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Francisco de Goya

Francisco de Goya fue un pintor y grabador español que vivió entre 1746 y 1828. Su
obra abarca diferentes géneros y estilos, desde el neoclasicismo al romanticismo,
pasando por el realismo y el expresionismo. Se le considera uno de los artistas más
influyentes de la historia del arte, ya que anticipó las vanguardias del siglo XX con sus
obras más innovadoras y personales. En este ensayo, analizaremos la trayectoria
artística de Goya, sus principales obras y su legado para la cultura universal.
En este sentido, la trayectoria artística de Goya se puede dividir en tres grandes
etapas, según los cambios en su estilo y su contexto histórico. La primera etapa abarca
desde su viaje a Italia en 1769 hasta su nombramiento como pintor de cámara en 1786.
En esta etapa, Goya se dedica principalmente a la pintura de cartones para tapices, con
escenas de la vida cotidiana, el ocio y la naturaleza. También realiza algunos retratos y
pinturas religiosas, siguiendo el estilo neoclásico.
Posteriormente, desde 1790 hasta 1807, coincidiendo con la crisis política y social de
España y el inicio de la invasión francesa, Goya se vuelve más crítico y personal, y
explora temas como la fantasía, la brujería, la locura y la crueldad. Destacan sus series
de grabados Los caprichos y Los desastres de la guerra, así como sus retratos de la
familia real y las famosas majas.
La tercera etapa comprende desde 1814 hasta su muerte en 1828. En esta etapa,
Goya se aísla del mundo y se refugia en su casa, conocida como la Quinta del Sordo.
Allí realiza sus obras más oscuras y expresionistas, las llamadas pinturas negras, que
plasman sus miedos, angustias y visiones. También pinta algunos bodegones, paisajes y
retratos de sus amigos. Al final de su vida, se exilia en Burdeos, donde sigue dibujando
y grabando hasta su muerte.
Ahora bien, dentro de sus principales obras destaca, La maja desnuda (1797-1800):
Un retrato de una mujer desnuda que posa con naturalidad y sin ningún contexto
mitológico o histórico. Fue una obra muy controvertida en su época y fue confiscada
por la Inquisición española. Forma parte del Museo del Prado. También La familia de
Carlos IV (1800-1801): Un retrato colectivo de la familia real española, inspirado en las
obras de Velázquez. Goya se incluye a sí mismo en la escena, como un pintor que
observa a sus modelos. La obra muestra una visión crítica y realista de la monarquía
decadente.
Además, está El tres de mayo (1814): Una pintura histórica que representa la masacre
de los rebeldes españoles por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia.
Goya muestra el contraste entre los soldados fríos e impersonales y los civiles
indefensos y aterrorizados. Es una obra que denuncia la violencia y el horror de la
guerra. Así mismo están Los caprichos (1799): Una serie de 80 grabados que satirizan la
sociedad y la iglesia de su tiempo, con escenas de brujería, superstición, corrupción,
ignorancia y crueldad. Goya utiliza el humor, la ironía y el simbolismo para criticar los
vicios y defectos humanos.
Y, por último, Saturno devorando a su hijo (1819-1823): Una de las pinturas negras que
Goya realizó en las paredes de su casa, conocida como la Quinta del Sordo. Representa
al dios Saturno devorando a uno de sus hijos, según la mitología griega. Es una obra que
expresa el horror, la locura y el sufrimiento del artista en sus últimos años.
Actualmente, Goya es considerado uno de los precursores del arte moderno, ya que
rompió con las convenciones académicas y exploró nuevos temas, técnicas y estilos. Su
obra influyó en artistas posteriores como Manet, Picasso, Dalí o Bacon, que admiraron
su originalidad, su expresividad y su capacidad de plasmar la realidad social y política
de su tiempo. Goya también fue un maestro del grabado, que utilizó como medio de
denuncia y crítica de los males de la sociedad, como la guerra, la violencia, la
ignorancia o la superstición. Sus series de grabados Los caprichos, Los desastres de la
guerra, La tauromaquia y Los disparates son obras maestras del arte universal, que han
inspirado a otros creadores como Gutiérrez Solana, Ensor o Saura. Además, Goya fue
un gran retratista, que supo captar la psicología y el carácter de sus modelos, desde la
familia real hasta sus amigos y amantes. Sus retratos son testimonios vivos de la historia
y la cultura de su época, que reflejan tanto la elegancia y el refinamiento como la
decadencia y el desengaño. Goya es, en definitiva, un genio universal que trasciende las
fronteras del tiempo y el espacio, y que sigue fascinando y conmoviendo a quienes
contemplan su obra.

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