Está en la página 1de 22

Pintura contemporánea

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Castillo de Norham, de Joseph Mallord William Turner.

Pintura contemporánea es un término de la historiografía del arte utilizado de forma muy ambigua
en la bibliografía, las instituciones y el mercado de arte, como ocurre con los de arte
contemporáneo, escultura contemporánea o arquitectura contemporánea.

Puede referirse a la pintura de la Edad Contemporánea, o limitarse a la del siglo xx, o al periodo
posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945). Para mayor confusión, se utiliza también muy
extensamente el concepto de pintura moderna, tanto en oposición como en identificación con él.1

Índice

1 Siglo XIX

1.1Final del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX

1.1.1 Neoclasicismo y academicismo

1.1.2 Romanticismo

1.2 Segunda mitad del siglo XIX

1.2.1 Realismo

1.2.2 Impresionismo

1.2.3 Postimpresionismo

1.2.4 "Art Nouveau", "Sezession" o Modernismo

1.2.5 Simbolismo

2 Siglo XX

2.1 Vanguardias históricas

2.1.1 Hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918)

2.1.1.1 Fauvismo

2.1.1.2 Expresionismo, "Die Brücke"

2.1.1.3 Cubismo y Futurismo


2.1.2 Periodo de entreguerras (1918-1939)

2.1.2.1 Expresionismo, Nueva Objetividad y "Der Blaue Reiter"

2.1.2.2 Constructivismo, "De Stijl", Suprematismo

2.1.2.3 Dadá y Surrealismo

2.1.2.4Bauhaus y "Art Decó"

2.1.2.5 Pintura de los totalitarismos o las dictaduras

2.1.2.6 Muralismo mexicano

2.2 Años centrales del siglo XX

2.3 Último cuarto del siglo XX y comienzos del siglo XXI

3 Pintores contemporáneos

4 Conceptos en la pintura contemporánea

4.1 El pintor

4.2 La provocación

4.3 La reproducción de la imagen

4.4 El color

4.5 La textura

4.6 La forma o la figuración

4.6.1 La abstracción

4.6.2 El paisaje y la naturaleza muerta

4.6.3 La expresión

4.6.4 La mujer

4.6.5 El concepto

5 Temas y tratamientos en la pintura contemporánea

5.1 «Locus amoenus»

5.2 Amor y muerte

5.3 Guerra y represión

5.4 El gesto en la expresión y en la pincelada

5.5 Trabajo y trabajadores

5.6 Mujeres y ventanas


5.7 La arquitectura en la pintura

5.8 La pintura, tema autorreferencial

6 Referencias

7 Bibliografía

8 Enlaces externos

Siglo XIX

Final del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX

La romería de San Isidro, una de las pinturas negras de Francisco de Goya.

La trayectoria estilística de Goya incluye la pintura de interiores rococó, el academicismo


neoclásico y el prerromanticismo. Alcanzó un extraordinario éxito como pintor de corte. Con sus
dos grandes lienzos El dos de mayo y El tres de mayo inaugura la pintura de historia del siglo XIX.
Sus series de grabados supusieron innovaciones técnicas, estilísticas y temáticas de gran
proyección posterior. Se le considera el precedente del expresionismo y las vanguardias del siglo
XX, especialmente por las pinturas negras.2

Neoclasicismo y academicismo

Artículos principales: Pintura neoclásica y Academicismo.

[[El juramento de los crepúsculos ]], de Jacques Louis David.

Desde el siglo XVII, con la aparición de las academias, se fueron estableciendo los cánones del
clasicismo pictórico, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con la Ilustración, que
llegan a establecerse como convenciones impuestas a la práctica del oficio en la totalidad del
ámbito cultural europeo occidental. Simultáneamente aparecen la crítica y la historiografía del
arte como actividades definitorias del gusto artístico dominante, cuyo seguimiento se fomenta
entre los pintores a través de la enseñanza, de los encargos institucionales y privados, y de la
convocatoria de exhibiciones, certámenes o salones artísticos como el Salon de peinture et de
sculpture o Salon de Paris ("Salón de pintura y de escultura" o "Salón de París", desde 1725).

La figura de Jacques-Louis David, testigo de excepción de los cambios políticos y sociales de la


Revolución francesa preside el tránsito del siglo XVIII al XIX, al que siguieron otros pintores
franceses, como François Gérard. La cumbre del estilo, a mediados del siglo XIX, fue Jean Auguste
Dominique Ingres; ya en presencia de la irrupción de los nuevos estilos antiacadémicos. No
obstante, la mayor parte de la producción pictórica de la segunda mitad del siglo XIX e incluso del
siglo XX, conviviendo con su absoluta negación, que representaron las vanguardias, siguió siendo
la pintura academicista de tradición neoclásica, cuyos seguidores, a pesar del éxito institucional
que vivieron en sus días o de su objetiva calidad, han pasado a ocupar un espacio marginal en
museos y manuales (John Singer Sargent, Jean-Joseph Weerts, Jean-Léon Gérôme, William-
Adolphe Bouguereau, Jean-Louis-Ernest Meissonier, Paul Baudry, Alexandre Cabanel, Franz Xaver
Winterhalter).

La pintura inglesa de finales del XVIII y principios del XIX tuvo como principales figuras académicas
a sir Joshua Reynolds (que definió el concepto grand manner -"manera grandiosa" o "espléndido
estilo"-),3 Thomas Gainsborough o Thomas Lawrence; además de dos extraordinarios paisajistas
que evolucionaron hacia una concepción más identificable con el romanticismo pictórico: J. M. W.
Turner y John Constable.

Por comparación con la gigantesca figura de Goya, la pintura neoclásica española de finales del
siglo XVIII y comienzos del XIX ha sido habitualmente minusvalorada, pero contó con pintores de la
talla de Anton Raphael Mengs, que en su época era considerada la máxima autoridad académica a
nivel europeo, Paret, Meléndez o Vicente López, el discípulo de Goya autor de su más famoso
retrato. El academicismo pictórico presidió la totalidad del siglo XIX a través de los géneros de más
demanda institucional en España: el retrato y la pintura de historia.

Romanticismo

Artículo principal: Pintura romántica

Abadía en el bosque, de Caspar David Friedrich (romanticismo).

El prerromanticismo convivió con el neoclasicismo en las décadas finales del siglo XVIII. No
solamente se manifestó en la pintura anticipadora de Goya, sino en la de William Blake, Johann
Heinrich Füssli o Giovanni Battista Piranesi. En el ámbito de la especulación teórica, el
romanticismo incluyó una redefinición del concepto de belleza, y en concreto la aparición de un
nuevo concepto: el de lo sublime, la belleza terrible y sobrecogedora propia de los elementos
desatados y de la naturaleza en estado salvaje, ajena a la serenidad estética del neoclasicismo, y
que encontrará plasmación pictórica en los paisajes de Caspar David Friedrich y de Turner. Es muy
significativa una anécdota que enfrentó a Turner con su coetáneo Constable. Éste, quejándose del
atrevimiento de su competidor, que había añadido una impactante pincelada de minio en mitad
de su cuadro después de haberse colgado al lado del suyo propio en la exposición de la Royal
Academy (1817), resumió perfectamente el impacto de la nueva Archivo: [veo que] ha estado
aquí, [porque] ha disparado su arma.4
La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault (romanticismo).

