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MCMI 3. Manual
MCMI 3. Manual
T. Millon
Facultad de Psicología
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julio de 1997
Capítulo I - Generalidades
Þ Inclusión de sistemas de ajuste de las tasas base para compensar los efectos de
distorsión en las respuestas.
Þ Numero de ítemes reducido (175). Al mismo tiempo cubre una variada gama de
trastornos a través de diferentes subescalas, si se compara con instrumentos
similares. Esto permite su completamiento en 25 a 30 minutos, evitando la fatiga y
la resistencia de los pacientes. Se necesita un nivel de educación correspondiente al
primer año del secundario (8 años de educación sistemática).
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Þ La selección de los ítemes y el pesaje de los mismos fue hecha siguiendo tres etapas
para su refinamiento: a) teórico-sustantiva, b) interna-estructural y c) criterios
externos. Solo fueron incluidos los ítemes residuales de cada una de las etapas. El
peso de los ítemes varia entre 1 y 2. Dos es el peso del ítem prototipo y 1 es el peso
de un ítem que tiene una alta correlación con la escala base para la que fue diseñado
(ítem no prototipico).
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Usos:
Limitaciones:
Þ Aquellos clínicos que deseen investigar estilos de personalidad normal deben usar el
MIPS1, en población adulta. Si se quieren investigar los trastornos de jóvenes que
concurren a las escuelas y que exhiben algún tipo de sintomatologia o problema se
debe usar el MACI2. Si se quiere trabajar con pacientes con enfermedades medicas
se debe utilizar el MBHI3.
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por el informe narrativo deben ser complementados con los datos de la entrevista
clínica y otros tests psicológicos.
Þ El clínico debe tener en cuenta que debe adaptar la interpretación si usa el MCMI
III en ámbitos específicos con determinado tipo de población y que debe tomar en
Þ Se debe tomar en cuenta que ciertos estados psicológicos afectan los patrones de
respuesta del MCMI por tratarse de un autoinventario, por ej. Ansiedad y depresión.
A pesar de que fueron introducidos ciertos índices modificadores para corregir los
sesgos en las respuestas, debe considerarse esto a la hora de interpretar los
informes.
Þ Los ítemes de MCMI fueron diseñados para pacientes con un rango de patología
moderado a severo. Se supone que no detecta síntomas leves (por ej. aquellos
pacientes que hacen orientación de pareja) o sintomatologia psiquiatrica muy grave
(episodios psicoticos o esquizofrénicos crónicos). Si se usa con este tipo de
población vemos que los pacientes menos graves aparecen un poco mas graves de lo
que son y los pacientes con trastornos severos aparecen con menos trastornos de los
que realmente tienen.
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Þ Las categorías deben ser ordenadas de tal modo que reflejen el cuadro clínico
presente como un conjunto de diferente rasgos y síntomas covariantes.
La teoría base del inventario propone una serie de estilos básicos de personalidad
que pueden ser ubicados en una matriz de 5 x 2 (Millon 1969,1983,1981,1990, Millon
& Klerman, 1986; Millon & Davis, 1995).
La primera dimensión tiene que ver con las fuentes de las cuales las personas
mejoran sus vidas y obtienen placer y satisfacción (refuerzo positivo) o intentan evitar
el dolor y displacer (refuerzo negativo). Los pacientes que tienen pocas recompensas o
satisfacción son vistas como tipos desvinculados. Pacientes que reemplazan placer por
dolor (inversión de polaridades) son vistos como tipos discordantes. Aquellos que
miden su satisfacción y refuerzo por como los demás reaccionan son vistos como
dependientes y los que experimentan la gratificación en términos de sus propios deseos
y valores exhiben un estilo de personalidad independiente. Finalmente aquellos que
están dubitativos de donde obtener los refuerzos son vistos como ambivalentes.
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Escala 1 : Esquizoide.
Escala 2: Evitativo.
Escala 2B - Depresivo.
Existen rasgos en común en los primeros tres patrones: pesimismo, inhabilidad para
experimentar placer y retardo psicomotor, pero por diferentes razones. El esquizoide es
incapaz de experimentar tanto placer como dolor (por deficiencia), El evitativo tiene un
sentido de hiperalerta al placer anticipado (orientación hacia el dolor). En el depresivo
ha habido una significativa perdida, un sentimiento de abandono y perdida de
esperanza. Esto es por pesimismo respecto del futuro. El patrón de personalidad
depresivo experimenta el dolor como permanente, el placer no es considerado posible.
Aunque existen condicionamientos biológicos a tener en cuenta (temperamento) las
razones que sostienen la incapacidad para permitirse el placer son diferentes: un
ambiente no adecuado, una perdida significativa, una familia no contenedora, etc.
