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Siglo XIX[editar]

Final del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX[editar]

La romería de San Isidro, una de las pinturas negras de Francisco de Goya.

La trayectoria estilística de Goya incluye la pintura de interiores rococó,


el academicismo neoclásico y el prerromanticismo. Alcanzó un extraordinario éxito
como pintor de corte. Con sus dos grandes lienzos El dos de mayo y El tres de
mayo inaugura la pintura de historia del siglo XIX. Sus series de grabados supusieron
innovaciones técnicas, estilísticas y temáticas de gran proyección posterior. Se le
considera el precedente del expresionismo y las vanguardias del siglo XX, especialmente
por las pinturas negras.2
Neoclasicismo y academicismo[editar]
Artículos principales: Pintura neoclásica  y  Academicismo.

El juramento de los Horacios, de Jacques Louis David.

Desde el siglo XVII, con la aparición de las academias, se fueron estableciendo


los cánones del clasicismo pictórico, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII,
con la Ilustración, que llegan a establecerse como convenciones impuestas a la práctica
del oficio en la totalidad del ámbito cultural europeo occidental. Simultáneamente aparecen
la crítica y la historiografía del arte como actividades definitorias del gusto
artístico dominante, cuyo seguimiento se fomenta entre los pintores a través de la
enseñanza, de los encargos institucionales y privados, y de la convocatoria de
exhibiciones, certámenes o salones artísticos como el Salon de peinture et de
sculpture o Salon de Paris ("Salón de pintura y de escultura" o "Salón de París", desde
1725).
La figura de Jacques-Louis David, testigo de excepción de los cambios políticos y sociales
de la Revolución francesa preside el tránsito del siglo XVIII al XIX, al que siguieron otros
pintores franceses, como François Gérard. La cumbre del estilo, a mediados del siglo XIX,
fue Jean Auguste Dominique Ingres; ya en presencia de la irrupción de los nuevos estilos
antiacadémicos. No obstante, la mayor parte de la producción pictórica de la segunda
mitad del siglo XIX e incluso del siglo XX, conviviendo con su absoluta negación, que
representaron las vanguardias, siguió siendo la pintura academicista de tradición
neoclásica, cuyos seguidores, a pesar del éxito institucional que vivieron en sus días o de
su objetiva calidad, han pasado a ocupar un espacio marginal en museos y manuales
(John Singer Sargent, Jean-Joseph Weerts, Jean-Léon Gérôme, William-Adolphe
Bouguereau, Jean-Louis-Ernest Meissonier, Paul Baudry, Alexandre Cabanel, Franz Xaver
Winterhalter).
La pintura inglesa de finales del XVIII y principios del XIX tuvo como principales figuras
académicas a sir Joshua Reynolds (que definió el concepto grand manner -"manera
grandiosa" o "espléndido estilo"-),3 Thomas Gainsborough o Thomas Lawrence; además
de dos extraordinarios paisajistas que evolucionaron hacia una concepción más
identificable con el romanticismo pictórico: J. M. W. Turner y John Constable.
Por comparación con la gigantesca figura de Goya, la pintura neoclásica española de
finales del siglo XVIII y comienzos del XIX ha sido habitualmente minusvalorada, pero
contó con pintores de la talla de Anton Raphael Mengs, que en su época era considerada
la máxima autoridad académica a nivel europeo, Paret, Meléndez o Vicente López, el
discípulo de Goya autor de su más famoso retrato. El academicismo pictórico presidió la
totalidad del siglo XIX a través de los géneros de más demanda institucional en España:
el retrato y la pintura de historia.
Romanticismo[editar]
Artículo principal: Pintura romántica

Abadía en el bosque, de Caspar David Friedrich (romanticismo).

El prerromanticismo convivió con el neoclasicismo en las décadas finales del siglo XVIII.


No solamente se manifestó en la pintura anticipadora de Goya, sino en la de William
Blake, Johann Heinrich Füssli o Giovanni Battista Piranesi. En el ámbito de la especulación
teórica, el romanticismo incluyó una redefinición del concepto de belleza, y en concreto la
aparición de un nuevo concepto: el de lo sublime, la belleza terrible y sobrecogedora
propia de los elementos desatados y de la naturaleza en estado salvaje, ajena a la
serenidad estética del neoclasicismo, y que encontrará plasmación pictórica en los
paisajes de Caspar David Friedrich y de Turner. Es muy significativa una anécdota que
enfrentó a Turner con su coetáneo Constable. Éste, quejándose del atrevimiento de su
competidor, que había añadido una impactante pincelada de minio en mitad de su cuadro
después de haberse colgado al lado del suyo propio en la exposición de la Royal
Academy (1817), resumió perfectamente el impacto de la nueva Archivo: [veo que] ha
estado aquí, [porque] ha disparado su arma.4

La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault (romanticismo).

