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HIDROCOLOIDES REVERSIBLES: AGAR

El fraguado de un hidrocoloide irreversible, a menudo denominado gelación, es un proceso de


solidificación que implica el cambio del estado sol al estado de gel. Este cambio físico de sol a
gel, y viceversa, es inducido por un cambio de temperatura. El gel pasa a sol cuando se calienta
hasta una temperatura determinada, conocida como temperatura de licuefacción (70 a 100
°C). Cuando se produce el enfriamiento a partir de estos valores, el sol se transforma en gel en
un punto conocido como temperatura de gelificación (entre 37 y 50 °C). La temperatura de
gelificación es crítica para la toma de impresiones. Si es demasiado elevada, el calor del sol
podría dañar los tejidos orales. También podría suceder que la transformación de sol a gel
fuese demasiado rápida y aparecieran irregularidades superficiales significativas. Y a la inversa,
si la temperatura de gelificación está muy por debajo de la de la cavidad oral, será difícil o casi
imposible enfriar el material lo suficiente como para obtener un gel firme adyacente a los
tejidos orales

Composición

Uno de los componentes principales de los hidrocoloides es el agar, pero de ninguna manera
es el principal componente en peso. El agar es un coloide hidrófilo orgánico (polisacárido) que
se extrae de ciertas algas marinas. Se presenta en una concentración del 8 al 15% dependiendo
de las propiedades deseadas en el material. El componente principal por peso en el material
fraguado es el agua (>80%). Se añade una pequeña proporción de bórax para reforzar el gel.
Puesto que el bórax enlentece el endurecimiento de la escayola, se añade un acelerador (como
el sulfato de potasio) para contrarrestar su efecto. Se utilizan otros rellenos, tales como tierra
de diatomeas, arcilla, silice, cera, goma y polvos inertes similares para controlar la resistencia,
la viscosidad y la rigidez, como se dijo anteriormente. También pueden añadirse timol y
glicerina como agentes bactericida y plastificante, respectivamente. Habitualmente se incluyen
también colorantes y saborizantes.

El hidrocoloide suele presentarse en dos formas: como material de jeringa y como material de
cubetas. Los tubos se utilizan para llenar las cubetas enfriadas con agua y los cartuchos están
destinados a las jeringas, como muestra la figura 9-13. La única diferencia entre el material de
la jeringa y el de la cubeta es el color del primero y su mayor fluidez.

Componente Función Composición (%)


Agar Estructura multifilar 13-17
Borato Resistencia 0,2-0,5
Sulfato Endurecedor de escayola 1,0-2,0
Cera dura Relleno 0,5-1,0
Materiales tixotrópicos Espesante 0,3-0,5
Agua Medio de reacción Equilibrada

Tabla 9-8 Composición de los hidrocoloides reversibles de impresión comercializados.

Manipulación

La diferencia de temperatura entre la de gelación y la de licuefacción del gel permite utilizar el


agar como material de impresión dental. Su manipulación implica licuar el gel, colocarlo en la
cubeta, calentarlo a la temperatura más alta que el paciente puede soportar y mantenerlo en
estado fluido para recoger los detalles de las estructuras orales. Una vez en la boca, el material
se enfría por debajo de la temperatura de la boca para que se produzca la gelificación. Es
esencial disponer del equipamiento adecuado para llevar a cabo este proceso. Normalmente
han de existir, al menos, tres compartimentos en la unidad acondicionadora. Ello permite
licuar, almacenar y calentar el hidrocoloide reversible simultáneamente. Las temperaturas
necesarias en cada uno de los pasos de preparación del hidrocoloide son críticas y el equipo ha
de calibrarse una vez a la semana.

Preparación y acondicionamiento del material de agar

El primer paso en la preparación del material consiste en licuar el gel del hidrocoloide en agua
hirviendo durante, al menos, 10 minutos. Se puede añadir propilenglicol al agua para obtener
una temperatura de licuefacción de 100 °C Si no, deben utilizarse materiales que hayan sido
formulados específicamente para licuar a temperaturas más bajas. Se puede volver a licuar
una parte de un tubo que no haya sido utilizado. En teoría, puede volver a utilizarse el material
que se empleó para tomar la impresión. Sin embargo, dado que su desinfección podría ser un
problema importante, es conveniente recalentar en la unidad acondicionadora sólo las
porciones que no han sido utilizadas.

Después de haber licuado el hidrocoloide de agar, se debe almacenar en estado de sol a 65 °C


hasta que se vaya a utilizar para su inyección en la preparación cavitaria o para rellenar la
cubeta. Dado que el proceso de licuefacción lleva algún tiempo y se puede conservar el
material durante varios días, es habitual preparar varios tubos y jeringas que serán utilizados a
lo largo de la semana.