En los salones franceses monopolizados por el academicismo, la exhibición de La balsa de la


Medusa de Gericault (1819) supuso un escándalo de mucho mayores dimensiones. Frente a los
demás cuadros, equilibrados y convencionales, mostraba cadáveres descompuestos en un primer
plano, contrastaba gestos de desesperación y entusiasmo de un abigarrado grupo de personajes
que dan la espalda al espectador (ajenos al decorum5 que se pretendía de las representaciones
heroicas), y evidenciaba la pequeñez de la humanidad frente a un entorno natural hostil. En el
contexto de la revolución de 1830, la alianza de la libertad del arte con la libertad política quedó
plasmada en La libertad guiando al pueblo, de Delacroix.

Grupos de pintores alemanes e italianos, los denominados nazarenos y puristas, pretendieron


encontrar la belleza originaria de la pintura en la simplicidad formal y la renuncia a todo artificio,
preludiando movimientos posteriores.

Segunda mitad del siglo XIX

Precedidos por Courbet, considerado por algunos como iniciador de la pintura independiente, dos
pintores franceses cubren la segunda mitad del siglo XIX, pasando por todos los movimientos
rupturistas y haciendo de "maestros de pintores": Édouard Manet y Paul Cézanne, cuya
identificación con realismo o impresionismo no pasa de ser una etiqueta historiográfica que no
cubre la totalidad de sus amplias y complejas trayectorias.

Realismo

Artículo principal: Pintura del realismo

Entierro en Ornans, de Gustave Courbet (realismo).

El romanticismo ya había plasmado en la pintura el protagonismo histórico de las masas (visible en


Goya y Delacroix), pero Courbet no necesitó para ello emplear temas heroicos, sino cotidianos,
traspasando los límites de la obscenidad. Técnicamente, encontró recursos expresivos en la
pincelada gruesa, el aspecto inconcluso y la composición poco convencional, con encuadres
abruptos, que provocaban rechazo. Buscando una total libertad artística, renunció expresamente a
transigir con el gusto dominante y expuso por su cuenta, de forma independiente, su provocativo
El taller del pintor a las puertas del Salon de Paris de 1855, apoyado por un grupo intelectual en el
que se hallaban Charles Baudelaire, Pierre Proudhon y el crítico Jules Champfleury. Entre los
pintores que se asocian al movimiento estuvieron el dibujante satírico Daumier y el paisajista Jean-
François Millet, procedente de la Escuela de Barbizon (Théodore Rousseau, Corot, quienes
previamente habían renovado el paisajismo influidos por una exposición de Constable en París).
También estuvo presente el estadounidense Whistler, que se terminó distanciando de Courbet,
entre otras cosas, por el atrevimiento del francés en la forma de retratar a una modelo de la que
ambos eran amantes (El origen del mundo, 1866).6

Lilith, de Dante Gabriel Rossetti (pre-rafaelismo).

Simultáneamente, en Inglaterra se desarrollaba la pintura victoriana. El academicismo dominante


fue desafiado por las teorías artísticas de John Ruskin, que defendía la superioridad de los
modernos frente a los antiguos (comparando a Turner con las convenciones vigentes desde el
renacimiento al neoclasicismo). Se abrieron paso nuevos movimientos de renovación pictórica,
especialmente el liderado por Ford Madox Brown y la Hermandad Pre-Rafaelita (Dante Gabriel
Rossetti, John Everett Millais, William Holman Hunt), que pretendía recuperar la pureza primitiva
de la pintura anterior al siglo XVI. La sensación de pérdida de los valores de la obra artesana bien
hecha frente a la producción industrial masificada llevó al movimiento arts and crafts (William
Morris, Edward Burne-Jones). Ya a finales de siglo, la escuela de Newlyn se especializó en la
representación de escenas marineras.

Otras escuelas nacionales fueron desarrollando producciones pictóricas con mayor o menor grado
de utilización de recursos poco académicos, difundidos por el plenairismo (au plen air, pintura
directa en el exterior, que estimula una menor preocupación por el acabado que por el reflejo de
las sensaciones visuales y la luz cambiante, imponiendo la pincelada suelta y distintas texturas) y
que muy a menudo se etiquetan como precedentes del impresionismo, a pesar de ser más
propiamente realistas,7 como los macchiaioli italianos (Giovanni Fattori, Giuseppe Abbati, Silvestro
Lega, Telemaco Signorini), los peredvizhniki rusos (Iliá Repin), pintores alemanes (Adolph von
Menzel, Wilhelm Leibl, Max Liebermann, Franz von Lenbach, Hans Thoma), españoles (Mariano
Fortuny, Federico de Madrazo, Eduardo Rosales, Carlos de Haes, Antonio Gisbert, Casado del
Alisal, Martí Alsina), escandinavos (pintores de Skagen), estadounidenses (escuela del río Hudson)
o australianos (escuela de Heidelberg).

No obstante, la mayor parte de la producción pictórica, incluida la mayor parte de la de muchos


pintores citados, respondía a criterios convencionales y coincidentes con el gusto burgués
dominante, lo que les garantizaba su éxito de mercado (retrato pictórico, preciosismo en los
acabados y costumbrismo de las escenas de género -Vicente Palmaroli-, pintura de historia
institucional y reconstrucciones historicistas -Lawrence Alma-Tadema-), aunque
retrospectivamente se califiquen incluso de gusto vulgar o kitsch (art pompier).

Impresionismo

Artículo principal: Impresionismo


Olympia, de Edouard Manet.

El Déjeuner sur l'Herbe y la Olympia de Édouard Manet causaron el Salon des Refusés de 1863
("Salón de los rechazados") un escándalo similar al que consiguió el Taller de Courbet una década
antes. A pesar de su evidente continuidad con el realismo, son considerados el precedente más
directo de la gran renovación pictórica del último cuarto del siglo, que en estos cuadros aún no
estaba presente.

La técnica impresionista fue un innovador concepto en la utilización de la luz y el color: su


disposición en el lienzo a través de pinceladas sueltas de colores puros, que no se mezclan en la
paleta del pintor sino en la retina del espectador, acentuando los contrastes por la oposición de
los complementarios, y buscando los efectos de vibración y luz reflejada. Tal innovación fue obra
de un grupo de pintores franceses (Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Camille
Pissarro, Alfred Sisley, Frédéric Bazille, Berthe Morisot) que fue bautizado como impresionistas por
el título que Monet dio a uno de sus cuadros (Impression, soleil levant -"Impresión, sol naciente"-)
en la primera de las exposiciones de la Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et
graveurs ("Sociedad anónima de artistas pintores, escultores y grabadores", 15 de abril de 1874).

