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BURO DE CREDITO

Tesis Aislada de la Novena Época, registrada bajo el número 169040 de la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion, publicada en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta en Agosto de 2008, localizable bajo el Tomo XXVIII, en su Página 57.

SECRETO FINANCIERO O BANCARIO. COMO DERECHO A LA PRIVACIDAD ESTÁ


PROTEGIDO POR EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, PERO CON LAS LIMITACIONES DERIVADAS DE LA NECESIDAD DE SALVAGUARDAR
OTROS BIENES O DERECHOS QUE LA MISMA CONSTITUCIÓN ESTABLECE.

Las garantías individuales encuentran sus límites en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos de modo directo y de manera indirecta o mediata en la legislación ordinaria,
por la necesidad de preservar otros derechos o bienes protegidos constitucionalmente. De
acuerdo con ello, si bien el secreto financiero o bancario está protegido por la garantía de
seguridad jurídica contenida en el artículo 16, primer párrafo, de la Carta Magna, en su vertiente
de derecho a la privacidad o intimidad, se encuentra delimitado por la protección que debe
darse a otros bienes o derechos constitucionalmente resguardados, como es el de los bancos o
instituciones de crédito, de los usuarios o de las sociedades de información, a tener
conocimiento del historial crediticio de sus clientes o deudores a fin de realizar las operaciones
propias de su objeto.

Tesis Aislada de la Décima Época, registrada bajo el número 2019712 de la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación en Abril de 2019, localizable bajo el Libro 65, en su Tomo I en la Página 786.

DAÑO MORAL. EL CAUSADO POR AFECTACIÓN A LA BUENA REPUTACIÓN DERIVADA DE


REPORTES DE CRÉDITO INGRESADOS POR UN USUARIO EN UNA SOCIEDAD DE INFORMACIÓN
CREDITICIA, NO GOZA DE PRESUNCIÓN.

En el caso de registros de reportes de crédito hechos por un usuario en una sociedad de


información crediticia que se hubieren declarado ilícitos por referirse a créditos inexistentes,
falsos, o tratarse de registros irregulares, la existencia de daño moral a la buena reputación del
cliente no goza de presunción a partir de la acreditación del ilícito, pues de acuerdo con la
regulación establecida en la Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia, el sistema
de los denominados burós de crédito, tiene las siguientes características relevantes: 1) es una
base de datos privada cuyo acceso está restringido a determinadas personas, a saber: entidades
financieras, empresas comerciales, sociedades financieras de objeto múltiple, entidades no
reguladas y el propio cliente, de modo que no es un sistema informativo abierto, de acceso o
difusión pública, sino que el universo de personas que potencialmente pueden consultar la
información es reducido; 2) recoge información de naturaleza crediticia y la finalidad de su
otorgamiento a los usuarios está vinculada a la realización de operaciones de crédito,
especificidades que permiten advertir que el historial crediticio de una persona física o moral,
comúnmente sólo será de interés para su consulta, por parte de un usuario que entre en contacto
directo con el cliente, en el marco del establecimiento de una operación financiera o comercial ; 3)
el cliente, si es persona física, generalmente tiene el control para determinar a qué usuario
autoriza para consultar su información, salvo que sea requerida por autoridad judicial en un
proceso en el que la persona es parte, o por la autoridad hacendaria federal para los fines que
permite la ley, y si es persona moral, mantiene ese control de acceso a su información cuando los
créditos reportados no superen cuatrocientas mil unidades de inversión; 4) cuando el cliente esté
en desacuerdo con un reporte de crédito por considerarlo irregular, incorrecto, inexistente o falso,
puede reclamarlo en cuanto tiene conocimiento del mismo, y a partir de ese momento, dicho
reporte de crédito se identifica en la base de datos como impugnado a través de la clave
correspondiente, lo que permite al usuario que consulta el historial crediticio de una persona
física o moral en ese intervalo de la reclamación, saber que en relación con ese registro existe una
disputa entre el cliente y el acreedor; y 5) la información crediticia de una persona física o moral
habida en el sistema, es ponderable por el usuario que la consulta, para los efectos de la operación
financiera o comercial que tiene o pretende establecer con el cliente, pero queda enteramente a
su voluntad decidir si esa información determina la celebración o no del acto jurídico o si ésta
incidirá en sus términos y condiciones; incluso, dado que existe un contacto directo entre usuario
y cliente, que permite el diálogo sobre los reportes de crédito, si el usuario determinara no
celebrar la operación financiera o comercial derivado de dicha información, así debe informarlo
expresamente al cliente, de modo que existirá una manifestación material de la afectación
susceptible de ser acreditada con prueba directa. De las anteriores notas se advierte que, el daño
moral por afectación a la buena reputación del cliente no se genera indefectiblemente por la
mera existencia del reporte de crédito que finalmente resulte ilícito, ya que no se puede
establecer que en todos los casos la información crediticia trascenderá o tendrá un efecto
negativo en la opinión, consideración o estima que el usuario llegue a formarse del cliente en el
ámbito financiero o comercial crediticio, de ahí que no sea consustancial al derecho presumir la
existencia de ese tipo de daño.