En los salones franceses monopolizados por el academicismo, la exhibición de La balsa


de la Medusa de Gericault (1819) supuso un escándalo de mucho mayores dimensiones.
Frente a los demás cuadros, equilibrados y convencionales, mostraba cadáveres
descompuestos en un primer plano, contrastaba gestos de desesperación y entusiasmo de
un abigarrado grupo de personajes que dan la espalda al espectador (ajenos al decorum5
que se pretendía de las representaciones heroicas), y evidenciaba la pequeñez de la
humanidad frente a un entorno natural hostil. En el contexto de la revolución de 1830, la
alianza de la libertad del arte con la libertad política quedó plasmada en La libertad
guiando al pueblo, de Delacroix.
Grupos de pintores alemanes e italianos, los denominados nazarenos y puristas,
pretendieron encontrar la belleza originaria de la pintura en la simplicidad formal y la
renuncia a todo artificio, preludiando movimientos posteriores.

Segunda mitad del siglo XIX[editar]


Precedidos por Courbet, considerado por algunos como iniciador de la pintura
independiente, dos pintores franceses cubren la segunda mitad del siglo XIX, pasando por
todos los movimientos rupturistas y haciendo de "maestros de pintores": Édouard
Manet y Paul Cézanne, cuya identificación con realismo o impresionismo no pasa de ser
una etiqueta historiográfica que no cubre la totalidad de sus amplias y complejas
trayectorias.
Realismo[editar]
Artículo principal: Pintura del realismo

Entierro en Ornans, de Gustave Courbet (realismo).

El romanticismo ya había plasmado en la pintura el protagonismo histórico de las masas


(visible en Goya y Delacroix), pero Courbet no necesitó para ello emplear temas heroicos,
sino cotidianos, traspasando los límites de la obscenidad. Técnicamente, encontró
recursos expresivos en la pincelada gruesa, el aspecto inconcluso y la composición poco
convencional, con encuadres abruptos, que provocaban rechazo. Buscando una
total libertad artística, renunció expresamente a transigir con el gusto dominante y expuso
por su cuenta, de forma independiente, su provocativo El taller del pintor a las puertas
del Salon de Paris de 1855, apoyado por un grupo intelectual en el que se
hallaban Charles Baudelaire, Pierre Proudhon y el crítico Jules Champfleury. Entre los
pintores que se asocian al movimiento estuvieron el dibujante satírico Daumier y el
paisajista Jean-François Millet, procedente de la Escuela de Barbizon (Théodore
Rousseau, Corot, quienes previamente habían renovado el paisajismo influidos por una
exposición de Constable en París). También estuvo presente el estadounidense Whistler,
que se terminó distanciando de Courbet, entre otras cosas, por el atrevimiento del francés
en la forma de retratar a una modelo de la que ambos eran amantes (El origen del mundo,
1866).6

Lilith, de Dante Gabriel Rossetti (pre-rafaelismo).


