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EL DERECHO
LABORAL
EN LA JURISPRUDENCIA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Presentac n
Jorge Toyama Miyagusuku
EL DERECHO LABORAL EN LA JURISPRUDENCIA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Joel Rosas Alcántara
EL DERECHO
LABORAL
EN LA JURISPRUDENCIA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
DIÁLOGO
CON LA
JURISPRUDENCIA
EL DERECHO LABORAL EN LA
JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL
PRIMERA EDICIÓN
MARZO 2015
5,050 ejemplares
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822
ISBN: 978-612-311-232-5
DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivero
DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Gabriela Córdova Torres
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Presentación
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ABREVIATURAS
AA Acción de amparo
Cas. Casación
CADH Convención Americana sobre Derechos Humanos
CC Código Civil
CDH Comisión de Derechos Humanos
CIDH Corte Interamericana de Derechos Humanos
CSJ Corte Suprema de Justicia
DADDH Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre
DESC Derechos Económicos, Sociales y Culturales
DUDH Declaración Universal de los Derechos Humanos
ed. Edición
Exp. Expediente
f. j. Fundamento Jurídico
p. Página
PA Proceso de amparo
PHC Proceso de hábeas corpus
PI Proceso de inconstitucionalidad
ONU Organización de las Naciones Unidas
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CAPÍTULO I
EL TRABAJO DESDE LA
INTERPRETACIÓN DE LA
JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL
I. TRABAJO
1. Aproximación conceptual
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Santo Tomás; esto no quita que, en cuanto tal, sea un bien del
hombre. Y no solo es un bien util o para disfrutar, sino un
bien digno, es decir, que corresponde a la dignidad del hom-
bre, un bien que expresa esta dignidad y la aumenta. Querien-
do precisar mejor el significado ético del trabajo, se debe te-
ner presente ante todo esta verdad (...) porque mediante el
trabajo el hombre no solo transforma la naturaleza adaptán-
dola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mis-
mo como hombre, es más, en un cierto sentido se hace más
hombre (...) por consiguiente, en muchas situaciones son
necesarios cambios radicales y urgentes para volver a dar a la
agricultura el justo valor como base de una sana economía, en
el conjunto del desarrollo de la comunidad social. Por lo tanto
es menester proclamar y promover la dignidad del trabajo, de
todo trabajo, y, en particular, del trabajo agrícola, en el cual
el hombre, de manera tan elocuente, somete la tierra recibida
en don por parte de Dios y afirma su dominio en el mundo
visible’”(8).
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(14) Ibídem, f. j. 4.
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CAPÍTULO II
1. Aproximación conceptual
(16) GARCÍA TOMA, Víctor. Análisis sistemático de la Constitución peruana de 1993. 1a edición, Fon-
do de Desarrollo Editorial, Universidad de Lima, Lima, 1998, p. 161.
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1. Aproximación conceptual
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2. Elemento implícito
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por el contrario, para que realice una función dentro del ámbito de
la organización y dirección de la Municipalidad emplazada.
En efecto, la labor que realiza un chofer de limpieza pública tiene
la característica de ser permanente y subordinada, pues debe in-
ferirse que la Municipalidad emplazada debía brindar al actor los
instrumentos necesarios para el desempeño de su función; se tra-
ta, además, de una actividad que por su propia naturaleza debe es-
tar sujeta a un horario de trabajo impuesto por la Municipalidad
emplazada, quedando acreditado también que el demandante per-
cibió un pago mensual por la función que realizaba. Por lo que,
en aplicación del principio de primacía de la realidad, prevalece
la realidad de los hechos sobre las formas y apariencias de la con-
tratación civil realizada al demandante, con lo que se pretendía
esconder una relación laboral a plazo indeterminado.
Por lo tanto, habiéndose determinado que el demandante ha reali-
zado labores en forma subordinada y permanente, debe aplicarse el
principio de primacía de la realidad, en virtud del cual queda esta-
blecido que entre las partes ha existido una relación laboral de na-
turaleza indeterminada y no civil; por lo que la Municipalidad em-
plazada, al haber despedido al demandante sin haberle expresado la
existencia de una causa justa relacionada con su capacidad o con-
ducta laboral que justifique dicha decisión, ha vulnerado su dere-
cho constitucional al trabajo, pues lo ha despedido arbitrariamente.
En cuanto al extremo referente al pago de las remuneraciones de-
jadas de percibir, debe señalarse que al tener, tal pretensión, natu-
raleza indemnizatoria y no restitutiva, esta no es la vía idónea para
solicitarla, por lo que queda a salvo el derecho del demandante de
acudir a la vía correspondiente.
Teniendo presente que existen reiterados casos en que se estima
la demanda de amparo por haberse comprobado la existencia de
un despido arbitrario, el Tribunal Constitucional ha estimado per-
tinente señalar que cuando se interponga y admita una deman-
da de amparo contra la Administración Pública cuya finalidad
sea la reposición del demandante, ello tiene que registrarse como
una posible contingencia económica que tiene que preverse en el
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5. Despido discriminatorio
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CAPÍTULO III
I. DERECHO AL TRABAJO
1. Contenido esencial
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que nuestro marco normativo se rige sobre la teoría de los hechos cumpli-
dos, con algunas excepciones (ámbito penal), debido que no se encuentra
ninguna disposición que obligue la aplicación de la teoría de los derechos
adquiridos. Dicha posición es asumida en los fundamentos siguientes:
“En ese sentido, este Tribunal ha pronunciado en reiterada juris-
prudencia que nuestro ordenamiento jurídico se rige por la teo-
ría de los hechos cumplidos, estableciendo que ‘(…) nuestro or-
denamiento adopta la teoría de los hechos cumplidos (excepto en
materia penal cuando favorece al reo), de modo que la norma se
aplica a las consecuencias y situaciones jurídicas existentes’ (STC
Exp. Nº 0606-2004-AA/TC, f. j. 2). Por lo tanto, para aplicar una
norma (…) en el tiempo debe considerarse la teoría de los he-
chos cumplidos y, consecuentemente, el principio de aplicación
inmediata de las normas (el resaltado es nuestro).
Se colige de ello que toda norma jurídica desde su entrada en vi-
gencia es de aplicación a las situaciones jurídicas existentes, y que
la teoría de los derechos adquiridos tiene una aplicación excep-
cional y restringida en nuestro ordenamiento jurídico, pues úni-
camente se utiliza para los casos que de manera expresa señala la
Constitución, tal como ya lo ha establecido el Tribunal Constitu-
cional cuando determinó que ‘(…) la aplicación ultractiva o re-
troactiva de una norma solo es posible si el ordenamiento lo re-
conoce expresamente –a un grupo determinado de personas– que
mantendrán los derechos nacidos al amparo de la ley anterior por-
que así lo dispuso el Constituyente –permitiendo que la norma
bajo la cual nació el derecho surta efectos, aunque en el trayec-
to la norma sea derogada o sustituida–; no significando, en modo
alguno, que se desconozca que por mandato constitucional las le-
yes son obligatorias desde el día siguiente de su publicación en el
Diario Oficial (…)’.
Por ende, solo es de aplicación la teoría de los derechos adquiridos
a los casos expresamente señalados en la Constitución. En nues-
tra Carta Magna no se encuentra disposición alguna que ordene la
aplicación de la teoría de los derechos adquiridos a los casos re-
feridos a la sucesión normativa en materia laboral, por lo que no
existe sustento constitucional alguno que ampare lo alegado por
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1. Aproximación conceptual
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8. Comercio ambulatorio
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1. Aspectos relevantes
2. Aspectos conformantes
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6. Jornada atípica
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V. DERECHO A LA REMUNERACIÓN
1. Aspectos generales
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2. Reconocimiento constitucional
3. Contenido y alcances
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1. Aproximación conceptual
2. Concepto de neumoconiosis
(82) CAVAS MARTÍNEZ, Faustino. Las enfermedades profesionales desde la perspectiva de la Seguri-
dad Social Investigación para la Secretaria de Estado de la Seguridad Social, España, 2007.
(83) STC Exp. Nº 01008-2004-AA, f. j. 10.
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1. Aspectos generales
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productivas, mientras que el segundo señala que este derecho, para ser en-
tendido como tal, debe incluir, por lo menos, la libertad para constituir sin-
dicatos, organizarlos y afiliarse a ellos, así como la adecuada protección al
ejercicio de la actividad sindical”(89). Siendo protegido fundamentalmen-
te este derecho, como su actividad tanto individual como colectiva, por el
Convenio OIT Nº 87, y reconocido por nuestra Constitución Política vi-
gente en el artículo 28,1.
2. Contenido esencial
(89) OJEDA AVILÉS, Antonio. Derecho Sindical. Editorial Tecnos, 7a edición, Madrid, 1995, p. 153.
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4. Autonomía sindical
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2. Contenido constitucional
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disposiciones que deben ser tenidas en cuenta para apreciar los vicios de
constitucionalidad de una ley sujeta a su control”(106).
De lo mencionado, es importante que el Tribunal Constitucional haya
reconocido el derecho de sindicación de los servidores públicos, y estable-
cido los parámetros interpretativos respecto a este derecho. Veamos:
“Antes de que pasemos a analizar la validez constitucional de las
normas impugnadas, es preciso determinar, en primer lugar, cuál
es la naturaleza del derecho a la negociación colectiva de los ser-
vidores civiles. Así, la parte demandada refería que: ‘es un dere-
cho constitucional que se concretiza en la ley como consecuen-
cia del Convenio 151 de la OIT y no sobre la base del artículo 28
de la Constitución’, y que ‘requiere de una ley porque de lo con-
trario las posturas más efectistas podrían afirmar que simplemen-
te no existe’ (apartados 3.7 y 3.8 de la contestación de demanda).
Al respecto, a partir de una interpretación sistemática de los ar-
tículos 28 y 42 de la Constitución ha reconocido, que las organiza-
ciones sindicales de los servidores públicos también son titulares
del derecho a la negociación colectiva, sobre la base del artículo
28, aunque con las particularidades y excepciones que estable-
ce el artículo 42 (fundamento 52 de la STC Exp. Nº 0008-2005-
PI/TC, ratificado en fundamento 1 de la STC 0206-2005-PA/TC).
Este argumento ha sido hecho suyo por la Autoridad Nacional
del Servicio Civil en los Informes Legales Nºs 337-2010-SER-
VIR/GC-OAJ y 487-2010-SERVIR/GC-OAJ y también por la
Defensoría del Pueblo en el Informe de Adjuntía Nº 001-2014-
DP/AAE. En ese sentido, y aun cuando el precitado artículo 42 no
hace referencia expresa a este derecho, ello no obsta para su re-
conocimiento, toda vez que dicha disposición sí establece el de-
recho de sindicación de los servidores públicos, presupuesto ma-
terial para el ejercicio de la negociación colectiva, la misma que,
se enmarca como un derecho fundamental de configuración legal,
bajo los cánones establecidos en el fundamento 12 de la STC Exp.
Nº 1417-2005-PA/TC.
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X. CONVENIO COLECTIVO
1. Aproximación conceptual
Entre uno de los instrumentos, relevantes del campo laboral, que per-
miten los acuerdos y la estabilidad en las relaciones entre empleador y em-
pleadores. El convenio colectivo ha sido definido por la Organización In-
ternacional del Trabajo (OIT) como: “(…) todo acuerdo escrito relativo a
las condiciones de trabajo y de empleo, celebrado entre un empleador, un
grupo de empleadores o una o varias organizaciones de empleadores, por
una parte, y por otra, una o varias organizaciones representantes de traba-
jadores (…)”(109).
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apropiadas sobre este derecho social el cual consiste “en la suspensión co-
lectiva de la actividad laboral, la que de ser previamente acordada por la
mayoría de los trabajadores. La ley exige que esta acción de cesación tran-
sitoria de la actividad laboral se efectué en forma voluntaria y pacífica
–sin violencia sobre las personas o bienes– y con abandono del centro de
trabajo”(117).
Asimismo, es necesario decir que entre los derechos constitucionales
de carácter social reconocidos por la Constitución en el artículo 28 que se-
ñala: “el Estado reconoce los derechos de sindicación, negociación colecti-
va y huelga. Cautela su ejercicio democrático” y el artículo 48 que también
reconoce este derecho estableciendo: “se reconocen los derechos de sindi-
cación y huelga de los servidores públicos”. El derecho a la huelga como
se mencionó tiene características sociales, respondiendo a requerimientos
de naturaleza no solo social, sino económica y política. Este derecho ha
sido abordado por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en cuanto
a su conceptualización y ámbito de ejercicio, debido a que constantemente
este derecho en los últimos años ha cobrado relevancia y vital importancia,
fundamentalmente por los requerimientos que los trabajadores en su ma-
yoría legítimamente invocan, estos aspectos han sido desarrollados por la
jurisprudencia constitucional, en los términos siguientes:
“Este derecho consiste en la suspensión colectiva de la actividad
laboral, la misma que debe ser previamente acordada por la ma-
yoría de los trabajadores. La ley del régimen privado, aplicable en
lo pertinente al sector público, exige que esta acción de cesación
transitoria de la actividad laboral se efectúe en forma voluntaria y
pacífica –sin violencia sobre las personas o bienes– y con abando-
no del centro de trabajo.
Por ende, huelguista será aquel trabajador que ha decidido libre-
mente participar en un movimiento reinvindicatorio.
Por huelga debe entenderse, entonces, al abandono temporal con
suspensión colectiva de las actividades laborales, la cual, dentro de
determinadas condiciones, se encuentra amparada por la ley”(118).
(117) GARCÍA TOMA, Víctor. Derechos fundamentales. 2a edición, Editorial Adrus, Arequipa, 2013, p. 749.
(118) STC Exp. Nº 00008-2005-PI, f. j. 40.
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3. Atribuciones
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CAPÍTULO IV
I. CONTRATO DE TRABAJO
1. Aproximación conceptual
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(128) HARO CARRANZA, Julio. Derecho Individual de Trabajo. Ediciones Legales, reimpresión, 2013,
p. 93.
(129) STC Exp. Nº 00002-2010-PI, ff. jj. 16-17.
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“Por ello este Colegiado considera en este caso –más allá de las
críticas que algunos fallos anteriores hubieran generado en cier-
tos sectores–, corresponde dictar una sentencia interpretativa (vid
STC Exp. Nº 0004-2004-CC, fundamento 3.3), la que encuentra su
fundamento normativo en diversas disposiciones constitucionales
(arts. 38, 45, 51 y 93 de la Constitución); ello porque el Tribunal
debe actuar responsablemente al advertir que si se declarase la
inconstitucionalidad de la Ley impugnada, se generaría un vacío
normativo, que importaría dejar sin derechos laborales a quienes
han sido contratados bajo su marco regulatorio, situación que
sería manifiestamente inconstitucional.
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CAPÍTULO V
I. DESPIDO ARBITRARIO
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Por otra parte, corresponde analizar los alcances del derecho a la pro-
tección adecuada contra el despido arbitrario en el régimen laboral espe-
cial del contrato administrativo de servicios. Para ello, hemos de comen-
zar recordando que en la STC Exp. Nº 00976-2001-AA/TC, este Tribunal
delimitó el contenido del mencionado derecho constitucional e interpretó
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una vía ordinaria (específica) que sirva de igual o mejor modo para la
tutela de los mismos derechos (es decir, si no existe una ‘vía igualmen-
te satisfactoria’). Considerado debidamente, el examen de esta causal
de improcedencia no propone verificar simplemente si existen ‘otras
vías judiciales’ en las que también se tutelen derechos constituciona-
les (de hecho, en la mayoría de vías ordinarias se protege, de manera
más o menos directa, ámbitos garantizados por derechos constitucio-
nales), sino que debe analizarse si tales vías ordinarias serían igual o
más efectivas, idóneas o útiles que el proceso de amparo para lograr la
protección requerida.
2.3 En este contexto, a partir del análisis de la jurisprudencia del Tribu-
nal Constitucional, tenemos que existen dos perspectivas para en-
tender cuándo una vía puede ser considerada “igualmente satis-
factoria”: una objetiva, vinculada al análisis de la vía propiamente
dicha (vía idónea), y otra subjetiva, relacionada con el examen de la
afectación iusfundamental (urgencia iusfundamental).
2.4 Desde la perspectiva objetiva, el análisis de la vía idónea puede alu-
dir tanto: (1) a la estructura del proceso, atendiendo a si la regulación
objetiva del procedimiento permite afirmar que estamos ante una vía
célere y eficaz (estructura idónea), o (2) a la idoneidad de la protec-
ción que podría recibirse en la vía ordinaria, debiendo analizarse si la
vía ordinaria podrá resolver debidamente el caso iusfundamental que
se ponga a su consideración (tutela idónea). Este análisis objetivo, cla-
ro está, es independiente a si estamos ante un asunto que merece tute-
la urgente.
2.5 De otra parte, desde una perspectiva subjetiva, una vía ordinaria pue-
de ser considerada idónea: (1) si transitarla no pone en grave ries-
go al derecho afectado, siendo necesario evaluar si transitar la vía
ordinaria puede tornar irreparable la afectación alegada (urgencia
como amenaza de irreparabilidad); asimismo si, pese a existir un
proceso ordinario considerado como “vía igualmente satisfactoria”,
(2) se evidencia que es necesaria una tutela urgentísima, atendiendo
a la relevancia del derecho involucrado o la gravedad del daño que
podría ocurrir (urgencia por la magnitud del bien involucrado o del
daño).
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1. Aproximación conceptual
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estado de ebriedad. Por ello, en aplicación del inciso e) del artículo 25 del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR dicha negativa del demandante a someterse
al dosaje etílico debe reputarse como reconocimiento del estado de ebriedad.
No obstante lo señalado en el fundamento anterior, este Tribunal con-
sidera que el despido del demandante viola el derecho constitucional al de-
bido proceso sustantivo debido a que la Municipalidad emplazada al mo-
mento de imponerle la sanción lo hizo en contravención de los principios
de razonabilidad y proporcionalidad, toda vez que no tuvo en cuenta lo es-
tablecido en el artículo 83 de su propio Reglamento Interno de Trabajo, el
que señala que las sanciones disciplinarias de amonestación verbal o escri-
ta, suspensión en sus labores o despido, se aplicarán en función de la gra-
vedad de la falta cometida, la categoría, la antigüedad y los antecedentes
disciplinarios del trabajador.
Por ello este Tribunal considera que la sanción impuesta al demandante
resulta desproporcionada e irrazonable, pues si bien conforme se ha señala-
do en fundamento que precede al demandante se le puede reputar que ha in-
currido en la falta grave que se le imputa, no es menos cierto que en ningún
momento ha incurrido en algún acto de violencia, injuria o faltamiento de
palabra verbal o escrita en agravio del empleador, del personal jerárquico
o de otros trabajadores, ni ha ocasionado daño alguno al patrimonio ni
al acervo documentario de la Municipalidad emplazada. Siendo así y
teniéndose en cuenta que la Municipalidad, en la fundamentación de
las cartas cuestionadas y durante el curso del proceso de amparo, no ha
argumentado que el demandante tenga antecedentes disciplinarios, se
debe concluir que la sanción impuesta (despido) no fue la más adecuada e
idónea, pues la emplazada podía haberle impuesto cualquiera de las otras
sanciones disciplinarias ya citadas anteriormente(157).
1. Aproximación conceptual
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una forma de despido que vulnera el derecho al trabajo entre otros dere-
chos que pueden involucrar. Veamos:
“El despido nulo se produce cuando se despide al trabajador por
su mera condición de afiliado a un sindicato o por su participación
en actividades sindicales”(158).
2. Despido nulo por razón de discriminación por discapacidad
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CAPÍTULO VI
PRECEDENTES VINCULANTES
EMITIDOS POR EL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL EN MATERIA
LABORAL Y PREVISIONAL
(Sistematización - Resumen)
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STC Exp. Nº 1417-2005-PA
Caso: Manuel Anicama Hernández
Nº de STC 1417-2005-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Manuel Anicama Hernández
Demandado Oficina de Normalización Previsional (ONP)
Fecha de Publicación en
la página web del TC 12 de julio de 2005
Fecha de Publicación en
El Peruano 12 de julio de 2005
Fundamentos vinculantes 37 y 54 a 58
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STC Exp. Nº 0168-2005-PC
Caso: Maximiliano Villanueva Valverde
Nº de STC 0168-2005-PC
Órgano Emisor Pleno
Demandante Maximiliano Villanueva Valverde
Demandado Oficina de Normalización Previsional (ONP)
Fecha de Publicación en
la página web del TC 3 de octubre de 2005
Fecha de Publicación en
El Peruano 7 de octubre de 2005
Fundamentos vinculantes 14, 15, 16 y 26 a 28
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STC Exp. Nº 0206-2005-PA
Caso: César Baylón Flores
Nº de STC 0206-2005-PA/TC
Órgano Emisor Pleno
Demandante César Baylón Flores
Demandado E.P.S. EMAPA HUACHO S.A.
Fecha de Publicación en
la página web del TC 14 de diciembre de 2005
Fundamentos vinculantes 7 a 25 y 35 a 38
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idónea para este tipo de casos, pues existe una vía laboral donde se puede
dilucidar mejor la controversia con el despliegue de una amplia actuación
de material probatorio. Sostiene que en el caso del actor se procedió a su
despido por la gravedad de las faltas cometidas, respetándose, en todo mo-
mento, el debido proceso y sus derechos constitucionales, por lo que soli-
cita que la demanda sea declarada infundada.
El codemandado Víctor Manuel Hacen Bernaola solicita que la de-
manda sea declarada infundada, alegando que no le une vínculo alguno
con el actor y que la sanción impuesta se debió única y exclusivamente a
la configuración de una falta grave cometida por el recurrente. Manifies-
ta que el proceso de despido del demandante se realizó sin mala fe, dolo y
arbitrariedades.
El Tercer Juzgado Civil de Huaura, con fecha 5 de julio de 2004, de-
clara infundada la excepción propuesta considerando que el proceso de
amparo tiene carácter alternativo, es decir, que ante la violación de un de-
recho constitucional, el demandante puede escoger dicha vía para defender
sus derechos constitucionales; e, infundada la demanda argumentando que
el actor cometió las faltas graves que se le imputan, observándose para su
despido el debido proceso que establece la ley.
Declarar que las demandas de amparo de materia laboral individual
privada, precisadas en los fundamentos 7 a 20 supra, deberán ser adapta-
das al proceso laboral que corresponda según la Ley Nº 26636 por los jue-
ces laborales conforme a los principios laborales que han establecido en
su jurisprudencia laboral y a los criterios sustantivos en materia de dere-
chos constitucionales que este Colegiado ha establecido en su jurispruden-
cia para casos laborales.
7. El Tribunal Constitucional estima que esta nueva situación modifica
sustancialmente su competencia para conocer de controversias deri-
vadas de materia laboral individual, sean privadas o públicas. Sin em-
bargo, los criterios jurisprudenciales establecidos en el caso Eusebio
Llanos Huasco, Exp. Nº 976-2004-AA/TC, para los casos de despidos
incausados (en los cuales no exista imputación de causa alguna), frau-
dulentos y nulos, se mantendrán en esencia. En efecto, si tal como he-
mos señalado, el contenido del derecho constitucional a una protec-
ción adecuada contra el despido arbitrario supone la indemnización
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20. Por lo tanto, aquellos casos que se deriven de la competencia por ra-
zón de materia de los jueces de trabajo, los actos de hostilidad y aque-
llos derivados del cuestionamiento y calificación del despido fundado
en causa justa que se refieran a hechos controvertidos, mencionados
en los puntos precedentes, no serán tramitados en el proceso de ampa-
ro, sino en el proceso laboral de la jurisdicción laboral ordinaria, a cu-
yos jueces corresponde, en primer lugar, la defensa de los derechos y
libertades constitucionales y de orden legal que se vulneren con oca-
sión de los conflictos jurídicos de carácter individual en el ámbito la-
boral privado. Solo en defecto de tal posibilidad o atendiendo a la
urgencia o a la demostración objetiva y fehaciente por parte del de-
mandante de que la vía laboral ordinaria no es la idónea, corresponde-
rá admitir el amparo.
21. Con relación a los trabajadores sujetos al régimen laboral público, se
debe considerar que el Estado es el único empleador en las diversas
entidades de la Administración Pública. Por ello, el artículo 4 literal 6)
de la Ley Nº 27584, que regula el proceso contencioso-administrati-
vo, dispone que las actuaciones administrativas sobre el personal de-
pendiente al servicio de la Administración Pública son impugnables a
través del proceso contencioso-administrativo. Consecuentemente, el
Tribunal Constitucional estima que la vía normal para resolver las pre-
tensiones individuales por conflictos jurídicos derivados de la aplica-
ción de la legislación laboral pública es el proceso contencioso-admi-
nistrativo, dado que permite la reposición del trabajador despedido y
prevé la concesión de medidas cautelares.
22. En efecto, si en virtud de la legislación laboral pública (Decreto Le-
gislativo Nº 276, Ley Nº 24041 y regímenes especiales de servidores
públicos sujetos a la carrera administrativa) y del proceso contencio-
so-administrativo es posible la reposición, entonces las consecuencias
que se deriven de los despidos de los servidores públicos o del per-
sonal que sin tener tal condición labora para el Sector Público (Ley
Nº 24041), deberán dilucidarse en la vía contencioso-administrativa
por ser la idónea, adecuada e igualmente satisfactoria, en relación al
proceso de amparo, para resolver las controversias laborales públicas.
23. Lo mismo sucederá con las pretensiones por conflictos jurídicos indi-
viduales respecto a las actuaciones administrativas sobre el personal
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STC Exp. Nº 4677-2004-PA
Caso: Confederación General de Trabajadores del Perú - CGTP
Nº de STC 4677-2004-PA
Órgano Emisor Sala Primera del Tribunal Constitucional
Demandante Confederación General de Trabajadores
del Perú (CGTP)
Demandado Municipalidad Metropolitana de Lima
Fundamentos vinculantes 15 literal e) y 18
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STC Exp. Nº 4635-2004-PA
Caso: Sindicato de Trabajadores de Toquepala
Nº de STC 4635-2004-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Sindicato de Trabajadores de Toquepala
Demandada Southern Perú Copper Corporation
Fecha de Publicación en
la página web del TC 29 de abril de 2006
Fecha de Publicación en
El Peruano 9 de mayo de 2006
Fundamentos vinculantes 28, 29, 35, 39 y 41
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STC Exp. Nº 5189-2005-PA
Caso: Jacinto Gabriel Angulo
Nº de STC 5189-2005-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Jacinto Gabriel Angulo
Demandado Oficina de Normalización Previsional (ONP)
Fecha de Publicación en
la TC 13 de setiembre de 2006
Fecha de Publicación en
El Peruano 13 de octubre de 2006
Fundamentos vinculantes 5, 7 al 21
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CASO 1:
Al entrar en vigencia la Ley
Incremento del monto de la pensión percibida al monto mínimo
Pensión comprendida en la Ley Nº 23908 con un monto de
S/. 200,000.00 soles oro al 1 de setiembre de 1984
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CASO 2:
Al entrar en vigencia la Ley
Inaplicación de la pensión mínima
Pensionista del Sistema Nacional de Pensiones que percibía
S/. 300,000.00 soles oro al 1 de setiembre de 1984.
Como el monto de la pensión supera el mínimo, el beneficio dispuesto
en la Ley Nº 23908 resulta inaplicable al caso concreto, pues su apli-
cación importaría la reducción del monto de la pensión.
CASO 3:
Durante la vigencia de la Ley
Incremento del monto de la pensión percibida
Pensionista que a la fecha de vigencia de la Ley percibía un monto su-
perior al mínimo, por ejemplo de S/. 350,000.00 soles oro.
Como se ha señalado, al caso concreto no era aplicable la pensión míni-
ma porque no beneficiaba al pensionista; sin embargo, cuando la pen-
sión mínima aumentó a partir del 2 de agosto de 1985 a S/. 405,000.00
soles oro por efecto del incremento del sueldo mínimo vital (Decretos
Supremos Nºs 023 y 026-85-TR), correspondía aumentar el monto de
la pensión, pues a partir de dicho momento resultaba inferior a la pen-
sión mínima legal, salvo que, por efecto de otras disposiciones legales
o administrativas, el monto de la pensión ya hubiera superado la míni-
ma vigente en cada oportunidad de pago.
225
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226
STC Exp. Nº 9381-2006-PA
Caso: Félix Vasi Zevallos
Nº de STC 9381-2005-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Félix Vasi Zevallos
Demandado ONP
Fecha de publicación en
la página web del TC 24 abril de 2007
Fundamento vinculante 9
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STC Exp. Nº 7281-2006-PA
Caso: Santiago Terrones Cubas
Nº de STC 7281-2006-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Santiago Terrones Cubas
Demandado AFP Pro Futuro
Fecha de Publicación en
la página web del TC 4 de mayo de 2007
Fecha de Publicación en
El Peruano 15 de mayo de 2007
Fundamentos vinculantes 27 y 37
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STC Exp. Nº 6612-2005-PA
Caso: Onofre Vilcarima Palomino
Nº de STC 6612-2005-PA/TC
Órgano Emisor Pleno
Demandante Onofre Vilcarima Palomino
Demandada ONP
Fecha de Publicación en
la página web del TC 31 de diciembre de 2007
Fecha de Publicación en
El Peruano 19 de enero de 2008
Fundamentos vinculantes 19 al 28
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STC Exp. Nº 10087-2005-PA
Caso: Alipio Landa Herrera
Nº de STC 10087-2005-PA/TC
Órgano Emisor Pleno
Demandante Alipio Landa Herrera
Demandada Rímac Internacional Compañía de Seguros
y Reaseguros
Fecha de Publicación en
la página web del TC 19 de enero de 2008
Fecha de Publicación en
El Peruano 31 de diciembre de 2007
Fundamentos vinculantes 20 al 29
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STC Exp. Nº 0061-2008-PA
Caso: Rímac Internacional
Nº de STC 0061-2008-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Rímac Internacional Compañía de Seguros
y Reaseguros
Demandados - Primer Juzgado Especializado en lo Civil
de Ica
- Primera Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Ica
Fecha de Publicación en
la página web del TC 8 de mayo de 2008
Fecha de Publicación en
El Peruano 23 de junio de 2008
Fundamentos vinculantes 12, 15 y 18
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Fallo Infundada
Ejecución Inmediata
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STC Exp. Nº 5430-2006-PA
Caso: Alfredo De la Cruz Curasma
N° de la STC 5430-2006-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Alfredo De La Cruz Curasma
Demandada ONP
Fecha de Publicación en
la página web del TC 10 de octubre de 2008
Fundamentos vinculantes 13, 14 y 15
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STC Exp. Nº 4762-2007-AA
Caso: Alejandro Tarazona Valverde
Nº de STC 4762-2007-AA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Alejandro Tarazona Valverde
Demandada ONP
Fecha de Publicación en
la página web del TC 11 de octubre de 2008
Fundamento vinculante 26
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STC Exp. Nº 2513-2007-PA
Caso: Ernesto Casimiro Hernández Hernández
Nº de STC 2513-2007-AA
Órgano Emisor Pleno
Demandante Ernesto Casimiro Hernández Hernández
Demandado Rímac Internacional Compañía de Seguros
y Reaseguros
Fecha de Publicación en
la página web del TC 8 de enero de 2009
Fundamentos vinculantes 9, 11, 12, 14, 16, 17, 18, 21, 24, 26, 27, 29, 31,
34, 37, 40, 42, 45, 46, 48 y 49
270
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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274
STC Exp. Nº 3052-2009-PA
Caso: Yolanda Lara Garay
Nº de STC 3052-2009-PA
Órgano Emisor Pleno
Demandantes Yolanda Lara Garay, otros
Demandado Gobierno Regional del Callao
Fundamento vinculante 17
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279
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
281
TEMÁTICA
JURISPRUDENCIAL LABORAL
A
Acreditación de enfermedad profesional
Sentencia Nº 10063-2006-PA/TC, Caso Gilbert Padilla Mango
“Se determina criterios para la protección de riesgos profesionales”.
Accidente de trabajo
Sentencia Nº 2513-2007-PA/TC, Caso Ernesto Casimiro Hernández
Hernández.
“Unifica las reglas sobre seguro por accidentes de trabajo y enferme-
dades profesionales”.
283
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B
Beneficios sociales (despido)
Sentencia Nº 3052-2009-PA/TC, caso Yolanda Lara Garay
“Se establece que el cobro de beneficios sociales de parte del trabaja-
dor no debe ser interpretado como una conformidad del despido”.
C
Contratación Administrativa de Servicios (CAS)
Sentencia Nº 0002-2010-PI/TC, caso más de cinco mil ciudadanos
“Declara la constitucionalidad del Decreto Legislativo Nº 1057 que re-
gula el Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios”.
Sentencia Nº 3818-2009-PA/TC, caso Roy Marden Leal Maytahauri
“Se establecen precisiones interpretativas sobre la norma que regula
los contratos administrativos de servicios”.
D
Derecho a la jornada de trabajo
Sentencia Nº 4635-2004-AA/TC, caso Sindicato de Trabajadores
Toquepala y anexos
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Derecho a la huelga
STC Exp. Nº 00008-2005-PI (contenido y alcances)
STC Exp. Nº 03311-2005-PA (titularidad)
STC Exp. Nº 00026-2007-PI (excluidos del ejercicio del derecho a la
huelga)
Despido (proporcionalidad)
Sentencia Nº 1059-2009-PA/TC, caso Amalie Marie Francoise Chaba-
neix Cunza
“El Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda de amparo
debido a que la emplazada Compañía aérea American Airlines Inc.,
286
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Despido arbitrario
STC Exp. Nº 02833-2006-PA (Agotamiento de vía previa)
STC Exp. Nº 04066-2008-PA (Eficacia restitutoria del proceso de
amparo)
STC Exp. Nº 03818-2009-PA (Inadecuada vía idónea CAS; Perspecti-
vas evaluativas)
STC Exp. Nº 00140-2011-PA (Restricción de reposición)
STC Exp. Nº 00255-2013-PA (Improcedencia por evaluación ordinaria)
Despido fraudulento
Sentencia Nº 03844-2010-PA/TC, caso Américo Alexander Zea Aquise
“Se determina la inexistencia de supuestos de despido fraudulento, por
cuanto la falta grave que se le imputa, además de no ser inexistente, se
encuentra prevista en la ley”.
STC Exp. Nº 5185-2009-PA (aplicación del principio de tipicidad)
Despido nulo
Sentencia Nº 10422-2006-PA, caso Mauro Serrano García
“Despido nulo ejecutado por Minera Yanachocha S.R.L”.
287
Joel Rosas Alcántara
F
Fuero sindical
Sentencia Nº 02318-2007-PA/TC, caso Carlos Telmo Quiroz Rodas
“El TC dispone la reincorporación del demandante la reposición al
Departamento de Servicios Generales de la Cooperativa de Ahorro y
Crédito de Suboficiales de la Policía Nacional del Perú ‘Santa Rosa
de Lima’ Ltda., y exhortar a la emplazada a que no vuelva a dispo-
ner el traslado de personal perteneciente al fuero sindical sin la debi-
da justificación”.
H
Huelga (despido)
Sentencia Nº 3311-2005-PA/TC, caso Sindicato de Trabajadores Mi-
neros de Atacocha
“Sobre el despido de afiliados al Sindicato por huelga”.
288
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
P
Principios laborales constitucionales
Sentencia Nº 0008-2005-PI/TC, caso Juan José Gorriti y más de cin-
co mil ciudadanos
“El TC pronuncia la constitucionalidad de la Ley marco del Empleo
Público”.
R
Remuneración (Homologación de sueldos)
Sentencia Nº 0023-2007-PI/TC, caso Federación Nacional de Docen-
tes del Perú
“La inconstitucionalidad del artículo 3 del Decreto de Urgencia Nº 033-
2005 que establecía diversos subniveles entre los profesores universita-
rios a efectos de la homologación de remuneraciones, los que no se en-
contraban comprendidos en la Ley Nº 23733”.
289
Joel Rosas Alcántara
S
Subcontratación fraudulenta
Sentencia Nº 2111-2010-AA/TC, caso Sindicato Unificado de Trabaja-
dores de la Electricidad y Actividades Conexas de Lima y Callao
“Afectación del derecho al trabajo, a la igualdad y a la libertad sindical,
por haber operado la subcontratación fraudulenta”.
T
Trabajadores de la Administración Pública (imposición de prácticas
religiosas)
Sentencia Nº 5680-2009-PA/TC, caso Félix Wagner Arista Torres
“Se establece que la Administración Pública no puede imponer a los
trabajadores de este sector prácticas religiosas”.
Trabajadores de confianza
Sentencia Nº 1568-2011-PA/TC, caso César Alfredo Carrollo Alcántara
“Se precisa quienes son trabajadores de confianza”.
Sentencia Nº 3501-2006-PA/TC, caso Ricardo David Chávez Caballero
“Constitución y régimen jurídico de los trabajadores de confianza”.
Trabajador de limpieza
Sentencia Nº 00143-2011-PA/TC, caso Carmen Marcial Ramírez
Juárez
“Se vulnera el derecho al trabajo por despido arbitrario y se determi-
na la naturaleza permanente de las labores que realizaba el demandan-
te (trabajador de limpieza)”.
290
Anexos
EXP. N° 1124-2001-AA/TC
LIMA
SINDICATO UNITARIO DE TRABAJADORES DE TELEFÓNICA DEL PERÚ
S.A. y FETRATEL
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los once días del mes de julio de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucio-
nal en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry,
Vicepresidente; Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Oje-
da y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia.
(…)
FUNDAMENTOS
Petitorio de la demanda
1. El objeto de la demanda es que las demandadas “se abstengan de amenazar y vulne-
rar los derechos constitucionales de los trabajadores afiliados a [sus] sindicatos, en virtud
de la aplicación de un ilegal plan de despido masivo, contenido en un Resumen Ejecuti-
vo elaborado por la Gerencia de Recursos Humanos (...), cuya inminente ejecución afecta
[sus] derechos constitucionales a la igualdad ante la ley, a trabajar libremente, a la legítima
defensa, al trabajo, a que ninguna relación pueda limitar el ejercicio de los derechos cons-
titucionales ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajador, al carácter irrenunciable
de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, a la adecuada protección contra
el despido arbitrario, a la libertad sindical, al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
efectiva”.
2. Si bien la demanda inicialmente se sustentaba en la amenaza de despido de los deman-
dantes, esta circunstancia ha variado, dado que desde la fecha de inicio del presente pro-
ceso hasta la fecha se ha producido, sucesivamente, el despido de numerosos trabajadores,
tal como se constata en las documentales obrantes en el cuadernillo de recurso extraordi-
nario y respecto a lo cual las propias partes demandadas han expuesto lo que conviene a su
derecho. Este despido se ha producido en sucesivas etapas, por lo que la controversia so-
bre la certeza e inminencia de la presunta amenaza carece de sentido. Por este motivo, no
tiene objeto centrar el análisis en el resumen ejecutivo como amenaza, por lo que se pro-
cederá a evaluar el acto mismo de despido.
3. No es competencia de este Tribunal Constitucional, ni materia propia de un proceso
constitucional como el amparo, analizar si el acto cuestionado se ha efectuado en térmi-
nos o no de la ley correspondiente, puesto que ello constituye un asunto de mera legalidad
ordinaria y, desde ese punto de vista, competencia propia de los juzgados competentes en
materia laboral. Por el contrario, el asunto a dilucidarse es determinar si el acto cuestio-
nado constituye o no un acto lesivo de derechos constitucionales, controversia que corres-
ponde al proceso de amparo según lo establece el artículo 200, inciso 2), de la Constitu-
ción y el artículo 24 de la Ley N° 23506.
4. En vista de que solo son revisables ante este Tribunal los extremos impugnados por la
parte demandante a través del recurso extraordinario, no corresponde que este Colegiado
se pronuncie respecto de las excepciones de representación defectuosa e insuficiente de
los codemandantes, y de caducidad de la demanda, al haber sido declaradas infundadas
por la sentencia de vista.
293
Joel Rosas Alcántara
Por otro lado, sí corresponde que se examine la excepción de falta de legitimidad para
obrar del demandado propuesta por Telefónica Perú Holding S.A., al haberse impugnado
la sentencia recurrida en el extremo que la declaró fundada. Así, este Tribunal considera
que al ser planteada la demanda ante la amenaza de ceses masivos de los trabajadores de
Telefónica del Perú S.A.A. y en representación de estos, no existe relación material con la
empresa Telefónica Perú Holding S.A. que sustente la relación procesal entablada con ella,
dado que esta última no es la entidad empleadora.
Determinación del problema planteado en la controversia
5. El problema de la presente controversia reside en determinar si el acto de despido cues-
tionado resulta lesivo o no de los derechos fundamentales alegados por los demandan-
tes. Implica, fundamentalmente, determinar si se ha afectado: a) la libertad de sindicación
y, b) el derecho al trabajo.
Telefónica del Perú S.A.A. ha procedido al despido sobre la base de lo establecido en el
artículo 34 del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productivi-
dad y Competitividad Laboral, Decreto Supremo N° 003-97-TR, tal como se constata en
las respectivas cartas de despido. Por esta razón, este extremo de la controversia conduce
a determinar si dicho dispositivo es o no compatible con la Constitución, para según ello
establecer la validez o no del acto cuestionado.
Libertad sindical
6. La Constitución reconoce la libertad sindical en su artículo 28, inciso 1) este derecho
constitucional tiene como contenido esencial un aspecto orgánico, así como un aspecto
funcional. El primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizacio-
nes con el propósito de defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facul-
tad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. A su vez, implica la protección
del trabajador afiliado o sindicado a no ser objeto de actos que perjudiquen sus derechos y
tuvieran como motivación real su condición de afiliado o no afiliado de un sindicato u or-
ganización análoga.
Desde luego, debe entenderse que lo anterior no conlleva a que el contenido esencial del
citado derecho constitucional se agote en los aspectos antes relevados. Por el contrario,
es posible el desarrollo de ulteriores concretizaciones o formas de proyección del citado
derecho constitucional que, en principio, no pueden, como tampoco deben, ser enuncia-
das de manera apriorística. Los derechos constitucionales albergan contenidos axiológicos
que, por su propia naturaleza, pueden y deben desarrollarse, proyectando su vis expansi-
va a través de remozadas y, otrora, inusitadas manifestaciones.
7. De conformidad con la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución, los
derechos constitucionales deben interpretarse dentro del contexto de los tratados inter-
nacionales suscritos por el Estado peruano en la materia. Según esta norma, estos tratados
constituyen parámetro de interpretación de los derechos reconocidos por la Constitución,
lo que implica que los conceptos, alcances y ámbitos de protección explicitados en dichos
tratados, constituyen parámetros que deben contribuir, de ser el caso, al momento de in-
terpretar un derecho constitucional. Todo ello, claro está, sin perjuicio de la aplicación di-
recta que el tratado internacional supone debido a que forma parte del ordenamiento pe-
ruano (art. 55, Const.).
8. El aspecto orgánico de la libertad de sindicación se halla reconocido expresamente en el
artículo 2 del Convenio N° 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sin-
dicación, precisando que consiste en “el derecho de constituir las organizaciones que es-
timen convenientes, así como el de afiliarse a estas organizaciones, (...)”. Por otra parte,
294
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
según el artículo 1, inciso 2), literal “b”, la protección del trabajador contra todo acto que
menoscabe la libertad de sindicación se extiende también “contra todo acto que tenga por
objeto” “despedir a un trabajador o perjudicarlo en cualquier otra forma a causa de su afi-
liación sindical o de su participación en actividades sindicales (...)” (resaltado de la pre-
sente sentencia).
9. En el presente caso, las personas que fueron despedidas por Telefónica del Perú S.A.A.,
son miembros del sindicato. Resulta coincidente que las personas con las que la mencio-
nada demandada concluyó unilateralmente la relación laboral hayan sido precisamente las
que conforman tanto el Sindicato Unitario de Trabajadores de Telefónica del Perú S.A. y
de la Federación de Trabajadores de Telefónica del Perú. Como se aprecia, es el criterio de
afiliación sindical el que ha determinado la aplicación de la medida de despido. Por esta
razón, el acto cuestionado lesiona el citado derecho constitucional en la medida que signi-
fica atribuir consecuencias perjudiciales en los derechos de los trabajadores por la sola cir-
cunstancia de su condición de afiliado a uno de los mencionados sindicatos. Más concreta-
mente, en este caso, se trató de la lesión de la libertad de sindicación al haberse procedido
al despido de personas que tienen la condición de afiliados a los sindicatos antes mencio-
nados; circunstancia que implica la vulneración al citado derecho constitucional, conclu-
sión que resulta clara cuando se tiene en cuenta el contenido de este a partir o conforme lo
establecido por el citado Convenio sobre libertad sindical.
Derecho al trabajo
10. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22 de la Constitución. Este Tribu-
nal estima que el contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos:
El de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despe-
dido sino por causa justa. Aunque no resulta relevante para resolver la causa, cabe preci-
sar que, en el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado
de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que
precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un de-
sarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho
es el que resulta relevante para resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido
como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
Debe considerarse que el artículo 27 de la Constitución contiene un “mandato al legisla-
dor” para establecer protección “frente al despido arbitrario”. Tres aspectos deben resal-
tarse de esta disposición constitucional:
a. Se trata de un “mandato al legislador”
b. Consagra un principio de reserva de ley en garantía de la regulación de dicha protección.
c. No determina la forma de protección frente al despido arbitrario, sino que la remite
a la ley.
Sin embargo, cuando se precisa que ese desarrollo debe ser “adecuado”, se está resaltando
–aunque innecesariamente– que esto no debe afectar el contenido esencial del derecho del
trabajador. En efecto, todo desarrollo legislativo de los derechos constitucionales presupo-
ne para su validez el que se respete su contenido esencial, es decir, que no se desnaturalice
el derecho objeto de desarrollo. Por esta razón, no debe considerarse el citado artículo 27
como la consagración, en virtud de la propia Constitución, de una “facultad de despido ar-
bitrario” hacia el empleador.
Por este motivo, cuando el artículo 27 de la Constitución establece que la ley otorgará
“adecuada protección frente al despido arbitrario”, debe considerarse que este mandato
295
Joel Rosas Alcántara
296
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
que el derecho internacional de los derechos humanos enuncia mínimos derechos que
siempre pueden ser susceptibles de mayores niveles de protección y no pueden significar,
en absoluto, el menoscabo de los derechos reconocidos por la Constitución conforme lo
establece el artículo 4 del propio Protocolo antes citado, ni mucho menos cuando ello con-
lleva al menoscabo del mismo contenido esencial de los derechos constitucionales. La in-
terpretación de estos debe efectuarse siempre en sentido dirigido a alcanzar mayores ni-
veles de protección. Es por ello que la doctrina sostiene que los derechos constitucionales
han de interpretarse como mandatos de optimización.
Es extensible este razonamiento a lo establecido por el Convenio 158 sobre terminación
de la relación de trabajo, que, aunque no ratificado y en calidad de Recomendación, prevé
también la posibilidad de protección indemnizatoria frente al despido arbitrario.
(…)
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le con-
fieren la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica,
FALLA
confirmando en parte la recurrida en el extremo que declaró FUNDADA la excepción de
falta de legitimidad para obrar propuesta; y, la REVOCA en el extremo que declaró im-
procedente la demanda, reformándola declara FUNDADA la acción de amparo e inapli-
cable el artículo 34, segundo párrafo, del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo
N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, Decreto Supremo N° 003-97-TR;
ordena la reincorporación al trabajo de las personas afiliadas a los sindicatos demandan-
tes que fueron despedidas por Telefónica del Perú S.A.A. y dispone que dicha empresa se
abstenga de continuar con el ejercicio de lo establecido por el citado artículo 34 por su in-
compatibilidad con la Constitución, respecto de los afiliados que continúan trabajando.
Dispone la notificación a las partes, su publicación en el diario oficial El Peruano y la de-
volución e los actuados.
SS. REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTI-
RIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCÍA TOMA
297
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 1396-2001-AA
LIMA
SINDICATO DE TRABAJADORES DE TOQUEPALA Y ANEXOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 27 días del mes de setiembre de 2002, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores magistrados Rey Terry,
Presidente; Revoredo Marsano, Vicepresidenta; Aguirre Roca, Alva Orlandini, Bardelli
Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Horario de trabajo
1. Respecto al horario de trabajo, el artículo 25 de la Constitución vigente indica expresa-
mente que la jornada de trabajo es de ocho horas diarias o cuarenta y ocho semanales como
máximo; y que, tratándose de jornadas atípicas o acumulativas, el promedio de horas tra-
bajadas no puede superar el máximo indicado.
En tal sentido, cabe destacar que el texto constitucional no establece únicamente un hora-
rio de ocho horas diarias, sino que, cualquiera que sea este, en ningún caso puede superar
las cuarenta y ocho horas semanales. Del mismo modo opina Marcial Rubio Correa, quien,
al comentar dicho artículo expresa que: “La parte final del primer párrafo [del artículo 25]
de la Constitución prevé jornadas acumulativas o atípicas, que son aquellas en las que el
trabajador trabaja más intensamente en un turno (por ejemplo, doce horas seguidas), caso
en el cual trabajará más cada día de labores, pero deberá mantenerse el máximo de cuaren-
ta y ocho horas semanales” (Estudio de la Constitución Política de 1993. Fondo Editorial
PUCP, 1999, Tomo II, p. 224).
2. De otro lado, en el caso de la negociación colectiva, el propio texto constitucional, en
el segundo párrafo, inciso b), del artículo 28, prescribe que la Convención Colectiva tiene
fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado; por ello cabe examinar la parte pertinen-
te de la Convención Colectiva de Trabajo - Trabajadores Toquepala 1996-2001, que co-
rre a fojas 17 de autos.
En la Cláusula 22 Jornada de Trabajo se establece que la jornada ordinaria de trabajo es de
ocho horas efectivas, añadiendo que las jornadas atípicas establecidas conforme a ley man-
tendrán la debida proporción entre días de trabajo y de descanso. En otras palabras, queda
claramente establecido que, en la referida Convención, las partes acordaron no solo la du-
ración de la jornada ordinaria de trabajo, sino también las jornadas atípicas, situación que,
de por sí, no violenta derecho fundamental de los afiliados al Sindicato, sino solo cuando
dicha estipulación sea indebidamente aplicada; de otro lado, lo expuesto no solo no con-
tradice el principio contenido en el inciso 2) del artículo 26 de la Constitución, relativo al
carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, por encon-
trarse previsto en la misma, como se ha observado, sino también, porque el derecho pro-
tegido en la Carta Magna es el relativo a una jornada de trabajo que no exceda de las cua-
renta y ocho horas semanales.
Cabe destacar que la legislación infraconstitucional reconoce la posibilidad de trabajar jor-
nadas atípicas u horarios de menos o más de ocho horas diarias, pero, en ningún caso, más
298
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
de cuarenta y ocho horas semanales. Ello se aprecia de los artículos 1 a 3 del Decreto Legis-
lativo N° 713, y de los artículos 209 y 212, inciso a), del Decreto Supremo N° 003-94-EM,
que aprueba el Reglamento de Diversos Títulos del TUO de la Ley General de Minería.
Además, en el artículo 9 del Decreto Supremo N° 003-97-TR se establece la facultad del
empleador para introducir o modificar turnos, mientras que en el caso del Decreto Legis-
lativo N° 854, que aprueba la Ley de Jornada de Trabajo, Horario y Trabajo en Sobretiem-
po, debe tenerse en cuenta el artículo 1, respecto a la jornada diaria (conforme a la regu-
lación vigente al momento de los hechos), los artículos 2, 4 y 6 sobre las facultades del
empleador, el promedio de horas trabajadas, la modificación del horario de trabajo y el
trámite a seguir.
En consecuencia, se advierte que la legislación infraconstitucional no solo es acorde con
la Constitución, sino que, además, la emplazada se encuentra respaldada por la misma.
Notificación del cambio de horario de trabajo
3. También se ha alegado que no se cumplió con la notificación de ley al momento de im-
plementarse la nueva jornada de trabajo, de conformidad con lo expuesto en el artículo
3 del Decreto Supremo N° 008-97-TR –vigente al momento de interponerse la demanda–,
esto es, con 10 días hábiles de anticipación; sin embargo, y conforme se aprecia de fojas
144 a 149, el 26 de marzo de 2000, la empresa demandada notificó a 152 trabajadores de
la mina de la nueva jornada de trabajo, la cual fue implementada el 10 de abril de 2000,
mas no a los 28 restantes.
En consecuencia, el requisito alegado sí ha sido cumplido en el caso de los 152 trabaja-
dores, por lo que la demanda debe ser desestimada respecto de ellos, mas no así en lo re-
ferente a los 28 restantes, en cuyo caso sí cabe otorgarles protección, a pesar de que ni el
Sindicato demandante ni la empresa emplazada han indicado expresamente sus nombres.
4. De otro lado, el 6 de abril de 2000, se comunicó el cambio de horario, a la Subdirec-
ción de Negociaciones Colectivas de Tacna (de fojas 150 a 152) y mediante escrito del 28
de abril de 2000, a la Dirección General de Energía y Minas (de fojas 153 a 154), desvir-
tuándose la afirmación relativa a una “imposición” hecha en forma “sorpresiva”. A mayor
abundamiento, debe tenerse presente que, conforme se aprecia de las copias de fojas 155 a
167, con anterioridad a los hechos expuestos, la empresa demandada ha implementado ho-
rarios de doce horas diarias, en sus diferentes secciones.
Ausencia de discriminación
5. Respecto a que la pretendida aplicación del horario genera una situación de discrimi-
nación, debe destacarse que, conforme lo ha expuesto la propia demandante, el horario de
doce horas de trabajo se aplica únicamente a los trabajadores de la sección Operaciones en
Mina, y que, dada la naturaleza de la labor que desarrollan los trabajadores de dicha sec-
ción, es evidente que tiene que existir un trato diferenciado, pues se dan situaciones fácti-
camente distintas que justifican, objetiva y razonablemente, la adopción de un horario de
trabajo diferente, que en nada afecta la dignidad de los trabajadores.
Más aún, debe resaltarse que, en el documento remitido a la Dirección General de Energía
y Minas (de fojas 153 a 154), la demandada expone que: “El sistema de trabajo semanal es
de cuatro días de trabajo por tres de descanso. Los trabajadores tendrán opción de laborar
uno de los días de descanso, con el pago de la remuneración correspondiente, más la so-
bretasa del 100 % de acuerdo a lo establecido en las Cláusulas 18 de las Convenciones Co-
lectivas de Trabajo de Empleados y Obreros de Cuajone y Toquepala.
299
Joel Rosas Alcántara
300
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 3039-2003-AA/TC
LA LIBERTAD
SINDICATO DE TRABAJADORES
MUNICIPALES UNITARIO
DE CASA GRANDE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 29 días del mes de enero de 2004, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Alva Orlandini, Gonzales Ojeda y García Toma, pro-
nuncia la siguiente sentencia
(…)
FUNDAMENTOS
1. El objeto de la demanda es que se declare inaplicable la Resolución de Concejo N° 003-
2003-MDCG que se pronuncia por la nulidad de la Resolución de Alcaldía N° 486-2002-
MDCG, mediante la cual se reconoce la constitución del Sindicato de Trabajadores Muni-
cipales Unitarios de la Municipalidad Distrital de Casa Grande y de su junta directiva, por
vulnerar los derechos constitucionales de libertad sindical y al debido proceso.
2. El Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 1124-2001-AA/TC ha señalado que el
derecho constitucional de libertad sindical, reconocido en el artículo 28, inciso 1), tiene
como contenido esencial un aspecto orgánico y un aspecto funcional, precisando que: “El
primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propó-
sito de defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facultad de afiliarse o
no afiliarse a este tipo de organizaciones (...)”. Bajo esa premisa, el citado pronunciamien-
to precisa que “lo anterior no conlleva a que el contenido esencial del citado derecho cons-
titucional se agote en los aspectos antes relevados. Por el contrario, es posible el desarro-
llo de ulteriores concretizaciones o formas de proyección del citado derecho constitucional
que, en principio, no pueden, como tampoco deben, ser enunciadas de manera apriorística.
Los derechos constitucionales albergan contenidos axiológicos que, por su propia natura-
leza, pueden y deben desarrollarse, proyectando su vis expansiva a través de remozadas y,
otrora, inusitadas manifestaciones”.
3. Siguiendo el criterio esbozado, este Tribunal en la STC Exp. Nº 1469-2002-AA/TC ha
puntualizado, respecto al contenido esencial del derecho de libertad sindical, que aquel no
puede agotarse en los planos orgánico y funcional, sino que “(...) a este núcleo mínimo e
indisponible deben añadirse todos aquellos derechos de actividad o medios de acción que
resulten necesarios, dentro del respeto a la Constitución y la ley, para que la organización
sindical cumpla con los objetivos que a su propia naturaleza corresponde, esto es, el desa-
rrollo, protección y defensa de los derechos e intereses, así como el mejoramiento social,
económico y moral de sus miembros. Por consiguiente, cualquier acto que se oriente a im-
pedir o restringir de manera arbitraria e injustificada la posibilidad de acción o la capaci-
dad de obrar de un sindicato resulta vulneratorio del derecho de libertad sindical”.
4. Como se observa, el contenido del derecho constitucional de libertad sindical puede ma-
terializarse o proyectarse de múltiples formas en razón de su naturaleza lo que depende-
rá de la manifestación concreta del mismo en determinado contexto espacial y temporal,
solo a partir de tal situación el contenido esencial del derecho podrá ser definido siempre
teniendo como pilares el aspecto orgánico y funcional que constituyen el mínimo indispo-
nible en el derecho en cuestión. Al respecto, debe tenerse en cuenta que de conformidad
301
Joel Rosas Alcántara
302
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
303
Joel Rosas Alcántara
EXP. Nº 1806-2003-AA/TC
LAMBAYEQUE
ANÍBAL LEONCIO BALCÁZAR TORREJÓN
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 22 días del mes de abril de 2004, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Gonzales Ojeda y García Toma, pro-
nuncia la siguiente sentencia
(…)
FUNDAMENTOS
1. La demanda tiene por objeto que se declare sin efecto legal la Resolución Presidencial
Regional N° 383-2002-CTAR-CAJ/PE, de fecha 15 de julio de 2002, mediante la cual se
declaró la nulidad de la Resolución de Gerencia Subregional N° 191-2002-CTAR-CAJ-
GSR-J; y de la N° 130-2002-CTAR-CAJGSR-JV, que dispuso el pago de los haberes rete-
nidos del recurrente desde el momento en que fue reincorporado.
2. La resolución cuestionada fundamenta su decisión en supuestas irregularidades en la
tramitación de la acción de cumplimiento que dispuso la reincorporación del recurrente, y
en que en la acción de cumplimiento no se ordenó el pago de los devengados, sino única-
mente la reincorporación.
3. Al respecto, es preciso señalar que no es posible, mediante una resolución administrati-
va, cuestionar la validez de una decisión jurisdiccional, máxime si esta es firme, tal como
consta a fojas 13 de autos en la resolución que declara consentida la sentencia expedida
en la acción de cumplimiento que dispone la reincorporación del accionante. Asimismo, la
Ley del Procedimiento Administrativo General N° 27444 establece, en su artículo 10, que:
“Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguien-
tes: 1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias. 2. El
defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno
de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el artículo 14. 3. Los actos expre-
sos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por silencio admi-
nistrativo positivo, por los que se adquieren facultades, o derechos, cuando son contrarios
al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumple los requisitos, documentación o trámites
esenciales para su adquisición. 4. Los actos administrativos que sean constitutivos de in-
fracción penal, o que se dicten como consecuencia de la misma”.
4. En tal sentido, la declaración de nulidad de oficio está limitada a las causas expresa-
mente señaladas por el artículo 10 la Ley N° 27444, las cuales no pueden ser ampliadas.
En consecuencia, la causa que se invocó para declarar la nulidad de la Resolución de Ge-
rencia Subregional N° 191-2002-CTAR-CAJ-GSR-J no está contemplada en las previstas
en el artículo 10 de la Ley N° 27444, por lo que tal proceder de la Administración vulne-
ra el debido proceso.
5. Si bien la sentencia estimatoria emitida en la acción de cumplimiento no dispone ex-
presamente el pago de las remuneraciones del recurrente, la Constitución Política vigen-
te, en sus artículos 23 y 24, respectivamente, prescribe que nadie está obligado a prestar
servicios sin retribución remunerativa, y que el trabajador tiene derecho a una remune-
ración equitativa y suficiente como contraprestación por el servicio brindado. Por consi-
guiente, al recurrente se le debe abonar sus remuneraciones desde el momento en que fue
reincorporado.
304
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
305
Joel Rosas Alcántara
EXP. Nº 2132-2003-AA/TC
PIURA
JUAN ALBERTO ESCOBAR
CARRILLO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Sullana, a los 25 días del mes de setiembre de 2003, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los señores magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bardelli Lar-
tirigoyen y Gonzales Ojeda, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Juan Alberto Escobar Carrillo, contra la sen-
tencia de la Sala Descentralizada Mixta de Sullana de la Corte Superior de Justicia de
Piura, de fojas 92, su fecha 30 de junio de 2003, que declaró infundada la acción de am-
paro de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 26 de febrero de 2003, el recurrente interpone acción de amparo contra la Muni-
cipalidad Provincial de Sullana, a fin de que se deje sin efecto el Memorando Nº 064-2003/
MPS-OADM-UPER, de fecha 3 de enero de 2003, y se ordene su reposición como em-
pleado de dicha institución, así como el pago de sus remuneraciones devengadas. Sostiene
que ingresó a laborar en la entidad demandada como chofer, bajo la modalidad de servi-
cios no personales con cargo a Proyectos de Inversión, desde el 1 de enero de 1999 hasta
el 31 de diciembre de 2002, acumulando más de 3 años continuos de servicios; y que, se-
gún lo señalado por el artículo 1 de la Ley N° 24041, los servidores públicos contratados
que tengan más de un año ininterrumpido de servicios en labores de naturaleza permanen-
te, no podrán ser cesados ni destituidos sino por las causas previstas en el Capítulo V del
Decreto Legislativo Nº 276, y con sujeción al procedimiento establecido en él.
La emplazada contesta la demanda solicitando que se la declare improcedente o infunda-
da, por considerar que al demandante no le corresponde el beneficio previsto en el artículo
1 de la Ley N° 24041, ya que no cumple con los requisitos exigidos, pues la naturaleza ju-
rídica de su contratación está sujeta al rubro de Proyectos de Inversión, siendo aplicable al
caso el artículo 2 de dicha ley; es decir, que no se requiere del procedimiento administra-
tivo establecido por el Decreto Legislativo N° 276, en caso de cese o destitución.
El Segundo Juzgado Especializado Civil de Sullana, con fecha 25 de marzo de 2003, de-
claró infundada la demanda, por considerar que de las pruebas ofrecidas se desprende que
el demandante trabajó en la modalidad de contrato a plazo fijo; por lo que, al comunicár-
sele el memorándum materia de la presente acción, solo se le puso en conocimiento el
término de su contrato, no vulnerándose derecho constitucional alguno.
La recurrida confirmó la apelada, estimando que el demandante no se encuentra compren-
dido dentro de lo dispuesto por la Ley N° 24041, ya que sus contratos fueron siempre a
plazo determinado y con cargo a Proyectos de Inversión.
FUNDAMENTOS
1. De autos se advierte que el demandante ha acreditado, de manera indubitable, haber
prestado servicios para la demandada en calidad de chofer, durante más de un año conse-
cutivo, labor propia de las municipalidades, y de carácter permanente, conforme consta de
las Resoluciones de fojas 2 a 22.
306
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
2. Por tal razón, a la fecha del cese, el accionante había adquirido la protección prescri-
ta en el artículo 1 de la Ley N° 24041, sustentada en el principio de protección al trabaja-
dor, cuyo tenor es la aplicación de la condición más beneficiosa al trabajador, y consagra-
do por la Constitución en su artículo 26, inciso 3); así como en el principio de primacía
de la realidad, según el cual, en caso de discordia entre lo que ocurriese en la práctica y lo
que apareciera de los documentos o contratos, debe otorgarse preferencia a lo que sucede
y se aprecia en de los hechos.
3. Siendo así, el demandante solo podía ser despedido por las causas previstas en el
Capítulo V del Decreto Legislativo N° 276, por lo que la decisión de la demandada de dar
por concluida la relación laboral que tenía con aquel, sin observar el procedimiento seña-
lado en la ley mencionada, resulta violatoria de los derechos constitucionales al trabajo y
al debido proceso, reconocidos en los artículos 2, inciso 15, 22 y 139, inciso 3, de la Cons-
titución Política vigente.
4. En cuanto al extremo referente al pago de las remuneraciones que dejó de percibir du-
rante el tiempo de duró el cese, este Tribunal ha establecido que ello no procede, por cuan-
to la remuneración es la contraprestación por el trabajo realizado, sin perjuicio de dejar a
salvo el derecho a la indemnización que pudiera corresponderle.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le con-
fieren la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida que, confirmando la apelada, declaró infundada la demanda;
y, reformándola, la declara FUNDADA; en consecuencia, ordena que la demandada pro-
ceda a reincorporar al demandante, en su condición de contratado, en el cargo que desem-
peñaba al momento de la violación de sus derechos constitucionales, o en otro de igual ni-
vel o categoría; e IMPROCEDENTE el pago de las remuneraciones que, por razón del
cese, hubiese dejado de percibir, dejando a salvo su derecho de reclamarlas en la forma le-
gal respectiva. Dispone la notificación a las partes, su publicación conforme a ley y la de-
volución de los actuados.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA
307
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 00642-2004-AA/TC
CONO NORTE DE LIMA
MÁXIMO SILVA
RIMAS Y OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 25 días del mes de junio de 2004, reunida la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, con la asistencia de los señores magistrados Bardelli Lartirigoyen, Revo-
redo Marsano y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia
(…)
FUNDAMENTOS
1. La demanda tiene por objeto que se declare la inaplicabilidad de las Resoluciones de
Alcaldía N° 646-96-A/MC y N° 1157-99-A/MC, y que se ordene a la emplazada cumpla
con pagar a los demandantes las asignaciones por racionamiento y movilidad.
2. Es necesario precisar que, mediante Resolución Municipal N° 1781-86-A/MC, de fecha
18 de octubre de 1986, la Municipalidad Distrital de Comas aprobó el punto 9 del Acta de
Trato Directo, y acordó la nivelación de los beneficios económicos de movilidad y racio-
namiento de acuerdo al incremento del sueldo mínimo vital.
3. Mediante la Resolución de Alcaldía N° 646-96-A/MC, de fecha 1 de marzo de 1996, se
resolvió, en su artículo 1, congelar los sueldos de los servidores municipales para el ejer-
cicio presupuestal de 1996, lo cual no constituye, per se, un acto vulneratorio del derecho
constitucional de los demandantes reconocido en el artículo 24 de la Constitución Política
de 1993, puesto que, si bien es cierto que todo trabajador tiene derecho a una remuneración
equitativa y suficiente que procure, para él y su familia, el bienestar material y espiritual,
no lo es menos que el congelamiento de los sueldos fue de carácter temporal, toda vez que
solo fue aplicado durante el año de 1996, debido a la carencia de presupuesto.
4. De acuerdo con lo establecido por el artículo 44 del Decreto Legislativo N° 276, aplica-
ble al caso de autos, las entidades públicas están prohibidas de negociar con sus servido-
res, directamente o a través de sus organizaciones sindicales, condiciones de trabajo o be-
neficios que impliquen incrementos remunerativos o que modifiquen el sistema único de
remuneraciones, en tanto que el artículo 45 precisa que ningún sistema de remuneracio-
nes de servidores públicos podrá establecerse sobre la base de utilizar el reajuste del suel-
do mínimo, la unidad de referencia u otro similar, siendo nulo todo pacto en contrario.
5. Asimismo, este Tribunal no considera que la Resolución de Alcaldía N° 1157-99-A/MC
constituya, por sí misma, un acto vulneratorio de algún derecho constitucional, dado que me-
diante esta se resuelve disponer que la solicitud presentada por el Sindicato Unitario de Tra-
bajadores Municipales (Sitramun) de Comas y la Asociación de Pensionistas sea atendida de
acuerdo a los derechos que reconoce la Ley de Bases de la Carrera Administrativa.
6. En consecuencia, no habiéndose acreditado la vulneración real y efectiva de los dere-
chos constitucionales invocados en la demanda, esta debe desestimarse.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que la Cons-
titución Política del Perú le confiere,
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS. BARDELLI LARTIRIGOYEN; REVOREDO MARSANO; GARCÍA TOMA
308
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 2235-2004-AA/TC
LIMA
GRIMALDO SATURDINO
CHONG VÁSQUEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Ica, a los 18 días del mes de febrero de 2005, el Tribunal Constitucional en sesión de
Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bar-
delli Lartirigoyen, Vicepresidente; Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa
Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Grimaldo Saturdino Chong Vásquez
contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de
Justicia de la República, de fojas 174, su fecha 25 de noviembre del 2003, que declaró in-
fundada la demanda de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
PETITORIO
1. El objeto de la presente demanda es que se deje sin efecto la Resolución N° 30 de fe-
cha 16 de mayo de 2002, alegándose que vulnera el derecho del recurrente al libre ejerci-
cio de la profesión de abogado, pues le impide patrocinar como letrado. Tal resolución se
sustenta en que el recurrente ejerce también el cargo de Ejecutor Coactivo de la Munici-
palidad Provincial de Paita.
Su tenor es el siguiente:
“Y con el escrito presentado por el abogado Dr. Grimaldo Chong Vásquez: De con-
formidad con el artículo 7.2 de la Ley Nº 26979 declárese inadmisible: concediéndo-
sele al Banco ejecutante el plazo de 2 días para que autorice a otro letrado; bajo aper-
cibimiento de tenerse por no presentado su escrito; y además resoluciones judiciales
que resuelvan lo mismo en otros procesos judiciales en el cual el suscrito sea el abo-
gado patrocinante”.
Derecho al libre ejercicio de la profesión
2. El libre ejercicio de la profesión no se encuentra expresamente reconocido como un de-
recho de rango constitucional. Sin embargo, de ese dato no se deriva necesariamente que
no lo sea. En la STC Exp. N° 0895-2001-AA/TC, este Tribunal sostuvo que “(...)En oca-
siones, en efecto, es posible identificar dentro del contenido de un derecho expresamente
reconocido otro derecho (...) Si bien: “Nuestra Constitución Política recoge en su artículo
3 una “enumeración abierta” de derechos, (el)lo (...) no obsta para pensar que en ciertos
derechos constitucionales explícitamente reconocidos, subyacen manifestaciones del de-
recho que antaño no habían sido consideradas”.