Le Bassin aux nymphéas, harmonie verte, de Claude Monet (impresionismo).

Su impacto en el resto del mundo es un tema debatido, puesto que, aunque la difusión de los
nuevos conceptos es innegable (aplicados en Alemania por Lovis Corinth, Max Liebermann o Max
Slevogt, en Austria-Hungría por László Mednyánszky, en el Imperio Ruso por Konstantin Korovin,
Valentin Serov o el polaco Władysław Podkowiński, en Estados Unidos por William Merritt Chase o
Mary Cassatt, en el Reino Unido por Walter Richard Sickert o Philip Wilson Steer), también se ha
exagerado la identificación como impresionistas de muchos pintores, para los que
alternativamente se utilizan también otras etiquetas ambiguas, como la del luminismo (utilizada
para designar a estadounidenses como George Caleb Bingham, John Frederick Kensett o Albert
Bierstadt, a belgas como Emile Claus, Gustave De Smet, Frits Van den Berghe o Constant Permeke,
o a españoles como Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Teodoro Andreu, Francisco Benítez Mellado o
Vicente Castell), que a veces es relegada a la condición de "pseudo-impresionismo".8

Postimpresionismo

Artículo principal: Postimpresionismo

Olivos, de Vincent Van Gogh (posimpresionismo).


Los últimos años del siglo XIX (el fin de siécle) y el comienzo del siglo XX son un periodo de gran
agitación intelectual en el que se derrumban los paradigmas científicos (revolución relativista,
revolución neuronal, revolución freudiana, etc.)

Desde 1884 se venía celebrando el Salon des Indépendants ("Salón de los independientes")
gestionado por la Société des Artistes Indépendants fundada, entre otros, por Albert Dubois-Pillet,
Odilon Redon, Georges Seurat y Paul Signac, bajo el lema Sans jury ni récompense ("Sin jurado ni
recompensa"). Después de las ocho exposiciones impresionistas (la última, en mayo y junio de
1886), las innovaciones conceptuales que escandalizaban pocos años atrás (y que seguirían siendo
explotadas por muchos años más) habían pasado a ser caminos poco estimulantes para los
pintores más inquietos, que las encontraban insuficientes para sus necesidades expresivas.

Uno de los más veteranos impresionistas, Paul Cézanne, sin renunciar al color y la luz, encontró
ese camino en la simplificación de volúmenes en cuerpos geométricos (esferas, cilindros, conos -
pretendía "conquistar París con una manzana"-);9 Henri de Toulouse-Lautrec en la recuperación
del dibujo, extremado en gruesas líneas para el contorno de las figuras; Vincent Van Gogh en la
pincelada gestual, prolongada en giros y espirales; Paul Gaugin en la extensión de las superficies
planas de colores homogéneos (cloisonné). Buena parte de estos nuevos enfoques tenían
explícitas influencias del exótico arte japonés (japonismo), cuyas convenciones tradicionales, bien
distintas de las de la pintura occidental, se convertían en alternativas inéditas cuando se aplicaban
con los criterios rupturistas de estos pintores.

Los que optaron por una profundización conceptual en el significado de lo representado, frente al
que se establecen conexiones misteriosas u ocultas, han sido etiquetados como simbolistas
(Odilon Redon, Puvis de Chavannes), denominación ambigua que también se aplica a Gaugin o Van
Gogh.

Une baignade à Asnières ("Un baño en Asnières"), de Georges-Pierre Seurat (puntillismo).

El neoimpresionismo (denominado alternativamente como puntillismo y divisionismo, con


distintas implicaciones) de Georges Seurat y Paul Signac planteaba llevar la técnica del
impresionismo a su extremo, reduciendo la aplicación de los pigmentos puros a puntos, que
observados en la distancia componían las imágenes con un efecto impactante.

Se crearon nuevos y múltiples colectivos de artistas con distintos y a menudo opuestos criterios,
que en algún caso (como la fallida comunidad que intentó crear Van Gogh en Arlés) respondían a
la necesidad de salir del ambiente de París: escuela de Pont-Aven (Gaugin, Louis Anquetin, Émile
Bernard, Charles Laval, Émile Schuffenecker, Paul Sérusier, Maxime Maufra), bande noire ("banda
negra", denominados nubians por sus tonos sombríos y naturalistas por su temática social,
liderados por Charles Cottet, o los nabis ("profetas", que experimentaron con el uso del color,
liderados por Sérusier -Félix Vallotton, Édouard Vuillard, Pierre Bonnard, Maurice Denis-), les
vingtistes ("los veintistas", grupo belga que funcionó entre 1883 y 1893 -James Ensor, Théo van
Rysselberghe, Fernand Khnopff-, con el que se relacionó el español Darío de Regoyos).10

"Art Nouveau", "Sezession" o Modernismo

Artículo principal: Modernismo (arte)

Sirenas, de Gustav Klimt (modernismo).

En contraposición tanto al academicismo como al impresionismo, los pintores identificados con las
etiquetas modernista (en España, especialmente el modernismo catalán: Ramón Casas, Santiago
Rusiñol, José María Sert -no debe confundirse con la utilización del término inglés modernism,
identificable con "vanguardismo" o "arte moderno"-), jugendstil (Alemania y Austria-Hungría,
donde se asocia a la sezession vienesa o berlinesa: Gustav Klimt, Egon Schiele, Max Klinger, Alfons
Mucha), o la más extendida de art nouveau (en Francia, Bélgica y otros países: Henri Evenepoel,
Theodore van Rysselberghe, Theophile Alexandre Steinlen, Jules Cheret, Leonetto Cappiello, Jan
Toorop, Franz von Stuck), abandonaron los temas cotidianos por los contenidos simbólicos y
conceptuales, entre los que destacaba la mujer, con un tratamiento erótico que llega hasta la
perversión (un movimiento simultáneo, muy relacionado, se denomina decadentismo -Félicien
Rops, Gustave Moreau, Odilon Redon-). Técnicamente se insistía en la pureza de la línea (lo que
daba a la pintura un carácter fuertemente bidimensional) y la expresividad del dibujo (se ha
considerado precedente del expresionismo posterior), ambas cosas ya presentes en autores
postimpresionistas, especialmente en Toulouse-Lautrec. Las formas orgánicas (especialmente
vegetales: flores, hojas y tallos curvilíneos y retorcidos), ya presentes en movimientos ingleses
anteriores (prerrafaelismo y arts and crafts), se convierten en un leit motiv paralelo a las formas
decorativas de las artes gráficas, con las que están estrechamente identificadas (cartelismo,
reproducción litográfica). El formato preferido era mucho más alargado o apaisado que el
tradicional (determinado por la razón áurea).11

El hito fundacional del estilo fue la impactante aparición en las calles de París de los carteles
litográficos publicitarios de Alfons Mucha para la actriz Sarah Bernhardt (Gismonda, 1 de enero de
1895), por lo que inicialmente se le llamaba estilo Mucha.12 La asociación del movimiento con los
valores dinámicos de la vida cotidiana de la modernidad, la sociedad de consumo de masas, los
nuevos medios de comunicación y la publicidad fue evidente hasta en las diferentes
denominaciones que fue recibiendo espontáneamente en cada lugar: en Londres, liberty (por la
tienda Liberty & Co.),13 en Múnich jugendstil (por la revista Jugend -"juventud"-).