Simultáneamente, en Inglaterra se desarrollaba la pintura victoriana. El academicismo
dominante fue desafiado por las teorías artísticas de John Ruskin, que defendía la
superioridad de los modernos frente a los antiguos (comparando a Turner con las
convenciones vigentes desde el renacimiento al neoclasicismo). Se abrieron paso nuevos
movimientos de renovación pictórica, especialmente el liderado por Ford Madox Brown y
la Hermandad Pre-Rafaelita (Dante Gabriel Rossetti, John Everett Millais, William Holman
Hunt), que pretendía recuperar la pureza primitiva de la pintura anterior al siglo XVI. La
sensación de pérdida de los valores de la obra artesana bien hecha frente a la producción
industrial masificada llevó al movimiento arts and crafts (William Morris, Edward Burne-
Jones). Ya a finales de siglo, la escuela de Newlyn se especializó en la representación de
escenas marineras.
Otras escuelas nacionales fueron desarrollando producciones pictóricas con mayor o
menor grado de utilización de recursos poco académicos, difundidos por el plenairismo (au
plen air, pintura directa en el exterior, que estimula una menor preocupación por el
acabado que por el reflejo de las sensaciones visuales y la luz cambiante, imponiendo la
pincelada suelta y distintas texturas) y que muy a menudo se etiquetan como precedentes
del impresionismo, a pesar de ser más propiamente realistas, 7 como
los macchiaioli italianos (Giovanni Fattori, Giuseppe Abbati, Silvestro Lega, Telemaco
Signorini), los peredvizhniki rusos (Iliá Repin), pintores alemanes (Adolph von
Menzel, Wilhelm Leibl, Max Liebermann, Franz von Lenbach, Hans Thoma), españoles
(Mariano Fortuny, Federico de Madrazo, Eduardo Rosales, Carlos de Haes, Antonio
Gisbert, Casado del Alisal, Martí Alsina), escandinavos (pintores de Skagen),
estadounidenses (escuela del río Hudson) o australianos (escuela de Heidelberg).
No obstante, la mayor parte de la producción pictórica, incluida la mayor parte de la de
muchos pintores citados, respondía a criterios convencionales y coincidentes con el gusto
burgués dominante, lo que les garantizaba su éxito de mercado (retrato
pictórico, preciosismo en los acabados y costumbrismo de las escenas de género -Vicente
Palmaroli-, pintura de historia institucional y reconstrucciones historicistas -Lawrence Alma-
Tadema-), aunque retrospectivamente se califiquen incluso de gusto vulgar o kitsch (art
pompier).
Impresionismo[editar]
Artículo principal: Impresionismo

Olympia, de Edouard Manet.

El Déjeuner sur l'Herbe y la Olympia de Édouard Manet causaron el Salon des Refusés de


1863 ("Salón de los rechazados") un escándalo similar al que consiguió el Taller de
Courbet una década antes. A pesar de su evidente continuidad con el realismo, son
considerados el precedente más directo de la gran renovación pictórica del último cuarto
del siglo, que en estos cuadros aún no estaba presente.
La técnica impresionista fue un innovador concepto en la utilización de la luz y el color: su
disposición en el lienzo a través de pinceladas sueltas de colores puros, que no se
mezclan en la paleta del pintor sino en la retina del espectador, acentuando los contrastes
por la oposición de los complementarios, y buscando los efectos de vibración y luz
reflejada. Tal innovación fue obra de un grupo de pintores franceses (Claude
Monet, Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Camille Pissarro, Alfred Sisley, Frédéric
Bazille, Berthe Morisot) que fue bautizado como impresionistas por el título que Monet dio
a uno de sus cuadros (Impression, soleil levant -"Impresión, sol naciente"-) en la primera
de las exposiciones de la  Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et
graveurs ("Sociedad anónima de artistas pintores, escultores y grabadores", 15 de abril de
1874).

Le Bassin aux nymphéas, harmonie verte, de Claude Monet (impresionismo).

Su impacto en el resto del mundo es un tema debatido, puesto que, aunque la difusión de
los nuevos conceptos es innegable (aplicados en Alemania por Lovis Corinth, Max
Liebermann o Max Slevogt, en Austria-Hungría por László Mednyánszky, en el Imperio
Ruso por Konstantin Korovin, Valentin Serov o el polaco Władysław Podkowiński, en
Estados Unidos por William Merritt Chase o Mary Cassatt, en el Reino Unido por Walter
Richard Sickert o Philip Wilson Steer), también se ha exagerado la identificación como
impresionistas de muchos pintores, para los que alternativamente se utilizan también otras
etiquetas ambiguas, como la del luminismo (utilizada para designar a estadounidenses
como George Caleb Bingham, John Frederick Kensett o Albert Bierstadt, a belgas
como Emile Claus, Gustave De Smet, Frits Van den Berghe o Constant Permeke, o a
españoles como Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Teodoro Andreu, Francisco Benítez
Mellado o Vicente Castell), que a veces es relegada a la condición de "pseudo-
impresionismo".8
Postimpresionismo[editar]
Artículo principal: Postimpresionismo

Olivos, de Vincent Van Gogh (posimpresionismo).