Escala 3 - Dependiente.
Escala 4 - Histriónico.
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Si bien tienden hacia los demás al igual que los dependientes, la diferencia de los
histriónicos es que van a manipular los eventos para recibir la atención y apoyo que
ellos necesitan y para evitar la apatía de los demás que ellos no toleran. Exhiben una
insaciable y, a menudo, indiscriminada necesidad de estimulacion y afecto.
Escala 5 - Narcisista.
Escala 6a - Antisocial
A pesar de que fue eliminada del DSM-IV (estaba presenten en el DSM III R), el
estilo sádico se encuentra en individuos que aunque socialmente no son juzgados como
ejerciendo actividades antisociales e ilegales derivan su placer y satisfacción
humillando a los demás y violando los derechos de los otros. Denotan aquello que en la
literatura se conoce como carácter sádico. Aparentan como combativos y con placer por
las consecuencias destructivas de sus conductas brutales y abusivas.
Escala 7: Compulsivo.
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Escala 8 B- Masoquista.
Escala S: Esquizotipico.
Son percibidos por los demás como extraños ya que exhiben muchas excentricidades en
su conducta. Su funcionamiento depende de si su patrón básico es activo o pasivo,
exhibiendo o bien un hiperalerta o una deficiencia de afecto.
Escala C: Borderline.
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Escala P: Paranoide.
Escala A: Ansiedad.
Escala H: Somatoforme.
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Escala D: Distimia.
En general los pacientes que puntúan alto en esta escala tienen una historia de
alcoholismo que no han podido resolver adecuadamente. Experimentan considerable
disconformidad en la familia y en el trabajo.
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Algunos exhiben ansiedad y otros retardo psicomotor. Presentan trastornos del sueño,
falta de apetito y pérdida o aumento de peso. Los problemas de concentración son
comunes así como los sentimientos de culpa.
Construcción de ítemes.
b) para asegurar que las escalas del MCMI-III respondieran a los criterios diagnósticos
del DSM-IV. Los ítemes redactados tomaron en cuenta el marco teórico propuesto en el
capítulo II juntamente con los criterios del DSM-IV, algunos criterios fueron
redactados para que sean comprensibles. Estos ítemes se sumaron a los 175 ítemes del
MCMI-II, quedando un cuestionario final de 325 ítemes que fue llamado MCMI-II-R.
Participantes.
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Los clínicos completaron una forma que contenía la descripción de los 11 escalas de
trastornos de personalidad más los otros 3 trastornos más severos. Los clínicos tenían
que indicar cuales eran los patrones de personalidad mas prominentes en primero,
segundo y tercer lugar. Asimismo debían indicar cuales de estos eran rasgos y cuales
constituían un trastorno de personalidad. Asimismo debían indicar que síndrome estaba
presente (de una tabla de 10 provistos) y cúual era el primero más prominente y el más
prominente en segundo lugar. Asimismo se solicitó que evaluaran la confiabilidad de su
evaluación.
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Þ Correlaciones entre las respuestas a los ítemes y puntajes de escala total con los
diagnósticos de los clínicos y los tests colaterales
Los test pueden ser construídos tomando en cuenta normas o criterios. El primero es
el más popular y consiste en considerar una muestra de sujetos lo suficientemente
amplia como para que represente a la población en cuestión. El puntaje T es el puntaje
transformado más conocido y utilizado. Existen dos problemas con la utilización de
estos puntajes para inventarios de personalidad:
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Confiabilidad.
Se consideró también la estabilidad de los rasgos medidos por las escalas mediante
la prueba test-retest entre los 5 y 14 días entre una administración y otra. Se obtuvieron
valores entre 0,82 a 0,96. La mediana del coeficiente de estabilidad es de 0,91.
Validez
La validez fue demostrada correlacionando los puntajes del MCMI-III con los
juicios realizados por los clínicos y con las correlaciones con los instrumentos
colaterales comentados.
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Se obtuvieron altas correlaciones con las escalas Depresión mayor y Distimia. Las
correlaciones altas entre el BDI y el MCMI III en otras escalas responden a un factor
general de “desajuste general”.
Similar al anterior correlaciona en promedio 0,60 con las escalas del MCMI III más
relevantes.
Se consideró este instrumento por su poder para la evaluación del Eje I de diagnóstico.
Se obtuvieron correlaciones significativas entre este instrumento y el MCMI III para la
mayoría de las escalas.
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Capítulo 5 - Administración.
EL MCMI III fue desarrollado para su uso con población adulta que solicita
asistencia clínica. Los participantes deben tener habilidades lectoras mínimas iguales al
primer año del secundario. El empleo de la técnica debe limitarse a población que tenga
características sociodemograficas similares a las de la muestra de estandarizacion
original.
