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Instituto IACC

15-10-2018
Desarrollo

MARGARINAS

Caracterizació Contenido Precio de


Fabricante o n neto adquisición
Nº Marca
distribuidor
del Producto (g) ($)

Watts Alimentos baja en grasas


1 Belmont 500 918
SA saturadas

2 Bonella Coprona SA Light 500 1099

Normal 500 799


3 Dorina Coprona SA
Light 500 959

Normal 500 819


4 Leche Sur Nestlé Chile SA
Light 500 899

Sadia Chile SA Normal 500 749


5 Qualy (Industria
Brasileña) Light 500 999

Watts Alimentos normal clásica 500 1169


6 Superior Vida
SA Light 500 1029

Watts Alimentos Normal 500 908


7 Sureña
SA Light 500 948

Los locales de distribución de estos alimentos están en los grandes supermercados y

almacenes de barrio.

– Todas las margarinas estudiadas señalan en su rotulación que son livianas o reducidas en
calorías.

– En general, las diferencias encontradas entre los resultados analíticos y los declarados en
las etiquetas de los productos analizados no son significativos, desde el punto de vista del
aporte de energía.
– Solamente una margarina (Qualy) se puede considerar liviana y cuatro de ellas (Belmont,
Bonella, Dorina y Superior Vida) reducidas. En dos de las muestras (Leche
Sur y Sureña) la disminución de energía determinada por análisis no es
suficiente para que se consideren reducidas en calorías.
– Las margarinas que rotulan ser livianas y solamente son reducidas Bonella y Superior
Vida. La declaración es correcta en las muestras Belmont, Dorina y Qualy. Leche Sur y
Sureña se rotulan como reducidas y no les corresponde dicha calificación.

Según la percepción de los consumidores y la opinión de los expertos

– En los consumidores aparece una sensación de ignorancia no sólo respecto de los


productos mismos, sino respecto de las instituciones estatales o independientes que
autorizan, norman y fiscalizan la producción y venta de los productos alimenticios. No hay
conocimiento certero con respecto a diferencias esenciales de contenido nutricional entre
productos light, diet, livianos o bajos en calorías (Se cree que no hay diferencias, o que se
trata de denominaciones de marketing, no legales). Tampoco se sabe a ciencia cierta si es
que hay algún organismo que norme lo que se puede denominar diet, light, etc., o que lo
fiscalice. Luego, el público tiene la sensación de estar a merced de los nombres que las
empresas quieran dar a sus productos, e incluso de sus estrategias publicitarias (no
informativas).

–Los consumidores entrevistados en todos los grupos demandan mayor información sobre
estos productos, principalmente sobre sus “contra indicaciones” y sobre los efectos nocivos
que pudiesen tener a mediano y largo plazo. Esta información les parece más necesaria y
urgente que la que se refiere a las propiedades como calorías y grasa, asociadas al control
de peso. Si bien afirman no comprender por completo las tablas de información nutricional,
y considerarían positiva una campaña de información al respecto, aparece como más
urgente un buen nivel informativo sobre daños para la salud de los ingredientes “químicos”
asociados a estos productos.

–Con referencia a la denominación “light”, llama la atención la gran ambigüedad de


significados que suscita en el público. Básicamente, lo asocian a una denominación de
marketing, la menos seria y rigurosa de las analizadas (diet, liviano, bajo en calorías), lo
que aumenta la suspicacia con que la gente enfrenta estos productos.

– No se observaron diferencias por nivel socio económico; es decir, las percepciones y


actitudes de los grupos C2 no difirieron de las observadas en los grupos C1.
– Los profesionales o expertos concuerdan en que estas denominaciones no informan
adecuadamente a los consumidores respecto de sus características nutricionales. Realizan
juicios negativos en dos sentidos: primero porque impiden el conocimiento cabal de los
descriptores normados por el Reglamento Sanitario de Alimentos, atribuyéndose
características que no siempre poseen, imponiendo dificultades a la necesaria fiscalización.
El otro aspecto se refiere a la pérdida de confianza de los consumidores en que deviene esta
confusión. Dicho de otro modo, si no se sabe qué significa realmente la denominación, “se
generan falsas expectativas”, “se duda de lo que se vende”. En síntesis, lo califican como
“abuso de marketing”.

– Los expertos consultados señalan que la insuficiencia y la mala calidad de la información


puede redundar en diversos perjuicios para las personas que presentan enfermedades no
transmisibles asociadas a la alimentación. En un sentido, el abuso que de estos productos
hagan los consumidores inducidos por la creencia de que son “saludables” puede retrasar el
diagnóstico y el tratamiento de la obesidad. Este problema se contextualiza en grandes
esfuerzos de marketing que asimilan el consumo de ciertos productos a estilos de vida
saludable, no obstante, su consumo en sí mismo no lo garantizaría.

– De otra parte y con un mayor nivel de riesgo plantean la situación de las personas que
sufriendo de diabetes, se “sientan autorizados a consumir alimentos Diet suponiendo que
son dietéticos, en circunstancias que su consumo puede redundar en un mal manejo de la
enfermedad, sin causa aparente”. En el caso de la obesidad, según los especialistas, el
consumo desinformado de “alimentos pseudo saludables, puede aumentar el riesgo
coronario”. Ello sin desmedro de que, en caso de estar debidamente rotulados y descriptos
los alimentos para necesidades nutricionales especiales pueden ser de gran ayuda para la
prevención y tratamiento de algunas enfermedades.

– Los facultativos dejan constancia que, ante la falta de alternativas, es habitual que
considerando diferentes contextos de tratamiento “se prescriba el uso de alimentos con
ciertas características específicas, como leche descremada, jugos diet bien rotulados, aceite
de oliva o pepita de uva” o
“alimentos con fructosa, tales como mermeladas, jaleas, galletas”.

Resulta importante plantear a la autoridad sanitaria que el uso de descriptores nutricionales


de fantasía, sea asociado a uno o más de los descriptores definidos en el R.S.A.
– Conforme a lo observado en la experiencia internacional, resultaría importante se señalar
a la autoridad sanitaria la necesidad de establecer porcentajes o rangos de variación
admisibles para los valores rotulados por los fabricantes o importadores, en sus
declaraciones nutricionales (sean estas obligatorias o voluntarias).

– Los resultados observados ponen de manifiesto la necesidad que el SERNAC genere una
agenda de trabajo con actores sociales relevantes y otras entidades, para entregar
información, orientación y educación en los temas de consumo saludable y actitud de los
consumidores en relación con los productos diet, light y similares.

– El estudio permite señalar la necesidad de establecer una agenda de trabajo hacia a la


opinión pública, para posicionar el tema en un sentido estratégico, ya que se trata de una
materia compleja y de gran riqueza comunicacional.
Bibliografía

- Contenido Semana 7 Operación de redes social y recursos adicionales iacc 2018.

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