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Informacion - Prision P. para Concursos
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Casación 631-2015,
Arequipa; 3. Sentencia del Tribunal Constitucional 0349-2017-PHC,
Amazonas; 4. Sentencia plenaria casatoria 1-2017/CIJ-433; 5.
Expediente 350-2015-13. Sala Penal de Apelaciones; 6. Acuerdo Plenario
extraordinario 1-2017/CIJ; 7. Casación 147-2016, Lima; 8. Expediente
091-2014-95-5001-JR-PE-OJ; 9. Casación 1021-2016, San Martín; 10.
Casación 391-2011, Piura; 11. Decreto Legislativo 1307; 12. Acuerdo 2-
2017-SPS-CSJLL; 13. Casación 778-2015, Puno; 14. Casación 216-
2016, Santa; 15. Sentencia del TC 502-2018-HC; 17. Sentencia del TC
03223-2014-PHC; 18. Resolución Administrativa 325-2011-PJ.
Ahora bien, además de los requisitos prescritos en el artículo 268 del Código
Procesal Penal, la Casación 626-2013, Moquegua; en su considerando
vigésimo segundo[1], desarrolla dos requisitos materiales adicionales para
requerir la imposición de una medida coercitiva de esta naturaleza; esto es,
motivar en su requerimiento escrito y también en su sustentación oral en
audiencia, la proporcionalidad de la medida y el tiempo de duración de la
misma. En ese sentido, el Ministerio Público debe de fundamentar por qué la
medida que pretende se le imponga al imputado es idónea, necesaria y
proporcional en el sentido estricto. Y debe de precisar además, por qué las
otras medidas coercitivas personales alternativas a la prisión preventiva no
lo son o por qué no pueden ser aplicadas.
Cabe señalar que estas exigencias no son recientes, pues nuestro Código
Procesal Penal y la Constitución Política del Estado ya consagran el deber
de motivación de resoluciones judiciales y requerimientos fiscales, como
principio a aplicarse en todo proceso.
Dentro de los criterios que el juez debe tener en cuenta para determinar el
peligro de fuga están aquellos vinculados a la situación personal, familiar y
económica del imputado, conocido como “arraigo” -que tiene esencialmente
un carácter objetivo, y ni puede afirmarse con criterios abstractos, sino debe
analizarse conforme al caso concreto- (articulo 269º CPP). El arraigo debe
ser entendido como el establecimiento de una persona en un lugar por su
vinculación con otras personas o cosas. El arraigo tiene tres
dimensiones: 1) la posesión, 2) el arraigo familiar y 3) el arraigo laboral. El
primero se refiere a la existencia de un domicilio conocido o de bienes
propios situados dentro del ámbito de alcance de la justicia. El segundo se
circunscribe al lugar de residencia de aquellas personas que tienen lazos
familiares con el imputado. El tercero se expresa en la capacidad de
subsistencia del imputado, que debe provenir de un trabajo desarrollado en
el país. Todo ello, visto en su conjunto, acreditaría el establecimiento de una
persona en un determinado lugar. Es claro que estas circunstancias de
arraigo, de presentarse, desincentivan la fuga del imputado.
Otros criterios relevantes del riesgo de fuga, que no cabe presumirlo, están
en relación a la moralidad del imputado, las acusaciones personales y del
caso. Éste carece de antecedentes, no huyo al iniciarse las diligencias
preliminares (…) y someterse al procedimiento de investigación. La pena
podría ser relevante, pero si no constan elementos de convicción respecto
del peligrosismo procesal, no es posible dictar automáticamente una
medida de coerción persona de prisión preventiva.
Esta exigencia probatoria, sin duda será superior que la prevista para el
inicio de actuaciones penales pero inferior al estándar de la prueba
establecido para la condena: descarte de duda razonable. No se exige por
ello, prueba plena de la autoría ni una definitiva calificación jurídica de la
conducta, sino únicamente la existencia de indicios o elementos de
convicción fundados y graves de la comisión de una actividad delictiva y de
los demás presupuestos de punibilidad y perseguibilidad y a partir de ellos
de su responsabilidad penal.
Presupuestos materiales
Presupuesto formales
8. Expediente 0091-2014-95-5001-JR-PE-OJ
El plazo de prisión preventiva debe servir para agotar todas las etapas del
proceso, basado en el hecho de que al requerirse su imposición, la Fiscalía
ya cuenta con fundados y graves elementos de convicción para estimar
razonablemente la comisión de un delito que vinculen al imputado como
autor o partícipe del mismo, pues de otro modo no seria amparable; en ese
sentido el límite temporal que se fija para agotar todas las etapas del
proceso, es el plazo ordinario de prisión preventiva contemplado en el
artículo 272 del Código Procesal Penal, según sea, simple o complejo; y la
posibilidad de que los actos de investigación hagan surgir nuevos hechos,
delaten a otros autores o participes, demanden nueva actuación probatoria y
otros que son propios de la actividad investigadora, tales eventualidades
deben ser afrontadas deben ser afrontadas cuidadosamente para no causar
una afectación del derecho de libertad más allá de lo estrictamente
necesario y atentos a un examen de necesidad antes de insistir en la
prolongación de la prisión preventiva, evaluar el uso de mecanismos
alternativos previstos en la ley, la desacumulación contemplada en el
artículo 51 del Código Procesal Penal, instituida precisamente para
simplificar el proceso y decidir con prontitud, de modo que la recurrencia a
la prolongación se limita estrictamente a casos excepcionales.
a) Para los procesos comunes hasta por nueve (9) meses adicionales.
b) Para los procesos complejos hasta dieciocho (18) meses adicionales.
c) Para los procesos de criminalidad organizada hasta doce (12) meses
adicionales.
Se debe apuntar que la norma aplicable –inciso 5 del articulo 274 del CPP–
no señala textual ni implícitamente que dicha prolongación deba ser
solicitada por el Ministerio Público. Solo se limita a señalar que es una
facultad –potestad del juez– cuando se dicto una sentencia condenatoria y
esta es recurrida.
La citada norma nos permite interpretar de manera mas certera que es una
potestad autónoma del juez que emite la sentencia condenatoria dictar o
prolongar una prisión preventiva mientras se resuelva el recurso interpuesto.
Es decir, el juez no necesita ser instado por el Ministerio Público para
precisar la imposición de una prisión preventiva o su prolongación al
encontrase frente a una sentencia condenatoria.
Ahora, corresponde dilucidar que sucede con el tiempo que transcurrió entre
la emisión de la sentencia condenatoria y la resolución que declara su
nulidad. Así, es necesario considerar que para la aplicación del inciso 5 del
artículo 274 del CPP, que regula un supuesto de prolongación de prisión
preventiva, presupone, necesariamente la existencia previa de una prisión
preventiva. En ese sentido, el tiempo de prolongación que dictamine el juez
empezará a computarse una vez cumplido el periodo de prisión preventiva
que se venía cumpliendo.