Simbolismo
Artículo principal: Pintura simbolista

La pintura simbolista fue una de las principales manifestaciones artísticas del simbolismo, un
movimiento cultural surgido a finales del siglo xix en Francia y que se desarrolló por diversos
países europeos. El inicio de esta corriente se dio en poesía, especialmente gracias al impacto de
Las flores del mal de Charles Baudelaire (1868), que influyó poderosamente en una generación de
jóvenes poetas entre los que destacan Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé y Arthur Rimbaud. El
término «simbolismo» fue acuñado por Jean Moréas en un manifiesto literario publicado en Le
Figaro en 1886. Las premisas estéticas del simbolismo pasaron de la poesía a otras artes,
especialmente la pintura, la escultura, la música y el teatro. La cronología de este estilo es difícil de
establecer: el punto álgido se encuentra entre 1885 y 1905, pero ya desde los años 1860 había
obras que apuntaban al simbolismo, mientras que su culminación puede establecerse en el inicio
de la Primera Guerra Mundial.

En pintura, el simbolismo fue un estilo de corte fantástico y onírico que surgió como reacción al
naturalismo de la corriente realista e impresionista, frente a cuya objetividad y descripción
detallada de la realidad opusieron la subjetividad y la plasmación de lo oculto y lo irracional; frente
a la representación, la evocación o la sugerencia. Así como en poesía el ritmo de las palabras
servía para expresar un significado trascendente, en pintura se buscó la forma de que el color y la
línea expresasen ideas.

Siglo XX

Son innumerables las tendencias y subtendencias de la pintura del siglo XX. En general, suelen
estudiarse en relación con los acontecimientos políticos y sociales de la época, diferenciándose
entre las vanguardias históricas anteriores a la primera guerra mundial (fovismo, cubismo,
futurismo, expresionismo) y las del período de entreguerras (constructivismo, dadá, surrealismo,
Bauhaus, Art Decó, muralismo mexicano). Más problemática es la relación con las vanguardias
estéticas de movimientos como el realismo socialista, el arte fascista, el arte nazi o el arte del
franquismo.

Goebbels en la exposición Entartete kunst de 1937, el denominado "arte degenerado" que los
nazis habían decidido suprimir. Los dos cuadros que aparecen son de Emil Nolde. Véase arte nazi.

La segunda guerra mundial marca la ruptura época con el traslado del centro de la actividad
artística de Europa (sobre todo París -Escuela de París-) a Estados Unidos (Nueva York). Pintores
estadounidenses protagonizaron los nuevos movimientos también calificados como vanguardistas,
como Jackson Pollock (action painting, la denominada Escuela de Nueva York -expresionismo
abstracto-) y Andy Warhol (Pop Art).
El último período del siglo XX, que puede considerarse iniciado con la muerte de Picasso, que
coincide con el final de la Guerra de Vietnam (1973), ha sido identificado con términos como
deconstrucción, postmodernidad o transvanguardia.

Vanguardias históricas

Hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918)

Las denominadas "vanguardias históricas" son las que surgieron en los primeros años del siglo XX,
tras un fin de siècle dominado por el modernismo y el simbolismo. Una belle époque en la que la
amenaza de la guerra era cada vez más perturbadora (paz armada).

Fauvismo

Los fauves ("fieras"), siguiendo el precedente de los nabis de 1888, usaban el color de forma
arbitraria, abstrayéndolo de la objetividad visual y poniéndolo en relación con su propia
subjetividad, estuviera relacionada con alguna justificación formal o con cualquier necesidad
expresiva (cuya justificación dejaba por tanto de ser necesaria). El grupo recibió su denominación
por el escándalo que suscitaron en el Salon d'Automne de 1905 (Henri Matisse, André Derain,
Albert Marquet, Charles Camoin, Louis Valtat, Henri Evenepoel -belga-, Maurice Marinot, Jean Puy,
Maurice de Vlaminck, Henri Manguin, Raoul Dufy, Othon Friesz, Georges Rouault, Kees van
Dongen -holandés-, Alice Bailly -suizo- y Georges Braque -que a los pocos años inició con Picasso el
cubismo-).

Expresionismo, "Die Brücke"

El grito de Edvard Munch, se encuentra rodeado de medidas de seguridad en el Museo Munch de


Oslo, tras ser recuperado de su segundo robo. El robo de pintura contemporánea ha sido una
constante vinculada a su valoración económica.14

El expresionismo, del que es un cercano precedente El grito (del noruego Edvard Munch, 1893),
fue un movimiento pictórico gestado en Alemania en torno al grupo Die Brücke (1905, Ernst
Ludwig Kirchner, Emil Nolde).

Cubismo y Futurismo

Bodegón con botella de Burdeos, de Juan Gris (cubismo).

El cubismo de Pablo Picasso (Las señoritas de Aviñón, 1907), Georges Braque, Fernand Léger, Juan
Gris o María Blanchard, representaba las figuras a través del desdoblamiento de los planos que
componen su superficie y técnicas innovadoras, como el uso del collage que añade todo tipo de
materiales a la materia pictórica. Se ha señalado la influencia en el cubismo de los volúmenes de
Cezanne; aunque también del primitivismo buscado en las máscaras africanas y en la pintura
románica.

El futurismo de Boccioni y otros pintores italianos, en torno al poeta Marinetti (Manifiesto


futurista, 1909), también pretendía aproximarse a una realidad visual más profunda, pero
evocando el movimiento y la velocidad, multiplicando la representación sucesiva de la misma
figura, con lo que obtenía efectos visuales hasta cierto punto similares a los del cubismo. El
Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp (1912), que fue rechazado por los cubistas
cuando fue presentado en el Salon des Indépendants de ese año presentaba características de
ambos estilos. Su exposición en el Armory Show de Nueva York (1913) fue ampliamente
ridiculizada en la prensa, y contribuyó de forma notable a la difusión de las vanguardias.15

Frente a la mayor pervivencia del expresionismo, que no solo sobrevivió a la Primera Guerra
Mundial, sino que intensificó con ella su caudal de agresividad temática; cubismo y futurismo
tuvieron una vida corta, aunque muy fructífera. Con gran rapidez dieron origen a una gran
variedad de movimientos pictóricos, igualmente efímeros, que en algún caso se consideran
precedentes de la abstracción, como el purismo (Amédée Ozenfant), el orfismo (Robert Delaunay
y František Kupka), el vorticismo británico (Wyndham Lewis, Edward Wadsworth), el rayonismo
ruso (Miguel Larionov y Natalia Goncharova), el sincromismo estadounidense (Stanton
MacDonald-Wright y Morgan Russell), el neocubismo español (Daniel Vázquez Díaz y Pancho
Cossío), etc.

