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Aparatado 2. unidad 3.

Habilidades para hablar en público


Algunas personas tienen una disposición natural y les resulta más fácil hablar en público que
a otras. Pero cualquier persona con disciplina, formación y práctica es capaz de hacer un
buen papel; pues hablar bien en público es una capacidad que se puede aprender y cultivar.
Siempre, resulta útil para un vendedor ser un buen orador, captar el interés de quien le
escucha y conseguir con un discurso que sus palabras cobren fuerza.

Los nervios, la preocupación y el miedo a hacerlo mal suelen ser factores comunes previos a
una entrevista, intervención pública o a una simple reunión de trabajo. Para perder el miedo y
ganar confianza hay que controlar o canalizar los nervios y entrenar, repitiendo una y otra vez
hasta adquirir seguridad en nosotros mismos.
Debemos tener en cuenta que las actuaciones en público salen mejor si nos hemos sentido
nerviosos antes de la intervención. Cuando nos encontramos en estado de ansiedad, si
sabemos dominar nuestros nervios pueden llegar a convertirse en aliados, de lo contrario
corremos el riesgo de que nos traicionen.
¿Cómo combatir los nervios?
Momentos antes de la intervención en público, para controlar los nervios podemos utilizar
los siguientes métodos:
• Ejercicios y técnicas de relajación.
• Respiraciones profundas, hasta conseguir una respiración lenta y regular.
• Tomar un tranquilizante suave prescrito por un especialista, siempre que hayamos
comprobado antes sus efectos.
No obstante, entre todos los trucos que podemos utilizar los que más seguridad y
tranquilidad nos darán son:
• Tener suficientes conocimientos sobre el tema.
• Estar decididos y tener voluntad de comunicar a los oyentes.
• Ensayar varias veces antes de la intervención.
• Preparar bien la charla en todos sus aspectos: selección del tema y objetivos; recogida de
información; organización de ideas; inclusión de citas, estadísticas, anécdotas y material de
apoyo.
• Tener información sobre la audiencia y el objetivo de la charla.
• Pensar en las posibles preguntas y preparar las respuestas.
• Elegir una indumentaria cómoda y acorde con la ocasión.
¿Cómo ensayar y entrenarnos?
Una vez que hemos aprendido a controlar los nervios debemos ensayar para ganar
confianza y habilidad. Al principio lo puedes hacer a solas, pero después debes perder la
timidez y aprovechar para practicar ante los amigos o familiares.
Ante el espejo.
Tienes que ensayar de pie y sentado para ver con qué postura te encuentras más cómodo y
natural. También tienes que analizar los gestos y la expresión facial, para perfeccionar la
expresividad.
Con el micrófono.
Empieza con una sesión diaria de 15 minutos. Puedes grabar el ensayo para comprobar
después los matices de la voz y la entonación.
En público.
Empieza marcando pequeños retos hasta que te acostumbres y te encuentres cómodo
siendo el centro de atención. Por ejemplo, exponiendo un tema en clase, explicando un
proyecto a la familia; con los amigos hablando sobre un tema de actualidad.

Normas para hablar y leer en público


Algunas veces las actividades de venta se dirigen a un grupo y, en estos casos, la
preparación del vendedor no es suficiente con los conocimientos que ha adquirido para la
venta personal.
Para tener éxito en la intervención tienes que tener claro:
• ¿Qué quieres comunicar?: considerando los pros, los contras y la competencia.
•¿Cómo lo vas a decir?: para que te entiendan y conseguir las metas fijadas.
• ¿ A quién se lo vas a decir?: qué público irá a la charla.

Debes tener presente que hablar no es vender; con explicar los hechos no es suficiente, hay
que persuadir, y para ello hay que preparar con antelación el tema a exponer.
Una intervención en público o la presentación de un producto se compone de tres fases:
preparación del tema, exposición del producto o proyecto y conclusiones posteriores.

• Preparación de la charla
Cuando tengamos que presentar en público un producto debemos preparar la charla y
cumplir las siguientes reglas:
• Estudiar en profundidad, con tranquilidad y tiempo suficiente, el contenido del tema o
producto sobre el cual vamos a hablar. La charla debe tener un objetivo concreto y
alcanzable, para ello debes preguntarte si este encaja dentro de las necesidades y deseos
del grupo oyente.
• Recopilar información del grupo: ¿quién va asistir?, ¿para qué se les convoca?, ¿qué clase
de personas son (edad, nivel económico)?, ¿cuál es el conocimiento que tienen del tema o
producto?, ¿su actitud es favorable, indiferente o desfavorable?, ¿tienen prejuicios sobre la
empresa o el producto?
• Escribir un borrador o esquema del tema a tratar, marcando la idea general o lo más
importante de su contenido, para evitar la improvisación.
• Preparar el material de apoyo, como audiovisuales o presentaciones en PowerPoint,
gráficos, folletos, catálogos del producto y objetos demostrativos, para ilustrar la charla de
forma entretenida.
• Exposición o momento de la charla
Una vez que has preparado tu intervención, puedes actuar según las siguientes normas:
Ser puntual, de lo contrario creas entre los asistentes una predisposición negativa. Calcula
el tiempo que va a durar la exposición y ajústate al objetivo. Es aconsejable que una
intervención no sobrepase los 30 minutos. Puedes tomar referencias poniendo a la vista un
reloj y consultarlo con discreción, para controlar el tiempo disponible y ajustar sobre la
marcha la duración del discurso.
Modular la voz , asegúrate de que las personas que están lejos te oyen bien, varía el tono,
la intensidad y el ritmo o la velocidad de las palabras para resaltar ciertos aspectos y
mantener la atención del público.
Prepara el arranque , para ganarte la simpatía y atención de los oyentes desde el primer
momento. Comienza creando un ambiente agradable y con una buena introducción. Un buen
inicio engancha a los oyentes, pero no podemos descuidar el desarrollo y la conclusión.
Divide el texto, para calcular mejor lo que puedes contar y a qué ritmo puedes hacerlo.
Elabora un punto de vista sólido que dé coherencia al discurso, deja claros los puntos
esenciales y concéntrate en el objetivo, informar, persuadir, incitar o entretener.
Dale vida a la exposición, utiliza citas, estadísticas, chistes, ejemplos y anécdotas que
aporten frescura y actualidad a la charla.
Invitar a la participación, implica a los oyentes y mira a la audiencia a los ojos para hacerla
participar. También debes reservar tiempo al final para las preguntas y el debate.
Terminar en el plazo previsto o cuando detectes síntomas de cansancio entre los oyentes.
Como punto final puedes cerrar la intervención con un extracto llamativo y conciso del
discurso realizado.

Sabías que la regla de oro que todo orador debe respetar y cumplir es la brevedad?

Un predicador experimentado le decía a un cura joven:


“Hay tres puntos claves para pronunciar un buen sermón: que sea breve, que no sea
largo y que sea corto”.
(Refrán popular)

• Conclusiones posteriores a la charla


Una vez terminada la charla debes analizar los hechos, evaluar el desarrollo, el modo en que
ha discurrido y responder mentalmente a preguntas del tipo:
• ¿Fue suficiente la preparación? (con antelación, en los últimos días o el último momento).
• ¿Estuvo acertado el material de apoyo? (faltaron diapositivas, catálogos, algún vídeo).
• ¿Estuvo bien distribuido el tiempo? (se empezó con puntualidad, faltó tiempo para el
debate).
• ¿Cuál fue la actitud del grupo? (mostraron interés y participaron con preguntas,
comentarios).
• ¿Resultó interesante el tema? (se marcharon antes de tiempo o sin hacer preguntas).

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