Los últimos años del siglo XIX (el fin de siécle) y el comienzo del siglo XX son un periodo
de gran agitación intelectual en el que se derrumban los paradigmas científicos (revolución
relativista, revolución neuronal, revolución freudiana, etc.)
Desde 1884 se venía celebrando el Salon des Indépendants ("Salón de los
independientes") gestionado por la Société des Artistes Indépendants fundada, entre otros,
por Albert Dubois-Pillet, Odilon Redon, Georges Seurat y Paul Signac, bajo el lema Sans
jury ni récompense ("Sin jurado ni recompensa"). Después de las ocho exposiciones
impresionistas (la última, en mayo y junio de 1886), las innovaciones conceptuales que
escandalizaban pocos años atrás (y que seguirían siendo explotadas por muchos años
más) habían pasado a ser caminos poco estimulantes para los pintores más inquietos, que
las encontraban insuficientes para sus necesidades expresivas.
Uno de los más veteranos impresionistas, Paul Cézanne, sin renunciar al color y la luz,
encontró ese camino en la simplificación de volúmenes en cuerpos geométricos (esferas,
cilindros, conos -pretendía "conquistar París con una manzana"-);9 Henri de Toulouse-
Lautrec en la recuperación del dibujo, extremado en gruesas líneas para el contorno de las
figuras; Vincent Van Gogh en la pincelada gestual, prolongada en giros y espirales; Paul
Gaugin en la extensión de las superficies planas de colores homogéneos (cloisonné).
Buena parte de estos nuevos enfoques tenían explícitas influencias del exótico arte
japonés (japonismo), cuyas convenciones tradicionales, bien distintas de las de la pintura
occidental, se convertían en alternativas inéditas cuando se aplicaban con los criterios
rupturistas de estos pintores.
Los que optaron por una profundización conceptual en el significado de lo representado,
frente al que se establecen conexiones misteriosas u ocultas, han sido etiquetados
como simbolistas (Odilon Redon, Puvis de Chavannes), denominación ambigua que
también se aplica a Gaugin o Van Gogh.

Une baignade à Asnières ("Un baño en Asnières"), de Georges-Pierre Seurat (puntillismo).

El neoimpresionismo (denominado alternativamente como puntillismo y divisionismo, con


distintas implicaciones) de Georges Seurat y Paul Signac planteaba llevar la técnica del
impresionismo a su extremo, reduciendo la aplicación de los pigmentos puros a puntos,
que observados en la distancia componían las imágenes con un efecto impactante.
Se crearon nuevos y múltiples colectivos de artistas con distintos y a menudo opuestos
criterios, que en algún caso (como la fallida comunidad que intentó crear Van Gogh
en Arlés) respondían a la necesidad de salir del ambiente de París: escuela de Pont-
Aven (Gaugin, Louis Anquetin, Émile Bernard, Charles Laval, Émile Schuffenecker, Paul
Sérusier, Maxime Maufra), bande noire ("banda negra", denominados nubians por sus
tonos sombríos y naturalistas por su temática social, liderados por Charles Cottet, o
los nabis ("profetas", que experimentaron con el uso del color, liderados por Sérusier -Félix
Vallotton, Édouard Vuillard, Pierre Bonnard, Maurice Denis-), les vingtistes ("los veintistas",
grupo belga que funcionó entre 1883 y 1893 -James Ensor, Théo van
Rysselberghe, Fernand Khnopff-, con el que se relacionó el español Darío de Regoyos).10
"Art Nouveau", "Sezession" o Modernismo[editar]
Artículo principal: Modernismo (arte)

Sirenas, de Gustav Klimt (modernismo).


En contraposición tanto al academicismo como al impresionismo, los pintores identificados
con las etiquetas modernista (en España, especialmente el modernismo catalán: Ramón
Casas, Santiago Rusiñol, José María Sert -no debe confundirse con la utilización del
término inglés modernism, identificable con "vanguardismo" o "arte
moderno"-), jugendstil (Alemania y Austria-Hungría, donde se asocia a
la sezession vienesa o berlinesa: Gustav Klimt, Egon Schiele, Max Klinger, Alfons Mucha),
o la más extendida de art nouveau (en Francia, Bélgica y otros países: Henri
Evenepoel, Theodore van Rysselberghe, Theophile Alexandre Steinlen, Jules
Cheret, Leonetto Cappiello, Jan Toorop, Franz von Stuck), abandonaron los temas
cotidianos por los contenidos simbólicos y conceptuales, entre los que destacaba la mujer,
con un tratamiento erótico que llega hasta la perversión (un movimiento simultáneo, muy
relacionado, se denomina decadentismo -Félicien Rops, Gustave Moreau, Odilon Redon-).
Técnicamente se insistía en la pureza de la línea (lo que daba a la pintura un carácter
fuertemente bidimensional) y la expresividad del dibujo (se ha considerado precedente
del expresionismo posterior), ambas cosas ya presentes en autores postimpresionistas,
especialmente en Toulouse-Lautrec. Las formas orgánicas (especialmente vegetales:
flores, hojas y tallos curvilíneos y retorcidos), ya presentes en movimientos ingleses
anteriores (prerrafaelismo y arts and crafts), se convierten en un leit motiv paralelo a las
formas decorativas de las artes gráficas, con las que están estrechamente identificadas
(cartelismo, reproducción litográfica). El formato preferido era mucho más alargado o
apaisado que el tradicional (determinado por la razón áurea).11
El hito fundacional del estilo fue la impactante aparición en las calles de París de los
carteles litográficos publicitarios de Alfons Mucha para la actriz Sarah
Bernhardt (Gismonda, 1 de enero de 1895), por lo que inicialmente se le llamaba estilo
Mucha.12 La asociación del movimiento con los valores dinámicos de la vida cotidiana de
la modernidad, la sociedad de consumo de masas, los nuevos medios de comunicación y
la publicidad fue evidente hasta en las diferentes denominaciones que fue recibiendo
espontáneamente en cada lugar: en Londres, liberty (por la tienda Liberty & Co.),13 en
Múnich jugendstil (por la revista Jugend -"juventud"-).
Simbolismo[editar]
Artículo principal: Pintura simbolista