Modigliani, Picasso y André Salmon, protagonistas de las denominadas "vanguardias históricas" en


París, 1916.

Periodo de entreguerras (1918-1939)

En este periodo continuaron desarrollándose las vanguardias históricas de la etapa anterior, y


surgieron otras nuevas, en una sucesión frenética de etiquetas y manifiestos. La adscripción de
cada pintor a un solo movimiento es en sí misma un error, dada la fluidez de contactos entre ellos
y la evolución personal de cada uno; siendo el caso más evidente el de Picasso, que pasó por
todos. Otros, como Balthus, negaron explícitamente que los pintores y su pintura debieran ser
objeto de clasificación o comentario, sino solo de contemplación.16

Expresionismo, Nueva Objetividad y "Der Blaue Reiter"

El expresionismo fue la corriente predominante en los países nórdicos y Europa central, y se


pueden asociar a ella muchos pintores de todas las nacionalidades (Amadeo Modigliani, Chaïm
Soutine, José Gutiérrez Solana). Hasta tres generaciones de expresionistas desarrollaron una
pintura representativa y comprometida con la realidad; en algún caso planteándose
explícitamente como una reacción contra el propio expresionismo: la Neue Sachlichkeit ("Nueva
objetividad", Christian Schad, Otto Dix, George Grosz, Oskar Kokoschka). Un movimiento de la
segunda generación expresionista, Der Blaue Reiter ("El jinete azul", Vasily Kandinsky, Paul Klee,
Franz Marc, August Macke) derivó hacia la pintura abstracta al entender que solo era posible
representar el interior del ser y el pensamiento a través de formas no figurativas (abstracción
lírica).

Constructivismo, "De Stijl", Suprematismo

Composition IX: jugadores de cartas, de Theo van Doesburg.

El neoplasticismo o constructivismo holandés, del grupo De Stijl ("El estilo", 1917, Piet Mondrian,
Theo van Doesburg), desarrolló una abstracción geométrica. La Revolución rusa de 1917 tuvo
también una expresión artística inmediata en movimientos pictóricos de vanguardia como el
suprematismo y el constructivismo soviético (Rodchenko y Malévich), antes de establecerse el
realismo socialista.

Dadá y Surrealismo

El movimiento dadá (palabra elegida al azar) fundado en Zúrich en 1916, implicó a pintores
franceses, alemanes y estadounidenses Hans Arp, Francis Picabia, Max Ernst, Man Ray). Inauguró
un interés por la fantasía, lo irracional, lo extravagante y lo onírico; que el grupo surrealista
(manifiesto de 1924) teorizó influenciado por el psicoanálisis y los cambios de paradigma científico
(teoría de la relatividad y mecánica cuántica). Hubo precursores, como Henri Rousseau o Marc
Chagall. Dentro de las manifestaciones pictóricas surrealistas se diferenciaron los surrealistas
abstractos como Joan Miró o Yves Tanguy y los figurativos como René Magritte o Salvador Dalí.
Fuera del grupo, pero con estrecha relación estética, estaban la pintura metafísica de Giorgio de
Chirico o la obra de Marcel Duchamp que, mediante la descontextualización, convertía objetos
reales de la vida diaria en formas puramente artísticas.

Salvador Dalí y Man Ray, dos miembros del grupo surrealista en París, 1934.

Bauhaus y "Art Decó"

El establecimiento de la Bauhaus, dirigida por los arquitectos Gropius y Mies Van der Rohe, tuvo
un poderoso impacto en todas las artes plásticas, incluyendo una escuela de pintura a la que
estuvieron asociados Lyonel Feininger, Johannes Itten, Vasili Kandinsky, Paul Klee, Gerhard
Marcks, Laszlo Moholy-Nagy, Georg Muche, Oskar Schlemmer y Lothar Schreyer.
Otro movimiento inicialmente arquitectónico y de diseño, el art déco, también tuvo una vertiente
pictórica importante (Tamara de Lempicka).

Pintura de los totalitarismos o las dictaduras

A pesar de su identificación inicial con las vanguardias, el arte de las dictaduras o de los
totalitarismos (comunismo soviético -realismo socialista-, fascismo italiano, nazismo alemán -blut
und boden, "sangre y suelo"-, franquismo español, movimientos parafascistas rumanos) se
recondujo por razones ideológicas y propagandísticas hacia el conservadurismo estético,
convergente en términos formales a pesar de la extrema oposición ideológica (por razones
idénticas aunque originadas en presupuestos distintos), que exaltaba los valores populares contra
los de la intelectualidad elitista, que se calificaban, dependiendo de la terminología empleada en
cada caso, de desviacionistas (уклонизма -uklonizma-), burgueses, degenerados (entartete),
antiespañoles, etc.[cita requerida]

Muralismo mexicano

En un ambiente de mayor libertad expresiva y política, aunque conectado con los presupuestos
ideológicos del realismo socialista, se desarrolló el muralismo mexicano, muy implicado en las
luchas entre las distintas facciones, que llegó a una extrema violencia durante la presencia de
Trotsky en México (Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros).

Años centrales del siglo XX

Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el centro del mundo pictórico se traslada de
París a Nueva York. Allí surgió la corriente del expresionismo abstracto (Jackson Pollock, action
painting -pintura de acción-), en el marco de las tendencias informalistas y matéricas que se
cultivaron también en Europa, como el tachismo (abstracción sígnico-lírica, art autre) y la pintura
abstracta española que desarrollaron los grupos Dau al Set (Barcelona, Antoni Tàpies) y El Paso
(Madrid, Antonio Saura); además de la obra de los numerosos artistas exiliados.

Otros pintores desarrollaron tendencias neoconcretas y tecnológicas, como los españoles del
Equipo 57 o la nueva abstracción (abstracción postpictórica, Frank Stella, Barnett Newman), el Op-
art ("arte óptico", Victor Vasarely) o las técnicas que llevan a traspasar las fronteras entre pintura y
escultura (arte cinético -Alexander Calder-, escultopintura -Gerardo Rueda-).

A partir de los años sesenta se aprecia un regreso a lo figurativo, y se habla de tendencias


neofigurativas, neorrepresentativas o neoicónicas (figuración libre), que incluyeron el art brut de
Dubuffet (pintura espontánea o arte marginal), el pop art de Andy Warhol (que busca inspiración
en la cultura de masas, entrando en un mundo más comercial y gráfico -Eduardo Paolozzi, Jasper
Johns, Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Equipo Crónica-) o la obra de Francis Bacon y
Lucian Freud. Otras líneas creativas que se ubicaban en el ámbito genérico del realismo fueron el
realismo social, que se venía desarrollando en Estados Unidos desde la Gran Depresión de los años
treinta (Grant Wood, Edward Hopper), o el hiperrealismo (Antonio López).