El derecho al libre ejercicio de la profesión es uno de aquellos derechos que forma parte
del contenido de otro. En concreto, del derecho a la libertad de trabajo, reconocido en el
artículo 2, inciso 15, de la Constitución. Como tal, garantiza que una persona pueda ejercer
libremente la profesión para la cual se ha formado, como un medio de realización personal.
309
Joel Rosas Alcántara
Sin embargo, el libre ejercicio de la profesión, como todo derecho fundamental, puede ser
restringido para satisfacer fines constitucionalmente valiosos. Como establece el inciso 2)
del artículo 32 de la Convención Americana de Derechos Humanos, “los derechos de cada
persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las
justas exigencias del bien común, en una sociedad democrática”.
Limitaciones al ejercicio de derechos fundamentales y exigencias del principio
de legalidad
3. El recurrente alega que el juez emplazado lesionó su derecho pues, a su juicio, en su
condición de ejecutor coactivo de una municipalidad, no está impedido de ejercer, fuera de
su horario de trabajo, la profesión de abogado.
Sustentándose en el ordinal “a” del inciso 24 del artículo 2 de la Constitución, este Tribu-
nal ha afirmado que toda limitación de un derecho fundamental debe provenir de una ley.
La exigencia de que tales restricciones a los derechos fundamentales se realicen con respe-
to al principio de legalidad es también una exigencia que se deriva del Derecho Internacio-
nal de los Derechos Humanos. Entre otros tratados internacionales en los que el Estado pe-
ruano es parte, ese es el sentido en el que debe entenderse el artículo 30 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, según el cual: “Las restricciones permitidas, de acuer-
do con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la
misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de inte-
rés general y con el propósito para el cual cual han sido establecidas”.
4. En diversas oportunidades, este Tribunal ha sostenido que la satisfacción de las exigen-
cias que demanda dicho principio de legalidad para el establecimiento de los límites sobre
los derechos fundamentales no incluye única y exclusivamente a la ley en sentido formal,
esto es, a la expedida por el Congreso de la República como tal.
En efecto, en un tema relativo a los alcances del principio de reserva de ley en materia
tributaria (STC Exp. N° 2762-2002-AA/TC), este Tribunal recordó que dicha reserva
legal debía entenderse como una de “acto legislativo”, y que la misma no era omnicom-
prensiva para cualquier tipo de normas a las que el ordenamiento pueda haber confe-
rido el rango de ley –como puede ser el caso de una ordenanza municipal por ejem-
plo–, pues se trata de un acto legislativo que garantiza que las restricciones y límites
de los derechos constitucionales cuenten necesariamente con la intervención del Poder
Legislativo, preservando, además, su carácter general y su conformidad con el princi-
pio de igualdad.
5. Del mismo criterio ha sido también la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
la que si bien ha sostenido que “(...) no es posible interpretar la expresión leyes, utili-
zada en el artículo 30 (de la Convención Americana), como sinónimo de cualquier nor-
ma jurídica” (Opinión Consultiva 6/86, párrafo. 26), y que la “(...) expresión leyes (...)
no puede tener otro sentido que el de ley formal, es decir, norma jurídica adoptada por
el órgano legislativo y promulgada por el Poder Ejecutivo, según el procedimiento re-
querido por el derecho interno de cada Estado” (párrafo 27), sin embargo, ha admitido
también que la exigencia de ley formal no “(...) se contradice forzosamente con la po-
sibilidad de delegaciones legislativas en esta materia, siempre que tales delegaciones
estén autorizadas por la propia Constitución, que se ejerzan dentro de los límites im-
puestos por ella y por la ley delegante, y que el ejercicio de la potestad legislativa esté
sujeto a controles eficaces, de manera que no desvirtúe, ni pueda utilizarse para des-
virtuar, el carácter fundamental de los derechos y libertades protegidos por la Conven-
ción” (párrafo 36).
310
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
311
Joel Rosas Alcántara
312
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
10. Aunque el legislador no lo haya afirmado expresamente, cuestión que, por otra par-
te, no tiene por qué hacerlo cuando legisla, al Tribunal Constitucional no le cabe ninguna
duda de que detrás de la disposición limitativa del derecho a ejercer libremente la profesión
de quienes tienen la condición de Ejecutores Coactivos se encuentra el principio constitu-
cional de buena administración, implícitamente constitucionalizado en el Capítulo IV del
Título II de la Constitución. En lo que aquí interesa poner de relieve, dicho principio quie-
re poner en evidencia no solo que los órganos, funcionarios y trabajadores públicos sirven
y protegen al interés general, pues “están al servicio de la Nación” (artículo 39 de la Cons-
titución), sino, además, que dicho servicio a la Nación ha de realizarse de modo transparen-
te. Transparencia que exige que el Estado prevea todos los medios organizacionales, pro-
cedimentales y legales destinados a evitar que determinados funcionarios y trabajadores
públicos, con poder de decisión o influencia en la toma de decisiones trascendentales para
la buena marcha de la administración, puedan encontrarse restringidos en mayor medida
que otros servidores públicos en el ejercicio de determinados derechos fundamentales. Es
el caso, por ejemplo, de quienes ejercen el cargo de Congresistas, para quienes, de acuer-
do con el tercer párrafo del artículo 92 de la Constitución, su cargo es incompatible con la
condición de gerente, apoderado, representante, mandatario, abogado, accionista mayori-
tario o miembro del Directorio de empresas que tienen con el Estado contratos de obras,
de suministro o de aprovisionamiento o que administran rentas públicas o prestan servicios
públicos. Pero también es el de los Jueces, quienes tampoco pueden actuar como aboga-
dos, salvo casos muy excepcionales contemplados en la Ley Orgánica del Poder Judicial.
11. El cargo de Ejecutor Coactivo perteneciente también a esa esfera de la función pública
y, en virtud de ello, por efecto del principio de transparencia, está limitado en el ejercicio
de algunos derechos fundamentales y, en particular, del libre desempeño de la profesión de
abogado. Tales restricciones se derivan de la propia naturaleza de la función que desem-
peña el Ejecutor Coactivo, puesto que se trata de un funcionario que es responsable de lle-
var adelante el procedimiento administrativo destinado al cumplimiento de las acreencias
impagas a favor de una entidad de la administración pública.
En esa medida, la necesidad de evitar colusiones ilegales, favorecimientos indebidos, u
otros de naturaleza análoga, que pongan en peligro los deberes del ejercicio del cargo para
con el órgano de la administración, la comunidad y el Estado, tornan razonable una medi-
da como la contemplada en el artículo 7, inciso 2 de la Ley Nº 26979.
12. Por último, este Tribunal tampoco considera que la medida limitativa del derecho al
libre ejercicio de la profesión no satisfaga las exigencias del principio de proporcionali-
dad, pues, como se ha visto, se trata de una medida: a) idónea para alcanzar el fin consti-
tucionalmente legítimo; b) necesaria, porque no se ha acreditado otro medio, menos aflic-
tivo, para conseguir el mismo fin, ni este Tribunal considera que la opción adoptada por el
legislador importe un sacrificio excesivo o innecesario, sobre el derecho limitado; y, c) los
perjuicios que genera sobre el derecho afectado no son superiores al interés que se persi-
gue satisfacer.
Por estos fundamentos, el Tribunal constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo de autos.
Publíquese y notifíquese.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA;
GARCÍA TOMA; VERGARA GOTELLI; LANDA ARROYO
313
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 0090-2004-AA/TC
LIMA
JUAN CARLOS CALLEGARI HERAZO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Arequipa, a los 5 días de julio de 2004, el Tribunal Constitucional, en sesión de Pleno
Jurisdiccional, con asistencia de los señores magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bar-
delli Lartirigoyen, Revoredo Marsano, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la si-
guiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Juan Carlos Callegari Herazo contra la senten-
cia expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
283, su fecha 25 de julio de 2003, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
(…)
§6 Derechos constitucionales a los que están sujetos los miembros de la Policía
Nacional del Perú
19. Este Colegiado ha dejado claramente establecido que la lesión de los derechos fun-
damentales de la persona constituye, per se, un acto inconstitucional, cuya validez no es
en modo alguno permitida por nuestro ordenamiento. En ese contexto, y, al amparo de la
Norma Fundamental, el Tribunal Constitucional tiene la obligación de disponer a favor del
agraviado la tutela más amplia, efectiva y rápida posible, restituyéndole en el goce integral
y en el ejercicio pleno de su derecho amenazado o vulnerado, lo que se conseguirá median-
te la cesación del acto lesivo y la privación del efecto legal que por arbitrariedad la Admi-
nistración, en casos como el de autos, quisiese consumar.
20. Este Tribunal Constitucional ha precisado en la sentencia recaída en el Expediente
Nº 748-99-AA/TC, del 20 de mayo de 2000 –aplicable también al caso de las Fuerzas Ar-
madas– que si bien los miembros de la Policía Nacional del Perú se rigen por sus propios
estatutos y reglamentos, conforme lo establece el artículo 168 de la Constitución Política,
ello no significa que estén al margen de la protección constitucional, pues su propia Ley
Orgánica, de conformidad con los principios, valores y fines establecidos en el Texto Fun-
damental de la República, dispone en el numeral 9) de su artículo 36 que son derechos del
personal policial “los demás reconocidos por la Constitución y las Leyes”. Dicho postu-
lado ha sido asimilado por la Resolución Ministerial Nº 186-2002-IN/0102, de fecha 6 de
febrero de 2002, al señalar en sus considerandos que “(...) las normas internacionales so-
bre derechos humanos otorgan un marco para el ejercicio de los derechos fundamentales
de la persona que le corresponden también al miembro de la Policía Nacional en su condi-
ción de persona humana (...)”.
21. Por ello, corresponde a este Colegiado pronunciarse sobre la violación de derechos
fundamentales de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú en el
caso de pase a la situación de retiro por renovación.
(…).
Los principios de razonabilidad y proporcionalidad
35. El numeral 1.4. de la Ley de Procedimiento Administrativo General enuncia el principio
de razonabilidad, según el cual, las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones o establezcan restricciones a los
314
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
315
Joel Rosas Alcántara
Derecho al trabajo
37. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22 de la Constitución Política vi-
gente. Este Tribunal estima que el contenido esencial de este derecho constitucional im-
plica dos aspectos: el primero, acceder a un puesto de trabajo, y el segundo, de no ser des-
pedido sino por causa justa. Respecto al primero, el derecho al trabajo supone la adopción
por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de tra-
bajo; mientras que el segundo es el que resulta relevante para resolver la causa: se trata del
derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido, salvo por causa justa.
38. Por ello, el principio de razonabilidad, implícitamente derivado del principio de igual-
dad, y expresamente formulado en el artículo 200 de la Constitución, no tolera ni protege
que se realicen o expidan actos o normas arbitrarias. Razonabilidad, en su sentido mínimo,
es lo opuesto a la arbitrariedad y a un elemental sentido de justicia.
39. Este precepto constitucional no se ha tomado en consideración en el caso de los pases
a retiro por renovación de cuadros de los Oficiales de las Fuerzas Armadas y la Policía Na-
cional, ya que la ausencia de motivación en el acto administrativo no permite advertir una
justificación objetiva y razonable para decidirlos, atentando contra el derecho al trabajo de
los oficiales afectados.
Derecho a la igualdad ante la ley
40. El principio de igualdad, mediante el cual se reconoce que todos los seres humanos na-
cen libres e iguales en dignidad y derechos –artículo 1 de la Declaración Universal de los
Derecho Humanos–, exige que los tratamientos diferenciados estén plenamente justifica-
dos de modo objetivo y razonable, más aún cuando los responsables de realizarlo lo efec-
túen en el ejercicio de funciones públicas.
41. Este derecho fundamental, reconocido por el numeral 2) del artículo 2 de la Constitu-
ción, resulta vulnerado con las resoluciones que disponen el pase al retiro por renovación
de Oficiales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional insuficientemente motivadas,
por cuanto impiden saber si se está ante una diferenciación razonable y, por ende, admisi-
ble por el Derecho.
42. Igualmente, en la relación laboral, este principio está acogido por el numeral 1) del ar-
tículo 26 de la Carta Magna, el cual prescribe la igualdad de oportunidades sin discriminación.
43. La discriminación es, en conclusión, el trato diferenciado que se da a una persona por
determinadas cuestiones, lo que imposibilita su acceso a oportunidades esenciales a las
que otros, en su misma condición tienen derecho. Pues si bien, la aplicación de la causal
de renovación no implica una sanción administrativa, trunca el desarrollo profesional de
los invitados al retiro”.
FALLO
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que la Cons-
titución Política del Perú le confiere,
Ha resuelto
1. Declarar IMPROCEDENTE la acción de amparo.
2. Poner en conocimiento esta sentencia al Ministerio de Defensa y al Ministerio
del Interior.
Publíquese y notifíquese.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; REVOREDO MARSANO;
GONZALES OJEDA; GARCÍA TOMA
316
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 04762-2004-AA/TC
LIMA
HÉCTOR TEÓFILO
CAJAVILCA MEZA
Y OTROS
RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Lima, 16 de diciembre de 2005
VISTO
El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Héctor Teófilo Cajavilca Meza y
otros contra la sentencia de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
de fojas 646, su fecha 20 de setiembre de 2004, que declara improcedente el proceso de
amparo de autos.
ATENDIENDO A
1. Que con fecha 6 de junio de 2003, el recurrente y otros interponen demanda de amparo
contra Telefónica del Perú S.A.A, el Ministerio de Trabajo y la Presidencia del Consejo de
Ministros con el objeto que se inaplique el Decreto Legislativo Nº 892 y su Reglamento, el
Decreto Supremo Nº 009-98-TR respecto al cálculo de las participaciones de los trabaja-
dores en las utilidades de la empresa Telefónica del Perú S.A.A por considerar que se está
vulnerando el derecho constitucional a la igualdad ante la ley y en consecuencia se orde-
ne efectuar una nueva liquidación utilizando el cálculo señalado para la utilidad financie-
ra. Señala que la distribución que utilizó Telefónica del Perú S.A.A resulta discriminatoria
al usar una base de cálculo diferente para los trabajadores y para los accionistas, solicitan-
do que se retrotaiga las cosas al estado anterior a la liquidación de la participación de las
utilidades de la emplazada realizada en base a la renta imponible en los ejercicios de los
años 1997, 1998 y 1999.
2. Que el recurrente sostiene que la fecha en que se produce la afectación es el 26 de fe-
brero de 2003, no siendo acorde con lo observado en autos, ya que la afectación que se
alega se encuentra sustentada en rectificaciones de declaraciones juradas del reparto de
utilidades que obran de fojas 21 a 33, las cuales se pueden presentar posteriormente a la
fecha legal del reparto de utilidades. Asimismo, conforme se aprecia del artículo 6 del De-
creto Legislativo Nº 892, el reparto de utilidades al trabajador debe darse a los 30 días
de presentada la declaración jurada, en consecuencia tomando en cuenta que los perio-
dos cuyo recálculos se solicitan corresponden a los periodos 1997, 1998 y 1999, no puede
considerarse que la afectación se produjo el 26 de febrero de 2003.
3. Que en consecuencia los demandantes debieron solicitar que se efectué una nueva liqui-
dación cuando se realizó el reparto de las utilidades y no cuando se produjeron las recti-
ficaciones.Tampoco podría alegarse afectación continuada de derechos, pues no estamos
frente a un tema pensionario, único caso en el cual el Tribunal sostiene la tesis de la excep-
ción a la caducidad ( prescripción extintiva). Es más, si como quiera que lo que se cuestio-
na no es un tema de utilidades no distributivas, sino más bien la forma legal conforme se
ha establecido su cálculo en la ley, es lógico que los supuestos trabajadores afectados de-
bieron accionar en la oportunidad de su reparto y no con la rectificatoria.
4. Que, teniendo en cuenta que la ley establece para la caducidad un plazo por el ejercicio
del derecho de acción y que su cómputo se inicia en la fecha prevista por ella, es necesario
317
Joel Rosas Alcántara
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 4635-2004-AA/TC
TACNA
SINDICATO DE TRABAJADORES
TOQUEPALA Y ANEXOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 17 días del mes de abril de 2006, el Tribunal Constitucional, en sesión de
Pleno Constitucional, con la asistencia de los señores magistrados García Toma, Presiden-
te; Gonzales Ojeda, Vicepresidente; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Vergara Gotelli
y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
II.- Contexto en el que se desarrolla la actividad de los trabajadores mineros: condi-
ciones de trabajo, seguridad y salud ocupacional en la actividad minera
4. Dada la importancia de la materia controvertida, y previamente al análisis de fondo que
deberá efectuar el Tribunal Constitucional para determinar si las jornadas atípicas o acu-
mulativas, que se aplican en el presente caso a los trabajadores mineros afiliados al Sin-
dicato recurrente, son compatibles con los derechos constitucionales invocados por el de-
mandante y con aquellos que el Tribunal estima aplicables, es necesario tener en cuenta el
contexto concreto en el que se desarrolla el trabajo en el sector minero del Perú. Para ello,
recurriremos al Informe sobre las Condiciones de Trabajo, Seguridad y Salud Ocupacional
en la Minería del Perú elaborado por el Equipo Técnico Multidisciplinario para los Países
Andinos de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) del año 2002.
2.1.- La minería como actividad de alto riesgo
5. La minería es considerada como una actividad de alto riesgo para la seguridad y salud
de los trabajadores. Al respecto, el referido informe establece que:
“Esta calificación puede ser tanto consecuencia de los procesos tecnológicos que se
utilizan, como por las características geográficas y el medio ambiente en el que se
ubican los emplazamientos de los yacimientos, los modos operativos en que se plani-
fica y ejecuta el trabajo (tales como la duración y forma en que se organizan las jor-
nadas o los turnos laborales), o aún por otros factores biológicos y psicosociales con-
comitantes. Por unas u otras razones, la vida, la seguridad y la salud de los mineros
requieren de medidas especiales destinadas a protegerlos”(1).
Corresponde, al Estado, en primer lugar, adoptar tales medidas. En ese sentido, el Tribunal
Constitucional, como órgano constitucional del Estado peruano, no puede dejar de consi-
derar dicha obligación, que también incumbe a los empleadores, para los efectos de la re-
solución del presente caso.
(1) Oficina Internacional del Trabajo (OIT), Equipo Técnico Multidisciplinario para los Países Andi-
nos: Condiciones de trabajo, seguridad y salud ocupacional en la Minería del Perú. OIT, Lima,
2002, p. 5.
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enfermedades causadas por las vibraciones (afecciones de los músculos, tendones, hue-
sos, articulaciones, vasos sanguíneos periféricos o nervios periféricos) y neoplasia pul-
monar o mesotelioma causada por el asbesto. Los trabajadores mineros, también, están
expuestos a riesgos físicos como el ruido, vibraciones, humedad extrema, radiaciones,
así como a riesgos biológicos y químicos, entre otros. Asimismo, se destaca también
las dificultades y los transtornos fisiológicos que comporta el trabajo físico en altura(4).
(Téngase en cuenta que, en el presente caso, el asentamiento minero de Toquepala está
a 3,500 m.s.n.m(5)).
2.5.- Jornada de trabajo en el sector minero
9. Con relación a la jornada de trabajo en el sector minero, el Informe añade que, hasta el
año 2002, “de acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Trabajo y Promoción Social (...)
el promedio de horas de trabajo en la minería supera las 48 horas semanales (el rango de
48 horas a más representa el 91.6 %)”(6). En el mismo documento se cita información re-
ferida a que la mayor parte de las empresas mineras adecuan su sistema al denominado
14 x 7, es decir: 14 días continuos de trabajo con doce horas diarias de labor, por siete de
descanso, después del cual se retoma el siguiente periodo (de 14 x 7). Menos común pero
también aplicado es el sistema 20 x 12.
10. Al respecto, cabe mencionar que la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios
y Recomendaciones (CEACR) de la Organización Internacional del Trabajo, en su Obser-
vación Individual sobre el Convenio Número 1 - Horas de Trabajo (Industria) 1919 (Ra-
tificación 1945), Documento Nº 062002PER001, del año 2002, estimó que el sistema de
trabajo 14 x 7 aplicable en el Perú no cumple con lo que dispone el artículo 2 del Con-
venio Nº 1 de la OIT, ya que la media de horas de trabajo semanales por un periodo de
tres semanas llega a 56 horas por semana y excede el límite prescrito por el artículo 2, c)
(48 horas a la semana).
11. Efectuada la descripción del contexto donde se desarrolla el trabajo minero en el Perú,
corresponde ahora determinar el parámetro constitucional de derechos para evaluar el pre-
sente caso concreto.
III.- Parámetro constitucional de los derechos materia del presente proceso
2.1.- Respeto de la dignidad de la persona
12. El Sindicato considera que la imposición, a los trabajadores mineros, de una jornada
mayor a las ocho horas los expone a mayores riesgos de adquirir enfermedades profesio-
nales por la asimilación diaria de los tóxicos minerales, poniendo en riesgo su salud y sus
vidas. Estiman que este hecho vulnera la dignidad de los trabajadores.
El artículo 1 de la Constitución dispone:
La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado.
Al respecto, este Colegiado ha establecido que:
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
porque, sentido, si bien los tratados de derechos humanos constituyen el estándar mínimo
de derechos humanos, cuando existan normas internas más protectoras, estas deben pre-
valecer puesto que otorgan una mayor protección. Como ya se anotó, ese es el caso del ar-
tículo 4 del Convenio Nº 1 de la OIT, frente al cual el artículo 25 de la Constitución otorga
una mayor protección al fijar la jornada semanal en cuarenta y ocho horas como máximo(9).
2.3.- Derecho al disfrute del tiempo libre y al descanso
18. El mismo artículo 25 de la Constitución establece que los trabajadores tienen derecho
a descanso semanal y anual remunerados. Su disfrute y compensación se regulan por ley o
por convenio. A su turno, el artículo 2, inciso 22 de la Constitución, dispone que toda per-
sona tiene derecho al disfrute del tiempo libre y al descanso.
19. Conforme a la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución y al artículo
V del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, la interpretación de los dere-
chos reconocidos en el artículo 25 y en el artículo 2 inciso 22 de la Constitución, debe te-
ner presente que:
a) El artículo 24 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dispone que toda per-
sona tiene el derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre.
b) El artículo 7 literal d) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cul-
turales reconoce el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas
y satisfactorias que le aseguren en especial el disfrute del tiempo libre.
c) El artículo 7 literal h) del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre dere-
chos humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, reconoce el dere-
cho al descanso y al disfrute del tiempo libre.
Consecuentemente, de las disposiciones citadas se concluye que:
a) La jornada laboral, para ser compatible con el artículo 25 de la Constitución, deberá
considerar que las personas tienen derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre; y,
b) El disfrute y compensación del descanso semanal y anual remunerados se regulan por
ley o por convenio, conforme al parámetro constitucional descrito.
20. Es evidente que el ejercicio del derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre guar-
da estrecha relación con la implantación de una jornada de trabajo razonable. Entonces, la
jornada de trabajo no puede ser un impedimento para el adecuado ejercicio del menciona-
do derecho o convertirlo en impracticable. Es válido por ello concluir, también, en que las
jornadas atípicas deberán ser razonables y proporcionadas según el tipo de actividad labo-
ral, a fin de que el derecho al descanso diario sea posible.
(…)
2.5.- Igualdad de oportunidades sin discriminación
22. El artículo 26, inciso 1 de la Constitución dispone que en la relación laboral se debe
respetar la igualdad de oportunidades sin discriminación. Al respecto, el Tribunal ha pre-
cisado que:
La igualdad de oportunidades –en estricto, igualdad de trato– obliga a que la conduc-
ta ya sea del Estado o los particulares, en relación a las actividades laborales, no ge-
nere una diferenciación no razonable y, por ende, arbitraria.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
(10) Caso Ley Marco del Empleo Público, Exp. Nº 0008-2005-AI/TC, fundamento 23.
(11) Ibídem, fundamento 24.
(12) Ibídem, fundamento 33.
(13) Cabe precisar que el sistema 4 x 2, que en rigor sería 5 x 2, así denominado por los recurrentes, con-
siste en trabajar 4 días seguidos durante 12 horas diarias, más un día tomado de los tres de descanso,
con lo cual el trabajador termina trabajando 5 días en total por 12 horas diarias y descansando solo 2
días. Si bien el quinto día es pagado con una sobretasa de 100 %, el hecho concreto es que si esta si-
tuación se prolonga por tres semanas, entonces el trabajador termina trabajando por encima del máxi-
mo que establece el artículo 25 de la Constitución y por encima de la media que prevé el inciso c) del
artículo 2 del Convenio Nº 1 de la OIT.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
(14) Las neumoconiosis pueden clasificarse en neumoconiosis no específicas, en las que el polvo inhalado
no produce fibrosis progresiva ni enfisema y, por lo tanto, no produce incapacidad (siderosis, esta-
ñosis, baritosis, etc.); y neumoconiosis específicas, que provocan fibrosis, enfisema, incapacidad y
muerte (silicosis, asbestosis). OIT. Condiciones de trabajo, seguridad y salud ocupacional en la Mi-
nería del Perú. Ob. cit., pp. 77, 99 a 107 y 118.
327
Joel Rosas Alcántara
(15) Respecto del Derecho a la vida la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado “(...) El
derecho a la vida es un derecho humano fundamental, cuyo goce es un prerrequisito para el disfrute
de todos los demás derechos humanos. De no ser respetado, todos los derechos carecen de sentido.
En razón del carácter fundamental del derecho a la vida, no son admisibles enfoques restrictivos del
mismo. En esencia, el derecho fundamental a la vida comprende, no solo el derecho de todo ser hu-
mano de no ser privado de la vida arbitrariamente, sino también el derecho a que no se le impida el
acceso a las condiciones que le garanticen una existencia digna(...)”. Caso Villagrán Morales y otros
(niños de la Calle) contra Guatemala, sentencia de fondo, fundamento 144.
(16) Juan Somavía, Director General de la OIT. Conferencia Internacional del Trabajo. 87ª reunión 1999.
(17) Objetivo estratégico 1 sobre el Trabajo Decente de la OIT.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
los particulares. Cuando las partes pactan respetar dicha jornada en un convenio colectivo
que, conforme al inciso 2 del artículo 28 de la Constitución, tiene fuerza vinculante en el
ámbito de lo concertado, en modo alguno se puede considerar que tales derechos no vin-
culen a las partes que celebraron tal convenio colectivo.
39. Con relación al convenio colectivo, es pacífico, y así se ha sostenido en el Exp.
Nº 0008-2005-PI/TC, fundamento 31, que este prevalece sobre el contrato individual de
trabajo cuando el convenio es más favorable al trabajador. Debe tenerse presente que cuan-
do la Constitución y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos fijan un estándar
mínimo (por ejemplo, el derecho a la jornada de ocho horas y el derecho a una jornada ra-
zonable de trabajo), entonces los convenios colectivos y los contratos de trabajo no pue-
den contradecir dicho estándar mínimo, bajo sanción de nulidad por contravenir derechos
fundamentales. Consiguientemente, la presente sentencia tiene plenos efectos incluso en
los supuestos en que los afiliados al sindicato recurrente hubiesen pactado individualmen-
te una jornada diaria mayor a las ocho horas.
40. Tampoco es sostenible el argumento de la demandada en el sentido de que la cláusula
2.c) de la misma Convención Colectiva 2001 a 2007 justificaría el establecimiento o mo-
dificación del número de horas, turnos, horarios o sistemas de trabajo de acuerdo a sus ne-
cesidades, con el objeto de incrementar la productividad, en casos debidamente justifica-
dos o de emergencia y de acuerdo a sus necesidades. El Tribunal Constitucional considera
que tales cambios son excepcionales y temporales y no pueden sobrepasar el máximo or-
dinario de ocho horas diarias para los trabajadores mineros.
41. Esas variaciones no pueden convertirse en la regla del trabajo minero, como ocurre en
el presente caso, en que un sistema excepcional se ha convertido en la regla durante más
de cinco años, imponiendo a los trabajadores mineros jornadas de 12 horas diarias que re-
ducen ostensiblemente su expectativa de vida y afectan su derecho al descanso diario, vul-
nerando de esta manera el carácter inrrenunciable de los derechos, precepto basilar reco-
nocido por la Constitución. En tal sentido, los artículos 209, 210, 211 y 212 del Decreto
Supremo Nº 003-94-EM (Reglamento de Diversos Títulos del TUO de la Ley General de
Minería), que permiten instaurar la modalidad de trabajo acumulativo y fijan obligatoria-
mente como mínimo 4 días para este tipo de jornada laboral, también resultan incompati-
bles con el parámetro constitucional descrito en la presente sentencia.
42. La imposición de una jornada superior a las ocho horas, solo para los obreros y emplea-
dos de la sección de operaciones de la mina, a diferencia de otros trabajadores del asenta-
miento minero que laboran la jornada ordinaria de ocho horas, comporta una trato desigual,
puesto que precisamente quienes están sujetos a tóxicos y a condiciones insalubres de traba-
jo requieren de mayor protección a través de una jornada razonable y menor de doce horas.
43. Si bien hasta la fecha los criterios de la jurisdicción constitucional consideraron que
el sistema acumulativo 4 x 3 y 4 x 2 (5 x 2) podía ser compatible con el artículo 25 de la
Constitución (Exp. N° 1396-2001-AA/TC), a partir del presente caso y considerando el
contexto del trabajo que realizan los trabajadores mineros, así como el parámetro consti-
tucional descrito en los fundamentos precedentes; y teniendo en cuenta que un sistema ex-
cepcional y temporal no puede convertirse en permanente, así como la dimensión objetiva
de los derechos fundamentales –que en el presente caso se manifiesta en el respeto a una
jornada de ocho horas diarias como máximo, a una jornada semanal razonable de trabajo
y al derecho al descanso– y los fines de los procesos constitucionales (artículo II del Códi-
go Procesal Constitucional), el criterio del Tribunal Constitucional, en adelante, será el ex-
puesto en la presente sentencia, y que establece que para los trabajadores mineros el máxi-
mo de duración de la jornada laboral será de ocho horas diarias.
329
Joel Rosas Alcántara
44. Por tanto, la jornada de 12 horas diarias para los trabajadores mineros, los artículos
209, 210, 211 y 212 del Decreto Supremo Nº 003-94-EM y toda aquella disposición que
imponga una jornada diaria mayor a la ordinaria de ocho horas para los trabajadores mine-
ros, es incompatible con los artículos 1, 2 (inciso 22.), 7, 25 26 (incisos 1 y 2) de la Consti-
tución, y con los artículos 7 literal d) del Pacto Internacional de los derechos económicos,
sociales y culturales, y 7, incisos g) y h) del Protocolo Adicional a la Convención Ame-
ricana sobre derechos humanos en materia de derechos económicos, sociales y cultura-
les, (Protocolo de San Salvador), puesto que vulneran la dignidad de la persona, el derecho
a una jornada razonable de trabajo, el derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre, y
el derecho a la salud y a la protección del medio familiar, reconocidos en la Constitución
y en los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el Perú, y a los cua-
les se ha hecho copiosa referencia.
45. Por ello, de conformidad con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional, los criterios establecidos en los fundamentos 28, 29, 35,
39 y 41, supra, constituyen precedente vinculante para resolver todos los procesos de am-
paro que guarden similitud con el ahora resuelto. La eficacia vinculante de tales criterios
radica en que serán indispensables para determinar la procedencia de la vía del proceso
constitucional de amparo.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política de Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda.
2. Ordena que la demandada restituya la jornada laboral de ocho horas diarias conside-
rando una jornada semanal razonable en el asentamiento minero de Toquepala, conforme
a los fundamentos 28 a 44 expuestos en esta sentencia.
3. Declara que los artículos 209, 210, 211 y 212 del Decreto Supremo Nº 003-94-EM (Re-
glamento de Diversos Títulos del TUO de la Ley General de Minería), son incompatibles
con la Constitución.
4. Declara que los criterios previstos en los fundamentos 28, 29, 35, 39 y 41, supra, cons-
tituyen precedente vinculante inmediato, de conformidad con el artículo VII del Título
Preliminar del CPConst.; motivo por el cual, regirán a partir del día siguiente de la publi-
cación de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano.
Publíquese y notifíquese.
SS. GARCÍA TOMA; GONZALES OJEDA; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTI-
RIGOYEN; VERGARA GOTELLI; LANDA ARROYO
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 2339-2004-AA/TC
LIMA
BETTY CATALINA
MONGE MARTÍNEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Cusco, a los 30 días del mes de setiembre de 2004, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen y García
Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Betty Catalina Monge Martínez contra la sen-
tencia de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 186, su fe-
cha 22 de enero de 2004, que declara improcedente la acción de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. La demanda tiene por objeto que se declare inaplicable a la recurrente la Carta de Des-
pido N° 1001-2002-ADUANAS-INRH, del 15 de noviembre de 2002; y que, en conse-
cuencia, se disponga su reincorporación a su centro de labores, con el pago de las remune-
raciones dejadas de percibir.
2. Merituados los argumentos de las partes, así como las instrumentales obrantes en el
expediente, este Colegiado considera legítima la demanda interpuesta, por lo siguien-
te: a) tanto la Carta de Preaviso de Despido N° 941-2002-ADUANAS-INRH, del 23
de octubre de 2002 (f. 2), como la Carta de Despido N° 1001-2002-ADUANAS-INRH
(f. 3), cursadas por la entidad demandada, se sustentan en que la recurrente se encuen-
tra comprendida en la causal de falta laboral grave prevista y sancionada en los incisos
a) y d) del artículo 25 del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, apro-
bado por Decreto Supremo N° 003-97-TR, y en la infracción del Reglamento Interno de
Trabajo, por haber ocultado sus vínculos familiares con un trabajador de Aduanas, hecho
que, según la propia emplazada, fue determinado luego de que concluyeran las investi-
gaciones detalladas en el Informe N° 047-2002-ADUANAS-INRH, emitido en virtud de
las recomendaciones efectuadas por la Oficina de Auditoría Interna mediante el Informe
Nº 003-2001-ADUANAS/OAI; b) si bien es cierto que, conforme al artículo 13 del Regla-
mento Interno de Trabajo de 1992, estaba prohibido que los trabajadores de Aduanas tu-
vieran parientes afines hasta el segundo grado, laborando en la misma institución, y que,
en tal sentido, la recurrente pudo haber cometido una falta al no haber declarado dicha si-
tuación al momento de comenzar a laborar (año 1994, independientemente del mes en que
se inició el vínculo laboral), no lo es menos que dicha falta debió ser determinada como tal
en la fecha en que presuntamente fue cometida, resultando inadmisible y contrario al prin-
cipio de inmediatez que, después de tantos años, la demandada pretenda responsabilizar a
la recurrente por hechos respecto de los cuales no tomó las medidas pertinentes en el mo-
mento oportuno; por consiguiente, queda claro que lo que la demandada ha pretendido es
eximirse de sus propias responsabilidades, sancionando a destiempo a la hoy demandante,
lo que de ningún modo puede considerarse ejercicio regular de un acto conforme a dere-
cho, y c) asimismo, la emplazada ha pretendido extender la comisión de los hechos presun-
tamente irregulares a las declaraciones de datos personales que la recurrente consignó en
los años 1998 y 2000 –como se desprende de su declaración obrante a fojas 170 de autos–;
331
Joel Rosas Alcántara
al respecto, tal proceder resulta jurídicamente vedado, pues en las fechas señaladas ya no
existía la prohibición expresa contemplada en el mencionado Reglamento Interno del año
1992, al haber quedado derogado el citado instrumento normativo y suprimido tal criterio
restrictivo mediante Resolución de Superintendencia Nacional de Aduanas N° 001607, del
2 de julio de 1997, que aprobó el Nuevo Reglamento Interno de Trabajo. En ese sentido, al
no respetar el principio de inmediatez y atribuirle a la trabajadora una falta no prevista le-
galmente, la demandada refleja una evidente intención de despedir deliberada y maliciosa-
mente a la recurrente sin que exista causal justificada, razonable y proporcional para ello,
razón por la cual el presente despido –como lo ha señalado este Colegiado en la sentencia
recaída en el Expediente N° 976-2001-AA/TC– deviene en fraudulento, resultando lesivo
del derecho constitucional al trabajo.
3. Por consiguiente, habiéndose acreditado la vulneración de los derechos constituciona-
les reclamados, la presente demanda deberá estimarse otorgando la tutela constitucional
correspondiente, salvo el extremo de la demanda que solicita el reintegro de las sumas de-
jadas de percibir, ya que, como lo tiene establecido este Colegiado, ello solo se otorga por
el trabajo efectivamente realizado, lo que no ha ocurrido en el caso de autos, dejando a sal-
vo el derecho de la demandante de acudir a la vía ordinaria a fin de solicitar la indemniza-
ción que pudiera corresponderle.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA, en parte, la acción de amparo; en consecuencia, inaplicable a doña
Betty Catalina Monge Martínez la Carta de Despido N° 1001-2002-ADUANAS-INRH.
2. Ordena su reincorporación a su puesto de trabajo.
3. IMPROCEDENTE el pago de las remuneraciones dejadas de percibir por razón del
cese.
Publíquese y notifíquese.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GARCÍA TOMA
332
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 3330-2004-AA/TC
LIMA
LUDESMINIO LOJA MORI
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 11 días del mes de julio de 2005, el Pleno del Tribunal Constitucional, inte-
grado por los magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda, García
Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia, con el voto sin-
gular discordante del magistrado Bardelli Lartirigoyen.
I. ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Ludesminio Loja Mori contra la resolución de
la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fecha 1 de abril de 2004,
que declara infundada la demanda de amparo de autos.
(…)
D. MATERIAS CONSTITUCIONALMENTE RELEVANTES
8. Análisis
En atención a la importancia de los temas a ser tratados en la presente sentencia, se proce-
derá a analizar sus naturalezas e implicancias desde una perspectiva general. Por tal moti-
vo, la resolución que se está dictando debe explicar las siguientes cuestiones:
• ¿Resulta legítima la afectación de los derechos fundamentales del demandante con re-
lación al funcionamiento de la discoteca Calle Ocho? En tal supuesto, se debe analizar:
-¿Cuál es el contenido del derecho a la libertad de empresa?
-¿El análisis del acceso al mercado es parte de la libertad de empresa?
-¿Cómo se relaciona, desde la perspectiva constitucional, la libertad de trabajo y la liber-
tad de empresa?
• ¿Se puede supervisar o controlar el ejercicio de la libertad de empresa en virtud de bienes
jurídicos constitucionales? Es menester de este Colegiado, por tanto, explicar:
-La moral pública como límite de la libertad de empresa.
-La salud pública como límite de la libertad de empresa.
-La seguridad pública como límite de la libertad de empresa.
• ¿Cómo se integran legítimamente el ejercicio de la libertad empresarial de la discoteca
Calle Ocho con la obligación de la Municipalidad Metropolitana de Lima de garantizar la
certeza en los servicios de recreación en la comunidad? En tal sentido,
-¿Cómo se presentan los límites entre tales derechos?
-¿Cuál es la competencia municipal para realizar tal ponderación de derechos?
-¿Bajo qué condiciones se entregará una licencia de funcionamiento?
IV. FUNDAMENTOS
(…)
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Joel Rosas Alcántara
334
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
de dar por finalizada una relación jurídico-laboral. De ahí que la Constitución, en su ar-
tículo 27, haya señalado que:
“la ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.
31. Libertad de trabajo como parte del derecho al trabajo
Sin embargo, debe precisarse que el derecho al trabajo se manifiesta también en la liber-
tad de trabajo (artículo 27 de la Constitución); es decir, en el derecho que poseen todas las
personas
“para elegir la profesión o el oficio que deseen”(18).
Así, el Estado no solo debe garantizar el derecho de acceder a un puesto de trabajo o a pro-
teger al trabajador frente al despido arbitrario, sino que, además, debe garantizar la liber-
tad de las personas de elegir la actividad mediante la cual se procuran los medios necesa-
rios para su subsistencia.
En tal sentido, el Estado debe proteger tanto al trabajador dependiente como a la per-
sona que realiza actividades económicas por cuenta propia. Siendo así, a efectos de su
protección,
“no existe diferencia alguna entre el individuo que se gana la vida como trabajador
por cuenta ajena del que lo hace por cuenta propia” y, por ello, sería una aberración
“afirmar que es más digno constitucionalmente hablando el trabajo dependiente que
el independiente”(19).
Entonces, para poder determinar la existencia o no de afectación de la libertad de trabajo
del demandante tendrá que determinarse previamente la vulneración del derecho a la liber-
tad de empresa, según los parámetros presentados anteriormente.
VI. FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.
Publíquese y notifíquese.
SS. ALVA ORLANDINI; GONZALES OJEDA; GARCÍA TOMA; VERGARA GOTELLI;
LANDA ARROYO
(18) KRESALJA ROSSELLÓ, Baldo. “La libertad de empresa: fundamento del sistema económico cons-
titucionalizado”. En: AA.VV. Libro Homenaje a Jorge Avendaño. Lima, Fondo Editorial de la PUCP,
2004. p. 533.
(19) PAZ-ARES, Cándido y ALFARO ÁGUILA-REAL, Jesús. “Un ensayo sobre la libertad de em-
presa”. En: AA.VV. Estudios Homenaje a Luis Díez-Picazo. T. IV, Madrid, Thomson-Civitas, 2003.
p. 5971, ss.
335
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLENO JURISDICCIONAL
Nº 008-2005-PI/TC
SENTENCIA
DEL PLENO DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Juan José Gorriti y más de cinco mil ciudadanos (demandantes) c. Congreso de la
República (demandado)
Resolución del 12 de agosto de 2005
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por don Juan José Gorriti y más de cinco mil
ciudadano contra la Ley N° 28175
Magistrados presentes:
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
EXP. N° 008-2005-PI/TC
LIMA
JUAN JOSÉ GORRITI
Y OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de agosto de 2005, el Pleno del Tribunal Constitucional, in-
tegrado por los magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda, García
Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia.
I. ASUNTO
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por don Juan José Gorriti y más de cinco mil
ciudadanos, con firmas debidamente comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones,
contra diversos artículos de la Ley N° 28175, publicada el 19 de febrero de 2004 en el dia-
rio oficial El Peruano y vigente desde el 1 de enero de 2005.
II. DATOS GENERALES
Tipo de proceso : Proceso de Inconstitucionalidad
Demandante : Juan José Gorriti y más de cinco mil ciudadanos
Norma sometida a control : Ley Nº 28175, Ley Marco del Empleo Público
Normas constitucionales
cuya vulneración se alega : Artículos 26, 28 y 40 de la Constitución.
Petitorio : Se declare la inconstitucionalidad de la Ley N° 28175.
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La relación laboral se caracteriza en sí misma por la desigualdad, lo que hace que el em-
pleador devenga en la parte “fuerte” e “imponente” y el trabajador en la parte “débil” e
“impotente”.
Mario Pasco Cosmópolis [El principio protector en el proceso laboral. En: Revista de
Iure. Nº 1. Editada por los alumnos de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la
Universidad de Lima, 1999, p. 77] reconoce dicha situación asimétrica, entre otros, en los
campos jurídico y económico.
En efecto, en el campo jurídico sustancial el rasgo más característico de la relación de tra-
bajo es la subordinación y los deberes imputables al trabajador; y en el campo jurídico pro-
cesal se constata la capacidad intimidatoria que se puede crear para impedir los reclamos
en vía litigiosa y la extensión de la posición predominante en materia de prueba. Asimis-
mo, en el campo económico, la nota más específica es que frente a la propiedad del medio
de producción, el trabajador solo puede exponer su fuerza de trabajo.
Para hacer frente a ello se afirman los principios protectores o de igualación compensato-
ria, por el cual, reconociéndose la existencia asimétrica de la relación laboral, se promueve
por la vía constitucional y legal la búsqueda de un equilibrio entre los sujetos de la mis-
ma. Al respecto, el artículo 26 de la Constitución expresa una pluralidad de principios de
dicha naturaleza; a saber:
c.3.1. In dubio pro operario
21. Hace referencia a la traslación de la vieja regla del derecho romano indubio pro reo.
Nuestra Constitución exige la interpretación favorable al trabajador en caso de duda insal-
vable sobre el sentido de una norma, vale decir que se acredite que a pesar de los aportes
de las fuentes de interpretación, la norma deviene indubitablemente en un contenido in-
cierto e indeterminado. La noción de duda insalvable debe ser entendida como aquella que
no puede ser resuelta por medio de la técnica hermenéutica.
El principio indubio pro operario será aplicable cuando exista un problema de asignación
de significado de los alcances y contenido de una norma. Ergo, nace de un conflicto de in-
terpretación, mas no de integración normativa. La noción de “norma” abarca a la misma
Constitución, los tratados, leyes, los reglamentos, los convenios colectivos de trabajo, los
contratos de trabajo, etc.
Pasco Cosmopolis precisa que la aplicación de este principio debe ajustarse a los siguien-
tes dos requisitos:
- Existencia de una duda insalvable o inexpugnable.
- Respeto a la ratio juris de la norma objeto de interpretación (para tal efecto, el aplicador
del derecho deberá asignarle un sentido concordante y compatible con la razón de esta).
El Tribunal Constitucional considera que la aplicación del referido principio está sujeta a
las cuatro consideraciones siguientes:
- Existencia de una norma jurídica que, como consecuencia del proceso de interpretación,
ofrece varios sentidos.
- Imposibilidad lógico-axiológica de dirimir esta duda mediante la utilización de cualquier
método de interpretación admitido como válido por el ordenamiento nacional.
- Obligación de adoptar como sentido normativo a aquel que ofrece mayores beneficios
al trabajador.
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Por acción indirecta: la conducta del empleador forja una distinción basada en una discre-
cionalidad antojadiza y veleidosa revestida con la apariencia de “lo constitucional”, cuya
intención y efecto perseguible, empero, son intrínsecamente discriminatorios para uno o
más trabajadores.
Tal el caso, por ejemplo, de las reglas de evaluación laboral sobre la base de exigencia de
conocimientos no vinculados con la actividad laboral del o los trabajadores.
Dichas acciones, proscritas por la Constitución, pueden darse en las condiciones o circuns-
tancias siguientes:
- Acto de diferenciación arbitraria al momento de postular a un empleo.
- Acto de diferenciación arbitraria durante la relación laboral (formación y capacitación
laboral, promociones, otorgamiento de beneficios, etc.).
Mediante la Ley Nº 26772, modificada por la Ley Nº 27270, se regulan los actos de dis-
criminación, tanto en el acceso al empleo como en el trato dentro de una relación laboral.
En ese contexto, se proscribe la utilización de criterios de selección que carezcan de una
justificación objetiva y razonable; la adhesión a criterios de selección simultáneamente
distintos, cuando las situaciones de postulación son idénticas; amén de tratos diferencia-
dos basado en motivos de raza, sexo, religión, opinión, origen social, etc.
c.3.4.) La irrenunciabilidad de derechos
24. Hace referencia a la regla de no revocabilidad e irrenunciabilidad de los derechos re-
conocidos al trabajador por la Constitución y la ley. Al respecto, es preciso considerar que
también tienen la condición de irrenunciables los derechos reconocidos por los tratados de
Derechos Humanos, toda vez que estos constituyen el estándar mínimo de derechos que
los Estados se obligan a garantizar a sus ciudadanos [REMOTTI CARBONELL, José Car-
los. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, Estructura, funcionamiento y juris-
prudencia. Instituto Europeo de Derecho, Barcelona, 2003, p. 18].
En ese sentido, de conformidad con lo establecido en el artículo V del Título Preliminar del
Código Civil, la renuncia a dichos derechos sería nula y sin efecto legal alguno.
Así, conforme se desprende de lo previsto en el inciso 2) del artículo 26 de la Constitu-
ción, la irrenunciabilidad solo alcanza a aquellos “(...) derechos reconocidos por la Cons-
titución y la ley”.
No cubre, pues, a aquellos provenientes de la convención colectiva de trabajo o la
costumbre.
Por otro lado, debe precisarse que un derecho de naturaleza laboral puede provenir de una
norma dispositiva o taxativa. En ese contexto, la irrenunciabilidad es solo operativa en el
caso de la segunda.
La norma dispositiva es aquella que opera solo cuando no existe manifestación de vo-
luntad o cuando esta se expresa con ausencia de claridad. El Estado las hace valer úni-
camente por defecto u omisión en la expresión de voluntad de los sujetos de la relación
laboral.
Las normas dispositivas se caracterizan por suplir o interpretar una voluntad no declarada
o precisar y aclararla por defecto de manifestación; y por otorgar a los sujetos de una re-
lación laboral la atribución de regulación con pleno albedrío dentro del marco de la Cons-
titución y la ley.
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Ante este tipo de modalidad normativa, el trabajador puede libremente decidir sobre la
conveniencia, o no, de ejercitar total o parcialmente un derecho de naturaleza individual.
Al respecto, puede citarse el caso del derecho a vacaciones contemplado en el Decreto Le-
gislativo Nº 713, en donde se establece que el trabajador tiene derecho a treinta días na-
turales de descanso remunerado al año y, dentro de ese contexto, por la prerrogativa de la
voluntad establecida en dicha norma, este puede disponer hasta de quince días para con-
tinuar prestando servicios a su empleador, a cambio de una compensación extraordinaria.
Por ende, tiene la capacidad autodeterminativa de decidir un “canje” sobre aquello.
En cambio, la norma taxativa es aquella que ordena y dispone sin tomar en cuenta la vo-
luntad de los sujetos de la relación laboral. En ese ámbito, el trabajador no puede “despo-
jarse”, permutar o renunciar a los beneficios, facultades o atribuciones que le concede la
norma.
Javier Neves Mujica [Introducción al derecho laboral. Fondo Editorial de la PUCP, Lima,
2003, p. 103] manifiesta que el principio de irrenunciabilidad de derechos es justamen-
te el que prohíbe que los actos de disposición del trabajador, como titular de un derecho,
recaigan sobre normas taxativas, y sanciona con la invalidez la transgresión de esta pau-
ta basilar.
La irrenunciabilidad de los derechos laborales proviene y se sujeta al ámbito de las normas
taxativas que, por tales, son de orden público y con vocación tuitiva a la parte más débil de
la relación laboral. Es conveniente consignar que una norma jurídica puede contener den-
tro de su texto, partes taxativas y dispositivas.
El Tribunal Constitucional ha tenido ocasión de pronunciarse sobre la materia en el
caso Sindicato de Trabajadores de Toquepala vs. Southern Perú Copper Corporation
(Expediente N° 1396-2001-AA/TC), en donde estableció que si “(...) las partes acorda-
ron no solo la duración de la jornada ordinaria de trabajo, será también las jornadas atípi-
cas, situación que, de por si, no violenta derecho fundamental de los afiliados al Sindicato,
sino solo cuando dicha estipulación sea indebidamente aplicada; de otro lado, lo expuesto
no solo no contradice el principio contenido en el inciso 2) del artículo 26 de la Constitu-
ción, relativo al carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y
la ley, por encontrarse previsto en la misma, como se ha observado, sino también, porque
el derecho protegido en la Carta Magna es el relativo a una jornada de trabajo que no ex-
cede de las cuarenta y ocho horas semanales (...)”.
c.4.) Los derechos colectivos de los trabajadores según la Constitución
25. Estos hacen referencia a las facultades o atribuciones que ejerce el trabajador en con-
cordancia, unión o asociación con sus pares. En ese contexto viabilizan las actividades de
las organizaciones sindicales.
Los artículos 28 y 29 de la Constitución identifican los derechos laborales de naturaleza
colectiva, a saber:
c.4.1.) La libertad sindical
26. Se la define como la capacidad autoderminativa para participar en la constitución
y desarrollo de la actividad sindical.
Enrique Álvarez Conde [Curso de derecho constitucional VI. Tecnos, Madrid, 1999,
p. 457] señala que “(...) este derecho fundamental (...) debe ser considerado como una ma-
nifestación del derecho de asociación, gozando, por tanto, también de la naturaleza de los
derechos de participación política”.
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Por ende, alude a un atributo directo, ya que relaciona un derecho civil y un derecho políti-
co, y se vincula con la consolidación del Estado Social y Democrático de Derecho, ya que
constitucionaliza la creación y fundamentación de las organizaciones sindicales.
En ese sentido, el Tribunal Constitucional Español, en la STC 292/1993, precisa que los
sindicatos son “(...) formaciones de relevancia social, en la estructura pluralista de una so-
ciedad democrática”.
En ese contexto, implica un haz de facultades y el ejercicio autónomo de homus faver -ho-
mus politicus, referido a aspectos tales como:
- El derecho a fundar organizaciones sindicales.
- El derecho de libre afiliación, desafiliación y reafiliación en las organizaciones sindica-
les existentes.
- El derecho a la actividad sindical.
- El derecho de las organizaciones sindicales a ejercer libremente las funciones que la
Constitución y las leyes le asignen, en defensa de los intereses de sus afiliados. Ello com-
prende la reglamentación interna, la representación institucional, la autonomía en la ges-
tión, etc.
- El derecho a que el Estado no interfiera –salvo el caso de violación de la Constitución o
la ley– en las actividades de las organizaciones sindicales.
c.4.2.) Los alcances de la libertad sindical
27. Esta facultad se manifiesta en dos planos: el intuito persona y el plural.
La libertad sindical intuito persona plantea dos aspectos:
- Aspecto positivo: Comprende el derecho de un trabajador a constituir organizaciones sin-
dicales y a afiliarse a los sindicatos ya constituidos. Dentro de ese contexto se plantea el
ejercicio de la actividad sindical.
- Aspecto negativo: Comprende el derecho de un trabajador a no afiliarse o a desafiliarse
de una organización sindical.
La libertad sindical plural plantea tres aspectos:
- Ante el Estado: Comprende la autonomía sindical, la personalidad jurídica y la diversi-
dad sindical.
- Ante los empleadores: Comprende el fuero sindical y la proscripción de prácticas
desleales.
- Ante las otras organizaciones sindicales: Comprende la diversidad sindical, la proscrip-
ción de las cláusulas sindicales, etc.
La libertad sindical intuito persona se encuentra amparada genéricamente por el inciso 1
del artículo 28 de la Constitución. Empero, una lectura integral de dicho texto demuestra
que se encuentran excluidos de su goce los siguientes componentes del Estado peruano:
- Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional (artículo 42 de la
Constitución).
- Los miembros del Ministerio Público y del Órgano Judicial (artículo 153 de la
Constitución).
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En cambio, el inciso 2 del artículo 28 de la Constitución actual señala que las convencio-
nes colectivas tienen fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado. En tal sentido, la
fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado obliga:
- A las personas celebrantes de la convención colectiva.
- A las personas representadas en la suscripción de la convención colectiva.
- A las personas que se incorporen con posterioridad a la celebración de la convención
colectiva.
Esta noción (ámbito vinculante en el ámbito de lo concertado), ha sido recogida de la
Constitución española de 1978, y se la concibe como referente del carácter normativo del
acuerdo laboral. Tal como refiere Javier Neves Mujica, [Introducción al derecho laboral.
PUCP, Lima, 2003], esto implica la aplicación automática de los convenios colectivos a las
relaciones individuales comprendidas en la unidad negocial correspondiente, sin que exis-
ta la necesidad de su posterior recepción en los contratos individuales, así como su rela-
tiva imperatividad frente a la autonomía individual, la que solo puede disponer su mejora
pero no su disminución.
Cabe señalar que la fuerza vinculante para las partes establece su obligatorio cumplimien-
to para las personas en cuyo nombre se celebró, así como para los trabajadores que se in-
corporaron con posterioridad a las empresas pactantes, con excepción de quienes ocupen
puestos de dirección o desempeñen cargos de confianza.
En suma: dentro del contexto anteriormente anotado, la fuerza vinculante implica que en
la convención colectiva las partes pueden establecer el alcance y las limitaciones o exclu-
siones que autónomamente acuerden con arreglo a ley.
De conformidad con lo establecido en la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, la
convención caduca automáticamente cuando venza del plazo fijado, salvo en aquellos
casos en que las partes celebrantes hubieren acordado expresamente su renovación o
prórroga.
Para el caso del sector público rige el Convenio N° 151 de la OIT, relativo a la protección
del derecho de sindicación y los procedimientos para determinar las condiciones de em-
pleo en la administración pública, así como el D.S. N° 003-82-PCM del 22 de enero de
1982, relativo a las organizaciones sindicales de los servidores públicos y a los procedi-
mientos para determinar las condiciones de empleo.
c.4.4.5.) El caso del convenio colectivo articulado (rama de actividad)
34. Dicha modalidad, que se aplica en el régimen privado, consiste en la celebración de un
acuerdo de carácter nacional o rama de actividad, a efectos de poder uniformizar un tipo
específico de relación laboral, así como para salvaguardar el ejercicio de este derecho en
favor de los trabajadores en aquellos casos en que esta sea la única forma posible de ne-
gociación colectiva.
Al respecto, el Tribunal Constitucional, en el Caso Cámara Peruana de la Construcción-
Capeco vs. Ministerio de Trabajo (Expediente Nº 0261-2003-AA/TC), ratificó la validez
de la implementación del convenio colectivo articulado para el caso de los Trabajadores
de Construcción Civil, debido a la imposibilidad de tales trabajadores de acceder a la ne-
gociación y acuerdo concertado, siempre que no sea a través del pliego de reclamos por
rama de actividad.
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El arbitraje puede surgir como consecuencia de una sumisión voluntaria, en donde las par-
tes en conflicto, a través de sus negociadores, acuden a un tercero neutral para la solución
del conflicto; o de una sumisión obligatoria en donde las partes quedan vinculados a los re-
sultados de un arbitraje por mandato de la ley.
39. El laudo que se expide como consecuencia del arbitraje tiene carácter de inimpugnable
e imperativo. No obstante, nuestra legislación permite excepcionalmente la impugnación
judicial del laudo en los dos casos siguientes:
- Por vicio de nulidad.
- Por establecer menores derechos a los contemplados por la ley en favor de los trabajadores.
c.4.6) La huelga
40. Este derecho consiste en la suspensión colectiva de la actividad laboral, la misma que
debe ser previamente acordada por la mayoría de los trabajadores. La ley del régimen pri-
vado, aplicable en lo pertinente al sector público, exige que esta acción de cesación transi-
toria de la actividad laboral se efectúe en forma voluntaria y pacífica –sin violencia sobre
las personas o bienes– y con abandono del centro de trabajo.
Por ende, huelguista será aquel trabajador que ha decidido libremente participar en un mo-
vimiento reinvindicatorio.
Por huelga debe entenderse, entonces, al abandono temporal con suspensión colectiva de
las actividades laborales, la cual, dentro de determinadas condiciones, se encuentra ampa-
rada por la ley.
Enrique Álvarez Conde [Curso de Derecho Constitucional VI. Tecnos, Madrid, 1999,
p. 466] refiere que se trata de una “(...) perturbación que se produce en el normal desen-
volvimiento de la vida social y en particular en el proceso de producción en forma pacífica
y no violenta, mediante un concierto de voluntades por parte de los trabajadores”.
Mediante su ejercicio los trabajadores, como titulares de dicho derecho, se encuentran fa-
cultados para desligarse temporalmente de sus obligaciones jurídico-contractuales, a efec-
tos de poder alcanzar la obtención de algún tipo de mejora por parte de sus empleadores,
en relación a ciertas condiciones socioeconómicas o laborales. Por ello, debe quedar cla-
ramente establecido que la huelga no tiene una finalidad en sí misma, sino que es un me-
dio para la realización de fines vinculados a las expectativas e intereses de los trabajadores.
En puridad, la huelga es una manifestación de fuerza, respaldada por el derecho, tendente
a defender los legítimos intereses de los trabajadores.
Al respecto, tal como expone Álvarez Conde [Ob. cit, p. 466] “(...) la huelga tiende a esta-
blecer el equilibrio entre partes con fuerza económicamente desiguales”.
En ese sentido, como bien refiere Francisco Fernández Segado [El sistema constitu-
cional español. Dykinson, Madrid, 1992], “(...) la experiencia secular ha mostrado
su necesidad para la afirmación de los intereses de los trabajadores en los conflictos
socioeconómicos”.
Debe advertirse que la huelga no es un derecho absoluto, sino regulable. Por ende, debe
efectivizarse en armonía con los demás derechos.
En aquellos casos en que no exista legislación sobre la materia, tal ausencia no puede ser
esgrimida como impedimento para su cabal efectivización por parte de los titulares de este
derecho humano.
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El ejercicio del derecho de huelga presupone que se haya agotado previamente la negocia-
ción directa con el empleador, respecto de la materia controvertible.
c.4.6.1.) La titularidad del derecho de huelga
41. La doctrina tiene opiniones dispares sobre este punto, ya sea respecto a la titularidad
de los trabajadores en sentido lato o a la de los trabajadores adscritos a una organización
sindical.
Este Colegiado estima que, de conformidad con lo establecido en los artículos 72 y 73 del
Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo (Decreto Supremo
N° 010-2003-TR), su ejercicio corresponde a los trabajadores en sentido lato, aunque su-
jeto a que la decisión sea adoptada en la forma que expresamente determina la ley y den-
tro de su marco, el estatuto de la organización sindical.
Al respecto, Fernando Elías Mantero [Derecho Laboral-Relaciones Colectivas de Traba-
jo. Ius Editores, Lima, p. 278] señala que su ejercicio corresponde a los trabajadores en
general; es decir, que son ellos y no la asamblea sindical los que acuerdan la huelga. Aña-
damos, en el ámbito respectivo.
Entre las atribuciones vinculadas al derecho de huelga aparecen las siguientes:
- Facultad de ejercitar o no ejercitar el derecho de huelga.
- Facultad de convocatoria dentro del marco de la Constitución y la ley. En ese contexto,
también cabe ejercitar el atributo de su posterior desconvocatoria.
- Facultad de establecer el petitorio de reinvindicaciones; las cuales deben tener por obje-
tivo la defensa de los derechos e intereses socio-económicos o profesionales de los traba-
jadores involucrados en la huelga.
- Facultad de adoptar las medidas necesarias para su desarrollo, dentro del marco previs-
to en la Constitución y la ley.
- Facultad de determinar la modalidad de huelga; esto es, si se lleva a cabo a plazo deter-
minado o indeterminado.
Desde una perspectiva doctrinaria avalada por la jurisprudencia más avanzada se acepta
que la huelga debe ser convocada tomándose en consideración lo siguiente:
- La existencia de proporcionalidad y carácter recíproco de las privaciones y daño econó-
mico para las partes en conflicto.
- La constatación de que no se haya impuesto a los trabajadores discrepantes con la medida
de fuerza acordada la participación en la huelga.
c.4.6.1.) Las limitaciones del ejercicio del derecho de huelga
42. La Constitución señala textualmente que se encuentran impedidos de ejercer el dere-
cho de huelga:
- Los funcionarios de la Administración Pública con poder de decisión o con cargo de con-
fianza o de dirección (artículo 42 de la Constitución).
- Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional (artículo 42 de la
Constitución).
- Los miembros del Ministerio Público y del Órgano Judicial (artículo 153 de la
Constitución).
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Debe anotarse que el inciso 3 del artículo 28 de la Constitución señala, por equivoco con-
ceptual, que la huelga debe ejercerse en armonía con el interés social.
En el campo del derecho público es evidente la diferencia conceptual entre el interés
público y el interés social. Este último se utiliza como medida tuitiva en favor de sectores
económico-sociales que soportan condiciones desventajosas de vida.
En rigor, la huelga debe ejercerse en armonía con el interés público, que hace refe-
rencia a las medidas dirigidas a proteger aquello que beneficia a la colectividad en su
conjunto.
El Tribunal Constitucional deja constancia de ello, en razón a las atribuciones estipulativas
que contienen sus decisiones jurisdiccionales.
d) Evaluación de la constitucionalidad de los artículos impugnados
43. Después de haber precisado el parámetro constitucional de la función pública y del tra-
bajo, corresponde evaluar, conforme a dicho marco, si las normas impugnadas vulneran
los artículos de la Constitución que alegan los demandantes.
d.1.) La carrera administrativa como bien jurídico constitucional
44. Los demandantes sostienen que el artículo 15 de la Ley Marco del Empleo Público
omite incluir el derecho de los servidores públicos a la carrera administrativa que la Cons-
titución Política del Estado garantiza en su artículo 40.
Por su parte, el Apoderado del Congreso afirma que dicha ley se refiere a los derechos del
empleado público con carácter general, y no a los derechos de los servidores públicos en
particular, que son los comprendidos en la carrera administrativa conforme al artículo 40
de la Constitución.
El artículo 40 de la Constitución dispone que la “Ley regula el ingreso a la carrera admi-
nistrativa, y los derechos, deberes y responsabilidades de los servidores públicos. No es-
tán comprendidos en dicha carrera los funcionarios que desempeñan cargos políticos o de
confianza (...)”.
Al respecto, el Tribunal Constitucional estima que el texto constitucional reconoce la exis-
tencia de una carrera administrativa para los servidores públicos, pero también que el in-
greso a ella y los derechos, deberes y responsabilidades serán regulados por ley. Por tanto,
en rigor, estamos frente a un bien jurídico garantizado por la Constitución cuyo desarro-
llo se delega al legislador.
45. Ahora bien, conforme al artículo 40 de la Constitución, la carrera administrativa com-
prende a los servidores públicos, pero no a los funcionarios que desempeñan cargos políti-
cos o de confianza. El artículo 4 de la Ley N° 28175, en concordancia con el artículo cons-
titucional citado, clasifica a los servidores civiles del Estado en:
- Funcionarios públicos, que pueden ser de elección popular directa y universal o confian-
za política originaria, de nombramiento y remoción regulados y de libre nombramiento y
remoción.
- Empleados de confianza.
- Servidores públicos. Estos se clasifican en directivo superior, ejecutivo, especialista y
de apoyo.
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Como puede observarse, la regulación de la Ley Marco del Empleo Público es general,
pues se limita a clasificar al personal civil del empleo público en diversas categorías con-
forme al marco constitucional del artículo 40.
En efecto, la ley agrupa y establece las características básicas de los servidores públicos
sujetos a la carrera administrativa y de los funcionarios que desempeñan cargos políticos
o de confianza.
46. Por su parte, el artículo 15 de la Ley N° 28175 regula con carácter general una serie
de derechos comunes a las diversas categorías de servidores civiles del Estado a que se re-
fieren el artículo 40 de la Constitución y el artículo 4 de la ley impugnada. En ese sentido,
la misma ley, en su segunda disposición transitoria, complementaria y final, estableció la
obligación por parte del Ejecutivo de remitir al Congreso de la República, entre otras, las
propuestas legislativas para la Ley de Carrera del servidor público y la Ley de los funcio-
narios públicos y empleados de confianza.
Conforme obra en autos, el Poder Ejecutivo, con fecha 23 de junio de 2004, se encargó de
remitir al Congreso de la República, entre otros, el proyecto de Ley de Carrera Adminis-
trativa del Servidor Público, que actualmente se encuentra en debate y que regulará en de-
talle el ingreso, los derechos, los deberes y responsabilidades de los servidores públicos en
el desempeño de la carrera administrativa.
Por tanto, el artículo 15 de la Ley N° 28175 no vulnera el artículo 40 de la Constitución,
ya que el precepto cuestionado no tiene por objeto regular exclusivamente los derechos
de los servidores públicos sujetos a la carrera administrativa, sino los derechos básicos de
los empleados públicos en general. Por lo demás, los derechos específicos de los servido-
res públicos comprendidos en la carrera administrativa actualmente están regulados por el
Decreto Legislativo N° 276, Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneracio-
nes del Sector Público; y, de acuerdo a la segunda disposición transitoria, complementa-
ria y final de la Ley N° 28175 corresponderá al Congreso de la República aprobar un nue-
va Ley de la Carrera Administrativa que se encargará de regular los derechos específicos
de los servidores públicos comprendidos en dicho régimen.
d.2.) Derechos de sindicación, huelga y negociación colectiva de los servidores públicos
conforme a la Constitución
47. Los demandantes alegan que el artículo 15 de la ley impugnada vulnera los derechos
de sindicación y huelga debido a que el texto del artículo no los enumera expresamente.
El Apoderado del Congreso manifiesta que el hecho de que la Ley Marco del Empleo
Público no declare los derechos de sindicación y huelga no implica, en modo alguno, que
los desconozca, ya que estos se encuentran reconocidos por la Constitución, los Conve-
nios Internacionales de Protección de los Derechos Humanos y la Ley N° 27556, que crea
el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos.
El Tribunal Constitucional no comparte el argumento de los demandantes. El artículo 15
de la Ley N° 28715, referido a la enumeración de derechos del empleado público en gene-
ral, establece que: “El empleado público, sin excluir otros que le otorgan la Constitución y
las leyes, tiene derecho a: (...)”. El artículo impugnado es una norma de remisión que, le-
jos de restringir o violar derechos para los empleados públicos, los amplía. En efecto, no
es una condición indispensable para la vigencia de los derechos constitucionales que ten-
gan que ser reiterados y consignados repetidamente en la ley.
48. La Constitución es una norma jurídica vinculante y los derechos que reconoce pueden
ser directamente aplicados. Al respecto, este Tribunal ha declarado que la Constitución
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“(...) no es solo ‘una’ norma, sino, en realidad, un ‘ordenamiento’, que está integrado por
el Preámbulo, sus disposiciones con numeración romana y arábica, así como por la Decla-
ración sobre la Antártida que ella contiene. Toda ella comprende e integra el documento
escrito denominado ‘Constitución Política de la República del Perú’ y, desde luego, toda
ella posee fuerza normativa (...)”. (Caso sesenta y cuatro Congresistas de la República
contra los artículos 1, 2, 3, y la primera y segunda disposición final y transitoria de la Ley
N° 26285, EXP. N° 005-2003-AI/TC, fundamento 21).
La Constitución reconoce los derechos de sindicación y huelga para los trabajadores, de-
rechos que también son aplicables a los empleados públicos con las limitaciones que la
propia Constitución establece. Así, el artículo 42 de la Constitución prescribe que se reco-
nocen los derechos de sindicación y huelga de los servidores públicos, aunque precisan-
do que los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desempeñan cargos de
confianza o de dirección, así como los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía
Nacional, no son titulares de tales derechos.