Tesis Aislada de la Décima Época, registrada bajo el número 2009375 del Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación en Junio de 2015, localizable bajo el Libro 19, en su Tomo III en la
Página 1959.

BURÓ DE CRÉDITO. NO ES AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL AMPARO.

La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 2a./J.


164/2011, publicada en la página 1089 del Tomo XXXIV, septiembre de 2011, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, de rubro: "AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS
DEL JUICIO DE AMPARO. NOTAS DISTINTIVAS.", estableció que la autoridad para efectos del
amparo tiene las características siguientes: a) La existencia de un ente de hecho o de derecho que
establece una relación de supra a subordinación con un particular; b) Que esa relación tenga su
nacimiento en la ley, lo que dota al ente de una facultad administrativa, cuyo ejercicio es
irrenunciable, al ser de naturaleza pública la fuente de esa potestad; c) Que con motivo de esa
relación emita actos unilaterales a través de los cuales cree, modifique o extinga por sí o ante sí,
situaciones jurídicas que afecten la esfera legal del particular; y, d) Que para emitir esos actos no
requiera acudir a los órganos judiciales ni precise del consenso de la voluntad del afectado.
Ahora bien, de acuerdo con los numerales 12, 13, 20, 25, 32 y 48 de la Ley para Regular las
Sociedades de Información Crediticia, el buró de crédito está facultado para prestar sus servicios
relativos a la calificación de créditos y riesgos, el de verificación o confirmación de identidad o
datos generales, así como la integración de una base de datos integrada con la información
sobre operaciones crediticias y otras de naturaleza análoga sobre los clientes y cuya información
le es proporcionada por los usuarios (entidades financieras, empresas comerciales y Sofomes
E.R.N.), todo ello conforme al contrato celebrado entre éstos y las sociedades. Luego, la relación
que existe entre el buró de crédito y los clientes es de coordinación y no de supra a
subordinación, ya que no existe disposición legal que otorgue a dichas sociedades facultades
para realizar conductas unilaterales y coercitivas, pues el vínculo entre los clientes y el buró de
crédito deriva del contrato que celebra éste con los usuarios, y a la ley sólo corresponde regular
su funcionamiento. Además, la legislación en comento prevé la posibilidad de que los clientes
acudan ante la Profeco o Condusef a denunciar alguna inconformidad sobre el servicio prestado
por dichas sociedades, derivado de los contratos celebrados, lo cual corrobora que se trata de
relaciones entre particulares. Por tanto, no se le puede considerar como autoridad responsable
para los efectos del juicio de amparo, ya que es una persona moral de derecho privado, cuyos
actos no revisten carácter de imperium y, por ende, no puede vulnerar derechos fundamentales
de los gobernados, ya que no tiene la facultad de dictar, promulgar, publicar, ordenar, ejecutar o
tratar de ejecutar un acto, por encontrarse en un plano de igualdad con el particular.

Tesis Aislada de la Décima Época, registrada bajo el número 2004925 del Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta en Noviembre de 2013, localizable bajo el Libro XXVI, en su Tomo 2 en la
Página 1330

INFORMACIÓN CREDITICIA. EL PAGO EN CONDICIONES DISTINTAS A LAS PACTADAS NO


TIENE EL ALCANCE DE ELIMINAR EL ESTATUS DEL CRÉDITO Y EL COMPORTAMIENTO DEL CLIENTE
(ARTÍCULOS 20, 21 Y 23 DE LA LEY PARA REGULAR LAS SOCIEDADES DE INFORMACIÓN
CREDITICIA).