Entre una multitud de etiquetas estilísticas para la pintura de la época, se definieron el hard edge,
el videoarte, el nuevo realismo (eat art, new realism), el fotorrealismo, el minimal o minimalismo,
el arte conceptual (idea art), el happening, el arte ambiental (land art, earth art o arte terrestre), el
realismo figurativo, el espacialismo, el funk art, la figuración narrativa, el neoconcretismo, el
neodadaísmo, el nuevo reducionismo, fluxus, etc.

Último cuarto del siglo XX y comienzos del siglo XXI

Artículos principales: Postmodernidad, Deconstrucción y Transvanguardia.

Las posibilidades de expresión pictórica se han diversificado hasta incluir instalaciones artísticas y
utilizaciones del espacio artístico herederas de los happenings, el arte conceptual y el minimal de
mediados de siglo; el arte povera realizado con materiales de desecho; el graffiti y otras
expresiones gráficas vinculadas a subculturas juveniles;17 el land art o arte ecológico que implica a
la propia naturaleza; el body art en el que el cuerpo hace de soporte; el arte digital y el net.art,
que explota las posibilidades de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, etc.

Entre los innumerables ismos que pretenden identificar estilos que se suceden y escinden, a veces
como revivals (recuperación de movimientos anteriores -neos-), están el anacronismo (nuevo
clacisismo o neomanierismo), la neo-geo (recuperación de la abstracción geométrica), la new
image ("nueva imagen"), el Pattern Art o Pattern & Decoration (pintura feminista "de patrones y
decoración"). Con la etiqueta neoexpresionismo (nuevos fauves o "nuevos salvajes", también
asociado con la equívoca etiqueta neo-pop) se engloba un conjunto de movimientos como la
transvanguardia italiana (Francesco Clemente), la bad painting neoyorkina (Keith Haring), la
figuration libre francesa, o trayectorias personales difícilmente clasificables, como la de los
españoles Miquel Barceló o Pablo Rey, la del colombiano Fernando Botero, la del japonés Takashi
Murakami o la de la pareja Gilbert & George.18

Pintores contemporáneos

Se ordenan por fecha de nacimiento. Se destacan gráficamente algunos pintores con el fin de
marcar periodos cronológicos amplios: de Reynolds a Delacroix, pintores de finales del XVIII y
principios del XIX (nacidos hasta 1798); de Daumier a Alma Tadema, pintores de mediados del siglo
XIX (nacidos entre 1808 y 1836); de Cezanne a Toulouse-Lautrec, pintores de finales del siglo XIX
(nacidos entre 1839 y 1864); de Kandinski a Magritte, pintores de comienzos del siglo XX (nacidos
entre 1866 y 1898); de Fontana a Antonio López, pintores de mediados del siglo XX (nacidos entre
1899 y 1936); de Gilbert & George a Murakami, pintores de finales del siglo XX y del siglo XXI
(nacidos desde 1942). 19

Conceptos en la pintura contemporánea

El pintor

Los pintores contemporáneos asisten a las transformaciones socioeconómicas de su época y dejan


de estar sometidos a la tutela de los gremios. Su formación puede ser académica o autodidacta, y
su relación con el público es completamente distinta a la existente en el Antiguo Régimen: sus
clientes preferidos ya no son el clero y la monarquía absoluta, sino un mercado de arte
representado por la burguesía, a cuyos gustos pueden responder o no. Si se anticipan a su tiempo
y renuncian a cualquier compromiso con la comercialidad, buscando el arte por el arte, pueden ser
incomprendidos e incluso pasar penalidades, representando con su propia vida la figura tópica del
pintor bohemio, que se reúne con otros artistas de su misma condición en los ambientes
marginales de los barrios más conflictivos (como el Montmartre de París).

Las figuras del marchante y del galerista de arte pasan a ocupar un papel esencial en la relación
entre pintor y mercado. Desde finales del siglo XX se les ha añadido el curator o comisario artístico
de exposiciones y otros eventos.20

La provocación

El fin confesado de muchos pintores contemporáneos fue «épater le bourgoise» (escandalizar al


burgués), es decir, realizar conscientemente una provocación mediante la transgresión. La
búsqueda de sucesivas formas de ruptura de las convenciones nunca tuvo fin, porque, cada vez
más rápidamente, lo que era provocador pasaba a ser primero tolerado y después incluido en el
mainstream institucional y del mercado del arte, que era el verdadero estímulo para que surgieran
nuevas provocaciones, quedando cada vez menos espacio para definir quién era un pintor maldito
o dónde encontrar realmente una pintura underground, independiente o marginal.
Paradójicamente, los capitalistas estaban encantados de subvencionar las obras revolucionarias
que explícitamente pretendían disolver las bases en que sus mecenas se sustentaban; pero que
resultaban ser excelentes inversiones.21

Jacques Louis David suscitaba el debate político desde una estética totalmente académica.
Courbet utilizaba la ruptura estética y el tratamiento de temas sórdidos como un revulsivo que se
pudiera trasladar a la dinámica política y social. En 1913, Vladímir Mayakovski y un grupo de
artistas rusos, entre los que estaba el pintor David Burliuk, publicaron el manifiesto Bofetada al
gusto del público, de explícita intención. Marcel Duchamp pretendía disolver directamente el
concepto de arte, de museo y de pintura, pintándole bigotes a la Gioconda. Armando Reverón,
construyó un castillo donde vivir y utilizó su propio excremento como pintura desafiando los
conceptos artísticos de la época. Andy Warhol identificó con la pintura artística la reproducción
mecánica de la imagen. Lienzos intactos fueron convertidos en obras de arte por su mera
concepción, con o sin la adición de la firma, o por la estampación de un sello (Malevich y Man Ray,
respectivamente).

La reproducción de la imagen

El grabado tenía una tradición secular, pero las posibilidades de reproducción de la imagen se
desarrollan de modo impactante con las nuevas técnicas de reproducción de imágenes,
especialmente a partir de la fotografía (en desarrollo desde las décadas centrales del siglo XIX).
Posiblemente, el impacto más decisivo de la fotografía fue desincentivar la tradicional
identificación entre arte e imitación de la realidad, y estimular la búsqueda de otras alternativas,
especialmente a través del color, que la fotografía no consiguió reproducir hasta mucho más
adelante

El campo pictórico de la Edad Contemporánea se enriqueció con la publicidad y el cartelismo,


demandados por la nueva sociedad de consumo de masas.

El anuncio de los espectáculos se procuró efectuar con el máximo rango artístico, ya que ello
repercutía en la afluencia del público. Los modernistas y Toulouse-Lautrec destacaron en ese
ámbito.