49. El artículo 15 de la Ley N° 28175 reconoce algunos derechos de los empleados públi-
cos en general, es decir, a los servidores públicos y a los funcionarios del Estado con poder
de decisión, de manera que la regulación específica del ejercicio de los derechos de sindi-
cación y huelga para los servidores públicos corresponderá a la ley que regule la carrera
administrativa de los servidores públicos conforme a la segunda disposición transitoria de
la Ley N° 28175 o a una ley especial.
En el mismo sentido, el artículo cuestionado también remite a otras leyes que pudieran re-
conocer otros derechos. Al respecto, el Apoderado del Congreso de la República se ha en-
cargado de recordar que esta remisión, entre otras, se refiere a la Ley N° 27556, que crea el
Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos. Consecuentemente, el Tri-
bunal Constitucional considera que el uso de la técnica legislativa de la remisión no vulne-
ra los derechos constitucionales alegados por los demandantes, puesto que las normas que
componen nuestro ordenamiento jurídico son complementarias.
50. Lo mismo podemos decir de los tratados internacionales. En efecto, conforme al ar-
tículo 55 de la Constitución, los tratados internacionales forman parte del ordenamiento
jurídico. En ese sentido, por el hecho de que una ley no se refiera a ellos o que no regule
las mismas materias, no se dejarán de aplicar los tratados internacionales que reconocen
derechos a los empleados públicos, puesto que son normas jurídicas válidas y vinculantes
dentro de nuestro ordenamiento jurídico nacional.
Igualmente, conforme a la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Norma Suprema,
los tratados internacionales en materia de derechos humanos deberán aplicarse para la in-
terpretación de los derechos y libertades que la Constitución consagra en materia laboral.
En efecto, los derechos laborales de los servidores aludidos por los demandantes, debe-
rán interpretarse de conformidad con lo dispuesto por el artículo 9 del Convenio 87 rela-
tivo a la Libertad Sindical y a la Protección del Derecho de Sindicación; por el artículo 8
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultutales; y por el artículo
8 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en ma-
teria de Derechos Económicos, Sociales o Culturales o “Protocolo de San Salvador”, en-
tre otros.
Por tanto, el artículo 15 de la Ley N° 28175 no vulnera los derechos de sindicación y huelga
de los servidores públicos reconocidos en los artículo 28 y 42 de la Constitución.
51. Los demandantes afirman que el numeral 10 del artículo IV del Título Preliminar de
la Ley N° 28175 vulnera el derecho a la negociación colectiva, ya que establece que todo
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acto relativo al empleo público que tenga incidencia presupuestaria debe estar debidamen-
te autorizado y presupuestado. Añaden que esta norma hace imposible la realización de las
convenciones colectivas en el sector público, vulnerando de este modo la libertad sindical,
pues la normativa presupuestal no contempla la participación de los trabajadores sindica-
lizados y, por tanto, no se previene la solución de pliegos de reclamos.
El Apoderado del Congreso manifiesta que la previsión presupuestal no viola los dere-
chos alegados, puesto que esta deriva del principio constitucional de legalidad presupues-
taria y lo único que se pretende es que los gastos relativos al empleo público estén autori-
zados y presupuestados.
El artículo 28 de la Constitución dispone que el Estado reconoce el derecho a la negocia-
ción colectiva, cautela su ejercicio democrático, fomenta la negociación colectiva, y que la
convención colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado.
Al respecto, este Colegiado anteriormente ha señalado que “(...) el derecho constitucional
a la negociación colectiva se expresa principalmente en el deber del Estado de fomentar
y estimular la negociación colectiva entre los empleadores y trabajadores, conforme a las
condiciones nacionales, de modo que la convención colectiva que se deriva de la negocia-
ción colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado” (Caso COSAPI S.A.,
EXP. N° 0785-2004-AA/TC, fundamento 5).
52. Para ser titular de este derecho existe una condición previa que se deriva del ca-
rácter colectivo de la negociación, de manera que los titulares deberán ser los sindica-
tos, las organizaciones representativas de los trabajadores o los representantes de los
trabajadores.
En ese sentido, la Constitución reconoce en su artículo 42 el derecho de sindicación de
los servidores públicos. Consecuentemente, las organizaciones sindicales de los servido-
res públicos serán titulares del derecho a la negociación colectiva, con las excepciones que
establece el mismo artículo 42, a saber los funcionarios del Estado con poder de decisión,
los que desempeñan cargos de confianza o de dirección, y los miembros de las Fuerzas Ar-
madas y de la Policía Nacional.
Por ello, para una adecuada interpretación del ejercicio del derecho a la negociación co-
lectiva de los servidores, conforme a la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Cons-
titución, debemos tener presente el Convenio N° 151 de la OIT relativo a la protección del
derecho de sindicación y los procedimientos para determinar las condiciones del empleo
en la Administración Pública.
53. Dicho Convenio establece en su artículo 7 que deberán adoptarse, de ser necesario,
medidas adecuadas a las condiciones nacionales para estimular y fomentar el pleno desa-
rrollo y utilización de procedimientos de negociación entre las autoridades públicas com-
petentes y las organizaciones de empleados públicos en torno a las condiciones de empleo,
o de cualesquiera otros métodos que permitan a los representantes de los empleados públi-
cos participar en la determinación de dichas condiciones.
En el caso del Perú, el ejercicio del derecho a la negociación colectiva de los servidores
públicos, a través de sus organizaciones sindicales, como cualquier otro derecho, no es ab-
soluto y está sujeto a límites.
En efecto, dentro de las condiciones nacionales a que hace referencia el Convenio 151, la
Constitución establece determinadas normas relativas al presupuesto público. En efecto, a
tenor de los artículos 77 y 78 de la Norma Suprema, el presupuesto asigna equitativamente
los recursos públicos, y su proyecto debe estar efectivamente equilibrado.
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EXP. N° 1417-2005-AA/TC
LIMA
MANUEL ANICAMA HERNÁNDEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 8 días del mes julio de 2005, el Tribunal Constitucional, en sesión de Ple-
no Jurisdiccional, con la asistencia de los señores Magistrados Alva Orlandini, Presiden-
te; Bardelli Lartirigoyen, Vicepresidente; Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y
Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Manuel Anicama Hernández, contra
la sentencia de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 148,
su fecha 6 de octubre de 2004, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. El inciso 2) del artículo 200 de la Constitución, establece que el proceso de amparo pro-
cede contra el acto u omisión, por parte de cualquier persona, que vulnera o amenaza los
derechos reconocidos por la Constitución, distintos de aquellos protegidos por el hábeas
corpus (libertad individual y derechos conexos) y el hábeas data (acceso a la información
y autodeterminación informativa). En tal sentido, es presupuesto para la procedencia del
proceso de amparo (y en general, de cualquier proceso constitucional) que el derecho que
se alegue afectado sea uno reconocido directamente por la Constitución.
§3. La garantía institucional de la seguridad social
28. El artículo 10 de la Constitución reconoce:
“el derecho universal y progresivo de toda persona a la seguridad social, para su pro-
tección frente a las contingencias que precise la ley y para la elevación de su calidad
de vida”.
Por su parte, el artículo 11 constitucional, estipula la obligación del Estado de garantizar
y supervisar eficazmente el libre acceso a prestaciones de salud y a pensiones, a través de
entidades públicas, privadas o mixtas.
29. Tal como ha establecido el Tribunal Constitucional en el Fundamento 54 de las STC Exps.
Nºs 0050-2004-AI/0051-2004-AI/0004-2005-AI/0007-2005-AI/0009-2005-AI (acumu-
lados):
“La seguridad social es la garantía institucional que expresa por excelencia la función
social del Estado. Se concreta en un complejo normativo estructurado –por imperio
del artículo 10 de la Constitución– al amparo de la ‘doctrina de la contingencia’ y la
calidad de vida; por ello, requiere de la presencia de un supuesto fáctico al que acom-
paña una presunción de estado de necesidad (cese en el empleo, viudez, orfandad, in-
validez, entre otras) que condiciona el otorgamiento de una prestación pecuniaria y/o
asistencial, regida por los principios de progresividad, universalidad y solidaridad, y
fundada en la exigencia no solo del mantenimiento, sino en ‘la elevación de la cali-
dad de vida’”.
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La seguridad social
“es un sistema institucionalizado de prestaciones individualizadas, basado en la
prevención del riesgo y en la redistribución de recursos, con el único propósito de
coadyuvar en la calidad y el proyecto de vida de la comunidad. Es de reconocerse el
fuerte contenido axiológico de la seguridad social, cuyo principio de solidaridad ge-
nera que los aportes de los trabajadores activos sirvan de sustento a los retirados me-
diante los cobros mensuales de las pensiones” (STC Exp. Nº 0011-2002-AI, Funda-
mento 14).
30. Su condición de sistema institucionalizado imprescindible para la defensa y desarrollo
de diversos principios y derechos fundamentales, permite reconocer a la seguridad social
como una garantía institucional.
El Tribunal Constitucional español, en criterio mutatis mutandis aplicable al contexto
constitucional peruano, ha señalado que la seguridad social es una garantía institucional,
“cuya preservación se juzga indispensable para asegurar los principios constitucionales
estableciendo un núcleo o reducto indisponible por el legislador (...), de tal suerte que
ha de ser preservado en términos reconocibles para la imagen que de la misma tiene la
conciencia social en cada tiempo y lugar” (STC Exp. Nº 37/1994, Fundamento 3).
§4. El derecho fundamental a la pensión
31. Tal como se ha precisado, los derechos fundamentales reconocidos por la Norma Fun-
damental, no se agotan en aquellos enumerados en su artículo 2, pues además de los de-
rechos implícitos, dicha condición es atribuible a otros derechos reconocidos en la propia
Constitución. Tal es el caso de los derechos a prestaciones de salud y a la pensión, contem-
plados en el artículo 11, y que deben ser otorgados en el marco del sistema de seguridad
social, reconocido en el artículo 10.
32. El Tribunal Constitucional ha referido que el derecho fundamental a la pensión:
“tiene la naturaleza de derecho social –de contenido económico–. Surgido histórica-
mente en el tránsito del Estado liberal al Estado social de Derecho, impone a los po-
deres públicos la obligación de proporcionar las prestaciones adecuadas a las perso-
nas en función a criterios y requisitos determinados legislativamente, para subvenir
sus necesidades vitales y satisfacer los estándares de la ‘procura existencial’. De esta
forma se supera la visión tradicional que suponía distintos niveles de protección en-
tre los derechos civiles, políticos, sociales y económicos, atendiendo al principio de
indivisibilidad de los derechos fundamentales y a que cada uno formaba un complejo
de obligaciones de respeto y protección –negativas– y de garantía y promoción –po-
sitivas– por parte del Estado” (STC Exps. Nºs 0050-2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-
2005-AI / 0007-2005-AI / 0009-2005-AI, acumulados, Fundamento 74).
“Este derecho es una concreción del derecho a la vida, en su sentido material, en aten-
ción al principio de indivisibilidad de los derechos fundamentales y al telos constitu-
cional orientado a la protección de la dignidad de la persona humana, consagrado en
el artículo 1 de la Constitución Política, en los siguientes términos:
‘(...) la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo
de la sociedad y del Estado’.
De esta forma, nuestro texto constitucional consagra la promoción de una digna cali-
dad de vida entre sus ciudadanos como un auténtico deber jurídico, lo que comporta
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obtener una pensión dentro de un determinado régimen). Por el contrario, las condi-
ciones indirectas relativas al goce efectivo de determinadas prestaciones, como por
ejemplo, asuntos relacionados al monto de la pensión (en la medida que no se com-
prometa el mínimo vital), topes, mecanismos de reajuste, entre otros, no podrían
considerarse como componentes esenciales del derecho fundamental referido, sino
como contenidos no esenciales y, en su caso, adicionales, y, en tal medida, tampo-
co como disposiciones legales que lo configuran” (STC Exps. Nºs 0050-2004-AI /
0051-2004-AI / 0004-2005-AI / 0007-2005-AI / 0009-2005-AI, acumulados, Fun-
damento 120).
35. Así las cosas, cuando el inciso 20) del artículo 37 del CPConst. establece que el amparo
procede en defensa del derecho a la pensión, ello no supone que todos los derechos sub-
jetivos que se deduzcan de las disposiciones contenidas en el régimen legal relacionado
al sistema previsional público o privado, habilitan un pronunciamiento sobre el fondo en
un proceso de amparo, pues un razonamiento en ese sentido apuntaría a una virtual identi-
dad entre derecho legal y derecho constitucional de configuración legal, lo que a todas lu-
ces resulta inaceptable.
§4.2 Determinación del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión
36. El análisis sistemático de la disposición constitucional que reconoce el derecho fun-
damental a la pensión (artículo 11) con los principios y valores que lo informan, es el que
permite determinar los componentes de su contenido esencial. Dichos principios y valo-
res son el principio-derecho de dignidad y los valores de igualdad material y solidaridad.
37. Con base en dicha premisa, sobre la base de los alcances del derecho fundamental a la
pensión como derecho de configuración legal y de lo expuesto a propósito del contenido
esencial y la estructura de los derechos fundamentales, este Colegiado procede a delimi-
tar los lineamientos jurídicos que permitirán ubicar las pretensiones que, por pertenecer al
contenido esencial dicho derecho fundamental o estar directamente relacionadas a él, me-
recen protección a través del proceso de amparo:
a) En primer término, forman parte del contenido esencial directamente protegido por
el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los requi-
sitos del libre acceso al sistema de seguridad social consustanciales a la actividad labo-
ral pública o privada, dependiente o independiente, y que permite dar inicio al periodo de
aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones. Por tal motivo, serán objeto de protección
por vía del amparo los supuestos en los que habiendo el demandante cumplido dichos re-
quisitos legales se le niegue el acceso al sistema de seguridad social.
b) En segundo lugar, forma parte del contenido esencial directamente protegido por el de-
recho fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los requisitos para
la obtención de un derecho a la pensión. Así, será objeto de protección en la vía de ampa-
ro los supuestos en los que, presentada la contingencia, se deniegue a una persona el re-
conocimiento de una pensión de jubilación o cesantía, a pesar de haber cumplido los re-
quisitos legales para obtenerla (edad requerida y determinados años de aportación), o de
una pensión de invalidez, presentados los supuestos previstos en la ley que determinan su
procedencia.
Tal como ha tenido oportunidad de precisar la Corte Constitucional colombiana, en crite-
rio que este Colegido comparte, el derecho a la pensión
“adquiere el carácter de fundamental cuando a su desconocimiento sigue la vul-
neración o la amenaza de derechos o principios de esa categoría y su protección
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a) A tenor del artículo 57 del Decreto Supremo Nº 011-74-TR, Reglamento del Decre-
to Ley Nº 19990, los periodos de aportación no pierden su validez, excepto en los casos
de caducidad de las aportaciones declaradas por resoluciones consentidas o ejecutoriadas
con fecha anterior al 1 de mayo de 1973. En ese sentido, la Ley Nº 28407, vigente desde
el 3 de diciembre de 2004, recogió este criterio y declaró expedito el derecho de cualquier
aportante para solicitar la revisión de cualquier resolución que se hubiera expedido con-
traviniendo lo dispuesto en los artículos 56 y 57 del decreto supremo referido, Reglamen-
to del Decreto Ley Nº 19990.
b) En cuanto a las aportaciones de los asegurados obligatorios, los artículos 11 y 70 del De-
creto Ley N° 19990 establecen, respectivamente, que: “Los empleadores (...) están obli-
gados a retener las aportaciones de los trabajadores asegurados obligatorios (...)”, y que:
“Para los asegurados obligatorios son periodos de aportación los meses, semanas o días
en que presten, o hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las apor-
taciones a que se refieren los artículos 7 al 13, aun cuando el empleador (...) no hubie-
se efectuado el pago de las aportaciones”. Más aún, el artículo 13 de esta norma dispone
que la emplazada se encuentra obligada a iniciar el procedimiento coactivo si el emplea-
dor no cumple con efectuar el abono de las aportaciones indicadas. A mayor abundamien-
to, el inciso d), artículo 7 de la Resolución Suprema Nº 306-2001-EF, Reglamento de Or-
ganización y Funciones de la Oficina de Normalización Previsional (ONP), dispone que la
emplazada debe “efectuar la verificación, liquidación y fiscalización de derechos pensio-
narios que sean necesarias para garantizar su otorgamiento con arreglo a Ley”.
42. En ese sentido, para acreditar la titularidad de derecho a la pensión y el cumplimiento
de los requisitos legales que configuran el derecho, el demandante ha acompañado una se-
rie de documentos, respecto de los cuales este Tribunal determina los siguiente:
42.1. Edad
1) Copia de su Documento Nacional de Identidad, con el cual se constata que nació el 16
de junio de 1945, y que, por tanto, cumplió la edad requerida para la pensión reclamada el
16 de junio de 2000.
42.2 Años de aportaciones
1) Copia de la Resolución Nº 0000041215-2002-ONP/DC/DL-19990 (Expediente
Nº 01300311802) y del Cuadro de Resumen de Aportaciones, de donde se evidencia que
en aplicación del artículo 95 del Decreto Supremo Nº 013-61-TR, Reglamento de la Ley
Nº 13640, la ONP desconoció la validez de las aportaciones realizadas durante 1 año y 1
mes en los años 1964 y 1965, y decidió no continuar su labor inspectiva porque presumió
que el demandante no acreditaría el mínimo de años de aportaciones requeridos.
2) Copia de dos Certificados de Trabajo expedidos por Motor Perú S.A. en el año 1992,
en papel membretado y en formato del IPSS, y adicionalmente, otro Certificado de Traba-
jo otorgado en el año 1994 por Motor Perú S.A. en liquidación, en todos los cuales se cer-
tifica que el demandante trabajó en la empresa desde el 5 de marzo de 1973 hasta el 25 de
mayo de 1992, es decir, por un periodo de 19 años, 2 meses y 20 días.
42.3 Autorización de la Autoridad de Trabajo y afectación por reducción de personal
1) Copia de la Resolución Subdirectoral Nº 018-92-1SD-NEC y la Resolución Directoral
Nº 046-92-DR-LIM, del 21 de febrero y 24 de marzo de 1992, respectivamente, en las que
consta la autorización de la Autoridad de Trabajo para que Motor Perú S.A. reduzca per-
sonal al haber acreditado causal económica conforme a lo señalado en la Ley Nº 24514.
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2) Copia del Acta de Extraproceso de fecha 3 de julio de 1992, suscrita ante el Direc-
tor Regional de Trabajo de Lima, por los representantes de Motor Perú S.A. y el Sindica-
to de Trabajadores de la empresa, en la cual se transcribe la relación del personal afecta-
do por la reducción de personal, entre los que se encuentra el demandante. Asimismo, el
cronograma de pago de los beneficios sociales que se entregará conjuntamente con el cer-
tificado de trabajo, previa presentación de las cartas de renuncia de los trabajadores con
fecha 25 de mayo de 1992.
43. En consecuencia, el Tribunal Constitucional considera que aun cuando en el proce-
so de amparo no se encuentra prevista una etapa probatoria, el demandante ha presentado
suficiente medios probatorios que no requieren actuación (artículo 9 del CPConst.), que
demuestran: i) que cumple con el requisito de edad exigido para obtener la pensión soli-
citada; ii) que fue cesado en el empleo por causal de reducción de personal; y, iii) que te-
niendo en cuenta su tiempo de servicios en Motor Perú S.A. –corroborados previamente
por la Autoridad de Trabajo– y las aportaciones realizadas durante el periodo cuya vali-
dez indebidamente no se reconoció, acredita por lo menos 20 años de aportaciones al Sis-
tema Nacional de Pensiones.
En tal sentido, ha acreditado que reúne todos los requisitos legales exigidos para la per-
cepción de la pensión de jubilación adelantada por reducción de personal reclamada, y
consiguientemente, que se ha desconocido arbitrariamente el derecho constitucional a la
pensión que le asiste, por lo que la demandada debe reconocer su derecho a la pensión de
jubilación y disponer su percepción desde la fecha en que se verifica el agravio constitu-
cional, es decir, en la fecha de la apertura del Expediente Nº 01300311802 en el que cons-
ta la solicitud de la pensión denegada.
Adicionalmente, se debe ordenar a la ONP que efectúe el cálculo de los devengados
correspondientes desde la fecha del agravio constitucional, así como el de los intereses le-
gales generados de acuerdo a la tasa señalada en el artículo 1246 del Código Civil, y pro-
ceda a su pago, en la forma y modo establecido por el artículo 2 de la Ley Nº 28266.
§7. Precedente vinculante
44. Es evidente que con relación al derecho fundamental a la pensión reconocido en el ar-
tículo 11 de la Constitución, en la jurisprudencia de este Tribunal ha existido un criterio
de procedibilidad más flexible que aquel desarrollado en el Fundamento 37 supra. Ello,
en su momento, se encontraba plenamente justificado en aras de proyectar desde la juris-
prudencia de este Colegiado las pautas de interpretación que permitan convertir al sistema
de seguridad social, y, concretamente, al derecho fundamental a la pensión, en uno plena-
mente identificado con los principios constitucionales que lo informan (dignidad, igual-
dad y solidaridad).
45. Las materias que son competencia de la jurisdicción constitucional no se desarrollan
sobre un espectro rígido e inmutable. Por el contrario, la incuestionable ligazón existente
entre realidad social y Constitución en los Estados sociales y democráticos de derecho,
imponen un margen de razonable flexibilidad al momento de decidir las causas que mere-
cen un pronunciamiento por parte de la jurisdicción constitucional, sobre todo en aquellas
latitudes en las que esta tiene reciente data. Solo así es posible sentar por vía de la juris-
prudencia las bases mínimas para una verdadera identidad constitucional en cada uno de
los ámbitos del derecho, y solo así es posible que este Tribunal mantenga incólumes sus
funciones de valoración, ordenación y pacificación.
46. El Tribunal Constitucional considera que dicho cometido ha sido cubierto con la
abundante jurisprudencia emitida en materia pensionaria, motivo por el cual considera
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55. Por otra parte, en aplicación del principio pro actione que impone al juez interpretar los
requisitos de admisibilidad de las demandas en el sentido que más favorezca el derecho de
acceso a la jurisdicción, en los supuestos en los que en el expediente de amparo obre escri-
to en el que la Administración contradiga la pretensión del recurrente, el juez del conten-
cioso administrativo, no podrá exigir el agotamiento de la vía administrativa.
En efecto, dado que la finalidad de la interposición de los recursos administrativos de im-
pugnación consiste en darle la oportunidad a la propia Administración de revisar su actua-
ción o reevaluarla y, en su caso, disponer el cese de la vulneración del derecho, sería mani-
fiestamente contrario al principio de razonabilidad y al derecho fundamental de acceso a
la jurisdicción, exigir el agotamiento de la vía administrativa en los casos en los que re-
sulta evidente que la propia Administración se ha ratificado en la supuesta validez del acto
considerado ilegal.
56. Por el contrario, los expedientes de amparo en los que no sea posible verificar si la
Administración se ha o no ratificado en torno a la supuesta validez del acto considerado
atentatorio de los derechos previsionales que no configuran el contenido directamente pro-
tegido por el derecho fundamental a la pensión, no serán remitidos al juez del contencioso-
administrativo, pues dado que en estos supuestos es plenamente exigible el agotamiento de
la vía administrativa prevista en el artículo 18 de la Ley Nº 27584, los recurrentes deberán
agotarla para encontrarse habilitados a presentar la demanda contencioso administrativa.
57. En todo caso, es deber del juez del contencioso administrativo, aplicar el principio de
favorecimiento del proceso, previsto en el inciso 3) del artículo 2 de la Ley Nº 27584, con-
forme al cual:
“Principio de favorecimiento del proceso.- El juez no podrá rechazar liminarmente la
demanda en aquellos casos en los que por falta de precisión del marco legal exista in-
certidumbre respecto del agotamiento de la vía previa.
Asimismo, en caso de que el juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la proce-
dencia o no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la misma”.
58. Por otra parte, dado que en los asuntos previsionales, es la Administración o, en su
caso, la entidad en la que prestó servicios el extrabajador, las que se encuentran en mayor
capacidad de proveer al juez de los medios probatorios que coadyuven a formar convic-
ción en relación con el asunto controvertido, el hecho de que el recurrente no haya presen-
tado los medios probatorios suficientes que permitan acreditar su pretensión, en princi-
pio, no puede considerarse como motivo suficiente para desestimar la demanda. En tales
circunstancias, es obligación del juez recabar de oficio los medios probatorios que juzgue
pertinentes; máxime si el artículo 22 de la Ley Nº 27584, establece que:
“Al admitir a trámite la demanda el juez ordenará a la entidad administrativa que
remita el expediente relacionado con la actuación impugnable.
Si la entidad no cumple con remitir el expediente administrativo el órgano jurisdic-
cional podrá prescindir del mismo o en su caso reiterar el pedido bajo apercibimien-
to de poner el hecho en conocimiento del Ministerio Público para el inicio del proce-
so penal correspondiente (...).
El incumplimiento de lo ordenado a la entidad administrativa no suspende la tramita-
ción del proceso, debiendo el juez en este caso aplicar al momento de resolver lo dis-
puesto en el artículo 282 del Código Procesal Civil”.
Dicho artículo del Código Procesal Civil, establece:
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“El juez puede extraer conclusiones en contra de los intereses de las partes atendien-
do a la conducta que estas asumen en el proceso, particularmente cuando se mani-
fiesta notoriamente en la falta de cooperación para lograr la finalidad de los medios
probatorios, o con otras actitudes de obstrucción. Las conclusiones del juez estarán
debidamente fundamentadas”.
Por su parte, el artículo 29 de la Ley Nº 27584, dispone:
“Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para for-
mar convicción, el juez en decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la ac-
tuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes”.
§10. Vulneración continuada y ausencia de plazos de prescripción en asuntos que
versen sobre materia pensionaria
59. Todos los poderes públicos, incluida la Administración Pública, deberán tener pre-
sente, tal como lo ha precisado este Colegiado de manera uniforme y constante –en crite-
rio que mutatis mutandis es aplicable a cualquier proceso judicial o procedimiento admi-
nistrativo que prevea plazos de prescripción o caducidad– que las afectaciones en materia
pensionaria tienen la calidad de una vulneración continuada, pues tienen lugar mes a mes,
motivo por el cual no existe posibilidad de rechazar reclamos, recursos o demandas que
versen sobre materia previsional, argumentando el vencimiento de plazos prescriptorios
o de caducidad.
En tal sentido, en los casos de demandas contencioso-administrativas que versen sobre ma-
teria pensionaria, el juez se encuentra en la obligación de considerar el inicio del cómputo
de los plazos de caducidad previstos en el artículo 17 de la Ley Nº 27584, a partir del mes
inmediatamente anterior a aquel en que es presentada la demanda, lo que equivale a decir,
que, en ningún caso, podrá declararse la improcedencia de tales demandas por el supuesto
cumplimiento del plazo de caducidad.
§11. Jurisprudencia vinculante y exhortación
60. Es preciso enfatizar que los criterios uniformes y reiterados contenidos en las sen-
tencias expedidas por el Tribunal Constitucional en materia pensionaria, mantienen sus
efectos vinculantes. En consecuencia, a pesar de que determinadas pretensiones sobre la
materia no puedan en el futuro ser ventiladas en sede constitucional, la judicatura ordina-
ria se encuentra vinculada por las sentencias en materia pensionaria expedidas por este
Colegiado.
61. Finalmente, el Tribunal Constitucional exhorta al Poder Judicial a aumentar el número
de Juzgados Especializados en lo Contencioso-Administrativo en el Distrito Judicial de
Lima y a crearlos en el resto de Distritos Judiciales de la República, a efectos de atender
con diligencia y celeridad las pretensiones que correspondan ser dilucidadas por la juris-
dicción ordinaria, como consecuencia de la expedición de la presente sentencia.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional con la autoridad que le confiere la
Constitución y su Ley Orgánica,
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda.
2. Declarar la NULIDAD de la Resolución Nº 0000041215-2002-ONP/DC/DL-19990.
3. Ordena que la entidad demandada cumpla con reconocer la pensión de jubilación ade-
lantada por reducción de personal que corresponde al demandante, y abone las pensiones
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EXP. Nº 8726-2005-PA/TC
HUAURA
“ASOCIACIÓN UNIDOS
CENTENARIO Y OTROS
DE HUARAL”
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 24 días del mes de noviembre de 2005, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y
Vergara Gotelli, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por la “Asociación Unidos Centenario
y otros de Huaral” contra la sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Huaura, de fojas 137, su fecha 13 octubre de 2005, que declara improcedente la de-
manda de autos.
(…)
Libertad de trabajo: ámbito de protección, naturaleza (derecho de defensa y derecho
de protección) y deber de protección de este derecho
6. El ejercicio del comercio ambulatorio está comprendido bajo el ámbito de protección de
la libertad de trabajo. La libertad de trabajo constituye un derecho fundamental reconocido
por el artículo 2, inciso 15) de la Constitución. El contenido o ámbito de protección de este
derecho fundamental constituye el libre ejercicio de toda actividad económica. A este res-
pecto, el Tribunal Constitucional alemán, ya el 11 de junio de 1958, en la célebre y pione-
ra sentencia sobre libertad de trabajo, el Caso de las Farmacias(20), ha enfatizado, respec-
to a la forma amplia de comprender la libertad de trabajo, que este derecho “garantiza a la
persona adoptar como ‘oficio’ toda actividad para la cual se considere apto, es decir, para
el sustento de su vida”(21). Desde esta perspectiva, el concepto “trabajo” ha de interpretar-
se de la manera más amplia. Así, comprende no solo aquellas ocupaciones tradicionales
y típicas, sino también aquellas atípicas que la persona libremente adopta(22). En este con-
texto, el contenido de la libertad de trabajo puede ser entendido como la facultad de ejer-
cer toda actividad que tenga como finalidad el sustento vital de la persona.
7. La libertad de trabajo, en cuanto derecho fundamental, detenta una doble faz. Por un
lado, constituye derecho de defensa y, por otro, derecho de protección. En cuanto derecho
de defensa, proyecta su vinculatoriedad típica, clásica, oponible al Estado y a particulares,
como esfera de actuación libre. En cuanto derecho de protección, la libertad de trabajo re-
conoce a la persona el derecho a una acción positiva, que vincula al Estado a la protec-
ción activa del bien jusfundamental protegido –libre trabajo– a través del establecimiento
de normas, procedimientos e instituciones orientadas a hacer posible el ejercicio de tal de-
recho fundamental. En virtud de ello se constituye para el Estado y el poder público en ge-
neral lo que el Tribunal Constitucional alemán ha denominado en su jurisprudencia como
(20) Apotheken-Urteil (“Sentencia sobre las farmacias”): BVerfGE 7, 377. Sentencia de 11 de junio de
1958, expedida por la 1ª Sala del Tribunal Constitucional alemán.
(21) BVerfGE 7, 377 (p. 397).
(22) BVerfGE 7, 377 (p. 397).
373
Joel Rosas Alcántara
“deber de protección”(23). Tal deber de protección ha sido acogido por la doctrina jurispru-
dencial de este Tribunal(24). Ahora bien, dado que la libertad de trabajo constituye también
un derecho de protección, se configura un deber de protección de tal derecho, conforme al
cual, el Estado y las municipalidades deben desarrollar o adoptar normas, procedimientos
e instituciones, orientadas a la posibilidad de su real, efectivo y pleno ejercicio.
8. Esta faz de la libertad de trabajo es de suma relevancia para el comercio ambulatorio.
En efecto, por imperativo de este deber de protección, las Municipalidades, en cuanto en-
tes titulares de competencias normativas en materia de comercio ambulatorio, deben adop-
tar normas que lo regulen de manera completa y exhaustiva y, en especial, que garanticen
a las personas la facultad de ejercer dicha actividad en condiciones dignas, por imperati-
vo del principio de dignidad (artículos 1 y 3 de la Constitución). Como consecuencia del
deber de protección que tiene el Estado y las municipalidades con respecto a la libertad de
trabajo, la lesión de este derecho no se restringe al solo impedimento arbitrario de su ejer-
cicio, sino también se concreta en la omisión de tales entes de adoptar las medidas –nor-
mas, procedimientos y/o instituciones– que el caso exija, en particular, tratándose del co-
mercio ambulatorio, la omisión de que las Municipalidades expidan normas que lo regulen
en el marco de los términos antes señalados.
9. Aun cuando en el presente caso la omisión de este deber de protección por parte de la
Municipalidad demandada no se ha planteado, será oportuno precisar cuál es la dimensión
de la problemática del comercio ambulatorio en cuanto manifestación de la libertad de tra-
bajo y señalar la posibilidad de eventuales lesiones de este derecho en los supuestos don-
de se advierta la omisión de su deber de protección.
Análisis de la norma según el principio de proporcionalidad
10. Dado que el comercio ambulatorio representa un supuesto de ejercicio de la libertad de
trabajo, corresponde ahora examinar si la prohibición establecida por la Ordenanza impug-
nada puede considerarse como una intervención válida o justificada constitucionalmente.
Para tal efecto se empleará el principio de proporcionalidad, de modo que si tal interven-
ción supera este examen se concluirá en la validez constitucional de la citada intervención
o, en caso contrario, en su invalidez.
Objetivo y finalidad de la intervención en la libertad de trabajo
11. La finalidad de la intervención. Bajo este concepto se comprende la finalidad que el ór-
gano productor de la norma ha pretendido alcanzar a través de la medida implementada.
En el caso, tal medida es la prohibición del comercio ambulatorio. Esta medida suele ser
denominada como “intervención” en la estructura del principio de proporcionalidad. Aho-
ra bien, la finalidad implica, a su vez, dos aspectos: el objetivo y el fin. El objetivo es el
estado de cosas que pretende lograrse con la medida (intervención) normativa. El fin es el
derecho, principio o valor constitucional que justifica dicha intervención.
12. Para determinar el objetivo, esto es, el estado de cosas que la Municipalidad preten-
dió a través de la prohibición del comercio ambulatorio es menester auscultar la causa fác-
tica que dio origen a su establecimiento. Se trata, aquí, de inquirir por la ocassio legis de
la norma prohibitiva.
(23) Schwanger schaftsab bruch I (Caso Aborto I): BVerfGE 39, 1 (pp. 41 y ss.). Sentencia de 25 de fe-
brero de 1975, expedida por la 1ª Sala del Tribunal Constitucional alemán.
(24) STC, Exp. Nº 976-2001-AA/TC, de 13 de marzo de 2003, fundamento 9, segundo párrafo, in fine.
374
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
13. La ocassio legis se lee en la propia Ordenanza, en cuyo considerando quinto se afir-
ma que, “(...) a la fecha el comercio ambulatorio compuesto por vendedores ambulantes
informales viene ocupando por más de 30 años las calles y avenidas públicas de la ciu-
dad de Huaral, dificultando el libre tránsito de las personas y vehículos y atentando con-
tra sus derechos constitucionales, así como generando riesgos contra la vida y la salud
de la población en casos de incendio o sismo y, creando focos infecciosos por el arro-
jo de basura”.
14. El objetivo. En los considerandos de la Ordenanza impugnada se advierte que ella
ha sido expedida “en resguardo del orden y el ornato de la ciudad” de Huaral (segundo
considerando), orden que, si atendemos a los problemas que la Municipalidad pretende re-
solver con la norma (la ocassio legis de la Ordenanza), sería un orden donde no se dificul-
te el tránsito de las personas y el vehicular y evite riesgos de la vida y la salud de la pobla-
ción. La Ordenanza tiene, además, el propósito de proteger el Centro Histórico de Huaral,
considerado como “patrimonio de la ciudad” (sexto considerando). El “ornato público” de
la ciudad es otro propósito que se advierte en la norma cuando recuerda la petición de la
ciudadanía del retiro de comercio ambulatorio (séptimo considerando).
15. El objetivo de la norma es entonces establecer un Centro Histórico de Huaral con or-
den, ornato y protegido. Tal es el estado de cosas pretendido por la ordenanza.
16. Ahora bien, este objetivo se justifica con la prosecución de determinados principios
constitucionales. La conservación del orden se justifica en el principio de orden público en
el sentido clásico de orden de las calles. Por otra parte, la protección del centro histórico
obedece al principio de protección del patrimonio cultural de la nación que subyace al ar-
tículo 21 de la Constitución.
17. Así las cosas, se advierte que el objetivo de la ordenanza impugnada se justifica en la
prosecución de fines que tienen cobertura constitucional.
Examen de idoneidad
18. Se trata ahora de inquirir acerca de si la medida adoptada, esto es, la prohibición del co-
mercio ambulatorio, es adecuada o conducente al objetivo de la Ordenanza impugnada. La
respuesta es afirmativa. La consecución de un Centro Histórico de la ciudad de Huaral con
orden, ornato y protegido, puede lograrse a través de la prohibición del comercio ambu-
latorio. Es sabido que en muchas ciudades del país se ha tenido que proceder a una prohi-
bición del comercio ambulatorio con el objetivo de lograr un orden del tráfico vehicular
y, ciertamente, con miras a alcanzar un mejor ornato, particularmente cuando se trata del
centro histórico de una ciudad. En lo que concierne a la “protección” del centro históri-
co, resulta claro que ello debe entenderse como protección del ornato, ya que la actividad
comercial ambulatoria por sí misma no puede considerarse plausiblemente como causa
del deterioro del centro histórico. Ahora bien, en este orden de consideraciones se advier-
te que los centros históricos de la ciudad son declarados normalmente como zonas rígidas
para el comercio ambulatorio; tal es el caso, por ejemplo, de la Municipalidad Metropo-
litana de Lima (Ordenanza 062, publicada el 18 de agosto de 1994, artículo 138), o de la
declaración de zona rígida de vías públicas específicamente enumeradas, como el caso de
la Municipalidad Distrital de Barranco (Ordenanza 162-MDB, de 4 de setiembre de 2003,
artículo 3, literal “g”, que declara “zona rígida total” determinadas vías públicas), que pue-
den considerarse como centro histórico de tal distrito, o incluso, el caso donde se califican
determinadas “áreas” como zonas rígidas, como el de la Municipalidad Distrital de Jesús
María (Ordenanza 001-95-CDJM-A, de 18 de agosto de 1995, artículo 10) que comprende
áreas que pueden considerarse como componentes del centro histórico.
375
Joel Rosas Alcántara
19. Lo anterior permite advertir que la declaración de zona rígida de los centros históricos
de las ciudades es una medida que ha sido considerada como un medio conducente o idó-
neo para la consecución de un centro histórico con orden, ornato y protegido. En conse-
cuencia, la declaración de zona rígida del Centro Histórico de Huaral por dicha Municipa-
lidad constituye un medio idóneo para la preservación de los fines constitucionales arriba
identificados. Ahora bien, el que la medida cuestionada sea idónea implica únicamente
que a través de una prohibición de la actividad comercial en las vías públicas puede alcan-
zarse el objetivo antes mencionado.
Examen de necesidad
20. Dado que la medida cuestionada ha superado el examen de idoneidad, corresponde
ahora indagar si supera también el examen de necesidad. Bajo este examen se analiza “si
existen medios alternativos al optado por el legislador que no sean gravosos o, al menos,
que lo sea en menor intensidad. Se trata del análisis de una relación medio-medio, esto
es, de una comparación entre medios, el optado por el legislador y el o los hipotéticos que
hubiera podido adoptar para alcanzar el mismo fin. Por esto, el o los medios hipotéticos al-
ternativos han de ser igualmente idóneos”(25). En el caso, se trata entonces de examinar si
frente a la medida adoptada por la Municipalidad –la declaración del centro histórico de
Huaral como rígida–, había medidas alternativas que sean aptas para alcanzar el objetivo
de uncentro histórico con orden, ornato y protegido. La respuesta es negativa. Si se preten-
de el objetivo propuesto, no hay medios alternativos idóneos hipotéticos. Cualquier me-
dio alternativo hipotético que pudiera plantearse tendría que admitir previamente la po-
sibilidad de actividades comerciales en la vía pública, pero tal no es el caso. Ahora, si la
prohibición de actividad ambulatoria parece aceptable con respecto a las vías públicas en
general, con mayor razón ha de admitirse tal prohibición cuando se proyecta sobre el de-
nominado centro histórico de una ciudad. En nuestro entorno cultural se admite en las vías
públicas algunas actividades comerciales típicas como la venta de diarios, el servicio de
lustrado de calzados, expendio de golosinas, entre algunas otras. Sin embargo, ello cons-
tituye un supuesto excepcional y que debe su razón sobre todo a factores culturales y de
idiosincrasia y debe realizarse de conformidad con las normas del ordenamiento jurídico,
y no al margen o contra ellas.
21. En síntesis, la consecución del objetivo trazado solo puede alcanzarse a través de la
restricción de la libertad de trabajo en las vías públicas, en particular cuando tal interdic-
ción tiene lugar en lo que se denomina el “centro histórico” de la ciudad. En consecuencia,
la medida enjuiciada supera el examen de necesidad.
Examen de ponderación o proporcionalidad en sentido en sentido estricto
22. Corresponde ahora examinar la medida conforme al test de ponderación o pro-
porcionalidad en sentido estricto. Conforme a este se establece una relación según la
cual cuanto mayor es la intensidad de la intervención de la libertad de trabajo, tan-
to mayor ha de ser el grado de realización u optimización del fin constitucional. Si
tal relación se cumple, entonces, la intervención en la libertad de trabajo habrá superado
el examen de la ponderación y no será inconstitucional; por el contrario, en el supuesto
de que la intensidad de la afectación en la libertad de trabajo sea mayor al grado de rea-
lización del fin constitucional, entonces, la intervención en dicha libertad no estará jus-
tificada y será inconstitucional.
376
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
377
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 3311-2005-PA/TC
LIMA
SINDICATO DE TRABAJADORES
MINEROS DE ATACOCHA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 5 días del mes de enero de 2006, el Tribunal Constitucional en sesión de
Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados García Toma; Presiden-
te, Gonzales Ojeda; Vice Presidente, Alva Orlandini, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pro-
nuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por el Sindicato de Trabajadores Mineros
de Atacocha contra la sentencia de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas 865, su fecha 9 de diciembre de 2004, que declara infundada la deman-
da de amparo de autos.
(...)
FUNDAMENTOS
3. El artículo 28, inciso 1) de la Constitución reconoce el derecho de sindicación y la li-
bertad sindical. Al respecto, este Colegiado ha establecido que su contenido esencial tie-
ne dos aspectos: el primero consiste en la facultad de toda persona de constituir sindicatos
con el propósito de defender sus intereses gremiales, mientras que el segundo se refiere a
la facultad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. A su vez, se ha precisa-
do que implica la protección del trabajador afiliado o sindicado frente a la comisión de ac-
tos que perjudiquen sus derechos y tengan como motivación real su condición de afiliado
o no afiliado de un sindicato u organización análoga. (Exp. Nº 1124-2001-AA/TC, Funda-
mento N° 8). Del mismo modo, en el citado caso, se dejó abierta la posibilidad de ulterio-
res concretizaciones del contenido esencial de la libertad sindical.
4. En el EXP. N° 0008-2005-PI/TC, este Colegiado estableció que la libertad sindical no
solo tenía una dimensión individual, relativa a la constitución de un sindicato y a su afi-
liación, sino también una dimensión plural, que se manifiesta en la autonomía sindical y
la personalidad jurídica (Fundamento Nº 26). Esta es la dimensión de la libertad sindical
que deberá ser configurada en el presente caso. Para ello, aplicaremos la Cuarta Disposi-
ción Final y Transitoria de la Constitución y al artículo V del Título Preliminar del Códi-
go Procesal Constitucional, que disponen que el contenido y alcances de los derechos y
libertades que aquella reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración Univer-
sal de los Derechos Humanos y los tratados internacionales sobre la misma materia ratifi-
cados por el Perú.
5. El artículo 3.1. del Convenio N° 87 de la OIT, relativo a la libertad sindical y a la pro-
tección del derecho de sindicación, precisa que las organizaciones de trabajadores tie-
nen el derecho de elegir libremente a sus representantes, de organizar su administración
y sus actividades y de formular su programa de acción. Por su parte el artículo 1.2. del
Convenio N° 98 de la OIT, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sin-
dicación y de negociación colectiva, establece la protección de los trabajadores sindica-
lizados contra todo acto que tenga por objeto despedir a un trabajador o perjudicarlo en
cualquier otra forma a causa de su afiliación sindical o de su participación en actividades
378
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
sindicales fuera de las horas de trabajo, o con el consentimiento del empleador, duran-
te las horas de trabajo.
6. Por tanto, en esta oportunidad y a la luz del caso concreto, debe precisarse que la liber-
tad sindical en su dimensión plural también protege la autonomía sindical, esto es, la po-
sibilidad de que el sindicato pueda funcionar libremente sin injerencias o actos externos
que lo afecten. Protege, asimismo, las actividades sindicales que desarrollan los sindica-
tos y sus afiliados de manera colectiva, así como la de los dirigentes sindicales para que
puedan desempeñar sus funciones y cumplir con el mandato para el que fueron elegidos.
7. Sin esta protección no sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades ta-
les como el derecho de reunión sindical, el derecho a la protección de los representantes
sindicales para su actuación sindical, la defensa de los intereses de los trabajadores sindi-
calizados y la representación de sus afiliados en procedimientos administrativos y judicia-
les. Del mismo modo, no sería posible un adecuado ejercicio de la negociación colectiva y
del derecho de huelga (Exp. Nº 206-2005-PA, Fundamento Nº 12).
8. Es por ello que, como ya se tuvo oportunidad de establecer anteriormente, la dimen-
sión plural de la libertad sindical garantiza no solo la protección colectiva de los traba-
jadores sindicalizados (EXP. N° 1124-2001-AA/TC, Fundamento Nº 11), sino también
la protección especial de los dirigentes sindicales, toda vez que estos últimos, libremen-
te elegidos, detentan la representación de los trabajadores sindicalizados a fin de defender
sus intereses. Consecuentemente, todo acto lesivo, no justificado e irrazonable que afec-
te colectivamente a los trabajadores sindicalizados y a sus dirigentes y que haga imprac-
ticable el funcionamiento del sindicato, deberá ser reparado (Exp. Nº 206-2005-PA, Fun-
damento Nº 12).
9. En el presente caso el Sindicato manifiesta que la vulneración de su derecho constitucio-
nal a la libertad sindical se habría producido porque 26 de sus afiliados, entre los cuales se
encontraban los 20 miembros de la Junta Directiva del Sindicato para el año 2002-2003,
fueron despedidos en forma masiva y simultánea, debido a que la emplazada les atribuyó
la responsabilidad de los daños ocasionados durante la paralización de labores efectuada
los días 7 y 8 de febrero de 2003.
10. Por su parte, el abogado de la demandada alega, ante esta instancia, que conforme al
precedente vinculante recaído en el Exp. 206-2005-PA/TC, la demanda de amparo debe-
ría ser declarada improcedente puesto que debe resolverse a través de la vía ordinaria la-
boral. Asimismo, añade que la demandada en ningún momento vulneró el derecho a la li-
bertad sindical del recurrente.
11. El Tribunal Constitucional no comparte el planteamiento del abogado. La sentencia re-
caída en el Exp. Nº 206-2005-PA/TC, establece precedentes vinculantes acerca de la com-
petencia de esta sede para conocer de controversias derivadas de materia laboral indivi-
dual, pública o privada. Consecuentemente, se preserva la competencia de este Colegiado
para conocer casos que involucren violaciones a los derechos constitucionales laborales de
carácter colectivo. El presente caso es, precisamente, uno de estos últimos, puesto que el
Sindicato alega la violación de su libertad sindical en razón de que toda su Junta Directiva
fue despedida a los pocos días de haber realizado una huelga (Fundamento Nº 2, supra).
12. En efecto, de fojas 21 a 170 de autos obran las cartas de imputación de cargos y de
despido, las cuales tienen el mismo tenor, las mismas fechas y atribuyen de manera gene-
ral las mismas responsabilidades a todos los trabajadores sindicalizados despedidos, inclu-
yendo a todos los dirigentes sindicales, por los daños ocasionados durante la mencionada
paralización de labores. En efecto, todas ellas indican que “(...) la paralización de labores
379
Joel Rosas Alcántara
se materializó, realizándose con actos de violencia, en los que usted participó en forma ac-
tiva o como incitador (...)”; y, más adelante que: “su persona se encuentra completamente
identificada e individualizada en este acto vandálico” De ello se concluye, meridanamen-
te, que la demandada, mediante las cartas mencionadas, no ha podido determinar respon-
sabilidades individuales vinculadas a hechos concretos sino que atribuye, abstracta y sub-
jetivamente, la responsabilidad de los mencionados daños a la totalidad de la dirigencia
sindical y a otros trabajadores sindicalizados.
13. Todo ello demuestra que, en rigor, nos encontramos frente a un despido masivo y si-
multáneo dirigido contra los dirigentes sindicales y algunos afiliados del recurrente. Dicho
acto lesivo vulnera el derecho de sindicación y de libertad sindical en su dimensión plu-
ral, que protege al Sindicato, a sus dirigentes y a sus afiliados cuando colectivamente ejer-
cen el mencionado derecho.
14. A mayor abundamiento, debe considerarse que el hecho alegado por la emplazada
para despedir a los afiliados del Sindicato –su supuesta participación en los daños, des-
manes, destrozos y disturbios que se ocasionaron con motivos de las actividades sindi-
cales (paralización de labores) realizadas los días 7 y 8 de febrero de 2003– no ha sido
comprobado a nivel del Ministerio Público y del Poder Judicial. En efecto, en el Dicta-
men N° 23-2005-MP-FSMP-PASCO, de fecha 3 de febrero de 2005, emitido por la Fis-
calía Superior Mixta Descentralizada de Pasco, fojas 873 a 878, se indica que “(...) no
obra en autos medio probatorio alguno que acredite la participación directa u indirec-
ta de los inculpados (...)” en los daños y disturbios que se ocasionaron los días 7 y 8 de
febrero de 2003.
15. Esta conclusión ha sido confirmada por la Sala Mixta de la Corte Superior de Cerro de
Pasco que, con fecha 25 de julio de 2005, en la causa seguida por Compañía Minera Ata-
cocha contra los afiliados del Sindicato despedidos, por los delitos de daños, disturbios y
hurto, declaró el sobreseimiento del proceso por los delitos de daños, disturbios y pertur-
bación de servicios públicos en agravio del Estado y el archivo provisional por el delito de
hurto (cuadernillo del Tribunal Constitucional).
16. Por tanto, el Tribunal Constitucional estima que en el caso de autos se ha producido
un despido masivo y simultáneo de toda la dirigencia sindical y de algunos trabajadores
afiliados al Sindicato recurrente. No se contó con las pruebas suficientes que acrediten la
responsabilidad individual de cada uno de los despedidos, vulnerándose de este modo el
derecho a la libertad sindical del Sindicato, de sus dirigentes y de sus afiliados. Esta vio-
lación se ha dado en su dimensión plural, pues se ha impedido la participación de los diri-
gentes sindicales y de los afiliados en las actividades sindicales y se ha afectado seriamente
el funcionamiento del Sindicato. En el EXP. N° 632-2001-AA/TC, Fundamento 7, mutatis
mutandis, este Colegiado precisó que si bien los efectos del despido repercuten en la esfe-
ra individual de cada uno de los trabajadores afectados, también lo hacen en la propia orga-
nización sindical, puesto que es evidente que el despido de todos los miembros de la Junta
Directiva del sindicato también se presenta, ab initio, como una lesión a la propia institu-
ción sindical, es decir, al Sindicato.
17. De otro lado, y habiendo fenecido el mandato de la dirigencia despedida, no es posi-
ble reponerlos en sus cargos, pero sí en sus respectivos puestos de trabajo, toda vez que
eran trabajadores sindicalizados. Asimismo, acreditándose que 5 de los trabajadores afi-
liados ya fueron repuestos por la demandada y habiendo la recurrida confirmado el auto
de desistimiento de 3 de los afiliados, carece de objeto pronunciarse sobre tales extremos.
18. Finalmente, el Tribunal Constitucional deja claramente establecido que el ejercicio de
los derechos laborales colectivos, en especial el derecho de huelga, debe ser conforme a
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Joel Rosas Alcántara
(…)
VI. FUNDAMENTOS
§1. EL PRINCIPIO DE IGUALDAD
1. El Principio de Igualdad y su tratamiento
a. A nivel de la normativa constitucional y de la línea jurisprudencial del Tribunal
Constitucional
1. A nivel constitucional, se ha reconocido en el artículo 2, numeral 2) el principio-de-
recho a la igualdad, dentro del Capítulo correspondiente a los Derechos Fundamenta-
les de la Persona, en el Título De la Persona y de la Sociedad: “Toda persona tiene dere-
cho a: (...) 2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen,
raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica, o de cualquiera otra índole”.
2. Con relación a la Igualdad, este Colegiado se ha pronunciado indicando que “(...), la
igualdad, además de ser un derecho fundamental, es también un principio rector de la or-
ganización del Estado Social y Democrático de Derecho, y de la actuación de los pode-
res públicos. Como tal, comporta que no toda desigualdad constituye necesariamente
una discriminación, pues no se proscribe todo tipo de diferencia de trato en el ejerci-
cio de los derechos fundamentales; la igualdad solamente será vulnerada cuando el trato
desigual carezca de una justificación objetiva y razonable. La aplicación, pues, del princi-
pio de igualdad no excluye el tratamiento desigual; por ello, no se vulnera dicho principio
cuando se establece una diferencia de trato, siempre que se realice sobre bases objetivas y
razonables”(26) (el resaltado es nuestro).
3. En línea con lo antes expuesto, este Tribunal se ha pronunciado indicando la importan-
cia de “(...) el adecuado discernimiento entre dos categorías jurídico-constitucionales, a sa-
ber, diferenciación y discriminación. En principio, debe precisarse que la diferenciación
está constitucionalmente admitida, atendiendo a que no todo trato desigual es discrimina-
torio; es decir, se estará frente a una diferenciación cuando el trato desigual se funde en
causas objetivas y razonables. (...), cuando esa desigualdad de trato no sea ni razonable ni
proporcional, estaremos frente a una discriminación y, por tanto, frente a una desigualdad
de trato constitucionalmente intolerable(27)”.
4. Respecto a la doble dimensión del principio-derecho a la igualdad, este Colegiado se
ha pronunciado en el siguiente sentido:
“(...) En cuanto principio, constituye el enunciado de un contenido material objetivo que,
en tanto componente axiológico del fundamento del ordenamiento constitucional, vincula
de modo general y se proyecta sobre todo el ordenamiento jurídico. En cuanto derecho
fundamental, constituye el reconocimiento de un auténtico derecho subjetivo, esto es,
la titularidad de la persona sobre un bien constitucional: la igualdad, oponible a un des-
tinatario. Se trata del reconocimiento de un derecho a no ser discriminado por razones
proscritas por la propia Constitución (origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condi-
ción económica) o por otras (“motivo” “de cualquier otra índole”) que, jurídicamente, re-
sulten relevantes. Una cuestión de vital trascendencia con respecto al principio de Igual-
dad, es que ha quedado clara la proscripción de todo trato discriminatorio, mas no así el
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se ha reservado campo de regulación para la Igualdad, aun cuando, enunciado con matices
y formas distintas, todos confluyen en la necesidad de proscripción de la discriminación
por razones subjetivas en diferentes ámbitos y aspectos.
9. Cabe destacar que la igualdad no es un principio y derecho privativo del ámbito labo-
ral. Su tratamiento y aplicación se ha previsto para los diferentes ámbitos en los que la per-
sona humana –fundamento básico de la sociedad y del Estado– se desenvuelve. La Igual-
dad cruza transversalmente todos y cada uno de los espacios de desarrollo de la persona,
pues garantiza la dignidad humana (artículo 1 de la norma constitucional nacional).
10. En ese sentido, es que este Colegiado considera útil reseñar los enunciados centrales
relativos a igualdad, incluidos en los principales instrumentos internacionales, en particu-
lar los relativos en el ámbito laboral internacional tal como se consigna a continuación:
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(30)
(30) Convenio Nº 111 OIT, sobre discriminación en el empleo y ocupación, considerado Convenio Fun-
damental en el Sistema de Normas de OIT.
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11. Todos estos instrumentos reseñados proscriben y condenan, en efecto, todo trato dis-
criminatorio, es decir aquel que se realice sin una justificación objetiva, mas no así todo
trato diferenciado.
§2. LOS REGÍMENES LABORALES EN EL MARCO CONSTITUCIONAL
1. El régimen laboral común
a. Regulación del Régimen Laboral común en materia de remuneración, descanso va-
cacional y la indemnización por despido, a la luz de la Constitución y las normas de
desarrollo
12. El régimen laboral común aplicable a los trabajadores inmersos en la actividad priva-
da tiene una regulación general en materia de remuneración, jornada de trabajo y descan-
so vacacional(31), así como respecto de la indemnización por despido, materias que se han
desarrollado in extenso a nivel infraconstitucional, debido a que los artículos constitucio-
nales que regulan estas materias, delegan en el legislador el desarrollo de los mandatos
constitucionales, aun cuando resulta innegable que la Constitución ha establecido el mar-
co director que debe orientar esa regulación de rango legal.
13. Resulta importante indicar que precisamente los tres aspectos del Régimen Laboral
Común que seguidamente desarrollamos, coinciden con los tres elementos regulados en la
Ley Nº 27360 y que son materia de cuestionamiento en esta demanda, al haberse alega-
do su inconstitucionalidad. Los elementos cuestionados que forman parte de la ejecución
y fin de la relación laboral son:
• Remuneración
14. La norma constitucional, en materia de remuneración, ha establecido en el artículo
24 que:
“El trabajador tiene derecho a una remuneración equitativa y suficiente, que procure, para
él y su familia, el bienestar material y espiritual.El pago de la remuneración y de los be-
neficios sociales del trabajador tiene prioridad sobre cualquiera otra obligación del em-
pleador. Las remuneraciones mínimas se regulan por el Estado con participación de las or-
ganizaciones representativas de los trabajadores y de los empleadores” (el subrayado es
nuestro).
15. El mandato constitucional ha previsto como condición que la remuneración que el tra-
bajador perciba como contraprestación por la labor (entendida en términos latos) que rea-
liza debe ser equitativa y suficiente; características que constituirían los rasgos esenciales
del derecho a la remuneración. Adicionalmente, la norma constitucional dispone que tan-
to el pago de las remuneraciones como de los beneficios sociales ocupan el primer orden
de prelación entre las obligaciones del empleador; y, un tercer elemento que se dilucida de
la norma constitucional en esta materia es la delegación al Estado de la regulación sobre
remuneración mínima, previéndose la participación de los agentes sociales en dicha regu-
lación. En nuestro país, en línea con tal disposición, normalmente ha tenido participación
–desde que su existencia lo permite– el Consejo Nacional del Trabajo para fines de la de-
terminación de la remuneración mínima. Una cuestión adicional que nuestro ordenamien-
to jurídico nacional imprime a la remuneración, con el fin que pueda calificar como tal, es
su carácter de libre disponibilidad(32).
(31) Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el Decre-
to Supremo N° 003-97-TR
(32) Ídem.
389
Joel Rosas Alcántara
16. Con relación a la regulación sobre remuneración mínima vital debe considerarse que,
por su grado de imperatividad y dispositividad, frente a la autonomía privada, es un dere-
cho necesario relativo. Como tal se constituye en un estándar mínimo por debajo del cual
no se puede pactar, dado que ello sería inconstitucional.
17. De otro lado, y ya más bien a nivel de política salarial, la OIT, en materia de salarios
y remuneraciones, en la Agenda Hemisférica 2006-2015, ha planteado que la política sa-
larial de la mayoría de países se reduce a la aplicación del salario mínimo aunque, por lo
general de manera discrecional e irregular, se afirma que el salario mínimo debe tener un
papel simple y concreto, cual es ser el piso de la escala de salarios del sector privado(33)
(el resaltado es nuestro).
• Jornada de Trabajo y descanso anual vacacional
18. En materia de jornada de trabajo y descanso semanal, el artículo 25 de la Constitución
Política ha establecido que “La jornada ordinaria de trabajo es de ocho horas diarias
o cuarenta y ocho horas semanales, como máximo. En caso de jornadas acumulativas
o atípicas, el promedio de horas trabajadas en el periodo correspondiente no puede supe-
rar dicho máximo (el resaltado es nuestro). Constitucionalmente, es válida la existencia
de jornadas acumulativas o atípicas, siempre que no excedan los límites establecidos. Este
Colegiado ya se ha pronunciado con referencia a las jornadas de trabajo atípicas y acu-
mulativas indicando que “(...) De las disposiciones citadas, que constituyen el parámetro
constitucional que debe emplearse para la configuración del derecho a la jornada labo-
ral de ocho horas diarias, conforme a la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Cons-
titución, se desprende que:
a) Las jornadas de trabajo de ocho horas diarias y de cuarenta y ocho semanales son
prescritas como máximas en cuanto a su duración.
(...)
e) En el caso de nuestro país, la Constitución impone la jornada máxima de trabajo de cua-
rentiocho horas semanales, de modo que, siendo esta la norma más protectora, prevale-
cerá sobre cualquier disposición convencional que imponga una jornada semanal mayor
(...)(34)” (el resaltado es nuestro).
19. La jornada de trabajo, por definición, es una unidad de tiempo. Se mide por lapsos en
los que el trabajador está a disposición del empleador para el desarrollo de una actividad
productiva, bien sea prestando un servicio, realizando actos o ejecutando obras. Dicho lapso
de tiempo no puede ser empleado en beneficio personal(35).
20. Históricamente, la razón de ser de la jornada de trabajo ha variado con el transcur-
so del tiempo. Inicialmente, “limitar la jornada de trabajo fue (...) una forma de evitar
los abusos del empleador, luego (...) adecuar el tiempo al salario y viceversa; más ade-
lante se convirtió en un modo de mejorar la calidad de vida dentro y fuera del trabajo,
(33) Oficina Internacional del Trabajo (OIT). Trabajo Decente en las Américas: una agenda hemisférica,
2006-2015. XVI Reunión Regional Americana, Basilea, mayo 2006. Informe del Director General.
p. 70 y 71.
(34) Exp. Nº 04635-2004-AA. f. j. 15.
(35) DE DIEGO, Julián Arturo. Manual de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. 5ª edición
actualizada. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2002, p. 363.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
(36) Ídem.
(37) Texto Único Ordenado de la Ley de Jornada de Trabajo, Horario y Trabajo en Sobretiempo. Decreto
Supremo Nº 007-2002-TR.
(38) Exp. Nº 04635-2004-AA. f. j. 20.
(39) Ídem.
(40) Exp. Nº 206-2005-PA/TC. f. j. 7.
391
Joel Rosas Alcántara
(41) Artículo 34 ss. del Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral,
aprobado por el Decreto Supremo N° 003-97-TR, publicado el 27 de marzo de 1997.
(42) Exp. Nº 1124-2001-PA/TC. f. j. 12.
(43) Fuente: <http://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/sector/sectors/agri/rights.htm> (20 noviembre
de 2007).
392
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
ingresos limitados de los productores que dependen principalmente de ese tipo de explo-
taciones. (...)
Si bien en el agro de la región existe un importante desarrollo de empresas modernas
–en su mayor parte agroexportadoras– que generan trabajo asalariado de relativamente
buena calidad, una importante fracción del empleo en el medio rural sigue estando aso-
ciada a la muy pequeña unidad agropecuaria de tipo familiar. La baja productividad de la
mano de obra se asocia generalmente a los bajos niveles de educación, pero también debe
reconocerse la marcada ausencia de inversión, herramientas y equipos, lo que impide que
quienes trabajan el campo sean más productivos. Para modificar esta situación, se requiere
la aplicación de políticas orientadas a la revalorización de lo rural, (...) indicándose la ne-
cesidad de “(...) diseñar y aplicar políticas específicas en cuatro grandes áreas, a saber: a)
la creación de condiciones adecuadas para generar un entorno favorable a la inversión pro-
ductiva; (...); c) la puesta en marcha de políticas específicas para la agricultura y ganadería
(...). El primer grupo incluye políticas de obras y servicios rurales y políticas de atracción
de inversiones para el medio rural, dado que el financiamiento agrario es precisamente uno
de los problemas más acuciantes que existen. (...), son igualmente importantes las accio-
nes orientadas al fomento de la capacidad empresarial y de negocios en las zonas rurales,
ya que, por lo general, la población más educada ha migrado a la ciudad, y son pocos los
que consideran dedicarse a la conducción de empresas agropecuarias, agroindustriales o
de servicios para el agro o que están interesados en establecer negocios en el ámbito rural,
donde las rentabilidades suelen ser bajas e inestables (...)”(44).
30. Todas estas características que definen el mercado de trabajo agrario de la región, per-
miten diferenciarlo del mercado urbano y, es evidente que cada uno de ellos tiene rasgos,
carencias, realidades e incluso una tipología de trabajadores, que obligan a los Estados a
generar políticas diferenciadas para mercados diferenciados.
31. La OIT en su página web oficial (vínculo del Sector Económico Agricultura) con rela-
ción a las condiciones de trabajo en el agro, manifiesta que:
“En muchos países las condiciones de trabajo de todos los trabajadores agrícolas, en par-
ticular de los no permanentes, siguen estando por debajo de los niveles mínimos aceptados
en otros sectores de la economía (...).
En el campo se trabaja muchas horas cada día. (...) la legislación nacional como los con-
venios colectivos suelen estipular como cifra estándar más de 45 horas de trabajo semana-
les. La índole estacional de las actividades agrícolas explica la prevalencia de jornadas de
trabajo particularmente largas en las épocas de siembra y de cosecha, y de jornadas menos
prolongadas en los periodos intermedios. (...). La intensidad del trabajo deja poco tiempo
para pausas de descanso y recuperación de fuerzas. (...). Las modalidades del pago de los
salarios pueden incluso exacerbar esta situación tan desmedrada. Como en general el sa-
lario mínimo en la agricultura tiende a ser bajo y se tiende a pagar incluso un salario infe-
rior al mínimo y, en el caso de muchos trabajadores ocasionales, temporeros o estaciona-
les, (...) se les paga a destajo (por kilo de unidades recogidas o cosechadas, por hilera de
semillas plantadas, por hectárea rociada, por ejemplo) existe el fuerte incentivo de exten-
der al máximo la jornada de trabajo como medio de aumentar los ingresos.
(44) Oficina Internacional del Trabajo (OIT). Trabajo Decente en las Américas: Una Agenda Hemisféri-
ca, 2006-2015. XVI Reunión Regional Americana, Basilea, mayo 2006. Informe del Director Gene-
ral. pp. 62-64.
393
Joel Rosas Alcántara
La propia índole del trabajo agrícola exige un esfuerzo físico importante y de manera cons-
tante que incluye el estar muchas horas de pie, agachado o en cuclillas, realizando movi-
mientos repetitivos en posiciones corporales forzadas (...)”(45).
b. Los regímenes laborales agrarios especiales y su regulación en otros países
32. Este Colegiado considera importante hacer referencia a la regulación que otros países
han adoptado en relación al régimen laboral agrícola.
33. En primer lugar, citamos el caso de Chile, que a través de su Código de Trabajo(46),
ha regulado el Contrato de los Trabajadores Agrícolas (artículos 87 al 92 bis) en cuanto a
definir a quiénes se aplica la normativa, jornada de trabajo, remuneración, condiciones de
trabajo, las intermediarias de los trabajadores agrícolas; y, adicionalmente en un apartado
especial, bajo el Título Normas Especiales para los trabajadores agrícolas de temporada
(arts. 93 a 95), se ha diseñado una regulación propia en la que se define a los trabajadores
agrícolas de temporada, las formalidades de su contratación, la materia remunerativa y las
condiciones de trabajo para estos trabajadores en específico.
34. En Chile, se afirma que: “El empleo sectorial tiene rasgos de precariedad que a pesar
de la fuerte expansión económica de la fruticultura y sus exportaciones, en lo sustantivo
persisten. Ello aun cuando, gracias a la introducción de alguna normativa legal, a la imple-
mentación de políticas sociales de Gobierno y de programas de fiscalización de normas,
se han logrado ciertos avances o mejorías en la situación de los trabajadores y trabajado-
ras, aunque su cobertura sigue siendo baja. En la actualidad, el empleo de los trabajado-
res y trabajadoras del sector continúa caracterizándose por la contratación temporal, con
una duración anual promedio no superior a los cinco meses, con ciclos ocupacionales in-
termitentes y un significativo incremento en los meses de verano, coincidente con la co-
secha. Esto determina una forma de empleo acotada en el tiempo, que significa un inten-
so esfuerzo mientras duran las faenas, y cesantía u ocupaciones informales y esporádicas
el resto del año”(47).
35. En esa línea, Argentina a través de la Ley Nº 22.248, Régimen Nacional de Trabajo
Agrario (julio de 1980) y sus modificatorias, así como el Decreto Reglamentario Nº 563,
ha establecido una regulación especial para los trabajadores agrarios, tanto para los traba-
jadores permanentes como para los trabajadores no permanentes. Y, para el caso de las re-
muneraciones de los trabajadores permanentes, ha previsto, por ejemplo, que “Las remu-
neraciones mínimas serán fijadas por la Comisión Nacional de Trabajo Agrario, las que
no podrán ser inferiores al salario mínimo vital de ese momento, (...)” (el resaltado es
nuestro).
36. En Ecuador, el Capítulo VII de la Codificación 17, Registro Oficial Suplemento 167,
de 16 de diciembre de 2005, regula en apartado especial al empleador y obrero agríco-
las, con referencia a las remuneraciones, jornadas de trabajo, descansos remunerados, en-
tre otros.
394
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
37. En igual sentido, el Código de Trabajo de Guatemala regula en el Título Cuarto, re-
ferido al Trabajo sujeto a Regímenes Especiales, específicamente en el Capítulo I, el caso
del Trabajo Agrícola y Ganadero.
38. En México, la Ley Federal del Trabajo regula en el Capítulo VIII (art. 279 ss.) a los tra-
bajadores del campo, comprendiendo a “(...) los que ejecutan los trabajos propios y habi-
tuales de la agricultura, de la ganadería y forestales, al servicio de un patrón”.
