El juego del autoconocimiento.

Aprendizaje esperado: Valora sus aspiraciones, potencialidades y capacidades personales (para el estudio, el trabajo y la recreación) y se
plantea estrategias para desarrollarlas.

Énfasis: Identificar capacidades personales y cómo se relacionan con el estudio, el trabajo y la recreación.
*Obligatorio

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4. Apellido Materno *
El autoconocimiento y la planeación del futuro siempre van de la mano, de modo que “lo que soy” y “lo que quiero ser” no pueden desvincularse. Desarticularlo
implicaría crear una ruptura en el yo.

¿Cómo alcanzar nuestras metas? Para responder esta pregunta se requiere un procedimiento parecido al que utilizamos cuando queremos llegar a un determinado
lugar. Si quieres ir, por ejemplo, a la escuela, al parque, a la cancha de futbol o al centro comercial, necesitas saber dónde se ubica ese sitio; pero no solo eso,
también es importante que sepas dónde estás tú. Si ignoramos cualquiera de las dos ubicaciones, es imposible o sin sentido iniciar la marcha.

La ruta hacia la escuela no es la misma si estás en tu casa que si estás en la de un familiar o en la de un amigo. Entonces el primer paso para llegar a determinada
localidad consiste en saber la ubicación de uno mismo; es decir, saber cuál es el punto de partida para nuestro camino. Lo mismo sucede en la vida, para llegar a
donde queremos, necesitamos saber dónde estamos. El punto de partida para alcanzar las metas que queremos conseguir es el autoconocimiento.

El conocimiento de uno mismo se alcanza descubriendo las capacidades, potencialidades y aspiraciones personales. Si nos conocemos bien, podemos reconocer
nuestros alcances y límites, pero también descubrir los talentos que debemos desarrollar. En el día a día vamos descubriendo estos aspectos de nuestra
personalidad y, a partir de lo que sepamos de ellos, comenzaremos a construirnos a nosotros mismos. Desde luego, para tener el panorama completo tenemos que
ser conscientes tanto de lo negativo como de lo positivo; es decir, tanto de nuestros defectos como de nuestras virtudes. Pero sin duda, una parte muy importante
del proceso de planeación del futuro es saber qué puedo hacer hoy, qué habilidades puedo desarrollar y qué aspiraciones tengo. Si decido ser corredor de
resistencia, debo analizar si tengo la condición física adecuada, y si la respuesta es negativa, preguntarme si soy capaz de desarrollarla. De ser así, será necesario
empezar a correr distancias cada vez mayores y durante periodos cada vez más largos, siempre respetando el proceso.

Hablamos, pues, de un autodiagnóstico para tener claros nuestros alcances y nuestros límites. Para elaborar dicho diagnóstico, debemos estar pendientes de dos
riesgos: el exceso de optimismo y el exceso de pesimismo. Algunas personas son demasiado optimistas en el diagnóstico de su presente y poco ambiciosas en su
proyección a futuro. Sin embargo, en ocasiones, el diagnóstico no es tan atinado como ellos creen y podrían alcanzar mucho más de lo que se imaginan.

Otros, en cambio, tienen una visión muy pesimista de sí mismos: solo ven lo malo y no atienden a las cualidades y las virtudes que poseen.

La humildad y la objetividad son el antídoto contra estos dos extremos en el diseño de un proyecto vital y en el establecimiento de las metas incluidas en él. La
humildad, a diferencia de lo que algunos piensan, no es tener una baja autoestima ni despreciar los éxitos propios. Ser humilde es reconocer los propios logros y
virtudes, pero también las debilidades y defectos.

Ser objetivo es juzgar la realidad como es y no como me gustaría que fuera; la subjetividad se opone a la objetividad. Una persona subjetiva juzga el mundo según
sus gustos, intereses o estado de ánimo. Objetividad es, por ejemplo, aceptar que en un partido de futbol el gol que nos metieron limpiamente es válido, aunque “no
nos guste” o “perdamos el partido”.

Para conocer tus alcances y límites, a continuación,
realizarás un autodiagnóstico que te permita tomar
conciencia de tus capacidades (saber qué se puede
hacer), limitaciones (reconocer lo que no se puede hacer)
y acciones (reconocer lo que se hace, se hizo o se puede
hacer).
Cuando se conocen las fortalezas y las debilidades personales, así como
las oportunidades y las amenazas para nuestro proyecto de vida, es posible
plantear metas más realistas y fáciles de alcanzar.
Tus fortalezas pueden ayudarte a capitalizar las oportunidades y
contrarrestar las amenazas. Las oportunidades, a su vez, pueden ayudarte a
superar tus debilidades o poner un cerco a las amenazas. Si miras
atentamente, te darás cuenta de que este análisis de tu personalidad te
servirá para construir de manera armónica tu identidad.
El análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) es una buena opción para hacer tu autodiagnóstico, pues
te da un panorama individual y también analiza cómo influye tu entorno. Completa el cuadro.
Los criterios de decisión que entran en juego para la elección del futuro próximo son variados, pero podríamos enunciar
los siguientes:
Leyes. Conjunto de normas pactadas por los seres humanos para facilitar y garantizar la convivencia respetuosa entre los individuos.

Valores. Pautas de comportamiento o bienes básicos que guían las acciones de los individuos en una sociedad.

Experiencias. Conocimiento de la vida que posee una persona por el hecho mismo de haber vivido.

Gustos. Manera en que cada persona aprecia las cosas; pueden ser tan variados como lo sean las personas.

Información. Conjunto de conocimientos que va obteniendo una persona, lo cual le permite ampliar o precisar los que ya posee.

Consejos. Consulta que se hace a otra persona acerca de lo que se debe ejecutar o escoger en algún caso dudoso.
Investiga y explica cómo influyen en tu entorno cada uno de los criterios.

5. Sube el análisis FODA * 50 puntos

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6. Sube el cuadro de ¿Cómo influyen en tu entorno cada uno de los criterios.? * 50 puntos

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