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LA ORALIDAD EN EL PROCESO CIVIL PERUANO: LAS IMPLICANCIAS Y BENEFICIOS

DE SU APLICACIÓN PROGRESIVA EN NUESTRO PAIS.   


Por: Helen Huancahuire y Angela Romani 

El proceso civil de nuestro país, dominado por la escritura, es criticado por ser el causante de
la lentitud de los trámites legales y el retardo en resolver los conflictos, como por desmejorar
la calidad de la justicia, a tal punto que la ciudadanía desconfía de nuestro Poder Judicial, ya
que las decisiones las toma un juez que, a menudo, no ha tenido el suficiente conocimiento de
la causa y que forma su convicción basándose solamente en el escrito sin prestarle debida
atención a las partes que se ven involucradas. Queda claro lo que actualmente sucede con el
proceso civil pues este no ha avanzado acorde a las exigencias de nuestros tiempos, la
justicia tarda en llegar, existe burocracia, los escritos presentados quedan anexados al
expediente el cual se hace más y más pesado, trayendo como consecuencia inevitable la
ineficacia de la administración de justicia en nuestro país, no obstante, el derecho se
transforma constantemente, es nuestro deber como estudiantes de derecho y futuros
abogados adaptar el derecho a los cambios sociales actuales.

La realidad nos sugiere y en algunas ocasiones obliga a que la forma en que se lleva a cabo
un proceso judicial se adecue a ella y cambie. Es en relación a lo expuesto que, actualmente
se viene implementando la oralidad en nuestros procesos judiciales, oralidad que siempre ha
sido reconocida como principio del sistema procesal, pero que no ha sido puesta en práctica
completamente.

Este cambio en la forma de desarrollar un proceso, tiene como principal protagonista a la


oralidad, sin embargo, se trata de una oralidad usada por cada uno de los agentes que
intervienen en el proceso. Así tenemos que, en un primer momento vamos a notar que el Juez
no solo obtendrá conocimiento sobre los hechos del caso en particular por los escritos de
demanda y contestación, sino que pasará a obtener información de primera mano y
directamente de las partes procesales, ya que, su nuevo rol en el proceso es el de dirigir cada
una de las etapas del proceso y posteriormente resolver. Hasta el momento hemos
presenciado cómo el Juez propicia la conciliación entre los principales actores sin pretender
influir en sus decisiones o elegir por ellos, en todo caso si las partes no lograran una
conciliación sugerida por ellos mismos, se pasará a desarrollar una Audiencia Previa cuyo
principal objetivo es el de sanear el proceso y determinar todo lo que será argumentado y
probado en el Juicio como última etapa procesal. Podemos concluir entonces, que el Juez va
a jugar un papel mucho más activo dentro del proceso. Es en relación a lo expuesto que nos
mostramos a favor de la implementación de la oralidad en el nuevo proceso civil, lo cual
significaría que el mismo se desarrollaría mediante audiencias, en primer lugar, la Audiencia
Preliminar en donde las partes pueden exponer sus pretensiones, proponer sus respectivas
pruebas, así como las contrapruebas; y en segundo lugar la Audiencia Final en la cual se
practican las pruebas personales, se escuchan los alegatos y se dicta la sentencia. Esta es
una descripción a grandes rasgos de lo que se viene practicando a modo de prueba en
algunos Juzgados de nuestro país. Es por este motivo el que hoy presentamos algunos de los
beneficios que genera esta nueva orientación del derecho procesal civil.

En primer lugar, se efectiviza el principio de Concentración, pues es una característica exterior


del proceso oral ya que impone el deber al Tribunal a que se arribe a la solución del conflicto
sin suspender el proceso por atingencias, y con la menor cantidad posible de actos
procesales. Asimismo, una consecuencia de la concentración es la Celeridad, el cual hay que
decirlo, no es el objeto principal de un proceso oral. Es bien sabido que la valoración de la
prueba es el alma del proceso, sobre la cual el Juez sienta sus bases y encuentra la
sustentación de una posterior resolución, ahí radica la importancia de que el Juez conozca a
cabalidad el material probatorio de la causa, el fundamento principal sobre el que recae la
inmediación es la permanente e íntima vinculación del Juez no solo con las partes, sino
también con los elementos probatorios introducidos al proceso. El magistrado se ve en
contacto con las partes de tal forma que podrá solventar sus dudas, obtener de las partes las
indicaciones más sobresalientes del hecho y señalar las deficiencias probatorias halladas. En
relación al principio de Contradicción las partes al exponer por completo sus teorías sobre las
que versan los diversos medios de prueba, hacen uso de su derecho de contradecir lo dicho.
Se recupera la confianza del ciudadano en el sistema de administración de justicia, en tanto
se de la publicidad del proceso, pues se asegura que el juicio se lleva a cabo con
imparcialidad, dejando inexistente aquella duda sobre la clandestinidad del expediente y las
posibles manipulaciones a este. El verdadero valor y significado de la oralidad radica en el
hecho de que el Juez pueda jugar un papel mucho más activo dentro del proceso. La
aplicación de la oralidad requerirá de un mayor uso de la tecnología en el desarrollo de las
audiencias, alejándonos poco a poco del anticuado papel, también a consecuencia de la
reducción de expedientes se necesitarán más jueces, los cuales se deben adoptar a esta
nueva forma de hacer justicia siempre con la intención de seguir el camino hacia la mejora,
hacia el cambio, hacia el bien común y seguridad jurídica.

En relación a lo afirmado, las facultades de derecho cumplen su rol en la formación de


profesionales en la abogacía, dotando a los estudiantes no solo de conocimientos académicos
sino enriqueciendo su léxico y acervo cultural, para formar verdaderos abogados que no
tengan temor de expresar sus ideas, de manera acertada y pertinente, para cumplir con lo
dicho, es necesario la actualización de las asignaturas en las que se deben destacar las
referidas a la oratoria y los interrogatorios orales. Conforme a lo anteriormente narrado,
pretendemos exponer nuestro ensayo teniendo como base a nuestra experiencia como
estudiantes universitarios. Precisando además que como tales asumimos la responsabilidad y
nos hacemos partícipes de esta implementación aún sin haber culminado la carrera
profesional, pues de todas formas si realmente queremos mejorar nuestro sistema de justicia
y contribuir a la solución de conflictos el cambio debe de darse desde las aulas universitarias.
Recayendo en última instancia sobre los estudiantes el enorme deber de lograr la mejorara
nuestro sistema judicial, pues somos nosotros quien a la larga tendremos que aplicar todo lo
aprendido en aras de ser mejores personas, mejores abogados y mejores ciudadanos. “Si
quieres la paz, lucha por la justicia.”

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