39. En Venezuela, la Ley Orgánica de Trabajo regula en el Título V los Regímenes Espe-
ciales, y, específicamente, en el Capítulo VI se refiere al trabajador rural, a quien define
como “(...) el que presta servicio en un fundo agrícola o pecuario en actividades que solo
pueden cumplirse en el medio rural. No se considerará trabajador rural al que realice la-
bores de naturaleza industrial o comercial o de oficina, aun cuando las ejecute en un fun-
do agrícola o pecuario”(48).
40. Así, queda claro que en países de la Región se ha mantenido la existencia de regula-
ción normativa especial para los trabajadores del sector agrario; bien a través de normas
independientes, como el caso de Argentina; bien como parte de los Códigos de Trabajo,
como en el caso de Ecuador.
c. El régimen especial laboral agrario, a la luz de la normativa internacional espe-
cializada de la OIT
41. La OIT utiliza un enfoque sectorial, que sirve de plataforma para tratar todos los aspec-
tos del trabajo en diversos sectores de la economía, para fines de optimizar el tratamiento
de la problemática que cada sector presenta.
42. A nivel de OIT, se reconocen 22 sectores de la economía, siendo uno de ellos el que
compete a la Agricultura. Una de las metas centrales planteadas por la OIT es lograr un
trabajo decente para todos, incluyendo el sector agrícola en particular. Así, destaca la OIT:
“Trabajo decente implica la aspiración de cada hombre y de cada mujer, esté donde esté,
de realizar un trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y
dignidad. El Trabajo Decente engloba el respeto de los derechos fundamentales, el ac-
ceso al empleo, la seguridad y la salud en el trabajo y la existencia de seguridad so-
cial. El Trabajo Decente es un resultado del diálogo social (el resaltado es nuestro).
(...)
La comunidad mundial ha establecido diez ambiciosas metas de Desarrollo del Milenio
entre las que figuran la de reducir la pobreza y el hambre, el acceso al agua potable, a la
atención médica y la educación, y la puesta en práctica de estrategias nacionales de desa-
rrollo sostenible. Todas estas metas interesan directamente a las personas que viven en las
zonas rurales. No cabe duda de que asegurarles a los trabajadores rurales un empleo
seguro y condiciones decentes de vida y trabajo son hitos clave para reducir la pobre-
za y conseguir medios de vida sostenibles”(49) (el resaltado es nuestro).
43. En la normativa internacional especializada en materia laboral la OIT ha adoptado
Convenios que se aplican específicamente al sector agrícola y a los trabajadores rura-
les, porque parte del reconocimiento de las diferencias presentadas en este sector de la
395
Joel Rosas Alcántara
(50) Ley Nº 28015, Ley de Promoción y Formalización de la micro y pequeña empresa, de fecha 3 de ju-
lio de 2003 y su Reglamento. Dicho régimen legal tiene como objetivo: promover la competitividad,
formalización y desarrollo de las micro y pequeñas empresas, incrementar el empleo sostenible, au-
mentar la productividad y rentabilidad, contribuir al Producto Bruto Interno, ampliar el mercado in-
terno y las exportaciones, y contribuir a la recaudación tributaria, a través de la emisión de un con-
junto de medidas, entre ellas las laborales.
(51) De acuerdo a lo dispuesto en la Segunda Disposición Complementaria de la Ley Nº 28851, publica-
da en el diario oficial El Peruano el 27 de julio de 2006.
(52) De conformidad con lo dispuesto en el artículo 3 de la Ley Nº 27360.
396
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
48. Si bien ambos esquemas contienen una serie de medidas promocionales que van más
allá del ámbito laboral, corresponde a este Colegiado, por la naturaleza del caso que es ma-
teria de análisis, centrarse en el ámbito de las medidas laborales y en las coincidencias que
ambos regímenes comparten.
49. Una primera cuestión que debemos resaltar es el descanso vacacional anual remune-
rado. Tanto el Régimen Agrario como el Régimen de la MYPE comparten una regulación
que prevé diferenciaciones en contraste a lo establecido para el régimen laboral común(53),
ya que este dispone 30 días calendario de descanso vacacional por cada año completo de
servicios; mientras que en los regímenes especiales, se dispone un mínimo descanso va-
cacional anual remunerado de 15 días, dejando abierta la posibilidad de pactar un perio-
do mayor.
50. Una cuestión adicional compartida por ambos regímenes especiales es la referente a la
indemnización en caso de despido arbitrario, que es equivalente a quince (15) remunera-
ciones diarias por cada año completo de servicios con un máximo de ciento ochenta (180)
remuneraciones diarias; en ambos las fracciones de año se abonan por dozavos; mientras
en el Régimen Laboral Común(54), la indemnización prevista para el caso de despido ar-
bitrario es equivalente a una remuneración y media ordinaria mensual por cada año com-
pleto de servicios con un máximo de doce (12) remuneraciones. Las fracciones de año se
abonan por dozavos y treintavos, según corresponda y su abono procede una vez supera-
do el periodo de prueba.
51. Además, con referencia a la remuneración se establece en el Régimen Laboral Co-
mún y en el de la MYPE que la misma no podrá ser inferior a la remuneración mínima
vital, y para el caso del Régimen Agrario, si bien se establece que la remuneración se
actualizará en concordancia con la remuneración mínima vital, la diferencia reside en
que la remuneración prevista para los trabajadores del sector agrario, incluye los con-
ceptos de CTS y gratificaciones. En el régimen constitucional, sobre remuneración mí-
nima se ha establecido que el trabajador tiene derecho a una remuneración equitativa y
suficiente, que procure, para él y su familia, el bienestar material y espiritual, otorgán-
dole al pago de la remuneración y de los beneficios sociales prioridad dentro de las obli-
gaciones que pudiera tener el empleador, y con relación a la regulación de las remune-
raciones mínimas se otorga al Estado esa responsabilidad, debiendo contar para ello con
la participación de las organizaciones representativas de los trabajadores y de los em-
pleadores <<artículo 24>>.
3. El Estado y su rol de promoción y acceso al empleo en términos constitucionales,
en el marco de una Economía Social de Mercado
52. El artículo 58 de la Constitución señala que: “La iniciativa privada es libre. Se ejerce
en una economía social de mercado. (...), el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa
principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servi-
cios públicos e infraestructura”.
(53) Ver artículo 10 del Decreto Legislativo Nº 713, Ley que regula los descansos remunerados para los
trabajadores del Régimen Laboral de la Actividad Privada.
(54) Ver artículo 38 del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad
y Competitividad Laboral.
397
Joel Rosas Alcántara
53. “La economía social de mercado (...) trata de un modelo de economía de mercado que
pone atención y preocupación en la corrección de desigualdades y en promover el desarro-
llo económico en un marco de justicia social”(55).
54. Este Colegiado ha señalado que “La economía social de mercado es una condición im-
portante del Estado social y democrático de Derecho. (...) debe ser ejercida con responsa-
bilidad social y bajo el presupuesto de los valores constitucionales de la libertad y la jus-
ticia. A tal efecto está caracterizada (...) por los tres elementos siguientes: a) Bienestar
social; lo que debe traducirse en empleos productivos, trabajo digno y reparto justo del in-
greso. (...) a) Un Estado subsidiario y solidario, de manera tal que las acciones estatales di-
rectas aparezcan como auxiliares, complementarias y temporales. En suma, se trata de una
economía que busque garantizar que la productividad individual sea, por contrapartida, si-
nónimo de progreso social”(56).
55. De igual modo, sobre las políticas legislativas que el Estado genera en una Economía
Social de Mercado, este Tribunal ha indicado que “El establecimiento de las políticas le-
gislativas en materia económica y social implica la determinación de acciones y la precep-
tuación de derechos y deberes destinados a la obtención del pleno empleo, (...), el fomento
de la inversión, la distribución equitativa del ingreso, la prestación eficaz, eficiente y ple-
naria de los servicios sociales, el efectivo goce de los derechos económicos y sociales con-
sagrados en la Constitución y la verificación del principio de igualdad en lo atinente a la
elaboración y aplicación de la ley; y, singularmente, en lo pertinente a la consolidación de
la igualdad real de oportunidades.
Con la expresión “política legislativa en materia económica y social” debe entenderse in-
tegralmente tanto al conjunto de medidas que adopta el Estado para regular jurídicamen-
te las actividades de producción, distribución, circulación y consumo de bienes y servi-
cios, como a la pluralidad de previsiones que se adopten para propender a la realización de
las posibilidades y la consecución del progreso y el bienestar general de la población”(57).
56. Qué duda cabe que, en el marco de una Economía Social de Mercado, corresponde a la
empresa o inversionista privado asumir el compromiso social –como contrapartida o ba-
lance a las inequidades que el propio mercado puede generar–, pues si bien es al Estado
al que corresponde intervenir mediante la generación de políticas que velen por el bienes-
tar de la población cuando ello sea necesario, no es menos cierto que los agentes económi-
cos asumen también cierto nivel de compromiso de colaboración y manifestación de vo-
luntad para que la población incremente sus estándares de vida en diversos aspectos, y uno
de ellos es –sin duda alguna– la mejora progresiva de sus salarios y de las condiciones de
trabajo. No basta, entonces con generar puestos de trabajo, sino que corresponde, además,
proporcionar una plataforma mínima de trabajo decente.
57. Conforme al principio de unidad en la Constitución, es posible advertir el rol promo-
tor del empleo que el Estado desempeña, originado en diferentes mandatos constituciona-
les “artículos 22, 23 y 58”, no obstante, claro está, que este rol promotor del Estado se rea-
liza de forma progresiva a través de la previsión de políticas y programas integrales que
generen un incremento del acceso a puestos de trabajo (cuantitativa y cualitativamen-
te). El trabajo no declarado en el Perú es –y aun cuando en algo se ha reducido– un severo
(55) DALLA VÍA, Alberto. Derecho Constitucional Económico. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999.
(56) Exp. Nº 00008-2003-AI/TC. f. j. 13 a).
(57) Exp. Nº 00018-2003-AI. f. j. 2.
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Joel Rosas Alcántara
“(...) el trabajo es un bien del hombre. Si este bien comporta el signo de un bonum
arduum, según la terminología de Santo Tomás; esto no quita que, en cuanto tal, sea un
bien del hombre. Y no solo es un bien útil o para disfrutar, sino un bien digno, es decir,
que corresponde a la dignidad del hombre, un bien que expresa esta dignidad y la aumen-
ta. Queriendo precisar mejor el significado ético del trabajo, se debe tener presente ante
todo esta verdad (...) porque mediante el trabajo el hombre no solo transforma la naturale-
za adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es
más, en un cierto sentido se hace más hombre (...) por consiguiente, en muchas situacio-
nes son necesarios cambios radicales y urgentes para volver a dar a la agricultura el justo
valor como base de una sana economía, en el conjunto del desarrollo de la comunidad so-
cial. Por lo tanto es menester proclamar y promover la dignidad del trabajo, de todo traba-
jo, y, en particular, del trabajo agrícola, en el cual el hombre, de manera tan elocuente, so-
mete la tierra recibida en don por parte de Dios y afirma su dominio en el mundo visible”.
4. De la eficacia progresiva de los derechos económicos, sociales y culturales. Observa-
ción General Nº 3 – Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC)
63. “La función primordial del Comité de “Derechos Económicos, Sociales y Culturales”
es vigilar la aplicación del Pacto por los Estados partes. “(...) se esfuerza en fomentar un
diálogo constructivo con los Estados Partes y procura determinar por diversos medios si
los Estados Partes aplican adecuadamente o no las normas contenidas en el Pacto, y cómo
podrían mejorarse la aplicación y el cumplimiento del Pacto para que todas las personas
con derecho a gozar de los derechos consagrados en el Pacto puedan efectivamente gozar
de ellos plenamente. (...), el Comité también puede ayudar a los gobiernos a cumplir con
sus obligaciones en virtud del Pacto, formulando sugerencias y recomendaciones específi-
cas legislativas, de política y de otra índole, para la realización más eficaz de los derechos
económicos, sociales y culturales”(61).
64. Con referencia a las obligaciones de los Estados Partes en relación a la eficacia progre-
siva de los derechos económicos, sociales y culturales, y entre ellos figuran los derechos
laborales, el artículo 2, numeral 1, del Pacto de Derechos Económicos Sociales y Cultu-
rales señala que: “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a
adoptar medidas, (...), especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los re-
cursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, in-
clusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los dere-
chos aquí reconocidos”.
65. Al respecto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la Observa-
ción General Nº 3, referente a la índole de las Obligaciones de los Estados partes (Párrafo
1 del artículo 2 del Pacto), ha señalado en el parágrafo 9 que: “La principal obligación en
lo que atañe a resultados que se refleja en el párrafo 1 del artículo 2 es la de adoptar medi-
das “para lograr progresivamente (...) la plena efectividad de los derechos reconocidos [en
el Pacto]”. (...). El concepto de progresiva efectividad constituye un reconocimiento del
hecho de que la plena efectividad de todos los derechos económicos, sociales y culturales
en general no podrá lograrse en un breve periodo de tiempo. (...), se requiere un dispositi-
vo de flexibilidad necesaria que refleje las realidades del mundo real y las dificultades que
implica para cada país el asegurar la plena efectividad de los derechos económicos, socia-
les y culturales. (...).
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66. Asimismo, el parágrafo 10 de la misma Observación antes citada ha señalado que “(...),
el Comité es de la opinión de que corresponde a cada Estado Parte una obligación mínima
de asegurar la satisfacción de por lo menos niveles esenciales de cada uno de los derechos.
(...), se ha de advertir que toda evaluación en cuanto a si un Estado ha cumplido su obli-
gación mínima debe tener en cuenta también las limitaciones de recursos que se aplican al
país de que se trata. El párrafo 1 del artículo 2 obliga a cada Estado Parte a tomar las me-
didas necesarias “hasta el máximo de los recursos de que disponga. (...)”.
5. La legislación especial constitucionalmente prevista (artículo 103) y la naturaleza
de las cosas que la justifican
67. Con respecto a la igualdad de la ley o en la ley, contenida en el artículo 103 de la nor-
ma constitucional, este Tribunal ha indicado “que el artículo 103 de la Constitución pres-
cribe que “(...) solo por excepción es viable la creación de una regla especial, la misma
que no se ampara en el arbitrio caprichoso de quienes poseen el poder político, sino en la
naturaleza o razón de los hechos, sucesos o acontecimientos que ameriten una regulación
particular o no genérica. Es decir, una ley especial –de por sí regla excepcional en el orde-
namiento jurídico nacional– se ampara en las específicas características, propiedades, exi-
gencias o calidades de determinados asuntos no generales en el seno de la sociedad. Las
leyes especiales hacen referencia específica a lo particular, singular o privativo de una ma-
teria. Su denominación se ampara en lo sui géneris de su contenido y en su apartamiento
de las reglas genéricas. En puridad, surgen por la necesidad de establecer regulaciones ju-
rídicas esencialmente distintas a aquellas que contemplan las relaciones o situaciones in-
diferenciadas, comunes o genéricas. Consecuencia derivada de la regla anteriormente ano-
tada es que la ley especial prima sobre la de carácter general”(62).
68. Dicho artículo constitucional es el título habilitante que permitiría la generación de
normas especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, es decir, las circunstan-
cias especiales, privativas y propias de una materia definida que requieren que el legisla-
dor legisle especialmente, a efectos que la normativa cubra una realidad que, por sus espe-
ciales rasgos, requiere de un tratamiento diferenciado no discriminatorio.
69. En el caso de autos, se han expuesto las especiales características del sector agrario y
del mercado de trabajo que a él competen, tal como ha quedado definido en el apartado 2,
literal C, de esta sentencia, quedando evidenciadas las especiales circunstancias que ame-
ritarían un tratamiento diferenciado para los trabajadores inmersos en el mercado laboral
del sector agrario; política legislativa que se ha seguido no solo en el Perú, sino además en
otros países de la región citados en esta sentencia.
§3. ANÁLISIS DE CONSTITUCIONALIDAD DE LA Ley Nº 27360, “Ley que aprue-
ba las normas de promoción del sector agrario”
1. El Test de Igualdad y la presunta infracción al principio de Igualdad en la regula-
ción del Régimen Especial Laboral Agrario
70. Tal como lo advirtiera este Tribunal, en el apartado inicial de esta sentencia al cen-
trar su atención en el principio-derecho de igualdad, la herramienta metodológica cons-
titucional que corresponde aplicar al caso de autos –a efectos de determinar si la Ley
Nº 27360 en lo referente al Régimen Laboral Agrario resulta vulneratoria o no a la Igual-
dad– es el Test de Igualdad (Razonabilidad o Proporcionalidad).
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EXP. N° 03501-2006-PA/TC
LIMA
RICARDO DAVID
CHÁVEZ CABALLERO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 15 días del mes de marzo de 2007, el Tribunal Constitucional, en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Landa Arroyo, Gonzales
Ojeda, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, y Vergara Gotelli, pronuncia la siguien-
te sentencia
(…)
III. FUNDAMENTOS
(…)
Constitución y régimen jurídico de los trabajadores de confianza
2. El artículo 2 incisos 14 y 15 señala, respectivamente, que toda persona tiene derecho a
contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden público, y que
toda persona tiene derecho a trabajar libremente con sujeción a la ley. De la misma for-
ma, la Constitución (artículo 27) establece un mandato constitucional de protección fren-
te al despido arbitrario.
3. Los trabajadores comunes gozan del derecho de acceder a un puesto de trabajo en el
sector público, tienen estabilidad en su trabajo y no pueden ser despedidos arbitrariamen-
te, según la STC Exp. Nº 0206-2005-AA/TC. Mientras que los que asumen un cargo de
confianza están supeditados a la “confianza”, valga la redundancia, del empleador. En este
caso, el retiro de la misma es invocada por el empleador y constituye una situación espe-
cial que extingue el contrato de trabajo al ser de naturaleza subjetiva, a diferencia de los
despidos por causa grave, que son objetivos.
4. En referencia a ello, el artículo 40 de nuestra Constitución alude a los trabajadores de
confianza del sector público mas no a los trabajadores de confianza del sector privado,
puesto que para ser servidor público se ingresa por concurso público, mientras que para
acceder a un cargo de confianza basta que sea designado por el jefe del área, y que se re-
quiera una persona de “confianza” en una institución; si bien el cargo de confianza debe
estar previsto en el Cuadro de Asignación de Personal (CAP). Además, el artículo 42 de la
Constitución establece que los trabajadores de confianza no pueden sindicalizarse, pues
estos ostentan un estatus especial dentro de la institución pública, lo cual los obliga a tener
un compromiso mayor que los trabajadores ordinarios.
Definición de trabajador de confianza
5. A nivel doctrinario, existe consenso en considerar que, dentro de la relación laboral de
la actividad privada, los denominados trabajadores de confianza tienen, a diferencia de los
demás trabajadores, un grado mayor de responsabilidad, a consecuencia de que el emplea-
dor les ha delegado la atención de labores propias de él, otorgándoles una suerte de repre-
sentación general. Al respecto, Néstor de Buen considera que:
“El trabajo de confianza no es un trabajo especial sino una relación especial entre el
patrón y el trabajador, en razón de las funciones que este desempeña. (...) En rigor, los
trabajadores de confianza son trabajadores con un mayor grado de responsabilidad en
406
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
atención a la tarea que desempeñan y de alguna manera hacen presente el interés del
patrón (...)”(69).
6. Similar es la noción de empleado de confianza asumida por Celso Mendo Rubio, para
quien dicho concepto:
Está referido necesariamente a un campo más estricto que la genérica confianza que
debe tener todo empleador frente a sus trabajadores (característico de todo vínculo
laboral, pues de lo contrario no se contrataría), ya que este empleado alcanza una
mayor y más directa vinculación con el empleador, goza de su máxima confianza y
apenas está sujeto a una limitadísima subordinación (...), tiene la representación del
empleador, actúa en su nombre haciendo sus veces, tiene poder de dirección y res-
ponde por cada uno de dichos actos (...)”(70).
7. A su vez, Santiago Barajas Montes de Oca define al trabajador de confianza como:
La persona que por razón de jerarquía, vinculación, lealtad y naturaleza de la activi-
dad que desarrolla al servicio de una empresa o patrono, adquiere representatividad y
responsabilidad en el desempeño de sus funciones, las mismas que lo ligan de mane-
ra íntima al destino de esa empresa o a los intereses particulares de quien lo contrata,
en forma tal que sus actos merezcan plena garantía y seguridad, y tenga su compor-
tamiento laboral plena aceptación”(71).
8. Por su parte Mario de la Cueva, considera que:
Debe hablarse de empleados de confianza cuando están en juego la experiencia de la
empresa, sus intereses fundamentales, su éxito, su prosperidad, la seguridad de sus
establecimientos o el orden esencial que debe reinar entre sus trabajadores; (...) aun
cuando la categoría de trabajador de confianza no está contemplada en la declara-
ción de derechos Sociales, resultó necesaria incluirla en la nueva ley del trabajo, pues
no obstante tratarse de una categoría de excepción que solamente se justifica en ra-
zón de la naturaleza de las funciones que realiza el trabajador, existirá la presunción
iuris tantum de que la función no sea de confianza, en forma tal que será indispensa-
ble probar que, de conformidad con la naturaleza de las funciones se dan los caracte-
res de la excepción. No es la persona la que determina que una función es de confianza
sino la naturaleza misma de la función lo que produce la condición del trabajador”(72).
9. De igual forma Francisco de Ferrari considera a los trabajadores de confianza:
“Como aquellos trabajadores que asociados al poder de dirección patronal, se en-
cuentran en capacidad de ejercer las potestades disciplinarias de las que es titular el
empleador y tratan en representación de él con los terceros, de modo tal que los em-
pleados comunes o subalternos, en el orden social y profesional, no consideran a las
(69) DE BUEN, Néstor. Derechos del trabajador de confianza. Cámara de Diputados, LVIII Legislatura -
Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2000, pp. 14 y 15.
(70) MENDO RUBIO, Celso. Citado por Milko Briones Quispe. “Algunas particularidades en relación a
los trabajadores de confianza”. En: Derechos Laborales, Derechos Pensionarios y Justicia Constitu-
cional. SPDTSS, Lima, 2006, p. 591.
(71) BARAJAS MONTES DE OCA, Santiago. Los contratos especiales de trabajo. [en línea], México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1992, Serie
G. Estudios Doctrinales, Núm. 136, p. 142. Formato html, Disponible en Internet: <http://www.bi-
bliojuridica.org/libros/libro.htm?l=953, ISBN 968-36-2433-2>.
(72) CUEVA, Mario de la. Citado por Santiago Barajas Montes de Oca. Ob. cit., p. 143.
407
Joel Rosas Alcántara
personas que ejercen funciones tan elevadas como formando parte de la clase asala-
riada, e inclusive piensan que existe entre el empleador y los altos empleados una co-
munidad de intereses, de tendencia y cultura que los presenta como elementos extra-
ños a la clase trabajadora” (Asesoría Laboral, abril 2001, p. 22).
10. Por su parte Montoya Melgar define a los “altos cargos” como aquellos de “rectoría
superior”, que consiste en el desempeño de los poderes propios del empleador (no nece-
sariamente de todos) y que versen sobre los objetivos generales de la empresa(73). De otro
lado, Santiago Barajas Montes de Oca considera que “el trabajador de confianza se incor-
pora a la planta de empleados administrativos y se le asignan determinadas funciones, o se
le otorga una posición de representación patronal, se le deja autoridad en uno o más secto-
res de la producción y se le hace responsable de los resultados, se prescinde de sus servi-
cios cuando estos no son altamente redituables y se les liquida sin ninguna razón o expli-
cación de las causas de tal adopción patronal”(74).
11. Es de la misma opinión este Colegiado, que estima que un trabajador de confianza tiene
particularidades que lo diferencian de los trabajadores “comunes”, tales como:
a) La confianza depositada en él, por parte del empleador; la relación laboral especial del
personal de alta dirección se basa en la recíproca confianza de las partes, las cuales aco-
modarán el ejercicio de sus derechos y obligaciones a las exigencias de la buena fe, como
fundamento de esta relación laboral especial.
b) Representatividad y responsabilidad en el desempeño de sus funciones; las mismas que
lo ligan con el destino de la institución pública, de la empresa o de intereses particulares de
quien lo contrata, de tal forma que sus actos merezcan plena garantía y seguridad.
c) Dirección y dependencia; es decir que puede ejercer funciones directivas o administra-
tivas en nombre del empleador, hacerla partícipe de sus secretos o dejarla que ejecute ac-
tos de dirección, administración o fiscalización de la misma manera que el sujeto principal.
d) No es la persona la que determina que un cargo sea considerado de confianza. La natu-
raleza misma de la función es lo que determina la condición laboral del trabajador.
e) Impedimento de afiliación sindical, conforme al artículo 42 de la Constitución para los
servidores públicos con cargos de dirección o de confianza. El inciso b) del artículo 12 del
Decreto Supremo N° 010-2003-TR TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo
establece que los trabajadores de dirección y de confianza no pueden ser miembros de un
sindicato, salvo que en forma expresa el estatuto de la organización sindical lo permita.
f) La pérdida de confianza que invoca el empleador constituye una situación especial que ex-
tingue el contrato de trabajo; a diferencia de los despidos por causa grave, que son objetivos,
esta en cambio es de naturaleza subjetiva. El retiro de la confianza comporta la pérdida de su
empleo, siempre que desde el principio de sus labores este trabajador haya ejercido un cargo
de confianza o de dirección, pues de no ser así, y al haber realizado labores comunes o ordi-
narias y luego ser promocionado a este nivel, tendría que regresar a realizar sus labores habi-
tuales, en salvaguarda de que no se produzca un abuso del derecho (artículo 103 de la Cons-
titución), salvo que haya cometido una causal objetiva de despido indicada por ley.
g) El periodo de prueba puede tener una mayor extensión, pues esta se puede extender has-
ta por 6 meses, incluyendo el periodo inicial de 3 meses para el personal de confianza y en
(73) MONTOYA MELGAR, Alfredo. Derecho del Trabajo. Tecnos, decimonovena edición, Madrid,
1998, p 501.
(74) BARAJAS MONTES DE OCA, Santiago. El contrato de trabajo. México, 1992, p 141.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
caso ser personal de dirección este puede ser extendido hasta por un (1) año, en ambos ca-
sos la ampliación debe constar por escrito en el contrato de trabajo celebrado con el perso-
nal de dirección o de confianza.
h) No tienen derecho al pago de horas extras, pues el artículo 5 del Decreto Supremo
N° 007-2002-TR, TUO de la Ley de Jornada de Trabajo, Horario y Trabajo en Sobretiem-
po, establece que el personal de dirección se encuentra excluido de la jornada máxima le-
gal. De igual forma no están sujetos a las disposiciones sobre el registro de control de
asistencia y de salida en el régimen laboral de la actividad privada, conforme al Decreto
Supremo N° 004-2006-TR en su artículo 1 último párrafo.
i) No tienen derecho a una indemnización vacacional. El Decreto Supremo N° 012-92-TR,
en su artículo 24, establece: “La indemnización por falta de descanso vacacional a que se
refiere el inciso c) del artículo 23 del Decreto Legislativo Nº 713, no alcanza a los geren-
tes o representantes de la empresa que hayan decidido no hacer uso del descanso vacacio-
nal. En ningún caso la indemnización incluye a la bonificación por tiempo de servicios”.
Tratamiento normativo de los trabajadores de confianza: el personal de dirección y
el personal de confianza
12. Nuestra legislación laboral ha regulado la categoría de trabajador de confianza, hacien-
do una distinción entre personal de dirección y personal de confianza. En ese sentido, la
Ley de Productividad Competitividad Laboral (en adelante LPCL) considera que:
“Personal de dirección es aquel que ejerce la representación general del empleador
frente a otros trabajadores o terceros, o que lo sustituye, o comparte con aquel las
funciones de administración y control o de cuya actividad y grado de responsabilidad
depende el resultado de actividad empresarial.
Trabajadores de confianza son aquellos que laboran en contacto personal y directo
con el empleador o con el personal de dirección, teniendo acceso a secretos industria-
les, comerciales o profesionales y, en general, a información de carácter reservado.
Asimismo, aquellos cuyas opiniones o informes son presentados directamente al per-
sonal de dirección, contribuyendo a la formación de las decisiones empresariales”(75).
13. Como puede apreciarse, la mayor diferencia existente entre ambas categorías de traba-
jadores radica en que solo el personal de dirección tiene poder de decisión y actúa en repre-
sentación del empleador, con poderes propios de él. En cambio, el personal de confianza, si
bien trabaja en contacto directo con el empleador o con el personal de dirección, y tiene ac-
ceso a información confidencial, únicamente coadyuva a la toma de decisiones por parte del
empleador o del referido personal de dirección, son sus colaboradores directos. Este Cole-
giado considera que, por su naturaleza, la categoría de trabajador de dirección lleva implí-
cita la calificación de confianza, pero un trabajador de confianza no necesariamente es un
trabajador de dirección, en la medida que no tiene poder de decisión ni de representación.
14. De otro lado, es de resaltar cómo se llega a adoptar tal cargo. Se llega de la siguiente
manera: a) aquellos trabajadores contratados específicamente para cumplir funciones pro-
pias del personal de confianza y que, en consecuencia, desde el inicio de la relación laboral
tienen pleno conocimiento de lo que ello implica; y b) aquellos trabajadores que accedie-
ron a un puesto de trabajo para realizar funciones comunes u ordinarias, pero que poste-
riormente, por determinados factores, el empleador les asignó el cumplimiento de funcio-
nes propias de un trabajador de confianza.
(75) Artículo 43 del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad Com-
petitividad Laboral, aprobado por el decreto supremo Nº 003-97-TR.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 03169-2006-PA/TC
LIMA
PABLO CAYO
MENDOZA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 10 días del mes de octubre de 2008, el Pleno del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos, Calle
Hayen y Eto Cruz, pronuncia la siguiente sentencia, con el voto singular de los magistra-
dos Landa Arroyo y Álvarez Miranda, que se adjunta:
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
§ La afectación del derecho a la libertad sindical
17. En cuanto a la afectación del derecho a la libertad sindical reconocido en el artículo
28, inciso 1) de la Constitución Política del Estado, debe señalarse que este derecho tiene
como contenido la libertad de todo trabajador para afiliarse a un sindicato; así como para
el desarrollo libre de su actividad, ya sea en el seno de la Administración Pública o de una
empresa particular, en defensa y cautela de sus intereses, a cuyo fin se articulan las repre-
sentaciones de los trabajadores.
18. Igualmente el derecho a la libertad sindical tiene como contenido el poder del trabaja-
dor para que por razones de su afiliación o actividad sindical no sufra ningún menoscabo en
sus derechos fundamentales, como puede ser la diferencia de trato carente de toda justifica-
ción objetiva y razonable entre trabajadores sindicalizados y trabajadores no sindicalizados.
19. Por ello, cuando se alega que un despido encubre una conducta lesiva del derecho a la
libertad sindical, incumbe al empleador la carga de probar que su decisión obedece a cau-
sas reales y que no constituye un acto de discriminación por motivos sindicales. Para im-
poner la carga de la prueba al empleador, el demandante previamente debe aportar un indi-
cio razonable que indique que su despido se origina a consecuencia de su mera condición
de afiliado a un sindicato o por su participación en actividades sindicales.
20. En el presente caso en autos no se ha probado que el despido del demandante haya obe-
decido a un acto de represalia por parte del empleador como consecuencia de su afiliación
y actividad sindical, por lo que no se ha configurado la alegada lesión del derecho a la li-
bertad sindical.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le con-
fieren la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda y en consecuencia NULA las Cartas Nºs 030-UPER-
MDCH y 034-UPER-MDCH.
2. Ordenar a la Municipalidad Distrital de Chorrillos que cumpla con reponer al recurren-
te en su puesto de trabajo que desempeñaba; sin perjuicio de la sanción que se estime pro-
porcional a la infracción laboral cometida.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; VERGARA GOTELLI; BEAUMONT CALLIRGOS; CALLE
HAYEN; ETO CRUZ
412
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. Nº 1535-2006-PA/TC
JUNÍN
EMPRESA DE TRANSPORTES
TURISMO IMPERIAL S.A.
RAZÓN DE RELATORÍA
La resolución recaída en el Expediente N° 1535-2006-PA/TC, que declara INFUNDADA
la demanda, es aquella conformada por los votos de los magistrados Landa Arroyo, Alva
Orlandini y Beaumont Callirgos, magistrado que fue llamado para que conozca de la causa
debido al cese en funciones del ex magistrado García Toma. El voto del magistrado Alva
Orlandini aparece firmado en hoja membretada aparte, y no junto con la firma de los de-
más magistrados debido al cese en funciones de este magistrado.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 31 días del mes de enero de 2008, la Sala Primera del Tribunal Consti-
tucional, con la asistencia de los señores magistrados Landa Arroyo, Alva Orlandini y
Beaumont Callirgos, magistrado que fue llamado para que conozca de la causa debido al
cese en funciones del ex magistrado García Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por la Empresa de Transportes Turismo Im-
perial S.A. contra la sentencia emitida por la Primera Sala Mixta Descentralizada de la
Corte Superior de Justicia de Junín, de fojas 195, su fecha 29 de diciembre de 2005, que
declara improcedente la demanda de amparo interpuesta.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
(…)
La alegada vulneración a la libertad de trabajo
65. Alega la recurrente que mediante la norma objeto de cuestionamiento también ha sido
vulnerada su libertad de trabajo, por cuanto mediante una disposición posterior se le está
prohibiendo a su empresa continuar con una actividad laboral que comenzó a realizar
cuando adquirieron los vehículos y empezaron a ofrecer el servicio de transporte.
66. Aun cuando la demandante no es clara ni precisa las razones por las que supuestamen-
te se habría visto vulnerada la mencionada libertad, limitándose a una simple enunciación
carente de posterior fundamentación, este Colegiado considera preciso recordar que el ci-
tado atributo, a la luz de las previsiones establecidas por nuestra Constitución Política,
puede ser entendido de dos maneras: a) Como derecho al trabajo o libertad positiva (Ar-
tículos 22 y 23), b) Como libertad de trabajo stricto sensu o libertad negativa (artículo 2,
inciso 15, y artículo 59).
67. Como derecho al trabajo o libertad positiva, la Constitución proclama no solo el reco-
nocimiento de una facultad sino la correlativa obligación del Estado de promover condi-
ciones que favorezcan el empleo. Se trata, en rigor, de un auténtico derecho prestacional
que, aunque desde luego faculta a su titular el poder ejercer su derecho al trabajo, impone
al Estado la obligación de fomentar un contexto de condiciones que favorezcan la oferta
laboral necesaria para el trabajador.
413
Joel Rosas Alcántara
68. Como libertad de trabajo stricto sensu o libertad negativa, faculta al individuo, de un
lado, para elegir libremente la actividad laboral en la que pretende desenvolverse y, de otro,
para ejercer dicha actividad laboral de una manera que no resulte alterada o distorsionada,
mediante cualquier tipo de conducta tendiente a obstaculizar o impedir su libre desenvolvi-
miento. Se trata, por tanto, de una facultad que depende del individuo, pero que a su vez
debe ser garantizada por el Estado, fundamentalmente desde el punto de vista normativo.
69. El que se trate de la libertad de trabajo en su manifestación positiva o de la libertad de
trabajo en su vertiente negativa, no es un derecho ilimitado, sino un atributo sujeto a de-
terminadas condiciones normalmente establecidas en la ley de conformidad con la Cons-
titución. En el presente caso, no se trata, como parece obvio deducirlo, de una discusión
centrada en lo esencial en el ángulo positivo de la mencionada libertad sino y fundamen-
talmente en el aspecto negativo. La norma objeto de cuestionamiento establece restriccio-
nes a la libertad de trabajo y es ese el motivo por el que se le cuestiona.
70. A contrario sensu de lo sostenido por la demandante, no considero sin embargo que
con la norma cuestionada se esté atentando contra la libertad de trabajo, pues es la propia
Constitución la que se encarga de precisar que: “Toda persona tiene derecho: A trabajar li-
bremente, con sujeción a ley” (art. 2, inciso 15). Este criterio incluso se detalla de manera
mucho más precisa cuando se reconoce que si bien: “El Estado estimula la creación de ri-
queza y garantiza la libertad de trabajo (...)”, el ejercicio de dicha libertad (como de otras
complementarias) “(...) no debe ser lesivo a la moral, ni a la salud ni a la seguridad públi-
cas” (art. 59). Se trata, en otros términos, de una libertad decisivamente condicionada por
otros bienes jurídicos de relevancia y, en particular, por un catálogo esencial de derechos
que no puede ni debe ser ignorado.
71. Cuando la recurrente invoca la libertad de trabajo, pareciera omitir que tal derecho
no es un atributo ilimitado o exento de restricciones sino que, como ocurre en el presente
caso, necesita de una regulación que condicione sus eventuales excesos.
Alegatos finales de la empresa demandante
72. Al interponer el recurso de agravio constitucional, la recurrente manifiesta que las
instancias precedentes han realizado una interpretación incorrecta, fundamentalmente del
Decreto Supremo Nº 05-95-MTC y del Decreto Supremo Nº 040-2001-MTC, atentándo-
se de este modo contra el principio de legalidad, que establece que nadie está obligado a
hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe y contra el prin-
cipio de reserva de ley, que condiciona la regulación de los derechos fundamentales solo
al ámbito de la ley.
73. El principio de legalidad constituye una auténtica garantía constitucional de los dere-
chos fundamentales de los ciudadanos y un criterio rector en el ejercicio del poder punitivo
del Estado Social y Democrático de Derecho. La Constitución lo consagra en su artículo 2,
inciso 24, literal d), al establecer que “Nadie será procesado ni condenado por acto u omi-
sión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expre-
sa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley”.
74. Sobre esta base, en la STC Exp. Nº 0010-2002-AI/TC, el Tribunal Constitucional ha
establecido que el principio de legalidad exige no solo que por ley se establezcan los de-
litos, sino también que las conductas prohibidas estén claramente delimitadas por la ley,
prohibiéndose tanto la aplicación por analogía, como también el uso de cláusulas generales
e indeterminadas en la tipificación de las prohibiciones. A partir de esta consideración del
principio de legalidad y sus implicancias en la estructuración del derecho penal moderno,
también se ha establecido, en la STC Exp. N° 2050-2002-AA/TC, “(...) que los principios
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de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen principios básicos del dere-
cho sancionador, que no solo se aplican en el ámbito del derecho penal, sino también en el
del derecho administrativo sancionador (…)”. (Fundamento Jurídico Nº 8).
75. En la misma STC N° 2050-2002-AA/TC también se subrayó que “(...) no debe identifi-
carse el principio de legalidad con el principio de tipicidad. El primero, garantizado por el or-
dinal “d” del inciso 24) del artículo 2 de la Constitución, se satisface cuando se cumple con
la previsión de las infracciones y sanciones en la ley. El segundo, en cambio, constituye la
precisa definición de la conducta que la ley considera como falta (...)”. El subprincipio de ti-
picidad o taxatividad constituye una de las manifestaciones o concreciones del principio de
legalidad respecto de los límites que se imponen al legislador penal o administrativo, a efec-
tos de que las prohibiciones que definen sanciones, sean estas penales o administrativas, es-
tén redactadas con un nivel de precisión suficiente que permita comprender sin dificultad lo
que se está proscribiendo bajo amenaza de sanción en una determinada disposición legal.
76. En lo que al caso concreto se refiere, el artículo 2 del derogado Código de Tránsito y
Seguridad Vial, Decreto Legislativo N° 420, del 4 de mayo de 1987, vigente a la fecha de
constitución de la empresa recurrente, establecía que “El tránsito de personas, animales y
vehículos en las vías de uso público es libre, pero está sujeto a la intervención y reglamen-
tación de las autoridades competentes, para garantía y seguridad de los habitantes”.
77. Asimismo, el artículo 78 de la misma norma disponía que “No deben circular los
vehículos cuyas características y condiciones atenten contra la seguridad de las
personas, bienes y la propia carga que transportan”; mientras que el artículo 79 precisa-
ba que “Todo vehículo de transporte de personas y de carga debe reunir las condicio-
nes básicas de seguridad siguientes: a) Poseer parachoques delantero y posterior confor-
me a las disposiciones que establece el reglamento, o que su carrocería esté construida
en función de la seguridad.
78. Por su parte, la vigente Ley General de Transporte Terrestre N° 27181, del 8 de octu-
bre de 1999, dispone en su artículo 3 que “ La acción estatal en materia de transporte te-
rrestre se orienta a la satisfacción de las necesidades de los usuarios y al resguardo de sus
condiciones de seguridad y salud, así como la protección del ambiente y la comunidad en
su conjunto; asimismo, el numeral 4.3 del artículo 4, establece que: “El Estado procura la
protección de los intereses de los usuarios, el cuidado de la salud y seguridad de las perso-
nas y el resguardo del medio ambiente”.
79. Conforme se aprecia de la normatividad antes reseñada, en materia de regulación del
transporte de pasajeros, el Estado cuenta con un mayor campo de actuación, dado que per-
sigue la preservación de otros valores constitucionales, como lo son, en el caso concreto, el
cuidado de la salud, integridad física y seguridad de los usuarios. Así fluye de todas aque-
llas disposiciones regulatorias del transporte terrestre de personas, cuyos objetivos consti-
tuyen un parámetro bajo el cual se regula su ejercicio.
80. En tal sentido, resulta válido que mediante normas de jerarquía inferior a la Ley Gene-
ral de Transporte se disponga de medidas que conduzcan o procuren la protección de tales
objetivos, tanto más cuanto que dichas disposiciones tienden a optimizar los derechos a la
seguridad e integridad física de los usuarios.
81. Así, las normas aludidas por la empresa recurrente en el Fundamento Nº 59, supra, no
resultan violatorias del principio de legalidad, pues tanto el derogado Código de Tránsi-
to y Seguridad Vial, como la vigente Ley General de Transporte Terrestre establecían, de
modo suficientemente claro y preciso, no solo el marco de actuación, sino también las ca-
racterísticas y condiciones básicas de seguridad que debían reunir aquellos vehículos des-
tinados al transporte de pasajeros.
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riesgo –y de hecho, así ha sucedido– ante las imperfecciones del mercado, y respecto de
los cuales existe un mandato constitucional directo de promoción, en tanto actividad, y de
protección, en cuanto a la sociedad en general se refiere. No debe perderse de vista, pues,
que la actividad del Estado en materia de transporte y tránsito terrestre se orienta a la sa-
tisfacción de las necesidades e intereses de los usuarios, y procura el resguardo y cuidado
de sus condiciones de seguridad y, por último, de la vida misma.
88. Y aunque ello no quiere decir, en modo alguno, que el Estado pueda interferir arbitra-
ria e injustificadamente en el ámbito de libertad reservado, en principio, a los agentes eco-
nómicos, es justamente en virtud de dicho postulado que, como consecuencia de la pro-
blemática derivada de los ómnibus ensamblados sobre chasis de vehículos de carga, se
constituyó, en el año 2003, una Comisión ad hoc encargada de estudiar y proponer alterna-
tivas viables para solucionar tal situación, la cual estuvo integrada por representantes del
emplazado Ministerio de Transportes y Comunicaciones, de las universidades Católica del
Perú y Nacional de Ingeniería, del Senati, de los propios gremios de transportistas, y de la
Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios.
89. Dicha Comisión determinó –según fluye de la parte considerativa del decreto supremo
cuestionado– que la utilización de un chasis de camión para la fabricación de un ómnibus
representa un alto riesgo para la seguridad en perjuicio de los usuarios del transporte y los
propios transportistas, a lo que se agrega que no existe industria automotriz que apruebe,
acepte y garantice un producto partiendo de la fabricación preconcebida para un uso dis-
tinto, coincidiendo además la mayoría de sus miembros en que tanto la prestación del ser-
vicio de transporte de pasajeros en este tipo de vehículos como la actividad industrial del
carrozado de ómnibus en chasis originalmente destinado al transporte de mercancías se en-
cuentran prohibidas por las normas vigentes. Por tales razones, se expidieron normas con-
ducentes a viabilizar las recomendaciones de la Comisión, a fin de solucionar la problemá-
tica derivada de ómnibus ensamblados sobre chasis de vehículos de carga sobre la base de
las conclusiones a las que se arribó.
90. Así, precisamente el propio Decreto Supremo Nº 006-2004-MTC, su fecha 25 de fe-
brero, dispuso el empadronamiento –previa inspección técnica estructural ante una enti-
dad certificadora designada por la Dirección General de Circulación Terrestre– de aquellos
vehículos carrozados sobre chasis de camión, los cuales podían permanecer en el servicio
por el plazo recomendado en el Certificado de Inspección Técnica Estructural, el cual no
podía exceder de un año.
91. El Estado, pues, no ha actuado ni arbitraria ni injustificadamente, sino que, por el con-
trario, ante la problemática presentada, que ponía en riesgo la seguridad de los usuarios,
y las imperfecciones del mercado y de los agentes económicos, designó previamente una
Comisión en la que incluso participaron los propios gremios de transportistas, dispuso la
obligación de pasar una inspección técnica estructural, y otorgó un plazo prudencial para
su permanencia en el servicio. Tal actuación justifica su intervención en la medida en que,
por un lado, de por medio están otros valores constitucionales, y, por otro, su accionar en
materia de transportes está orientado al resguardo de las condiciones de seguridad de los
usuarios, razones, todas, por las cuales la demanda no puede ser estimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo.Publíquese y notifíquese.
SS. LANDA ARROYO; ALVA ORLANDINI; BEAUMONT CALLIRGOS
417
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 3072-2006-PA/TC
LIMA
SIXTO GUILLERMO
LUDEÑA LUQUE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 27 días del mes de febrero de 2008, el Pleno del Tribunal Constitucio-
nal, con la asistencia de los magistrados Landa Arroyo, Mesía Ramírez, Vergara Gotelli,
Beaumont Callirgos y Eto Cruz, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de Agravio Constitucional interpuesto por don Sixto Guillermo Ludeña Luque
contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte
Suprema de Justicia de la República, su fecha 27 de diciembre de 2005, de fojas 67 del se-
gundo cuaderno, que declaró infundada la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
6. Siendo así, en el presente caso, en aplicación del principio de interpretación de la nor-
ma en la forma que más favorezca al trabajador, y como quiera que en un comienzo el ac-
tor impugnó la decisión administrativa que dispuso su cese laboral, este Supremo intérpre-
te de la Constitución considera que el plazo de prescripción estipulado debe computarse a
partir de la notificación al actor de la resolución de fecha 14 de noviembre de 2000, cita-
da en el fundamento anterior, es decir, que en el presente caso resulta de aplicación el pla-
zo de prescripción de 4 años establecido por la Ley Nº 27321, publicada el 22 de julio de
2000, vigente en la fecha en que el proceso sobre reposición había concluido y, por ende,
ya el actor se encontraba habilitado para ejercer su derecho de cobro de su Compensación
por Tiempo de Servicios, que a tenor del artículo 1 del Decreto Supremo Nº 001-97-TR,
tiene la calidad de beneficio social de previsión de las contingencias que origina el cese en
el trabajo y de promoción del trabajador y su familia.
7. Este Tribunal considera que una interpretación en contrario a la señalada en el funda-
mento anterior nos llevaría al absurdo jurídico de que en la práctica se estaría obligando
a un trabajador despedido a solicitar inmediatamente el cobro de sus beneficios sociales,
ya que si eventualmente decide impugnar el despido en el ámbito jurisdiccional, ya sea en
la vía laboral o constitucional, alternativamente, y dado que dicho proceso eventualmente
puede durar un plazo superior al plazo prescriptorio, y si dicho proceso le resulta adverso,
a dicha fecha perdería la opción de accionar en la vía laboral a través de un proceso que le
permita el cobro de beneficios sociales, por cuanto el juez laboral “interpretaría” que des-
de la fecha de su “cese laboral” ya habría transcurrido el plazo prescriptorio para ejercer
su derecho constitucional de cobro de sus beneficios sociales, lo cual no resiste el más ele-
mental análisis jurídico.
8. A mayor abundamiento debemos tener en cuenta que el artículo 24 de la Carta Política
del Estado señala que el pago de la remuneración y de los beneficios sociales del trabaja-
dor tiene prioridad sobre cualquiera otra obligación del empleador, lo que significa que se
debe brindar máxima protección a los derechos fundamentales del trabajador para el cobro
418
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
419
Joel Rosas Alcántara
EXP. Nº 00245-2006-AA
AREQUIPA
MULTISERVIS CLAVE 90 EIRL
RAZÓN DE RELATORÍA
Vista la causa Nº 0245-2006-PA/TC por el Pleno Jurisdiccional y de acuerdo con lo dis-
puesto por el artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, se ha dictado sen-
tencia declarando Infundada la demanda, con los votos de los magistrados Mesía Ramírez,
Álvarez Miranda y Calle Hayen. Han disentido del fallo los magistrados Vergara Gotelli y
Landa Arroyo, quienes han votado por que se declare Improcedente la demanda. De otro
lado los magistrados Beaumont Callirgos y Eto Cruz, han estimado que se declare Fun-
dada en parte la demanda; en consecuencia inaplicable a la actora la Ordenanza Munici-
pal Nº 111, artículo 1, inciso b, e, inciso d; de este último únicamente la frase “color ama-
rillo”; e Infundada la demanda en el extremo referido a la inaplicación de los incisos c y d
del artículo 1 de la citada Ordenanza Municipal.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En lima, a los 15 días del mes de mayo de 2009, habiéndose reunido el Tribunal Consttu-
cional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Vergara
Gotelli, Mesía Ramírez, Landa Arroyo, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y
Álvarez Miranda, se ha pronunciado sentencia, la cual está constituida por los votos de los
magistrados Mesía Ramírez, Álvarez Miranda y Calle Hayen.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Multiservis Clave 90 EIRL contra la sen-
tencia emitida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas
117, su fecha 6 de octubre de 2005, que declara infundada la demanda de amparo de autos.
(…)
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO MESÍA RAMÍREZ
En el ejercicio de la facultad que me confiere el artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional expreso mi discrepancia con los fundamentos y el sentido del fallo, por las
consideraciones siguientes:
(…)
b. Las libertades de trabajo y de empresa como derechos limitados
3. Como es sabido, la gran mayoría de derechos fundamentales son relativos o limitados,
es decir, que no todos los derechos fundamentales son ilimitados sino tan solo un grupo de
ellos, como por ejemplo, el derecho a no ser objeto de tratos inhumanos, a la presunción
de inocencia y las garantías mínimas que integran el debido proceso, entre ellos, el dere-
cho al juez imparcial.
4. Las libertades de trabajo y de empresa, en cambio, no son derechos absolutos, pues se
encuentran sujetos a los límites que le impone la Constitución por razones de moralidad,
salubridad, seguridad y medio ambiente, así como a las limitaciones de orden legal esta-
blecidas por el legislador, con fundamento en los derechos fundamentales y en la preva-
lencia del bien común o el interés social.
5. Teniendo presente lo señalado, considero que ningunos de los incisos cuestionados li-
mitan los cuatro tipos de libertades que forman parte del contenido del derecho a la liber-
tad de empresa y que fueron precisados por el Tribunal Constitucional en la sentencia re-
caída en el EXP. N° 03330-2004-AA/TC.
420
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
421
Joel Rosas Alcántara
EXP. Nº 00245-2006-AA
AREQUIPA
MULTISERVIS CLAVE 90 EIRL
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Con el debido respeto que merecen las opiniones de mis demás colegas, formulo este voto
singular por los argumentos que a continuación expongo:
1. Con fecha 18 de junio de 2004, la empresa recurrente interpone demanda de amparo
contra la Municipalidad Provincial de Arequipa con el objeto de que se declaren inaplica-
bles los incisos b), c), d) del artículo 1 de la Ordenanza Municipal Nº 111, los cuales esta-
blecen lo siguiente:
“Para la autorización de servicio de taxi (SETARE) y la emisión del certificado de
operación en la ciudad de Arequipa, en las diferentes modalidades, los vehículos, que
podrán ser automóviles o camionetas Station Wagon, deberán tener las característi-
cas siguientes:
b) Color de Carrocería amarillo medio
c) Pintado de numeración en negro, de placas de rodaje en las puertas derecha e iz-
quierda, en la parte posterior izquierda del vehículo y contrastante en la parte poste-
rior del asiento del conductor.
d) Casquete luminoso de color amarillo, fijado permanente en la parte del techo del
vehículo; las medidas del casquete luminoso serán, base: 55 x 18 tapa superior 40
x 06 cm., altura 13cm. En la parte superior llevara la inscripción TAXI en negro de
7 cm x 34 cm. Y la identificación del comité o empresa en la parte inferior, de ser el
caso, en letras de color rojo en dimensión de 3x50 cm”.
La empresa, asimismo, solicita que una vez declarada la inaplicabilidad que solicita, se
le otorgue el certificado de operaciones para el servicio de taxis de sus unidades vehicu-
lares, por considerar que se lesionan sus derechos a la libertad de empresa y a la libertad
de trabajo.
2. En primer lugar debemos analizar la procedencia del amparo, en casos como el que es
materia de análisis, en que se cuestiona una ordenanza municipal. Al respecto debemos se-
ñalar que conforme a la reiterada jurisprudencia de este Tribunal, el amparo procede cuan-
do la norma cuya inaplicación se solicita tiene carácter autoaplicativo, esto es, “cuando no
requiere de un acto posterior de aplicación sino que la afectación se produce desde la vi-
gencia de la propia norma” (STC Exp. Nº 2302-2003-AA/TC, Fundamento Nº 7).
3. En el presente caso, el artículo 1 de la Ordenanza Municipal Nº 111, en los incisos b),
c) y d) impugnados, tiene carácter autoaplicativo debido a que establecen requisitos que
deben cumplir los vehículos (automóviles o camionetas station wagon) para obtener la
autorización de servicio de taxi (SETARE) y el Certificado de operación en la ciudad de
Arequipa. En este contexto los efectos de la ordenanza que se cuestiona inciden directa e
inmediatamente en la esfera subjetiva de la empresa recurrente, entre otros, no requirien-
do acto de aplicación ulterior necesario para que tales efectos se materialicen. Por tal ra-
zón resulta viable que se interponga el amparo constitucional, cuando se considera que di-
chas normas vulneran derechos constitucionales, siendo así, este Tribunal debe proceder a
evaluar el fondo del asunto.
422
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
423
Joel Rosas Alcántara
contribuye a la seguridad del usuario del servicio. El color específico interviene aquí como
distintivo de un servicio específico y seguro –el de taxi–.
10. Sobre la exigencia contenida en el inciso c) del artículo 1 de la ya citada ordenanza;
esto es, respecto del pintado de placa en específicos sectores del vehículo constituye evi-
dentemente una medida idónea para prestar seguridad al usuario de taxi. Se trata del me-
dio de identificación más común y de exactitud que hoy se conoce de modo que la exigen-
cia de su inscripción en lugares como en la parte posterior del asiento del conductor no es
una medida inidónea debido a que es el sector del vehículo que el usuario de taxi visualiza
con mayor probabilidad. Lo mismo ha de decirse respecto al pintado de placa en las puer-
tas derecha e izquierda del vehículo, lo cual también facilita a la persona que se encuen-
tra fuera del vehículo como al propio usuario, visualizar la identificación del vehículo. Por
otra parte, a la fecha, no se dispone en nuestra sociedad un medio alternativo de que pueda
proveer la misma seguridad. Esto conduce a concluir que la medida en este extremo supe-
ra además el test de necesidad. Por último, se trata de una medida que satisface el test de
ponderación debido a que, con ella, es mayor el grado de realización del derecho a la segu-
ridad del usuario que se alcanza frente a la intensidad de la intervención que tiene que so-
portar el propietario de taxi. Es mayor la cuota de seguridad que se alcanza con la medida
que el grado en que se restringe la libertad de trabajo o la libertad de empresa.
11. Que, este Tribunal a través de su uniforme jurisprudencia ha dejado establecido que la
libertad de trabajo se encuentra reconocido en el artículo 2 enciso 15 de la Constitución, y
su contenido puede ser entendido como la facultad de ejercer toda actividad económica lí-
citamente realizada, que tenga como finalidad el sustento vital de la persona. (V. gr. STC
Exp. Nº 5023-2005-AA/TC, Fundamento 4).
12. Que, abundando en esta temática, este Tribunal, en el Fundamento 7 de la STC Exp.
Nº 05625-2005-AA/TC ha señalado que “(...) si bien el derecho a la libertad de trabajo se
encuentra protegido constitucionalmente, no es ilimitado ni absoluto, dado que debe su-
jetarse al cumplimiento de las exigencias administrativas correspondientes a cada caso.
Por otro lado, el artículo 59 de la Constitución establece que el Estado garantiza la liber-
tad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria, disponiendo que “el ejercicio
de estas libertades no debe ser lesivo (...) a la seguridad pública”. En ese sentido la medi-
da adoptada por la demanda(da) está vinculada a la obligación que tienen las municipali-
dades de velar porque los servicios que se prestan en su jurisdicción brinden las medidas
de seguridad suficientes para la protección de la vida e integridad del público usuario, so-
bre todo tratándose de vehículos(...) destinados al transporte público de pasajeros (...)”.
13. En la STC Exp. Nº 3330-2004-AA/TC, este supremo intérprete de la Constitución, ha
precisado que teniendo en cuenta la naturaleza accesoria del derecho a la libertad de tra-
bajo, en los casos vinculados al otorgamiento de licencias municipales, se vulnerará la li-
bertad de trabajo “(...) si es que no se (...) permite ejercer el derecho a la libertad de em-
presa”. Dicha sentencia precisa además que para poder determinar si se afecta la libertad
de trabajo, tendrá que establecerse previamente la vulneración del derecho a la libertad de
empresa, para cuyo ejercicio de este último derecho, deberá acreditarse que se cuenta con
la licencia correspondiente expedida por la autoridad municipal competente, caso contra-
rio, no puede asumirse la afectación de dicho derecho fundamental.
14. Que, por todo ello, considero que las disposiciones contenidas en la cuestionada or-
denanza no lesiona ningún derecho constitucional invocado por la empresa recurrente,
en tanto debe tenerse en cuenta que ningún derecho es absoluto, sino que, por el con-
trario, pueden ser limitados, como ocurre en el caso de autos, toda vez que la finalidad
que persigue la impugnada norma constituye el ejercicio, por parte de Municipalidad
424
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. Nº 00245-2006-AA
AREQUIPA
MULTISERVIS CLAVE 90 EIRL
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ERNESTO ÁLVAREZ MIRANDA
Sin perjuicio del respeto que merecen las opiniones de mis demás colegas, formulo este
voto singular cuyos argumentos principales expongo a continuación:
1. Que con fecha 18 de junio de 2004, la empresa recurrente interpone demanda de ampa-
ro contra la Municipalidad Provincial de Arequipa con el objeto de que se declaren inapli-
cables los incisos b), c) y d) del artículo 1 de la Ordenanza Municipal N° 111, y se le otor-
gue el certificado de operaciones para el servicio de taxis de sus unidades vehiculares, sin
la exigencia del pintado del color amarillo, por considerar que con dicha ordenanza se le-
sionan sus derechos a la libertad de empresa y a la libertad de trabajo.
2. Que la empresa demandante aduce que para obtener el certificado de operaciones para el
servicio de taxi debe cumplir los requisitos previstos en los incisos mencionados, que dis-
ponen ciertas características que deben cumplir los autos o camionetas Station Wagon, los
que atentan contra su objeto social ya que la demandada, en forma ilegal y anticonstitucio-
nal, amenaza con denegarle el certificado de operaciones para el servicio de taxis (Setare)
si no cumple los referidos incisos, lo cual constituye un abuso de autoridad puesto que la
Policía de Tránsito viene imponiendo papeletas de infracción reiteradamente. Asimismo
recuerda que la Sala de Acceso al Mercado del Indecopi ha advertido, mediante el Infor-
me N° 037-2002/INDECOPI-CAM, que la imposición señalada es una barrera burocrá-
tica irracional que obstaculiza el desarrollo de las actividades económicas de la empresa.
1. Que el los cuestionados incisos b), c) y d) del artículo 1 de la Ordenanza Munici-
pal Nº 111 disponen que:
“Para la autorización de servicio de taxi (SETARE) y la emisión del certificado de
operación en la ciudad de Arequipa, en las diferentes modalidades, los vehículos, que
podrán ser automóviles o camionetas Station Wagon, deberán tener las característi-
cas siguientes:
b) Color de Carrocería amarillo medio;
c) Pintado de numeración en negro, de placas de rodaje en las puertas derecha e iz-
quierda, en la parte izquierda del vehículo y contrastante en la parte posterior del
asiento del conductor;
d) Casquete luminoso de color amarillo, fijado permanentemente en la parte del te-
cho del vehículo; las medidas del casquete luminoso serán: base 55 x 18 tapa superior
40 x 06 cm, altura 13 cm. En la parte superior llevará la inscripción TAXI en negro
425
Joel Rosas Alcántara
426
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. Nº 02833-2006-PA/TC
LIMA
MILDER SIDANELIA
LLAMOSAS LAZO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de noviembre de 2007, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los magistrados Landa Arroyo, BeaumontCallirgos y Eto Cruz,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Milder Sidanelia Llamosas Lazo
contra la sentencia de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fo-
jas 213, su fecha 30 de noviembre de 2005, que declara infundada la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
§. Análisis de la controversia
11. En el presente caso, con el contrato de trabajo a plazo indeterminado, obrante a fojas
115, se prueba que la relación laboral que la demandante mantenía con el CNI se encon-
traba regulada por el Decreto Legislativo Nº 728, es decir, bajo el régimen laboral priva-
do, por lo que no resulta exigible el agotamiento de la vía previa.
12. Por tanto, el recurso presentado por la demandante no suspende el cómputo del plazo
de prescripción. Siendo ello así, a la fecha de interposición de la presente demanda, esto
es, al 3 de setiembre de 2003, ha transcurrido en exceso el plazo de prescripción previsto
en el artículo 44 del CPConst.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar IMPROCEDENTE la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS. LANDA ARROYO; BEAUMONT CALLIRGOS; ETO CRUZ
427
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 10422-2006-PA/TC
CAJAMARCA
MAURO SERRANO GARCÍA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 16 días del mes de enero de 2007, la Sala Primera del Tribunal Constitucio-
nal, integrada por los señores magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen y Mesía
Ramírez, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Mauro Serrano García contra la
sentencia de la Sala Especializada Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, de
fojas 553, su fecha 6 de setiembre de 2006, que declaró improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a
materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC
Exp. Nº 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante en virtud de lo dispues-
to en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, este Tribu-
nal considera que, en el presente caso, corresponde evaluar si el demandante ha sido ob-
jeto de un despido nulo.
§. Análisis del presente caso
5. Con relación al despido nulo, debe señalarse que este Tribunal en la STC Exp. Nº 0976-
2001-AA/TC ha precisado que este aparece como consecuencia de la necesidad de prote-
ger, entre otros, derechos tales como los previstos en el inciso 2) del artículo 2; inciso 1)
del artículo 26 e inciso 1) del artículo 28 de la Constitución.
6. En este sentido, debe precisarse que el denominado despido nulo, se produce, entre
otros supuestos, cuando el trabajador es despedido por razones de discriminación de-
rivadas de su condición de discapacitado o inválido. Así, en el artículo 31.2 de la Ley
Nº 27050, se ha precisado que:
“Nadie puede ser discriminado por ser persona con discapacidad. Es nulo el acto que
basado en motivos discriminatorios afecte el acceso, la permanencia y/o en general
las condiciones en el empleo de la persona con discapacidad”.
En sentido similar, el artículo 18.2.4 del Decreto Supremo Nº 003-98-SA ha señalado que:
En caso que las lesiones sufridas por EL ASEGURADO dieran lugar a una invalidez
parcial permanente inferior al 50 %, pero igual o superior al 20 %; LA ASEGURA-
DORA pagará por una única vez al ASEGURADO inválido, el equivalente a 24 men-
sualidades de pensión calculadas en forma proporcional a la que correspondería a una
Invalidez Permanente Total.
En estos casos, la Entidad Empleadora queda prohibida de prescindir de los servicios
del trabajador basada en su condición de invalidez.
7. Al respecto, debe señalarse que de los Dictámenes de Comisión Médica, de fecha 5 de
agosto y 28 de setiembre de 2005, obrantes a fojas 1 y 36, se desprende que el demandante
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
429
Joel Rosas Alcántara
EXP. Nº 5474-2006-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONALDE TRABAJADORES DE
EMBOTELLADORA
LATINOAMERICANA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 25 días del mes de setiembre de 2006, la Sala Segunda del Tribunal Consti-
tucional, integrada por los magistrados Gonzales Ojeda, Vergara Gotelli y Mesía Ramírez,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por el Secretario General del Sindicato Na-
cional de Trabajadores de Embotelladora Latinoamericana (SINATREL) contra la resolu-
ción de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 377, su fe-
cha 24 de noviembre de 2005, que declara infundada la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. Si bien la demanda fue presentada ante la amenaza de una eventual vulneración del de-
recho al trabajo y a la libertad sindical, es de destacar que con fecha 22 de julio de 2004
(fojas 328) la empresa demandada procedió a la suspensión perfecta de labores de los afi-
liados de la demandante. De modo que al consumarse la amenaza este Colegiado ingresa-
rá a evaluar si tal suspensión de labores afecta o no los derechos constitucionales alegados.
2. Asimismo, debe tenerse presente que en el mes de mayo de 2004 (fojas 91 a 99) los
afiliados de la organización sindical Carlos Crisóstomo Olivera, Carlos Flores Solima-
no, Percy Silva Cueva, y en abril de 2006 (fojas 423 a 426) Carlos Tejada Zarabia, respec-
tivamente, concluyeron por mutuo disenso sus respectivos contratos de trabajo y cobra-
ron las liquidaciones de beneficios sociales, con lo cual extinguieron el vínculo laboral con
la empresa demandada. Consecuentemente, el pronunciamiento de este Colegiado se cir-
cunscribirá a determinar si se han vulnerado los derechos a la libertad sindical y al traba-
jo de don Julio Falla Juárez.
3. Al respecto debe tenerse presente la condición de Secretario General del Sindicato que
ostenta el accionante Julio Falla Juárez a la fecha de su cese laboral. Conforme al ar-
tículo 28 de la Constitución, el Estado reconoce el derecho de sindicación y garantiza la li-
bertad sindical. En tal sentido cabe puntualizar que este Colegido ha señalado que la liber-
tad sindical protege a los dirigentes sindicales para que puedan desempeñar sus funciones
y cumplir con el mandato para el que fueron elegidos; es decir, protege a los representan-
tes sindicales para su actuación sindical. Sin esta protección no sería posible el ejercicio
de una serie de derechos y libertades tales como el derecho de reunión sindical, la defen-
sa de los intereses de los trabajadores sindicalizados y la representación de sus afiliados
en procedimientos administrativos y judiciales. Del mismo modo, no sería posible un ade-
cuado ejercicio de la negociación colectiva y del derecho de huelga (Exp. Nº 03311-2005-
PA/TC, fundamentos 6 y 7).
4. En efecto, esta es la protección sindical conocida como fuero sindical, que es una de
las dimensiones del derecho de sindicación y de la libertad sindical que se deriva del
artículo 28 de la Constitución y que tiene protección preferente a través del amparo,
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 04922-2007-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONAL
DE TRABAJADORES DE
SUNAT/SUPERINTENDENCIA
NACIONAL ADJUNTA DE ADUANAS
RAZÓN DE RELATORÍA
En el caso de autos, los votos emitidos en el sentido de declarar IMPROCEDENTE la
solicitud de aclaración presentada han alcanzado la mayoría suficiente para formar resolu-
ción. En efecto, los votos de los magistrados Mesía Ramírez, Eto Cruz y Vergara Gotelli,
pese a tener diferencias, concuerdan en el sentido del Fallo y alcanzan quórum, como lo
prevé el artículo 5 –cuarto párrafo– de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y el ar-
tículo 11 –primer párrafo– del Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional.
RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Lima, 10 de marzo de 2011
VISTA
La solicitud de aclaración de la sentencia de autos, su fecha 18 de octubre de 2007, y de la
resolución de aclaración de autos, su fecha 18 de junio de 2008, presentada por el Procu-
rador Público Ad Hoc de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (en
adelante, el Procurador);
Por los fundamentos que a continuación se exponen en los votos que se acompañan, el
Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
RESUELVE, con el voto en discordia del magistrado Álvarez Miranda, que se agrega,
Declarar IMPROCEDENTE la solicitud de aclaración presentada.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; ETO CRUZ; VERGARA GOTELLI
EXP. N° 04922-2007-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONAL
DE TRABAJADORES DE
SUNAT/SUPERINTENDENCIA
NACIONAL ADJUNTA DE ADUANAS
VOTO DEL MAGISTRADO MESÍA RAMÍREZ
Vista la solicitud de aclaración de la sentencia de autos, su fecha 18 de octubre de 2007,
y de la resolución de aclaración de autos, su fecha 18 de junio de 2008, presentada por el
Procurador Público Ad Hoc de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
(en adelante, el Procurador), el magistrado firmante emite el siguiente voto:
1. El primer párrafo del artículo 121 del Código Procesal Constitucional establece:
“[c]ontra las sentencias del Tribunal Constitucional no cabe impugnación alguna. En el
433
Joel Rosas Alcántara
plazo de dos días a contar desde su notificación (...), el Tribunal, de oficio o a instancia de
parte, puede aclarar algún concepto o subsanar cualquier error material u omisión en que
hubiese incurrido (...)”.
2. La sentencia de autos se notificó al Procurador de la parte emplazada el 17 de junio de
2008, según consta a fojas 117 del cuadernillo del Tribunal Constitucional. Por ello, con-
sidero que el pedido de aclaración debe desestimarse, puesto que ha sido presentado en el
año 2010, es decir, fuera del plazo referido en el párrafo anterior. En todo caso de existir
determinadas situaciones que impiden la ejecución de una sentencia emitida por el Tribu-
nal Constitucional, el recurso de apelación por salto se encuentra habilitado precisamente
para que las sentencias del Tribunal se ejecuten en sus propios términos.
Por estas razones, mi voto es por declarar IMPROCEDENTE la solicitud de aclaración.
