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A lo largo de la historia ha existido en el hombre un afán por preservar los vestigios de sus
antepasados. Por el contrario, las guerras, el vandalismo o simplemente los cambios de modas y
gustos de cada época han hecho que gran parte de éstos no hayan llegado a nuestros días o en el
mejor de los casos lo hayan hecho en un estado deplorable.
El concepto de la conservación de las obras de arte se desarrolla en el s. XIX cuando la física,
la química y las ciencias naturales permiten el conocimiento de los materiales constitutivos y las
causas de deterioro, punto de origen de los criterios científicos que se aplican a la restauración.
Hoy en día hay una conciencia, quizás a veces excesiva, de conservarlo todo; hasta tal punto
que se preservan objetos u obras que carecen de algún valor artístico o histórico, sólo por el hecho de
ser antiguos.
Sin embargo, en contraposición de los conservadores, circula otra corriente; los no
conservadores. Defienden la postura de la muerte de la obra de arte como algo vivo que es. Todos los
objetos materiales tienen una vida y han sido hechos para una determinada función o para ser
ubicadas en una localización. Si estas obras sufren daños significativos, no deben repararse. Por
ello, siempre se deben efectuar reproducciones, sobre todo de las piezas más valiosas. Pero ¿qué
hacer?; ¿cambiar el original por la reproducción y preservarlo en un museo, o actuar al contrario?. La
polémica sigue abierta.
Tras estas consideraciones, vamos a ver los conceptos que centran el tema: conservación y
restauración. Definición.
Ambos implican una actuación directa sobre la materia a tratar. Decimos materia porque el
mundo de la restauración y conservación abarca un campo muy amplio de intervención: el área de las
obras de arte, el área de las mal llamadas artes menores y el área de la arqueología. Esto implica la
existencia de diferentes especialidades.
La conservación es un concepto moderno nacido a la sombra de los avances de las ciencias
experimentales, aplicados con este fin a los bienes culturales. Filológicamente, la palabra contiene
una idea estática: conservar es paralizar, detener los procesos de envejecimiento natural o de
deterioro de la materia, y puede aplicarse a cualquier obra o monumento que tenga un significado
histórico o estético.
La restauración tiene un sentido distinto: significa devolver a la obra, en la medida de lo
posible, su significado documental y espiritual o ambos al mismo tiempo. La palabra en sí implica una
reactivación de algo que se ha ido escapando en el transcurso del tiempo.
En las últimas convenciones internacionales (carta de 1987) se ha intentado concretar los
términos relacionados con este tema. Así, la conservación queda definida como el conjunto de
actuaciones de prevención y salvaguardia referidas asegurar una duración pretendidamente
ilimitada a la configuración material del objeto.
Por otro lado la restauración queda definida como cualquier intervención que,
respetando los principios de la conservación, y sobre la base de todo tipo de indagaciones
cognoscitivas previas, se dirija a restituir al objeto, en los límites de lo posible, la relativa
legibilidad y, donde sea posible, el uso.
El conservador y el restaurador.
Las figuras del conservador y del restaurador, al igual que ocurre con las materias que tratan,
no siempre van unidas. El conservador puede ser restaurador o no serIo; mientras que el
restaurador siempre es conservador. De todas maneras, ambas se encuentran íntimamente
relacionadas.
El conservador de obras de arte puede abarcar funciones muy diversas. Así nos encontramos
con dos tipos:
* El conservador que interviene directamente sobre la obra de arte es, por lo general, también
restaurador. Suelen ser licenciados en Bellas Artes (con su correspondiente especialidad) o
diplomados por escuelas privadas.
* El conservador que interviene indirectamente en la obra de arte. Esta figura se encuentra en los
museos. Aunque el único requisito que exigen para ocupar estas plazas es la de tener una
licenciatura, suelen ser historiadores del arte. Su función consiste en procurar que las obras
tengan unas condiciones físicas y ambientales óptimas para su conservación. Intervienen tanto
en salas de exposiciones como en las salas de depósito. Existe una ciencia que se encarga
directamente de todas estas cuestiones: la museografía.
