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 “Cómo son los maestros que admiro”.

Natalia Cobos Candela, alumna de quinto grado de primaria, nos plasma en su texto ciertas
características que desde su punto de vista debe poseer un maestro; nos explica una idea
que tiene de cómo debe ser un profesor con los demás, en el salón de clases, su
personalidad y cómo no debe ser. Ella divide su trabajo en tres secciones sencillas, breves,
claras y precisas, en donde describe características generales, particulares y
recomendaciones.

Las características que plantea la niña se resumirán en los siguientes puntos, observando lo
que si debemos hacer y ser, y lo que no.

1. Un buen maestro debe de ser alegre, estado de animo que transmitirá a lo demás, y
dejar sus problemas o preocupaciones afuera de la escuela.

2. Debe de ser paciente y compresivo al momento de enseñar. Recordemos que cada


niño se encuentra en grados distintos de desarrollo, que no son iguales sino
parecidos, y que poseen ritmos y estrategias de aprendizaje distintos. “Todo a su
tiempo”.

3. El comportamiento y la forma de hablar y de expresarse debe ser calmada y


prudente, una actitud agresiva no nos lleva a ningún lado, solo ocasiona más
problemas y elimina el ambiente armónico tan indispensable para llevarse a cabo el
proceso de enseñanza- aprendizaje. Nosotros somos un ejemplo para los niños, en
nosotros está ser un buen modelo a seguir o no.

4. Enseñar no solo las cosas, sino también el porqué y el cómo. De hecho, es más fácil
aprender algo cuando se entienden las causas, se conoce el origen y se ve su
desarrollo.

5. Debemos permitir su participación y motivar su libre expresión en temas del salón,


e incluso de la escuela. No con la intención de que ellos nos resuelvan las cosas, la
razón está en que es una estrategia para desarrollar diversas habilidades en el niño.

6. Debemos brindar cariño, paciencia y respeto; así como, mostrar amor por nuestra
profesión. Las cosas a fuerza no se hacen bien o ni se hacen, es mejor estar a gusto
con lo que nos dedicamos. Por otro lado, debemos mostrar un trato decente. Así
como los tratemos nos trataran.

7. Debemos de hacer de la escuela un lugar agradable y armónico; en donde puedan


los niños sentirse a gustos y seguros.

8. Ser creativos e ingeniosos, incluso ocurrentes. Siempre buscar mantenerlos


interesados y alegres.

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