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UNIVERSIDAD DE MARGARITA (UNIMAR)

DIRECCIÓN DE POST-GRADO

DOCTORADO EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINALÍSTICAS

Ensayo sobre el control del ejercicio de la


acción penal, en época de retos globales.
(Conferencia dictada por el Magistrado
Marcos Medina)

Autor: Abg.MSc. Fidel J. Lárez M


Cédula: 15.423.355
fidellarez@gmail.com

El Valle. 08 de agosto del año 2020


Así como evoluciona la sociedad, el derecho también debe hacerlo y
con mucha más razón quien es llamado a impartir justicia con la autoridad
que le otorga la ley, porque es en manos de quien, al final, estará la
decisión de expresar el espíritu mismo de la justicia. Para ello se hace
necesario que el juez o jueza deje de pensar de forma lineal y vaya más
allá porque es innegable que los actuales retos globales están afectando
todos los sectores mundiales, sin dejar a un lado la esfera jurídica de los
administrados.

Se requiere, hoy día, que el juez cumpla su función ajustando su


decisión a la realidad social que estamos viviendo, siendo esto parte de lo
que actualmente se conoce como humanización de la justicia. Partiendo de
un examen axiológico que se haga del caso planteado a resolver para
ajustarlo a los actuales retos y a la misma evolución que va formando a la
sociedad con el pasar de los años.

Entrando en materia, es innegable que una de las funciones


principales de los jueces y juezas en funciones de control, quienes son los
encargados de la fase preparatoria e intermedia de todo proceso penal, es
la de servir de una especie de despecho saneador que persigue la
depuración del proceso de vicios, obstáculos, errores, trabas y cual otra
irregularidad que enturbien el iter procedimental; igualmente llevar a cabo
el control formal y material de la acción penal. Así como la preparación del
juicio oral y público, mediante la investigación de la verdad y la recolección
de todos los elementos de convicción que permitan fundar la acusación del
fiscal y la defensa del imputado para que la causa, si de verdad hay
razones suficientes para ello, llegue a juicio de forma depurada. Y, en
muchas ocasiones, evitar que una causa llegue hasta esa instancia por
considerar que no hay motivos suficientes para ello, situación esta que le
ahorraría al Estado los grandes costos procesales que acarrean el
administrar justicia. Todo ello de conformidad a lo establecido en el artículo
109 del Código Orgánico Procesal Penal.

En otras palabras, es función principal de los jueces de control que el


juicio sea preparado correctamente para facilitar la función principal de todo
juez que no es más que la de impartir justicia y garantizar la tutela judicial
efectiva.

La importancia de esta función del juez de control deviene de lo


establecido por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
en su artículo 257, el cual considera al proceso como instrumento
fundamental para la consagración de la justicia y transcendental para que
pueda cumplir tal cometido, ofreciendo garantías formales y suficientes.

Sí, es el juez de control sobre quien pesa la obligación de que el


proceso se desarrolle sin vicios que lo interrumpan, obligando esto al
control y seguimiento que debe darse a la causa en sus etapas preparatoria
e intermedia, buscando así garantizar la eficacia procesal establecida en la
Constitución.

Para esto se hace necesario que el juez no solo se atenga a la


normativa o a lo estrictamente dispuesto en la ley, sino que pueda analizar
todas aquellas situaciones que puedan afectar la realidad, teniendo en
cuenta que siempre se van a presentar situaciones anormales que van a
requerir de una mayor profundidad en su análisis y de la obligación de
poder construir conocimiento para así controlar de manera eficaz el
ejercicio de la acción penal, lo que innegablemente se va a traducir en una
tutela judicial efectiva.

Hablando de control del ejercicio de la acción penal, se podría decir


que el Estado ya no tiene un poder absoluto, como antes lo tuvo, sino que
al ejercer su derecho de castigar lo hace de acuerdo a determinados límites
que lo rigen. Estos límites se expresan en forma de principios que se
componen de bases constitucionales.

No controlar la acción penal es pasar por alto que “el derecho penal,
en su sentido original, implica una contención al poder punitivo del Estado.
Este poder debe ser controlado mediante la razón. Y las voces que claman
por dotar de contenido pensante tanto al derecho penal como al sistema
integral de justicia no deben ser acalladas por la inercia del torrente
punitivo que, indiferente e incapaz a toda clase de ponderación, arrastra a
la barbarie”. [ CITATION Con08 \l 3082 ]

Para Carlos Cossio, citado por el conferencista, el término «juzgar»


se usa para aludir a una actividad valorativa. Tener “capacidad de juicio” es
equivalente a tener “capacidad de apreciación equilibrada o razonable”. Sí,
el juez o jueza debe ir más allá de la simple interpretación normativa y
razonar de forma equilibrada tomando en cuenta la realidades o contexto
social del caso a resolver, no dando paso así a la influencia en el proceso
penal del que más poder tiene, y evitando la participación desigual en el
mismo.[ CITATION Yno07 \l 3082 ]

En otras palabras y como lo expresa la sentencia de la sala de


casación penal del tribunal supremo de justicia nro.154 del 31 de mayo del
año 2018, la función de control del juez penal debe ponderar cuál es el
verdadero asunto de fondo y su relación con el bien jurídico tutelado por la
norma penal, así como su relación con la acción penal que intenta el
Ministerio Público al presentar su acusación.

Al analizar cuál es el daño social causado, el juez de control debe


hacer un estudio a profundidad de todas las circunstancias y consecuencias
que rodean el tema a resolver para así controlar el poder punitivo de
Estado y asegurar la tutela judicial efectiva, garantía de rango
constitucional de la cual somos acreedores los administrados.

En este controlar del poder punitivo del Estado, el juez de control


podrá ejercer control sobre los presupuestos procesales, verificando el
cumplimento de los requisitos y condiciones procesales que hacen viable la
acción penal. Igualmente podrá ejercer el control formal al comprobar si la
acusación cumple con los requisitos de forma exigido por la ley, dentro de
los cuales se encuentra la obligación de identificar de forma correcta al
imputado, describir con exactitud los hechos y su calificación jurídica.

Por otro lado, el juez o jueza de control está facultado o facultada


para llevara cabo el control material de la acción penal al corroborar si la
acusación contiene fundamentos sólidos, es decir, si la acusación cuenta
con cierto grado de certeza de ser probada en juicio, ya que de lo contrario
no sería viable la acción penal. Para ello, podrá discutir de forma preliminar
las condiciones de fondo de la acusación o, en general, del acto conclusivo.

En conclusión, es el juez penal quien tiene la obligación de controlar


el accionar de las partes con énfasis en la parte de investigación. En
general, todas las acciones están sometidas a su control ya que la ley le da
el poder para dilucidar cualquier controversia que se le presente, teniendo
hasta la facultad de dar por terminado el proceso en cualquier estadio del
mismo cuando así lo considere.

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