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RUEDA DE ATENCIÓN Y LA CALMA

Esta rueda tiene el mismo planteamiento que la “Rueda de la Integración Emocional”.


Se trata de tener un conjunto de ejercicios enfocados para, como objetivo general,
desarrollar la atención y dedicar momentos de “respiro cerebral” (periodos de descanso
pleno) en el día a día.

Objetivos específicos:
- Aprender herramientas de autorregulación a través de la práctica de la atención.
- Ejercitar las capacidades atencionales aumentando el periodo de duración.
- Descansar de la exposición continuada a estímulos e incorporar el “respiro
cerebral” como rutina.
Materiales:
- Papel.
- Rueda anexa en los documentos.
- Colores.
- Objetos cotidianos de la casa.
- Objetos con olores.
- Alimentos aptos para niños/as.

Metodología:
La rueda puede usarse para que el o la docente pueda proponer un ejercicio de la rueda
cada día y en común para todo su alumnado, o que se dé a elegir el ejercicio que cada
uno quiera hacer estableciendo, desde el docente, el tiempo para ello. Lo importante es
que tengan una rutina establecida para la realización de actividades relacionadas con la
práctica de la atención sostenida y el “descanso cerebral”.

Realización de la actividad:
Se recomienda que se introduzca en el horario escolar un periodo en el que realizar
diariamente un ejercicio de la rueda. Otra opción es incluir un ejercicio entre
asignaturas, dependiendo de la edad del alumnado, para que les ayude a cambiar el foco
de atención y relajarse. Bien al principio de la mañana, después de un tiempo de
ejercicio o recomendarlo a las familias para cuando observen que los niños y niñas están
más inquietos, la rueda es una oportunidad para “jugar” a relajarse y cuantas más veces
se use, siendo variada y con la disposición del alumnado para hacerla, es recomendable.
Otra opción es imprimir la rueda y usarla a modo de juego para ver “Qué ejercicio toca”.
Todas las adaptaciones dependerán de las edades con las que se trabaje y las
características propias del alumnado. Como se indica en la evaluación, también pueden
jugar a inventarse ejercicios entre ellos/as, por sus docentes o familiares.

Evaluación:

Como en el resto de las actividades, la mejor forma de evaluar esta actividad es observando si
hay cambios entre el antes y el después de su desarrollo, y si están motivados para realizarla. Si
se observa que la motivación disminuye, se pueden proponer ejercicios inventados por ellos
mismos, sus docentes o entre la propia familia.

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