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Universidad Nacional de Colombia

Departamento de Producción Animal

Mayo de 2018

Parcial I y II – Fisiología digestiva y nutrición de rumiantes

Juan Carlos Rojas Alvarado

Teniendo en cuenta las características de las dietas, se simularon las mismas en el software CNCPS
v6.5 con el fin de establecer la relación forraje concentrado de ellas.

Materias primas de las dietas

Nutriente (%/kg MS) Kikuyo Concentrado Maíz molido Melaza de caña


Proteína cruda 16 16 10 5,8
FDN 63,5 18,56 9 0
FDA 30 9,07 3,59 0
Almidones 1,59 39,34 74,76 0
Azúcares 2,99 46,24 76,39 70
Azúcares (sin almidón) 1,4 6,9 1,63 70

Inclusión de materias primas en las dietas (kg de MS por vaca al día)

Ingrediente Dieta 1 Dieta 2


Kikuyo 9 16
Concentrado 9 5
Maíz molido 4 0
Melaza de caña 0 1,4
Total 22 22,4
Relación forraje: 40,9 : 72,7 : 27,3
concentrado 60,1

Composición de las dietas (aproximada):

Nutriente (%/kg MS) Dieta 1 Dieta 2


Proteína cruda 17 15
FDN 35 50
FDA 16,6 23,45
Almidones 30 10
Azúcares (sin almidón) 5 10

1. Estimación de la cantidad de ácidos grasos volátiles producidos al día

Para la estimación de la cantidad total de Ácidos grasos volátiles (AGV) se tiene en cuenta la
cantidad de nutrientes digestibles (almidón, azúcares, celulosa y hemicelulosa):
Dieta 1
Concentració Consumo (kg/d)* Nutrientes Digeridos (kg/d)**
n
Almidón 30% 6,6 5,28
CNE (Azucares Solubles) 5% 1,1 1,10
FDN 35% 7,7 3,85
Celulosa (% del FDN) 35% 2,695 1,348
Hemicelulosa (% del FDN) 55% 4,235 2,118
Lignina (% del FDN) 10% 0,77 -
PC 17% 3,74 -
EE 3% 0,66 -
CZ 10% 2,2 -
Dieta 2
Concentració Consumo (kg/d)* Nutrientes Digeridos (kg/d)**
n
Almidón 10 2,2 1,76
CNE (Azucares Solubles) 10 2.2 2,2
FDN 50 11 5,5
Celulosa (% del FDN) 35 3,85 1,925
Hemicelulosa (% del FDN) 55 6,05 3,025
Lignina (% del FDN) 10 1,1 -
PC 15 3,3 -
EE 5 1,1 -
CZ 10 2,2 -
*El consumo de cada nutriente se estima teniendo en cuenta un consumo total de 22kg de
materia seca al día.

** La digestibilidad del almidón se asumió del 80% teniendo en cuenta el trabajo de Herrera y
Saldaña, 1990, mencionado por Gómez et al, 2016; la digestibilidad de los CNE´s se asumió del
100% teniendo en cuenta la información de Ondarza, 2000. Para obtener los nutrientes digeridos
de la fibra, primero se obtuvo la digestibilidad del FDN (50%) y luego se estimaron las porciones de
celulosa y hemicelulosa del FDN (35 y 55%, respectivamente).

Nutriente Acetato Propionato Butirato Valerato


Dietas ricas en concentrados
Almidón 0,3987 0,302 0,1955 0,1038
Azucares 0,4476 0,2077 0,3026 0,0421
Celulosa 0,788 0,0575 0,065 0,0894
Hemicelulosa 0,5578 0,2574 0,109 0,0738
Dietas ricas en forrajes
Almidón 1.047 0.249 0.361 0.103
Azucares 1.517 0.451 0.232 0.000
Celulosa 1.266 0.167 0.439 0.053
Hemicelulosa 1.715 0.546 0.625 0.139
Total 5.5 1.4 1.7 0.3
Fuente: Murphy et al, 1984

