > correr) o en la
3ª en -ir (dicĕre > decir). Existen casos en que el verbo simple ha
pasado a una conjugación mientras su compuesto se ha agrupado en
otra distinta, por ejemplo:

Quaerĕre > querer

Conquirĕre > conquerir

También hay casos en los que un mismo étimo o raíz ha producido


dobletes integrados en distintas conjugaciones:

Competĕre > competer y competir

Cernĕre > cerner y cernir

Frente al uso castellano, el gallego portugués y el leonés muestran


preferencias por formas en -er: escrever, dizer, confonder (castellano
en -ir); el aragonés, en cambio, prefiere terminaciones en -ir cuando el
castellano se ha decidido por -er: tenir (tener).

8.2.1. Procedencia de la Primera conjugación española (en -ar)

La Primera conjugación romance agrupa verbos que proceden de:

a) La 1ª conjugación latina -are. Su número es abundantísimo ya


en latín: amare > amar; cantare > cantar; laudare > loar, etc.
b) La 2ª conjugación latina -ēre: son escasos en número: torrēre >
*torrare > torrar; mejēre > *mejare > mear; invidēre > envidiar;
implēre > *implare > hinchar.
c) La 3ª conjugación latina -ĕre. Su número también es muy
reducido: tremĕre > tremar; impellĕre > implar, hinchar; minuĕre
> *minuare > menguar.
d) La 4ª conjugación latina -ire. También son pocos: custodire >
custodiar; mollire > mojar.
e) Verbos germánicos acabados en -on y en -an: raubon > robar;
windan > guindar; wardan > guardar.
f) Formaciones posteriores: *sedentare (en vez de sedere) >
sentar; altiare (de altus) > alzar; caballicare (de caballus) >
cabalgar.
g) Formaciones actuales (muchas de ellas neologismos):
telefonear, aterrizar, accionar, computarizar, escanear, etc.

Esta primera conjugación del español es la más numerosa y


susceptible siempre de nuevas creaciones verbales con frecuencia
por medio de sufijos como -ear, -entar, -icar, -ificar, etc.
8.2.2. Procedencia de la 2ª conjugación española (en -er)

La segunda conjugación española con infinitivo en -er, reúne verbos


procedentes de:

a) 2ª conjugación latina, en -ēre: habēre > haber; timēre > temer;


dolēre > doler.
b) 3ª conjugación latina, en -ĕre: sapĕre > sapere > saber; rumpĕre
> rumpere > romper; credĕre > credere > creer; ponĕre > ponere
> poner.
El paso de estos verbos de -ĕre a -ēre (es decir, de acentuación
esdrújula a grave), puede estar influido analógicamente por
habēre y otros que tienen la vocal radical a-. Estos arrastrarían a
los demás.
c) 4ª conjugación latina, en -ire: tussire > *tussere > toser.
d) Verbos incoativos: adpetescere > apetecer; florescere >
florecer; crescere > crecer.
e) Otros que tomaron este sufijo verbal como: ofrecer, envejecer,
favorecer, etc.

Esta conjugación española es la menos abundante en cuanto a


número de verbos que incluye y actualmente no se presta a ninguna
formación nueva, sólo estuvo dotada de fecundidad considerable en el
periodo primitivo de la lengua.

8.2.3. Procedencia de la 3ª conjugación española (en -ir)

La 3ª conjugación romance, con infinitivo en -ir, agrupa verbos


procedentes de:
a) 4ª conjugación latina, en -ire: sentire > sentir; partire > partir;
audire > oír.
b) Muchos de la 3ª conjugación latina, en -ĕre, cuya Primera
persona del Presente de Indicativo era -io por tener i en el tema
de muchos tiempos. Se incluyeron aquí, por analogía de su
Presente con los de -ire. Este fenómeno se desarrolló ya en
época del latín vulgar:
Fugĕre (Pres. de Indic.: Fugio) > fugire > huir
Parĕre (Pres. de Indic.: Pario) > parire > parir
Después se extendió a otros: recipere > recibir; concípere >
concebir; báttere > batir; dicere > decir. Hay algunos que vacilan
como cernere > cerner, cernir: sapargere > esparcer, esparcir.
c) Muchos verbos de la 2ª conjugación latina, en -ēre de 1ª persona
de Presente de Indicativo en -eo, más tarde hecho -io, ya en
latín vulgar: lucēre > (Pres. de Indic. luceo > lucio) > *lucire >
lucir; cumplēre (Pres. de Indic. cumpleo >cumplio) > *cumplire >
cumplir.
d) Otros verbos de origen culto: fingere - fingir; restituere - restituir;
redimere - redimir.
e) Algunos de origen germánico terminados en -jan: warjan > ant.
guarir; raustjam > ant. rostir

Esta conjugación española ocupa un lugar intermedio entre las


anteriores en cuanto al número de verbos que incluye.

También podría gustarte