De conformidad con los artículos citados, es obligación de las sociedades encargadas del
manejo de información crediticia actualizar sus bases de datos de manera que reflejen el estatus
de los créditos y el comportamiento positivo o negativo de los clientes, sin que el cumplimiento de
una obligación tenga el alcance de eliminar automáticamente la información que la respalda; es
decir, el pago de la deuda en condiciones distintas a las pactadas no puede tener como efecto
alterar la naturaleza de un historial crediticio y eliminar la información que refleje el estatus del
crédito y el comportamiento del cliente. La finalidad del historial de crédito es reflejar no sólo el
estatus actual de cada una de las obligaciones que asuman los clientes, también debe servir de
referente en la medida en que contenga cuál ha sido el comportamiento crediticio tanto positivo
como negativo respecto de las distintas obligaciones a su cargo.
Tesis Aislada de la Novena Época, registrada bajo el número 168484 del Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta en Noviembre de 2008, localizable bajo el Tomo XXVIII, en su Página
1341.

DAÑO MORAL. CUANDO SE OCASIONA POR EL USUARIO DE LAS SOCIEDADES DE


INFORMACIÓN CREDITICIA (BURÓ DE CRÉDITO), NO GENERA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA.

Desde su origen las Sociedades de Información Crediticia (Ley para Regular las
Agrupaciones Financieras) y su posterior reglamentación en la Ley para Regular las Sociedades de
Información Crediticia, se estableció como objeto primordial recabar información que remiten las
instituciones de crédito, organizarla y sistematizarla en las bases de datos, así como proporcionar
datos veraces cuando le son solicitados y, además, pueden asumir el papel de calificadora de
créditos o riesgos, por lo que deben utilizar manuales operativos estandarizados para el registro
de información, así como emisión, rectificación e interpretación de los reportes de crédito. En ese
sentido, aunque el indebido manejo de la información crediticia por parte de las sociedades (base
de datos) puede originar responsabilidad que origine la reparación del daño moral, lo cierto es que
las reglas protectoras de los derechos de los clientes (público en general), permiten que la
aplicación del artículo 51 de la ley en consulta, se actualice cuando exista culpa grave, dolo o mala
fe en el manejo de la base de datos; por tanto, cuando el daño moral (lesión sufrida por la víctima
en sus valores, tales como el honor, la honra, los sentimientos, las afecciones y las creencias) se
ocasiona por la información proporcionada por el usuario a la sociedad de información
crediticia, desde el punto de vista jurídico, el causante es quien proporciona la información
carente de veracidad y, entonces, sólo en el evento de que la ahora inconforme hubiera actuado
con culpa (extremo de la negligencia llevado al grado de no anticipar consecuencias fácilmente
previsibles), mala fe o negligencia, es que le resultaría responsabilidad solidaria, habida cuenta
que no es dable presumir esta responsabilidad, sino que debe acreditarse, de ahí que la
responsabilidad recae en el autor del texto difundido en el reporte especial de crédito, toda vez
que el daño no fue causado en común.

Amparo directo 155/2008. Trans Unión de México, S.A., S. de I.C. 16 de mayo de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: Gerardo Domínguez. Secretario: José Dekar de Jesús Arreola.

Época: Novena Época

Registro: 168764

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Aislada


Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXVIII, Septiembre de 2008

Materia(s): Constitucional, Civil

Tesis: 2a. CXXVII/2008

Página: 283

SOCIEDADES DE INFORMACIÓN CREDITICIA. EL ARTÍCULO 29, TERCER PÁRRAFO, DE LA LEY PARA


REGULARLAS, NO VIOLA LA GARANTÍA DE LIBERTAD DE COMERCIO (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA
EL 1o. DE FEBRERO DE 2008).

El Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis P. LXXXVIII/2000, de


rubro: "LIBERTAD DE COMERCIO. ALCANCES DE LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 5o. DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL.", sostuvo que el Poder Legislativo, al emitir una ley que restrinja la
libertad de comercio, debe observar un principio de razón legítima que sustente el interés de la
sociedad y que tienda a proteger sus derechos. En ese sentido, el artículo 29, tercer párrafo, de la
Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia, vigente hasta el 1o. de febrero de 2008,
al establecer que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores podrá solicitar a las Sociedades de
Información Crediticia que suspendan el servicio a un usuario (empresa comercial) que
presuntamente quebrantó el secreto financiero, no viola la garantía de libertad de comercio
contenida en el artículo 5o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en razón
de que tal limitación tiende a proteger los derechos de los clientes de los usuarios, es decir,
otorga prioridad al interés de la colectividad sobre el particular.