La pintura simbolista fue una de las principales manifestaciones artísticas del simbolismo,


un movimiento cultural surgido a finales del siglo XIX en Francia y que se desarrolló por
diversos países europeos. El inicio de esta corriente se dio en poesía, especialmente
gracias al impacto de Las flores del mal de Charles Baudelaire (1868), que influyó
poderosamente en una generación de jóvenes poetas entre los que destacan Paul
Verlaine, Stéphane Mallarmé y Arthur Rimbaud. El término «simbolismo» fue acuñado
por Jean Moréas en un manifiesto literario publicado en Le Figaro en 1886. Las premisas
estéticas del simbolismo pasaron de la poesía a otras artes, especialmente la pintura, la
escultura, la música y el teatro. La cronología de este estilo es difícil de establecer: el
punto álgido se encuentra entre 1885 y 1905, pero ya desde los años 1860 había obras
que apuntaban al simbolismo, mientras que su culminación puede establecerse en el inicio
de la Primera Guerra Mundial.
En pintura, el simbolismo fue un estilo de corte fantástico y onírico que surgió como
reacción al naturalismo de la corriente realista e impresionista, frente a cuya objetividad y
descripción detallada de la realidad opusieron la subjetividad y la plasmación de lo oculto y
lo irracional; frente a la representación, la evocación o la sugerencia. Así como en poesía
el ritmo de las palabras servía para expresar un significado trascendente, en pintura se
buscó la forma de que el color y la línea expresasen ideas.

Siglo XX[editar]
Son innumerables las tendencias y subtendencias de la pintura del siglo XX. En general,
suelen estudiarse en relación con los acontecimientos políticos y sociales de la época,
diferenciándose entre las vanguardias históricas anteriores a la primera guerra
mundial (fovismo, cubismo, futurismo, expresionismo) y las del período de
entreguerras (constructivismo, dadá, surrealismo, Bauhaus, Art Decó, muralismo
mexicano). Más problemática es la relación con las vanguardias estéticas de movimientos
como el realismo socialista, el arte fascista, el arte nazi o el arte del franquismo.

Goebbels en la exposición Entartete kunst de 1937, el denominado "arte degenerado" que los nazis
habían decidido suprimir. Los dos cuadros que aparecen son de Emil Nolde. Véase arte nazi.

La segunda guerra mundial marca la ruptura época con el traslado del centro de la


actividad artística de Europa (sobre todo París -Escuela de París-) a Estados
Unidos (Nueva York). Pintores estadounidenses protagonizaron los nuevos movimientos
también calificados como vanguardistas, como Jackson Pollock (action painting, la
denominada Escuela de Nueva York -expresionismo abstracto-) y Andy Warhol (Pop Art).
El último período del siglo XX, que puede considerarse iniciado con la muerte de Picasso,
que coincide con el final de la Guerra de Vietnam (1973), ha sido identificado con términos
como deconstrucción, postmodernidad o transvanguardia.

