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Composición
Uno de los componentes principales de los hidrocoloides es el agar, pero de ninguna manera
es el principal componente en peso. El agar es un coloide hidrófilo orgánico (polisacárido) que
se extrae de ciertas algas marinas. Se presenta en una concentración del 8 al 15% dependiendo
de las propiedades deseadas en el material. El componente principal por peso en el material
fraguado es el agua (>80%). Se añade una pequeña proporción de bórax para reforzar el gel.
Puesto que el bórax enlentece el endurecimiento de la escayola, se añade un acelerador (como
el sulfato de potasio) para contrarrestar su efecto. Se utilizan otros rellenos, tales como tierra
de diatomeas, arcilla, silice, cera, goma y polvos inertes similares para controlar la resistencia,
la viscosidad y la rigidez, como se dijo anteriormente. También pueden añadirse timol y
glicerina como agentes bactericida y plastificante, respectivamente. Habitualmente se incluyen
también colorantes y saborizantes.
El hidrocoloide suele presentarse en dos formas: como material de jeringa y como material de
cubetas. Los tubos se utilizan para llenar las cubetas enfriadas con agua y los cartuchos están
destinados a las jeringas, como muestra la figura 9-13. La única diferencia entre el material de
la jeringa y el de la cubeta es el color del primero y su mayor fluidez.
Manipulación
El primer paso en la preparación del material consiste en licuar el gel del hidrocoloide en agua
hirviendo durante, al menos, 10 minutos. Se puede añadir propilenglicol al agua para obtener
una temperatura de licuefacción de 100 °C Si no, deben utilizarse materiales que hayan sido
formulados específicamente para licuar a temperaturas más bajas. Se puede volver a licuar
una parte de un tubo que no haya sido utilizado. En teoría, puede volver a utilizarse el material
que se empleó para tomar la impresión. Sin embargo, dado que su desinfección podría ser un
problema importante, es conveniente recalentar en la unidad acondicionadora sólo las
porciones que no han sido utilizadas.
El agua fría (de 18 a 21 °C) acelera la gelación si se hace que circule a través de la cubeta
durante 3 a 5 minutos. Durante el proceso de gelificación debe mantenerse la cubeta en boca
hasta que se haya alcanzado un punto en el que la fuerza del gel sea suficiente para resistir
deformaciones o fracturas. Si se espera un minuto extra, la fuerza y la resistencia al desgarro
aumentan considerablemente. Además, cuanto más baja sea la temperatura, más
rápidamente se producirá la gelación y, hasta cierto punto, el material será más resistente.
Precisión
Tras haber licuado el material, éste debe ser lo suficientemente viscoso para que no se
derrame incluso si se le da la vuelta a la cubeta, como cuando se toma una impresión de la
arcada mandibular. Pero esta viscosidad no debe ser tan alta como para no poder reproducir
todos los detalles de los tejidos duros y blandos, Incluso cuando el material tiene la viscosidad
suficiente para permanecer estable en la cubeta, no debe ofrecer mucha resistencia a su
asentamiento. Es muy fácil que el paciente muerda a través del material de impresión. Por esta
razón, se suele utilizar la triple cubeta con los hidrocoloides reversibles. En la técnica de la
triple cubeta, una impresión recoge las estructuras orales de las arcadas maxilar y mandibular,
así como la relación interoclusal. El procedimiento es sensible a la técnica porque el dentista
tiene que llevar al paciente a la oclusión céntrica mientras muerdes el material de impresión.
Para este tipo de impresión, el material no debe oponerse a los esfuerzos del paciente para
articular sus dientes. La mayoría de los hidrocoloides presentan una consistencia óptima para
poder emplearse con esta técnica de una manera satisfactoria