Amparo en revisión 159/2008. Trans Union de México, S.A., Sociedad de Información Crediticia. 3
de septiembre de 2008. Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario: Juvenal
Carbajal Díaz.

Nota: La tesis P. LXXXVIII/2000 citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación


y su Gaceta, Novena Época, Tomo XI, junio de 2000, página 28.

Época: Novena Época

Registro: 169039

Instancia: Segunda Sala


Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXVIII, Agosto de 2008

Materia(s): Constitucional, Civil

Tesis: 2a. LXXI/2008

Página: 57

SECRETO FINANCIERO O BANCARIO. LOS ARTÍCULOS 2o., 5o. Y 20 DE LA LEY PARA REGULAR LAS
SOCIEDADES DE INFORMACIÓN CREDITICIA, AL PERMITIR LA APERTURA DE AQUÉL A LOS
USUARIOS O SOCIEDADES DE CRÉDITO, NO VIOLAN LA GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA.

Los preceptos citados no violan la garantía de seguridad jurídica que a favor de los gobernados
establece el artículo 16, primer párrafo, constitucional, ya que sólo permiten que el historial de
crédito se proporcione o comparta a los usuarios o sociedades de crédito cuando media el
consentimiento de los clientes o deudores. Esto es: a) si bien en el secreto financiero o bancario
coinciden el interés del cliente, el de las entidades financieras y el interés público de las
autoridades competentes, b) también lo es que estos dos últimos delimitan al primero, pues
obligan a la comunicación o divulgación de los datos crediticios cuando concurra causa que lo
justifique, c) de aquí que tratándose de terceros ajenos, los artículos 28, 29, 30, 38 y 52 de la Ley
para Regular las Sociedades de Información Crediticia establecen una salvedad que impide
violentar la garantía de seguridad jurídica relacionada con la inviolabilidad de la persona, familia,
posesiones o papeles de los gobernados, consistente en la autorización expresa y autógrafa,
tácita o mediante las formas dispuestas en la ley, que deba otorgar el cliente o deudor para
proporcionar o compartir su historial crediticio a los usuarios o sociedades de crédito.

Amparo en revisión 134/2008. Marco Antonio Pérez Escalera. 30 de abril de 2008. Cinco votos.
Ponente: Genaro David Góngora Pimentel. Secretario: Rolando Javier García Martínez.

Época: Novena Época

Registro: 169607

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Aislada


Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXVII, Mayo de 2008

Materia(s): Constitucional, Civil

Tesis: 2a. LXIV/2008

Página: 234

SECRETO FINANCIERO O BANCARIO. ES PARTE DEL DERECHO A LA VIDA PRIVADA DEL CLIENTE O
DEUDOR Y, POR TANTO, ESTÁ PROTEGIDO POR LA GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA EN SU
VERTIENTE DE DERECHO A LA PRIVACIDAD O INTIMIDAD.

De los artículos 2o., 5o. y 20 de la Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia, en
relación con el 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, se advierte que el secreto financiero o
bancario guarda relación con la vida privada de los gobernados, en su condición de clientes o
deudores de las entidades bancarias, por lo que si bien no está consagrado como tal
explícitamente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al estar referido a la
historia crediticia de aquéllos, puede considerarse como una extensión del derecho fundamental a
la vida privada de la persona, familia, domicilio, papeles o posesiones de los gobernados,
protegido por el artículo 16, primer párrafo, constitucional.

Tesis Aislada de la Novena Época, registrada bajo el número 169040 de la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion, publicada en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta en Agosto de 2008, localizable bajo el Tomo XXVIII, en su Página 57.

SECRETO FINANCIERO O BANCARIO. COMO DERECHO A LA PRIVACIDAD ESTÁ


PROTEGIDO POR EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, PERO CON LAS LIMITACIONES DERIVADAS DE LA NECESIDAD DE SALVAGUARDAR
OTROS BIENES O DERECHOS QUE LA MISMA CONSTITUCIÓN ESTABLECE.

