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LICENCIATURA EN ENFERMERIA
4J
UNIVERSIDAD ALVART
CLAVE C.T. 21MSU1176X
INTRODUCCION
Los trastornos mentales y del comportamiento son uno de los mayores inconvenientes de la
Salud Psicológica Pública. Se repiten en varias comunidades y civilizaciones; crean altos niveles
de discapacidad y sufrimiento para las personas que los padecen y gran dolor para sus amigos y
familiares. Normalmente la sociedad muestra cierta simpatía y asistencia a las personas con
discapacidades físicas, pero las reacciones a los enfermos mentales a menudo implican estigma y
rechazo.
DESARROLLO
La CIE-10 (OMS, 1992) y el DSM-IV TR (APA, 1994, 2000) son dos sistemas de clasificación
ampliamente reconocidos y utilizados en todo el mundo para el diagnóstico de los trastornos
mentales en adultos, así como en la infancia y la juventud. En la literatura norteamericana
publicada, el DSM-IV (que usa ICD-9) parece entenderse generalmente como un "estándar de
facto" que tiene un carácter normativo, en cambio la CIE-10, que es el “sistema europeo” sigue
las tradiciones específicas de la psiquiatría europea y tiene, carácter orientativo.
DSM-IV
El DSM en su primera versión, al igual que la CIE, surge de la necesidad de gestionar categorías
de trastornos mentales debido al poco consenso tanto en el contenido a integrar como en el
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procedimiento de armonización entre psiquiatras y psicólogos. Entre las razones que influyeron
en la construcción del DSM, subsiste la necesidad de recolectar datos estadísticos sobre los
trastornos mentales y la necesidad de una nomenclatura aceptable de pacientes con patologías
mentales y neurológicas graves en todo el territorio. El DSM-IV es una herramienta de base
empírica con una metodología detallada para mejorar la comunicación entre los médicos de todas
las disciplinas, así como entre los médicos en general y los científicos. El sistema DSM-IV se
ajusta a principios más psicopatológicos, mientras que los capítulos de la CIE-10 siguen
estructurados desde la patogenia.
El DSM-IV propone una descripción del funcionamiento actual del paciente a través de 5 ejes
con el objeto de contar con un panorama general de diferentes ámbitos de funcionamiento:
- Eje II: se especifica si hay algún trastorno de personalidad de base, algún trastorno del
desarrollo, o retraso mental (por ejemplo: trastorno de personalidad límite, trastorno autista,
retraso mental moderado, etc).
- Eje III: se especifican afecciones médicas que presente el paciente. La enfermedad física puede
ser causa, consecuencia o no estar relacionada con el trastorno mental.
- Eje IV: se describen tensiones psicosociales y ambientales en la vida del paciente que
contribuyen, de manera significativa, al desarrollo o exacerbación del problema actual
(desempleo, problemas conyugales, duelo, etc).
CIE-10
La CIE-10 define a la enfermedad excluyendo todo aquello que, aunque conlleva un riesgo o
vulnerabilidad para padecer un trastorno, no es en sí mismo un trastorno. Por otro lado, excluye
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de la definición de enfermedad la discapacidad que produce ya que considera que ésta depende
del soporte social y las características ambientales que varían de un país a otro.
- Eje II: Discapacitación social. Valora cuatro áreas de funcionamiento social (personal, familiar,
laboral, social amplia). Hay una relación inversa entre la discapacitación y la calidad de vida.
- Eje III: Factores ambientales y relativos al estilo de vida que hacen referencia a la enfermedad.
Abarca tanto circunstancias del pasado como del momento actual. A diferencia del DSM-IV no
codifica el grado de estrés. Es un eje de mucha importancia para la salud pública que permite
identificar circunstancias que son susceptibles de programas de prevención primaria, secundaria
o terciaria.
CONCLUSION
Los criterios de categorización específicos para cada trastorno psiquiátrico son una guía para
establecer un diagnóstico, y su uso puede mejorar el debate entre médicos y científicos. La
categorización también cuenta con una guía de uso para un especialista, que describe
detalladamente los criterios que se deben tener en cuenta para aclarar: la gravedad y curso de la
patología, la recurrencia, la importancia del diagnóstico primario frente a la base de consulta. ,
implementación de categorías no especificadas, etc., que no deja de ser una guía para la
expresión diagnóstica. Por otro lado, la categorización sugiere que no todas las personas que
padecen el mismo trastorno son completamente iguales, son heterogéneas, y las manifestaciones
y el curso de la patología dependerán no solo del paciente, sino también de los factores culturales
y sociales que lo rodean.
Una clara limitación para la implementación de estos sistemas es el hecho de que los
profesionales de salud mental utilizan la CIE-10, lo que obliga a cambiar de código a la CIE-9
MC (ya que esta es la categorización utilizada en otras especialidades). ), a pesar de que los
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REFERENCIAS:
Miras, G., Martínez L, P., Santiuste De Pablos M, Ruipérez, G., Ramírez Mm, O., Eustaquio
Tudanca F, S., & Martíne, C. (n.d.). Comparación de los sistemas de clasificación de los
trastornos mentales: CIE-10 y DSM-IV.
https://cienciadedatosysalud.org/wp-content/uploads/2019/06/Comparaci%C3%B3n-de-los-
sistemas-de-clasificaci%C3%B3n-de-los-trastornos-mentales-CIE-10-y-DSM-IV.pdf