Vanguardias históricas[editar]
Hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918) [editar]
Las denominadas "vanguardias históricas" son las que surgieron en los primeros años
del siglo XX, tras un fin de siècle dominado por el modernismo y el simbolismo. Una belle
époque en la que la amenaza de la guerra era cada vez más perturbadora (paz armada).
Fauvismo[editar]
Los fauves ("fieras"), siguiendo el precedente de los nabis de 1888, usaban el color de
forma arbitraria, abstrayéndolo de la objetividad visual y poniéndolo en relación con su
propia subjetividad, estuviera relacionada con alguna justificación formal o con cualquier
necesidad expresiva (cuya justificación dejaba por tanto de ser necesaria). El grupo recibió
su denominación por el escándalo que suscitaron en el Salon d'Automne de 1905 (Henri
Matisse, André Derain, Albert Marquet, Charles Camoin, Louis Valtat, Henri Evenepoel -
belga-, Maurice Marinot, Jean Puy, Maurice de Vlaminck, Henri Manguin, Raoul
Dufy, Othon Friesz, Georges Rouault, Kees van Dongen -holandés-, Alice Bailly -suizo-
y Georges Braque -que a los pocos años inició con Picasso el cubismo-).
Expresionismo, "Die Brücke"[editar]
El grito de Edvard Munch, se encuentra rodeado de medidas de seguridad en el Museo Munch de
Oslo, tras ser recuperado de su segundo robo. El robo de pintura contemporánea ha sido una
constante vinculada a su valoración económica.14

El expresionismo, del que es un cercano precedente El grito (del noruego Edvard Munch,


1893), fue un movimiento pictórico gestado en Alemania en torno al grupo Die
Brücke (1905, Ernst Ludwig Kirchner, Emil Nolde).
Cubismo y Futurismo[editar]

Bodegón con botella de Burdeos, de Juan Gris (cubismo).

El cubismo de Pablo Picasso (Las señoritas de Aviñón, 1907), Georges Braque, Fernand


Léger, Juan Gris o María Blanchard, representaba las figuras a través del desdoblamiento
de los planos que componen su superficie y técnicas innovadoras, como el uso
del collage que añade todo tipo de materiales a la materia pictórica. Se ha señalado la
influencia en el cubismo de los volúmenes de Cezanne; aunque también
del primitivismo buscado en las máscaras africanas y en la pintura románica.
El futurismo de Boccioni y otros pintores italianos, en torno al poeta Marinetti (Manifiesto
futurista, 1909), también pretendía aproximarse a una realidad visual más profunda, pero
evocando el movimiento y la velocidad, multiplicando la representación sucesiva de la
misma figura, con lo que obtenía efectos visuales hasta cierto punto similares a los del
cubismo. El Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp (1912), que fue
rechazado por los cubistas cuando fue presentado en el Salon des Indépendants de ese
año presentaba características de ambos estilos. Su exposición en el Armory Show de
Nueva York (1913) fue ampliamente ridiculizada en la prensa, y contribuyó de forma
notable a la difusión de las vanguardias.15
Frente a la mayor pervivencia del expresionismo, que no solo sobrevivió a la Primera
Guerra Mundial, sino que intensificó con ella su caudal de agresividad temática; cubismo y
futurismo tuvieron una vida corta, aunque muy fructífera. Con gran rapidez dieron origen a
una gran variedad de movimientos pictóricos, igualmente efímeros, que en algún caso se
consideran precedentes de la abstracción, como el purismo (Amédée Ozenfant),
el orfismo (Robert Delaunay y František Kupka), el vorticismo británico (Wyndham
Lewis, Edward Wadsworth), el rayonismo ruso (Miguel Larionov y Natalia Goncharova),
el sincromismo estadounidense (Stanton MacDonald-Wright y Morgan Russell),
el neocubismo español (Daniel Vázquez Díaz y Pancho Cossío), etc.
Modigliani, Picasso y André Salmon, protagonistas de las denominadas "vanguardias históricas" en
París, 1916.

Periodo de entreguerras (1918-1939)[editar]


En este periodo continuaron desarrollándose las vanguardias históricas de la etapa
anterior, y surgieron otras nuevas, en una sucesión frenética de etiquetas y manifiestos. La
adscripción de cada pintor a un solo movimiento es en sí misma un error, dada la fluidez
de contactos entre ellos y la evolución personal de cada uno; siendo el caso más evidente
el de Picasso, que pasó por todos. Otros, como Balthus, negaron explícitamente que los
pintores y su pintura debieran ser objeto de clasificación o comentario, sino solo de
contemplación.16
Expresionismo, Nueva Objetividad y "Der Blaue Reiter" [editar]
El expresionismo fue la corriente predominante en los países nórdicos y Europa central, y
se pueden asociar a ella muchos pintores de todas las nacionalidades (Amadeo
Modigliani, Chaïm Soutine, José Gutiérrez Solana). Hasta tres generaciones de
expresionistas desarrollaron una pintura representativa y comprometida con la realidad; en
algún caso planteándose explícitamente como una reacción contra el propio
expresionismo: la Neue Sachlichkeit ("Nueva objetividad", Christian Schad, Otto
Dix, George Grosz, Oskar Kokoschka). Un movimiento de la segunda generación
expresionista, Der Blaue Reiter ("El jinete azul", Vasily Kandinsky, Paul Klee, Franz
Marc, August Macke) derivó hacia la pintura abstracta al entender que solo era posible
representar el interior del ser y el pensamiento a través de formas no figurativas
(abstracción lírica).
Constructivismo, "De Stijl", Suprematismo [editar]