Una vez obtenida la cantidad de nutrientes digeridos se puede calcular la cantidad de AGV
producidos, para ello, se tiene en cuenta la información de Murphy en el año 1984, en donde
muestra la cantidad de AGV, teniendo en cuenta el tipo de dieta (dieta alta en concentrado y dieta
alta en forraje) y el sustrato fermentado

Al multiplicar los nutrientes fermentados por la producción estimada por Murphy, se obtiene:

Producción de AGV (kg/d) dieta 1


Dieta alta en Acetato Propionat Butirato Valerato
concentrado o
Almidón 2,11 1,59 1,03 0,55
Azucares 0,49 0,23 0,33 0,05
Celulosa 1,06 0,08 0,09 0,12
Hemicelulosa 1,18 0,55 0,23 0,16
Total (kg/d) 4,8 2,4 1,7 0,9
Total (mol/d) 80,7 33 19,1 8,5
Producción de AGV (kg/d) dieta 2
Dieta alta en forraje Acetato Propionat Butirato Valerato
o
Almidón 1.047 0.249 0.361 0.103
Azucares 1.517 0.451 0.232 0.000
Celulosa 1.266 0.167 0.439 0.053
Hemicelulosa 1.715 0.546 0.625 0.139
Total (kg/d) 5.5 1.4 1.7 0.3
Total (mol/d) 92,4 19,1 18,8 2,9
Nota: No se tienen en cuenta los ácidos grasos volátiles producidos por la proteína.

Además de los ácidos grasos, en el rumen también se produce metano, teniendo en cuenta las
ecuaciones de Church en el año 1993 y Mills et al en el año 2001. Se puede estimar la producción
de metano a partir de las dietas.

De acuerdo con Church (dieta 1): CH4 (mol/d) = (80,7*0,5) + (19,1*0,5) - (33*0,25) = 41,64 mol/d
De acuerdo con Mills (dieta 2): Ch4 (mol/d) = (92,4*2) + (18,8*2) - (19,1) = 50,9 mol/d
Nota: Ambos autores llegan a la misma cantidad de moles de metano producidas al día con sus
fórmulas. (Mills, 2001, incluye una corrección a la fórmula cuando se dispone de la producción de
Valerato, en este caso la producción de metano en la dieta 1 es de 39,5 moles y en la dieta 2 es de
50,1 moles de metano), para el ejercicio no se va a tener en cuenta esta corrección.

Dieta 1 Dieta 2
Compuest Energía Producción E. Producida Producción E. Producida
o (Mcal/kg) (kg/d) (Mcal/dia) (kg/d) (Mcal/dia)
Acetato 3,5 4,84 16,9 5,55 19,3
Butirato 6,0 1,68 10,0 1,66 9,9
Propionato 5,0 2,45 12,2 1,41 7,0
Valerato 6,7 0,87 5,8 0,30 2,0
Metano 13,2 0,67 8,8 0,81 10,7
Total (Mcal/d) 53,7 Total (Mcal/d) 48,9

Teniendo en cuenta la energía de combustión de cada uno de los AGV´s y el metano son
producidas 53,7 y 48,9 Mcal de energía digestible por animal al día en cada una de las dietas. De
esta cantidad, se pierden 8,8 y 10,7 Mcal diarias en forma de metano (dietas 1 y 2
respectivamente), dando como resultado un aporte de energía metabolizable (proveniente de
carbohidratos) de 44,9 y 38,2 Mcal por animal al día (dietas 1 y 2 respectivamente).

Debido a las características de la dieta, la dieta número 2 produce mayor cantidad de metano que
la dieta 1. Así mismo, una menor producción de propionato y una mayor producción de acetato.

  Dieta 1 Dieta 2
Ingrediente Inclusión EB EB Inclusión EB EB
(kg/d) (Mcal/kg MS) (Mcal/d) (kg/d) (Mcal/kg MS (Mcal/d)
Maíz 4 4,43 17,7 0 4,4 0
Concentrad 9 4,43 39,9 5 4,4 22,15
o
Kikuyo 9 4,1 36,9 16 4,1 65,6
Melaza 0 4,2 0,0 1,4 4,2 5,88
EB (Mcal/d) 94,50 EB (Mcal/d) 93,63
EB (Mcal/d) CH4 8,79 EB (Mcal/d) CH4 10,7
Ym 9,3% Ym 11,4%

La dieta 1 tiene una mayor eficiencia energética debido a su menor producción de metano, si se
tiene en cuenta la energía bruta (EB) de las dietas, los resultados muestran que en forma de
metano se pierde el 9,3% y el 11,4% de la energía producida, respectivamente. Estos resultados
concuerdan con los valores reportados en la literatura por autores como Vargas en el año 2012 y
Jhonson y Ward, 1995, citado por Cambra et al, 2008.