Sr. MESÍA RAMÍREZ
EXP. N° 04922-2007-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONAL
DE TRABAJADORES DE
SUNAT/SUPERINTENDENCIA
NACIONAL ADJUNTA DE ADUANAS
VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI
Respecto a la solicitud de aclaración interpuesta, emito el presente voto por las razones
que a continuación expongo:
1. Tenemos la solicitud de aclaración de la sentencia de autos, de fecha 18 de octubre de
2007, y de la resolución de aclaración de fecha 18 de junio de 2008, presentada por el Pro-
curador Público Ad Hoc de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria.
2. Al respecto la sentencia de autos fue notificada al Procurador recurrente el 17 de junio
de 2008 (folio 117 del cuadernillo del Tribunal Constitucional) habiéndose, obviamente,
presentado el pedido de aclaración fuera del plazo establecido en el artículo 121 (primer
párrafo) del Código Procesal Constitucional.
3. En tal sentido es evidente que habiendo pasado poco más de 2 años es inconcebible que
se declare la procedencia del pedido de aclaración presentado por el Procurador de la Su-
perintendencia Nacional de Administración Tributaria. Cabe señalar que la imposición de
un plazo para la realización de un pedido de aclaración resulta la mejor garantía para el
justiciable en la necesidad de la seguridad jurídica, puesto que lo contrario implicaría que
cualquier resolución en cualquier tiempo podría modificarse y hasta cambiarse sin garan-
tía alguna.
4. En todo caso de existir determinadas situaciones que impiden la ejecución de una sen-
tencia emitida por el Tribunal Constitucional, el recurso de agravio constitucional se en-
cuentra habilitado precisamente para que las sentencias del Tribunal se ejecuten en sus tér-
minos. Finalmente cabe señalar que este es el cuarto pedido de aclaración presentado por
el Procurador Público recurrente, siendo inadmisible que la ejecución de una decisión del
Tribunal Constitucional se esté prolongando sine díe.
434
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 04922-2007-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONAL
DE TRABAJADORES DE
SUNAT/SUPERINTENDENCIA
NACIONAL ADJUNTA DE ADUANAS
VOTO DEL MAGISTRADO ETO CRUZ
Suscribo, por el presente, y me adhiero a los fundamentos y el fallo contenidos en los vo-
tos de los magistrados Mesía Ramírez y Vergara Gotelli; en consecuencia, el recurso de
aclaración presentado por el Procurador Público Ad Hoc de la Sunat debe ser declarado
IMPROCEDENTE, siendo el medio procesal idóneo para discutir la correcta ejecución
de la sentencia de este Tribunal, el recurso de apelación por salto.
Sr. ETO CRUZ
435
Joel Rosas Alcántara
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLENO JURISDICCIONAL
Nº 00025-2007-PI/TC
SENTENCIA
DEL PLENO DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Decano Nacional del Colegio de Profesores del Perú (demandante) c. Congreso de la
República (demandado)
Resolución del 19 de setiembre de 2008
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el Decano Nacional del Colegio de Pro-
fesores del Perú contra los artículos 3, 11 inciso d), 12, 17, 29 segundo párrafo, 40, 41, 51,
53, 54, 63, 65 inciso c), así como la Sexta y la Décimo TerceraDisposición Complementa-
ria, Transitoria y Final de la Ley Nº 29062, Ley que modifica la Ley del Profesorado en lo
referido a la Carrera Pública Magisterial.
Magistrados presentes:
MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
EXP. Nº 00025-2007-PI/TC
LIMA
DECANO NACIONAL DEL COLEGIO
DE PROFESORES DEL PERÚ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Arequipa, a los 19 días del mes de setiembre de 2008, reunido el Tribunal Constitucio-
nal en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados Mesía
Ramírez, Presidente; Vergara Gotelli, Vicepresidente; Landa Arroyo, Beaumont Callirgos,
Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia
I. ASUNTO
Proceso de Inconstitucionalidad interpuesto por el Decano Nacional del Colegio de Profe-
sores del Perú contra los artículos 3, 11 inciso d), 12, 17, 29 segundo párrafo, 40, 41, 51,
53, 54, 63, 65 inciso c), así como la Sexta y la Décimo Tercera Disposición Complemen-
taria, Transitoria y Final de la Ley Nº 29062, Ley que modifica la Ley del Profesorado en
lo referido a la Carrera Pública Magisterial, por vulnerar los derechos a la igualdad, al tra-
bajo, a una remuneración equitativa y suficiente, y a la huelga, así como los principios a la
presunción de inocencia, a la jerarquía de normas, a la irretroactividad de las leyes, a los
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
(76) Artículo 31-A del Reglamento del Congreso: La Junta de Portavoces está compuesta por la Mesa Di-
rectiva y por un Portavoz de cada Grupo Parlamentario, quien tiene un voto proporcional al número
437
Joel Rosas Alcántara
5. De esta manera, si bien el artículo 78 del Reglamento del Congreso señala de manera
expresa las proposiciones legislativas que se encuentran exoneradas del trámite de segun-
da votación, el artículo 73 del referido Reglamento le otorga a la Junta de Portavoces la
facultad de exonerar de dicho trámite con el voto que represente no menos de tres quintos
de los miembros del Congreso, en concordancia con lo establecido en el artículo 31-A del
mencionado Reglamento.
6. Por ende, se aprecia que la exoneración de segunda votación de la ley cuestionada se
realizó de conformidad con lo establecido en el Reglamento del Congreso, toda vez que
se contó con la exoneración expresa por acuerdo de la Junta de Portavoces con el voto de
más de tres quintos de los miembros del Congreso.
7. Además, resulta pertinente establecer que resulta legítimo que la Junta de Portavoces
pueda exonerar del trámite de “segunda votación”, con el objeto de agilizar el proce-
dimiento legislativo, pues constituye el órgano de representación de los Grupos Parlamen-
tarios, es decir, expresa la voluntad general de los parlamentarios integrantes de dichos
grupos, debiendo tenerse presente que, además, se exige una votación de mayoría cali-
ficada que represente no menos de los tres quintos de los miembros del Congreso de la
República.
8. Sobre el particular, este Tribunal Constitucional ya ha considerado constitucional la
exoneración del trámite de segunda votación por acuerdo de la Junta de Portavoces en
el procedimiento legislativo para la aprobación de un proyecto de ley, al establecer que:
“El proceso legislativo de la Ley Nº 28374
El proyecto de Ley Nº 11733, Ley que regula la distribución de los recursos en el caso
de la adjudicación directa de predios en el ámbito de desarrollo de proyectos de inte-
rés nacional, se transformó en la ley materia de inconstitucionalidad gracias a la vo-
tación de ochenta y siete de los noventidós congresistas presentes en la Sesión del 28
de octubre del 2004, a horas 01:01:14 p.m.
De otro lado, en la Junta de Portavoces realizada el 2 de noviembre del mismo año,
‘se acordó, por unanimidad, la exoneración del trámite de doble votación a que se re-
fiere el artículo 73 del Reglamento del Congreso’.
Entonces, más allá de la forma correcta en que se aprobó la ley materia de la incons-
titucionalidad, el tema que se encuentra regulando, al tratarse de un ámbito consti-
tucional, requiere obligatoriamente una ley orgánica tal como ha venido a suceder.
(…)”(77).
9. De igual manera, se debe tener presente que el trámite de segunda votación para la
aprobación de los proyectos de ley establecido en el Reglamento del Congreso, constitu-
ye una opción legislativa y no un requisito constitucional, es decir, se trata de una dispo-
sición contenida en una norma con rango de ley(78), mas no de un requisito contenido en el
procedimiento legislativo previsto en la Constitución para su aprobación, dado que la Car-
ta Magna no establece la segunda votación como requisito para la aprobación de una ley.
438
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
439
Joel Rosas Alcántara
un eventual abuso de su ejercicio, lo que en buena cuenta significa que el derecho de huel-
ga debe ejercerse en armonía con el interés público y con los demás derechos.
19. Así, en el presente caso, y a criterio del demandante, se configuraría una colisión en-
tre el derecho de huelga de los trabajadores, supuestamente vulnerado por la ley cuestio-
nada, y el derecho a la educación básica de millones de escolares, entre niños y adolescen-
tes, que verían paralizados sus estudios por periodos indeterminados en caso de realizarse
una de las innumerables huelgas de profesores a nivel nacional.
2.2. La educación como derecho fundamental y como servicio público
20. El derecho a la educación se encuentra garantizado por diversos artículos de nuestra
Carta Magna. Las principales manifestaciones del derecho a la educación que emanan del
propio texto constitucional son las siguientes: a) el acceder a una educación; b) la perma-
nencia y el respeto a la dignidad del escolar; y, c) la calidad de la educación.
21. Sobre el particular y, como también ya ha sido establecido por este Tribunal,
“(…) en un Estado Social y Democrático de Derecho el derecho a la educación ad-
quiere un carácter significativo. Así, del texto constitucional se desprende una preo-
cupación sobre la calidad de la educación, la cual se manifiesta en la obligación
que tiene el Estado de supervisarla (segundo párrafo del artículo 16 de la Consti-
tución). “También se pone de manifiesto al guardar un especial cuidado respecto al
magisterio, a quienes la sociedad y el Estado evalúan y, a su vez, le brindan ca-
pacitación, profesionalización y promoción permanente (art. 15, primer párrafo,
de la Constitución). Asimismo, se incide firmemente en la obligación de brindar una
educación ‘ética y cívica’, siendo imperativa la enseñanza de la Constitución y los
derechos fundamentales (art. 14, tercer párrafo)”(81) (subrayado agregado).
22. Pero además, la educación posee un carácter binario, pues no solo constituye un dere-
cho fundamental, sino también un servicio público. Así lo ha señalado este Tribunal al
establecer que,
“la educación se configura también como un servicio público, en la medida que se
trata de una prestación pública que explicita una de las funciones-fines del Estado, de
ejecución per se o por terceros bajo fiscalización estatal. Por ende, el Estado tiene la
obligación de garantizar la continuidad de los servicios educativos (…)”(82) (el re-
saltado es nuestro).
23. De igual manera, y ya en el plano legal, la Ley General de Educación Nº 28044 es-
tablece en su artículo 4 que: “la educación es un servicio público; cuando lo provee
el Estado es gratuita en todos sus niveles y modalidades, de acuerdo con lo estableci-
do en la Constitución Política y en la presente ley. En la educación inicial y primaria se
complementa obligatoriamente con programas de alimentación, salud y entrega de ma-
teriales educativos”.
2.3. Contenido esencial del derecho de huelga
24. En consecuencia, corresponde verificar si el artículo 3 de la Ley Nº 29062 vulnera el
contenido esencial del derecho de huelga, consagrado en el artículo 28, inciso 3), de la
Constitución: “el Estado reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y
440
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
huelga. Cautela su ejercicio democrático: (…) 3) Regula el derecho de huelga para que se
ejerza en armonía con el interés social. Señala sus excepciones y limitaciones”.
25. De un análisis previo de los derechos colectivos de los trabajadores según la Ley Fun-
damental se derivan principios constitucionales para la delimitación del contenido esen-
cial del derecho de huelga. En tal sentido, siguiendo lo establecido mediante STC Exp.
Nº 0008-2005-PI (fundamento 41), considera este Colegiado emitir pronunciamiento a fin
de establecer que son garantías o facultades del contenido esencial del derecho de huel-
ga las siguientes:
i) Ejercitar o no ejercitar el derecho de huelga.
ii) Convocar dentro del marco de la Constitución y la ley. En ese contexto, también
cabe ejercitar el atributo de su posterior desconvocatoria.
iii) Establecer el petitorio de reinvindicaciones; las cuales deben tener por objetivo la
defensa de los derechos e intereses socio-económicos o profesionales de los trabaja-
dores involucrados en la huelga.
iv) Adoptar las medidas necesarias para su desarrollo, dentro del marco previsto en la
Constitución y la ley.
v) Determinar la modalidad de huelga; esto es, si se lleva a cabo a plazo determina-
do o indeterminado.
2.4. Límites al derecho de huelga
26. Por su parte, la Constitución peruana reconoce límites al ejercicio del derecho de huel-
ga [artículo 28, inciso 3), de la Constitución], en la medida que en principio no existen de-
rechos fundamentales absolutos, debiendo protegerse o preservarse no solo otros derechos
fundamentales, sino también otros bienes constitucionalmente protegidos.
27. Derivado de ello, por razón de la persona, se encuentran excluidos del goce de liber-
tad sindical y del derecho de huelga, los siguientes:
a) Los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desempeñan cargos de con-
fianza o de dirección (artículo 42 de la Constitución).
b) Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional (artículo 42 de la
Constitución).
c) Los magistrados del Poder Judicial y del Ministerio Público (artículo 153 de la
Constitución).
28. Por otro lado, también a nivel legislativo se establecen límites al ejercicio del derecho
de huelga, por razón de la naturaleza del servicio. Así, el Texto Único Ordenado de la
Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, Decreto Supremo Nº 010-2003-TR, prevé que:
“Artículo 82.- Cuando la huelga afecte los servicios públicos esenciales o se requiera
garantizar el cumplimiento de actividades indispensables, los trabajadores en conflic-
to deben garantizar la permanencia del personal necesario para impedir su inte-
rrupción total y asegurar la continuidad de los servicios y actividades que así lo
exijan” (el resaltado es nuestro).
En la determinación legal de los servicios públicos esenciales, la misma norma determina
un listado (artículo 83), a saber: a) Los sanitarios y de salubridad; b) Los de limpieza y sa-
neamiento; c) Los de electricidad, agua y desagüe, gas y combustible; d) Los de sepelio,
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Joel Rosas Alcántara
(83) Recopilación de decisiones y principios sobre la Libertad Sindical del Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la OIT Párrafo 606.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
protección ha buscado tutelar el legislador. Con estos elementos, se esboza una interpreta-
ción acorde con la protección debida al derecho fundamental a la huelga, como una reali-
dad no contradictoria y coherente con los otros bienes constitucionales consagrados en la
Constitución, y para una plena realización de la persona humana y su dignidad (artículo 1
de la Constitución).
33. Al respecto, podríamos derivar como límites específicos al derecho de huelga para los
profesores que integran la Carrera Pública Magisterial , los siguientes:
i) Garantizar el contenido esencial del derecho de educación, conforme lo ha establecido
este Tribunal mediante STC Exp. Nº 0091-2005-PA (fundamento 6), a partir de lo estable-
cido por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, creado en virtud del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que entró en vigor el
3 de enero de 1976, y que fue ratificado por el Perú el 28 de abril de 1978, la educación, en
todas sus formas y en todos los niveles, debe tener las siguientes cuatro características in-
terrelacionadas y fundamentales: disponibilidad, accesibilidad (no discriminación, accesi-
bilidad material, accesibilidad económica), aceptabilidad, adaptabilidad(84).
ii) El ejercicio del derecho a la huelga por parte de los profesores no podría conllevar la ce-
sación total de las actividades vinculadas al servicio público esencial de la educación, más
aún considerando que, tal como hemos mencionado previamente, constituye una obliga-
ción del Estado el garantizar la continuidad de los servicios educativos.
iii) En caso de huelga de larga duración se podría requerir el establecimiento de servicios
mínimos en consulta plena con los interlocutores sociales(85), al igual que ocurre en aque-
llos servicios cuya interrupción pueda poner en peligro la vida, la seguridad o la salud de
la persona en toda o parte de la población.
iv) La huelga debe ejercerse en armonía con el orden público constitucional, que hace refe-
rencia a las medidas dirigidas a proteger aquello que beneficia a la colectividad en su con-
junto [STC Exp. Nº 0008-2005-PI (fundamento 42)].
34. Por todo ello, cabe concluir que el artículo 3 de la Ley Nº 29062 al disponer que los
profesores prestan un servicio público esencial, no se afecta el contenido esencial del de-
recho de huelga, tal como ha sido establecido supra, debiendo determinarse las concre-
tas lesiones casuísticamente con criterios de razonabilidad y proporcionalidad(86), pudien-
do recurrirse, en dichos supuestos a la protección ordinaria, y subsidiariamente al amparo
constitucional, y del cual este Colegiado es el garante en última instancia. De esta forma,
el Tribunal valida la constitucionalidad del artículo 3 de la Ley Nº 29062, siempre que su
ejercicio se produzca en los términos planteados.
(84) Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General E/C.12/1999/10 de fe-
cha 8 de diciembre de 1999.
(85) Recopilación de decisiones y principios sobre la Libertad Sindical del Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la OIT. Párrafo 625. Véase el 330º Informe, caso Nº 2173, Queja
contra el Gobierno de Canadá relativa a la provincia de Columbia Británica presentada por el Con-
greso del Trabajo de Canadá (CLC), el Sindicato de Enfermeras de Columbia Británica (BCNU),
la Federación de Docentes de Canadá (FDC), la Federación de Docentes de Columbia Británica
(BCTF), el Sindicato Canadiense de Trabajadores del Sector Público (CUPE), Sección Columbia
Británica, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Interna-
cional de la Educación (EI); párrafo 297.
(86) STC Exp. Nº 00019-2005-AI (fundamentos 43 al 50), STC Exp. Nº 06089-2006-PA (fundamento
46), STC Exp. Nº 0050-2004-AI/TC (fundamento 109), STC Exp. Nº 0045-2004-AI (fundamentos
33 al 41), STC Exp. Nº 0024-2005-AI (fundamentos 29 al 32).
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Joel Rosas Alcántara
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
51. Este Colegiado, aprecia que el referido requisito resulta razonable respecto al fin cons-
titucionalmente válido que se pretende lograr, esto es, la eficiencia plena en la prestación
del servicio público esencial y en especial de la educación, así como garantizar la plena
vigencia del derecho a la educación que constituye uno de los deberes primordiales del
Estado, pues la restricción a la presunción de inocencia se justifica debido a la importan-
cia que tiene la educación, la cual tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona
humana(92) y prepararla para la vida y el trabajo, además que la mayoría de los educandos
son niños y adolescentes, a quienes el Estado debe proteger, tal como lo señala el artículo
4 de la Norma Fundamental.
52. Por otro lado el cuestionado requisito también resulta proporcional, pues constituye
una medida idónea para lograr el fin que se pretende, esto es, impedir el ingreso a la carre-
ra pública magisterial a quien se encuentre incurso en un proceso penal por delito doloso,
con el objeto de asegurar que el servicio público docente se encuentre compuesto por pro-
fesores con una conducta idónea, más aún cuando se trata de brindar el servicio público es-
pecial y esencial de educación, para así garantizar la plena vigencia del derecho a la edu-
cación de los estudiantes.
53. De igual manera, cabe señalar que el cuestionado requisito no impide totalmente el
acceso a la carrera pública magisterial, sino que únicamente se trata de un impedimento
provisional, esto es, que solo tendrá efectos hasta que se dicte sentencia en el respectivo
proceso penal. Por tanto, si el profesor obtiene una sentencia absolutoria, no existirá impe-
dimento alguno para que participe en cualquier concurso público.
54. Asimismo el referido requisito no vulnera el derecho a la presunción de inocencia por
cuanto no se está adelantando opinión respecto a la culpabilidad del imputado en el ilícito
materia del proceso penal, sino que se trata de una restricción temporal y provisional del
acceso a la carrera pública magisterial, hasta que se dicte sentencia en el proceso penal en
el que se encuentre incurso el postulante.
55. En consecuencia, a juicio del Tribunal Constitucional, el cuestionado requisito de no
permitir el acceso a la carrera pública magisterial a aquellos docentes que se encuentren
incursos en un proceso penal por delito doloso no vulnera el derecho fundamental a la pre-
sunción de inocencia, razón por la que la demanda también debe ser desestimada en este
extremo.
4. Análisis de constitucionalidad de los artículos 12, 17, 40 y 41 de la Ley Nº 29062
56. El demandante alega que los artículos 12, 17, 40 y 41 de la cuestionada ley resul-
tan inconstitucionales porque contravienen lo establecido en el artículo 16 de la Cons-
titución respecto al Estado y la Política Educativa –conforme al cual, tanto el siste-
ma como el régimen educativo son descentralizados– así como los artículos 197 y 198
de la Carta Magna que consagran la autonomía de las Regiones, contraviniendo ade-
más la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales y la Ley Orgánica de Bases de la
Descentralización.
57. Los cuestionados artículos establecen que el Ministerio de Educación es el ente encar-
gado de planificar y conducir el proceso de ingreso a la Carrera Magisterial, así como de
convocar a concurso público para cubrir las plazas de Director y Subdirector de las ins-
tituciones educativas; igualmente, se encarga de normar las actividades del Programa de
(92) Artículo 13 de la Constitución Política: La educación tiene como finalidad el desarrollo integral de la
persona humana (…).
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
de los servicios educativos, entre los cuales se encuentra la provisión de profesores para la
prestación del servicio público de educación, es una competencia compartida que debe
realizarse en forma coordinada entre el gobierno nacional y los gobiernos regionales
(…) De esta forma, entonces, el nombramiento de profesores en los colegios estatales está
sujeto a un procedimiento, por llamarlo así ‘a cascadas’, en el que cada uno de sus gestores
–desde el Ministerio de Educación, pasando por el Gobierno Regional y culminando en la
Unidad de Gestión Educativa Local– tienen participación y tareas específicas, que deben
ejecutar en forma coordinada”(94) (el resaltado es nuestro).
64. En ese sentido, si bien los Gobiernos Regionales gozan de autonomía en el ejercicio
de sus competencias y, conforme al inciso 7) del artículo 192 de la Constitución tienen fa-
cultad para promover y regular actividades y/o servicios en materia de educación, dicha
competencia debe ser ejercida “en concordancia con las políticas y planes nacionales y lo-
cales de desarrollo. De ahí que las competencias previstas en el artículo 192 no pueden lle-
var a obstaculizar o poner en una situación de detrimento (…) las competencias del Go-
bierno Nacional”(95).
65. Por ello, respecto al ejercicio de las competencias de los Gobiernos Regionales, este
Colegiado ha establecido que: “la Constitución garantiza a los gobiernos locales una au-
tonomía plena para aquellas competencias que se encuentran directamente relacionadas
con la satisfacción de los intereses locales. Pero no podrá ser de igual magnitud respec-
to al ejercicio de aquellas atribuciones competenciales que los excedan, como los inte-
reses supralocacles, donde esa autonomía tiene que necesariamente graduarse en inten-
sidad, debido a que en ocasiones de esas competencias también participan otros órganos
estatales”(96).
66. Por tanto, si bien los gobiernos regionales gozan de autonomía, deben de ejercerla sin
contravenir las competencias que le han sido otorgadas al Estado y, en el presente caso, al
Ministerio de Educación, teniendo en cuenta que la educación es una materia de interés
supralocal y que las competencias atribuidas al Ministerio de Educación tienen por finali-
dad asegurar la unidad de criterio en el contenido y forma de la prueba de evaluación, así
como asegurar la eficiencia en el proceso de implementación de la Carrera Pública Magis-
terial y la adecuada provisión del servicio educativo.
67. Asimismo cabe señalar que si bien tanto el artículo 13 de la Ley de Bases de la Des-
centralización como el artículo 10 de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales estable-
cen que la educación es una competencia compartida en la que pueden intervenir dos o
más niveles de gobierno, ello se refiere únicamente a la gestión de los servicios educa-
tivos de nivel inicial, primaria, secundaria y superior no universitaria, y no para mate-
rias que son de exclusiva competencia del Gobierno Central, a través del Ministerio de
Educación.
68. Finalmente, respecto a este extremo de la demanda, en el que el recurrente alega la
contravención de los artículos 197 y 198 de la Constitución, se aprecia que estos disposi-
tivos no guardan relación alguna con la autonomía regional, sino más bien se encuentran
referidos a la participación vecinal y ciudadana y a la capital de la República, por lo que la
demanda también debe ser desestimada respecto a este extremo.
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(102) La Constitución Comentada. Tomo I. Ed. Gaceta Jurídica, Lima, 2005, p. 550.
(103) NEVES MUJICA, Javier. Introducción al Derecho Laboral. Fondo Editorial de la PUCP, Lima,
2003, p. 103.
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(106) La Constitución Comentada, Tomo I. Ed. Gaceta Jurídica, Lima, 2005, p. 560.
(107) Cfr. STC Exp. Nº 0976-2001-AA/TC, f. j. 11.
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112. Al respecto cabe señalar que, como se ha dicho en párrafos anteriores, la educación
constituye un servicio público esencial, por lo que en un Estado Social y Democrático de De-
recho el derecho a la educación adquiere un carácter significativo. Del Texto Constitucional
se desprende la trascendencia de la calidad de la educación, la cual se manifiesta en la obliga-
ción que tiene el Estado de supervisarla (segundo párrafo del artículo 16 de la Constitución).
113. De igual manera se pone de manifiesto el que se guarde un especial cuidado respec-
to los docentes, a quienes la sociedad y el Estado evalúan y, a su vez, le brindan capacita-
ción, profesionalización y promoción permanente (art. 15, primer párrafo, de la Constitu-
ción). Asimismo, se incide firmemente en la obligación de brindar una educación “ética y
cívica”, siendo imperativa la enseñanza de la Constitución y los derechos fundamentales
(art. 14, tercer párrafo)(108).
114. Por tanto, debido a la importancia que tiene el servicio de educación en nuestra so-
ciedad, es necesario que los profesores se encuentren sometidos a evaluación, en aras de
garantizar la provisión y permanencia en el servicio de profesores idóneos y capacitados,
para así resguardar la calidad de la educación que tiene por objetivo el pleno desarrollo de
la personalidad humana, y que los educandos logren el desarrollo integral de sus habilida-
des y potencialidades.
115. Con ese objetivo el artículo 28 de la ley cuestionada estipula que cada tres años se
realice una evaluación ordinaria de desempeño del profesor, la cual tiene el carácter de
permanente, integral y obligatoria. Dicha evaluación no puede ser considerada inconstitu-
cional pues garantiza la idoneidad de los profesores en el servicio educativo, es decir, ga-
rantiza el derecho de los estudiantes de recibir una educación de calidad.
116. Asimismo, el supuesto en que son retirados de la carrera pública magisterial los pro-
fesores que no aprueben la evaluación por tercera vez –luego de haber sido capacitados–,
no puede ser considerado como vulneratorio del derecho a la estabilidad laboral, pues-
to que, como se ha mencionado anteriormente, este derecho no tiene la calidad de dere-
cho absoluto.
117. Así, el derecho de permanecer en la carrera pública magisterial se mantiene mientras
los profesores presenten capacidad e idoneidad para el cargo, es decir, mientras se encuen-
tren capacitados para ejercer como docentes. De igual manera existe un límite temporal fi-
jado en la ley, esto es, se ejerce por tres años, tiempo en el cual su permanencia en la ca-
rrera pública magisterial se encuentra sujeta a la aprobación de la evaluación, tal como se
ha establecido en el artículo 28 de la Ley Nº 29062.
118. Por tanto, el establecer como causal de retiro de la Carrera Pública Magisterial el ha-
ber desaprobado la evaluación de desempeño en tres oportunidades no puede ser consi-
derado como una vulneración del derecho a la estabilidad laboral ni al trabajo, puesto
que configura una causa justificada de despido, dado que el profesor retirado de la carre-
ra pública magisterial está demostrando con ello que no cuenta con capacidad e idoneidad
para el ejercicio del cargo de profesor.
119. En consecuencia la demanda también debe ser desestimada respecto a este extremo.
10. Análisis de constitucionalidad del inciso c) del artículo 65 de la Ley Nº 29062
120. El demandante alega que el inciso c) del artículo 65 de la ley cuestionada vulnera sus
derechos a la igualdad de oportunidades, a la igualdad ante la ley y al trabajo, y limita el
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Joel Rosas Alcántara
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
un derecho a no ser discriminado por razones proscritas por la propia Constitución (ori-
gen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica) o por otras (“motivo” “de
cualquier otra índole”) que, jurídicamente, resulten relevantes(109).
128. De esta manera el mandato correlativo derivado del derecho a la igualdad será
la prohibición de discriminación, es decir, la configuración de una prohibición de inter-
vención en el mandato de igualdad.
129. Este Colegiado ha señalado en reiterada jurisprudencia que “la igualdad se encuentra
resguardada cuando se acredita la existencia de los dos requisitos siguientes: a) paridad,
uniformidad y exactitud de otorgamiento o reconocimiento de derechos ante hechos, su-
puestos o acontecimientos semejantes, y b) paridad, uniformidad y exactitud de trato o re-
lación intersubjetiva para las personas sujetas a idénticas circunstancias y condiciones. En
buena cuenta, la igualdad se configura como un derecho fundamental de la persona a no
sufrir discriminación jurídica alguna; esto es, a no ser tratada de manera dispar respecto a
quienes se encuentren en una misma situación, salvo que exista una justificación objetiva
y razonable para esa diferencia de trato”(110).
130. Según quedó dicho, el demandante considera que el último párrafo del artículo 65 de
la ley impugnada resulta violatorio del derecho fundamental a la igualdad, al prohibir el
reingreso a la carrera pública magisterial del profesor que ha desaprobado por tercera vez
la evaluación de desempeño.
131. Tal como ha sido establecido por este Tribunal Constitucional a través de su jurispru-
dencia(111), para ingresar a evaluar una eventual afectación del derecho de igualdad, corres-
ponde que se proponga un término de comparación (tertium comparationis) válido. Ello
significa que es preciso que las dos situaciones de hecho que han merecido un trato desi-
gual por parte del legislador, deben ser válidas constitucionalmente y compartir una esen-
cial identidad en sus propiedades relevantes. Solo entonces cabe ingresar a valorar las ra-
zones que podrían justificar o no la diferencia de trato, en el correcto entendido de que la
ausencia de objetividad o necesidad en tales razones harán del tratamiento disímil, un tra-
to, a su vez, discriminatorio, y por ende, inconstitucional.
132. Aunque el recurrente no ha realizado alusión expresa a ese término de comparación,
del tenor de su demanda puede colegirse que este se encuentra constituido por el hecho de
que, de conformidad con el penúltimo párrafo del artículo 65 de la ley, los profesores que
han sido sujetos de destitución (con excepción de aquellos que hayan incurrido en las cau-
sales previstas en los literales b y c del artículo 36(112)), sí pueden reingresar a las entidades
públicas luego de transcurridos 5 años. En otras palabras, consideran contrario al derecho
a la igualdad que mientras en estos casos estaría permitido el reingreso luego de un tiempo
457
Joel Rosas Alcántara
458
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
Y, en segundo lugar, que la supuesta afectación del derecho fundamental a la igualdad ale-
gada por el recurrente, debe ser desestimada. Ello en vista de que el sentido interpretati-
vo del penúltimo párrafo del artículo 65 que pretendía ser utilizado como término de com-
paración, no es constitucionalmente válido.
FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar INFUNDADA la demanda.
2. De conformidad con los fundamentos 134 y 135 supra, interprétese el penúltimo párrafo
del artículo 65 de la Ley Nº 29062 en el sentido de que entre las entidades públicas a las
que puede retornar, después de 5 años, el docente destituido por las causales previstas en
los literales a), d), e), f), g) y h) del artículo 36 de la misma ley, no se encuentran las que
prestan servicio público docente. Este criterio de interpretación tiene alcance general y re-
sulta vinculante para todos los poderes públicos, de conformidad con los artículos 81 y 82
del Código Procesal Constitucional.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; VERGARA GOTELLI; LANDA ARROYO; BEAUMONT
CALLIRGOS; CALLE HAYEN; ETO CRUZ; ÁLVAREZ MIRANDA
459
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 02318-2007-PA/TC
LIMA
CARLOS TELMO
QUIROZ RODAS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2009, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Landa Arroyo, Beaumont Callirgos y Eto Cruz, pro-
nuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carlos Telmo Quiroz Rodas con-
tra la resolución de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
322, su fecha 23 de noviembre de 2006, que declara improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Libertad sindical
7. Tal como ya fuera señalado en la STC Exp. Nº 0206-2005-PA, la libertad sindical es un
derecho de especial relevancia en una sociedad democrática por cuanto siendo, a decir del
jurista Enrique Álvarez Conde(113), una manifestación del derecho de asociación y, gozan-
do, por tanto, también de la naturaleza de los derechos de participación política, permite la
protección y promoción de los intereses de los trabajadores.
8. Asimismo, ya en la STC Exp. Nº 0008-2005-PI, este Tribunal ha dejado establecido que
este derecho tiene una doble dimensión: por un lado, una dimensión individual o intui-
to personae, que tiene por objeto proteger el derecho del trabajador a constituir un sindica-
to, a afiliarse o no afiliarse a él y a participar en actividades sindicales, tal como ha sido es-
tablecido en el artículo 1.2 del Convenio Nº 98 de la OIT; y, por otro, una dimensión plural
o colectiva, en virtud de la cual se protege la autonomía sindical, es decir, el derecho de las
organizaciones de trabajadores de elegir libremente a sus representantes, de organizar su
administración y sus actividades y formular su programa de acción, conforme ha sido es-
tablecido por el artículo 3.1 del Convenio Nº 87 de la OIT.
9. En cuanto a la segunda dimensión, la plural o colectiva, cabe precisar que la libertad sin-
dical presenta tres niveles de protección:
a) Frente al Estado, comprendiendo la autonomía sindical y la personalidad jurídica del
sindicato, es decir, el derecho de las organizaciones de trabajadores a elegir libremen-
te a sus representantes y a determinar su organización y plan de acción, sin injerencias
externas.
b) Frente al empleador, comprendiendo especialmente el fuero sindical y la proscripción
de prácticas desleales, esto es, que los dirigentes sindicales cuentan con una especial pro-
tección para garantizar el desempeño de sus funciones y el cumplimiento del mandato para
el que fueron elegidos.
(113) ÁLVAREZ CONDE, Enrique. Curso de Derecho Constitucional. Editorial Tecnos. Madrid, 1999, p. 457.
460
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
461
Joel Rosas Alcántara
16. La lesión del fuero sindical del demandante no solamente es consecuencia de la in-
fracción de los requisitos legales para el traslado de dirigentes sindicales, sino del hecho
de que dicho traslado constituye en sí mismo una afectación de la libertad sindical del re-
currente, pues al imponérsele una carga laboral excesiva y para la cual no estaba califica-
do, se le impide el adecuado ejercicio de las labores y responsabilidades propias de un di-
rigente sindical.
17. Por otra parte tal traslado indebido tuvo como objetivo final la vulneración del dere-
cho constitucional del demandante al trabajo puesto que, del análisis de la carta de despi-
do de fecha 22 de junio de 2005, obrante a fojas 86, se desprende que la falta grave justi-
ficante del despido consiste en el incumplimiento de las obligaciones laborales, tipificada
en el inciso a) del artículo 25 del TUO de la Ley de Productividad y Competitividad La-
boral, siendo justamente las obligaciones cuyo incumplimiento se imputa al recurrente las
que le fueron asignadas como consecuencia del traslado de puesto que afectó su fuero sin-
dical, conforme ya ha sido explicado en el fundamento precedente.
18. Además, para tal imputación no se tuvieron en cuenta criterios básicos de razonabilidad,
dado que se encargaron nuevas tareas al demandante, conforme consta en el Memorán-
dum Nº 0669-SGO-2005, de fecha 8 de junio de 2005, y en el Memorándum Nº 0680-
SGO-2005, de fecha 8 de junio de 2005, sin siquiera haberle enviado previamente la carta
funcional en la cual estaban establecidas sus labores, la cual recién fue enviada median-
te Memorándum Nº 0685-SGO-2005, de fecha 10 de junio de 2005. Además, tales labo-
res fueron encomendadas sin un tiempo razonable para su elaboración y sin tener en cuen-
ta que el trabajador recién se había incorporado a su nuevo puesto de trabajo y requería de
un plazo razonable para la adaptación a sus nuevas funciones.
19. Finalmente, el hecho, en el presente caso, de que otros integrantes de la junta directi-
va del sindicato hayan sido despedidos por motivos similares, conforme se desprende de
la carta de despido de fecha 31 de mayo de 2005, obrante a fojas 16, por la cual se despi-
de a la trabajadora Carmen Luisa Pérez Gutarra, quien se desempeñaba como Secretaria
de Economía del sindicato, a quien también se le imputó el incumplimiento de obligacio-
nes laborales, y de la carta de despido de fecha 10 de enero de 2005, obrante a fojas 7, por
la cual se despide a la Secretaria General del sindicato, Pilar Delgado de Sánchez, a quien
se le imputó no haber saludado al Presidente de la empresa como causa de despido, moti-
vo a todas luces irrazonable, revela una clara actitud por parte de la emplazada de impedir
el ejercicio de la libertad sindical por parte de sus trabajadores.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo.
2. Ordenar la reposición de don Carlos Telmo Quiroz Rodas como miembro del personal
auxiliar del Departamento de Servicios Generales de la Cooperativa de Ahorro y Crédito
de Suboficiales de la Policía Nacional del Perú “Santa Rosa de Lima” Ltda., y exhortar a
la emplazada a que no vuelva a disponer el traslado de personal perteneciente al fuero sin-
dical sin la debida justificación.
Publíquese y notifíquese.
SS. LANDA ARROYO; BEAUMONT CALLIRGOS; ETO CRUZ
462
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLENO JURISDICCIONAL
EXP. Nº 00026-2007-PI/TC
SENTENCIA
DEL PLENO DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Decano Nacional del Colegio de Profesores del Perú (demandante) c. Congreso de la
República (demandado)
Resolución del 28 de abril de 2009
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el Decano Nacional del Colegio de Pro-
fesores del Perú contra el artículo 1 de la Ley Nº 28988, Ley que declara a la Educación
Básica Regular como Servicio Público Esencial.
Magistrados presentes:
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
EXP. Nº 00026-2007-PI/TC
LIMA
DECANO NACIONAL
DEL COLEGIO DE
PROFESORES DEL PERÚ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de abril de 2009, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados Vergara
Gotelli, Mesía Ramírez, Presidente; Vicepresidente; Landa Arroyo, Beaumont Callirgos,
Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia
I. ASUNTO
Proceso de Inconstitucionalidad interpuesto por el Decano Nacional del Colegio de Profe-
sores del Perú contra el artículo 1 de la Ley Nº 28988, que declara a la Educación Básica
Regular como Servicio Público Esencial, por vulnerar los derechos a la huelga, a una re-
muneración equitativa y suficiente, y a la obligación del Estado de promoción del trabajo.
(…)
V. FUNDAMENTOS
(…)
463
Joel Rosas Alcántara
464
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
465
Joel Rosas Alcántara
iv) Adoptar las medidas necesarias para su desarrollo, dentro del marco previsto en la
Constitución y la ley.
v) Determinar la modalidad de huelga; esto es, si se lleva a cabo a plazo determinado o
indeterminado.
Límites al derecho de huelga
16. Por su parte, la Constitución reconoce límites al ejercicio del derecho de huelga [ar-
tículo 28, inciso 3), de la Constitución], en la medida que en principio no existen derechos
fundamentales absolutos, debiendo protegerse o preservarse no solo otros derechos funda-
mentales, sino también otros bienes constitucionalmente protegidos.
17. Derivado de ello, por razón de la persona, se encuentran excluidos del goce de liber-
tad sindical y del derecho de huelga, los siguientes sujetos:
a. Los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desempeñan cargos de con-
fianza o de dirección (artículo 42 de la Constitución).
b. Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional (artículo 42 de la
Constitución).
c. Los magistrados del Poder Judicial y del Ministerio Público (artículo 153 de la
Constitución).
18. Por otro lado, también a nivel legislativo se establecen límites al ejercicio del derecho
de huelga, por razón de la naturaleza del servicio. Así, el Texto Único Ordenado de la
Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, Decreto Supremo Nº 010-2003-TR, prevé que:
“Artículo 82.- Cuando la huelga afecte los servicios públicos esenciales o se requiera
garantizar el cumplimiento de actividades indispensables, los trabajadores en conflic-
to deben garantizar la permanencia del personal necesario para impedir su inte-
rrupción total y asegurar la continuidad de los servicios y actividades que así lo
exijan” (el resaltado es nuestro).
En la determinación legal de los servicios públicos esenciales, la misma norma determina
un listado (artículo 83), a saber: a) Los sanitarios y de salubridad; b) Los de limpieza y sa-
neamiento; c) Los de electricidad, agua y desagüe, gas y combustible; d) Los de sepelio,
y los de inhumaciones y necropsias; e) Los de establecimientos penales; f) Los de comu-
nicaciones y telecomunicaciones; g) Los de transporte; h) Los de naturaleza estratégica o
que se vinculen con la defensa o seguridad nacional; i) Los de administración de justicia
por declaración de la Corte Suprema de Justicia de la República; y, j) Otros que sean de-
terminados por Ley.
19. A partir de la habilitación legal prevista en el último inciso de la norma bajo comenta-
rio, es que el artículo 1 de la Ley Nº 28988 dispone de manera expresa que:
“Artículo 1.- La educación como servicio público esencial
Constituyese la Educación Básica Regular como un servicio público esencial, a fin
de garantizar el pleno ejercicio del derecho fundamental de la persona a la educación,
derecho reconocido en la Constitución Política del Perú, en la Ley General de Educa-
ción y en los Pactos Internacionales suscritos por el Estado peruano. La administra-
ción dispondrá las acciones orientadas a asegurar los servicios correspondientes”.
Así, de lo establecido por el artículo 1 de la Ley Nº 28988, que declara expresamente a la
educación básica regular como servicio público esencial, no se deriva una situación que
466
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
(118) Recopilación de decisiones y principios sobre la Libertad Sindical del Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la OIT Párrafo 606.
(119) Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General E/C.12/1999/10 de fe-
cha 8 de diciembre de 1999.
467
Joel Rosas Alcántara
ii) El ejercicio del derecho a la huelga por parte de los profesores no podría conllevar la ce-
sación total de las actividades vinculadas al servicio público esencial de la educación, más
aún considerando que, tal como hemos mencionado previamente, constituye una obliga-
ción del Estado el garantizar la continuidad de los servicios educativos.
24. (iii) En caso de huelga de larga duración se podría requerir el establecimiento de servi-
cios mínimos en consulta plena con los interlocutores sociales(120), al igual que ocurre en
aquellos servicios cuya interrupción pueda poner en peligro la vida, la seguridad o la salud
de la persona en todo o parte de la población.
iv) La huelga debe ejercerse en armonía con el orden público constitucional, que hace refe-
rencia a las medidas dirigidas a proteger aquello que beneficia a la colectividad en su con-
junto [STC Exp. Nº 0008-2005-PI (fundamento 42)].
25. Por todo ello, cabe concluir que el artículo 1 de la Ley Nº 28988 al disponer que la
educación básica regular constituye un servicio público esencial, no se afecta el conte-
nido esencial del derecho de huelga, tal como ha sido establecido supra, debiendo de-
terminarse las concretas lesiones casuísticamente con criterios de razonabilidad y pro-
porcionalidad(121), pudiendo recurrirse, en dichos supuestos a la protección ordinaria, y
subsidiariamente al amparo constitucional, y del cual este Colegiado es el garante en úl-
tima instancia. De esta forma, el Tribunal valida la constitucionalidad del artículo 1 de la
Ley Nº 28988, siempre que su ejercicio se produzca en los términos planteados.
FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS. VERGARA GOTELLI; MESÍA RAMÍREZ; LANDA ARROYO; BEAUMONT
CALLIRGOS; CALLE HAYEN; ETO CRUZ; ÁLVAREZ MIRANDA
(120) Recopilación de decisiones y principios sobre la Libertad Sindical del Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la OIT. Párrafo 625. Véase el 330 Informe, caso Nº 2173, Queja
contra el Gobierno de Canadá relativa a la provincia de Columbia Británica presentada por el Con-
greso del Trabajo de Canadá (CLC), el Sindicato de Enfermeras de Columbia Británica (BCNU),
la Federación de Docentes de Canadá (FDC), la Federación de Docentes de Columbia Británica
(BCTF), el Sindicato Canadiense de Trabajadores del Sector Público (CUPE), Sección Columbia
Británica, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Interna-
cional de la Educación (EI); párrafo 297.
(121) STC Exp. Nº 00019-2005-AI (fundamentos 43 al 50), STC Exp. Nº 06089-2006-PA (fundamento
46), STC Exp. Nº 0050-2004-AI/TC (fundamento 109), STC Exp. Nº 0045-2004-AI (fundamentos
33 al 41), STC Exp. Nº 0024-2005-AI (fundamentos 29 al 32).
468
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 02748-2007-PA/TC
TACNA
JORGE GUILLERMO
CHÁVEZ LIENDO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 29 días del mes de septiembre de 2009, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Álvarez
Miranda, con el voto en discordia del magistrado Álvarez Miranda, que se adjunta, y con
el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, que también se acompaña, pronuncia la si-
guiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jorge Guillermo Chávez Liendo
contra la resolución de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, de fojas 185,
su fecha 30 de marzo de 2007, que declara improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
& Análisis de la controversia constitucional
2. La dilucidación de la controversia se centra en determinar si el actor continuó labo-
rando después del vencimiento de su contrato y en establecer si se ha producido un su-
puesto de desnaturalización de contrato conforme al artículo 77, inciso a) del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR.3. En el presente caso el demandante afirma que ha venido la-
borando después del 30 de setiembre de 2005, fecha en que se dio por vencido su últi-
mo contrato de trabajo.
A fojas 77 obra el acta de inspección, la cual consigna que:
“(...) se interrogó al Jefe de la Divi. RR.HH. Juan Carlos Martínez Chura porque no
se le entrega boleta de pago del mes de octubre 2005 y dijo que no se le entrega por-
que no ha querido firmar su contrato del mes de octubre 2005”.
Asimismo el escrito de contestación de la demanda (a fojas 111) la emplazada afirma que:
“(...) el demandante (...) se ha negado a firmar el último contrato trabajo laboral por
el periodo considerado entre el 01 de octubre a1 31 de octubre del 2005, lo que moti-
vó se le cursara la Carta Notarial N° 248-2003-300.500.EPS TACNA S.A. dando por
terminada su relación laboral el 31 de octubre del 2005 tal como se había acordado
con el demandante, no existiendo despido arbitrario como pretende sustentar y argu-
mentar el demandante”.
4. En tal sentido se acredita que al continuar laborando después de la fecha de vencimien-
to del plazo estipulado en su último contrato de trabajo, la relación laboral que el deman-
dante mantuvo con la emplazada se convirtió en indeterminada por haberse desnatura-
lizado el contrato de trabajo conforme al inciso a) del artículo 77 del Decreto Supremo
Nº 003-97-TR.
469
Joel Rosas Alcántara
Y por ello cualquier decisión del empleador de dar por concluida la relación laboral solo
podía sustentarse en una causa justa establecida por la ley y debidamente comprobada,
porque de lo contrario se configuraría un despido arbitrario.
5. Por otro lado, si bien es cierto que el demandante se negó a firmar el último contrato de
trabajo a plazo esto no enerva la desnaturalización del contrato dado que la emplazada ha
dejado consentir la continuación del ví iculo laboral; en todo caso, ante la negativa del tra-
bajador de firmar el contrato debió impedirle que asista al centro de trabajo, cosa que no
ha sucedido en el presente caso.
6. En consecuencia habiendo sido despedido al recurrente aduciéndose como causal el
vencimiento de contrato, se ha vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y al de-
bido proceso, por lo que debe estimarse la demanda en este extremo.
7. Respecto al pedido de que se incluya al actor en los registros o libros de planillas de
trabajadores contratados permanentes, este Tribunal estima que atendiendo a la finalidad
restitutoria de los procesos constitucionales, esta pretensión accesoria también es esti-
mable puesto que si es reincorporado el recurrente a su puesto de trabajo, también ten-
drá derecho a ser incluido en planillas como parte de toda formalidad de una relación
de trabajo.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA en parte la demanda de amparo; en consecuencia dispone que la
emplazada reponga a don Jorge Miguel Chávez Liendo en su mismo puesto de trabajo o
en otro de igual o similar nivel, así como lo incorpore en los registros de planillas de la en-
tidad empleadora.
2. Ordenar que la parte demandada pague los costos del proceso en la etapa de ejecución
de sentencia.
Publíquese y notifíquese.
SS. VERGARA GOTELLI; MESÍA RAMÍREZ; ETO CRUZ
EXP. N° 02748-2007-PA/TC
TACNA
JORGE GUILLERMO
CHÁVEZ LIENDO
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO ETO CRUZ
Me adhiero a lo resuelto por los magistrados Mesía Ramírez y Vergara Gotelli, y con el
respeto que merece el magistrado cuyo voto genera la discordia, estimo oportuno subrayar
de manera particular los siguientes fundamentos:
A. Precisión del petitorio objeto de pronunciamiento
1. Conforme al propio tenor del escrito postulatorio del presente proceso constitucional de
amparo, se puede concluir que el recurrente pretende que: a) se lo reponga en su puesto de
trabajo; y, b) se lo incluya dentro del libro de planillas de la empresa demandada.
470
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
471
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 01417-2007-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONAL
DE OBREROS DE UNIÓN
DE CERVECERÍAS PERUANAS
BACKUS & JOHNSTON S.A.A.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 15 días del mes de noviembre de 2007, la Segunda Sala del Tribunal Cons-
titucional, con la asistencia de los señores magistrados MesíaRamírez, Vergara Gotelli
y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por el entonces denominado Sindicato de
Obreros Cerveceros Backus & Johnson contra la sentencia de la Cuarta Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas 2150, su fecha 18 de abril de 2007, que
declaró infundada la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. En el presente caso el sindicato recurrente alega que la emplazada mediante un su-
puesto proceso de reestructuración de la empresa, pretende llevar a cabo despidos ma-
sivos alegando una supuesta necesidad de reducir costos laborales, lo cual conllevaría a
la reducción de personal de trabajadores afiliados a la organización sindical que laboran
en el área de mantenimiento, trasladando a algunos de ellos al área de envasado, coac-
cionando de esta manera a aceptar dichos traslados o a formular sus “renuncias volun-
tarias”, bajo la amenaza de despedirlos en caso de no aceptar dicha proposición de la
empresa.
2. Que a fojas 139 de autos obra copia del auto de fecha 31 de agosto de 2004, expedido
por la Sub Dirección de Registros generales del Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo, la cual resuelve tomar conocimiento de la modificación del estatuto del denomi-
nado Sindicato Nacional de Obreros de Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johns-
ton S.A.A., por lo que el presente proceso de amparo se ha seguido entre dicha organiza-
ción sindical y la empresa demandada
§ La afectación del derecho a la libertad sindical
3. Conforme al artículo 28 de la Constitución, el Estado reconoce el derecho de sindica-
ción y garantiza la libertad sindical. En tal sentido cabe puntualizar que este Tribunal ha
señalado que la libertad sindical protege a los dirigentes sindicales para que puedan de-
sempeñar sus funciones y cumplir con el mandato para el que fueron elegidos; es decir,
protege a los representantes sindicales para su actuación sindical. Sin esta protección no
sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades tales como el derecho de reu-
nión sindical, la defensa de los intereses de los trabajadores sindicalizados y la representa-
ción de sus afiliados en procedimientos administrativos y judiciales.
4. El Tribunal Constitucional en la STC Exp. N° 1124-2001-AA/TC ha señalado que el de-
recho constitucional de libertad sindical, “tiene como contenido esencial un aspecto orgá-
nico, así como un aspecto funcional. El primero consiste en la facultad de toda persona de
472
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
473
Joel Rosas Alcántara
tutela urgente en el proceso de amparo, en el presente caso la demanda debe ser desesti-
mada al no haberse probado los hechos alegados.
10. Sin perjuicio de lo señalado en los fundamentos precedentes, cabe dejar estableci-
do que de los documentos obrantes de fojas 395 a 407 de autos, se advierte que don Juan
Jesús Amancio Valverde, Demetrio Condori Añanca, Rubén de los Santos Collantes, José
Bernardo Encinas Prado, Julio Hernández Chacaliaza, Walter Huamán Alva, Sabino Elías
Lazo Rodríguez, Ricardo Lazo Rebollar, Carlos Otero Velasco, César Augusto Valdivieso
Suárez, José Torres Sarmiento, Reynaldo Torres Verde y Raúl Yancán Álvarez, en favor de
quienes acciona el sindicato demandante han efectuado el cobro de su compensación por
tiempo de servicios, ratificando de esta manera su decisión de poner término a la relación
laboral que existía entre ellos y la empresa demandada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de autos.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; VERGARA GOTELLI; ÁLVAREZ MIRANDA
474
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. Nº 05652-2007-PA/TC
LIMA
ROSA BETHZABÉ
GAMBINI VIDAL
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 6 días del mes de noviembre de 2008, la Sala Segunda del Tribunal Consti-
tucional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli y Álvarez Miranda,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Rosa Bethzabé Gambini Vidal
contra la sentencia de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
183, su fecha 11 de junio de 2007, que declara fundada la excepción de caducidad e im-
procedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(….)
4. La igualdad y la discriminación en materia laboral
34. El inciso 1), del artículo 26 de la Constitución Política reconoce que en la relación la-
boral se respeta el principio de igualdad de oportunidades sin discriminación. Es evidente
que el reconocimiento constitucional de dicho principio laboral constituye una manifesta-
ción del derecho a la igualdad en el ámbito de las relaciones labores.
35. Sobre el particular el Tribunal Constitucional, en la STC Exp. Nº 008-2005-PI/TC, ha se-
ñalado que el principio constitucional de igualdad de trato en el ámbito laboral hace referen-
cia a la regla de no discriminación en materia laboral, el cual específicamente hace referencia
a la igualdad ante la ley. Esta regla de igualdad asegura, en lo relativo a los derechos labo-
rales, la igualdad de oportunidades de acceso al empleo y de tratamiento durante el empleo.
36. La discriminación en el entorno laboral es un fenómeno social cotidiano y universal
que provoca desigualdades entre las personas y genera desventajas sociales y económicas
que debilitan la cohesión y la solidaridad sociales. Por ello, la erradicación de la discrimi-
nación laboral tiene por finalidad promover la igualdad de oportunidades a fin de que tan-
to hombres como mujeres disfruten de un trabajo decente, sin perjuicio de su origen, sexo,
raza, color, orientación sexual, religión, opinión, condición económica, social, idioma, o
de cualquier otra índole.
37. En este contexto, la discriminación laboral se produce cada vez que se escoge o recha-
za a un trabajador por razón de su origen, sexo, raza, color, orientación sexual, religión,
opinión, condición económica, social, idioma o de cualquier otra índole. En buena cuen-
ta, la discriminación en el entorno laboral supone dispensar un trato distinto a las personas
atendiendo a ciertas características, como pueden ser la raza, el color o el sexo, lo cual en-
traña un menoscabo de derecho a la igualdad de oportunidades y de trato y a la libertad de
trabajo, debido a que la libertad del ser humano para elegir y desarrollar sus aspiraciones
profesionales y personales se ve restringida.
38. La igualdad en el trabajo ha sido un tema recurrente en las normas internacionales del
trabajo que adopta y promueve la Organización Internacional de Trabajo (OIT). Así, en la
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Declaración de Filadelfia, se reconoce que “todos los seres humanos, sin distinción de raza,
credo o sexo, tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en
condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunida-
des”. En igual sentido, en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fun-
damentales en el trabajo y su seguimiento, se reiteró el principio constitucional de la eli-
minación de la discriminación en materia de empleo y ocupación, confirmándose así el
propósito universal de erradicar la discriminación en el mundo del trabajo mediante la pro-
moción de la igualdad de trato y de oportunidades. Entre los primeros instrumentos elabora-
dos por la OIT con el objetivo especifico de promover la igualdad y eliminar la discrimina-
ción en el trabajo se encuentran el Convenio 100 sobre igualdad de remuneración, así como
el Convenio y la Recomendación 111 sobre la discriminación en el empleo y la ocupación.
4.1. La discriminación laboral y sus clases
39. En el apartado a), del Art. 1.1 del Convenio 111 se define la discriminación labo-
ral como “cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color,
sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efec-
to anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación”.
40. La protección contra la discriminación en el empleo y la ocupación es aplicable a todos
los sectores del empleo y la ocupación, tanto públicos como privados, y abarca el acceso
a la educación, la orientación y la formación profesionales; el acceso al trabajo ya sea por
cuenta propia, asalariado o en la administración pública; el acceso a los servicios de colo-
cación o tercerización; el acceso a las organizaciones de trabajadores; la promoción profe-
sional; la seguridad del empleo; la negociación colectiva; la igualdad de remuneración por
trabajos de igual valor; el acceso a la seguridad social, los servicios y prestaciones sociales
relacionados con el empleo; y otras condiciones laborales, incluidas la seguridad y la salud
en el trabajo, las horas de trabajo, los periodos de descanso y las vacaciones.
41. La discriminación laboral consiste en dispensar a las personas un trato diferente y menos
favorable debido a determinados criterios, como el sexo, el color de su piel, la religión, las
ideas políticas o el origen social, entre otros motivos, sin tomar en consideración los méritos
ni las calificaciones necesarias para el puesto de trabajo que se trate. De este modo, la discri-
minación vulnera la libertad de las personas para conseguir la clase de trabajo a la que aspi-
ran (libertad de trabajo) y menoscaba las oportunidades de los hombres y las mujeres para de-
sarrollar su potencial y sus aptitudes y cualidades, a efectos de ser remunerados en función de
sus méritos. La discriminación laboral también puede venir agravada por la violencia (física o
psicológica), u ofensas brutales y malos tratos, el acoso moral, o el acoso sexual ejercidos con-
tra ciertas categorías de trabajadores, como es el caso de las mujeres. En consecuencia, pue-
de influir en la capacidad de la víctima para conservar el puesto de trabajo o progresar en él.
42. La discriminación laboral puede manifestarse cuando se busca un trabajo, en el em-
pleo o al dejar este. Las personas pueden ser excluidas o incluso disuadidas de aspirar a
un empleo por motivos de raza, sexo, religión u orientación sexual, entre otros motivos, o
pueden ser obstaculizadas para ser promovidas profesionalmente. Por ejemplo, hay discri-
minación laboral cuando a una persona profesionalmente calificada, pero miembro de un
grupo político minoritario, se le deniega un empleo, o cuando trabajadores competentes
son víctimas de acoso laboral por motivo de su afiliación sindical.
43. Sin embargo, no todas las distinciones de trato han de considerarse discriminatorias.
Según el artículo 1.2 del Convenio 111 un trato diferenciado que tenga su origen en las
cualificaciones exigidas para un puesto de trabajo es una práctica perfectamente legítima.
Por lo tanto, en este contexto, mientras no se restringa la igualdad de oportunidades, las
diferencias de trato no se considerarán discriminatorias. Asimismo, entre las medidas que
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concurrencia de razones o circunstancias que tengan con el sexo de la persona una conexión
directa e inequívoca. Es decir, que la discriminación laboral por razón de sexo comprende no
solo los tratamientos peyorativos fundados en la constatación directa del sexo, sino también
aquellos que se basen en circunstancias que tengan una directa conexión con el sexo.
50. Tal sucede con el embarazo, elemento o factor diferencial que, por razones obvias, in-
cide de forma exclusiva sobre las mujeres. Las decisiones extintivas basadas en el emba-
razo, al afectar exclusivamente a la mujer, constituye, indudablemente, una discrimina-
ción por razón de sexo proscrita por el inciso 2) del artículo 2 de la Constitución Política.
51. La protección de la mujer no se limita a la de su condición biológica durante el em-
barazo y después de este, ni a las relaciones entre la madre y el hijo durante el periodo
que sigue al embarazo y al parto, sino también se extiende al ámbito estricto del desarro-
llo y a las vicisitudes de la relación laboral, razón por la cual condiciona las potestades
organizativas y disciplinarias del empleador. Por ello, el artículo 23 de la Constitución
Política prescribe que el Estado protege especialmente a la madre que trabaja.
52. Por ello, el despido de una trabajadora por razón de su embarazo constituye una discri-
minación directa basada en el sexo, como también lo es la negativa a contratar a una mujer
embarazada, o cuando una trabajadora percibe una remuneración inferior al de un trabaja-
dor por un mismo trabajo. Son manifestaciones de discriminación directa porque excluyen
la posibilidad de justificar, objetivamente, la razonabilidad y proporcionalidad de la medida.
53. En este sentido, el apartado d), del artículo 5 del Convenio 158 prescribe que el emba-
razo no constituirá causa justificada para la terminación de la relación de trabajo. De otra
parte, según el artículo 4.1 de la Recomendación 95, el periodo durante el cual será ilegal
para el empleador despedir a una mujer debe comenzar a contarse a partir del día en que le
haya sido notificado el embarazo por medio de un certificado médico.
54. Asimismo debe tenerse presente que el artículo 11.1.2 de la CEDM establece que la
mujer debe estar protegida en el trabajo frente a la discriminación basada en la maternidad.
De ahí que el Estado peruano haya asumido las obligaciones de prohibir a los empleado-
res utilizar el embarazo como criterio para la contratación o el despido de empleadas, y de
adoptar todas las medidas necesarias para permitir que los padres combinen las obligacio-
nes para con la familia con las responsabilidades del trabajo, concediéndoles prestaciones
como la licencia de maternidad remunerada, subsidios para el cuidado de los hijos y una
protección especial de la salud durante el embarazo.
55. Por lo tanto, sobre la base del derecho a la igualdad de oportunidades y de trato para las
trabajadoras, puede concluirse que la mujer embarazada está protegida contra todo despi-
do por razón de su condición durante el periodo de embarazo. Es más, el inciso e) del ar-
tículo 29 del Decreto Supremo N° 003-97-TR prescribe que el despido se considera nulo
si se produce en cualquier momento del periodo de gestación o dentro de los noventa días
posteriores al parto, siempre que el empleador hubiere sido notificado documentalmente
del embarazo en forma previa al despido.
56. De otra parte conviene señalar que cuando se sostenga que se es objeto de una con-
ducta discriminatoria, debe acreditarse la existencia de indicios que generen una razonable
sospecha, apariencia o presunción en favor de semejante alegato, para lo cual se requiere,
por lo menos, la prueba indiciaria.
5. Análisis de la controversia
57. Teniendo en consideración los criterios expuestos se analiza a continuación, la cuestión
planteada en el presente proceso de amparo. Para ello debe tenerse presente que mediante
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EXP. N° 01692-2008-PA/TC
JUNÍN
JESICA CIOMARA
GÓMEZ HERRERA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 8 días del mes de setiembre de 2009, la Sala Segunda del Tribunal Consti-
tucional, integrada por los magistrados Vergara Gotelli, Landa Arroyo y Álvarez Miranda,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Jesica Ciomara Gómez Herrera
contra la sentencia expedida por la Primera Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Junín, de fojas 154, su fecha 10 de enero del 2008, que declaró improcedente la deman-
da de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
§. Análisis de la controversia
5. Con relación al retiro de la confianza como causal de extinción del contrato de trabajo,
debe señalarse que este Tribunal en el fundamento 19 de la STC Exp. Nº 3501-2006-PA/
TC ha precisado que:
“(...) si el trabajador realizó con anterioridad labores comunes y luego es promocio-
nado, luego al retirársele la confianza depositada, retornaría a realizar las labores an-
teriores y no perder el empleo, salvo que se determine que cometió una falta grave
que implique su separación de la institución”.
6. En tal sentido corresponde determinar si la demandante, antes de que se la designara en
el cargo de confianza de Jefe de Zootecnia y Ganadería del Área de Relaciones Armonio-
sas con las Comunidades, realizaba labores ordinarias o si solo fue contratada para asu-
mir dicho cargo.
7. Como se aprecia del contrato de trabajo que corre a fojas 3, la demandante fue contra-
tada por la empresa emplazada el 1 de abril del 2002 mediante contrato de duración inde-
terminada, para desempeñar las funciones de Ingeniero Zootecnista; y en ninguna cláusula
del contrato se consigna que dicho cargo tuviese la condición de confianza. Por otra parte
la propia demandada ha sostenido en su escrito de contestación a la demanda que “(...) a
partir del año 2006, a raíz de una reestructuración organizativa fue designada Jefe de Zoo-
tecnia y Ganadería del Área de Relaciones Armoniosas con las Comunidades y designada
formalmente como trabajadora de confianza (...) desde enero de 2006 (...)”.
8. La recurrente afirma que nunca desempeñó el mencionado cargo jefatural dado que du-
rante todo el año 2006 estuvo de licencia, otorgada unilateralmente por la empresa deman-
dada, y que cuando esta culminó –el 31 de diciembre del 2006– hizo uso de sus vacacio-
nes hasta el 22 de enero del 2007, fecha en que se le cursa la carta notarial de despido.
9. Para probar su afirmación la demandada ha presentado únicamente las boletas de pago
de enero de 2006 a enero del 2007 (de fojas 44 a 50), en las que se consigna que la
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específicas el Congreso de la República delegó a favor del Poder Ejecutivo, porque uno de
los alegatos de inconstitucionalidad formal que se aduce, es que los tres decretos legislati-
vos mencionados son producto del exceso de las facultades legislativas delegadas.
4. Asimismo, debe precisarse que conforme a lo expuesto en la sentencia recaída en el Exp.
Nº 00042-2004-AI/TC, los Decretos Legislativos Nºs 1027, 1047 y 1084 serán sometidos
a los siguientes controles:
a. Control de contenido, a fin de verificar su compatibilidad con las expresas disposicio-
nes de la ley autoritativa, asumiendo que existe una presunción iuris tantum de constitu-
cionalidad de dichos decretos;
b. Control de apreciación, para examinar si los alcances o la intensidad del desarrollo
normativo del decreto legislativo no rebasan los parámetros de la dirección política –tribu-
taria– que asume el Congreso de la República en materia legislativa; y
c. Control de evidencia, para verificar si los decretos legislativos no son violatorios de la
Constitución por el fondo o por la forma, y si son compatibles o no guardan conformidad
con ella.
2. §. Delegación de facultades legislativas: Ley Nº 29157
5. El Congreso de la República actuando de conformidad con el artículo 104 de la Cons-
titución, mediante la Ley Nº 29157 delegó al Poder Ejecutivo la facultad de legislar so-
bre diversas materias para facilitar la implementación del Acuerdo de Promoción Comer-
cial Perú - Estados Unidos (en adelante, el TLC) y el apoyo a la competitividad económica
para su aprovechamiento.
Anótese que las facultades legislativas se delegaron al Poder Ejecutivo con la finalidad de
que: a) se facilite la implementación del TLC; y b) se apoye la competitividad económica
para el aprovechamiento del TLC.
6. En el artículo 2.1 de la Ley Nº 29157 se estableció como materias específicas a dele-
gar las siguientes:
a. La facilitación del comercio.
b. La mejora del marco regulatorio, fortalecimiento institucional y simplificación adminis-
trativa, y modernización del Estado.
c. La mejora de la administración de justicia en materia comercial y contencioso adminis-
trativa; para lo cual se solicitará opinión al Poder Judicial.
d. La promoción de la inversión privada.
e. El impulso a la innovación tecnológica, la mejora de la calidad y el desarrollo de
capacidades.
f. La promoción del empleo y de las micro, pequeñas y medianas empresas.
g. El fortalecimiento institucional de la gestión ambiental.
h. Mejora de la competitividad de la producción agropecuaria.
Debe precisarse que el artículo 2.2 de la Ley Nº 29157 establece expresamente que el “con-
tenido de los decretos legislativos se sujetará estrictamente a los compromisos del Acuer-
do de Promoción Comercial Perú - Estados Unidos y de su Protocolo de Enmienda, y a las
medidas necesarias para mejorar la competitividad económica para su aprovechamiento”.
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7. Pues bien, teniendo presente las materias específicas que fueron delegadas y cuáles fue-
ron las finalidades de la delegación de facultades legislativas, este Tribunal ha de iniciar el
control de constitucionalidad de los Decretos Legislativos Nºs 1027, 1047 y 1084.
3. §. Inconstitucionalidad formal del Decreto Legislativo Nº 1047
8. Mediante el Decreto Legislativo Nº 1047 se aprobó la Ley de Organización y Funciones
del Ministerio de la Producción, que conforme a su artículo 1, tiene por finalidad determi-
nar y regular el ámbito de sus competencias, sus funciones y su estructura orgánica básica.
9. A decir de los demandantes, el Decreto Legislativo Nº 1047 contraviene por la forma la
Constitución debido a que su emisión excede las facultades legislativas delegadas, porque,
a su juicio, la ley autoritativa no ha autorizado al Poder Ejecutivo a expedir norma alguna
que establezca la organización y funciones de algún Ministerio, y porque, conforme a la
Primera Disposición Transitoria de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo Nº 29158, las le-
yes de organización y funciones de los Ministerios son tramitadas y aprobadas median-
te leyes ordinarias ante el Congreso de la República y no mediante decretos legislativos.
10. En cuanto al exceso de las facultades legislativas delegadas, este Tribunal considera
que dicho exceso no se ha producido con la emisión del Decreto Legislativo Nº 1047, de-
bido a que la regulación contenida en este es compatible con las materias específicas que
fueron delegadas mediante la Ley Nº 29158, toda vez que entre ellas se encuentran el for-
talecimiento institucional y la modernización del Estado (artículo 2.1, inciso b).
Teniendo presente las materias delegadas aludidas, este Tribunal estima que una de las for-
mas que el Poder Ejecutivo podía haber adoptado para modernizar y fortalecer institucio-
nalmente el Estado era, justamente, la emisión de decretos legislativos que tengan por ob-
jeto regular la organización y funcionamiento de los Ministerios, como ha sucedido con el
Decreto Legislativo Nº 1047, que aprobó la Ley de Organización y Funciones del Minis-
terio de la Producción.
11. Además, debe tenerse presente que las medidas legislativas adoptadas por el Poder Eje-
cutivo a fin de modernizar y fortalecer institucionalmente el Estado para que sean compati-
bles con la Ley Nº 29158, debían tener como objetivo que: a) se facilite la implementación
del TLC; y b) se apoye la competitividad económica para el aprovechamiento del TLC.
En este contexto, resulta válido concluir que la regulación contenida en la Ley de Organi-
zación y Funciones del Ministerio de la Producción aprobada por el Decreto Legislativo
Nº 1047, tiene por finalidad facilitar la implementación del TLC y apoyar la competitivi-
dad económica para su aprovechamiento.
Por estas razones, este Tribunal estima que el Decreto Legislativo Nº 1047 es conforme
con la Constitución, en la medida que regula una materia que fue objeto de delegación me-
diante la Ley Nº 29158.
