Los fusilamientos del 3 de Mayo

Esta obra fue pintada por el español Francisco Goya y Lucientes en 1814 y está en el Museo del
Prado, este autor es coetáneo de David, pero escapa de los planteamientos estéticos de su
época y es difícil inscribirle en un estilo o corriente concreta.
Su pintura posee una enorme riqueza formal, estilística, técnica e intelectual.
Tiene una enorme influencia posterior: inicia el Romanticismo histórico (influye en Delacroix),
comparte el sentido de la luz con los Impresionistas, utilizó imágenes surrealistas, fue
estudiado por Eduard Munch, Paul klee, Kandinsky... pero no encajaba bien en su tiempo, sólo
lo hizo en sus primeras etapas cuando se adaptaba a la estética dominante.

Los fusilamientos del 3 de mayo se encuadra dentro de la pintura neoclásica, esta pintura fue
la manifestación artística en la que los artistas tuvieron que recurrir con mayor frecuencia a la
improvisación debido a la escasez de modelos de la Antigüedad clásica. Se inspiraron
fundamentalmente en los relieves clásicos y exaltaron el dibujo frente al color.
Esta obra es óleo sobre lienzo, es un tema histórico. Los verdugos aparecen de espaldas, no se
ve su rostro, los verdaderos protagonistas son los ajusticiados que reflejan en su rostro el
horror, el pánico y la resignación ante su destino.
Hay fuertes contrastes lumínicos y la luz de la lámpara se concentra en un individuo de
mirada desorbitada que alza sus brazos dispuesto a morir. Su camisa blanca alude a la
inocencia y el rojo de la sangre de los cadáveres acentúa el dramatismo destaca la pincelada
suelta, casi deshecha.
Con esta obra que se encuadra dentro de la pintura histórica Goya pretende dejar constancia
de lo sucedido en Madrid el 3 de Mayo. En esta obra pinta al servicio de la causa
independentista. Es una escena de lucha desde la perspectiva del lado español.
Preludia al igual que en la obra (2 de Mayo de 1808) nuevas formas de entender la pintura por
su carga política, por la exaltación dramática de la lucha por la independencia y por presentar
la Historia como una vivencia directa y amarga. Tendrá una influencia decisiva en la obra de
Delacroix, Gericault, Courbet y Picasso.
Goya fue marcado por una serie de acontecimientos a nivel personal y artístico:
En 1786 fue nombrado pintor real, trabajó para Carlos III y Carlos IV.
En 1792 sufre una grave enfermedad que le deja como secuela sordera, lo que favoreció su
aislamiento y la creación de un mundo propio lleno de pesadillas y miedos personales que se
reflejan en su obra, cada vez más oscura y tormentosa.
En 1808 se inicia la Guerra de la Independencia. Para él que había defendido las ideas
ilustradas encarnadas por los franceses, la actitud del ejército francés supuso una traición y
una profunda incoherencia con sus propios ideales. Era el triunfo de la sinrazón.
En 1814 la vuelta de Fernando VII y la restauración del absolutismo monárquico tras la guerra,
en la que muchos murieron por defender las ideas liberales, volvió a sumirlo en un profundo
pesimismo.
En 1823 decide abandonar España por la situación política y se va al sur de Francia (Burdeos),
donde recupera la esperanza y realiza obras llenas de luz.