Dado que el MCMI III no requiere otras instrucciones que las impresas en el
cuadernillo de toma, este puede ser administrado por asistentes entrenados. La prueba
no debe ser entregada para que el paciente lo complete en su casa.
A todos aquellos que tomen el test se debe dar la asistencia conveniente, explicando
las instrucciones de administración. Se debe alentar a los examinados a que contesten la
totalidad de los ítemes y a que realicen sus propias decisiones sobre las respuestas.
Todos aquellos protocolos que sumen 12 ítemes omitidos o marcados dobles son
considerados inválidos.
Capítulo 6. Tabulación
Se calculan los puntajes brutos según las claves de corrección para cada escala,
asignando pesos de 1 y 2 puntos, según corresponda. La puntuación de la escala X es
calculada en relación con los puntajes de otras escalas. Luego los puntajes brutos se
convierten a tasas de prevalencia (preliminares). Estas tasas tienen 4 ajustes para
corregir los sesgos en las respuestas. Los ajustes son:
La escala X determina cuan franca o reticente es una persona para contestar al test.
Si el valor de esta escala es menor a 61 se ajustan los valores de las escalas 1 a PP
aumentando sus valores según una tabla especial. Si los valores de X son mayores a
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123 los valores se ajustan restando un valor predeterminado. Entre los valores 61 y 123
no se necesitan ajustes.
Este es un ajuste que se efectúa sobre las tasas de prevalencia de los pacientes que
presentan protocolos defensivos. Se aplica si la escala 4 (Histriónico), 5 (narcisista) o 7
(Compulsivo) son las mas elevadas entre la 1 y la 8b
Protocolos inválidos:
Los protocolos que cumplen alguna de las siguientes condiciones son inválidos:
Þ No se indica género
Þ Dos o mas ítemes de la escala de validez (65, 110 o 157) contestados verdadero.
Significa que el paciente no prestó suficiente atención al contenido de los demás
ítemes del cuestionario.
Þ Puntaje bruto de la escala X es menor que 34 o mayor que 178. Significa que el
paciente reportó mayor o menor cantidad de síntomas que los que tiene y que hacen el
protocolo poco confiable.
Los protocolos del MCMI III pueden ser codificados de acuerdo a un sistema
preestablecido, para construir un código de personalidad o un código de síndromes clínicos
(configuraciones de perfil).
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Los sesgos en las respuestas se intentan controlar con los ajustes mencionados en el
capítulo anterior, según sigue:
Esta compuesta por tres ítemes de muy baja frecuencia y altamente improbables que
los participantes respondan como verdaderos. Si se contesta 1 ítem como verdadero el
protocolo hay que interpretarlo con reservas. 2 o 3 ítemes contestados como verdadero
invalidan el inventario.
La escala X determina cúan franca o reticente es una persona para contestar al test.
Cuando este índice es menor a 34 o mayor a 78 debe considerarse el protocolo invalido. Es
la única escala del MCMI III para la cual un Puntaje bajo es interpretable.
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Estas escalas de validez fueron hechas para dar una idea al clínico de cuan cándido o
realista fue un paciente al responder al inventario. Los datos de estas escalas deben ser
combinados con los datos de otros instrumentos para obtener el estilo de respuesta y el
cuadro clínico general del paciente.
Interpretación clínica:
1- Cada una de las escalas clínicas fueron diseñadas para medir un patrón de personalidad
prototipico. El caso mas simple es un perfil en el cual una sola escala esté elevada. El
clínico debe integrar los resultados con las otras escalas (síndromes, estilos de respuesta,
severidad) para describir el cuadro clínico del paciente. Los trastornos de personalidad son
los descriptos en Psicopatologia Moderna (Millon, 1969, 1983) y en Trastornos de
personalidad (Millon & Davis, 1995). El clínico debe llegar a una interpretación en base a
la configuración de las escalas del perfil. Este proceso está basado en la lógica de la teoría
con la que se interpreta, la habilidad del clínico y la experiencia del evaluador en el empleo
del instrumento con otros pacientes de características similares.
En primer lugar el clínico debe considerar las 3 o 4 escalas mas elevadas. Si una de
las escalas supera por 20 puntos o más a las otras escalas aunque estas estén por encima de
los puntajes de corte de 75 y 85, se interpretará como patrón predominante el marcado por
esa escala ya que anularía el efecto de las otras elevaciones por ser muy predominante en la
personalidad del paciente. Si en cambio las 3 o 4 elevaciones comentadas tienen un puntaje
similar debe hacerse una interpretación que integre los resultados de esas elevaciones. No
debe nunca encasillarse al paciente en categorías rígidas sino que debe hacerse un esfuerzo
por conciliar los resultados (aunque sean discordantes) para obtener un perfil integrado de
la personalidad del paciente.