El restaurador de obras de arte siempre interviene directamente sobre la materia. Su función
primordial, además de un tratamiento de conservación, es la de devolver, en la medida de lo posible,
el aspecto original a la obra. Para ello tiene que realizar una serie de intervenciones que analizaremos
en otro apartado. Son licenciados en Bellas Artes o diplomados por escuelas privadas. Es una
profesión que ha estado muy desprestigiada por las malas intervenciones que han hecho manos no
especializadas.
Dentro del mundo de la restauración existen numerosas especialidades. Por lo general
cada restaurador posee una especialidad, aunque a veces abarca varias que se relacionan entre sí:
por ejemplo la pintura de caballete y la talla polícroma. Las especialidades que se organizan como
tales son:
* Pintura: de caballete a pintura mural
* Escultura: desde tallas de madera a soportes metálicos y pétreos.
* Papel: pergaminos, códices, grabados, litografías.
* Arqueología: vidrio, cerámica, hueso, marfiles
El restaurador llega a especializarse dentro de una materia determinada, por ejemplo en
pintura mural, en vidrios, en azulejería, etc.
INTRODUCCIÓN
Desde que el hombre se manifiesta a través de la expresión artística existe una
intención de conservar los testimonios del pasado. Prueba de ello son los hallazgos en
yacimientos prehistóricos de objetos pertenecientes a periodos anteriores.
Sin embargo, no siempre se ha actuado de forma respetuosa hacia la autenticidad y
veracidad documental y artística de tales testimonios, principalmente porque hace relativamente poco
tiempo se ha empezado a asumir estas premisas corno fundamentales en una intervención.
Al hacer un breve recorrido por las distintas épocas, se pone de manifiesto las diferentes
ideas que se han tenido sobre el concepto de restauración, Unas veces porque se ha considerado
la obra como mero objeto funcional expuesto a nuevas adaptaciones; otras porque los testimonios del
pasado no ofrecían interés, o porque el restaurador estimaba su trabajo más importante que el del
propio autor, o bien se desconocían los medios técnicos de regeneración, etc. No siempre ha habido
una conciencia clara del valor cultural de las manifestaciones artísticas. Como veremos, la
arbitrariedad en las intervenciones es una constante hasta el siglo XVIII.
A partir del siglo XVIII se puede hablar de inicio científico de la restauración. En el siglo
XIX, sin embargo, aparece una tendencia excesivamente científica que actúa muchas veces de forma
arbitraria al aplicar soluciones puramente técnicas a problemas de naturaleza estética. La solución se
equilibra cuando, ya en este siglo, los criterios artísticos y científicos se ponen, de forma coordinada,
al servicio de las obras de arte.
La conservación es un concepto moderno que nace a la sombra de los avances de las
ciencias experimentales, aplicadas con este fin a los bienes culturales. Para ello ha sido necesario que
dos mundos, aparentemente alejados entre sí, como son la ciencia experimental y la manifestación
artística, evolucionaran cada uno en su ámbito, para finalmente confluir en ese campo de cooperación
común que es la restauración.
Ello ha sido posible gracias a que desde el ámbito artístico se considera el patrimonio
cultural como bien comunitario que hay que proteger en sí mismo. Pero esta mentalidad no se
hubiese podido desarrollar y poner en práctica si no se hubiera producido los avances técnicos y
científicos necesarios. Así, al amparo de la ciencia, las manifestaciones artísticas de todo tipo pueden
perdurar en el tiempo y se puede luchar contra los posibles factores de deterioro.
ANTIGÜEDAD
Se encuentran atisbos de lo que hoy se entiende por conservación. Plinio (Naturalis historia
XXXV, 15 y 182) señala que impedía la formación de pátina de oxidación mediante el
embadurnamiento de las estatuas de bronce con betún.
Los comienzos de la restauración están estrechamente ligados al coleccionismo. La posesión
de objetos de alto valor artístico y estético constituía para los romanos un claro signo de poder y alto
nivel social. Roma saquea a los pueblos conquistados. Traslada las obras con afán coleccionista,
incluso copia aquellas en pésimo estado. Adriano reconstruye monumentos saqueados en anteriores
campañas. Según Esparciano, su biógrafo, llega a restaurar una serie importante de monumentos
(santuario de Apolo en Delfos o el Panteón), identificándose sus obras merced a una marca en los
ladrillos que se usaron. En época de Constantino aparecen reglamentaciones para inventariar los
tesoros artísticos, llegándose a crear el cargo de Curator Stauam.