Composition IX: jugadores de cartas, de Theo van Doesburg.

El neoplasticismo o constructivismo holandés, del grupo De Stijl ("El estilo", 1917, Piet


Mondrian, Theo van Doesburg), desarrolló una abstracción geométrica. La Revolución rusa
de 1917 tuvo también una expresión artística inmediata en movimientos pictóricos de
vanguardia como el suprematismo y el constructivismo soviético (Rodchenko y Malévich),
antes de establecerse el realismo socialista.
Dadá y Surrealismo[editar]
El movimiento dadá (palabra elegida al azar) fundado en Zúrich en 1916, implicó a pintores
franceses, alemanes y estadounidenses Hans Arp, Francis Picabia, Max Ernst, Man Ray).
Inauguró un interés por la fantasía, lo irracional, lo extravagante y lo onírico; que el
grupo surrealista (manifiesto de 1924) teorizó influenciado por el psicoanálisis y los
cambios de paradigma científico (teoría de la relatividad y mecánica cuántica). Hubo
precursores, como Henri Rousseau o Marc Chagall. Dentro de las manifestaciones
pictóricas surrealistas se diferenciaron los surrealistas abstractos como Joan Miró o Yves
Tanguy y los figurativos como René Magritte o Salvador Dalí. Fuera del grupo, pero con
estrecha relación estética, estaban la pintura metafísica de Giorgio de Chirico o la obra
de Marcel Duchamp que, mediante la descontextualización, convertía objetos reales de la
vida diaria en formas puramente artísticas.

Salvador Dalí y Man Ray, dos miembros del grupo surrealista en París, 1934.

Bauhaus y "Art Decó"[editar]


El establecimiento de la Bauhaus, dirigida por los arquitectos Gropius y Mies Van der
Rohe, tuvo un poderoso impacto en todas las artes plásticas, incluyendo una escuela de
pintura a la que estuvieron asociados Lyonel Feininger, Johannes Itten, Vasili Kandinsky,
Paul Klee, Gerhard Marcks, Laszlo Moholy-Nagy, Georg Muche, Oskar
Schlemmer y Lothar Schreyer.
Otro movimiento inicialmente arquitectónico y de diseño, el art déco, también tuvo una
vertiente pictórica importante (Tamara de Lempicka).
Pintura de los totalitarismos o las dictaduras[editar]
A pesar de su identificación inicial con las vanguardias, el arte de las dictaduras o de
los totalitarismos (comunismo soviético -realismo socialista-, fascismo italiano, nazismo
alemán -blut und boden, "sangre y suelo"-, franquismo español, movimientos parafascistas
rumanos) se recondujo por razones ideológicas y propagandísticas hacia el
conservadurismo estético, convergente en términos formales a pesar de la extrema
oposición ideológica (por razones idénticas aunque originadas en presupuestos distintos),
que exaltaba los valores populares contra los de la intelectualidad elitista, que se
calificaban, dependiendo de la terminología empleada en cada caso,
de desviacionistas (уклонизма
-uklonizma-), burgueses, degenerados (entartete), antiespañoles, etc.[cita  requerida]
Muralismo mexicano[editar]
En un ambiente de mayor libertad expresiva y política, aunque conectado con los
presupuestos ideológicos del realismo socialista, se desarrolló el muralismo mexicano,
muy implicado en las luchas entre las distintas facciones, que llegó a una extrema
violencia durante la presencia de Trotsky en México (Diego Rivera, José Clemente
Orozco, David Alfaro Siqueiros).