2. Determinación de las proporciones molares

  Dieta 1 (40:60) Dieta 2 (75:25)


AGV Kg/d Mol/d Proporción (%) kg/d Mol/d Proporción (%)
Acetato 4,8 80,7 57,1 5,55 92,4 69,4
Propionato 2,4 33,0 23,4 1,41 19,1 14,3
Butirato 1,7 19,1 13,5 1,66 18,8 14,1
Valerato 0,9 8,5 6,0 0,30 2,9 2,2

Como se esperaba, la dieta con una mayor inclusión de alimentos concentrados (dieta 1), tiene
una mayor proporción molar de propionato y menor de acetato, cuando se compara con la dieta
rica en forraje. Estos resultados concuerdan con lo descrito en la literatura (Pabón, 2004).

Relación Fracción molar (%)


Forraje: Acetato Propionato Butirato Otros
concentrado
40:60 59,8 25,9 10,2 5,9
75:25 68,2 18,1 8,0 5,7
Fuente: Pabón, 2004

Las proporciones encontradas en la dieta 1 se ajustan casi en su totalidad a la reportada por Pabón
en el año 2004, Varían ligeramente los valores, pero las diferencias en unidades porcentuales no
superan 3 puntos. Se ve una reducción en la proporción de acetato y un incremento en la
proporción de propionato, cuando se compara con la dieta número 2.

En cuanto a la dieta 2, hay una pequeña diferencia entre las proporciones de propionato y
butirato. Estas diferencias se pueden presentar debido a que en el ejercicio (dieta 2) se utilizó
melaza en la dieta. Se ha demostrado que la inclusión de esta materia prima en la ración tiende a
aumentar las proporciones de butirato en el rumen (Moloney et al, 1994).

3. Explicar cómo y cuántos de los ácidos grasos se absorben en el rumen y qué pasa con ellos

Una vez producidos los AGV, son absorbidos en el rumen por difusión. Dependiendo del pH
ruminal se absorbe mayor o menor proporción de los ácidos. A pH bajo aumenta la absorción
debido a una mayor forma asociada de estos (R-COOH) que atraviesa con mayor facilidad la pared
ruminal (Pabón, 2004).

A la vena porta, no llega el 100% de los AGV producidos, ya que una porción de ellos es
metabolizada en el propio rumen. El butirato, es la mayor fuente de energía del epitelio ruminal,
por este motivo, tan solo un 25% de este AGV, llega a la circulación portal. Por su parte, del
acetato y del propionato producido, llega a la vena porta el 65 y el 45% aproximadamente (Pabón,
2004); otros autores sugieren que la cantidad que llega a la vena porta de AGV puede ser entre el
50 al 75% para el acetato y el propionato y entre un 10 a un 36% para el butirato (Kristensen,
1998).

Una vez llegan a la vena porta el destino de cada uno de los AGV es diferente:

Acetato: El acetato es tomado por los diferentes tejidos para formar acetil CoA y así iniciar la
síntesis de ácidos grasos. Específicamente en el rumiante, el acetato constituye el principal
precursor de ácidos grasos de cadena larga. La síntesis de novo lo utiliza como principal esqueleto
para formar ácidos grasos de hasta 16 carbonos, que dependiendo del tejido pueden ser
elongados en la mitocondria hasta 22 carbonos (Martínez et al, 2010).

Aproximadamente, el 80% del acetato que llega a la vena porta, es captado por el tejido adiposo,
la glándula mamaria, el músculo estriado esquelético y el feto; el 20% restante es utilizado por el
hígado y el tracto gastrointestinal (Pabón, 2004).