RENACIMIENTO
Por un lado, interés en la restauración, defensa y conservación de las antigüedades clásicas,
dando lugar a la formación de museos, academias y galerías. Negocio y especulación con las
antigüedades. Por otro, el desprecio por lo románico y lo gótico lleva a la supresión y readaptación de
numerosas obras, hacia una idealización de las formas clásicas.
Se restituyen los valores estéticos, pero no se consideran aún a la obra como potencial
documento histórico.
La restauración sigue encomendándose a artesanos; a veces a grandes artistas (encargo de
Lorenzo de Médici a Andrea Verrochio).
La falsificación sigue siendo práctica corriente: reutilización de diferentes piezas para formar
una unidad, disimulándose las uniones mediante pátinas.
Gran florecimiento de las ciencias y las artes. Creación de museos y academias de Bellas
Artes. Importancia al genio artístico. Comienza a conservarse los bocetos como documentos y huella
del proceso de creación.
Evolución hacia una distinción entre el valor artístico y el valor histórico de la obra de arte.
CLASICISMO Y MANIERISMO
Deseo de los escultores y pintores de interpretar las zonas perdidas (restauraciones creativas)
y la voluntad de imitar a los antiguos sobre sus obras (adiciones invisibles) y constancia de su mano
creadora.
Se restaura el David de Miguel Ángel (1527). El Laoconte es descubierto en 1506,
realizándose las primeras operaciones de reconstrucción por Lusovino. Los frescos de la Capilla
Sixtina (1566-1572) son tratados por Doménico Carnevale, cerrando grietas y retocando escenas.
SIGLO XVII
Grandes intervenciones en las obras consideradas antiguas, con el deseo de barroquizarlas,
principalmente en la escultura religiosa o de imaginaría. Buen ejemplo en Sevilla donde los artistas
procuraron dejar constancia de sus propias recreaciones, mutilaciones, añadidos y diversas
intervenciones, con la intención de mejorar, corregir, adaptar a los nuevos usos o gustos de la época,
o engrandecer, destituyéndolas de su primitivo estado y carácter original. Se eliminan tallas de los
cabellos y se añaden pelucas; se vacían ojos y se sustituyen por otros de cristal; se eliminan zonas
talladas de ropajes para poder vestir las esculturas con ricas telas...
SIGLO XVIII
Acontecimientos importantes para la historia de la restauración. Descubrimientos de Pompeya
y Herculano. Interés internacional por la Arqueología. Advenimiento de la arqueología científica. Gran
SIGLO XIX
Grandes adelantos en la industria y tecnología. Aparición de gamas de colores sintéticos
industriales. La obra de arte baja en calidad técnica, incidiendo negativamente en la conservación de
la misma.
En el campo de la restauración monumental se revalorizan los edificios antiguos, según los
nuevos conceptos de anastilosis y de reintegraciones.
Preocupación estatal por salvaguardar los vestigios del pasado. Algunos países crean
organismos con esta función. España, 1803: Real Cédula que contiene la primera disposición
regulando la protección del Patrimonio Artístico, de manera orgánica. Se hace referencia a un
Inventario. Se enumeran los bienes inmuebles y muebles que deben considerarse como
antigüedades, contemplándose también los elementos decorativos. 1844: creación de las Comisiones
provinciales de Monumentos. 1867: Museo Arqueológico Nacional (Real Dec. De Isabel II).
Italia restaura el Coliseo, el Arco de Tito y el Arco de Constantino; Grecia restaura el Partenón
e inicia la construcción del Museo Arqueológico Nacional. Sin embargo, se halla desprotegida por una
legislación adecuada y pierde los frisos del Partenón, vendidos en 1816 por Lord Elgin al British
Museum.