La escenografía del teatro había contado con artistas de envergadura desde el Renacimiento; pero
el teatro burgués del siglo XIX mantuvo por lo general escenas sobrias. Todo lo contrario ocurría
en la ópera y el ballet. La compañía de los ballets rusos de Diaghilev y otras producciones
ambiciosas y con deseos de impactar en el público, encargaron su escenografía y hasta el diseño
de vestuario a artistas de vanguardia: Matisse, Picasso, Dalí y Chagall, figuran entre los grandes
escenificadores.

Muchos pintores han tenido activa participación en el cine; algunas veces, suministrando
decorados, que han de ser filmados, suministrando imágenes para escenas concretas
(colaboración entre Dalí y Alfred Hitchcock) o realizando películas completas. Un género aparte es
el denominado cine de animación (Walt Disney).

El cómic, en sí mismo un nuevo arte, se convirtió en un nuevo vehículo de expresión para los
artistas plásticos.
El color

En la larga lucha entre color y dibujo que venía librándose en la pintura europea desde la Edad
Media, el academicismo había sentenciado el triunfo del dibujo y la línea, concediendo al color un
discreto segundo puesto, que ni romanticismo ni realismo habían subvertido. Únicamente algunas
individualidades, como Goya o Turner,4 dieron a la mancha y al color un puesto protagonista en
sus obras, que caracterizó también a parte de la pintura victoriana posterior; el resto incluso
valoraba la homogeneidad cromática que convertía casi todos los tonos en pardos, tierras u ocres.
Incluso se llegó a decir expícitamente que un buen cuadro debía tener el color de un buen
instrumento musical de madera.22

Autorretrato de Paul Gauguin ante un retrato de Émile Bernard (posimpresionismo).

Los impresionistas pretendían utilizar en la pintura los recientes descubrimientos sobre la


naturaleza de la luz y la teoría del color, lo que les llevó al empleo consciente de los
complementarios para aumentar los contrastes y a la disposición en el lienzo de colores puros
para reproducir en la retina del espectador la mezcla de pigmentos que hasta entonces se
confiaba a la paleta del pintor. Los simbolistas o postimpresionistas, especialmente Gauguin y Van
Gogh, con el uso de colores vivos, aplicados con gruesas y amplias pinceladas o en superficies
relativamente grandes (cloisonismo) hicieron del color un uso violento y liberador, abiertamente
conectado con la violencia de las emociones del artista, con la idea de que la manipulación del
color podía expresar no el aspecto de los objetos como lo percibía físicamente el ojo, sino el
estado de ánimo que evocaban.

Fuga, de Wassily Kandinski (abstracción).

Whistler había propuesto la idea de que el color podía tratarse en términos musicales, e intentó
por sí mismo su aplicación, aunque usando tonos ligeros. Kandinsky, él mismo un sinestésico
(percibía conjuntamente asociados sonidos y colores) desarrolló una especial teoría de la
sinestesia en De lo espiritual en el arte (1910). Previamente, los fauves habían encontrado las
posibilidades del uso arbitrario del color, que pueden considerarse explícitamente propuestas en
el cuadro de Henri Matisse La Desserte, harmonie en rouge ("El postre, armonía en rojo" -también
llamado "La habitación roja"-, 1908), donde la drástica simplificación del trazo muestra la escasa
importancia que atribuye al modo en que los objetos son percibidos por el ojo en la vida real.23 A
partir de entonces, los usos radicales del color (especialmente en la abstracción) terminaron por
escandalizar al propio Picasso, que llegó a decir que en la búsqueda de la "pintura pura" se
terminará por encontrar la "pura pintura", es decir, lo mismo que se vendía por kilos en los
estantes de las droguerías. La historia de la pintura posterior le dio la razón, pues pintores como
Yves Klein llegaron a identificar con la materialidad del propio pigmento (el "azul Klein") la obra de
arte.24

La textura

La pincelada y la mancha son elementos muy importantes en la técnica de los pintores de la Edad
Contemporánea. La pincelada gruesa no es un invento del impresionismo, la utilizaban muchos
maestros antiguos (como Tiziano, del que se decía que daba directamente los colores con las
manos); pero ciertamente el efecto acabado es uno de los requisitos de la pintura académica. Una
conocida anécdota de Goya describe la impaciencia del maestro por el detallismo con el que su
discípulo Vicente López Portaña estaba haciéndole su retrato de 1826. A esas alturas, el estilo de
Goya, que ya había realizado las pinturas negras, era el de sus últimas obras en Burdeos. El efecto
abocetado fue buscado por otros discípulos de Goya, como Leonardo Alenza; y se convirtió en una
de las señas de identidad de los pintores rupturistas del realismo y el impresionismo. Además de
Goya, otra de las fuentes que condujeron a los pintores franceses en esta dirección fue el inglés
Turner. Sin embargo, la mayor parte de los pintores ingleses de la época, y especialmente los
prerrafaelitas, optaban por intensificar los acabados.

Las vanguardias utilizaron estos recursos de forma muy diversa, una vez conquistada la libertad
formal más absoluta.

La forma o la figuración

Artículo principal: Realismo en el arte

El impresionismo y el neoimpresionismo reconstruían ópticamente las meras apariencias. Los


postimpresionistas (Cézanne, Van Gogh, y Gauguin, que huyen de la atmósfera de París en busca
de horizontes inéditos) iniciaron desde 1880 la reconstrucción de las formas, es decir, de la
existencia corpórea de las propias figuras representadas. El cubismo y el constructivismo insistirán
en estos conceptos.

La abstracción

Artículo principal: Pintura abstracta

Véanse también: Arte abstracto y Abstraccionismo.

Kandinsky realizó su Primera acuarela abstracta entre 1910 y 1913; y teorizó sobre la pintura
abstracta en Uber das Geistige in der Kunst (1911).25 Otros pintores se aproximaron al mismo
concepto por esos mismo años: En un texto de 1910 sobre el futurismo, Boccioni escribió acerca
de la abstracción expresiva: "Mi ideal era un arte que expresara la idea de sueño sin representar
ninguna cosa durmiente". Su obra Stati d'animo (Estado de ánimo), de 1911, se acerca a ese
concepto de la abstracción. Arthur Dove tiene entre sus obras un Abstract Number 2 (Abstracto
Número 2), de 1911 y un Fog Horns (Sirenas de Niebla). El rayonismo o cubismo abstracto se
desarrolló desde 1912 o 1913 (con el precedente de una exposición rusa de 1909). El
suprematismo de Malevich se iniciaba en 1913 con Círculo negro. El sincromismo de Morgan
Russell se expuso en el Salon des Indépendants de París de 1913.

La difusión de la obra de Wassily Kandinsky impactó en el grupo De Stijl, formado en 1917, y en


otras vanguardias del periodo de entreguerras, que experimentaron con la abstracción
(surrealismo abstracto); pero el mayor auge de la pintura abstracta vino con el expresionismo
abstracto que desarrolló entre 1945 y 1955 la New York School (escuela de Nueva York). En Europa
hubo movimientos similares: el informalismo, el tachismo y la abstracción lírica.

