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En algunos casos, cuando la artritis es causada por una infección, la enfermedad se puede

curar al detener la infección. Las siguientes infecciones pueden causar artritis: enfermedad
de Lyme, infecciones por Staphylococcus, tuberculosis y gonorrea.
Actualmente, la mayoría de los tipos de artritis no se pueden curar, pero se pueden realizar
tratamientos eficaces para reducir el dolor y la discapacidad, de forma que se recupere la
calidad de vida perdida por la artritis.
A la hora de elegir el medicamento o tratamiento más adecuado para la artritis que
sufrimos, el médico prescribirá los medicamentos que sean mejores en función de la edad,
el avance de la artritis, otra medicación que se esté ya tomando para otras patologías o las
alergias que se tengan a ciertos medicamentos.
Los medicamentos o tratamientos para la artritis tienen diferentes propósitos según del tipo
de artritis que se padezca. Estos buscarán principalmente:
- Reducir la inflamación.
- Aliviar el dolor.
- Ralentizar el avance de la artritis.
- Reducir los niveles de ácido úrico y prevenir los ataques de gota, si estos se dan.
- Reducir la actividad del sistema inmunológico del cuerpo cuando daña las articulaciones
u órganos en ciertos tipos de artritis.
Algunos medicamentos tardan días en hacer efecto, otros meses. Si no se nota mejoría,
hay que verificar con el médico la eficacia del tratamiento.
Algunos medicamentos y tratamientos por vía oral o intravenosa pueden causar efectos
secundarios. Si nota algún cambio inusual o indeseable comuníqueselo a su médico.
Los medicamentos o tratamientos tópicos tienen menos riesgo de efectos secundarios y
pueden ser una solución muy eficaz cuando la artritis se sufre en solo algunas
articulaciones, como la rodilla, la mano, tobillo, codo, el hombro o la parte lumbar de la
espalda.
Los medicamentos y tratamientos tópicos más comunes para la artritis son las cremas,
geles, sprays o fluidos con un porcentaje de antiinflamatorios y calmantes en su
formulación. Estos pueden ser medicamentos como el ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno,
etofenamato, paracetamol…o naturales como el MSM (metil-sulfonil-metano), Boswellia
Serrata, Harpagofito, Jengibre, Romero apoyados con condroprotectores como la
Glucosamina HCL y Condroitina procedentes de plantas y animales.
Los condroprotectores ejercerán una acción regeneradora sobre la deteriorada articulación
al tiempo que los antiinflamatorios reducen la inflamación y el dolor, y pueden devolver la
movilidad a la articulación.
En casos en los que los medicamentos no se puedan administrar por vía oral, intravenosa
o tópica por tener alergia a estos, como sucede comúnmente con los AINES, por padecer
alguna enfermedad en la que estén contraindicados, como una patología gástrica o
circulatoria, por no sentir su efecto o simplemente porque ya se toman demasiadas
medicinas y se quiere optar por una terapia más natural, y en muchos casos más efectiva,
que el medicamento, la opción de los anti-inflamatorios y calmantes naturales
mencionados antes, son la opción más extendida en algunas fórmulas que pueden
encontra

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