Comienzan a manifestarse las primeras teorías y criterios. Figuras representativas:
PROSPER MERIMEÉ: protesta contra los añadidos y falsos históricos. Entiende por
restauración la conservación de las partes que subyacen, aunque admite los falsos estilísticos,
aconsejando la reproducción de las partes que existieron o las que fueron proyectadas aunque no
llegaran nunca a ejecutarse.
EUGÉNE VIOLLET-LE-DUC: Arquitecto y crítico de arte, restaura importantes edificios góticos
franceses (Notre Dame, Catedral de.Amiens, Castillo de Pierreefons,...). Su criterio: reconstrucción
basada en la unidad estilística de la obra. Declara: "restaurar un edificio no es conservarlo, sino
restablecerlo en un estado completo que podría no haber tenido jamás". Considera que debe reunirse
toda la documentación existente antes de la intervención, principio que en la actualidad sigue siendo
respetado y recomendado. Sus teorías fueron tan bien acogidas por los españoles e italianos que
incluso se llegó a demoler la torre de San Marcos para volver a reconstruirla "correctamente".
JOHN RUSKIN: Se opone a cualquier refacción o añadido, aconsejando la conservación de la
obra en estado ruinoso (postura romántica). Defiende que nadie tiene derecho a tocar los
SIGLO XX
Adaptación a una nueva concepción del universo. Espíritu analista que observa las cosas
desde la experimentación.
Mediante los medios de comunicación social asistimos a un fenómeno de "mundialización", de
uniformidad en los sistemas de vida. Sin embargo, los pueblos reivindican su especificidad cultural. Se
crean políticas culturales internacionales, estatales, regionales y locales.
Nacen teorías, investigaciones, discusión y revisión de criterios y campañas a favor de la
conservación de los legados culturales de la humanidad. El estado asume la responsabilidad de
estas acciones de conservación, mediante decretos y leyes destinados a la creación de medidas de
protección legal del patrimonio. Creación de comisiones, patronatos, plazas de delegados,
conservadores y restauradores.
CRONOLOGÍA DEL SIGLO XX
1901: España. Creación plaza de restaurador de museos arqueológicos.
1911: España. Ley que regula el Patrimonio Artístico NacionaI. Las excavaciones arqueológicas, y la
conservación de ruinas y antigüedades. Definición de antigüedades y medidas de protección.
1916: España. Reglamento del museo de Arte Moderno. Definición de las funciones del conservador
restaurador de pintura (al que corresponde el cargo de Subdirector); las de conservador
restaurador de escultura, y otros como forrador-restaurador, restaurador-dorador y ayudante
retocador.
1917: España. En el código de derecho canónigo se define el término Bienes Eclesiásticos y estipula
las medidas de protección.
1918: España. Se crea el reglamento de las comisiones provinciales de monumentos históricos y
artísticos.
1920: creación del concepto "Patrimonio internacional". Se asume el concepto de bien cultural.
1922: Inglaterra. British Musemn: creación de un laboratorio experimental sobre los deterioros sufridos
en obras de arte protegidas en los túneles del metro durante la I Guerra Mundial.
1923: España. Por Real Dec. Se prohíbe a la iglesia la enajenación de los bienes eclesiásticos.
BIBLIOGRAFÍA
Almitrano Bruno, R. Evolución y desarrollo de los criterios de restauración. De la Antigüedad al
panorama actual. Revista arqueológica, año VL n° 47, marzo 1985.
Acción cultural de los Organismos Internacionales Europeos. Ministerio de Cultura. Secretaria General
Técnica. Colección Cultura y Comunicación. 1979
Brandi, C. Teorla de/ Restauro. Alianza. Madrid. 1977
Díaz Martos, A. Restauración y conservación del arte pictórico. Madrid, 1977.
CURSOS DE FORMACIÓN PARA PROFESORADO M. Algeciras
71 CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN 13
Díaz Martos, A. La ciencia y la técnica al servicio del arte. Revista Expociencia. Andalucía 1986.
Este tema han sido realizados durante años por varias personas en distintas fases de retoque y perfeccionamiento.
Son frutos pues de un esfuerzo colectivo de opositores pasados para opositores futuros. A ellos debemos nuestro
agradecimiento por su ayuda.