12. Con relación a la inconstitucionalidad formal que se plantea contra el Decreto Le-
gislativo Nº 1047, porque habría contravenido la Primera Disposición Transitoria de la
Ley Orgánica del Poder Ejecutivo Nº 29158, debe tenerse presente que su texto señala lo
siguiente:
“Con arreglo a la presente Ley el Poder Ejecutivo, a partir de la vigencia de la pre-
sente ley, en un plazo de 4 meses, remitirá al Congreso de la República las propuestas
de Leyes de organización y funciones de los Ministerios que tienen a su cargo única-
mente competencias exclusivas, y en el plazo de 6 meses las correspondientes a los
Ministerios que tienen a su cargo competencias exclusivas y compartidas”.
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13. Al respecto debe tenerse en cuenta que en la sentencia recaída en el Exp. Nº 00022-
2004-AI/TC, este Tribunal señaló que la regulación particular de los órganos que compren-
den al Poder Ejecutivo, como por ejemplo los Ministerios, será a través de leyes de orga-
nización y funciones, que tienen el carácter de leyes ordinarias, de acuerdo al artículo 121
de la Constitución.
14. Teniendo presente ello, este Tribunal considera que de la interpretación literal del ar-
tículo 121 de la Constitución y de la Primera Disposición Transitoria de la Ley Orgánica
del Poder Ejecutivo Nº 29158, no puede concluirse que tales dispositivos determinen que
la organización y funciones de los Ministerios sea una materia exclusivamente reservada a
la ley ordinaria, como lo plantean los demandantes.
Por dicha razón, también debe considerarse que el Decreto Legislativo Nº 1047 es confor-
me con la Constitución, por cuanto no ha regulado una materia reservada a ley ordinaria.
4. §. Inconstitucionalidad formal de los Decretos Legislativos Nºs 1027 y 1084
15. Como se ha expuesto con más detalle en los antecedentes, los demandantes consideran
que los Decretos Legislativos Nºs 1027 y 1084 son formalmente inconstitucionales porque
contravienen el artículo 66 de la Constitución, pues a su juicio, la materia regulada en ellos
se encuentra reservada a ley orgánica.
16. Teniendo presente el alegato de inconstitucionalidad referido, debe señalarse que, en
efecto, el artículo 66 de la Constitución reserva a la ley orgánica la fijación de las condi-
ciones de utilización y otorgamiento a particulares de los recursos naturales, renovables o
no renovables.
Asimismo, debe recordarse que en la sentencia recaída en el Exp. Nº 00048-2004-AI/TC
este Tribunal precisó que la determinación de las materias sujetas a reserva de ley orgáni-
ca conforme al artículo 66 de la Constitución, se ha efectuado en la Ley Orgánica para el
Aprovechamiento Sostenible de los Recursos Naturales Nº 26821.
Por dicha razón, en la sentencia de inconstitucionalidad referida se concluyó que los de-
rechos para el aprovechamiento de los recursos naturales se otorgan a los particulares me-
diante las modalidades que establecen las leyes especiales para cada recurso natural, se-
gún lo determina el artículo 19 de la Ley Orgánica para el Aprovechamiento Sostenible de
los Recursos Naturales N° 26281. Ello debido a que leyes orgánicas tienen naturaleza ex-
cepcional y su contenido es eminentemente restringido.
17. Partiendo de tales premisas, puede concluirse que los Decretos Legislativos Nºs 1027
y 1084 no contravienen el artículo 66 de la Constitución, pues la reserva de ley orgánica
que prevé dicho artículo se encuentra contenida y materializada en la Ley Orgánica para el
Aprovechamiento Sostenible de los Recursos Naturales Nº 26821.
18. De otra parte, los demandantes señalan que los Decreto Legislativos Nºs 1027 y 1084
son también formalmente inconstitucionales porque la regulación contenida en ellos exce-
de las materias específicas delegadas al Poder Ejecutivo mediante la Ley Nº 29157.
19. En lo que respecta al Decreto Legislativo Nº 1027, que modificó los artículos 9 y 44 de
la Ley General de Pesca, este Tribunal considera que la materia regulada en ellos es com-
patible con las materias que fueron objeto de delegación mediante la Ley Nº 29157, es-
pecíficamente en lo que respecta al mejoramiento del marco regulatorio (artículo 2.1, in-
ciso b).
Ello en razón a que la modificación de los artículos 9 y 44 de la Ley General de Pes-
ca, efectuada por el Decreto Legislativo Nº 1027, tiene por finalidad mejorar el marco
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regulatorio del sector pesquero. Por dicha razón, este Tribunal estima que el Decreto Le-
gislativo Nº 1027 es constitucional.
20. Con relación al Decreto Legislativo Nº 1084, que aprobó la Ley sobre límites máxi-
mos de captura por embarcación, debe señalarse que la regulación contenida en él también
es compatible con una de las materias específicas que fueron delegadas por el inciso b) del
artículo 2.1 de la Ley Nº 29157, como es la mejora del marco regulatorio del sector pes-
quero en lo que respecta a los recursos de anchoveta y anchoveta blanca.
21. Por dicha razón, este Tribunal concluye que el Decreto Legislativo Nº 1084 no contra-
viene por la forma la Constitución. Asimismo, debe subrayarse que el Decreto Legislativo
Nº 1084 es formalmente constitucional debido a que ha sido dictado de conformidad con
el artículo 2.2 de la Ley Nº 29157, cuyo texto señala:
“El contenido de los decretos legislativos se sujetará estrictamente a los compro-
misos del Acuerdo de Promoción Comercial Perú - Estados Unidos y de su Pro-
tocolo de Enmienda, y a las medidas necesarias para mejorar la competitividad eco-
nómica para su aprovechamiento, sin perjuicio de la observación de las disposiciones
constitucionales y legales que, sobre delegación de facultades legislativas, se citan en
el artículo 1” (el resaltado es nuestro).
22. Para concluir que el Decreto Legislativo Nº 1084 ha sido dictado de conformi-
dad con el artículo 2.2 de la Ley Nº 29157, este Tribunal ha tenido en cuenta que en
el artículo 18.1 del TLC se acordó que cada Parte (Perú y Estados Unidos) procura-
rían asegurar que sus leyes y políticas proporcionen y estimulen altos niveles de pro-
tección ambiental y se esfuercen por seguir mejorando sus respectivos niveles de pro-
tección ambiental. Y que en el párrafo 2 de su artículo 18.2 se precisó que las Partes
reconocen que es inapropiado promover el comercio o la inversión mediante el debili-
tamiento o reducción de las protecciones contempladas en sus respectivas legislacio-
nes ambientales.
23. En este contexto, resulta oportuno destacar que en los considerandos décimo tercero
a vigésimo del Decreto Legislativo Nº 1084 se expone que los motivos para emitir la re-
gulación contenida en él son, además del mejoramiento de la regulación del sector pes-
quero en lo que respecta a los recursos de anchoveta y anchoveta blanca, el mejor ma-
nejo ambiental de la actividad pesquera y el apoyo a la competitividad económica para
el aprovechamiento del TLC.
Por dichas razones, este Tribunal considera que el Decreto Legislativo Nº 1084 es confor-
me con las materias específicas delegadas mediante la Ley Nº 29157, de modo que no con-
traviene, por la forma, la Constitución.
5. §. Exp. N° 00026-2008-PI/TC: Inconstitucionalidad material de los Decretos Legis-
lativos Nºs 1027 y 1084
24. El Colegio considera que los Decretos Legislativos Nºs 1027 y 1084 también son in-
constitucionales porque contravienen el derecho a la libertad de trabajo. A decir, del Co-
legio los decretos legislativos mencionados contravendrían por el fondo la Constitución,
porque son formalmente inconstitucionales.
25. Teniendo presente dicho alegato, este Tribunal considera que este extremo de la de-
manda resulta desestimable en la medida que se ha concluido que los Decretos Legis-
lativos Nºs 1027 y 1084 son constitucionales, es decir, que no infringen por la forma la
Constitución.
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Por estas razones, este Tribunal considera que los límites máximos de captura regulados en
el Capítulo I del Decreto Legislativo Nº 1084 no infringen la libre competencia reconoci-
da en el artículo 61 de la Constitución.
6.2. §. Cuotas individuales de pesca y libertad de empresa
33. Los demandantes aducen que el establecimiento de cuotas individuales de pesca pre-
visto en el Decreto Legislativo Nº 1084 también contraviene el derecho a la libertad de
empresa en su dimensión de libertad de competencia reconocida en el artículo 59 de la
Constitución, por cuanto suprime la facultad de efectuar el desarrollo de una unidad de
producción de bienes, toda vez que impide desarrollar libremente la actividad de pesca de
la anchoveta.
34. A fin de resolver el alegato planteado, resulta oportuno recordar que este Tribunal, en
la sentencia recaída en el EXP. N° 03330-2004-AA/TC, ha precisado que el contenido del
derecho a la libertad de empresa está compuesto por cuatro tipos de libertades, entre las
que se encuentra la libertad de competencia.
La libertad de competencia se presenta cuando un conjunto de agentes económicos (perso-
nas naturales o jurídicas), en igualdad de condiciones, ponen sus recursos en el acceso o
mantenimiento a un determinado mercado de bienes y servicios, es decir, que supone la
ausencia de obstáculos entre una pluralidad de agentes económicos en el ejercicio de una
actividad económica lícita.
35. Así las cosas, este Tribunal considera que la cuota individual de pesca prevista en el
Decreto Legislativo Nº 1084 no infringe el derecho a la libertad de empresa en su dimen-
sión de libertad de competencia, pues, en principio, dicha regulación no es sustitutiva del
mercado de la industria pesquera, sino complementaria y tuitiva de él, ya que tiene por fi-
nalidad que la captura y la extracción del recurso de anchoveta y anchoveta blanca se rea-
lice en forma eficiente, sin dañar el medio ambiente ni depredar dicho recurso natural.
36. En este sentido, resulta oportuno recordar que el Estado, al regular la actividad econó-
mica, cuenta con facultades para establecer límites o restricciones a fin de proteger la sa-
lubridad, la seguridad, el medio ambiente, el patrimonio cultural de la Nación, o por razo-
nes de interés general o bien común.
En este contexto se enmarcan los límites máximos de captura por embarcación estableci-
dos por el Decreto Legislativo Nº 1084, toda vez que tienen por finalidad tutelar el medio
ambiente de la industria pesquera, así como mejorar las prácticas de protección de este.
37. Por estas razones, este Tribunal considera que las cuotas individuales de pesca intro-
ducidas por el Decreto Legislativo Nº 1084 son conformes con la Constitución, por cuan-
to el derecho a la libertad de empresa es un derecho que se encuentra limitado, entre otras
cosas, por la promoción y protección el medio ambiente, razón por la cual no resulta ra-
zonable que los agentes económicos que se dediquen al mercado de la industria pesque-
ra tengan la posibilidad de capturar y extraer sin limitación alguna el recurso de anchove-
ta y anchoveta blanca, pues ello podría generar la depredación de dicho recurso natural y
la afectación del ecosistema.
6.3. §. Límite máximo de captura por embarcación y derecho a no ser discriminado
38. Los demandantes consideran que la fórmula empleada por el Decreto Legislativo
Nº 1084 para determinar el límite máximo de captura por embarcación y la cuota indivi-
dual de pesca contraviene el derecho a no ser discriminado, reconocido en el inciso 2) del
artículo 2 de la Constitución.
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que las leyes, gozan de las características de generalidad y abstracción, por lo que no se
advierte que la pauta genérica que la norma establece incurra en discriminaciones taxati-
vas o supuestas.
43. Con relación a que las medianas y pequeñas empresas con flotas de acero y madera es-
tarían siendo discriminadas por la fórmula de cálculo del porcentaje máximo de captura,
debe señalarse que dicho alegato carece de asidero, pues si bien la capacidad de bodega de
la embarcación es un factor para calcular el límite máximo de captura por embarcación, di-
cho dato fáctico no es determinante ni concluyente para establecer que dichas embarcacio-
nes están siendo tratadas de una manera desigual, pues, como se ha señalado, la fórmula
de cálculo de los límites de captura es de aplicación general para todas las embarcaciones.
En conclusión, como la fórmula de cálculo del porcentaje máximo de captura no otorga
realmente un trato diferente a personas colocadas en la misma situación de hecho, este Tri-
bunal considera que el artículo 5 del Decreto Legislativo Nº 1084 es conforme al princi-
pio-derecho de igualdad.
6.4. §. Programas de Incentivos a la Reconversión Laboral y Promoción de Mypes
44. Los demandantes alegan que los Programas de Incentivos a la Reconversión Laboral y
Promoción de Mypes previstos en los artículos 11 a 26 del Decreto Legislativo Nº 1084
vulneran diversos derechos fundamentales de los trabajadores y de los armadores.
§. Derecho a la libertad de trabajo
45. Sostienen los demandantes que los Programas de Beneficios regulados por el Decre-
to Legislativo Nº 1084 contravienen los derechos a la libertad de trabajo y al trabajo, por
cuanto, para acogerse a ellos, el trabajador debe haber abandonado la actividad pesquera,
ya sea mediante una renuncia voluntaria o a través de la jubilación adelantada, lo cual, a su
entender, constituye una inducción al cese indirecto que promueve el desempleo.
46. Al respecto, debe precisarse que la disposición impugnada con el alegato referido es el
inciso d) del artículo 15.2 del Decreto Legislativo Nº 1084, cuyo texto señala lo siguiente:
“(...)
2. Para tener acceso a los Programas de Beneficios a que se refiere la presente Ley se
requiere cumplir con las siguientes condiciones:
(...)
d) Haber renunciado voluntariamente a su trabajo durante los dos (2) primeros años
calendarios siguientes a la finalización de la campaña de difusión para una decisión
informada a que se refiere el artículo 17 de la presente Ley o haberse acogido a la Ju-
bilación Adelantada establecida en el artículo 18”.
47. Para resolver la infracción alegada debe comenzarse recordando que la libertad de tra-
bajo constituye un derecho constitucional reconocido por el artículo 2, inciso 15) dela
Constitución, cuyo contenido o ámbito de protección comprende el derecho de todo traba-
jador a seguir su vocación y a dedicarse a la actividad que mejor responda a sus expectati-
vas, a la libre elección del trabajo, a la libertad para aceptar, o no, un trabajo, y a la liber-
tad para cambiar o renunciar de empleo.
En buena cuenta, el derecho a la libertad de trabajo posee una doble dimensión. Una posi-
tiva, que garantiza a las personas la libertad de escoger la actividad a la cual desea dedicar-
se y con la cual pretende garantizar su sustento; y otra negativa, que consiste en la garantía
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Joel Rosas Alcántara
de no ser obligado a ejercer una profesión o un oficio específicos, así como la posibilidad
de retirarse de una actividad o de cambiar la forma en que se realiza.
48. Sobre la base de ello, debe precisarse que los programas de incentivos previstos en el
Decreto Legislativo Nº 1084, por sí solos, no son susceptibles de conculcar algún dere-
cho fundamental, por cuanto el acceso a los beneficios de los programas de incentivos es
voluntario y no obligatorio o coaccionado, es decir, quien quiere puede acogerse a ellos y
quien no quiere no está obligado a hacerlo.
En efecto, la decisión del trabajador es libre y ha de provenir de un examen de las venta-
jas y desventajas implícitas en la aceptación de los beneficios ofrecidos por los programas
de incentivos, razón por la cual no puede considerarse que el plazo de dos años afecte el
derecho a la libertad de trabajo, pues durante dicho periodo de tiempo el trabajador eva-
luará las ventajas y desventajas que ofrecen los beneficios de los programas de incentivos
para tomar una decisión.
49. Por lo tanto, este Tribunal considera que el inciso d) del artículo 15.2 del Decreto
Legislativo Nº 1084 es conforme con el inciso 15) del el artículo 2 de la Constitución,
pues el trabajador mantiene la libertad de adoptar la decisión de continuar trabajando o de
renunciar.
§. Derecho a la libertad de contratar
50. De otra parte, refieren que el inciso 3) del artículo 15 del Decreto Legislativo Nº 1084
vulnera el derecho a la libertad de contratar, pues prohíbe, por el plazo de cinco años, la
contratación de aquellos tripulantes que cancelaron su libreta de embarco por haberse aco-
gido al Programa de Reconversión Laboral. Asimismo, enfatizan que la imposibilidad de
contratar por cinco años limita irrazonablemente el derecho a la libertad de contratar.
51. Al respecto, debe tenerse presente el tenor literal del inciso 3) del artículo 15 del De-
creto Legislativo Nº 1084, que señala lo siguiente:
“3. El tripulante que se acoge a los beneficios debe acreditar la cancelación de su li-
breta de embarco. La autoridad Marítima no podrá otorgar una nueva libreta de em-
barco a favor de dicho tripulante para actividades pesqueras en embarcaciones que
tengan permisos para realizar actividades extractivas de los recursos de anchoveta y
anchoveta blanca (engraulis ringens y anchoa nasus) durante un plazo de cinco (5)
años computados desde la fecha de la cancelación”.
52. Sobre el derecho a la libre contratación reconocido en los artículos 2, inciso 14), y 62
de la Constitución, este Tribunal ha destacado que este derecho tiene su fundamento en el
principio de autonomía de la voluntad, el que, a su vez, tiene un doble contenido:
a. Libertad de contratar, también llamada libertad de conclusión, que es la facultad de de-
cidir cómo, cuándo y con quién se contrata; y
b. Libertad contractual, también conocida como libertad de configuración interna, que
es la facultad para decidir, de común acuerdo, el contenido del contrato.
53. Después de analizar el tenor literal de la disposición impugnada y el contenido del de-
recho a la libertad de contratar, este Tribunal estima que la prohibición de otorgamiento
de una nueva libreta de embarco durante el plazo de cinco años para los trabajadores que
deciden acogerse a los beneficios de los programas de incentivos establecidos por el De-
creto Legislativo Nº 1084, no constituye una medida irrazonable que restrinja el derecho
a libertad de contratar, pues dicha prohibición es de naturaleza temporal y no permanente.
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Asimismo, este Tribunal considera que la prohibición contenida en el inciso 3) del artículo
15 del Decreto Legislativo Nº 1084 es una medida razonable que no restringe el derecho a
la libertad de contratar, por cuanto el trabajador que decide acogerse libremente a los be-
neficios de los programas de incentivos no solo puede asumir lasventajas que estos le ofre-
cen, sino también las desventajas implícitas en la aceptación del beneficio elegido.
Por dichas razones, este Tribunal concluye que el inciso 3) del artículo 15 del Decreto Le-
gislativo Nº 1084 es conforme con el derecho a la libertad de contratar reconocido en los
artículos 2, inciso 14), y 62 de la Constitución.
§. Responsabilidades del Estado frente al trabajo
54. En su demanda, los demandantes aducen que los programas de incentivos vulneran el
deber estatal de brindar atención prioritaria al trabajo en sus diversas modalidades y de fo-
mentar el empleo productivo, por cuanto, a su juicio, el Decreto Legislativo Nº 1084 tiene
como propósito la reducción del empleo en el mercado de la pesca de anchoveta.
55. Sobre los deberes del Estado con relación al trabajo, resulta pertinente recordar que
este Tribunal, en la sentencia recaída en el Exp. Nº 00008-2005-PI/TC, señaló que de con-
formidad con lo que dispone el artículo 23 de la Constitución, el Estado asume las siguien-
tes responsabilidades con relación al trabajo:
- Promover condiciones para el progreso social y económico. Para tal efecto, tiene la obli-
gación de establecer políticas de fomento del empleo productivo y de educación para el
trabajo.
- Asegurar que ninguna relación laboral limite el ejercicio de los derechos constituciona-
les ni desconozca o rebaje la dignidad del trabajador.
- Asegurar que a ningún trabajador se le obligue a prestar servicios sin retribución compen-
satoria o sin su libre consentimiento.
- Proteger especialmente la actividad laboral de la madre, el menor de edad y el impedido.
56. Como complemento de ello, puede afirmarse que el deber estatal de brindar atención
prioritaria al trabajo en sus diversas modalidades no incluye la obligación de que el Estado
provea efectivamente de fuentes de trabajo a todas las personas, como tampoco la obliga-
ción de mantener a los trabajadores en determinados cargos o puestos de trabajo por tiem-
po indefinido. Por el contrario, el deber estatal sí conlleva la prohibición de que el Estado
establezca restricciones arbitrarias e irrazonables para obtener un medio de sustento.
57. En este contexto, este Tribunal considera que los beneficios de los programas de incen-
tivos establecidos mediante el Decreto Legislativo Nº 1084 no infringen los deberes es-
tatales de brindar atención prioritaria al trabajo en sus diversas modalidades y de fomen-
tar el empleo productivo; y, por el contrario, ellos mismos tienen por finalidad fomentar
el trabajo.
Así se tiene que el Programa de Incentivos a la Reconversión Laboral regulado por el ar-
tículo 18.1 del Decreto Legislativo Nº 1084 tiene como objetivo favorecer la reinserción
de los trabajadores hacia otras actividades dependientes, razón por la cual incluye, entre
otros beneficios, el de la capacitación en carreras técnicas para facilitar la reinserción en
otros sectores productivos.
En sentido similar, el Programa de Desarrollo y Promoción de Mypes regulado por el
artículo 18.2 del Decreto Legislativo Nº 1084 tiene como objetivo favorecer el inicio
de micro y pequeñas empresas, razón por la que incluye, entre otros beneficios, el de la
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Joel Rosas Alcántara
capacitación en carreras técnicas vinculadas a la gestión de negocios que les permita ini-
ciar o desarrollar una micro o pequeña empresa.
58. Teniendo presente ello, este Tribunal considera que los programas de incentivos pre-
vistos en el Decreto Legislativo Nº 1084 es conforme con el artículo 23 de la Constitución,
pues busca proteger a los trabajadores que deseen acogerse a los beneficios de los progra-
mas de incentivos.
§. Protección contra el despido arbitrario
59. De otra parte, los demandantes refieren que el establecimiento del pago de bonifica-
ciones como incentivo para que los trabajadores renuncien voluntariamente es contrario
al sistema de responsabilidades sobre despido arbitrario reconocido en el artículo 27 de la
Constitución.
Asimismo, expresan que el pago de bonificaciones como incentivo constituye un trata-
miento discriminatorio entre los trabajadores que se acogen a los programas de incentivos
y los trabajadores que no se acojan a dichos programas, pues a los primeros se les va a pa-
gar una indemnización que puede ascender hasta 18 remuneraciones, mientras que a los se-
gundos se les va a abonar una indemnización que no puede exceder de 12 remuneraciones.
60. Sobre la protección adecuada contra el despido arbitrario regulada por el artículo 27
de la Constitución, este Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. Nº 00976-2001-AA/TC
determinó que es compatible con los principios y valores constitucionales que el legisla-
dor puede optar para desarrollar el contenido del derecho regulado por el artículo 27 de
la Constitución, de modo tal que, ante el supuesto de despido arbitrario contra un trabaja-
dor, la ley prevé una compensación económica o una indemnización por el accionar arbi-
trario del empleador.
Es más, en dicha sentencia se precisó que “(...) el artículo 34 del Decreto Legislativo
N° 728, en concordancia con lo establecido en el inciso d) del artículo 7 del Protocolo de
San Salvador –vigente en el Perú desde el 7 de mayo de 1995–, ha previsto la indemniza-
ción como uno de los modos mediante los cuales el trabajador despedido arbitrariamente
puede ser protegido adecuadamente y, por ello, no es inconstitucional”.
61. En este orden de ideas, este Tribunal considera que si el régimen resarcitorio en caso
de despido arbitrario es constitucional, también lo es la bonificación por renuncia volunta-
ria prevista en el artículo 19 del Decreto Legislativo Nº 1084, pues no tiene por finalidad
coaccionar a los trabajadores para que renuncien, toda vez que dicha decisión es tomada
libremente por el trabajador.
62. De otra parte, este Tribunal estima que la bonificación por renuncia voluntaria previs-
ta en el artículo 19 del Decreto Legislativo Nº 1084 no puede contravenir el principio de
igualdad, en la medida de que no existe un tertium comparationis válido, ya que un traba-
jador que decide acogerse a los beneficios de los programas de incentivos establecidos por
el Decreto Legislativo Nº 1084 no se encuentra en la misma situación que un trabajador
despedido de manera arbitraria.
63. Por estas razones este Tribunal considera que el artículo 19 del Decreto Legislativo
Nº 1084 es conforme con la Constitución.
§. Derecho a la no discriminación
64. Finalmente, los demandantes señalan que resulta totalmente arbitrario que el Decreto
Legislativo Nº 1084 haya previsto que el financiamiento de los beneficios voluntarios sea
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
asumido con los aportes de los armadores titulares, porque la decisión de acogerse a los
beneficios voluntarios viene impuesta por la ley.
65. Al respecto, este Tribunal considera que resulta constitucional que los armadores titu-
lares financien los beneficios voluntarios de los programas de incentivos, por cuanto son
ellos los que van a determinar la reducción de su flota pesquera conforme lo disponen los
artículos 15.2 y 45 del Decreto Legislativo Nº 1084 y como consecuencia de ello, se va a
poner en funcionamiento los programas de incentivos.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de inconstitucionalidad presentada.
Publíquese y notifíquese.
SS. VERGARA GOTELLI; MESÍA RAMÍREZ; BEAUMONT CALLIRGOS; CALLE
HAYEN; ÁLVAREZ MIRANDA
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EXP. Nº 04066-2008-PA/TC
LAMBAYEQUE
PEDRO TEOBALDO
QUIROZ JUÁREZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 4 días del mes de junio de 2009, la Sala Segunda del Tribunal Constitucio-
nal, integrada por los Magistrados Vergara Gotelli, Landa Arroyo y Álvarez Miranda, pro-
nuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Pedro Teobaldo Quiroz Juárez
contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Superior de
Justicia de Lambayeque, de fojas 351, su fecha 8 de julio de 2008, que declaró improce-
dente la demanda de amparo de autos. (…).
5 Delimitación del petitorio
(…) 2. En el presente caso el recurrente pretende que se le reincorpore en su puesto de tra-
bajo como agente de seguridad de la Universidad Particular de Chiclayo, pues considera
que se ha vulnerado su derecho constitucional al trabajo. fi Análisis de la controversia. (…)
5. En consecuencia, en el presente caso se ha demostrado que las labores que realizaba el
recurrente eran de carácter permanente y propio de la entidad demandada, por lo que se
encubrió una relación de carácter laboral con una de naturaleza civil. Por ello es que un
contrato civil suscrito sobre la base de estos supuestos, en aplicación del citado principio
laboral se debe considerar como un contrato de trabajo de duración indeterminada, en con-
secuencia, cualquier decisión del empleador de dar por concluida la relación laboral, solo
podría sustentarse en una causa justa establecida por la ley y debidamente comprobada, de
lo contrario se configuraría un despido arbitrario, como ha sucedido en el caso de autos.
Finalmente este Colegiado considera que la ruptura del vinculo laboral sustentada en una
utilización fraudulenta de una modalidad de contratación como la antes descrita, configura
un despido arbitrario, por lo que teniendo en cuenta la finalidad restitutoria del proceso
de amparo constitucional procede la reincorporación del demandante en el puesto de tra-
bajo que venía desempañando a la fecha en que se produjo la violación de sus derechos
fundamentales.
En la medida en que en este caso se ha acreditado que la emplazada vulneró el derecho
constitucional al trabajo del demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56
del Código Procesal Constitucional, que asuma los costos procesales, los cuales deberán
ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia. Por estas consideracio-
nes, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución Política
del Perú. 2. Publíquese y notifíquese.
HA RESUELTO
Declarar FUNDADA la demanda de amparo. Ordenar al Poder Judicial reponga a don
Pedro Teobaldo Quiroz Juárez en el puesto que ocupaba antes de su cese o en uno de
igual categoría; y asimismo se le abone los costos del proceso en la etapa de ejecución de
sentencia.
SS. VERGARA GOTELLI; LANDA ARROYO; ÁLVAREZ MIRANDA
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLENO JURISDICCIONAL
Exp. Nº 00008-2008-PI/TC
SENTENCIA
DEL PLENO DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Ángel Agustín Salazar Piscoya y Sandrita Najar Kokally, en representación de 10,388
ciudadanos (demandante) c. Congreso de la República (demandado)
Resolución del 22 de abril de 2009
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por don Ángel Agustín Salazar Piscoya y
doña Sandrita Najar Kokally, en representación de 10 388 ciudadanos, contra los artículos
3, 11 inciso d), 12, 17, 29 segundo párrafo, 40, 41, 51, 53, 54, 63, 65 inciso c), así como
la Sexta y la Décimo Tercera Disposición Complementaria, Transitoria y Final de la Ley
Nº 29062, Ley que modifica la Ley del Profesorado en lo referido a la Carrera Pública
Magisterial.
Magistrados presentes:
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
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15. Se trata, en resumidas cuentas, del derecho que tienen los trabajadores para suspen-
der sus labores como un mecanismo destinado a obtener algún tipo de mejora en ellas, y
que se ejerce cuando se ha agotado previamente la negociación directa con el empleador.
16. En efecto, mediante el ejercicio del derecho a la huelga los trabajadores se encuentran
facultados para desligarse de manera temporal de sus obligaciones jurídico-contractuales,
a efectos de lograr la obtención de algún tipo de mejora por parte de sus empleadores, en
relación a ciertas condiciones socioeconómicas o laborales. La huelga no tiene una finali-
dad en sí misma, sino que es un medio para la realización de determinados fines ligados a
las expectativas e intereses de los trabajadores.
17. Sin embargo, el derecho de huelga, como todos los derechos, no puede ser considera-
do como un derecho absoluto, sino que puede ser limitado por la legislación vigente, ra-
zón por la cual resulta admisible que mediante una ley el Estado module su ejercicio, dado
que “la huelga no es un derecho absoluto, sino regulable. Por ende, debe efectivizarse en
armonía con los demás derechos”.
18. En ese sentido, el derecho de huelga supone que su ejercicio es condicionado, en tan-
to no debe colisionar con los intereses de la colectividad que pudiesen verse afectados ante
un eventual abuso de su ejercicio, lo que en buena cuenta significa que el derecho de huel-
ga debe ejercerse en armonía con el interés público y con los demás derechos.
19. Así, en el presente caso, y a criterio del demandante, se configuraría una colisión en-
tre el derecho de huelga de los trabajadores, supuestamente vulnerado por la ley cuestio-
nada, y el derecho a la educación básica de millones de escolares, entre niños y adolescen-
tes, que verían paralizados sus estudios por periodos indeterminados en caso de realizarse
una de las innumerables huelgas de profesores a nivel nacional.
2.2. La educación como derecho fundamental y como servicio público
20. El derecho a la educación se encuentra garantizado por diversos artículos de nuestra
Carta Magna. Las principales manifestaciones del derecho a la educación que emanan del
propio texto constitucional son las siguientes: a) el acceder a una educación; b) la perma-
nencia y el respeto a la dignidad del escolar; y, c) la calidad de la educación.
21. Sobre el particular y, como también ya ha sido establecido por este Tribunal,
“(…) en un Estado Social y Democrático de Derecho el derecho a la educación ad-
quiere un carácter significativo. Así, del texto constitucional se desprende una preo-
cupación sobre la calidad de la educación, la cual se manifiesta en la obligación
que tiene el Estado de supervisarla (segundo párrafo del artículo 16 de la Consti-
tución). “También se pone de manifiesto al guardar un especial cuidado respecto al
magisterio, a quienes la sociedad y el Estado evalúan y, a su vez, le brindan ca-
pacitación, profesionalización y promoción permanente (Art. 15, primer párrafo,
de la Constitución). Asimismo, se incide firmemente en la obligación de brindar una
educación ‘ética y cívica’, siendo imperativa la enseñanza de la Constitución y los
derechos fundamentales (art. 14, tercer párrafo)” (el resaltado es nuestro).
22. Pero además, la educación posee un carácter binario, pues no solo constituye un dere-
cho fundamental, sino también un servicio público. Así lo ha señalado este Tribunal al
establecer que,
“la educación se configura también como un servicio público, en la medida que se
trata de una prestación pública que explicita una de las funciones-fines del Estado, de
ejecución per se o por terceros bajo fiscalización estatal. Por ende, el Estado tiene la
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28. Por otro lado, también a nivel legislativo se establecen límites al ejercicio del derecho
de huelga, por razón de la naturaleza del servicio. Así, el Texto Único Ordenado de la
Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, Decreto Supremo Nº 010-2003-TR, prevé que
Artículo 82.- Cuando la huelga afecte los servicios públicos esenciales o se requiera
garantizar el cumplimiento de actividades indispensables, los trabajadores en conflic-
to deben garantizar la permanencia del personal necesario para impedir su inte-
rrupción total y asegurar la continuidad de los servicios y actividades que así lo
exijan (el resaltado es nuestro).
En la determinación legal de los servicios públicos esenciales, la misma norma determina
un listado (artículo 83), a saber: a) Los sanitarios y de salubridad; b) Los de limpieza y sa-
neamiento; c) Los de electricidad, agua y desagüe, gas y combustible; d) Los de sepelio,
y los de inhumaciones y necropsias; e) Los de establecimientos penales; f) Los de comu-
nicaciones y telecomunicaciones; g) Los de transporte; h) Los de naturaleza estratégica o
que se vinculen con la defensa o seguridad nacional; i) Los de administración de justicia
por declaración de la Corte Suprema de Justicia de la República; y, j) Otros que sean de-
terminados por Ley (…).
(…) 30. De allí que, en lo que respecta al derecho de huelga debemos considerar que el
Perú ha ratificado el Convenio sobre la Libertad Sindical y la Protección del Derecho
de Sindicación de 1948 (Convenio OIT Nº 87) y el Convenio sobre el Derecho de Sin-
dicación y de Negociación Colectiva de 1949 (Convenio OIT Nº 98), los cuales forman
parte del derecho nacional (artículo 55 de la Constitución), y constituyen cláusulas her-
menéuticas conforme a los cuales deben ser interpretados los derechos y libertades que la
Constitución reconoce (Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución).
31. En consecuencia, a partir de la interpretación dada a lo dispuesto en los referidos con-
venios por el Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT, la
misma que reviste el carácter de soft law para el derecho interno; en materia de la rela-
ción entre el derecho de huelga y los servicios públicos esenciales, se ha configurado que:
“el establecimiento de servicios mínimos en el caso de huelga solo debería poder ser
posible en: 1) aquellos servicios cuya interrupción pueda poner en peligro la vida, la
seguridad o la salud de la persona en toda o parte de la población (servicios esenciales
en el sentido estricto del término); 2) en aquellos servicios no esenciales en el senti-
do estricto del término en los que huelgas de una cierta extensión y duración podrían
provocar una situación de crisis nacional aguda tal que las condiciones normales de
existencia de la población podrían estar en peligro, y 3) en servicios públicos de im-
portancia trascendentales”.
2.5. El ejercicio del derecho de huelga y la Carrera Pública Magisterial
32. Estos límites propios al derecho de huelga, en el caso de los profesores a servicio del
Estado (artículo 1 de la Ley Nº 29062), requiere especial referencia a las posibles situa-
ciones de colisión que podrían presentarse respecto al derecho a la educación, cuya pro-
tección ha buscado tutelar el legislador. Con estos elementos, se esboza una interpretación
acorde con la protección debida al derecho fundamental a la huelga, como una realidad no
contradictoria y coherente con los otros bienes constitucionales consagrados en la Consti-
tución, y para una plena realización de la persona humana y su dignidad (artículo 1 de la
Constitución).
33. Al respecto, podríamos derivar como límites específicos al derecho de huelga para los
profesores que integran la Carrera Pública Magisterial, los siguientes:
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acceso a la carrera pública magisterial, hasta que se dicte sentencia en el proceso penal en
el que se encuentre incurso el postulante.
55. En consecuencia, a juicio del Tribunal Constitucional, el cuestionado requisito de no
permitir el acceso a la carrera pública magisterial a aquellos docentes que se encuentren
incursos en un proceso penal por delito doloso no vulnera el derecho fundamental a la pre-
sunción de inocencia, razón por la que la demanda también debe ser desestimada en este
extremo.
(...)
8.1. El principio de irrenunciabilidad de derechos laborales
94. El principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales se encuentra consagrado
en el inciso 2) del artículo 26 de la Carta Magna, que dispone que “En la relación labo-
ral se respetan los siguientes principios: (…) 2. Carácter irrenunciable de los derechos re-
conocidos por la Constitución y la ley”. Así, supone la imposibilidad de que los trabaja-
dores renuncien por propia decisión a los derechos laborales que la Constitución y la ley
les reconocen.
95. Este principio “se fundamenta en el carácter protector del Derecho Laboral en la me-
dida que presume la nulidad de todo acto del trabajador que disponga de un derecho reco-
nocido en una norma imperativa”. Del mismo modo, el principio de irrenunciabilidad de
derechos es justamente el que prohíbe que los actos de disposición del trabajador, como ti-
tular de un derecho, recaigan sobre normas taxativas, y sanciona con la invalidez la trans-
gresión de esta pauta basilar.
96. En el mismo sentido se ha pronunciado este Colegiado en la STC Exp. Nº 008-2005-
PI/TC, al establecer que: “(…) para que sea posible la aplicación del artículo 26 de la
Constitución, debe existir una relación laboral y que el trabajador no podrá renunciar, o
disponer, cualquiera sea el motivo, de los derechos y libertades que la Constitución y leyes
vigentes al momento de la relación laboral le reconocen”.
97. El principio de irrenunciabilidad de derechos laborales tiene por objetivo proscribir
que el trabajador renuncie a sus derechos laborales reconocidos por la Constitución y le-
yes vigentes en su propio perjuicio, en aras de resguardar sus intereses en la relación labo-
ral, dado que al trabajador se le considera la “parte débil” de la relación laboral.
98. En el presente caso se advierte que el Congreso de la República, en el ejercicio de su
función legislativa consagrada en el inciso 1) del artículo 102 de la Constitución, modifi-
ca normas en materia laboral, las cuales son de aplicación inmediata a las situaciones ju-
rídicas existentes, lo que resulta constitucionalmente válido, pues el Poder Legislativo ac-
túa en ejercicio de su función atribuida por la Carta Magna.
99. Por tanto los profesores (trabajadores) no están disponiendo de ningún derecho vigen-
te, sino que se trata de una sucesión normativa en materia laboral, por lo que no resulta
aplicable el principio de irrenunciabilidad de derechos laborales.
100. Al respecto este Colegiado ha señalado que “en efecto, dicho artículo constitucional
[refiriéndose al artículo 26 inciso 2)] reconoce que en la relación laboral se respetará tal
principio que consagra, con carácter general, no solo el respeto de los derechos de carácter
laboral, sino de otros derechos y libertades reconocidos por la Constitución y la ley. A su
turno, el artículo 103 de la Constitución dispone que la ley se deroga por otra ley y que la
ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las relaciones y situa-
ciones jurídicas existentes”.
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101. Así, las normas laborales no resultan inderogables ni inmodificables, pues el Poder
Legislativo en ejercicio de su función constitucional puede modificarlas sin que ello su-
ponga una vulneración de los derechos de los trabajadores. En ese sentido también se ha
pronunciado la Corte Constitucional de Colombia, en criterio que este Tribunal compar-
te, al establecer que,
“la ley podrá siempre modificar, adicionar, interpretar o derogar la normatividad le-
gal precedente, sin que sea admisible afirmar que en el ordenamiento jurídico existen
estatutos legales pétreos o sustraídos al poder reformador o derogatorio del propio le-
gislador. (…) [Por tanto] no se sigue que las normas legales de carácter laboral sean
inmodificables”.
102. Por consiguiente el hecho de que se produzca una sucesión normativa en materia la-
boral no puede ser considerado como una vulneración del principio deirrenunciabilidad de
derechos en materia laboral, pues dicho principio tiene por finalidad evitar que el trabaja-
dor renuncie a sus derechos laborales reconocidos por la Constitución y la ley.
103. En consecuencia la demanda también debe ser desestimada en este extremo, al no
presentarse la alegada vulneración del principio de irrenunciabilidad de derechos en ma-
teria laboral (...).
(…) Publíquese y notifíquese.
SS. VERGARA GOTELLI; MESÍA RAMÍREZ; LANDA ARROYO; BEAUMONT
CALLIRGOS; CALLE HAYEN; ETO CRUZ; ÁLVAREZ MIRANDA
504
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 03561-2009-PA/TC
CALLAO
SINDICATO ÚNICO DE
TRABAJADORES MARÍTIMOS
Y PORTUARIOS DEL PUERTO
DEL CALLAO (SUTRAMPORPC)
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 17 días del mes de agosto de 2009, la Sala Segunda del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos y Eto Cruz, pro-
nuncia la siguiente sentencia: (...)
(…) 3.1. LOS PRINCIPIOS DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA
11. Habiéndose reseñado la definición y objeto de la negociación colectiva contenidos en
los instrumentos de la OIT, y cuya articulación da como resultado el convenio colectivo,
corresponde señalar cuáles son los principios que rigen y sustentan la negociación colecti-
va como actividad o proceso. Ellos son: a) el de la negociación libre y voluntaria; b) el de
la libertad para decidir el nivel de la negociación, y c) el de la buena fe (…).
(…) A. PRINCIPIO DE LA NEGOCIACIÓN LIBRE Y VOLUNTARIA
12. El principio de la negociación libre y voluntaria se encuentra reconocido en el artículo
4 del Convenio núm. 98, según el cual para que la negociación colectiva sea eficaz, debe
tener carácter voluntario y no estar mediado por medidas de coacción que alterarían el ca-
rácter voluntario de la negociación.
Por dicha razón, en el artículo 4 del Convenio núm. 98, con carácter promocional, se pos-
tula que los procedimientos de negociación voluntaria deben ser estimulados y fomenta-
dos. En sentido similar, el artículo 5 del Convenio núm. 154 reconoce el deber de fomen-
tar la negociación colectiva.
A decir del Comité de Libertad Sindical de la OIT, la negociación voluntaria de convenios
colectivos y, por tanto, la autonomía de los interlocutores sociales en la negociación, cons-
tituye un aspecto fundamental de los principios de la libertad sindical[1].
13. De este modo, en virtud de este principio, el Estado no puede ni debe imponer, coerci-
tivamente, un sistema de negociaciones colectivas a una organización determinada, inter-
vención estatal que claramente atentaría no solo contra el principio de la negociación libre
y voluntaria, sino también contra los derechos de libertad sindical y de negociación colec-
tiva. No obstante, ello no impide que el Estado pueda prever legislativamente mecanismos
de auxilio a la negociación, tales como la conciliación, la mediación o el arbitraje, ni órga-
nos de control que tengan por finalidad facilitar las negociaciones.
En buena cuenta, el principio de la negociación libre y voluntaria incluye: a) la libertad
para negociar, entendida como la libertad de elegir entre acudir o no a negociar y de ne-
gociar con una o con otra organización sindical, y b) la libertad para convenir, entendida
como la libertad para ponerse o no de acuerdo durante la negociación (…).
(…) B. LIBERTAD PARA DECIDIR EL NIVEL DE LA NEGOCIACIÓN
14. En mérito al principio de negociación libre y voluntaria, establecido en el artículo 4 del
Convenio núm. 98, la determinación del nivel de negociación colectiva debe depender
505
Joel Rosas Alcántara
esencialmente de la voluntad de las partes y, por consiguiente, no debe ser impuesto por
la legislación.
Por ello, una legislación que fije imperativamente el nivel de la negociación colectiva
(establecimiento, empresa, rama de actividad, industria y regional o nacional), plantea no
solo problemas de incompatibilidad con el Convenio núm. 98, sino también con el derecho
de negociación colectiva reconocido en el artículo 28 de la Constitución. (…).
(…) 15. Por ello, la negativa de los empleadores de negociar a un nivel determinado, en
principio, no constituiría una violación del derecho de negociación colectiva, pues esta,
como se ha señalado, se fundamenta en el principio de la negociación libre y voluntaria y,
por ende, en la autonomía de las partes.
No obstante, por excepción, cabe la posibilidad de que el nivel de la negociación colecti-
va pueda ser determinada por vía heterónoma (arbitraje) ante un organismo independiente
a las partes, en función de la naturaleza promotora de la negociación colectiva. Ello se jus-
tifica plenamente en el caso de que se demuestre que una de las partes no está cumpliendo
con su deber de negociar de buena fe o está realizando prácticas desleales.
En sentido similar, puede considerarse que un rechazo injustificado a negociar puede le-
sionar el derecho de negociación colectiva si la negativa tiene como única finalidad im-
pedir al sindicato el desarrollo de su actividad sindical. Aunque, como se ha señalado, no
toda limitación de la capacidad de actuación de un sindicato determina una vulneración
del derecho de negociación colectiva, tal lesión se producirá siempre y cuando esta incida
en el derecho a la actividad sindical y se produzca de modo arbitrario e injustificado. (…).
(…) §.4. EL DERECHO DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA
20. En buena cuenta, mediante el ejercicio del derecho de negociación colectiva se bus-
ca cumplir la finalidad de lograr el bienestar y la justicia social en las relaciones que sur-
gen entre empleadores y trabajadores, dentro de un espíritu de coordinación económica y
equilibrio social.
De este modo, en algunas ocasiones, el derecho de negociación colectiva se hace efectivo
a través de la celebración de acuerdos, contratos o convenios colectivos. Por dicha razón,
resulta válido afirmar que la negociación colectiva constituye el medio primordial de ac-
ción de la organización sindical para la defensa y promoción de los intereses económicos
y sociales que les son propios. (…).
(…) 22. Por dicha razón, este Tribunal considera pertinente establecer, de manera enuncia-
tiva, algunos supuestos en los que puede considerarse afectado el derecho de negociación
colectiva. Así, este derecho se vulnera cuando:
a. Legislativamente se le impide negociar a los sindicatos minoritarios.
b. El empleador se niega a recibir a los representantes de los trabajadores o a negociar con
ellos en los plazos y condiciones que establece la ley.
c. El empleador ejerce presiones para obtener el reemplazo de los representantes de los
trabajadores.
d. El empleador ejecuta durante el proceso de la negociación colectiva acciones que reve-
len una manifiesta mala fe que impida el normal desarrollo de la negociación.
e. El empleador ejerce fuerza física en las cosas, o física o moral en las personas, durante
el procedimiento de negociación colectiva.
506
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
507
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 5185-2009-PA/TC
LIMA
AÍDA DEL CARMEN
ESCUDERO VIGIL
RAZÓN DE RELATORÍA
Vista la causa 05185-2009-PA/TC por la Sala Primera del Tribunal Constitucional y ha-
biéndose producido discordia entre los magistrados que la integran, Landa Arroyo,
Beaumont Callirgos y Calle Hayen, se ha llamado para dirimirla al magistrado Eto Cruz,
quien se ha adherido al voto de los magistrados Beaumont Callirgos y Calle Hayen, con lo
cual se ha alcanzado mayoría.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 21 días del mes de mayo de 2010, la Sala Primera del Tribunal Constitucio-
nal, integrada por los magistrados Landa Arroyo, Beaumont Callirgos y Calle Hayen, pro-
nuncia la siguiente sentencia: (…).
(…) 8. Cabe resaltar que, en este caso, la entrega del CITT (Certificados de Incapaci-
dad Temporal para el Trabajo) no tenía como finalidad justificar las inasistencias de la de-
mandante al centro de labores, ya que estas se encontraban plenamente justificadas por
los Informes Médicos obrantes a fojas 5, 29 y 39 de autos, que dan cuenta del desmejora-
do estado de salud de la demandante, sino que fueron requeridos [de conformidad con las
normas administrativas de EsSalud] para el trámite de subsidios por incapacidad temporal.
En consecuencia, en todo caso, si existiese incumplimiento de este requisito, ello tampo-
co puede implicar la configuración de una falta laboral que conlleve como sanción el des-
pido de un trabajador.
9. Por otro lado, tampoco se habría configurado la falta grave Incumplimiento de obliga-
ciones laborales que implica el quebrantamiento de la buena fe laboral, ya que la en-
trega del CITT no constituye una obligación laboral inherente al cargo o las funciones que
desempeñaba la demandante. Más aún, debe tenerse en cuenta que el artículo 25 del De-
creto Supremo Nº 003-97-TR establece que: “La falta grave es la infracción por el traba-
jador de los deberes esenciales que emanan del contrato, de tal índole que haga irrazona-
ble la subsistencia de la relación”, lo que no ha sucedido en el caso materia de autos. (...).
(…) Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda.
2. Ordenar que Transamerican Airlines S.A. (TACA PERÚ) cumpla con reponer a doña
Aída del Carmen Escudero Vigil de conformidad con las disposiciones establecidas en el
fundamento 14 de la presente sentencia.
Publíquese y notifíquese.
SS. BEAUMONT CALLIRGOS; CALLE HAYEN; ETO CRUZ
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 01059-2009-PA/TC
LIMA
AMALIE MARIE FRANCOISE
CHABANEIX CUNZA
RAZÓN DE RELATORÍA
La sentencia recaída en el Expediente Nº 01059-2009-PA/TC es aquella conformada por
los votos de los magistrados Álvarez Miranda, Vergara Gotelli, Eto Cruz y Urviola Hani,
que declaran FUNDADA la demanda. Se deja constancia que, pese a no ser similares en
su fundamentación, los votos de los magistrados alcanzan la mayoría suficiente para for-
mar resolución, prevista en el artículo 5, primer párrafo de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional, y en el artículo 10, segundo párrafo, del Reglamento Normativo del Tri-
bunal Constitucional. Asimismo se precisa que, inicialmente, este caso estuvo asignado a
la Sala Primera de este Tribunal, uno de cuyos miembros era el magistrado Landa Arroyo,
que cesó en sus funciones cuando la causa estaba en trámite, por lo que se tuvo que repro-
gramar su vista. En su nuevo decurso resolutivo el caso generó discordia, pese a los suce-
sivos llamados para dirimir, además de abstenciones por decoro de algunos magistrados
por haber conocido la causa antes de su reprogramación, lo que, a la postre, supuso que se
produzca la imposibilidad de resolver la discordia. Ante ello se resolvió que el Pleno de
este Tribunal se avoque al conocimiento de la causa, por su particular articulación y por-
que, como lo dispone el tercer párrafo del artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Cons-
titucional, en ningún caso el Tribunal Constitucional deja de resolver.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de noviembre de 2011, el Tribunal Constitucional en se-
sión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Álvarez
Miranda, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y Urviola Hani,
pronuncia la siguiente sentencia, con los votos concurrentes de los magistrados Mesía
Ramírez y Beaumont Callirgos, cuya posición ha devenido en minoritaria; los votos con-
currentes de los magistrados Vergara Gotelli y Eto Cruz, a cuya posición se suma el voto
en el que confluyen los magistrados Álvarez Miranda y Urviola Hani; y el voto singular
del magistrado Calle Hayen; votos, todos, que se agregan a los autos.
ANTECEDENTES
De la demanda
Con fecha 28 de noviembre de 2006, la recurrente interpone demanda de amparo contra
American Airlines Inc., Sucursal del Perú, solicitando su reposición laboral en el cargo que
venía desempeñando como tripulante de vuelo, alegando haber sido separada de su em-
pleo de manera indebida, lo que ha configurado un despido fraudulento. Refiere que labo-
raba en la empresa desde el 6 de diciembre de 1990, y que el 24 de agosto de 2006, en la
ciudad de Miami, llegó como tripulante del vuelo Lima-Miami a las 06:02 a.m., retirán-
dose al hotel asignado por la empresa para el descanso del personal, en donde hizo uso de
su laptop y adquirió un proyector portátil para laptop.
Aduce que la sanción de despido que le fue impuesta vulnera la garantía del ne bis in
idem, pues ha sido sancionada dos veces por un mismo hecho, ya que, además del despi-
do, la empresa demandada la suspendió con goce de haber mientras se realizaba el proce-
dimiento sancionador. Respecto de los hechos que motivaron el despido, alega que los
mismos se produjeron con ocasión de la secuencia de vuelo ocurrida entre el miércoles
509
Joel Rosas Alcántara
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
511
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 03818-2009-PA/TC
SAN MARTÍN
ROY MARDEN
LEAL MAYTAHUARI
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de octubre de 2010, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Calle Hayen, Álvarez Miranda y Urviola Hani, pro-
nuncia la siguiente sentencia: (…).
(…) §. La protección adecuada contra el despido arbitrario en el régimen laboral es-
pecial del contrato administrativo de servicios
4. Antes de ingresar a evaluar el fondo de controversia conviene recordar que en el Exp.
Nº 00002-2010-PI/TC se emitió una sentencia interpretativa mediante la cual se declaró
que el Decreto Legislativo Nº 1057 era constitucional, por las siguientes razones:
a. Es un régimen laboral especial, debido a que reconoce todos los derechos laborales in-
dividuales que proclama la Constitución a favor de los trabajadores, a pesar de la califica-
ción asignada por el legislador delegado.
b. Los derechos y beneficios que reconoce el contrato administrativo de servicios como ré-
gimen laboral especial no infringen el principio-derecho de igualdad con relación al tra-
tamiento que brindan el régimen laboral público y el régimen laboral privado, ya que los
tres regímenes presentan diferencias de tratamiento que los caracterizan y que se encuen-
tran justificadas en forma objetiva y razonable.
5. Efectuadas las precisiones que anteceden, debe recordarse también que en el fundamen-
to 17 de la STC Exp. Nº 00002-2010-PI/TC, este Tribunal subrayó que la sola suscrip-
ción del contrato administrativo de servicios genera la existencia de una relación laboral.
Consecuentemente, carece de interés que se interponga una demanda con la finalidad de
que se determine que, en la realidad de los hechos, el contrato administrativo de servicios
es un contrato de trabajo, pues ello ya ha sido determinado en la sentencia de inconstitu-
cionalidad mencionada, que tiene que ser acatada, seguida y respetada por todos los órga-
nos de la Administración Pública.
En sentido similar, debe enfatizarse que a partir del 21 de setiembre de 2010, ningún juez
del Poder Judicial o Tribunal Administrativo de carácter nacional adscrito al Poder Ejecu-
tivo puede inaplicar el Decreto Legislativo Nº 1057, porque su constitucionalidad ha sido
confirmada a través de la sentencia recaída en el Exp. Nº 00002-2010-PI/TC. Ello por-
que así lo disponen el segundo párrafo del artículo VI del Título Preliminar y el artículo
82 del CPConst., así como la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del Tribu-
nal Constitucional.
6. Dichas conclusiones llevan a que este Tribunal establezca que en el proceso de am-
paro resulta innecesario e irrelevante que se dilucide si con anterioridad a la suscripción
del contrato administrativo de servicios el demandante había prestado servicios de con-
tenido laboral encubiertos mediante contratos civiles, pues en el caso de que ello hubie-
se ocurrido, dicha situación de fraude constituye un periodo independiente del inicio del
contrato administrativo de servicios, que es constitucional. Por lo tanto, dicha situación
habría quedado consentida y novada con la sola suscripción del contrato administrativo
de servicios.
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
7. Por otra parte, corresponde analizar los alcances del derecho a la protección adecuada
contra el despido arbitrario en el régimen laboral especial del contrato administrativo de
servicios. Para ello, hemos de comenzar recordando que en la STC Exp. Nº 00976-2001-
AA/TC, este Tribunal delimitó el contenido del mencionado derecho constitucional e in-
terpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario. En efec-
to, en la sentencia mencionada se precisó que:
a. El derecho a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el ar-
tículo 27 de la Constitución puede ser abordado desde dos perspectivas: i)un régimen de
carácter sustantivo, y ii) un régimen de carácter procesal. El régimen de carácter sustanti-
vo contra el despido arbitrario puede ser: i) de carácter preventivo, o ii) de carácter repa-
rador. Mientras que el régimen de protección procesal puede ser: i) de eficacia resarcito-
ria, o ii) de eficacia restitutiva.
Sobre la constitucionalidad de los regímenes de protección adecuada contra el despido ar-
bitrario, corresponde destacar que en la STC Exp. Nº 00976-2001-AA/TC este Tribunal
precisó que el establecimiento de un régimen sustantivo no es incompatible con la opción
de que el mismo legislador establezca, simultáneamente, un régimen procesal, es decir,
que ambos regímenes de protección son compatibles con el artículo 27 de la Constitución.
b. El régimen de protección sustantivo-preventivo contra el despido arbitrario tiene por
finalidad que el legislador prevenga, evite o impida que un trabajador pueda ser despe-
dido arbitrariamente, es decir, que busca que mediante una norma con rango de ley se
prevea que no se puede despedir arbitrariamente a un trabajador si es que no es por al-
guna causal y en la medida en que esta se pruebe, previo procedimiento disciplinario, si
fuera el caso.
En el caso del régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios, este régi-
men de protección sustantivo-preventivo se encuentra previsto en el literal f) del numeral
13.1 del Decreto Supremo N° 075-2008-PCM, cuyo texto dice que el contrato administra-
tivo de servicios puede extinguirse por:
“Decisión unilateral de la entidad contratante, sustentada en el incumplimiento injus-
tificado de las obligaciones derivadas del contrato o en la deficiencia en el cumpli-
miento de las tareas encomendadas”.
En este supuesto de extinción del contrato administrativo de servicios, el numeral 13.2 del
Decreto Supremo N° 075-2008-PCM prevé un procedimiento previo al despido en el si-
guiente sentido:
“En el caso del literal f) del numeral 13.1 precedente la entidad contratante debe
imputar al contratado el incumplimiento mediante una notificación. El contratado
tiene un plazo de (5) cinco días hábiles para expresar lo que estima conveniente.
Vencido ese plazo la entidad debe decidir, en forma motivada y según los criterios
de razonabilidad y proporcionalidad, si resuelve o no el contrato, comunicándolo al
contratado”.
Teniendo presente el contenido de los artículos transcritos, este Tribunal concluye que el
régimen de protección sustantivo-preventivo del contrato administrativo de servicios es
compatible con la Constitución. En todo caso, debe precisarse que los términos “contra-
tado” y “resuelve o no el contrato” del numeral 13.2 del Decreto Supremo N° 075-2008-
PCM deben ser entendidos como “trabajador” y “extingue o no el contrato”.
c. El régimen de protección sustantivo-reparador se materializa cuando una norma con
rango de ley no evita que se produzca el despido arbitrario, sino que se limita a reparar
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Joel Rosas Alcántara
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Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 06000-2009-PA/TC
LIMA
MARCOS VERA
CASTRO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 21 días del mes de setiembre de 2010, la Sala Segunda del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Calle Hayen y Eto Cruz, pronun-
cia la siguiente sentencia
FUNDAMENTOS
1. De acuerdo a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo en materia la-
boral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Exp. Nº 0206-
2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, este Tribunal considera que, en el
presente caso, resulta procedente efectuar la verificación del despido arbitrario.
2. El demandante argumenta que, en aplicación del principio de primacía de la realidad, la
relación que mantenía con la demandada era una de naturaleza laboral, y que, por lo tan-
to, no podía ser despedido sino por causa justa. Alega que laboró para la Empresa Mine-
ra del Centro del Perú S.A. (CENTROMÍN PERÚ S.A.) entre los años 1983 a 1997; y que,
posteriormente, cuando la mencionada empresa fue comprada por DOE RUN PERÚ SRL,
laboró en la División Cobriza, destacado por diversas empresas de intermediación labo-
ral entre las que se tiene SEMELEC S.A. (01/01/98 al 10/01/99), M & JAKELL’S S.A.C.
(11/01/99 al 31/08/2005), UNIÓN PERÚ S.A.C. (01/09/2005 al 31/10/2006), PATRUVI
T.E.I. SERVICE S.R.L. (01/11/2006 al 30/04/2008) G & N ROJAS S.A. (01/05/2008 al
30/12/2008).
3. En tal sentido, la controversia se centra en dilucidar si, en aplicación del principio de
primacía de la realidad, la relación laboral del recurrente puede ser considerada como un
contrato de trabajo de duración indeterminada y, en atención a ello, establecer si el de-
mandante solo podía ser despedido por causa justa relacionada con su conducta o capaci-
dad laboral.
4. Con relación al principio de primacía de la realidad, que es un elemento implícito en
nuestro ordenamiento jurídico y, concretamente, impuesto por la propia naturaleza tuitiva
de nuestra Constitución, este Colegiado ha precisado que en mérito de este principio “(...)
en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fluye de los documen-
tos, debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que sucede en el terreno de los he-
chos” (Fundamento 3 de la STC Exp. N° 1944-2002-AA/TC).
5. Mediante acta de infracción (desnaturalización de la intermediación laboral) a ra-
zón de las actuaciones inspectivas realizadas según Orden de Inspección Nº 0100-2007-
DNIT, corriente a fojas 52 a 65, se resolvió incluir en la planilla de la empresa usua-
ria (DOE RUN PERÚ SRL) a 182 trabajadores de los 240 destacados por la empresa de
intermediación PATRUVI T.E.I. SERV. S.C.R.L. ASESORES CONSULTORES, dejando
a salvo el derecho de los 58 restantes para que lo hagan valer en la vía correspondiente, por
cuanto no se encontraron presentes en el recorrido realizado, no pudiéndose determinar da-
tos laborales exactos para así aplicar el principio de la primacía de la realidad.
6. En este sentido DOE RUN PERÚ SRL dispuso la incorporación a su planilla de 180 tra-
bajadores (2 trabajadores menos de lo ordenado debido a una duplicidad en sus nombres).
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 02148-2010-PA/TC
LORETO
MAYBELLINE YESENIA
MERA CHÁVEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 31 días del mes de enero de 2011, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia
la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Maybelline Yesenia Mera Chávez
contra la sentencia expedida por la Sala Civil Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Loreto, de fojas 119, su fecha 5 de abril de 2010, que declaró improcedente la demanda
de amparo de autos.
FUNDAMENTOS:
(…) 5. Para declarar nulo el despido de las trabajadoras embarazadas, lesivo del derecho a
la no discriminación por razón de sexo, es menester la acreditación del previo conocimien-
to del estado de gestación por parte del empleador que despide o el requisito de la previa
notificación de dicho estado por la trabajadora al empleador.
En este sentido, el inciso e) del artículo 29 del Decreto Supremo N° 003-97-TR prescribe
que el despido se considera nulo si se produce en cualquier momento del periodo de ges-
tación o dentro de los noventa días posteriores al parto, siempre que el empleador hubiere
sido notificado documentalmente del embarazo en forma previa al despido. (…).
(...) 8. De otra parte, si bien la demandante afirma que la emplazada ya tenía conocimien-
to de su estado de gestación, debe señalarse que en autos no obra documentación alguna
que acredite que la emplazada, antes de la extinción de la relación laboral de la deman-
dante haya tenido conocimiento en forma indirecta de su embarazo, pues no existe ningún
medio de prueba que demuestre que la recurrente haya solicitado permisos o licencias por
gestación. Por esta razón, tampoco puede concluirse indubitablemente que haya sido obje-
to de un despido discriminatorio por razón de sexo.
9. Sin embargo, en virtud del principio de suplencia de queja deficiente y del deber espe-
cial de protección de los derechos fundamentales que informa los procesos constituciona-
les, este Tribunal considera que también debe analizarse si los contratos de trabajo sujeto
a modalidad por incremento de actividad (conforme a lo establecido en la cláusula segun-
da del referido contrato) fueron desnaturalizados por simulación o fraude a las normas es-
tablecidas en el Decreto Supremo Nº 003-97-TR.
Por esta razón, debe concluirse que el contrato de trabajo sujeto a modalidad y su respec-
tiva adenda, suscritos por las partes a plazo determinado, encubrieron una relación laboral
de naturaleza indeterminada, por haber sido suscritos con fraude a las normas establecidas
en el Decreto Supremo Nº 003-97-TR.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA, en parte, la demanda porque se ha acreditado la vulneración del
derecho al trabajo; en consecuencia, NULO el despido de la demandante.
2. Ordenar que Triplay Martín S.A.C. cumpla con reponer a doña Maybelline Yesenia
Mera Chávez en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar nivel o categoría,
en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medi-
das coercitivas previstas en los artículos 22 y 56 del Código Procesal Constitucional, con
el abono de las costas y los costos del proceso.
3. Declarar IMPROCEDENTE el pago de los intereses legales.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; CALLE HAYEN; ETO CRUZ
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Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 03844-2010-PA/TC
AREQUIPA
AMÉRICO ALEXANDER
ZEA AQUISE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima (Arequipa), a los 10 días del mes de marzo de 2011, la Sala Segunda del Tribu-
nal Constitucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Vergara Gotelli y Ur-
viola Hani, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Américo Alexander Zea Aquise
contra la sentencia expedida por la Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Su-
perior de Justicia de Arequipa, de fojas 218, su fecha 26 de julio de 2010, que declaró im-
procedente la demanda de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativos a ma-
teria laboral individual privada establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Exp.
Nº 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso corres-
ponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido fraudulento.
2. La demanda tiene por objeto que se disponga la reposición del recurrente en el cargo
que venía desempeñando como operario en la sociedad demandada, toda vez que sostiene
haber sido víctima de un despido fraudulento, en el que se habrían vulnerado sus derechos
al trabajo y al debido proceso.
3. Este Tribunal, en la STC Exp. Nº 976-2001-AA/TC, sostiene que se produce el despi-
do fraudulento cuando: “se despide al trabajador con ánimo perverso y auspiciado por el
engaño; por ende, de manera contraria a la verdad y la rectitud de las relaciones labora-
les; aún cuando se cumple con la imputación de una causal y los cánones procedimenta-
les, como sucede cuando se imputa al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos
o imaginarios o, asimismo, se le atribuye una falta no prevista legalmente, vulnerando el
principio de tipicidad (...); o se produce la extinción de la relación laboral con vicio de vo-
luntad (...) o mediante la “fabricación de pruebas”.
4. El demandante manifiesta que habría sido objeto de un despido fraudulento y que se ha
afectado el principio de tipicidad, por cuanto en la carta de preaviso no se consignó que el
haber ido a laborar en estado de ebriedad revestía mayor gravedad debido a que realizaba
la función de operario de coneras, mientras que en la carta de despido sí se hizo referencia
a ese hecho, lo que no le permitió ejercer válidamente su derecho de defensa.
5. Al respecto, en el inciso e) del artículo 25 del Decreto Supremo Nº 003-97-TR se es-
tablece que constituye falta grave: “La concurrencia reiterada en estado de embriaguez o
bajo influencia de drogas o sustancias estupefacientes, y aunque no sea reiterada cuando
por la naturaleza de la función o del trabajo revista excepcional gravedad. La autoridad
policial prestara su concurso para coadyuvar en la verificación de tales hechos; la negativa
del trabajador a someterse a la prueba correspondiente se considerará como reconocimien-
to de dicho estado, lo que se hará constar en el atestado policial respectivo”.
6. Se advierte que a fojas 4 obra la carta de preaviso de fecha 26 de junio de 2009, en la que
se le imputa al demandante la falta grave prevista en el inciso e) del artículo 25 del Decreto
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
521
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 00529-2010-PA/TC
LIMA
TITO MARCELINO
SAÉNZ DUEÑASY OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 19 días del mes de octubre de 2010, el Pleno del Tribunal Constitucional,
integrado por los magistrados Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos, VergaraGotelli, Ca-
lle Hayen, Eto Cruz, Álvarez Miranda y Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Tito Marcelino Sáenz Dueñas y
otros contra la resolución de fecha 1 de julio del 2009, de fojas 65 del cuaderno de apela-
ción, expedida por la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Su-
prema de Justicia de la República que, confirmando la apelada, declaró infundada la de-
manda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. El objeto de la demanda es que se declare la nulidad de la resolución de fecha 12 de
octubre de 2007, expedida por la Sala que decretó la improcedencia deldesestimiento de
la cesión de derechos celebrada por los recurrentes. Expuesta la pretensión, este Tribu-
nal Constitucional considera necesario determinar a la luz de los hechos expuestos en
la demanda y de los recaudos que obran en ella, si se ha vulnerado el derecho al debi-
do proceso de los recurrentes e infringido el principio deirrenunciabilidad de los dere-
chos laborales al haberse decretado la improcedencia del pedido de desistimiento de la
cesión de derechos.
Análisis del caso materia de controversia constitucional
2. Este Colegiado respecto al principio de irrenunciabilidad de derechos de los trabaja-
dores ha establecido que dicho principio: “hace referencia a la regla de no revocabilidad
e irrenunciabilidad de los derechos reconocidos al trabajador por la Constitución y la ley
(…) En ese sentido, de conformidad con lo establecido en el artículo V del Título Pre-
liminar del Código Civil, la renuncia a dichos derechos sería nula y sin efecto legal al-
guno. Así, conforme se desprende de lo previsto en el inciso 2) del artículo 26 de la Cons-
titución, la irrenunciabilidad solo alcanza a aquellos “(...) derechos reconocidos por la
Constitución y la ley”. No cubre, pues, a aquellos provenientes de la convención co-
lectiva de trabajo o la costumbre. Por otro lado, debe precisarse que un derecho de
naturaleza laboral puede provenir de una norma dispositiva o taxativa. En ese contexto,
la irrenunciabilidad es solo operativa en el caso de la segunda. (…) la norma taxati-
va es aquella que ordena y dispone sin tomar en cuenta la voluntad de los sujetos de
la relación laboral. En ese ámbito, el trabajador no puede “despojarse”, permutar o
renunciar a los beneficios, facultades o atribuciones que le concede la norma. (…) el
principio de irrenunciabilidad de derechos es justamente el que prohíbe que los ac-
tos de disposición del trabajador, como titular de un derecho, recaigan sobre normas
taxativas, y sanciona con la invalidez la transgresión de esta pauta basilar. La irre-
nunciabilidad de los derechos laborales proviene y se sujeta al ámbito de las normas
522
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
taxativas que, por tales, son de orden público y con vocación tuitiva a la parte más
débil de la relación laboral” (STC Exp. Nº 0008-2005-AI/TC; fundamento 24).
3. De acuerdo a lo expuesto, conviene preguntarse entonces si el acto jurídico de cesión de
derechos efectuada por los recurrentes a favor de la empresa Frigorífico Alianza S.A.C.,
cuyo contenido se aduce leonino, constituye un acto de despojo de los derechos de los re-
currentes prohibido por el principio de irrenunciabilidad de derechos. Al respecto, este Su-
premo Colegiado entiende que dicho acto jurídico no contraviene ni infringe el principio
de irrenunciabilidad de derechos de los trabajadores toda vez que, según lo alegado por
los propios recurrentes, dicho acto jurídico no tiene como plataforma una relación laboral,
es decir, no se celebra en el contexto de una relación laboral en el que las partes de dicho
acto coinciden con las calidades de empleador y empleado, y en el que el objeto constitu-
ya una cesión de derechos laborales; muy por el contrario, dicho acto jurídico tiene como
plataforma la autonomía de la voluntad de las personas para ceder y adquirir un derecho li-
tigioso cuyo contenido, al intervenir un tercero ajeno a la relación laboral (la empresa Fri-
gorífico Alianza S.A.C. - Cesionario), se convierte en uno de índole netamente civil. En
razón de ello, al no estar incurso dicho acto jurídico dentro de la prohibición de renuncia a
los derechos laborales de los trabajadores, la declaratoria de improcedencia del pedido de
desestimiento de cesión de derechos no vulnera derecho constitucional alguno de los recu-
rrentes; motivo por el cual la demanda debe ser desestimada.