Atemperado del material

Puesto que la temperatura máxima tolerada es de 55 °C, una temperatura de almacenamiento


de 65 °C sería demasiado caliente para los tejidos orales, especialmente para el mayor
volumen del material de impresión. Por tanto, se debe temperar el material que se vaya a
utilizar para rellenar la cubeta. Para el paso de preparación inmediato, se saca un tubo del
hidrocoloide en sol del baño donde se conserva, se rellena la cubeta, se coloca una gasa sobre
el material de impresión y se coloca la cubeta en el contenedor de calentamiento de la unidad
acondicionadora y que está lleno de agua (~45 °C). El tiempo de calentamiento es corto (de 3 a
10 minutos), lo suficiente para conseguir que todo el material haya alcanzado una temperatura
más baja (≤ 55 °C). En cualquier caso, la cubeta cargada no debe dejarse en este baño durante
más de 10 minutos, ya que la gelación podría producirse demasiado deprisa, haciendo el
material inservible

El atemperado del material de impresión aumenta también su viscosidad, con lo que no se


saldrá de la cubeta. Por otra parte, el material de la jeringa nunca se atempera puesto que
debe mantenerse en estado fluido, lo que mejora su adaptación a los tejidos. La extrusión del
material a través de la pequeña abertura de la jeringa baja la temperatura del mismo lo
suficiente para que resulte agradable para el paciente.

Toma de impresiones con agar

Justo antes de que termine de atemperarse el material de la cubeta, se coge el material de la


jeringa directamente del compartimento de almacenamiento y se aplica sobre los dientes
preparados. Se aplica primero en la base de la preparación y, a continuación, se cubre el resto
de los dientes preparados. La punta de la jeringa se coloca muy cerca de los dientes, por
debajo de la superficie del material de la jeringa; con ello se intenta evitar el atrapamiento de
burbujas de aire. Se extrae la capa externa del hidrocoloide para cubeta (empapada en agua)
del contenedor, así como la gasa que cubría el material de impresión. Si no se desecha la capa
externa del hidrocoloide para cubeta, no podrá unirse bien al hidrocoloide de la jeringa. La
cubeta se coloca inmediatamente, se asienta con una ligera presión y se mantiene en posición
con una ligerísima fuerza. Demasiada presión podría desplazar el agar en sol de la jeringa sobre
los dientes y distorsionar la impresión.

El agua fría (de 18 a 21 °C) acelera la gelación si se hace que circule a través de la cubeta
durante 3 a 5 minutos. Durante el proceso de gelificación debe mantenerse la cubeta en boca
hasta que se haya alcanzado un punto en el que la fuerza del gel sea suficiente para resistir
deformaciones o fracturas. Si se espera un minuto extra, la fuerza y la resistencia al desgarro
aumentan considerablemente. Además, cuanto más baja sea la temperatura, más
rápidamente se producirá la gelación y, hasta cierto punto, el material será más resistente.

Como se discutía en el apartado sobre los materiales de impresión elastoméricos, los


hidrocoloides tienen un comportamiento viscoelástico. Por tanto, ha de retirarse la impresión
con un movimiento rápido, en lugar de sacarla poco a poco. Debe evitarse cualquier giro o
torsión. Tomada adecuadamente, la impresión resultante reproducirá fielmente las
dimensiones y detalles de los tejidos duros y blandos.

Precisión

El hidrocoloide reversible es considerado uno de los materiales de impresión más exactos.


Tiene una larga historia de éxito en sus aplicaciones para coronas unitarias y prótesis parciales
fijas. Se han diseñado estudios para demostrar la exactitud de este material de impresión. Se
construyeron modelos que ajustaran en troqueles estandarizados. Estas preparaciones
estándar simulan un inlay, un onlay y una corona de recubrimiento total. Debido a sus ángulos
axio-gingivales romos de 90° y a su conicidad de 6 a 89, los dientes que necesiten un onlay
mesio-ocluso-distal deberán ser preparados con más precisión que la mayoría de las
preparaciones cavitarias clínicas. Por tanto, cualquier impresión que reproduzca con exactitud
estos troqueles cumplirá sobradamente los requisitos clínicos mínimos. Para conseguir esta
exactitud, el clínico debe asegurarse de que cumple las siguientes condiciones.

Viscosidad del sol

Tras haber licuado el material, éste debe ser lo suficientemente viscoso para que no se
derrame incluso si se le da la vuelta a la cubeta, como cuando se toma una impresión de la
arcada mandibular. Pero esta viscosidad no debe ser tan alta como para no poder reproducir
todos los detalles de los tejidos duros y blandos, Incluso cuando el material tiene la viscosidad
suficiente para permanecer estable en la cubeta, no debe ofrecer mucha resistencia a su
asentamiento. Es muy fácil que el paciente muerda a través del material de impresión. Por esta
razón, se suele utilizar la triple cubeta con los hidrocoloides reversibles. En la técnica de la
triple cubeta, una impresión recoge las estructuras orales de las arcadas maxilar y mandibular,
así como la relación interoclusal. El procedimiento es sensible a la técnica porque el dentista
tiene que llevar al paciente a la oclusión céntrica mientras muerdes el material de impresión.
Para este tipo de impresión, el material no debe oponerse a los esfuerzos del paciente para
articular sus dientes. La mayoría de los hidrocoloides presentan una consistencia óptima para
poder emplearse con esta técnica de una manera satisfactoria

Distorsión durante la gelación


Siempre se introduce un cierto grado de tensión durante la relación. Se produce algo de
contracción debido a la transformación del hidrocoloide del estado físico de sol al de gel. Si el
material se mantiene rígido en la cubeta, se contrae hacia el centro de su masa, dando lugar a
troqueles más grandes. Puesto que el sol es un mal conductor térmico, el enfriamiento rápido
que da lugar al comienzo de la gelificación puede producir una concentración de tensiones
cerca de la cubeta. La conclusión que se extrae de ello es que el agua a 20 °C es más adecuada
para enfriar la impresión que el agua helada.

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