Propionato: En rumiantes es el principal precursor de la glucosa y el único AGV gluconeogénico.


Del total del ácido propiónico encontrado en la vena porta, un 80% a un 90% (Pabón, 2004,
Kristensen, 1998) es captado por el hígado. El propionato entra como intermediario en el ciclo de
Krebs para ser convertido finalmente en oxalacetato y posteriormente dar lugar a la
gluconeogénesis.

La gluconeogénesis ocurre en el hígado de los rumiantes, donde se destina entre un 90 a un 100%


del propionato para la síntesis de glucosa (Dijkstra, 2005).
Fuente: Bender y Mayes, 2010

Butirato: La mayor parte del butirato es utilizado como fuente de energía del epitelio ruminal, en
donde ocurre cetogénesis (formación de cuerpos cetónicos). El 15% que no es utilizado en el
rumen, llega al hígado donde se convierte en butiril CoA y posteriormente a cuerpos cetónicos
(Betahidroxibutirato, acetoacetato y acetona) o acetil CoA. (Pabón, 2004)

4. Si la vaca produce 30 litros de leche ¿Qué cantidad de precursores de glucosa se requieren


para producir esa leche?

Asumiendo una concentración de lactosa de 4,5% en la leche, entonces la lactosa excretada diaria
para el animal es de 1,35 kg, equivalente a 3,94 moles.

Teniendo en cuenta que para la producción de una lactosa se requiere una molécula de glucosa y
una de galactosa (isómero de la glucosa), se requieren de 2 moles de glucosa para la formación de
una mol de lactosa. Por tanto, el requerimiento diario de glucosa para la producción de leche es de
7,9 moles, equivalentes a 1,42 kg de glucosa (el rumiante además de necesitar glucosa para la
glándula mamaria requiere de glucosa para otros tejidos en el organismo, sin embargo, el balance
de glucosa se hará a nivel de glándula mamaria).

El principal compuesto gluconeogénico en rumiantes es el propionato, éste puede sintetizar entre


un 60 a un 75% de la glucosa requerida por el animal. Son necesarias dos moles de propionato
para producir una mol de glucosa por lo que el requerimiento diario de propionato para este
animal (si fuera la única fuente de glucosa) sería de 15,78 moles.

Una vez estimado el requerimiento de glucosa por la glándula mamaria, se realiza el balance
teniendo el aporte de cada una de las dietas:
  Dieta 1 Dieta 2
Producción propionato en rumen (mol/d) 33,0 19,1
Absorción ruminal y paso a vena porta (mol/d)* 24,8 14,3
Captación por el hígado (mol/d)** 19,8 12,9
Glucosa a partir de propionato (Mol/d)*** 8,9 6,4
Glucosa captada por glándula mamaria (mol/d)**** 6,2 4,5
Requerimiento de glucosa (mol/d) 7,9 7,9
Balance (mol de glucosa/d) -1,6 -3,4
Balance (gramos de glucosa/d) -295,8 -608,6
Gluconeogénesis por propionato 79,2% 57,2%
Gluconeogénesis por otros 20,8% 42,8%
*Absorción de propionato a vena porta del 50% al 75% según Kristensen et al 1998 (se tomó el
valor del 75% tanto para la dieta 1 como para la dieta 2.
** Captación por el hígado: Dieta 1: 80% según Pabón, 2004; dieta 2: 90% según Dijkstra et al,
2005
***Gluconeogénesis en el hígado: Dieta 1: el 90% del propionato es convertido a glucosa según
Dijkstra et al, 2005; Dieta 2: el 100% del propionato es convertido a glucosa según Gualdrón, 2018.
**** La glucosa captada por l glándula mamaria es del 70% según Aschenbach, 2010.

Como se había descrito anteriormente, la dieta 1 y la dieta 2 tienen una producción de propionato
de 33 y 19,1 moles por día, respectivamente.

Del total de las moles producidas un 75% llegan a la vena porta en ambas dietas, es decir, 24,8 y
14,3 mol, para la dieta 1 y l dieta 2, respectivamente.