Años centrales del siglo XX[editar]


Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el centro del mundo pictórico se
traslada de París a Nueva York. Allí surgió la corriente del expresionismo
abstracto (Jackson Pollock, action painting -pintura de acción-), en el marco de las
tendencias informalistas y matéricas que se cultivaron también en Europa, como
el tachismo (abstracción sígnico-lírica, art autre) y la pintura abstracta española que
desarrollaron los grupos Dau al Set (Barcelona, Antoni Tàpies) y El Paso (Madrid, Antonio
Saura); además de la obra de los numerosos artistas exiliados.
Otros pintores desarrollaron tendencias neoconcretas y tecnológicas, como los españoles
del Equipo 57 o la nueva abstracción (abstracción postpictórica, Frank Stella, Barnett
Newman), el Op-art ("arte óptico", Victor Vasarely) o las técnicas que llevan a traspasar las
fronteras entre pintura y escultura (arte cinético -Alexander Calder-, escultopintura -
Gerardo Rueda-).
A partir de los años sesenta se aprecia un regreso a lo figurativo, y se habla de
tendencias neofigurativas, neorrepresentativas o neoicónicas (figuración libre), que
incluyeron el art brut de Dubuffet (pintura espontánea o arte marginal), el pop art de Andy
Warhol (que busca inspiración en la cultura de masas, entrando en un mundo más
comercial y gráfico -Eduardo Paolozzi, Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Roy
Lichtenstein, Equipo Crónica-) o la obra de Francis Bacon y Lucian Freud. Otras líneas
creativas que se ubicaban en el ámbito genérico del realismo fueron el realismo social, que
se venía desarrollando en Estados Unidos desde la Gran Depresión de los años treinta
(Grant Wood, Edward Hopper), o el hiperrealismo (Antonio López).
Entre una multitud de etiquetas estilísticas para la pintura de la época, se definieron
el hard edge, el videoarte, el nuevo realismo (eat art, new realism), el fotorrealismo,
el minimal o minimalismo, el arte conceptual (idea art), el happening, el arte
ambiental (land art, earth art o arte terrestre), el realismo figurativo, el espacialismo, el funk
art, la figuración narrativa, el neoconcretismo, el neodadaísmo, el nuevo
reducionismo, fluxus, etc.

Último cuarto del siglo XX y comienzos del siglo XXI[editar]


Artículos principales: Postmodernidad,  Deconstrucción y  Transvanguardia.

Las posibilidades de expresión pictórica se han diversificado hasta incluir instalaciones


artísticas y utilizaciones del espacio artístico herederas de los happenings, el arte
conceptual y el minimal de mediados de siglo; el arte povera realizado con materiales de
desecho; el graffiti y otras expresiones gráficas vinculadas a subculturas juveniles;17 el land
art o arte ecológico que implica a la propia naturaleza; el body art en el que el cuerpo hace
de soporte; el arte digital y el net.art, que explota las posibilidades de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación, etc.
Entre los innumerables ismos que pretenden identificar estilos que se suceden y escinden,
a veces como revivals (recuperación de movimientos anteriores -neos-), están
el anacronismo (nuevo clacisismo o neomanierismo), la neo-geo (recuperación de la
abstracción geométrica), la new image ("nueva imagen"), el Pattern Art o Pattern &
Decoration (pintura feminista "de patrones y decoración"). Con la
etiqueta neoexpresionismo (nuevos fauves o "nuevos salvajes", también asociado con la
equívoca etiqueta neo-pop) se engloba un conjunto de movimientos como
la transvanguardia italiana (Francesco Clemente), la bad painting neoyorkina (Keith
Haring), la figuration libre francesa, o trayectorias personales difícilmente clasificables,
como la de los españoles Miquel Barceló o Pablo Rey, la del colombiano Fernando Botero,
la del japonés Takashi Murakami o la de la pareja Gilbert & George.18

Pintores contemporáneos[editar]
Se ordenan por fecha de nacimiento. Se destacan gráficamente algunos pintores con el fin
de marcar periodos cronológicos amplios: de Reynolds a Delacroix, pintores de finales del
XVIII y principios del XIX (nacidos hasta 1798); de Daumier a Alma Tadema, pintores de
mediados del siglo XIX (nacidos entre 1808 y 1836); de Cezanne a Toulouse-Lautrec,
pintores de finales del siglo XIX (nacidos entre 1839 y 1864); de Kandinski a Magritte,
pintores de comienzos del siglo XX (nacidos entre 1866 y 1898); de Fontana a Antonio
López, pintores de mediados del siglo XX (nacidos entre 1899 y 1936); de Gilbert &
George a Murakami, pintores de finales del siglo XX y del siglo XXI (nacidos desde
1942). 19

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