Las garantías individuales encuentran sus límites en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos de modo directo y de manera indirecta o mediata en la legislación ordinaria,
por la necesidad de preservar otros derechos o bienes protegidos constitucionalmente. De
acuerdo con ello, si bien el secreto financiero o bancario está protegido por la garantía de
seguridad jurídica contenida en el artículo 16, primer párrafo, de la Carta Magna, en su vertiente
de derecho a la privacidad o intimidad, se encuentra delimitado por la protección que debe darse
a otros bienes o derechos constitucionalmente resguardados, como es el de los bancos o
instituciones de crédito, de los usuarios o de las sociedades de información, a tener
conocimiento del historial crediticio de sus clientes o deudores a fin de realizar las operaciones
propias de su objeto.
Tesis Aislada de la Novena Época, registrada bajo el número 169597 de la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion, publicada en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta en Mayo de 2008, localizable bajo el Tomo XXVII, en su Página 236.

SOCIEDADES DE INFORMACIÓN CREDITICIA. EL ARTÍCULO 23 DE LA LEY QUE LAS REGULA,


NO VIOLA LA GARANTÍA DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 1o.
DE FEBRERO DE 2008).

El citado precepto no viola la garantía de irretroactividad de la ley contenida en el artículo


14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez que no tiene efectos
hacia el pasado ni afecta alguna situación nacida bajo la vigencia de una ley anterior, pues al
señalar expresamente que la conservación de la información proporcionada por los usuarios
durante el plazo de 84 meses "es a partir", significa que el cómputo deberá realizarse hacia
adelante, esto es, una vez que se concreten los diferentes supuestos de la norma como son: la
fecha de cobro del crédito, el momento en que se ejecute la sentencia condenatoria, al extinguirse
el derecho del actor para pedir la ejecución del fallo o cuando prescriba la acción del usuario para
cobrar el crédito respectivo. Además, el artículo 23 de la Ley para Regular las Sociedades de
Información Crediticia no prevé algún esquema para recabar información de créditos contratados
antes de que entrara en vigor la Ley citada, pues lo que establece es la obligación de dichas
sociedades de conservar la información proporcionada por los usuarios, que ya obra en el buró
de crédito, aunado a que el referido lapso de 84 meses representa un límite para la información
de la base de datos.

LEY PARA REGULAR LAS SOCIEDADES DE INFORMACION CREDITICIA

Artículo 12.- Las Sociedades deberán sujetar sus operaciones y actividades a la presente
ley y a las disposiciones de carácter general que expida el Banco de México.

Artículo 13.- Las Sociedades sólo podrán llevar a cabo las actividades necesarias para la
realización de su objeto, incluyendo el servicio de calificación de créditos o de riesgos, el de
verificación o confirmación de identidad o datos generales, así como las demás actividades
análogas y conexas que autorice la Secretaría, oyendo la opinión del Banco de México y de la
Comisión.

Las Sociedades, al ofrecer servicios de calificación de créditos o de riesgos a que se refiere


el párrafo anterior, deberán considerar toda la información disponible en su base de datos sin
discriminar la información proporcionada por cualquier Usuario.

Tratándose de servicios de calificación de crédito, las Sociedades podrán llevar a cabo


valoraciones numéricas respecto de los Clientes, de conformidad con las disposiciones de carácter
general que emita la Comisión, previo acuerdo de su Junta de Gobierno.

En tales disposiciones se establecerán los casos y términos en que las Entidades


Financieras podrán acceder a las citadas valoraciones exclusivamente para determinar la
elegibilidad del Cliente en la oferta de productos financieros, sin necesidad de contar con la
autorización a que se refiere el artículo 28 de esta Ley, siempre y cuando se protejan en todo
momento los datos personales del mismo.

Las Sociedades deberán ofrecer a los Clientes que lo soliciten, en los términos que al
efecto acuerden con ellos, el servicio consistente en hacer de su conocimiento cuando los
Usuarios consulten su historial crediticio, así como cuando envíen información relativa a la falta
de pago puntual de cualquier obligación exigible.