El hígado es capaz de captar entre el 80% y el 90% (Pabón, 2004 y Dijkstra, 2005) del propionato
en la vena porta. Para la dieta 1 fue tomado el valor del 80%, dando como resultado un total de
19,8 moles de propionato en el hígado; para a dieta 2, teniendo en cuenta el balance negativo del
animal, fue tomado el valor del 90%, dando como resultado un valor de 12,9 mol de propionato.

Una vez en el hígado, la mayor parte del propionato se destina a gluconeogénesis, para la dieta 1
se asumió un valor del 90%, según lo descrito por Dijkstra, 2005 y para la dieta 2 un valor del 100%
según lo conversado con Gualdrón, 2018. Así, y convirtiendo las moles de propionato en moles de
glucosa, en el hígado hay un total de 6,2 y 4,5 moles de glucosa en las dietas 1 y 2,
respectivamente.

Del 100% de la glucosa del hígado, el 70% se utiliza en la glándula mamaria, por lo que llegan a
esta 6,2 y 4,5 moles de glucosa para las dietas 1 y 2, respectivamente.

Teniendo en cuenta el requerimiento de 7,9 moles de glucosa en glándula mamaria, hacen falta
respectivamente 1,6 moles y 3,4 moles de glucosa en las dietas 1 y 2 (equivalentes a 295 y 608,6
gramos).

Como la glucosa que se está excretando es constante, no puede haber un déficit de glucosa en el
organismo, por tal motivo ese balance negativo debe ser cubierto por otros precursores
gluconeogénicos. En el caso de la dieta 1, el propionato aporta el 79,2% de la glucosa requerida,
los demás precursores (aminoácidos, lactato, glicerol) deben aportar el 20,8% restante; para el
caso de la dieta 2, el propionato aporta el 57,2% de la glucosa requerida, por lo que otros
precursores gluconeogénicos deben aportar el 42,8% restante.

5. Basado en la producción de AGV´s ¿cuál de las dietas tendría un pH más bajo?

Teniendo en cuenta que la dieta 1 tiene una mayor producción de ácidos grasos volátiles, tendrá
un menor pH ruminal que la dieta 2. El tener una mayor proporción de almidones y una menor
proporción de pared celular, incrementa la digestibilidad de la dieta y por tanto la fermentación,
incrementando la producción de AGV y disminuyendo el pH ruminal. La cantidad de sustrato
fermentado en el rumen determinará la producción de pacidos grasos volátiles, así, dietas con
altos consumos de alimentos altamente digestibles (como el grano de maíz molido) resultan en
una mayor producción de AGV y una disminución del pH. Particularmente, los almidones y los
azúcares, que se fermentan más rápido que los carbohidratos estructurales, disminuyen el pH
ruminal con mayor rapidez (Callison et al, 2001).

Tal y como se mencionó en clase, la proporción molar de ácidos grasos cambia como respuesta al
pH ruminal. En la gráfica de Plascencia y Zinn, 2014, se puede observar como las dietas que
disminuyen el pH ruminal disminuyen la proporción molar de ácido acético, aumentando la
proporción molar de ácido propiónico. Al revisar las proporciones molares de las dietas
encontramos que la dieta 1, tiene una mayor proporción molar de propionato y menor proporción
molar de acetato que la dieta 2, lo que podría indicar una mayor reducción del pH ruminal en esta
dieta.

Fuente: Adaptado de Plascencia y Zinn, 2014

6. Si se suplementan 700 gramos de aceite de maíz ¿qué pasaría con este aceite en el rumen?
¿qué impacto tendría sobre el aporte de energía neta y sobre la producción y composición
de la leche?