4. Sin perjuicio de lo expuesto, resulta pertinente precisar que si los recurrentes alegan una
suerte de estado de necesidad, vicio o fuerza mayor que los indujo a celebrar el acto jurí-
dico de cesión de derechos cuyo contenido aducen es leonino, tienen expedita la vía civil a
efectos de que se declare la nulidad de dicho acto jurídico por supuesto vicio de la volun-
tad; asunto este de legalidad ordinaria que no puede ser ventilado siquiera en la vía ordi-
naria laboral, menos aún en la vía constitucional del amparo.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo por no haberse acreditado la vulneración
del derecho al debido proceso.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; BEAUMONT CALLIRGOS; VERGARA GOTELLI; CALLE
HAYEN; ETO CRUZ; ÁLVAREZ MIRANDA; URVIOLA HANI
523
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 02989-2010-PA/TC
HUAURA
BASE SINDICATO
TRABAJADORES SUTSA E.E.
DONOSO HUARAL
RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Lima, 22 de setiembre de 2010
VISTO
El recurso de agravio constitucional interpuesto por Base Sindicato Trabajadores
SUTSA E.E. Donoso Huaral contra la resolución expedida por la Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Huaura, de fojas 85, su fecha 22 de junio de 2010, que declara im-
procedente, in limine, la demanda de autos interpuesta contra el Jefe del Instituto Nacional
de Innovación Agraria del Ministerio de Agricultura y el Procurador Público respectivo; y,
ATENDIENDO A
1. Que con fecha 19 de febrero de 2010 la parte demandante interpone demanda de amparo
solicitando que se declare inaplicable la Resolución Jefatural N° 00041-2010-INIA, del 9
de febrero de 2010, que dispone el destaque al departamento de Arequipa del afiliado don
Manuel Guillermo Rubio Villarreal; y que en consecuencia se ordene la continuación de
sus labores en su mismo centro de trabajo, por considerar que se han vulnerado sus dere-
chos a la legítima defensa, al trabajo, a la sindicalización, entre otros.
2. Que el Juzgado Civil de Emergencia de Huaral, con fecha 26 de febrero de 2010, decla-
ra improcedente in limine la demanda por estimar que en el presente caso resulta aplicable
el precedente vinculante establecido en la STC Exp. Nº 0206-2005-PA/TC que establece
que serán declarados improcedentes los amparos referidos al cuestionamiento del trasla-
do de un trabajador a un lugar distinto al que presta habitualmente servicios, como es el
caso de autos. La Sala Superior competente confirma la apelada por el mismo fundamento.
3. Que el Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 0206-2005-PA/TC ha señalado que: la
libertad sindical, en su dimensión plural o colectiva, también protege la autonomía sindi-
cal, esto es, que los sindicatos funcionen libremente sin inferencias o actos externos que
los afecten. Protege, asimismo, las actividades sindicales que desarrollan los sindicatos
y sus afiliados, así como a los dirigentes sindicales, para garantizar el desempeño de sus
funciones y que cumplan con el mandato para el que fueron elegidos. Sin esta protección
no sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades, tales como el derecho de
reunión sindical, el derecho a la protección de los representantes sindicales para su actua-
ción sindical, la defensa de los intereses de los trabajadores sindicalizados y la representa-
ción de sus afiliados en procedimientos administrativos y judiciales. Del mismo modo, no
sería posible un adecuado ejercicio de la negociación colectiva y el derecho de huelga”.
4. Que sin embargo del documento obrante a fojas 5 de autos se advierte que don Manuel
Guillermo Rubio Villarreal no ostenta cargo dirigencial dentro del sindicato, sino que solo
tiene la condición de afiliado a la organización sindical; por tanto, el traslado del citado
trabajador a lugar distinto de aquel en el que presta habitualmente servicios no afectaría la
libertad sindical de la parte demandante; motivo por el cual al ser competencia de los jue-
ces de trabajo dicho cuestionamiento, tal como se ha señalado en el fundamento 18 de la
STC Exp. Nº 206-2005-PA/TC, la presente demanda debe ser declarada improcedente.
524
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
5. Que por último este Tribunal en la STC Exp. Nº 3511-2009-PA/TC, en un caso similar
al de autos, ha señalado que: “en puridad lo que subyace a la demanda es un reclamo la-
boral de un trabajador con vínculo laboral vigente, esto es, un reclamo respecto de un acto
que pudiera ser catalogado como uno de hostilidad por parte del empleador; siendo así, te-
niéndose en cuenta lo señalado en el fundamento precedente, la demanda debe ser desesti-
mada, aunque dejando a salvo el derecho del demandante para que lo haga valer en la vía
correspondiente”.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
RESUELVE
Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.
Publíquese y notifíquese.
SS. VERGARA GOTELLI; ÁLVAREZ MIRANDA; URVIOLA HANI
525
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 02476-2010-PA/TC
LIMA
SINDICATO NACIONAL DE
TRABAJADORES OBREROS
DE GLORIA S.A.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 2 días del mes de noviembre de 2011, la Sala Primera del Tribunal Consti-
tucional, integrada por los magistrados Beaumont Callirgos, Calle Hayen y EtoCruz, pro-
nuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por el Sindicato Nacional de Trabajadores
Obreros de Gloria S.A., contra la sentencia expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas 410, su fecha 24 de marzo de 2010, que declaró in-
fundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 5 de octubre de 2007, el sindicato recurrente interpone demanda de amparo con-
tra Gloria S.A. solicitando que, en aplicación de los derechos a la igualdad ante la ley y
a la no discriminación, se haga extensivo el pago a cuenta de reintegros por el incremen-
to de remuneraciones de su Pliego de Reclamos del año 2007, que la Sociedad emplaza-
da ha otorgado al personal obrero no sindicalizado la suma de S/. 350.00 por persona. Asi-
mismo solicita que todo incremento bajo cualquier modalidad que se otorgue al personal
obrero no sindicalizado durante los años 2007 y 2008, se haga también extensivo al perso-
nal obrero sindicalizado. Solicita que la Sociedad demandada se abstenga de incentivar y
promover la desafiliación de sus afiliados, mediante el otorgamiento de beneficios econó-
micos y/o condiciones de trabajo al personal no sindicalizado.
La Sociedad emplazada contesta la demanda, manifestando que no existe vulneración a
los principios de igualdad y no discriminación, toda vez que las condiciones laborales de
los sujetos a negociación colectiva no están definidas por la empresa, sino más bien por el
respectivo convenio colectivo que celebren la empresa y el sindicato demandante. Agre-
ga que no es responsabilidad de la empresa que se hayan generado desafiliaciones inter-
nas de algunos afiliados al organismo sindical, sino que ello se debe al accionar errado de
la dirigencia sindical.
El Vigésimo Primer Juzgado Civil de Lima, a fojas 354, con fecha 24 de marzo de 2009,
declaró infundada la demanda, por considerar que la convención colectiva de trabajo es el
acuerdo destinado a regular las remuneraciones, las condiciones de trabajo y demás, con-
cernientes a las relaciones entre trabajadores y empleadores, de conformidad con lo dis-
puesto en el artículo 41 del Decreto Supremo N° 010-2003-TR y que, en el presente caso,
de autos no se desprende que la decisión tomada por la empresa constituya una actitud de
represalia como consecuencia de la afiliación de sus trabajadores.
La Sala revisora confirma la apelada por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda
1. La pretensión del sindicato demandante consiste en que la Sociedad emplazada cumpla
con hacer extensivo a favor de los obreros sindicalizados el pago a cuenta de reintegros por
526
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
reajuste salarial 2007, que ha sido otorgado a los obreros no sindicalizados por la suma de
S/. 350.00. Se alega que dicho acto ha vulnerado los principios de igualdad ante la ley y a
la no discriminación. Asimismo, solicita también que la Sociedad demandada se absten-
ga de incentivar y promover la desafiliación de los miembros del sindicato. Afirma que los
trabajadores sindicalizados vienen siendo objeto de discriminación.
2. Este Tribunal, mediante la STC Exp. Nº 0206-2005-PA/TC, establecida como prece-
dente vinculante en aplicación del artículo VII del Título Preliminar del Código Proce-
sal Constitucional publicada en el diario El Peruano el 22 de diciembre de 2005, ha esta-
blecido los lineamientos jurídicos que permiten delimitar las pretensiones relativas tanto
al régimen laboral privado como al público que merecen protección a través del proceso
de amparo.
3. En el citado precedente, este Tribunal precisó, con carácter vinculante, que el proce-
so de amparo constituye la vía idónea, eficaz y satisfactoria para proteger, entre otras
cosas, el derecho a la no discriminación y de libertad sindical en caso de que su ejerci-
cio sea vulnerado de manera manifiesta, por lo que se procederá a analizar el fondo de
la controversia.
Análisis del caso concreto
4. A fojas 35 obra la carta de fecha 4 de diciembre de 2006, dirigida al Gerente de Recur-
sos Humanos de la Sociedad emplazada mediante la cual la representación sindical pre-
senta el proyecto de Convenio Colectivo para el periodo comprendido del 1 de enero al
31 de diciembre de 2007, sobre beneficios económicos, entre ellos, un aumento general de
los jornales básicos, el cual a la fecha de presentación de la demanda se encontraba aún
en trámite.
5. Es en esas circunstancias que se advierte que la Sociedad emplazada decide otorgar un
adelanto a cuenta del incremento de remuneraciones del año 2007 al personal obrero no
sindicalizado, tal como se consigna en el comunicado de fecha 10 de setiembre de 2007,
obrante a fojas 24, y en la carta de fecha 13 de setiembre de 2007, obrante a fojas 26, emi-
tida por el Jefe de Relaciones Laboral de la Sociedad emplazada, en la que se señala que:
“Nuestra empresa con fecha 03 de setiembre de 2007 publicó un Comunicado al Personal
indicando que los trabajadores no sujetos a negociación colectiva para efectos remunera-
tivos y condiciones de trabajo, podrán solicitar un adelanto a cuenta del reintegro por rea-
juste salarial 2007 (…)”.
Es por ello que el sindicato recurrente afirma que la Sociedad emplazada comete un acto
de discriminación sindical, vulnerando directamente los derechos a la igualdad ante la ley,
a la no discriminación y a la libertad sindical.
6. Al respecto cabe precisar que conforme se estableció en la STC Exp. Nº 0206-2005-PA/
TC, “la libertad sindical y el derecho de sindicación reconocidos por el artículo 28, inci-
so 1 de la Constitución (Exp. Nº 0008-2005-PI/TC, fundamentos 26, 27 y 28), e interpre-
tados conforme a la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución y al artículo
V del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, imponen la obligación esta-
tal de adoptar las medidas necesarias y apropiadas para garantizar a los trabajadores y em-
pleadores el libre ejercicio del derecho de sindicación e impedir todo acto de discrimina-
ción tendiente a menoscabar la libertad sindical, tales como condicionar el empleo de un
trabajador a que no se afilie o a que deje de ser miembro de un sindicato; o despedir a un
trabajador o perjudicarlo en cualquier forma a causa de su afiliación sindical o a su partici-
pación en actividades sindicales fuera de las horas de trabajo o, con el consentimiento del
empleador, durante las horas de trabajo (artículo 11 del Convenio Nº 87 de la OIT, sobre
527
Joel Rosas Alcántara
528
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
arbitraria e injustificada la posibilidad de acción del sindicato, pues ello no solo promueve
la desafiliación de los trabajadores, tal como ha ocurrido en el presente caso, sino que evi-
dentemente constituye un acto de discriminación sindical.
En efecto, de autos se ha comprobado que a la fecha que la Sociedad emplazada ofrece
otorgar a los trabajadores no afiliados al Sindicato, el adelanto remunerativo a cuenta del
reajuste salarial del año 2007, el Sindicato recurrente se encontraba negociando el pliego
de reclamos de ese año, habiendo surgido incluso un conflicto en la tramitación del mismo.
De lo cual se infiere que el ofrecimiento de la Sociedad emplazada conllevó a desestimu-
lar la actividad sindical y por ello que varios trabajadores procedieron a presentar sus car-
tas de desafiliación a la organización sindical, tal como obra de fojas 27 a 34, por lo que,
encontrándonos ante la vulneración al derecho de sindicalización de los trabajadores del
sindicato recurrente, corresponde estimar la demanda.
12. Este Tribunal considera que no se encuentra una justificación razonable para otor-
gar beneficios económicos a los trabajadores no sindicalizados y excluir a los sindicaliza-
dos, toda vez que al ser trabajadores de una misma empresa, merecen un trato igual, bajo
las mismas condiciones, por lo que claramente se demuestra una afectación al derecho de
igualdad y a una discriminación en orden al carácter sindical de los trabajadores que inte-
gran el sindicato recurrente, al no otorgárseles las mismas condiciones.
13. Por último, cabe señalar que si bien es cierto que las condiciones laborales de los su-
jetos a negociación colectiva no están definidas por la empresa, sino más bien a través de
convenios colectivos, también es cierto que una vez suscrito el convenio que dispone el in-
cremento remunerativo, el obligado a otorgarlos es la empresa, no resultando ningún per-
juicio a la institución que el adelanto propuesto a los no sindicalizados se haga extensivo
a los trabajadores sindicalizados, máxime si por derecho les corresponde el reintegro del
ajuste a partir del mes de enero de 2007.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar FUNDADA la demanda, por haberse vulnerado el derecho a la libertad sindical,
a la igualdad y a la no discriminación, ORDENANDO a Gloria S.A. se abstenga de incu-
rrir en actos de discriminación que vulneren dichos derechos, bajo apercibimiento de que
el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículo 22 y 59 del
Código Procesal Constitucional.
Publíquese y notifíquese.
SS. BEAUMONT CALLIRGOS; CALLE HAYEN; ETO CRUZ
529
Joel Rosas Alcántara
EXP. Nº 00002-2010-PI/TC
LIMA
MÁS DE 5,000 CIUDADANOS
SENTENCIA
DEL PLENO JURISDICCIONAL DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DEL PERÚ
DEL 31 DE AGOSTO DE 2010
PROCESO DE
INCONSTITUCIONALIDAD
MÁS DE 5,000 CIUDADANOS CONTRA EL PODER EJECUTIVO
SÍNTESIS
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por más de 5,000 ciudadanos, contra el De-
creto Legislativo Nº 1057 que regula el Régimen Especial de Contratación Administrati-
va de Servicios
Magistrados firmantes
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
VERGARA GOTELLI
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA
URVIOLA HANI
EXP. Nº 00002-2010-PI/TC
LIMA
MÁS DE 5,000 CIUDADANOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 7 días del mes de setiembre de 2010, el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Presiden-
te; Beaumont Callirgos, Vicepresidente; Vergara Gotelli, Calle Hayen, Álvarez Miranda y
Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado
Vergara Gotelli, que se agrega
I. ASUNTO
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por más de 5,000 ciudadanos contra el De-
creto Legislativo Nº 1057, que regula el Régimen Especial de Contratación Administrativa
de Servicios, publicado en el diario oficial El Peruano el 28 de junio de 2008.
(…).
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
IV. FUNDAMENTOS
§ Análisis sobre la Forma
1. La pretendida inconstitucionalidad formal del Contrato Administrativo de
Servicios
1. Por la Ley Nº 29157, publicada en el diario oficial El Peruano el 20 de diciembre de
2007, el Congreso de la República delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar so-
bre diversas materias relacionadas con la implementación del Acuerdo de Promoción Co-
mercial Perú - Estados Unidos (en adelante “TLC” o “ALC”), y con el apoyo a la competi-
tividad económica para su aprovechamiento. En su artículo 1 la precitada norma establece
que la finalidad de dicha delegación es: “facilitar la implementación del Acuerdo de Pro-
moción Comercial Perú - Estados Unidos y su Protocolo de Enmienda, y el apoyo a la
competitividad económica para su aprovechamiento”, sustentándose para ello en los ar-
tículos 101.4 y 104 de la Constitución, así como en los artículos 76.1.d y 90 del Reglamen-
to del Congreso de la República.
2. El artículo 2 de la misma norma precisa tanto las materias como el plazo durante el cual
se delegan las facultades allí detalladas.
3. Se ha cuestionado la inconstitucionalidad formal del Decreto Legislativo Nº 1057, que
regula el Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios, norma que con-
forme se dispone en su artículo 1, tiene por objeto regular “el régimen especial de contra-
tación administrativa de servicios, y tiene por objeto garantizar los principios de méritos
y capacidad, igualdad de oportunidades y profesionalismo de la administración pública”.
4. Entre las objeciones esgrimidas para cuestionar este dispositivo se ha alegado que el ob-
jeto de la delegación de facultades era para mejorar la competencia económica del país,
por lo que, en relación a la modernización del Estado, no hay justificación para crear un
sistema de contratación administrativa no laboral como el creado por el Decreto Legisla-
tivo Nº 1057.
5. Este Colegiado observa que en el artículo 2.1.b de la norma que contiene las faculta-
des delegadas, se exponen las materias que comprenden, todas vinculadas a la: “mejo-
ra del marco regulatorio, fortalecimiento institucional y simplificación administrativa,
y modernización del Estado”, ello dentro de “los compromisos del Acuerdo de Promo-
ción Comercial Perú - Estados Unidos y de su Protocolo de Enmienda, y a las medidas
necesarias para mejorar la competitividad económica para su aprovechamiento” (ar-
tículo 2.2).
6. Resuelta pues necesario interpretar ambas disposiciones de la ley –la facultad delegada
expresada y el objetivo de ella–, ya que mientras el artículo 2.2 pretende limitar las com-
petencias delegadas a la implementación del ALC, el artículo 2.1.b de la norma, al deta-
llar las facultades delegadas, hace una referencia genérica a la modernización del Estado,
sin advertir que esa materia es mucho más amplia de lo que pretende la parte demandan-
te –como si únicamente estuviera referida al contenido de la Ley Nº 27658, Ley Marco de
Modernización de la Gestión del Estado, la que además está referida a aspectos de gestión,
como su nombre lo señala–; esto es, que abarca conceptos tales como la falta de transpa-
rencia, el exceso de trámites burocráticos, la desorganización existente dentro de las insti-
tuciones públicas para el cumplimiento de fines y metas, etc.
En ese sentido, el proceso de modernización del Estado debe abarcar aspectos y deficien-
cias estructurales advertidas en su funcionamiento, de modo que, resolviendo los proble-
mas identificados, mejore la gestión del Estado. Esta inconsistencia debe ser resuelta, de
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Joel Rosas Alcántara
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Joel Rosas Alcántara
la jornada de trabajo (que implica incluso determinar el horario de trabajo, pues de lo con-
trario sería imposible controlar la jornada semanal), así como los descansos semanales y
anual. Cabe considerar también que la denominación dada por el legislador a la norma
cuestionada resulta, cuando menos, imprecisa, dado que le pretende conferir un significa-
do distinto al contenido que regula.
20. En consecuencia, el Tribunal Constitucional estima que –más allá de la denominación
dada a los contratos suscritos bajo el marco del Decreto Legislativo Nº 1057, al pretender
considerarlos como contratos administrativos de servicios–, los contratos suscritos bajo el
marco del Decreto Legislativo Nº 1057 son de naturaleza laboral. En todo caso, lo que co-
rresponde determinar, ahora, es si estos contratos están vinculados a un régimen laboral
preexistente o si se trata de uno nuevo.
3. Los regímenes laborales en la Administración Pública
21. La Constitución Política del Estado, en sus artículos 2.15, 10, 11 y 22 a 29 establece
el conjunto de derechos, principios y garantías que deben protegerse en una relación labo-
ral; en ese sentido, el legislador –tanto el ordinario como el delegado– tiene amplio mar-
gen de acción, siempre que en el desarrollo de su labor, primero, no afecten derechos fun-
damentales o los principios y valores contenidos en la Constitución, y segundo, no afecten
los límites de la legislación delegatoria, situación que no se advierte en el caso de autos.
22. Sin embargo, de las normas precitadas no se puede derivar la necesidad de un régi-
men laboral único para el sector público –más allá de que ello pudiera considerarse desea-
ble–; sin embargo el objeto de la presente demanda es otro, esto es, analizar el contenido
del Decreto Legislativo Nº 1057 tal como si de una norma laboral se tratara, sin que ello
afecte su constitucionalidad.
23. El ordenamiento jurídico peruano contiene cuando menos dos regímenes laborales ge-
nerales, alrededor de los cuales giran otros más específicos. Nos referimos a los regula-
dos por los Decretos Legislativos Nº 276 y 728, denominados Ley de Bases de la Carre-
ra Administrativa y de Remuneraciones del Sector Público, el primero, y Ley de Fomento
del Empleo, el segundo, los cuales contiene la legislación marco aplicable tanto al sec-
tor público como al sector privado, respectivamente. El acceso, características, derechos y
obligaciones, finalización de la relación laboral, etc., están regulados en cada caso de ma-
nera específica y expresa, lo que a su vez ha dado lugar a que los mecanismos de protección
de tales regímenes sean diferentes y específicos, como de alguna manera lo ha señalado el
Tribunal Constitucional en el denominado Caso Baylón (STC Exp. Nº 206-2005-PA/TC).
24. Además, alrededor de estos dispositivos coexisten normas específicas para distintos
sectores laborales, tales como las aplicables a los trabajadores de la micro y pequeña em-
presa (Ley Nº 28015), a los trabajadores del sector agrario (Ley Nº 27360), a los de cons-
trucción civil, del hogar, mineros, profesores, trabajadores portuarios, etc.
25. Sin embargo, esta distinción no es muy clara respecto de los obreros, empleados, servi-
dores y funcionarios públicos que cumplen funciones para el Estado, dado que aquellos pue-
den encontrarse vinculados a cualquiera de los regímenes laborales generales, pues de ello
depende cuál es el aplicable a la entidad a la que pertenecen, dándose supuestos en los que
incluso es posible la coexistencia de ambos regímenes laborales en la misma institución.
26. Por lo que se puede tener, como primera conclusión, que no resulta inconstitucional
considerar al Decreto Legislativo Nº 1057 como una norma de derecho laboral, dado que
puede coexistir con los regímenes generales existentes. No obstante ello, corresponde de-
terminar si es que forma parte o complementa a alguno de ellos.
534
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
Ello resulta de vital importancia, dado que permitirá que el Tribunal Constitucional, den-
tro de una gama de posibilidades que van desde la inconstitucionalidad material –con la
consiguiente derogación de la norma impugnada, precisando los efectos de ello–, hasta la
declaración de su constitucionalidad, elija un pronunciamiento simple, o uno sujeto a cier-
tas reglas interpretativas para hacer compatible el contenido de la norma impugnada con
el texto constitucional.
27. En el caso del Decreto Legislativo Nº 276, que promulga la Ley de Bases de la Carre-
ra Administrativa y de Remuneraciones del Sector Público, se advierte –efectos de la pre-
sente sentencia–, que el ingreso a la carrera pública está sujeto al cumplimiento de ciertos
requisitos (artículo 12), tales como ser ciudadano en ejercicio; acreditar buena conducta y
salud; reunir los requisitos propios del respectivo grupo ocupacional; aprobar el concurso
de admisión; así como los demás que señale la ley.
Además, el ingreso a la Carrera Administrativa debe hacerse por el nivel inicial de cada
grupo ocupacional, siendo necesario para ello la existencia de vacantes presupuestadas,
pues de otro modo no podría entenderse lo expuesto en el artículo 13 cuando se dispone
que: “Las vacantes se establecen en el presupuesto de cada entidad”.
28. Respecto del Decreto Legislativo Nº 728, del que posteriormente se separaron dos
textos normativos, denominados Ley de Formación y Promoción Laboral y Ley de Pro-
ductividad y Competitividad Laboral, cabe tener presente el Decreto Supremo Nº 003-
97-TR, por el que se aprueba el Texto Único Ordenado dela Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, que regula el régimen laboral para los trabajadores del sector
privado. Esta norma contiene, en su artículo 4, dos disposiciones que deben tenerse pre-
sente; por un lado, la que regula la existencia de un contrato de trabajo y por el otro, la
que expone las características de dicho contrato, el cual puede ser a plazo indetermina-
do, sujeto a modalidad o a tiempo parcial. Asimismo, la protección contra el despido ar-
bitrario aparece prevista para aquellos casos en los que se supere el periodo de prueba
de 3 meses (artículo 10).
29. Este marco general tiene ciertas peculiaridades al momento en que se aplica para los
trabajadores de este régimen, pero que laboran para entidades o dependencias del sector
público; en ese sentido cabe señalar que todas las leyes de presupuesto en los últimos años
han contenido disposiciones que tienen por objeto limitar, genéricamente, el ingreso de
personal al sector público, estableciendo, por excepción, casos en los que ello es posible;
en ese sentido, tenemos:
30. De todo lo expuesto, se puede extraer, como segunda conclusión, que para ingresar al
sector público, tanto en el régimen laboral público como en el privado, resulta necesario
no solo la existencia de una plaza vacante, que debe encontrarse previamente presupuesta-
da, sino además que no exista impedimento para que aquella sea cubierta a través del me-
canismo idóneo para tal efecto.
535
Joel Rosas Alcántara
31. Por ello, al tomar en cuenta cómo regulan estos sistemas el acceso a la carrera pública
–independientemente del régimen laboral aplicable– y al compararlos con el contenido en
el Decreto Legislativo Nº 1057, se advierte que este no es complementario de ninguno de
tales regímenes, dado que tiene sus propias reglas de contratación, por lo que se le puede
considerar como un sistema de contratación laboral independiente.
32. Esta posibilidad ha sido implícitamente aludida por la parte demandante, la que propu-
so como una alternativa para “salvar” la inconstitucionalidad de la norma, que a través de
una sentencia interpretativa se equipare dicho sistema de contratación, con el previsto en
el régimen regulado por el Decreto Legislativo Nº 728.
33. En ese sentido se propuso realizar un análisis bajo los presupuestos del principio-
derecho de igualdad; sin embargo, considera el Tribunal Constitucional que ello no es
posible, dado que no nos encontramos frente a regímenes o sistemas laborales que ten-
gan la misma naturaleza o características, pues el acceso a ellos, es de diferente natura-
leza –como se ha sido advertido precedentemente–, lo que justifica un trato diferencia-
do, no siendo por ello necesario, para criterio de este Colegiado, que se aplique el test
de igualdad.
No escapa a este Colegiado, además, que de aceptarse dicha propuesta, se permitiría que
quienes no forman parte de la carrera pública ingresen a ella, sin que se verifique la exis-
tencia de una plaza presupuestada vacante, sino que además, lo harían en un régimen la-
boral que incluso probablemente no sea el aplicable en la entidad en que se labora, pues
como ocurre en muchas de ellas, el régimen laboral aplicable es el previsto en el Decre-
to Legislativo Nº 276.
34. Sin embargo también queda claro para el Tribunal Constitucional que no es posible que
la norma impugnada sea aplicada tal como fue promulgada, tanto porque su naturaleza es
distinta de la denominación que el legislador ordinario le confirió, como porque su aplica-
ción, en tanto considerada como una norma de naturaleza laboral, exige que sea interpre-
tada y complementada con el contenido de la Constitución, por lo que se justifica dictar en
ese extremo una sentencia de naturaleza interpretativa que establezca el sentido correcto
de las normas impugnadas.
35. Abona a lo dicho que este sistema de contratación laboral es sustitutorio del sistema ci-
vil de contratación de locación de servicios, también conocido como de servicios no perso-
nales –regulado por el artículo 1764 y siguientes del Código Civil–, siempre que se advier-
ta la desnaturalización de dicho contrato. Esto no significa que el Estado no pueda recurrir
a los contratos de locación de servicios, cuando por la naturaleza de la actividad a desarro-
llar, ello se justifique; lo que se proscribe es recurrir a este sistema de contratación, para
actividades que importan la existencia de un vínculo laboral.
36. En efecto, el contrato de locación de servicios podía ser utilizado fraudulentamente,
en razón de las labores que se pretendía realicen los comitentes –que podían ser de natura-
leza permanente–, o por la duración de estos contratos –cuya extensión los desnaturaliza-
ba–, sin que por ello se respetara el goce o acceso a ningún derecho constitucional de na-
turaleza laboral.
37. Así, al pasar de un contrato independiente a otro en el que existe subordinación, y de
uno en el que no se reconoce el goce de derechos constitucionales de naturaleza laboral a
otro que reconoce algunos de ellos, se advierte que hay una mejora o progresión en la pro-
tección de los derechos de naturaleza social; sin embargo, ello genera la necesidad de eva-
luar el contenido de este contrato tomando como base los derechos y garantías contenidos
en la Constitución.
536
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
38. Al compararse este sistema de contratación con los regímenes laborales vigentes, se
advierte que, en determinados supuestos, aquellos protegen en mayor medida los derechos
fundamentales de los trabajadores; sin embargo, al comparar el mismo sistema de contra-
tación con las reglas imperantes para los contratos de locación de servicios también co-
nocidos como servicios no personales, obviamente la comparación sería más favorable al
previsto por el Decreto Legislativo Nº 1057.
39. Sin embargo, a criterio del Tribunal Constitucional la constitucionalidad del Decreto
Legislativo Nº 1057 no se determina comparándolo con el sistema de locación de servi-
cios o cualquier otro, sino, desde la Constitución. En consecuencia, corresponde ahora
determinar si el sistema de contratación acotado protege los derechos laborales que la
Constitución establece.
4. Los derechos fundamentales con contenido laboral o que son aplicados en contra-
tos o relaciones laborales, conforme a la Constitución de 1993
40. Algunos de los derechos consagrados en la Constitución, ya son objeto de reconoci-
miento en el Decreto Legislativo Nº 1057, como ocurre con la jornada de trabajo y el des-
canso semanal. También ocurre lo mismo con al descanso anual; sin embargo, la discre-
pancia de la parte demandante es que solo se conceden, en este caso, 15 días, mientras que
en el caso de los trabajadores de otros regímenes laborales es de 30 días. Sobre el particu-
lar cabe precisar que la Constitución no establece un periodo de tiempo, sino la necesidad
de que dicho descanso se dé con la periodicidad señalada.
La Organización Internacional de Trabajo, en el Convenio Nº 52 o Convenio sobre las va-
caciones pagadas, sucrito el año 1936, y que fue ratificado por Res. Leg. Nº 13284 del 1 de
febrero de 1960 –dado que el Estado peruano no ha ratificado el Convenio 132–, ha seña-
lado en su artículo 2.1, que toda persona a la que se aplique dicho Convenio tiene dere-
cho, después de un año de servicio continuo a vacaciones anuales pagadas de cuando me-
nos 6 días laborales, tiempo este inferior al reconocido en la norma impugnada, por lo que
el artículo 6.2 del Decreto Legislativo Nº 1057 no resulta contrario ni a la Constitución ni
a los tratados.
41. Respecto a los beneficios sociales, cabe señalar que estos tienen reconocimiento cons-
titucional, conforme se advierte del artículo 24 segundo párrafo de la Constitución; empe-
ro, su acceso y goce están determinados en la legislación ordinaria pertinente, por lo que
no corresponde emitir pronunciamiento sobre el particular.
42. Donde se advierte que existe una evidente omisión constitucional es en la regulación
de los derechos de sindicación y huelga, omisión que debe ser subsanada por la autoridad
administrativa, en acatamiento de lo dispuesto en el artículo 28 de la Constitución.
43. Consecuentemente, corresponde a la autoridad administrativa competente dictar la
regulación necesaria, en acatamiento de la Constitución, para la protección de los de-
rechos fundamentales de naturaleza laboral que reconoce la Constitución a favor de los
trabajadores en cualquier régimen laboral, incluidos los que ahora forman parte del sis-
tema de contratación laboral regulado por el Decreto Legislativo Nº 1057, entendido
este último, a partir de esta sentencia, como un régimen especial laboral, distinto de los
ya existentes.
5. La necesidad de dictar una sentencia interpretativa
44. Comprender que la Constitución es la norma jurídica suprema y que, como tal, puede
ser interpretada, permite también comprender que la jurisdicción constitucional no es sola-
mente la negación o afirmación de la legislación, sino también su necesario complemento.
537
Joel Rosas Alcántara
45. En ese sentido, el artículo 201 de la Constitución establece que el Tribunal Constitucio-
nal “es independiente y autónomo” en el ejercicio de sus competencias, y como intérprete
supremo de la Constitución (artículos 201 y 202 de la Constitución, y 1 de la LOTC) goza
de un amplio margen en la determinación de los métodos interpretativos e integrativos que
le sean útiles para cumplir de manera óptima su función de “órgano de control de la Consti-
tución” (artículo 201 de la Constitución), siempre que respete los límites que de ella deriven.
46. Por ello este Colegiado considera en este caso –más allá de las críticas que algunos fa-
llos anteriores hubieran generado en ciertos sectores–, corresponde dictar una sentencia in-
terpretativa (Vide: STC Exp. Nº 0004-2004-CC, fundamento 3.3), la que encuentra su fun-
damento normativo en diversas disposiciones constitucionales (artículos 38, 45, 51 y 93
de la Constitución); ello porque el Tribunal debe actuar responsablemente al advertir que
si se declarase la inconstitucionalidad dela Ley impugnada, se generaría un vacío normati-
vo, que importaría dejar sin derechos laborales a quienes han sido contratados bajo su mar-
co regulatorio, situación que sería manifiestamente inconstitucional.
47. De modo que, a partir de la presente sentencia, el artículo 1 del Decreto Legislativo
Nº 1057 debe ser interpretado de modo que toda actividad interpretativa hecha respecto del
denominado “contrato administrativo de servicios”, deba entenderse que dicho contrato es
propiamente un régimen “especial” de contratación laboral para el sector público, el mis-
mo que como ya se ha expuesto, resulta compatible con el marco constitucional.
48. En relación al Decreto Legislativo Nº 1057, corresponde también que el Ministerio de
Trabajo y de Promoción del Empleo dicte la regulación necesaria para que, complemen-
tando dicha legislación, adopte disposiciones tales como la fijación de los límites para la
contratación de personal bajo esta modalidad de modo que pueda hacerlo no solo fijando
porcentajes respecto del total de trabajadores de este régimen, sino estableciendo otros cri-
terios que considere razonables para tal efecto.
V. FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar INFUNDADA la demanda de inconstitucionalidad, debiendo interpretarse el
artículo 1 del Decreto Legislativo Nº 1057, conforme se ha expuesto en el fundamento 47
de la presente sentencia.
2. Disponer que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dicte, en un plazo no
mayor de 30 días, la reglamentación necesaria que permita a los trabajadores sujetos al ré-
gimen laboral regulado por el Decreto Legislativo Nº 1057, el ejercicio del derecho de sin-
dicación y huelga regulado en el artículo 28 de la Constitución.
3. Disponer que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dicte la legislación que
considere necesaria para regular los aspectos detallados en el fundamento 48 de la presen-
te resolución, en un plazo que no exceda del 31 de diciembre de 2010.
4. De conformidad con los artículos 81 y 82 del CPCo., esta sentencia y las interpretacio-
nes en ella contenidas son vinculantes para todos los poderes públicos y tienen alcances
generales.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ; BEAUMONT CALLIRGOS; VERGARA GOTELLI; CALLE
HAYEN; ÁLVAREZ MIRANDA; URVIOLA HANI
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 00441-2011-PA/TC
MOQUEGUA
PASCUAL HENRY
SOSA VERA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima (Arequipa), a los 3 días del mes de agosto de 2011, la Sala Segunda del Tri-
bunal Constitucional, integrada por los magistrados Eto Cruz, Vergara Gotelli y Urviola
Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Vergara
Gotelli, que se agrega.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Pascual Henry Sosa Vera contra la
sentencia expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Moquegua, de fo-
jas 277, su fecha 29 de octubre de 2010, que declaró improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
1. De acuerdo a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo en mate-
ria laboral individual privada establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Exp.
Nº 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, este Tribunal considera
que en el presente caso resulta procedente evaluar si el demandante ha sido objeto de un
despido arbitrario.
2. La controversia se centra en determinar si la prestación de servicios efectuada por el re-
currente mediante contratos civiles ha sido desnaturalizada a efectos de que en aplicación
del principio de primacía de la realidad pueda ser considerada como una relación laboral a
plazo indeterminado, y en atención a ello establecer si el demandante solo podía ser des-
pedido por una causa justa relacionada con su capacidad o su conducta.
3. Este Colegiado en relación con el principio de primacía de la realidad, que es un elemen-
to implícito en nuestro ordenamiento jurídico e impuesto por la propia naturaleza tuitiva de
nuestra Constitución, ha precisado en la STC Exp. N° 1944-2002-AA/TC, que: “(...) en caso
de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fluye de los documentos, debe darse
preferencia a lo primero; es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos” (fundamento 3).
4. El artículo 4 del Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece que: “En toda prestación
personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato
de trabajo a plazo indeterminado”. Asimismo, precisa que toda relación laboral o contrato
de trabajo se configura al concurrir y comprobarse la existencia de tres elementos esencia-
les: (i) la prestación personal por parte del trabajador, (ii) la remuneración y (iii) la subor-
dinación frente al empleador.
5. En el presente caso, con el documento denominado “Addenda Nº 001 al Contrato Prin-
cipal Nº 115-2006”, obrante a fojas 88, el Informe Nº 062-2007-EEQA-SDILSST-RG/
DRTPE.MOQ, obrante a fojas 1-N2, luego de f. 93, lo expuesto en la demanda y lo ma-
nifestado por la propia entidad emplazada en su contestación de demanda, obrante a fo-
jas 113, queda acreditado que el recurrente suscribió un contrato civil para que ejerza la
función de guardián para un campamento que está a cargo de la entidad emplazada, por el
periodo comprendido entre el 9 de octubre de 2006 y el 9 de abril de 2007, pero que con-
forme al propio tenor de la cláusula primera del documento obrante a fojas 88, ya había
estado efectuando dicha labor desde el 31 de mayo de 2005.
539
Joel Rosas Alcántara
540
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. Nº 01978-2011-PA/TC
CAJAMARCA
JOSÉ RICARDO CHÁVARRI
MACHUCA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de enero de 2012, la Sala Segunda del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Eto Cruz, pronun-
cia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don José Ricardo Chávarri Machuca
contra la sentencia expedida por la Sala Especializada Civil de la Corte Superior de Justi-
cia de Cajamarca, de fojas 198, su fecha 17 de marzo de 2011, que declaró improcedente
la demanda de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda
1. La demanda tiene por finalidad que se deje sin efecto la Carta Nº 048-2009-GRL, de fe-
cha 18 de agosto de 2009, mediante la cual la empresa emplazada desconoce al actor su
afiliación sindical, y que, por consiguiente se disponga su inmediato reconocimiento sin-
dical, se abstenga de todo acto que tienda a restringir o menoscabar de cualquier forma su
derecho de sindicalización, y se cumpla con retener a favor del sindicato referido el des-
cuento mensual de las remuneraciones por concepto de cuotas sindicales. Alega el deman-
dante que la sociedad emplazada está afectando sus derechos de sindicación y a la liber-
tad sindical.
2. Por su parte, la demandada sostiene que el demandante no cumple con el requisito pre-
visto en el literal a) del artículo 12 del Decreto Supremo 010-2003-TR, para afiliarse a una
organización sindical, por lo que no puede proceder a efectuar los descuentos de la cuo-
ta sindical solicitada.
3. Delimitada así la controversia, este Tribunal considera que su solución parte por deter-
minar si el demandante era trabajador de la sociedad emplazada al momento en que solici-
tó su afiliación al Sindicato de Trabajadores de Minera Yanacocha S.R.L., a efectos de es-
tablecer si corresponde que la demandada cumpla con retener de las remuneraciones del
demandante la cuota sindical respectiva.
4. Este Tribunal, mediante la STC Exp. Nº 0206-2005-PA/TC, ha dejado sentados los
lineamientos jurídicos que permiten delimitar las pretensiones, relativas tanto al régi-
men laboral privado como al público, que merecen protección a través del proceso de
amparo.
5. En el caso de autos, se denuncia la afectación de los derechos de sindicación y a la liber-
tad sindical del actor, que, como ya fuera señalado en la STC Exp. Nº 0206-2005-PA/TC,
son derechos de especial relevancia en una sociedad democrática, y siendo esta presunta
afectación el supuesto que habilita el trámite de tal pretensión por la vía del amparo, co-
rresponde que este Tribunal emita un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
541
Joel Rosas Alcántara
542
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
proceso judicial del cual provenía la medida cautelar de ministración antes citada (f. 439
del referido expediente), y que con dicho pronunciamiento ha adquirido la calidad de un
mandato definitivo de ejecución, por lo que, en la actualidad, se ha renovado de manera
definitiva el vínculo laboral del actor; por lo tanto, la sociedad emplazada no puede desco-
nocer la calidad de trabajador del actor.
12. Finalmente, habiéndose acreditado que la sociedad emplazada vulneró los derechos
fundamentales invocados, de conformidad con el artículo 56 del Código Procesal Consti-
tucional, corresponde que asuma el pago de las costas y costos procesales, los cuales de-
berán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la afectación de los derechos
de sindicación y a la libertad sindical de don José Ricardo Chávarri Machuca; en conse-
cuencia, NULA la carta de fecha 18 de agosto de 2009.
2. ORDENAR que Minera Yanacocha S.R.L., reconozca la afiliación sindical del deman-
dante y, como consecuencia de ello, cumpla con retener a favor del Sindicato de Trabaja-
dores de la Compañía Minera Yanacocha S.R.L. la cuota sindical correspondiente, en el
plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga en forma inme-
diata las medidas coercitivas previstas en los artículos 22 y 59 del Código Procesal Cons-
titucional, con el abono de las costas y los costos.
Publíquese y notifíquese.
SS. URVIOLA HANI; VERGARA GOTELLI; ETO CRUZ
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Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 02472-2011-PA/TC
TACNA
JOSÉ LUIS
VILELA ROMERO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 4 días del mes de marzo de 2013, la Sala Segunda del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Urviola Hani,Vergara Gotelli y Eto Cruz pronuncia
la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don José Luis Vilela Romero contra la
resolución expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, de fojas
251, su fecha 28 de enero de 2011, que declaró infundada la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Análisis de la controversia
2. Atendiendo a lo expuesto en los antecedentes del presente caso, debe analizarse si fue-
ron cumplidas o no por Southern Copper Corporation las condiciones que fijó este Cole-
giado para que proceda la instauración de jornadas atípicas o acumulativas para los tra-
bajadores mineros, lo que se denomina test de de protección de la jornada máxima de
trabajo para los trabajadores mineros, conforme a lo señalado en el fundamento 15 de
la resolución de aclaración de la STC 04635-2004-PA/TC. “15. (…) la limitación para res-
tringir las jornadas atípicas o acumulativas deberá cumplir, copulativamente, las siguien-
tes condiciones, que constituyen el test de protección de la jornada máxima de trabajo para
los trabajadores mineros:
“a) La evaluación caso por caso, teniendo en cuenta las características del centro mine-
ro; por ejemplo, si se trata de una mina subterránea, a tajo abierto, o si se trata de un cen-
tro de producción minera.
b) Si la empleadora cumple, o no, con las condiciones de seguridad laboral necesarias para
el tipo de actividad minera.
c) Si la empleadora otorga, o no, adecuadas garantías para la protección del derecho a la
salud y adecuada alimentación para resistir jornadas mayores a la ordinaria.
d) Si la empleadora otorga, o no, descansos adecuados durante la jornada diaria superior a
la jornada ordinaria, compatibles con el esfuerzo físico desplegado.
e) Si la empleadora otorga, o no, el tratamiento especial que demanda el trabajo nocturno,
esto es, menor jornada a la diurna.
Alternativamente, también podrá exigirse la siguiente condición:
f) Si se ha pactado en el convenio colectivo el máximo de ocho horas diarias de trabajo”.
3. A este respecto, en autos se encuentra acreditado que inicialmente Southern Copper
Corporation restituyó la jornada laboral de 8 horas diarias conforme a lo ordenado por
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
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Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 03198-2011-PA/TC
PIURA
SANTOS APOLINARIO
RIVERA ARRUNÁTEGUI
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes de abril de 2012, la Sala Segunda del Tribunal Constitucio-
nal, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Eto Cruz, pronuncia la
siguiente sentencia, con el voto en mayoría de los magistrados Urviola Hani y Eto Cruz,
el voto en discordia del magistrado Vergara Gotelli y el voto dirimente del magistrado Ca-
lle Hayen, que se agregan.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Santos Apolinario Rivera Arruná-
tegui contra la sentencia expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justi-
cia de Piura, de fojas 130, su fecha 27 de junio de 2011, que declaró infundada la deman-
da de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
Procedencia de la demanda de amparo
1. El petitorio tiene por objeto que se deje sin efecto el despido del que habría sido obje-
to el recurrente, y que, por consiguiente, se lo reponga en su puesto de trabajo de chofer.
2. En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a ma-
teria laboral individual privada establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-
2005-PA/TC, en el presente caso corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de
un despido arbitrario.
Análisis de la cuestión controvertida
3. De autos se advierte que el demandante prestó servicios para la Municipalidad emplaza-
da durante periodos interrumpidos, desde el mes de marzo de 2008, siendo el último perio-
do el comprendido entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2010, periodo mediante el cual
fue cesado por un supuesto término de contrato, según lo manifestado por la Municipa-
lidad emplazada a fojas 47. De la instrumental a fojas 4 y con los comprobantes de pago
obrantes de fojas 6 a 7, se advierte que el recurrente realizó la labor de chofer de limpieza,
mediante contratos de servicios por terceros; por lo tanto, dicho periodo se tendrá en cuen-
ta para dilucidar la presente controversia.
4. Siendo así, en el presente caso se debe determinar si la prestación de servicios del re-
currente, en aplicación del principio de primacía de la realidad, puede ser considerada un
contrato de trabajo de duración indeterminada, porque, de ser así, el demandante solo po-
día ser despedido por causa justa prevista en la ley.
5. En tal sentido, a fin de determinar la naturaleza de los servicios que prestó el deman-
dante para la Municipalidad emplazada, es preciso aplicar el principio de primacía de la
realidad, el que, como lo ha señalado este Colegiado es un elemento implícito en nuestro
ordenamiento jurídico y, concretamente, está impuesto por la propia naturaleza tuitiva de
nuestra Constitución, acotándose, en la STC Exp. N° 1944-2002-AA/TC, que mediante
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
este principio “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que flu-
ye de los documentos, debe darse preferencia a lo primero; es decir, a lo que sucede en el
terreno de los hechos” (fundamento 3).
6. Pues bien, para determinar si existió una relación de trabajo indeterminada entre las
partes encubierta mediante un contrato civil, debe evaluarse si en los hechos se pre-
sentó, en forma alternativa y no concurrente, alguno de los siguientes rasgos de labo-
ralidad: a) control sobre la prestación o la forma en que esta se ejecuta; b) integración
del demandante en la estructura organizacional de la emplazada; c) prestación ejecu-
tada dentro de un horario determinado; d) prestación de cierta duración y continui-
dad; e) suministro de herramientas y materiales al demandante para la prestación del
servicio; f) pago de remuneración al demandante; y, g) reconocimiento de derechos la-
borales, tales como las vacaciones anuales, las gratificaciones y los descuentos para los
sistemas de pensiones y de salud.
7. En el presente caso, con la instrumental de búsqueda de cheques del año 2008, obrante
a fojas 4, los comprobantes de pago obrantes de fojas 6 a 7 y las papeletas de salida de ve-
hículos firmados por el Jefe de División Limpieza Pública de la Municipalidad emplazada
de fojas 10 a 16, se acredita que el demandante prestó servicios para la Municipalidad em-
plazada desempeñando la función de chofer en la mencionada división, por lo que en rea-
lidad no se le estuvo contratando para que realice una actividad temporal, sino, por el con-
trario, para que realice una función dentro del ámbito de la organización y dirección de la
Municipalidad emplazada.
En efecto, la labor que realiza un chofer de limpieza pública tiene la característica de ser
permanente y subordinada pues debe inferirse que la Municipalidad emplazada debía brin-
dar al actor los instrumentos necesarios para el desempeño de su función; se trata, además,
de una actividad que por su propia naturaleza debe estar sujeta a un horario de trabajo im-
puesto por la Municipalidad emplazada, quedando acreditado también que el demandante
percibió un pago mensual por la función que realizaba. Por lo que, en aplicación del prin-
cipio de primacía de la realidad, prevalece la realidad de los hechos sobre las formas y apa-
riencias de la contratación civil realizada al demandante, con lo que se pretendía esconder
una relación laboral a plazo indeterminado.
8. Por lo tanto, habiéndose determinado que el demandante ha realizado labores en forma
subordinada y permanente, debe aplicarse el principio de primacía de la realidad, en virtud
del cual queda establecido que entre las partes ha existido una relación laboral de naturale-
za indeterminada y no civil; por lo que la Municipalidad emplazada, al haber despedido al
demandante sin haberle expresado la existencia de una causa justa relacionada con su ca-
pacidad o conducta laboral que justifique dicha decisión, ha vulnerado su derecho consti-
tucional al trabajo, pues lo ha despedido arbitrariamente.
9. En cuanto al extremo referente al pago de las remuneraciones dejadas de percibir, debe
señalarse que al tener, tal pretensión, naturaleza indemnizatoria y norestitutiva, esta no es
la vía idónea para solicitarla, por lo que queda a salvo el derecho del demandante de acu-
dir a la vía correspondiente.
10. Teniendo presente que existen reiterados casos en que se estima la demanda de amparo
por haberse comprobado la existencia de un despido arbitrario, el Tribunal Constitucional
ha estimado pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo
contra la Administración Pública cuya finalidad sea la reposición del demandante, ello tie-
ne que registrarse como una posible contingencia económica que tiene que preverse en el
presupuesto, a efectos de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser
el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.
547
Joel Rosas Alcántara
548
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 03500-2011-PA/TC
AYACUCHO
BETTY CÓRDOVA
TORRES
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes de septiembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados
Beaumont Callirgos y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado
a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Álvarez Miranda.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Betty Córdova Torres contra la
sentencia expedida por la Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia
de Ayacucho, de fojas 656, su fecha 20 de junio de 2011, que declaró infundada la deman-
da de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Análisis de la controversia
3. En autos ha quedado acreditado que la demandante prestó servicios de manera ininte-
rrumpida desde el 1 de setiembre de 2007 hasta el 17 de marzo de 2008, periodo en que
suscribió contratos de locación de servicios (ff. jj. 2 a 9). Por tanto, corresponde analizar
si estos se desnaturalizaron y determinar si como consecuencia de ello se había configura-
do una relación laboral a plazo indeterminado en aplicación del principio de primacía de
la realidad, y en atención a ello, establecer si la demandante solo podía ser despedida por
una causa justa relacionada con su capacidad o su conducta.
4. Este Tribunal, en relación al principio de primacía de la realidad, que es un elemento
implícito en nuestro ordenamiento jurídico y, concretamente, impuesto por la propia na-
turaleza tuitiva de nuestra Constitución, ha precisado en la STC Exp. N° 1944-2002-AA/
TC, que “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fluye de
los documentos, debe darse preferencia a lo primero; es decir, a lo que sucede en el terre-
no de los hechos” (fundamento 3).
5. Pues bien, para determinar si existió una relación de trabajo entre las partes encubier-
ta mediante un contrato civil, se debe evaluar si en los hechos se presentó, en forma alter-
nativa y no concurrente, alguno de los siguientes rasgos de laboralidad: a) control sobre
la prestación o la forma en que esta se ejecuta; b)integración de la demandante en la es-
tructura organizacional de la emplazada; c) prestación ejecutada dentro de un horario de-
terminado; d) prestación de cierta duración y continuidad; e) suministro de herramientas
y materiales a la demandante para la prestación del servicio; f) pago de remuneración a la
demandante; y, g) reconocimiento de derechos laborales, tales como las vacaciones anua-
les, las gratificaciones y los descuentos para los sistemas de pensiones y de salud.
6. En el presente caso, con los contratos de locación de servicios y los términos de referencia,
obrantes de fojas 2 a 9; el documento de rendición de cuentas, obrante a fojas 25, y el Informe
Nº 003-2008-INCAGRO-UD-III/BCT, de fecha 17 de marzo de 2008, obrante a fojas 34, se
acredita que la demandante prestó servicios para el Proyecto emplazado desempeñando la
549
Joel Rosas Alcántara
función de Asistente Técnica UD III, labor que se desarrollaba con implementos proporcio-
nados por la institución conforme se advierte del tenor del acta de entrega de documentos,
bienes y equipos, obrante de fojas 47 a 51; y los correos electrónicos obrantes a fojas 28 y 29,
los mismos que, a su vez, demostrarían la existencia de una relación de subordinación. Que-
da acreditado también que la recurrente percibió un pago mensual por la función que realiza-
ba, tal como se acredita con las constancias de pago obrantes de fojas 11 a 16.
Por tanto, en aplicación del principio de primacía de la realidad, los hechos prevalecen sobre
las formas y apariencias del contrato civil con el que se pretendía encubrir una relación labo-
ral; siendo esto así, queda establecido que entre las partes ha existido una relación de naturale-
za laboral y no civil; por lo que la actora solo podía ser despedida por la comisión de falta gra-
ve. Al respecto, si bien resulta cierto que con la Carta Notarial Nº 646-2008-AG-INCAGRO
(f. 10) se imputó a la recurrente faltas relacionadas con el incumplimiento de su contrato, di-
cha carta no cumple con el procedimiento que establece el artículo 31 del Decreto Supremo
Nº 003-97-TR, razón por la cual se encuentra acreditado que la entidad emplazada vulneró el
derecho al debido proceso y el derecho al trabajo, por lo que corresponde estimar la demanda.
7. En la medida en que en este caso se ha acreditado que se vulneraron los derechos cons-
titucionales de la demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56 del Códi-
go Procesal Constitucional, ordenar al Proyecto emplazado que asuma el pago de los cos-
tos del proceso, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de sentencia.
8. Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de am-
paro por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando
se interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública, cuya fi-
nalidad sea la reposición del demandante, ello tiene que registrarse como una posible con-
tingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la finalidad de que la plaza
que se ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en
forma inmediata la sentencia estimativa.
En estos casos, la Administración Pública para justificar el mantenimiento de la plaza pre-
supuestada tendrá presente que el artículo 7 del C.P.Const. dispone que “El Procurador
Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en
conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere
que se afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse gastos fiscales, ya que la
Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurispru-
dencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la violación de los derechos
constitucionales al trabajo, de defensa y a la protección adecuada contra el despido arbitra-
rio; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido víctima la demandante.
2. ORDENAR que el Proyecto de Investigación y Extensión Agrícola del Ministerio de Agri-
cultura (Incagro) reponga a doña Betty Córdova Torres como trabajadora a plazo indetermina-
do en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los
artículo 22 y 59 del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos del proceso.
Publíquese y notifíquese.
SS. BEAUMONT CALLIRGOS; CALLE HAYEN; ETO CRUZ
550
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. Nº 04000-2011-PA/TC
LIMA
JUAN GRIJALVA
BERROSPI
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 31 días del mes de enero de 2012, la Sala Segunda del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Eto Cruz, pronun-
cia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan Grijalva Berrospi contra la re-
solución expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de
fojas 126, su fecha 23 de junio de 2011, que declaró improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Análisis de la controversia
3. Este Colegiado, en la STC Exp. Nº 2513-2007-PA/TC, ha precisado los criterios para la
aplicación del Régimen de Protección de Riesgos Profesionales (accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales).
4. En dicha sentencia ha quedado establecido que en los procesos de amparo referidos al
otorgamiento de una pensión vitalicia conforme al Decreto Ley Nº 18846, o de una pen-
sión de invalidez conforme a la Ley Nº 26790, la enfermedad profesional únicamente po-
drá ser acreditada con un examen o dictamen médico emitido por una Comisión Médica
Evaluadora de Incapacidades del Ministerio de Salud, de EsSalud o de una EPS, conforme
lo señala el artículo 26 del Decreto Ley Nº 19990.
5. Cabe precisar que el régimen de protección fue inicialmente regulado por el Decreto
Ley Nº 18846, y luego fue sustituido por la Ley Nº 26790, del 17 de mayo de 1997, que
estableció en su Tercera Disposición Complementaria que las reservas y obligaciones por
prestaciones económicas del Seguro de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesio-
nales (Satep) serían transferidas al Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR)
administrado por la ONP.
6. Posteriormente, mediante el Decreto Supremo 003-98-SA, se aprobaron las Normas
Técnicas del SCTR, y se establecieron las prestaciones asistenciales y pecuniarias que se
otorgan al titular o beneficiarios a consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad
profesional.
7. De autos se aprecia el certificado de trabajo expedido por la Empresa Minera del Cen-
tro del Perú S.A. (f. 5), en el formato de la Gerencia Departamental de Pasco del Institu-
to Peruano de Seguridad Social - IPSS, de fecha 18 de setiembre de 1997, del cual se des-
prende que el actor laboró para la Empresa Minera del Centro del Perú S.A., desde el 21
de marzo de 1978 hasta el 31 de marzo de 1993, en calidad de obrero; y desde el 1 de abril
de 1993 hasta el 31 de agosto de 1997, en calidad de empleado. Asimismo, de fojas 15 a
27 del cuaderno del Tribunal Constitucional se aprecia la constancia de trabajo de fecha 11
551
Joel Rosas Alcántara
de mayo de 2010, y las boletas de pago de remuneraciones expedidas por Volcan Compa-
ñía Minera S.A.A., las cuales consignan que el actor laboró desde el 30 de noviembre de
1998 a la fecha en la Unidad Económica Administrativa Cerro de Pasco, sección Geología
- Mina Subterránea en el cargo de Supervisor.
8. A fojas 4 obra el Informe de Evaluación Médica de Incapacidad - D.L. Nº 18846, ex-
pedido por la Comisión Médica Evaluadora de EsSalud del Hospital II Pasco, de fecha 16
de mayo de 2007, el cual dictamina que el recurrente padece de neumoconiosis e hipoacu-
sia neurosensorial bilateral, con 61 % de menoscabo global, diagnóstico que se corrobora
con el Informe de Evaluación Médica de Incapacidad - D.L. Nº 18846, de fecha 13 de oc-
tubre de 2006 (f. j. 150). Asimismo, a fojas 151 obra la historia clínica del actor de fecha
22 de octubre de 2006, expedida por la referida comisión, en la que consta que se discrimi-
na el porcentaje de menoscabo generado por cada enfermedad, precisándose de la siguien-
te manera: neumoconiosis: 35 %, e hipoacusia neurosensorialbilateral: 40 %.
9. Es preciso mencionar que al momento de expedición del certificado médico (13 de oc-
tubre de 2006), por el cual se acredita que el actor padece de las enfermedades profesiona-
les de neumoconiosis e hipoacusia neurosensorial bilateral, la empresa Volcan Compañía
Minera S.A.A. tenía contratada la cobertura del SCTR con la Oficina de Normalización
Previsional (ONP) desde el año 2002 hasta el año 2009, según se advierte del documen-
to de fecha 2 de julio de 2010, expedido por dicha empresa al demandante, y de la cons-
tancia por prestaciones económicas a consecuencia de accidentes de trabajo y/o enfer-
medades profesionales, obrante a fojas 42 y 66 del cuaderno del Tribunal Constitucional,
respectivamente.
10. El artículo 18.2.1 del Decreto Supremo Nº 003-98-SA establece que se pagará una pen-
sión vitalicia mensual, equivalente al 50 % de la remuneración mensual, al asegurado que,
como consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, quede disminui-
do en su capacidad de trabajo en forma permanente en una proporción igual o superior al
50 % pero menor a los dos tercios.
11. Cabe indicar que, respecto a la enfermedad profesional de neumoconiosis, este Cole-
giado ha manifestado que el nexo causal existente entre las condiciones de trabajo y dicha
enfermedad es implícito para quienes realizan actividades mineras. No obstante, en el pre-
sente caso se advierte que la neumoconiosis ha generado una incapacidad inferior a aque-
lla señalada en el fundamento supra, por lo que no es posible otorgar la pensión sustenta-
da en el padecimiento de dicha enfermedad.
12. Asimismo, al establecer los precedentes vinculantes sobre riesgos profesionales, este
Tribunal ha precisado, respecto a la hipoacusia, que para que sea considerada como en-
fermedad profesional, es necesario que se acredite la relación de causalidad entre las con-
diciones de trabajo y la enfermedad. Para ello se deberá tener en cuenta las funciones que
desempeñaba el demandante, el tiempo transcurrido entre la fecha de cese y la fecha de
determinación de la enfermedad, además de las condiciones inherentes al propio lugar de
trabajo; es decir, que la relación de causalidad en esta enfermedad no se presume sino que
se tiene que probar, dado que la hipoacusia se produce por la exposición repetida y pro-
longada al ruido.
13. En el presente caso, de conformidad con lo establecido en la STC Exp. Nº 2513-2007-
PA/TC, la enfermedad de hipoacusia neurosensorial severa bilateral que padece el deman-
dante se encuentra debidamente acreditada según el certificado médico de fecha 13 de oc-
tubre de 2006 (f. j. 150), así como la relación de causalidad entre la actividad laboral y
esta enfermedad queda demostrada por haberse diagnosticado cuando aún se encontraba
552
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
553
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 00140-2011-PA/TC
LIMA
BEATRIZ ROSAURA
MONROY RÍOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 11 días del mes de mayo de 2011, la Sala Segunda del Tribunal Constitu-
cional, integrada por los magistrados Eto Cruz, Vergara Gotelli y Urviola Hani, pronun-
cia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Beatriz Rosaura Monroy Ríos con-
tra la resolución expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima, de fojas 159, su fecha 26 de agosto de 2010, que declaró improcedente la deman-
da de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Análisis de la controversia
3. En cuanto a la existencia de un despido fraudulento cabe señalar que la Sociedad empla-
zada expresamente a fojas 64 reconoce que el despido de la recurrente se efectuó al ampa-
ro del artículo 34 del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, razón por la cual carece de objeto
analizar la supuesta existencia de un despido fraudulento.
4. Por otra parte corresponde también analizar si la conclusión del vínculo laboral de la re-
currente resulta arbitrario y por lo tanto inconstitucional desde la perspectiva de la juris-
prudencia constitucional. Así cabe mencionar que en la STC Exp. Nº 0976-2001-PA/TC,
entre las modalidades de despido arbitrario se destaca el despido incausado, el cual se pro-
duce cuando “se despide al trabajador, ya sea de manera verbal o mediante comunicación
escrita, sin expresarle causa alguna derivada de la conducta o la labor que la justifique”
(fundamento 15, b). En tal sentido un despido será justificado o injustificado en tanto la
voluntad extintiva de la relación laboral manifestada por el empleador se lleve a cabo con
expresión de causa o sin ella, es decir, cuando se indican (o no) los hechos que motivan y
justifican la extinción de la relación laboral. Entonces, el despido será legítimo solo cuan-
do la decisión del empleador se fundamente en la existencia de una causa justa contempla-
da en la ley y debidamente comprobada en el procedimiento de despido, en el cual se de-
ben respetar las garantías mínimas que brinda el derecho fundamental al debido proceso
(Cfr. STC Exp. Nº 04229-2005-PA/TC).
5. En el presente caso la recurrente sostiene que su relación laboral se inició y mantuvo
mediante un contrato de trabajo verbal, ya que nunca habría firmado ningún contrato escri-
to. Sobre este hecho, pese a que la Sociedad emplazada ha participado activamente duran-
te la tramitación del proceso, no ha contradicho ni presentado documento alguno que acre-
dite los términos de la relación laboral que mantuvo con la demandante ya que únicamente
a fojas 64 ha deslizado el argumento de que la demandante pretende “cuestionar la cons-
titucionalidad de ciertos regímenes de contratación (los de exportación no tradicional)”;
sin embargo, con la presentación del certificado de trabajo de fojas 45 y la liquidación de
554
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
beneficios sociales, de fojas 89, queda comprobada la existencia de una relación laboral a
plazo indeterminado desde el 12 de mayo de 1998 hasta el 31 de enero de 2008, esto es,
por 9 años, 8 meses y 20 días.
6. De acuerdo con el material probatorio citado y lo alegado por el propio empleador a fo-
jas 64, no cabe duda que la relación laboral existente entre las partes era a plazo indetermi-
nado, por lo que la demandante solo podía ser despedida por una causa justa relacionada
con su conducta o capacidad laboral, lo que no ha sucedido en el presente caso, razón por
la cual la demanda debe ser estimada, pues la demandante ha sido objeto de un despido ar-
bitrario y no ha elegido reparar la vulneración de su derecho al trabajo a través de una in-
demnización por despido arbitrario.
7. Sin perjuicio de lo expuesto cabe precisar que el hecho de que el empleador haya efec-
tuado el depósito de la liquidación de beneficios sociales de la demandante, incluyendo el
pago de la indemnización por despido arbitrario, ello no significa señal alguna de acepta-
ción del pago de esta última, dado que, conforme lo ha establecido este Colegiado a través
de la STC Exp. Nº 03052-2009-PA/TC, el cobro de los beneficios sociales que por derecho
le corresponde percibir al trabajador (compensación por tiempo de servicios, vacaciones
truncas u otros conceptos remunerativos) no supone el consentimiento del despido arbitra-
rio, salvo que el afectado acepte el pago de la indemnización otorgada por el empleador,
en cuyo caso, operará la garantía indemnizatoria contenida en el artículo 34 del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR, por lo que el trabajador no podrá luego pretender su reposición a
través del proceso de amparo; situación que en el caso de autos, no se ha presentado, por
lo que dicho alegato carece de sustento para sostener que ha operado la sustracción de ma-
teria controvertida en el presente caso.
8. En la medida en que en el presente caso se ha acreditado que TOPY TOP S.A. ha vul-
nerado el derecho al trabajo de la recurrente, corresponde de conformidad con el artículo
56 del Código Procesal Constitucional, condenar a la Sociedad emplazada al pago de las
costas y costos procesales, que deben ser liquidados en la etapa de ejecución de la presen-
te sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional por haberse acreditado la vul-
neración del derecho al trabajo de la demandante; en consecuencia, NULO el despido de
doña Beatriz Rosaura Monroy Ríos.
2. ORDENAR a TOPY TOP S.A. que cumpla con reponer a doña Beatriz Rosaura Mon-
roy Ríos como trabajadora a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o
en otro de similar nivel o categoría en el plazo de 2 días, bajo apercibimiento de que el juez
de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22 y 59 del Código
Procesal Constitucional, con el abono de las costas y costos del proceso.
Publíquese y notifíquese.
SS. ETO CRUZ; VERGARA GOTELLI; URVIOLA HANI
555
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 01154-2011-PA/TC
HUÁNUCO
LUZ MERY HUANCA
HERRERA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes de diciembre, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Eto Cruz, Vergara Gotelli y Urviola Hani, pronuncia la si-
guiente sentencia, con el voto en mayoría de los magistrados Eto Cruz y Urviola Hani, el
voto en discordia del magistrado Vergara Gotelli y el voto dirimente del magistrado Calle
Hayen, que se agregan.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Luz Mery Huanca Herrera con-
tra la sentencia expedida por la Sala Única de Emergencia de la Corte Superior de Justi-
cia de Huánuco, de fojas 407, su fecha 18 de febrero de 2011, que declaró infundada la de-
manda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
§. Análisis del caso concreto
5. Cabe precisar que, de conformidad con la información detallada en la Constancia de
Prestación de Servicios de fecha 25 de marzo de 2010, suscrita por el Jefe de la Oficina Zo-
nal de Huánuco de Cofopri –que obra a fojas 80– la recurrente no solo ha prestado servi-
cios a la emplazada bajo la modalidad de contratos administrativos de servicios o de con-
tratos civiles, sino que también lo ha efectuado en calidad de servicios personales durante
los periodos comprendidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2000 y desde el 1
de enero (sic) de 2003 hasta el 12 de junio de 2007.
6. En efecto, como se acredita del certificado de trabajo que corre a fojas 76, la demandan-
te trabajó en el PETT del 1 de enero al 31 de diciembre de 2000, ocupando la plaza N° 120
del Cuadro para Asignación de Personal, bajo el régimen laboral de la actividad privada,
desempeñándose como tesorera.
7. Igualmente, consta a fojas 78 el certificado de trabajo que da cuenta que la demandante
laboró en el PETT del 1 de febrero de 2003 al 12 de junio de 2007, bajo la modalidad de
contratación por servicios específicos, sujeta al régimen laboral de la actividad privada,
desempeñándose como especialista administrativo –administradora, y ocupando la plaza
N° 219 del Cuadro para Asignación de Personal– como se corrobora del contrato por servi-
cios específicos que obra a fojas 29.
8. Hecha la precisión que antecede, cabe manifestar que en forma posterior a este último
periodo está acreditado que: i) desde el 13 de junio de 2007 hasta el 30 de junio de 2008 la
demandante prestó servicios mediante contratos de locación de servicios, como Asistente
Administrativo I, conforme se advierte de la citada constancia de fojas 80 y de la instru-
mental obrante a fojas 27; ii) la demandante laboró como Asistente Administrativo I, bajo
el régimen laboral especial del Decreto Legislativo N° 1057, desde el 1 de julio de 2008
556
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
557
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 00143-2011-PA/TC
PIURA
CARMEN MARCIAL
RAMÍREZ JUÁREZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 16 días del mes de mayo de 2011, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Vergara Gotelli y Beaumont
Callirgos, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto, adjunto, del ma-
gistrado Vergara Gotelli
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carmen Marcial Ramírez Juárez
contra la sentencia expedida por la Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Su-
perior de Justicia de Piura, de fojas 81, su fecha 25 de octubre de 2010, que declaró infun-
dada la demanda de amparo de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
Análisis de la cuestión controvertida
3. De autos se advierte que el demandante prestó servicios para la Municipalidad empla-
zada durante periodos interrumpidos, siendo el último periodo el comprendido desde el 1
de marzo hasta el 30 de abril de 2010, tal como se acredita con los comprobantes de pago
obrantes de fojas 4 a 5, de los cuales se advierte que el recurrente realizó la labor de lim-
pieza pública, mediante contratos de servicios por terceros; por lo tanto, dicho periodo se
tendrá en cuenta para dilucidar la presente controversia.