Artículo 20.- La base de datos de las Sociedades se integrará con la información sobre
operaciones crediticias y otras de naturaleza análoga que le sea proporcionada por los Usuarios.
Los Usuarios que entreguen dicha información a las Sociedades deberán hacerlo de manera
completa y veraz; asimismo, estarán obligados a señalar expresamente la fecha de origen de los
créditos que inscriban y la fecha del primer incumplimiento. Las Sociedades no deberán inscribir
por ningún motivo, créditos cuya fecha de origen no sea especificado por los Usuarios, o cuando
éste tenga una antigüedad en cartera vencida mayor a 72 meses. Lo anterior, de conformidad con
lo establecido en los artículos 23 y 24 de esta ley.

En caso de que la información proporcionada por el Usuario sea relativa a una persona
moral, el Usuario deberá incluir a los accionistas o titulares de las partes sociales, según
corresponda, que sean propietarios del 10% o más del capital social.

Las Entidades Financieras deberán proporcionar, de conformidad con las disposiciones de


carácter general que, al efecto, emita el Banco de México, la información relativa a sus
operaciones crediticias, al menos, a una de las Sociedades organizadas conforme a esta Ley.

Cuando el cliente realice el cumplimiento de una obligación, el Usuario deberá


proporcionar a la Sociedad la información del pago correspondiente y la eliminación de la clave de
prevención u observación correspondiente. El Usuario deberá enviar dicha información dentro de
los cinco días hábiles posteriores al pago. En el caso a que se refiere el párrafo quinto del artículo
27 bis, los Usuarios contarán con un plazo de hasta diez días hábiles para enviar la información
actualizada a la Sociedad.

En el supuesto al que se refiere el párrafo anterior, las Sociedades tendrán un plazo de


hasta tres días hábiles contados a partir de la fecha en que hayan recibido la información de los
Usuarios, para actualizar dicha información en sus bases de datos.

Cuando los clientes se acojan a programas de recuperación de créditos de Entidades


Financieras, Empresas Comerciales o Sofomes E.N.R. los Usuarios deberán reportar a las
sociedades de Información Crediticia dichos créditos como saldados, en caso de que hayan sido
finiquitados.

Artículo 25.- Sólo las Entidades Financieras, las Empresas Comerciales y las Sofomes E.N.R.
podrán ser Usuarios de la información que proporcionen las Sociedades.

Artículo 32.- Las Sociedades podrán pactar la prestación de sus servicios, mediante el uso
de equipos, medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, sistemas automatizados
de procesamientos de datos y redes de telecomunicaciones, ya sean privados o públicos,
estableciendo en los contratos respectivos las bases para determinar lo siguiente:

I. Los servicios cuya prestación se pacte;

II. Los medios de identificación de los Usuarios y de los Clientes, y

III. Los medios por los que se haga constar la creación, transmisión, modificación o
extinción de derechos y obligaciones inherentes a los servicios de que se trate.

El uso de los medios de identificación que se establezcan conforme a lo previsto por este
artículo, en sustitución de la firma autógrafa, producirá los mismos efectos que las leyes otorgan a
los documentos correspondientes y, en su caso, tendrán el mismo valor probatorio.

Artículo 48.- Las Sociedades podrán establecer en los contratos de prestación de


servicios que celebren con los Usuarios, que ambos se comprometen a dirimir los conflictos que
tengan con los Clientes con motivo de la inconformidad sobre la información contenida en los
registros que aparecen en la base de datos, a través del proceso arbitral ante la Condusef o ante
la Profeco, según sea el caso, siempre y cuando el Cliente solicite suscribir el modelo de
compromiso arbitral en amigable composición que se anexe a dichos contratos, mismo que deberá
prever plazos máximos.

Las Entidades Financieras o Sofomes E.N.R. por conducto de sus unidades especializadas o,
en el caso de Empresas Comerciales, de quienes designen como responsables para esos efectos,
tendrán cinco días hábiles, contados a partir de la fecha del laudo respectivo, para informar a las
Sociedades dicho laudo. Las Sociedades tendrán cinco días hábiles, contados a partir de la fecha en
que hayan recibido la información del Usuario, para actualizar los registros que correspondan.
Los Clientes podrán presentar reclamaciones ante la Profeco en contra de los Usuarios Empresas
Comerciales, las cuales serán tramitadas conforme a los procedimientos previstos en la Ley
Federal de Protección al Consumidor. Asimismo, podrán presentar reclamaciones ante la Condusef
en contra de los Usuarios Entidades Financieras o Sofomes E.N.R., las cuales serán tramitadas
conforme a los procedimientos previstos en la Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios
Financieros.

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