En el rumen las grasas son consideradas inertes para los microorganismos, es decir no son
metabolizadas por ellos y por tanto no generan energía para el crecimiento microbial. Lo que si
ocurre es una hidrogenación de aquellos ácidos grasos que son insaturados.
Para conocer los efectos que pueda tener cualquier tipo de aceite sobre el rumen se debe conocer
su perfil de ácidos grasos. El acetite de maíz tiene el siguiente perfil de ácidos grasos en su
composición:

18:2
Ácido 14:1 16: 16:1 18:1 18:3 18:3
12:0 14:0 18:0 c9 Otros
Graso c9 0 c9 c9 c6 c9 c12 c9 c12 c15
c12
% 0 0,13 0,03 11,8 0,03 5,18 20,66 53,99 0,26 5,51 2,41
Fuente: Parales, 2015

Como se observa en la tabla, el perfil de ácidos grasos del aceite de maíz muestra una mayor
proporción de ácidos grasos insaturados (aproximadamente 80%) que de ácidos grasos saturados.
Este perfil de ácidos grasos se convierte en un problema debido a que se ha demostrado que los
ácidos grasos insaturados son tóxicos para la flora ruminal (Maia, 2010). Se presenta una ligera
ventaja en el perfil, debido que se ha postulado que hay mayor toxicidad del ácido graso C18:3 que
del C18:2 (Maia, 2010), este último es mayoritario en el perfil del aceite de maíz. La
biohidrogenación de aceites ricos en ácido linoleico (C18:2), como el aceite de maíz, producen una
mayor concentración de ácidos grasos volátiles que los aceites ricos en ácido linolénico (C18:3)
(Parales, 2016).

Algunos de los efectos de incluir aceites en la dieta de los rumiantes son: reducción de la
digestibilidad (lo cual disminuye la proporción acetato: propionato del rumen) (Schroeder et al,
2004), cambios en las rutas de fermentación, efectos tóxicos para los microorganismos,
biohidrogenación y reducción del consumo voluntario (Parales, 2016). Sin embargo, en animales
en pastoreo no se han evidenciado problemas relacionados con cambios en la digestibilidad de la
dieta o en el consumo voluntario con inclusiones inferiores a 1 kilogramo de grasas al día
(Schroeder, 2004 y Parales, 2016).

La biohidrogenación ruminal es un proceso por el que algunas poblaciones de microorganismos


ruminales incluyen hidrogeniones a los ácidos grasos insaturados, eliminando dicha insaturación.
La biohidrogenación, contribuye a la reducción de un 1 a un 2% de los H+ libres en el rumen
(Pabón 2004) y se ha propuesto como una estrategia de la reducción de la toxicidad de los ácidos
grasos poliinsaturados (Maia, 2010).

Por otro lado, se debe tener en cuenta la inclusión de la dieta de este recurso, al ser de 700
gramos al día, se habla de tan sólo un 3% del total de la dieta, este valor es importante debido a
que la toxicidad de un compuesto varía en función de su concentración en la dieta (Parales, 2015).
Si se tiene en cuenta que en los forrajes los ácidos grasos son mayoritariamente poliinsaturados y
que las dietas propuestas tienen sustitución de forraje por concentrado, podría concluirse que la
dosis de ácidos grasos poliinsaturados no representa peligro para los microorganismos ruminales.

A nivel ruminal, se ha propuesto que la proporción molar no difiere cuando se utilizan aceites
como parte de la suplementación, sin embargo, si hay una reducción en la cantidad total de AGV
producidos y un incremento del pH, sin afectar la producción de metano producido (aunque si se
reduce si se mide como la cantidad de metano producido por moles totales de AGV) (Parales,
2016).
Además de presentarse la biohidrogenación ruminal, algunos de los ácidos grasos libres que llegan
al rumen pueden ser utilizados por los microorganismos, no para realizar la B-oxidación, ya que no
hay oxígeno disponible, pero si para involucrarlos en sus membranas celulares, sin embargo, la
mayor parte de los ácidos grasos continúan su tránsito por el tracto digestivo hasta el intestino
donde son absorbidos (Pabón, 2004).

Desde el punto de vista energético, las dietas 1 y 2 aportan diariamente 36,5 y 34,2 Mcal de
energía neta de lactancia (EN L). Si se llegase a aportar 700 gramos de aceite de maíz al día, este
aporte aumentaría a 39,6 y 37,2 Mcal diarias. Es decir, un aporte adicional de aproximadamente
3,1 Mcal diarias por animal. Si se tiene en cuenta que la energía necesaria para producir un
kilogramo de leche varía entre 0,7 a 0,75 Mcal de EN L, entonces la inclusión de esta materia prima
podría producir entre 4,1 a 4,4 kilogramos de leche adicional. Esto desde el punto de vista
energético, pues si hay una restricción proteica no será posible alcanzar este aumento en la
producción.