2- En segundo término el clínico debe evaluar si los rasgos de personalidad detectados son
funcionales o disfuncionales, es decir, si constituyen un trastorno de personalidad o se trata
de rasgos de un estilo de personalidad normal. Se utilizan los puntajes de corte de 75 y 85
para determinar el grado de funcionalidad o disfuncionalidad de los rasgos de personalidad
del paciente. Si tomamos en cuenta la elevación de las escalas mas patológicas (S, C y P) el
grado de disfuncionalidad es mas fácil de determinar, ya que si una de estas escalas esta
elevada significa que los rasgos medidos por las escalas 1 a 8b son en extremo
disfuncionales. Otro tema es determinar si los rasgos de personalidad del paciente están
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afectados por los síndromes y estados mentales agudos. Si estamos ante este caso el grado
de funcionalidad debe ser evaluado tomando en cuenta los datos de la historia del paciente.
3- El ultimo paso es relacionar los trastornos de personalidad del paciente con el Eje I de
diagnóstico del DSM-IV para ver como el trastorno clínico colorea el cuadro clínico del
paciente (escalas de síndromes clínicos). Nuevamente se deben integrar los resultados de
todo el perfil para asegurar su validez.
Bob tiene 48 a., fue derivado para una evaluación por su empleador. Trabajó por
mas de 10 años como guardia de seguridad en un hospital privado. El pedido de evaluación
psicológica se efectúa en razón de que ha amenazado a otros compañeros de trabajo y se lo
vio guardar un arma en su armario. En general se comporta con accesos de ira y mantiene
relaciones hostiles con sus compañeros. Su empleador considera seriamente dejarlo cesante
en el trabajo.
Bob argumenta que solo tiene diferencias de opinión con su supervisor. El reconoce
amenazar a otros compañeros de trabajo, pero se defiende diciendo que todos hacen lo
mismo que él. Como antecedente importante tenemos que su licencia de conductor fue
suspendida en dos oportunidades por manejar bajo los efectos del alcohol, a pesar de que el
dice no beber más que dos o tres cervezas de vez en cuando. Actualmente vive con su
madre. Estuvo casado una vez durante dos años, terminando su matrimonio en un “divorcio
con complicaciones”.
Índices modificadores y de validez. Entendió los ítem del cuestionario. Existe una
elevación en la escala Y (deseabilidad) en los limites de lo aceptable, indicando que trata
de dar una muy buena imagen de si mismo. Por esto es conveniente tener en cuenta el
ocultamiento de ciertas áreas-problema.
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Este tipo de individuos perciben el medio ambiente como hostil, muy competitivo y
ellos mismos creen que deben ser “duros” para sobrevivir en el. En este tipo de pacientes
generalmente se observa insensibilidad, respecto de emociones o sentimientos de los
demás.
Siguiendo con las escalas de trastornos clínicos presentes, vemos que ninguna
escala indica la presencia de un trastorno clínico significativo. Si tomamos en cuenta la
elevación de la escala Y, el hecho de que haya contestado a los ítemes del cuestionario en
el sentido de la deseabilidad social, la escala Dependencia de alcohol denota una área de
trastornos subclinicos, probablemente negados.
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MCMI III
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Tasas Base (TBR)
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0 X Y Z 1 2A 2B 3 4 5 6A 6B 7 8A 8B S C P A H N D B T R SS CC PP
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1- El clínico al examinar los índices modificadores (X, Y y Z) puede darse cuenta del estilo
de respuesta del paciente proveyendo una hipótesis de como el paciente experimenta sus
problemas y cómo se va a mostrar en las primeras sesiones terapéuticas. Así por ej. si las
escalas X y Z están altas, es típico de pacientes en estado de crisis que se presentan
exagerando sus síntomas como pedido de ayuda.
2- El clínico debe concentrarse en disminuir los síntomas mas importantes que padece el
paciente. Esto se puede hacer examinando las escalas de trastornos clínicos. En general
estos trastornos son ego-distónicos y ésa es la razón por la cual los pacientes buscan
asistencia. La primer fase de la psicoterapia debe estar encaminada a la disminución del
grado de intensidad de los síntomas. Las interpretaciones muy profundas, de rasgos
primitivos o de carácter, están contraindicadas en esta etapa.
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2- Perfil MCMI III. Presenta los puntajes brutos en cada una de las escalas y sus
correspondientes TBR. Provee asimismo un gráfico con los puntajes.
5- Eje I: Síndromes Clínicos. Trastornos clínicos del paciente y su relación con el Eje II.
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Referencias Bibliográficas.
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