Histórica y formalmente se ha desarrollado en distintas posibilidades técnicas y denominaciones


estilísticas: la abstracción geométrica (cubismo abstracto -orfismo, rayonismo-, suprematismo,
constructivismo soviético, constructivismo holandés -neoplasticismo, De Stijl- concretismo), la
abstracción cromática (sincromismo), la abstracción lírica, la abstracción sintética, la abstracción
analítica, la abstracción cinética (arte cinético), el surrealismo abstracto, el informalismo
(expresionismo abstracto, abstracción constructiva, tachismo, pintura matérica, action painting), la
abstracción postpictórica (minimalismo, color field, hard edge) y cualquier otro movimiento
derivado, incluyendo los denominados abstracción figurativa y no figurativa (expresiones que,
respectivamente, son un oxímoron y una redundancia, pero que tienen uso bibliográfico).26

El paisaje y la naturaleza muerta

La pintura del paisaje y la naturaleza muerta o bodegón habían sido clasificadas como las más
ínfimas en la jerarquía de géneros académica. Obviamente, la pintura contemporánea no respetó
tal jerarquía, y ambos géneros pasaron a recibir un interés especial por los principales pintores
desde el siglo XIX. Incluso superaron con ventaja frente a la representación de la figura humana los
impactos del vanguardismo del XX, puesto que la simplificación de las formas y el rechazo a la
imitación de la naturaleza convertía la mayor parte de los temas pictóricos en paisajes oníricos o
en bodegones abstractos, inexistentes en la realidad.27

La expresión

La sobriedad de las poses estáticas del neoclasicismo contrastaba con el dinamismo y la violencia
expresiva del romanticismo. El realismo de mediados de siglo XIX dio oportunidad para que
algunos autores, especialmente el caricaturista Daumier o el grabador Gustavo Doré,
experimentaran con la distorsión de la expresión facial y corporal, que ya habían iniciado artistas
aislados en la primera mitad del XIX (Goya, William Blake o Füssli).
No obstante, no es hasta finales del siglo XIX cuando se da inicio a la corriente expresionista, que
se fecha en El grito de Edvard Munch (1893), y a la que son también muy cercanos algunos
pintores calificados de modernistas, especialmente los de la Sezession vienesa (Egon Schiele,
Klimt). La etiqueta vanguardista de expresionistas suele aplicarse a distintos grupos de pintores
alemanes de antes y después de la Primera Guerra Mundial, con cuyos efectos están muy
vinculados (expresionismo alemán); aunque el tratamiento distorsionado de las expresiones
caracterizó por la misma época a muchos otros (Modigliani, Solana) incluyendo al propio Picasso
(época azul, Guernica) y a los surrealistas. Después de la Segunda Guerra Mundial, los estilos
pictóricos alternativos a la abstracción tuvieron una de sus más explotadas posibilidades en la
acentuación de la expresión (Lucian Freud -fue muy significativo el escándalo que suscitó su
Retrato de la Reina Isabel II de Inglaterra-,28 Francis Bacon, neoexpresionismo, etc.)

Puede entenderse que el tratamiento de la expresión constituye el eslabón fundamental entre la


pintura romántica y la del siglo XX, y por tanto el elemento "tradicional" más evidente dentro de
las vanguardias.

La mujer

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.

Este aviso fue puesto el 6 de septiembre de 2018.

La imagen de la mujer que se va representando pictóricamente a lo largo de este periodo fue


cambiando sustancialmente. Las representaciones idealistas (heroicas o hagiográficas) convivieron
con las eróticas y costumbristas. Prerrafaelitas, simbolistas y modernistas tuvieron en el tema de la
mujer uno de sus principales motivos, alternando en su representación lánguida y activa. A finales
de siglo, la irrupción del concepto de Nueva Mujer influyó extraordinariamente en las artes
plásticas, que se consagró en los años veinte y treinta con el art déco, coincidiendo con la
estilización de la moda (Coco Chanel, Christian Dior, Balenciaga). Determinó la aparición de
modelos alternativos de mujer, juveniles, activas y deshinibidas, divulgados en las revistas
ilustradas mediante dibujos y fotografías (chicas "charlestón", chicas "Penagos", chicas pin-up) y
derivó en muy diferentes interpretaciones: la recuperación de su papel tradicional de reposo del
guerrero y madre (en el arte nazi), su identificación con el pueblo trabajador (en el realismo
socialista), su manipulación como objeto de consumo (en la publicidad, la pornografía y el star-
system del cine), etc.

Las vanguardias tuvieron una relación ambivalente con la mujer. Por un lado la consagraron en el
papel tradicional de musa de los artistas, que las relegaba a fuente de inspiración o conflicto (las
amantes compartidas por Courbet y Whistler, Van Gogh y Gauguin, las múltiples compañeras de
Picasso,29 Sylvia von Harden para Otto Dix,30 Gala para Dalí); mientras que, por otro lado,
alcanzaron un protagonismo como pintoras en un grado muy superior a las medievales o de la
edad moderna, pero aún restringido a escasos ejemplos (Berthe Morisot, María Blanchard, Tamara
de Lempicka, Frida Kahlo, Dora Maar).

El concepto

El propio concepto pasó a ser, en algunas interpretaciones radicales del vanguardismo pictórico, lo
único que importaba en la representación plástica, mientras que la realización efectiva pasaba a
ser algo secundario. Tales fueron principalmente el surrealismo (para el que la técnica formal -
pinceladas, collages, frottages, grattages- o incluso el arte mismo elegido para la representación -
escritura, cine o pintura-, importaba menos que el mundo onírico interior que se comunicaba al
exterior), las actividades difícilmente clasificables de Duchamp (que explícitamente pretendía
destruir el propio concepto de arte y pintura -incluso destruir físicamente los museos-), el arte
conceptual o idea art, los happenings y el fluxus el body art el pop-art, el minimal, las instalaciones
o cualquiera de las formas de intervención artística que por alguna razón se asocien con lo
pictórico, aunque los límites entre los distintos artes (y entre lo que es arte y no lo es) se hayan
difuminado hasta desaparecer.

En una famosa anécdota, al preguntarles qué salvarían de un incendio en el Museo del Prado, Jean
Cocteau respondió que salvaría el fuego, y Dalí que el aire de Las Meninas.31

Temas y tratamientos en la pintura contemporánea

Los géneros y los temas pictóricos fueron objeto de la tratadística académica, y clasificados
jerárquicamente. Por mucho que los movimientos rupturistas de la pintura contemporánea
pretendieran rebelarse contra todo tipo de ataduras, era imposible que dejaran de referirse a
ellos, aunque fuera para subvertirlos. La repetición de temas, y muy a menudo la referencia
explícita a las formas en que se habían tratado en la historia de la pintura

También podría gustarte