Parales en el año 2015, realizó una suplementación con aceite de maíz a razón de 700 gramos por
día, este autor encontró un aumento en la producción de leche de 2,2 litros de leche adicionales.

Fuente: Parales, 2015.

Otros autores encuentran respuestas en producción de leche entre un 2,5 a un 5% superiores


respecto a grupos control que no consumen grasa, cuando se suplementan 700 gramos de grasa
por vaca al día en la ración.
Fuente: Schroeder et al, 2004 (puntos negros indican lactancias tempranas y cuadros blancos
corresponden a lactancias medias).

Si tomáramos en cuenta la producción de 30 litros como tratamiento control, se podría decir que
la suplementación con 700 gramos de lípidos podría aumentar entre 0,75 litros a 1,5 litros
adicionales.

Uno de los aspectos positivos de la suplementación con grasas en la dieta, es la modificación de la


concentración de grasa en la leche. Tanto Parales en el 2015 como Schroeder en el 2004 muestran
un aumento en la concentración de grasa en la leche con una suplementación de 700 gramos de
aceite por vaca al día.

Algo favorable del aumento del porcentaje de la grasa es que también se incrementan las
concentraciones de ácidos grasos insaturados en el perfil de la leche, aumentando la cantidad de
CLA si se compara con animales que consumen la misma dieta sin la inclusión del aceite (Parales,
2016).

Fuente: Parales, 2015.

En este trabajo, el aumento en la concentración de grasa fue de 0,25 puntos porcentuales


respecto al control pasando de 3,15 a 3,4%. Este aumento en la concentración y en la producción
de leche, llevó a una mayor excreción de grasa al día por parte del animal (pasando de 0,67 kg a
0,8 kg diarios).

Fuente: Schroeder et al, 2004.


Los mismos resultados son encontrados por Schroeder et al, en donde una suplementación con
700 gramos de aceite incrementa la grasa de la leche en un 5% si se compara con el control (si se
toma un valor de referencia de 3,5% de grasa, significa que incrementaría su concentración hasta
un valor de 3,7%). Este aumento en la concentración y la producción de leche también tiene como
consecuencia una mayor excreción de grasa diaria, siendo entre un 5 a un 14% superior cuando se
compara a un grupo control.

En este trabajo hay que realizar una salvedad y es que Schroeder et al argumentan que las grasas
que son insaturadas (triángulos blancos en la gráfica) no tienen un efecto positivo sobre la
concentración de grasa de la leche, sino un efecto supresor.

Mi trabajo de tesis muestra que la suplementación de 280 gramos de aceite de palma al día tuvo
como consecuencia un aumento en la concentración de grasa en leche de 0,5% en promedio,
pasando de leches de 3,5% de grasa a leches del 4% en grasa.

Estos resultados mostrarían que, al incrementar la suplementación con aceites en la dieta, darían
como resultado una mayor cantidad de ácidos grasos libres que pueden llegar a la glándula
mamaria y ser excretados en la leche por parte del animal.

Fuente: Martínez et al, 2010

Otro de los aspectos que se debe tener en cuenta cuando sean suplementados esos 700 gramos
de aceite, es el porcentaje total de extracto etéreo en la dieta. Con esa inclusión y con los valores
de 5% de EE en la dieta inicial, se puede concluir que la dieta alcanzaría aproximadamente un 8%
de lípidos en total. Algunos autores recomiendan no exceder del 5% del total de la dieta, sin
embargo, Parales, encuentra que en pastoreo este valor puede ser incrementado sin tener
depresiones en el consumo de materia seca del animal.

7. ¿Cuál sería la cantidad de proteína microbial producida ¿cuál la de proteína metabolizable?