4. Siendo así, en el presente caso se debe determinar si la prestación de servicios del re-
currente, en aplicación del principio de primacía de la realidad, puede ser considerada un
contrato de trabajo de duración indeterminada, porque de ser así el demandante solo podía
ser despedido por causa justa prevista en la ley.
5. En tal sentido, a fin de determinar la naturaleza de los servicios que prestó el demandan-
te para la Municipalidad emplazada, es preciso aplicar el principio de primacía de la rea-
lidad, el que como lo ha señalado este Colegiado es un elemento implícito en nuestro or-
denamiento jurídico y, concretamente, impuesto por la propia naturaleza tuitiva de nuestra
Constitución, acotándose, en la STC Exp. N° 1944-2002-AA/TC, que mediante este prin-
cipio “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fluye de los
documentos, debe darse preferencia a lo primero; es decir, a lo que sucede en el terreno de
los hechos” (fundamento 3).
6. Pues bien, para determinar si existió una relación de trabajo entre las partes encubierta
mediante un contrato civil, este Tribunal debe evaluar si en los hechos se presentó, en for-
ma alternativa y no concurrente, alguno de los siguientes rasgos de laboralidad: a) control
sobre la prestación o la forma en que esta se ejecuta;b) integración de la demandante en la
estructura organizacional de la emplazada; c) prestación ejecutada dentro de un horario de-
terminado; d) prestación de cierta duración y continuidad; e) suministro de herramientas
y materiales a la demandante para la prestación del servicio; f) pago de remuneración a la
558
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
559
Joel Rosas Alcántara
EXP. N° 02187-2012-PA/TC
LAMBAYEQUE
INOCENCIO CARRASCAL
TAPIA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de marzo de 2013 la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Ca-
lle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado
Vergara Gotelli, que se agrega.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Inocencio Carrascal Tapia contra la
sentencia expedida por la Sala Descentralizada Mixta y de Apelaciones de la Corte Supe-
rior de Justicia de Lambayeque, de fojas 216, su fecha 27 de marzo de 2012, que declaró
improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
4) Sobre la afectación del derecho al trabajo
(…)
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. El artículo 22 de la Constitución Política del Perú establece que: “El trabajo es un
deber y un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”.
Mientras que el artículo 27 de la carta magna señala que: “La ley otorga al trabajador ade-
cuada protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del derecho al trabajo implica
dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho
a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supo-
ne la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda
a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto im-
plica un desarrollo progresivo y según las posibilidades económicas del Estado. El se-
gundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedi-
do salvo por causa justa.
4.3.2. La cuestión controvertida consiste en determinar si entre las partes existía o no un
contrato de trabajo a plazo indeterminado. Ello es necesario a efectos de aplicar el princi-
pio de primacía de la realidad, en cuyo caso el demandante solo podía haber sido despedi-
do por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral.
4.3.3. En tal sentido, cabe señalar que con respecto al principio de primacía de la realidad,
que es un elemento implícito en nuestro ordenamiento jurídico y, concretamente, impues-
to por la propia naturaleza tuitiva de nuestra Constitución, se ha precisado, en la STC Exp.
N° 1944-2002-AA/TC, que: “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica
y lo que fluye de los documentos, debe darse preferencia a lo primero; es decir, a lo que su-
cede en el terreno de los hechos” (Fund. 3).
560
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
4.3.4. De autos se desprende que el recurrente prestó servicios primero bajo el régimen de
contrato de locación de servicios personales desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre
de 2003 (ff. jj. 1 y 2); después bajo el régimen de contratos de servicios personales a pla-
zo fijo desde el 1 de octubre de 2003 hasta el 31 de diciembre de 2009 (ff. jj. 3 a 16); lue-
go conforme obra de “las planillas de remuneraciones empleados SNP” desde enero a di-
ciembre de 2010 (ff. jj. 102 a 113) como operador de tractor de oruga, confirmándose que
el demandante ha prestado servicios de manera ininterrumpida, desde el primero de julio
de 2003 hasta el 3 de enero de 2011. Es decir, en el presente caso se acredita que en reali-
dad realizaba labores inherentes a los obreros. Esta calificación se ve corroborada con lo
señalado en la primera cláusula del contrato de locación de servicios personales (ff. jj. 1 y
2), pues en este se señala que se contrata los servicios del operador de tractor para realizar
las diferentes trochas carrozables.
Al respecto, cabe reiterar que este Tribunal, en uniforme jurisprudencia, ha establecido
que las labores que realiza un operario-chofer de maquinaria pesada no son de carácter
temporal, sino que más bien son de naturaleza permanente (Exp. 00180-2012-PA/TC).
4.3.5. Debe destacarse que tampoco podrían ser consideradas como materia de contrata-
ción bajo la modalidad de servicios personales a plazo fijo, debido a que se ha acreditado
que en realidad el actor prestaba servicios en calidad de obrero; por lo que de conformi-
dad con el artículo 37 de la Ley Nº 27972, que establece que los obreros municipales están
sujetos al régimen laboral de la actividad privada, debe entenderse que es este el régimen
laboral aplicable al demandante, careciendo de validez la calificación que hizo la Muni-
cipalidad demandada en los contratos de servicios personales a plazo fijo, pues es contra-
ria a la mencionada ley.
4.3.6. En consecuencia, conforme se advierte de la constancia policial, obrante a fojas
19, la emplazada ha despedido al demandante sin haberle expresado causa alguna rela-
cionada con su conducta o su desempeño laboral que justifique dicha decisión, vulneran-
do de esta manera su derecho constitucional al trabajo, razón por la cual se configura un
despido incausado.
4.3.7. Finalmente, debe precisarse que mediante el Oficio Nº 064-2011.-JIPM-C/MGC, de
fecha 18 de agosto de 2011 (f. j. 99), se ordenó al alcalde de la Municipalidad emplazada
que informe sobre el régimen laboral al cual perteneció el demandante; no obstante, la em-
plazada no cumplió con lo ordenado, no obrando en autos instrumental que acredite lo ar-
gumentado por la demandada.
4.3.8. Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de
amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, conviene señalar que cuando se in-
terponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública cuya finali-
dad sea la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingen-
cia económica que tiene que preverse en el presupuesto, con la finalidad de poder actuar o
ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.
En estos casos, la Administración Pública, para justificar el mantenimiento de la plaza pre-
supuestada tendrá presente que el artículo 7 del C.P.Const. dispone que: “El Procurador
Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en
conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere
que se afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fiscales, ya que la
Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la ju-
risprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con
el proceso.
561
Joel Rosas Alcántara
5) Efectos de la sentencia
5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que la entidad demandada ha vulne-
rado el derecho constitucional al trabajo corresponde ordenar la reposición del demandan-
te como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro
de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de
ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22 y 59 del Código
Procesal Constitucional.
5.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, la
entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en
la etapa de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación del derecho al traba-
jo; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.
2. ORDENAR que la Municipalidad Distrital de Santo Tomás - Cutervo reponga a don
Inocencio Carrascal Tapia como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de
trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de
que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22 y 59
del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS. URVIOLA HANI; VERGARA GOTELLI; CALLE HAYEN
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 01167-2012-PA/TC
LAMBAYEQUE
BILLY JHACSON
BARTRA DEZAR
RAZÓN DE RELATORÍA
La sentencia recaída en el Expediente Nº 01167-2012-PA/TC es aquella que declara
FUNDADA la demanda, y se compone del voto en mayoría de los ex magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz, y del voto del magistrado Urviola Hani llamado a dirimir para resol-
ver la discordia suscitada por el voto discrepante del exmagistrado Álvarez Miranda. Se
deja constancia que los votos alcanzan la mayoría suficiente para formar resolución, como
lo prevé el artículo 5 –cuarto párrafo– de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y
el artículo 11 –primer párrafo– del Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional.
Asimismo, se deja constancia del voto del ex magistrado Álvarez Miranda que se agrega.
Lima, 5 de enero de 2015
EXP. N° 01167-2012-PA/TC
LAMBAYEQUE
BILLY JHACSON
BARTRA DEZAR
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por don Billy Jhacson Bartra De-
zar contra la sentencia expedida por la Sala Especializada en Derecho Constitucional de
la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas 252, su fecha 5 de enero de 2012,
que declaró infundada la demanda de amparo, los magistrados firmantes emiten el presen-
te voto:
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
3) Sobre la afectación de los derechos al trabajo y la protección adecuada contra el
despido arbitrario
(…)
3.3. Consideraciones
3.3.1. El derecho a la protección adecuada contra el despido arbitrario está directamente
vinculado al derecho constitucional al trabajo, reconocido por el artículo 22 de la Cons-
titución. Al respecto, estimamos que el contenido esencial del derecho al trabajo implica
dos aspectos. El de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a
no ser despedido sino por causa justa.
Respecto al derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario
reconocido en el artículo 27 de la Constitución, se debe señalar que el Tribunal Consti-
tucional, en la STC Exp. Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué
563
Joel Rosas Alcántara
debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el Tri-
bunal Constitucional ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Exp.
Nº 05650-2009-PA/TC), dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de ca-
rácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de eficacia resarcitoria, cuan-
do el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemniza-
ción por despido arbitrario; y b) protección de eficacia restitutoria, cuando el trabajador
opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional,
siempre y cuando el despido se haya producido, entre otros supuestos, de manera incau-
sada, es decir, ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expre-
sión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador
que la justifique.
3.3.2. En autos se acredita que el recurrente estuvo vinculado a la empresa emplazada me-
diante un convenio de prácticas profesiones desde el 1 de abril de 2006 hasta el 30 de abril
de 2007 (fojas 3 a 6), y por medio de un contrato de trabajo sujeto a la modalidad por in-
cremento de actividades vigente del 1 de mayo al 31 de octubre de 2007, sucesivamente
prorrogado hasta el 31 de julio de 2009 (fojas 7 a 12).
3.3.3. Con relación a los convenios de prácticas profesionales, los artículos 13 y 51 de la
Ley Nº 28518, Ley sobre modalidades formativas laborales, establecen:
“Artículo 13.- Práctica Profesional
Es la modalidad que busca consolidar los aprendizajes adquiridos a lo largo de la for-
mación profesional, así como ejercitar su desempeño en una situación real de traba-
jo. (…)”.
“Artículo 51.- Desnaturalización de las modalidades formativas
Se desnaturalizan las modalidades formativas y se entiende que existe una relación
laboral común en los siguientes casos:
(…)
2. La falta de capacitación en la ocupación específica y/o el desarrollo de actividades
del beneficiario ajenas a la de los estudios técnicos o profesionales establecidos en el
convenio”.
Asimismo, los artículos 12 y 40 del Decreto Supremo Nº 007-2005-TR, Reglamento de la
Ley Nº 28518, estipulan:
“Artículo 12.- Adecuación Formativo Laboral
Las labores que realice el beneficiario deben estar relacionadas directamente con las
áreas que correspondan a su formación académica”.
“Artículo 40.- De la desnaturalización
La desnaturalización de la modalidad formativa laboral, implica la existencia de una
relación laboral”.
3.3.4. En el presente caso, con los instrumentos probatorios obrantes en autos se acredita
que el demandante, durante la vigencia de su convenio de prácticas profesionales, prestó
servicios para la empresa emplazada como asesor comercial. En efecto, en el correo elec-
trónico generado con fecha 25 de mayo de 2006 por el Jefe Zonal Chiclayo se advierte que
se hace referencia al actor como un “nuevo asesor” (fojas 55); similar hecho se observa en
los correos de fojas 57 y 58. Asimismo, se aprecia que en diversos correos electrónicos se
564
E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
solicita que se le asignen al demandante códigos como usuario para acceso a los sistemas
Q Matick, Multigestión, Speedy Sigy Gestel (fojas 53 a 62), y que se le exigía un mínimo
de atenciones a clientes por día (fojas 63 a 67). De igual manera, queda acreditada la na-
turaleza laboral de los servicios prestados por el actor con los reportes de evaluación men-
sual de asesores (fojas 74 a 88), de comisiones de ventas (fojas 89 a 91) y de rendimiento
(fojas 97). También debe observarse que conforme consta en el contrato individual de otor-
gamiento de prestaciones alimentarias en la modalidad de suministro indirecto, obrante a
fojas 13, el accionante percibió, a partir del mes de setiembre de 2006, tickets, cupones o
vales de alimentos, al amparo de la Ley Nº 28051, “Ley de prestaciones alimentarias en
beneficio de los trabajadores sujetos al régimen laboral de la actividad privada”, sin tener
en consideración que de conformidad con el artículo 3 de la Ley Nº 28518, las modalida-
des formativas no están sujetas a la normatividad laboral vigente, y que los beneficiarios
de las modalidades formativas laborales no perciben una remuneración, sino una sub-
vención económica mensual. En consecuencia, al haberse desnaturalizado el convenio de
prácticas profesiones suscrito por el demandante, se ha configurado entre la partes una re-
lación laboral a plazo indeterminado.
3.3.5. Sin perjuicio de lo antes expuesto, también se advierte que en la cláusula primera
del contrato modal por incremento de actividades de fojas 7, se señala que la empresa de-
mandada “(…) es una compañía privada cuyo objeto social es dedicarse directa o indirec-
tamente a la comercialización de toda clase de bienes y servicios, estén o no vinculados
con las telecomunicaciones y requiere contratar en forma temporal los servicios de per-
sonal a fin de atender el incremento de sus actividades producido como consecuencia de
Atención personalizada de los nuevos negocios de ventas en los que TSC está incursionan-
do, y que no pueden ser atendidos en su totalidad con el personal actual. Las partes dejan
constancia que la contratación en forma temporal del personal que requiere LA EMPRE-
SA tiene por objeto exclusivamente la atención de las necesidades derivadas del incremen-
to de sus actividades por las razones expuestas en el primer párrafo de la presente cláusu-
la primera, para lo cual LA EMPRESA requiere contratar trabajadores que se encarguen
en forma paulatina y progresiva de la ejecución de las distintas labores que genera el re-
ferido incremento de actividades del negocio”. Como se advierte, en dicho contrato no se
proporciona información relevante que permita establecer que, en efecto, existió una cau-
sa objetiva, que podría justificar una contratación modal y no una a plazo indeterminado,
pues, por ejemplo, no se ha precisado qué actividad de la empresa demandada se ha incre-
mentado ni cuáles son los “nuevos negocios de ventas” que justifican la contratación tem-
poral del actor. La referencia consignada en el texto de la cláusula primera del referido
contrato es vaga y solo menciona la existencia de un “incremento de sus actividades pro-
ducido como consecuencia de Atención personalizada de los nuevos negocios de ventas”.
Por tanto, al no haberse especificado con detalle la causa objetiva de contratación en el re-
ferido contrato por incremento de actividades, el contrato de trabajo ha sido desnaturali-
zado, por haberse producido el supuesto previsto en el inciso d) del artículo 77 del Decre-
to Supremo Nº 003-97-TR.
3.3.6. En consecuencia, habiéndose acreditado la existencia de una relación laboral con la
emplazada, el demandante solamente podía ser despedido por causa justa de despido re-
lacionada con su conducta o su desempeño laborales, lo que no ha sucedido en el presen-
te caso.
3.3.7. Por lo expuesto, consideramos que en el presente caso se habría configurado un des-
pido incausado, violatorio de los derechos constitucionales al trabajo y a la protección ade-
cuada contra el despido arbitrario del demandante, reconocidos en los artículos 22 y 27 de
la Constitución.
565
Joel Rosas Alcántara
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXP. N° 01167-2012-PA/TC
LAMBAYEQUE
BILLY JHACSON
BARTRA DEZAR
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO URVIOLA HANI
Con el debido respeto por la opinión del ex magistrado Álvarez Miranda, me adhiero a
decretado por los ex magistrados Mesía Ramírez y Eto Cruz pues, conforme lo justifican,
también considero que la presente demanda resulta fundada.
Sr. URVIOLA HANI
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Joel Rosas Alcántara
EXPEDIENTE 0020-2012-PI/TC
CONGRESISTAS DE LA REPÚBLICA
PLENO JURISDICCIONAL
Expediente 0020-2012-PI/TC
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Del 16 de abril de 2014
STC Exp. Nº 01.014-PI
Caso Ley de Reforma Magisterial 2
Congresistas de la República c. Congreso de la República
Asunto
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el 25 % del número legal de congresistas
de la República contra el primer párrafo de la Primera Disposición Complementaria, Tran-
sitoria y Final de la Ley Nº 29944, Ley de Reforma Magisterial.
Magistrados firmantes:
SS.
URVIOLA HANI
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
TABLA DE CONTENIDOS
I. CUESTIONES PRELIMINARES
A. RELACIÓN JURÍDICA-PROCESAL
B. PETITORIO CONSTITUCIONAL
C. VIOLACIÓN CONSTITUCIONAL INVOCADA
D. DEBATE CONSTITUCIONAL
§1. Demanda
§2. Contestación de demanda
E. FIJACIÓN DE PUNTOS CONSTITUCIONALES CONTROVERTIDOS
II. FUNDAMENTOS
A. ANÁLISIS DE LA MIGRACIÓN DE NIVEL O ESCALA DE LOS PROFESORES
DE LA LEY Nº 24029 A LA LEY Nº 29944
A1. Sobre la existencia de un derecho adquirido a favor de los Profesores
A2. Sobre la supuesta violación del derecho a una remuneración
A3. Sobre la supuesta violación del principio de dignidad del trabajador
A4. Sobre la supuesta violación del derecho-principio a la igualdad
B. ANÁLISIS DE LA INCONSTITUCIONALIDAD POR OMISIÓN DE AUSENCIA
DE RECONOCIMIENTO DE LA “DEUDA LABORAL”
III. FALLO
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
EXPEDIENTE Nº 0020-2012-PI/TC
CONGRESISTAS DE LA REPÚBLICA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 16 días del mes de abril de 2014, el Tribunal Constitucional, en sesión del
Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Urviola Hani, presidente, Vergara
Gotelli, vicepresidente, Mesía Ramírez, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pro-
nuncia la siguiente sentencia
(…)
E. FIJACIÓN DE PUNTOS CONSTITUCIONALES CONTROVERTIDOS
Determinada la posición de las partes del proceso, es preciso que el Tribunal Constitucio-
nal defina los temas a desarrollarse a lo largo de la presente sentencia.
• ¿Es válida constitucionalmente la variación de niveles o escalas como producto de la
reorganización de la carrera magisterial? En tal sentido,
- ¿Se está afectando un derecho adquirido establecido en la Ley 24029?
- ¿Se le ha vulnerado a los profesores el derecho a la remuneración establecida en el ar-
tículo 24 de la Constitución? En tal sentido,
o
¿Qué es el derecho a una remuneración?
o
¿Es posible restringir la intangibilidad del derecho a una remuneración?
o
¿De qué manera se concretizan los supuestos de limitación a dicha intangibilidad en el
caso de los profesores de la carrera magisterial?
o
¿Realmente se produce una afectación al derecho a una remuneración en la Ley 29944?
- ¿Se observa una violación del principio de la dignidad humana?
- ¿Existe una discriminación de los trabajadores de la Ley del Profesorado con relación a
la Ley de Carrera Magisterial?
• ¿Es admisible que la ley impugnada haya omitido reconocer la ‘deuda laboral’ a favor
de los docentes?
II. FUNDAMENTOS
1. En vista de que la demanda tiene por objeto declarar tanto la inconstitucionalidad por el
fondo del primer párrafo de la Primera Disposición Complementaria, Transitoria y Final
de la Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial, como la inconstitucionalidad por omisión en
lo relativo a la ausencia de regulación de la deuda laboral, la presente sentencia realizará
un análisis separado de ambas.
A. ANÁLISIS DE LA MIGRACIÓN DE NIVEL O ESCALA DE LOS PROFESO-
RES DE LA LEY Nº 24029 A LA LEY Nº 29944
2. Con relación al análisis de constitucionalidad del primer párrafo de la Primera Disposi-
ción Complementaria, Transitoria y Final de la Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial (“Los
profesores nombrados, pertenecientes al régimen de la Ley Nº 24029, comprendidos en los
niveles magisteriales I y II, son ubicados en la primera escala magisterial, los del III nivel
magisterial en la segunda escala magisterial, y los comprendidos en los niveles magisteria-
les IV y V son ubicados en la tercera escala magisterial a que se refiere la presente Ley”),
569
Joel Rosas Alcántara
antes de ingresar al fondo de las impugnaciones realizadas por el accionante, conviene re-
cordar el historial de la carrera magisterial en el país.
3. Antes de la entrada en vigor de la Ley Nº 29944 existían dos regímenes laborales de
los profesores de la carrera pública, evolución que puede quedar resumida de la siguien-
te manera:
• En primer lugar, se encuentra el régimen de la Ley 24029, del Profesorado, publica-
da el 15 de diciembre de 1984. En ella, la carrera magisterial estaba compuesta por cin-
co niveles.
• No hace mucho se instauró el régimen de la Ley 29062, de la Carrera Pública Magisterial,
publicada el 12 de julio de 2007, analizada en su constitucionalidad en la STC Exp. Nº 0025-
2007-PI/TC, y que regiría paralelamente a la Ley Nº 24029. La carrera magisterial también
estaba constituida por cinco niveles, diferenciándose con la anterior por los años de servi-
cios requeridos para el ascenso de nivel y la existencia de una evaluación para su ingreso.
• En la actualidad rige la Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial, publicada el 25 de no-
viembre de 2012, que está siendo impugnada. Ahora, la carrera magisterial está compues-
ta por ocho escalas magisteriales y unifica los regímenes establecidos por la Ley Nº 24029
y la Ley 29062.
4. De acuerdo al primer párrafo de la Primera Disposición Complementaria, Transitoria
y Final de la Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial, los profesores de los cinco niveles
magisteriales de la Ley Nº 24029, del Profesorado, deben ser ubicados en las tres prime-
ras escalas magisteriales de la Ley Nº 29944. En efecto, de acuerdo a esta disposición le-
gal, la migración se produce de la siguiente manera:
• Los profesores comprendidos en los niveles magisteriales I y II de la Ley 24029 son ubi-
cados en la Primera Escala Magisterial de la Ley Nº 29944.
• Los profesores del nivel magisterial III de la Ley Nº 24029 son ubicados en la Segunda
Escala Magisterial de la Ley Nº 29944.
• Los profesores de los niveles magisteriales IV y V de la Ley Nº 24029 son ubicados en
la Tercera Escala Magisterial de la Ley Nº 29944.
Cuadro 1. Migración de la Ley Nº 24029 a la Ley Nº 29944
Ley Nº 24029, del Profesorado Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial
Nivel Magisterial I
I Escala Magisterial
Nivel Magisterial II
Nivel Magisterial III II Escala Magisterial
Nivel Magisterial IV
III Escala Magisterial
Nivel Magisterial V
IV Escala Magisterial
V Escala Magisterial
VI Escala Magisterial
VII Escala Magisterial
VIII Escala Magisterial
Fuente: Ley Nº 29944. Elaboración: TC.
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y la Mano de Obra Femenina por un Trabajo de Igual Valor, debidamente ratificado y sus-
crito por el Perú, ha señalado que la remuneración: “(…) comprende el salario o sueldo or-
dinario, básico o mínimo, y cualquier otro emolumento en dinero o en especie pagados por
el empleador, directa o indirectamente, al trabajador, en concepto del empleo de este últi-
mo”, reflejando una concepción totalizadora de la remuneración establecido en la Consti-
tución. En el ámbito doméstico son diversas normas las que explican qué se incluye den-
tro del concepto de remuneración.
• El artículo 43 del Decreto Legislativo Nº 276, Ley de Bases de la Carrera Administrati-
va y de Remuneraciones del Sector Público, entiende que la remuneración de los funcio-
narios y servidores públicos está constituida por el haber básico, las bonificaciones y los
beneficios.
• En esa misma línea, para el artículo 6 del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, Texto Único
Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad y Competitividad Labo-
ral, constituye remuneración el íntegro de lo que el trabajador recibe por sus servicios, en
dinero o en especie, cualquiera que sea la forma o denominación que tenga, siempre que
sean de su libre disposición; además, las sumas de dinero que se entreguen al trabajador
directamente en calidad de alimentación principal, como desayuno, almuerzo o refrigerio
que lo sustituya o cena.
• Por su parte, la reciente Ley Nº 30057, del Servicio Civil, bajo la denominación de
“compensación económica”, lo desarrolla como el conjunto de ingresos y beneficios que
la entidad destina al servidor civil para retribuir la prestación de sus servicios a la enti-
dad de acuerdo al puesto que ocupa (artículo 28), a través de una contraprestación en di-
nero (artículo 29.a), estando compuesta, de acuerdo al artículo 31.1, por un elemento prin-
cipal (directamente relacionado a la familia de puestos), otro ajustado (según el puesto y
funciones) y si corresponde por una valoración priorizada (por situaciones atípicas, como
accesibilidad geográfica, por altitud, riesgo de vida, riesgo legal o servicios efectivos en
el extranjero).
• Siguiendo la lógica establecida en la Ley Nº 30057, la Ley Nº 29944 –impugnada en
parte en el proceso de inconstitucionalidad– también establece que la remuneración ínte-
gra mensual, correspondiente a su escala magisterial (artículo 41) y a la jornada de traba-
jo, comprende las horas de docencia en el aula, la preparación de clases y la evaluación,
las actividades extracurriculares complementarias, el trabajo con las familias y la comu-
nidad y el apoyo al desarrollo de la institución educativa, pudiéndose percibir asignacio-
nes temporales por cargos de responsabilidad, por ubicación de la institución educativa en
el ámbito rural y frontera y por si la institución educativa es unidocente, multigrado o bi-
lingüe (artículo 56).
15. Más allá de los conceptos que integran la remuneración, este Tribunal considera im-
prescindible centrar su estudio en la estructura del derecho fundamental. Esta se encuentra
compuesta por elementos diferenciados (fundamento 75 de la STC Exp. Nº 0050-2004-AI/
TC y otros): el contenido esencial es absolutamente intangible para el legislador, definido
desde la teoría institucional, y uno accidental, claudicante ante los límites proporcionados
que el legislador establezca a fin de proteger otros derechos o bienes constitucionalmente
garantizados. Por tal razón, corresponde a este Colegiado a fin de resolver la controversia
planteada definir, de manera inicial, qué elementos constituyen ambos contenidos.
i) Contenido esencial
16. A criterio de este Tribunal el contenido esencial del derecho fundamental a la remu-
neración, tal y como está reconocido en el marco constitucional, abarca los siguientes
elementos:
573
Joel Rosas Alcántara
• Acceso, en tanto nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución (artículo 23 de la
Constitución).
• No privación arbitraria, como reflejo del acceso, en tanto ningún empleador puede de-
jar de otorgar la remuneración sin causa justificada
• Prioritario, en tanto su pago es preferente frente a las demás obligaciones del emplea-
dor, de cara a su naturaleza alimentaria y su relación con el derecho a la vida y el principio-
derecho a la igualdad y la dignidad (segundo párrafo del artículo 24 de la Constitución).
• Equidad, al no ser posible la discriminación en el pago de la remuneración (primer pá-
rrafo del artículo 24 de la Constitución).
• Suficiencia, por constituir el quántum mínimo que garantiza al trabajador y a su familia
su bienestar (primer párrafo del artículo 24 de la Constitución).
17. En este orden de ideas, y atendiendo a los cuestionamientos invocados en el caso de
autos, conviene precisar lo que este Tribunal entiende por las categorías de remuneración
“equitativa” y “suficiente”.
(*) Remuneración equitativa
18. La Constitución reconoce explícitamente la protección a la remuneración equitativa.
El Convenio 100 de la OIT, al respecto, establece que: “Todo miembro deberá, emplean-
do medios adaptados a los métodos vigentes de fijación de tasas de remuneración, promo-
ver y, en la medida en que sea compatible con dichos métodos, garantizar la aplicación a
todos los trabajadores del principio de igualdad de remuneración entre la mano de obra
masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor”. De ello se desprende
que toda remuneración calculada con base en criterios discriminatorios por razón de géne-
ro será inequitativa y, por ende, inconstitucional.19. Sin embargo, a partir del análisis de
otras fuentes normativas así como de la jurisprudencia emitida por este Tribunal, tal “re-
muneración equitativa” no puede limitarse a garantizar el principio-derecho de igualdad
por cuestión de género recogido en el artículo 2.2 de la Constitución, sino va más allá. Así,
este Colegiado ha establecido que:“(…) la remuneración como retribución que percibe el
trabajador por el trabajo prestado a su empleador no debe ser sometida a ningún acto de
discriminación”, no puede ser objeto de diferenciación, como por ejemplo, otorgar a unos
una mayor remuneración que a otros por igual trabajo, quedando proscrito, en consecuen-
cia, cualquier trato discriminatorio que, amparándose en causas prohibidas, afecte el dere-
cho fundamental a la remuneración (fundamento 8 de la STC Exp. Nº 4922-2007-PA/TC).
20. Por ejemplo, en la Ley Nº 30057, del Servicio Civil, se reconoce como principio de la
compensación (remuneración) a la equidad, entendida como un reconocimiento: “Al tra-
bajo desempeñado en puestos similares pero en condiciones diferentes de exigencia, res-
ponsabilidad o complejidad le corresponde diferente compensación económica y al traba-
jo desempeñado en puestos y condiciones similares le corresponde similar compensación
económica” (artículo 30.b).
21. Este criterio es concordante con el artículo 7.a.i del Pacto Internacional de Derechos Eco-
nómicos, Sociales y Culturales y con el artículo 7.a del Protocolo adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-
rales, Protocolo de San Salvador, que, en la parte pertinente establecen que los Estados Par-
tes del Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce de “(…) un salario equitativo e
igual por trabajo de igual valor, sin distinciones de ninguna especie”. Se hace énfasis, como
es de suponerse, en la especial protección que merecen las condiciones de trabajo y el sala-
rio de las mujeres, en tanto no pueden ser inferiores a las de los hombres.
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• La consistencia, en tanto debe guardar relación con las condiciones de exigencia, res-
ponsabilidad y complejidad del puesto que ocupa el trabajador. Para su determinación, ha
de tomar en cuenta el efecto ingreso (o renta), según el cual la variación del número de-
seado de horas de trabajo provocada por una variación del ingreso debe mantener cons-
tante el salario.
• La intangibilidad, en tanto no es posible la reducción desproporcional de una remu-
neración, lo que fluye del carácter irrenunciable de los derechos de los trabajadores (ar-
tículo 26.2 de la Constitución, definida en múltiple jurisprudencia, como la STC Exp.
Nº 4188-2004-AA/TC).
33. Tomando en cuenta el cuestionamiento constitucional del primer párrafo de la Primera
Disposición Complementaria, Transitoria y Final de la Ley Nº 29944, de Reforma Magis-
terial, es preciso centrarnos en el análisis del elemento “intangibilidad” y ver en qué sen-
tido este puede ser limitado.
b. Las restricciones a la intangibilidad de las remuneraciones
34. Uno de los supuestos de la restricción o limitación del derecho fundamental a la remu-
neración se centra en la intangibilidad de la remuneración. Es así como es materia de aná-
lisis la posibilidad de que sea reducida.
35. En general, en el ámbito de la relación laboral es posible la reestructuración del esca-
lafón remunerativo siempre que se respete el contenido esencial del derecho a la remune-
ración si se cumplen determinados requisitos:
• Excepcionalidad, es decir, que la reducción de la remuneración sea una medida extraor-
dinaria y coyuntural que tiene lugar en contextos especiales.
• Razonabilidad, es decir, que la reducción respeta determinados límites de proporciona-
lidad de manera tal que no suponga una disminución significativa de la remuneración, ni
sea arbitraria.
36. Lógicamente, por más que la reducción de la remuneración sea posible, dicha afecta-
ción tiene como límite la RMV o la colectiva, según la jornada de trabajo y según la labor
realizada, en la medida en que se trata de una remuneración suficiente que permite al tra-
bajador y a su familia satisfacer sus necesidades básicas, convirtiéndose así en un salario
mínimo obligatorio.
37. La reducción de la remuneración puede ser realizada de dos maneras diferenciadas, se-
gún este Colegiado pasa a explicar, pero se detendrá en el segundo de los supuestos.
i) Reducción consensuada
38. La reducción de la remuneración es consensuada si es realizada de manera volunta-
ria, es decir, si existe un acuerdo libre, espontáneo, expreso y motivado entre el trabaja-
dor y el empleador.
39. La posibilidad de reducción consensuada no es nueva en el derecho interno. A esta
conclusión se puede llegar de la lectura del artículo único de la Ley Nº 9463, del 17 de di-
ciembre de 1941, que señala que: “La reducción de remuneraciones aceptada por un ser-
vidor, no perjudicará en forma alguna los derechos adquiridos por servicios ya prestados
(…), debiendo computársele las indemnizaciones por los años de servicios de conformi-
dad con las remuneraciones percibidas, hasta el momento de la reducción. Las indemni-
zaciones posteriores se computarán de acuerdo con las remuneraciones rebajadas”, sobre
lo cual este Tribunal ha tenido oportunidad de manifestar que la posibilidad de reducir las
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Joel Rosas Alcántara
remuneraciones está autorizada por la Ley Nº 9463 siempre que medie la aceptación del
trabajador (fundamento 3 de la STC Exp. Nº 0009-2004-AA/TC).
40. También se ha admitido jurisprudencialmente que puede existir una reducción de la re-
muneración a través de un descuento aceptado por el trabajador (fundamento 6 de la STC
Exp. Nº 0818-2005-PA/TC).
ii) Reducción no consensuada
41. La reducción de la remuneración también puede ser adoptada por una decisión unila-
teral por parte del empleador, particular o el Estado mismo, es decir, sin aceptación pre-
via del trabajador.
42. Esta posibilidad de reducción, aparte de la afectación de las planillas de pago por or-
den judicial (consentido en el fundamento 6 de la STC Exp. Nº 0818-2005-PA/TC), de otro
lado, se encuentra contemplada en el derecho interno y resulta de la interpretación y apli-
cación a contrario sensu del artículo 30.b del Decreto Supremo Nº 003-97-TR y del ar-
tículo 49 de su Reglamento, aprobado por el Decreto Supremo Nº 001-96-TR, que con-
sideran que la reducción inmotivada de la remuneración o de la categoría es un acto de
hostilidad equiparable al despido si es dispuesta por decisión unilateral del empleador que
carezca de causa objetiva o legal. Desde esta perspectiva, resulta válida –en términos cons-
titucionales– la reducción de la remuneración o de la categoría por decisión unilateral del
empleador si es que posee una causa objetiva o legal.
43. Este Colegiado ergo considera viable la reducción no consensuada de remuneraciones
por causa objetiva y justificada, siempre que dicha disminución de haberes refleje la ex-
presión de los motivos o razones por los que se procede a la reducción de la remuneración
o la invocación de la regulación legal que la justifique.
44. De otro lado, requiere establecerse algunas condiciones para la utilización de esta me-
dida excepcional. Puede estar referida a una serie de supuestos, entre los cuales se puede
nombrar los siguientes:
• Necesidad de cumplir los objetivos económicos y financieros, que implica la reduc-
ción de la remuneración sustentada en la necesidad de reducir el déficit o la escasez a fin
de garantizar la estabilidad y el equilibrio económicos del Estado –o en su caso de una em-
presa–, y exige que debe existir una relación directa entre la medida adoptada y la política
o planificación económica perseguida. En suma, se trata de una medida excepcional que
se encuentra constitucionalmente justificada en aquellos contextos especiales que gene-
ren un impacto económico negativo en la actividad desarrollada por el Estado o por la en-
tidad privada que haga propicia la adopción de tales medidas a fin de evitar mayores per-
juicios económicos.
• Necesidad de una reorganización del personal, que puede incluir la supervisión y reor-
ganización debidamente justificada de la prestación de los servicios –públicos esenciales
en caso de que sea el Estado– que brinda el empleador.
45. La reducción de la remuneración no consensuada no implica una vulneración del prin-
cipio de progresividad (o de no regresividad) de los derechos sociales. Este principio
supone que las medidas que debe adoptar el Estado con referencia a la plena efectividad de
dichos derechos no pueden ser “regresivas”, esto es, no pueden ser medidas que generen
un estado de cosas o una situación que sea más perjudicial que la que se encuentre efecti-
vamente establecida. Sin embargo, este principio tampoco supone la absoluta imposibili-
dad de limitar los avances efectuados por el Estado en materia de derechos sociales, siem-
pre que existan razones de interés general que así lo justifiquen.
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2.0
PERÚ
1.5
ECONOMÍA DE INGRESOS
ALTOS Y MEDIOS
1.0
LATINAMÉRICA Y EL CARIBE
0.5
Resultados HCI
0.0
-0.5
-1.0
-1.5
-2.0
-2.5
Fuente: Foro Económico Mundial (WEF). Reporte de Competitividad Global 2012–2013. <http://www.
weforum.org/reports>.
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• Los resultados mostrados tienen relación con los obtenidos por las entidades internas
(Ministerio de Educación) en sus propias investigaciones. Tras la aplicación de la evalua-
ción censal a 567 mil 304 estudiantes del 2° grado de primaria y 4° grado de primaria de
Educación Intercultural Bilingüe (EIB), en comprensión lectora, un 49,3 % se ubica aún
en proceso y el 19,8 % está todavía debajo del mínimo; en el caso de matemática, solo el
12,8 % logró el nivel satisfactorio (Evaluación Censal de Estudiantes – ECE 2012 http://
umc.minedu.gob.pe/?p=1418).
54. De lo anterior, es claro que el Estado debe asumir una función indeclinable con rela-
ción a este derecho fundamental y servicio público esencial, estando obligado a promover
y garantizar la calidad de la educación, así como a invertir, reforzar, supervisar y reorga-
nizar el servicio y la estructura del sistema educativo en todos sus niveles y modalidades.
Uno de los mecanismos que ha considerado para lograr una mejor educación ha sido tener
una plana docente más preparada, con los incentivos económicos necesarios. En esta re-
estructuración cabría la posibilidad de que a quienes no deseen someterse a evaluaciones
permanentes pueda reducírseles su sueldo.
55. Una adecuada remuneración implica, según la teoría de los incentivos, un estímu-
lo que mueve a hacer o desear una cosa, que en política de personal, se indica por los pa-
gos pecuniarios ligados al rendimiento. Estos conceptos están ligados a la teoría de la
agencia, según la cual “(…) el principal delega autoridad al agente para que actúe en su
beneficio e interés (…) Sin embargo, la teoría económica cuestiona cómo puede el actor
principal estar seguro de que el agente actuará realmente de acuerdo a sus intereses. En
ese sentido, se distinguen hasta tres diferentes perspectivas para dar respuesta a esta in-
terrogante, basadas en mecanismos de monitoreo, cooperación e incentivos”, uno de los
cuales es el mecanismo de los incentivos, a través del cual: “El actor principal podría ob-
tener algunos indicadores respecto del esfuerzo, interés y motivación del agente, a par-
tir de la contribución de un incentivo a este último. Si el agente toma sus riesgos y con-
sigue un mayor ingreso, corresponderá también que su comisión se incremente. En caso
de que no tome riesgo alguno, su retribución no sería tan alta como en el caso de que sí lo
obtuviera (…)” (fundamentos 70 y 71 de la STC Exp. Nº 0001-2013-PI.p, Exp. Nº 0013-
2012-PI/TC). Dentro de este esquema, una remuneración ligada a lameritocracia determi-
na un profesor más preparado y, por lo tanto, una mejor educación para los niños y ado-
lescentes del país.
ii) Meritocracia, cuya finalidad es la mejor educación en el Perú
56. Una de las variables idóneas para lograr la consecución de los propósitos que exige el
derecho a la educación lo constituye la instauración de determinados criterios estrictamen-
te objetivos basados en la meritocracia (mérito personal y capacidad profesional del do-
cente) para el ingreso y la permanencia en la actividad docente o carrera magisterial a fin
de lograr la eficiencia plena en la prestación del servicio público esencial de la educación
y la calidad de su prestación. Además, este Colegiado ha señalado, justamente con relación
a la carrera pública magisterial, que “(…) el legislador se encuentra facultado para esta-
blecer los requisitos que considere convenientes para el acceso al ejercicio de una función
pública, siempre y cuando no contravengan lo dispuesto en el Texto Constitucional” (fun-
damento 48 de la STC Exp. Nº 0025-2007-PI/TC).
57. En efecto, el establecimiento de criterios objetivos como los meritocráticos para el in-
greso y la permanencia en la actividad docente coadyuva de manera directa y decidida a
la consecución de la idoneidad del profesorado, así como contribuye de manera importan-
te en la mejora de la calidad educativa, fines constitucionalmente legítimos exigidos por
el segundo párrafo del artículo 16 de la Constitución, pues asegura que el servicio público
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Joel Rosas Alcántara
esencial de la educación en todos sus niveles se encuentre compuesto por docentes que re-
únan o tengan el mérito personal y la capacidad profesional requeridos para el ejercicio de
una actividad docente de calidad, y así garantiza la plena vigencia del derecho a la educa-
ción de los estudiantes.
58. Así las cosas, la eventual reducción de la remuneración de los profesores de la Ley
Nº 24029 como consecuencia de la reorganización del servicio y la estructura del actual
sistema educativo sobre la base de criterios estrictamente objetivos como el mérito per-
sonal y la capacidad profesional constituye una medida excepcional que responde a una
causa objetiva (la meritocracia en el ingreso y la permanencia en la actividad docente, así
como la mejora de la calidad de la educación), y por lo mismo, cualquier reducción en la
remuneración se encontraría justificada, tanto más cuanto que dicha medida sería solo de
índole temporal, pues como se señalará infra los docentes pueden ver incrementadas sus
remuneraciones a través de los ascensos a las siguientes escalas; y en todo caso, se trataría
de una reducción razonable y no inferior a la RMV.
59. Lo señalado está íntimamente ligado a la teoría del capital humano, según la cual el
agente económico (individuo), a través de un comportamiento racional, en el momento
que toma la decisión de invertir o no en su preparación permanente arbitra, entre los be-
neficios que obtendrá en el futuro, si sigue formándose y los costos de la inversión. Segui-
rá estudiando para los concursos de méritos si el valor actualizado neto de los costos y de
las ventajas es positivo. Por ello, los profesores continuarán preparándose, dentro de una
lógica de meritocracia, si tienen los incentivos necesarios para poder ascender dentro de la
carrera pública magisterial.
d. La reestructuración remunerativa en la Ley Nº 29944 a la luz de los supuestos de
restricción de la intangibilidad de las remuneraciones en materia educativa
60. Sabiendo que sí es posible realizar una reestructuración remunerativa en el caso
de los profesores pertenecientes a la carrera magisterial, es preciso determinar que si
efectivamente la Ley Nº 29944, a través del primer párrafo de su Primera Disposición
Complementaria, Transitoria y Final, establece efectivamente una reducción de las
remuneraciones.
i) Inexistencia de montos remunerativos
61. En primer lugar, este Tribunal advierte que la Ley Nº 29944 y, en concreto, el dispo-
sitivo objeto de control constitucional no establecen monto alguno sobre la remuneración
de los docentes.
62. Lo más cercano a ello son los artículos 56 y 57 de dicha ley que señalan que el pro-
fesor percibe una RIM de acuerdo a su escala magisterial y jornada de trabajo, y que el
Poder Ejecutivo, a propuesta del Ministerio de Educación, establece el valor de la RIM.
En efecto, el artículo 56 de la Ley Nº 29944, en la parte pertinente señala: “El profesor
percibe una remuneración íntegra mensual de acuerdo a su escala magisterial y jornada de
trabajo”. Asimismo, el artículo 57 prescribe que “El Poder Ejecutivo, a propuesta del Mi-
nisterio de Educación, establece el valor de la Remuneración Íntegra Mensual (RIM) a ni-
vel nacional”.
63. Por lo dicho, dado que la disposición objeto de control no establece monto alguno so-
bre la remuneración de los profesores no es posible concluir que esta disposición per se re-
duce la remuneración de los docentes de la Ley Nº 24029, y por lo mismo, tampoco se pue-
de concluir que dicha disposición vulnera el derecho a una remuneración.
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desarrollar sus proyectos y planes de vida, pero además en la posición de sujeción del
trabajador frente al empleador y en la posición propicia de este frente a aquel para cau-
sar lesiones a la dignidad personal.
80. Con lo expuesto, el análisis de este Colegiado debe centrarse en la compatibilidad de
la regulación legal por la cual los profesores de los cinco niveles magisteriales de la Ley
Nº 24029, del Profesorado, son ubicados en las tres primeras escalas magisteriales de la
Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial, que establece una nueva estructura de ocho esca-
las y la disposición constitucional que prohíbe la rebaja de la dignidad del trabajador. En
concreto, la cuestión a dilucidar se sujeta a determinar si la regulación que ubica a los pro-
fesores de la Ley Nº 24029 en las tres primeras escalas de la Ley Nº 29944 vulnera la dig-
nidad del trabajador, concretamente de los profesores de la Ley Nº 24029.
81. Este Tribunal advierte que la migración de los profesores de los cinco niveles magiste-
riales de la Ley Nº 24029 a las tres primeras escalas de la Ley Nº 29944 no constituye un
acto que implique tratar como objeto a la persona del profesor (trabajador) y el desprecio
de su condición de ser humano. Por el contrario, lo que realiza la ley objetada, tal como
fuese explicado supra, es una reestructuración total de la carrera magisterial sobre la base
de criterios razonables y justificados tales como el mérito y la capacidad de los docentes,
por la que los profesores de la Ley Nº 24029 han visto modificado solo su estatus laboral
mas no su actividad funcional, por lo que la migración a las tres primeras escalas de la Ley
Nº 29944 no supone una modificación en el desarrollo de la actividad docente de los pro-
fesores de la Ley Nº 24029. Así las cosas, corresponde confirmar la constitucionalidad de
la disposición cuestionada, por lo que en este extremo la demanda también debe ser de-
clarada infundada.
A4. Sobre la supuesta violación del derecho-principio a la igualdad
82. Como fue mencionado supra, en el petitorio constitucional, la demanda interpues-
ta no tiene por objeto declarar la inconstitucionalidad por el fondo de la Cuarta Disposi-
ción Complementaria, Transitoria y Final de la Ley Nº 29944, toda vez que esta disposi-
ción únicamente sirve, a entender de los propios accionantes, de parámetro para analizar la
migración de nivel de los profesores establecida en la Primera Disposición Complemen-
taria, Transitoria y Final.
83. Los congresistas demandantes expresan que no es incorrecto que la Cuarta Disposición
Complementaria, Transitoria y Final establezca el ascenso a la escala inmediata superior a
los profesores de los cinco primeros niveles de la Ley Nº 29062, lo que deviene en incons-
titucional es que dicha disposición no otorgue el mismo trato a los profesores de la Ley
Nº 24029, a quienes más bien se les baja a las dos primeras escalas de la Ley Nº 29944, lo
cual resulta irracional e inequitativo. En los términos descritos, lo que están cuestionando
en el fondo es la migración en la que están incursos los profesores de la Ley Nº 24029, y
no los de la Ley Nº 29062. Por su parte, el Congreso sostiene que la existencia de un trata-
miento diferente no es suficiente para invocar la violación del principio-derecho a la igual-
dad, pues tal tratamiento se encuentra debidamente justificado en la medida en que la rea-
lización del principio de idoneidad del profesorado no es menor que la intensidad de la
intervención o afectación al derecho-principio de igualdad, por lo que a efectos de analizar
el carácter constitucional del primer párrafo de la Primera Disposición Complementaria,
Transitoria y Final de la Ley Nº 29944, corresponde realizar el test de comparación (ter-
tium comparationis) con su Cuarta Disposición Complementaria, Transitoria y Final.
84. Tal como se ha venido explicando, el tratamiento que da la Ley Nº 29944 a los profe-
sores provenientes de la Ley Nº 24029 y a los de la Ley Nº 29062 es distinto:
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85. Dentro de la Constitución, se establece que: “Toda persona tiene derecho: (…) A la
igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idio-
ma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole” (artículo 2.2), dis-
posición que resulta aplicable a la situación de los profesores de la Ley Nº 24029 en vista
de que en la relación laboral se debe respetar el principio de “Igualdad de oportunidades
sin discriminación” (artículo 26.1).
86. Este Tribunal en constante jurisprudencia tiene afirmado que la igualdad “(…) ostenta
una doble condición, de principio y de derecho fundamental. En cuanto principio, consti-
tuye el enunciado de un contenido material objetivo que, en tanto componente axiológico
del fundamento del ordenamiento constitucional, vincula de modo general y se proyecta
sobre todo el ordenamiento jurídico. En cuanto derecho fundamental, constituye el reco-
nocimiento de un auténtico derecho subjetivo, esto es, la titularidad de la persona sobre un
bien constitucional, la igualdad, oponible a un destinatario. Se trata de un derecho a no ser
discriminado por razones proscritas por la propia Constitución (origen, raza, sexo, idioma,
religión, opinión, condición económica) o por otras (‘motivo’, ‘de cualquier otra índole’)
que, jurídicamente, resulten relevantes” (fundamento 20 de la STC Exp. Nº 0045-2004-AI/
TC; fundamento 7 de la STC Exp. Nº 0019-2010-PI/TC, entre otras).
87. Igualmente, el Tribunal en diversas oportunidades ha recordado que el principio de
igualdad no supone necesariamente un tratamiento homogéneo pues de hecho es constitu-
cionalmente lícito el trato diferenciado cuando este se encuentra justificado, precisándo-
se que existirá una discriminación cuando para supuestos iguales se hayan previsto con-
secuencias jurídicas distintas, o cuando se haya realizado un trato semejante a situaciones
desiguales y siempre que, para cualquiera de los dos casos, se carezca de justificación
(fundamento 10 de la STC Exp. Nº 0007-2003-AI/TC; fundamento 43 de la STC Exp.
Nº 0015-2011-PI/TC, entre otras).
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88. Este Tribunal, al desarrollar la estructura del test de proporcionalidad aplicado al prin-
cipio de igualdad, ha dejado sentado que dicha evaluación ha de realizarse analizando los
siguientes presupuestos: (a) la determinación del tratamiento legislativo diferente (la inter-
vención en la prohibición de discriminación); (b) la determinación de la ‘intensidad’ de la
intervención en la igualdad; (c) la determinación de la finalidad del tratamiento diferente
(objetivo y fin); (d) el examen de idoneidad; (e) el examen de necesidad; y, (f) el examen
de proporcionalidad en sentido estricto o ponderación.
89. Así, la primera labor del Colegiado consiste en determinar si el tratamiento distinto es-
tablecido en la disposición legal impugnada se considera una intervención en el derecho a
la igualdad. Al respecto, se ha dicho que “la intervención consiste en una restricción o li-
mitación de derechos subjetivos orientada a la consecución de un fin del poder público. En
tanto supone una relación finalista, la intervención del legislador aparece como opción le-
gislativa, un medio del que aquel se sirve para la obtención de un fin. La intervención en la
igualdad consiste en la introducción de un trato diferenciado a los destinatarios de la nor-
ma que, en cuanto medio, está orientada a la consecución de un fin y que, prima facie, apa-
rece como contraria a la prohibición de discriminación” (fundamento 34 de la STC Exp.
Nº 0045-2004-AI/TC).
90. Para determinar la existencia de una diferenciación jurídicamente relevante debe
constatarse que se aplica diferente trato a quienes se encuentran en condiciones igua-
les o un trato homogéneo a quienes se encuentran en diferente condición. En otras pa-
labras, la identificación del tratamiento diferenciado debe realizarse mediante la com-
paración entre el objeto, el sujeto, la situación o la relación que se cuestiona y otro
identificable desde el punto de vista fáctico o jurídico pero al que se le asigna diferen-
te consecuencia, que viene a constituir lo que se denomina término de comparación
(tertium comparationis).
91. Este término de comparación debe presentar una situación jurídica o fáctica que
comparta una esencial identidad, en sus propiedades relevantes, con el trato que se de-
nuncia. Al respecto, este Tribunal en anteriores oportunidades ha dejado establecido que
“entre lo que se compara y aquello con lo cual este es comparado, han de existir cua-
lidades, caracteres, rasgos o atributos comunes. La inexistencia de caracteres comunes
entre el trato que se cuestiona y la situación que se ha propuesto como término de com-
paración, impide que se pueda determinar una intervención sobre el principio-derecho
de igualdad (…). Por ello, es tarea de quien cuestiona una infracción a dicho derecho
proceder con su identificación, así como con la aportación de razones y argumentos por
las que este debería considerarse como un tertium comparationisválido e idóneo (…). Y
puesto que de la validez e idoneidad del término de comparación depende la determina-
ción (o no) de una intervención al mandato de prohibición de discriminación, su análi-
sis se presenta como un prius a la determinación de su lesividad” (fundamento 32 de la
STC Exp. Nº 0035-2010-PI/TC).
92. El primer párrafo de la Primera Disposición Complementaria, Transitoria y Final de
la Ley Nº 29944 señala que “Los profesores nombrados, pertenecientes al régimen de la
Ley Nº 24029, comprendidos en los niveles magisteriales I y II, son ubicados en la prime-
ra escala magisterial, los del III nivel magisterial en la segunda escala magisterial, y los
comprendidos en los niveles magisteriales IV y V son ubicados en la tercera escala magis-
terial a que se refiere la presente Ley”. Se aprecia que esta disposición legal rebaja de ni-
vel a los profesores de niveles I, II, III, IV y V de la Ley Nº 24029, que son ubicados en
las tres primeras escalas magisteriales de la Ley Nº 29944, a diferencia de la disposición
legal contenida en la Cuarta Disposición Complementaria, Transitoria y Final de la Ley
Nº 29944, que otorga un ascenso automático a los profesores de la Ley Nº 29062. En
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efecto, la referida disposición que en este caso funcionará como término de comparación
prescribe que “Los profesores comprendidos en el I, II, III, IV y V nivel magisterial de la
Ley Nº 29062 son ubicados respectivamente en la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta
escalas magisteriales de la presente Ley”.
93. De lo anterior, se advierte que la regulación contenida en la Cuarta Disposición Com-
plementaria, Transitoria y Final de la Ley Nº 29944 se refiere a un ascenso otorgado a los
profesores de la Ley Nº 29062 por haber ingresado a la carrera magisterial mediante con-
curso público de méritos. La regulación en los términos expuestos da lugar a la configu-
ración de dos situaciones jurídicas diferenciadas:
• De un lado, la situación jurídica de los profesores de la Ley Nº 24029 que ingresaron a la
carrera magisterial mediante mecanismos diferentes al concurso público de méritos a los
que se les ubica en las tres primeras escalas de dicha Ley Nº 29944.
• De otro lado, la situación jurídica de los profesores de la Ley Nº 29062 que ingresaron a
la carrera magisterial mediante concurso público de méritos a los que se les asciende a una
escala magisterial según la Ley Nº 29944.
94. Así las cosas, este Tribunal observa que el término de comparación con el que se ha
sugerido que deba analizarse el trato que se reputa incompatible con el derecho de igual-
dad resulta inválido. La situación jurídica que funciona como término de comparación
es la disposición que asciende a los profesores de la Ley Nº 29062, cuyo ingreso a la ca-
rrera magisterial se produjo en función de criterios objetivos tales como el mérito per-
sonal y la capacidad profesional de los docentes, situación jurídica a la que los profeso-
res de la Ley Nº 24029 también pudieron o estuvieron en la posibilidad de acceder, pero
no lo hicieron.
95. Sobre esta base, a juicio de este Tribunal dicho término de comparación resulta no idó-
neo o no adecuado, pues no existe identidad esencial o carácter común entre la situación
jurídica en la que se encuentra el objeto del juicio de igualdad (el ingreso de los profeso-
res de la Ley Nº 24029 a la carrera magisterial mediante mecanismos distintos al concurso
público de méritos) y la situación jurídica propuesta como término de comparación, cons-
tituida por el ingreso de los profesores de la Ley Nº 29062 a la carrera magisterial median-
te concurso público de méritos.
96. En esta línea argumentativa, siendo distinto el régimen jurídico al cual uno y otros re-
gímenes magisteriales se encontraron sometidos, el uno no puede servir como término de
comparación para analizar la corrección del trato que recibe el otro. Por tanto, siendo no
idóneo el término de comparación propuesto, la demanda también debe ser desestimada
en este extremo al no afectar el derecho-principio de igualdad y el derecho de igualdad de
oportunidades sin discriminación.
B. ANÁLISIS DE LA INCONSTITUCIONALIDAD POR OMISIÓN DE AUSEN-
CIA DE RECONOCIMIENTO DE LA “DEUDA LABORAL”
97. Los accionantes sostienen que la Ley Nº 29944 es inconstitucional, toda vez que no
reconoce la deuda laboral que tiene el Estado con los docentes de la Ley Nº 24029, por
concepto de preparación de clases y evaluación, equivalente al 30 % de su remuneración
total, deuda ocasionada por el incumplimiento de pago por los sucesivos gobiernos. Enton-
ces, dado que la ley impugnada omite incluir un artículo que reconozca dicha deuda y es-
tablezca las medidas para su pago, ello perjudica los intereses de los profesores de la Ley
Nº 24029 en la medida en que dificulta o limita las acciones legales para hacer efecti-
vo el cobro de dicha acreencia laboral que es de carácter irrenunciable, vulnerándose el
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Joel Rosas Alcántara
principio de que ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos consti-
tucionales (tercer párrafo, del artículo 23 de la Constitución) y el carácter irrenunciable de
los derechos laborales (artículo 26.2 de la Constitución). Por su parte, el demandado sos-
tiene que el reconocimiento de la deuda laboral que tiene el Estado con los maestros de la
Ley Nº 24029 y que ha sido ocasionada por el incumplimiento de los sucesivos gobiernos
en el pago de este beneficio no se encuentra dentro de lo constitucionalmente necesario,
por lo que no es posible requerir su reconocimiento a través de la Ley Nº 29944 ni afirmar
que ello constituye una limitación al derecho de obtener el pago de un concepto remune-
rativo de carácter irrenunciable.
98. Este Tribunal en reiterada jurisprudencia ha precisado que mediante el proceso de
inconstitucionalidad no solo es posible el control de las actuaciones positivas del legis-
lador, sino también de sus omisiones (fundamento 36 de la STC Exp. Nº 0006-2008-PI/
TC). En este último caso, la actuación del Tribunal está relacionada con lo que es constitu-
cionalmente necesario y que, no obstante ello no ha sido atendido por el legislador (fun-
damento 16 de la STC Exp. Nº 00014-2007-PI/TC), facultad que encuentra su fundamento
en los principios de fuerza normativa de la Constitución (fundamento 12 de la STC Exp.
Nº 5427-2009-PC/TC) y de colaboración de los poderes del Estado, a efectos de lograr de-
sarrollos compatibles con la real vigencia de los derechos fundamentales (fundamento 38
de la STC Exp. Nº 0006-2008-PI/TC).
99. Es así como el presupuesto de la inconstitucionalidad por omisión radica en el manda-
to constitucional del cual deriva una obligación de legislar. En tal sentido, se distingue en-
tre las omisiones absolutas u omisiones del legislador, donde se incurre en silencios tota-
les sobre determinadas materias cuya regulación viene exigida desde la Constitución; y las
omisiones relativas u omisiones de la ley, referidas al silencio de esta en el extremo que no
haya sido normado causando perjuicio en la tutela de los derechos, es decir, se presentan
en el control de constitucionalidad de un precepto normativo en el que se constata la ex-
clusión arbitraria o discriminatoria de un beneficio.
100. Así las cosas, se advierte que los accionantes invocan la existencia de una omisión re-
lativa en tanto plantean la inconstitucionalidad de la Ley Nº 29944 en el extremo en que-
no reconoce la deuda laboral que tiene el Estado con los docentes de la Ley Nº 24029,
por concepto de preparación de clases y evaluación equivalente al 30 % de su remunera-
ción total, por lo que corresponde a este Tribunal dilucidar si la Ley impugnada incurre o
no en el supuesto de exclusión arbitraria o discriminatoria de un beneficio en perjuicio de
los demandantes.
101. De las disposiciones constitucionales supuestamente vulneradas (tercer párrafo del
artículo 23 y artículo 26.2 de la Constitución) no se desprende obligación alguna para
que la Ley Nº 29944 establezca el marco normativo de las relaciones entre el Estado y
los profesores que prestan servicios para él, que precisamente deba reconocer dicha deu-
da laboral.
102. Asimismo, el artículo 1 de la Ley Nº 29944, de Reforma Magisterial, establece que
esta tiene por objeto: “i) normar las relaciones entre el Estado y los profesores que prestan
servicios en las instituciones y programas educativos públicos de educación básica y téc-
nico productiva y en las instancias de gestión educativa descentralizada; y, ii) regular sus
deberes y derechos, la formación continua, la Carrera Pública Magisterial, la evaluación,
el proceso disciplinario, las remuneraciones y los estímulos e incentivos”. De lo expuesto,
se infiere que la deuda laboral invocada por los accionantes no forma parte del objeto re-
gulado por la ley cuestionada, por lo tanto, no se puede concluir que esta excluye o desco-
noce de manera arbitraria dicha deuda.
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EXP. N° 03440-2012-PA/TC
LIMA
LEONCIO CHAMORRO
VALLE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 21 días del mes de noviembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle
Hayen, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Leoncio Chamorro Valle contra la
resolución expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de
fojas 218, su fecha 20 de junio de 2012, que declaró improcedente la demanda de autos.
(…)
FUNDAMENTOS
(…)
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
Pensión de jubilación minera en la modalidad de trabajador de mina subterránea
2.3.1. Conforme al primer párrafo de los artículos 1 y 2 de la Ley Nº 25009, los trabajado-
res que laboren en minas subterráneas tienen derecho a percibir pensión de jubilación a los
45 años de edad, siempre que acrediten 20 años de aportación, de los cuales 10 años deben
corresponder a trabajo efectivo prestado en dicha modalidad.
2.3.2. De otro lado, el artículo 3 de la ley establece que en aquellos casos en que no se
cuente con el número de aportaciones referido en el Artículo 2, el Instituto Peruano de Se-
guridad Social abona la pensión proporcional en base a los años de aportación estableci-
dos en la presente Ley, que en ningún caso será menor de diez (10) años.
2.3.3. De la copia del documento nacional de identidad obrante a fojas 20, se desprende
que el demandante cumplió 45 años de edad el 20 de febrero de 1985.
2.3.4. Consta de la Resolución Nº 90193-2005-ONP/DC/DL 19990 (f. 2) y del cuadro re-
sumen de aportaciones (f. j. 3) que se denegó al demandante la pensión solicitada por haber
acreditado solo 2 años y 8 meses de aportaciones en el periodo 1964-67, precisándose que
no se han acreditado fehacientemente la totalidad de las aportaciones efectuadas en Em-
presa Minera del Centro del Perú S.A., Constructora Emkay S.A. y Minera PicapiedraS.A.
2.3.5. Para acreditar los periodos de aportaciones, debe tenerse presente que en el funda-
mento 26 de la STC Exp. Nº 04762-2007-PA/TC, publicada en el diario oficial El Perua-
no el 25 de octubre de 2008, así como en su resolución aclaratoria, este Colegiado ha esta-
blecido como precedente vinculante las reglas para acreditar periodos de aportaciones en
el proceso de amparo, detallando los documentos idóneos para tal fin.
2.3.6. Con la finalidad de acreditar aportaciones el recurrente presenta los siguientes
documentos:
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E l D erecho L abor al en la j ur i sp rude nci a de l T ri buna l C onsti tuc i onal
a. Copia legalizada del certificado de trabajo expedido por la Empresa del Centro del Perú
S.A. (f. j. 4), el mismo que carece de valor probatorio en la vía del amparo por no estar res-
paldado con documentación adicional.
b. Copia legalizada del certificado de trabajo extendido por Minera Picapiedra S.A. (f. j. 5)
y copia simple de una boleta de pago correspondiente al mes de octubre de 1985; sin em-
bargo, no causa convicción en este Colegiado, debido a que el certificado indica que labo-
ró como perforista (obrero) y que su pago fue por jornal (diario), mientras que en el sobre
de pago consta una modalidad de pago mensual.
c. Copia simple del certificado de trabajo otorgado por Ejecuciones Mineras Santa Rita
S.A., copia legalizada detallando los días de subsidios recibidos por el Instituto Peruano de
Seguridad Social durante los años 1986 y 1987 y boletas de pago de remuneraciones origi-
nales (ff. jj. 10 a 18); no obstante, como las boletas de pago presentan enmendaduras y co-
rrecciones, no genera certeza en la vía del amparo la acreditación de este periodo laboral.
Pensión de jubilación minera por enfermedad profesional
2.3.7. Este Tribunal ha interpretado el artículo 6 de la Ley 25009 (STC Exp. Nº 2599-
2005-PA/TC) en el sentido de que la pensión completa de jubilación establecida para los
trabajadores mineros que adolezcan de silicosis (neumoconiosis) o su equivalente en la
Tabla de Enfermedades Profesionales importa el goce del derecho a la pensión, aun sin
el requisito del número de aportaciones establecidas legalmente. Ello significa que a los
trabajadores mineros que adquieran una enfermedad profesional, por excepción, deberá
otorgárseles la pensión de jubilación completa como si hubieran acreditado los requisitos
previstos legalmente (subrayado agregado).
2.3.8. Conforme a lo dispuesto en el artículo 26 del Decreto Ley Nº 19990, modificado por
el artículo 1 de la Ley Nº 27023, para acreditar la enfermedad se deberá presentar un Cer-
tificado Médico de Invalidez emitido por alguna de las Comisiones Médicas nombradas al
efecto por EsSalud, el Ministerio de Salud o las Entidades Prestadoras de Salud (EPS), de
acuerdo al contenido que la ONP apruebe.
2.3.9. A mayor abundamiento, en el fundamento 17 de la STC Exp. Nº 4940-2008-PA/TC,
este Tribunal ha señalado que con el objeto de preservar la eficacia del derecho fundamen-
tal a la pensión, que para acreditar el padecimiento del primer grado de silicosis (neumo-
coniosis) o su equivalente en la tabla de enfermedades profesionales, debe presentarse el
original, copia legalizada o fedateada, del examen o dictamen médico emitido por una Co-
misión Médica Evaluadora de Incapacidades del Ministerio de Salud, de EsSalud o de una
EPS. Ello porque, conforme a la interpretación que el Tribunal Constitucional ha efectua-
do del artículo 6 de la Ley Nº 25009, para acceder a la pensión de jubilación minera por
enfermedad profesional, debe acreditarse la dolencia de la misma.
2.3.10. Al interponer la demanda el recurrente no cumple la regla procesal para probar la
enfermedad profesional de neumoconiosis (silicosis), dado que no adjunta el certificado
de comisión médica para acreditar el padecimiento de dicha enfermedad. Así el certifica-
do médico del 10 de agosto de 2001, emitido por el Instituto de Salud Ocupacional Alberto
Hurtado Abadía del Ministerio de Salud, carece de valor probatorio en la vía del amparo.
2.3.11. Por ello a requerimiento del juez de primer grado (f. j. 125), presenta el Infor-
me de Evaluación Médica de Incapacidad D.S. Nº 166-2005-EF (ff. jj. 152 a 154), ad-
virtiéndose que con fecha 8 de julio de 2009 (f. j. 154), la Comisión Médica Califica-
dora de la Incapacidad - CMCI del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, expide el
certificado médico 769-2009, diagnosticando artritis reumatoidea seropositiva sin otra
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Joel Rosas Alcántara
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Bibliografía
BIBLIOGRAFÍA
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Joel Rosas Alcántara
Bibliografía jurisprudencial
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• STC Exp. Nº 00174-2006-PHC.
• STC Exp. Nº 01535-2006-PA.
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ÍNDICE GENERAL
Presentación ....................................................................................................... 7
Abreviaturas ....................................................................................................... 9
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2. Concepto de neumoconiosis............................................................... 97
3. Aspectos irreversibles de la enfermedad profesional (incapacidad) .. 98
4. Pensión de jubilación por enfermedad profesional (trabajadores mi-
neros) .................................................................................................. 98
5. Nexo causal entre las condiciones de trabajo y la enfermedad profe-
sional .................................................................................................. 101
VII. Derecho de sindicación y la libertad sindical .......................................... 102
1. Aspectos generales ............................................................................ 102
2. Contenido esencial ............................................................................ 103
3. Alcances de la libertad sindical .......................................................... 104
4. Autonomía sindical ............................................................................ 105
5. Vulneración de la libertad sindical (carga de la prueba) .................... 106
6. Facultades de la libertad sindical ....................................................... 107
7. Proscripción de discriminación a trabajadores sindicalizados (bene-
ficios económicos).............................................................................. 108
8. Constitución del sindicato (ámbito orgánico) .................................... 109
VIII. Fuero sindical ............................................................................................ 110
1. Aproximación conceptual .................................................................. 110
2. Protección de dirigentes sindicales .................................................... 111
3. Relevancia para el ejercicio de los derechos laborales ...................... 114
4. Garantía de protección a determinados trabajadores ......................... 114
IX. Derecho a la negociación colectiva........................................................... 115
1. Aproximación conceptual .................................................................. 115
2. Contenido constitucional.................................................................... 116
3. Negociación colectiva (concepto) ...................................................... 116
4. Principios de la negociación colectiva ............................................... 117
5. Configuración de la negociación colectiva en la Administración
Pública (servidores civiles) ................................................................ 121
6. Objeto de la negociación colectiva en la Administración Pública ..... 123
X. Convenio colectivo .................................................................................. 125
1. Aproximación conceptual .................................................................. 125
2. Facultad de autorregulación (regulación de relaciones laborales) ..... 126
3. Promoción de la armonía laboral (instrumento de equilibrio) ........... 126
4. Elementos del convenio colectivo ..................................................... 127
5. Características del convenio colectivo ............................................... 127
6. Tipos de convenio colectivo............................................................... 127
7. Fuerza vinculante ............................................................................... 128
XI. Derecho a la huelga................................................................................... 129
1. Aproximación conceptual y ejercicio ................................................ 129
2. Titularidad del derecho ...................................................................... 132
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