Se realizó la estimación de proteína microbial a través del modelo de TDN, por lo que se debe
estimar el TDN de cada una de las dietas propuestas. Debido a que los nutrientes digestibles
provenientes de lípidos no son fuente de energía para los microorganismos ruminales, no se
tienen en cuenta estos nutrientes digestibles en la sumatoria total. Se tuvieron en cuenta las
digestibilidades del almidón (80%), de los carbohidratos no estructurales (100%), del FDN (50%) y
de la fracción proteica que es degradable en rumen (80%).

TDN (corregido por grasa) dieta 1: (30*0,8) + (5*1) + (35*0,5) + (17*0,8) = 60,1%
TDN (corregido por grasa) dieta 2: (10*0,8) + (10*1) + (50*0,5) + (15*0,8) = 55%

Teniendo en cuenta que por cada kilogramo de TDN disponible para los microorganismos se
producen entre 120 y 130 gramos de proteína cruda microbial se obtiene:

  Dieta 1 Dieta 2
TDN de la dieta (kg/kg MS) 0,601 0,55
TDN consumidos (Kg/vaca/d) 13,222 12,1
g PC microbial 130/Kg TDN 130 130
PC microbial (g/d) 1718,86 1573
P Verdadera (g/kg) 0,8 0,8
P absorbida (g/kg) 0,8 0,8
PM microbial (g/d) 1100,1 1006,7

La producción de proteína cruda microbial es de 1718,8 y 1573 gramos por día para la dieta 1 y
para la dieta 2 respectivamente. Sin embargo, la proteína cruda microbial proveniente de los
microorganismos debe ser multiplicada por un factor de 0,64 debido a que la proteína verdadera
es del 80% (el 20% restante corresponde a ácidos nucleicos) y adicionalmente sólo el 80% de ésta
es absorbida (NRC, 2001). Al calcular la proteína metabolizable proveniente de microorganismos
ruminales se obtienen 1100 gramos y 1006 gramos en las dietas 1 y 2 respectivamente.

Para estimar la proteína metabolizable total, se debe conocer la cantidad de proteína pasante que
es absorbida por el rumiante.

Como en ambos casos la proteína pasante equivale al 20% del total de la proteína, entonces:

Dieta 1 Dieta 2
Consumo (kg MS/d) 22 22
PC (%) 17% 15%
Proteína pasante (%) 20% 20%
Proteína pasante (g/d) 748 660
Degradabilidad de la proteína pasante (%) 80% 80%
Proteína pasante metabolizable (g/d) 598,4 528

Sumando la fracción de proteína metabolizable microbial y la proteína metabolizable pasante, se


obtiene la proteína metabolizable total, que para el caso de la dieta 1 es 1698,4 g/d y para el caso
de la dieta 2 es de 1534,72 g/d.
Teniendo en cuenta que la proteína pasante es únicamente el 20% (considerado como un
porcentaje de proteína pasante bajo) es de esperarse que la mayor proporción de la proteína
metabolizable sea proveniente de los microorganismos ruminales, en la dieta 1, aporta el 65% de
la proteína metabolizable total; en la dieta 2, la proteína microbial aporta el 64% de la proteína
metabolizable.

Ambas dietas suplen la proteína metabolizable requerida por el animal (si la concentración de
proteína de la leche es de 3.0%). Pues el requerimiento de mantenimiento es de 261,2 gramos de
proteína metabolizable y para lactancia es de 1221,3 g/d, para un total de 1482,5 g/d (este animal
no está ganando peso, ni tiene requerimientos de gestación) (AFRC, 1993).

En caso de que la calidad de la leche aumente de 3,0 a 3,3% (proteína cruda), el requerimiento de
proteína metabolizable aumenta a 1604,6 g/d (AFRC, 1993) y en este caso, solo la dieta 1 aportaría
suficiente proteína para soportar la producción del animal, pues la dieta 2 quedaría en un balance
negativo, disminuyendo la producción de leche casi en dos litros.

Dieta 1 Dieta 2
Aporte PM (g/d) 1698,4 1534,7
Requerimiento PM (leche 3% PC) (g/d) 1482 1482
Requerimiento PM (leche 3,3% PC) (g/d) 1604 1604
Balance (leche 3%PC) 8g/d) 216,4 52,7
Balance (leche 3,3%PC) (g/d) 94,4 -69,3
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