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TEXTOS LEGALES.-
CODIGO CIVIL
TÍTULO XIII:
DEL MANDATO
CAPÍTULO I:
DE LA NATURALEZA Y FORMA DEL MANDATO.
Art. 1984.- El mandato o procuración es un acto por el cual una persona da a otra
poder para hacer alguna cosa por el mandante y en su nombre. No se realiza el
contrato sino por aceptación del mandatario.
Art. 1985.- El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo firma privada, aun
por carta. Puede también conferirse verbalmente; pero la prueba testimonial respecto
de él, no puede recibirse sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones
convencionales en general. La aceptación del mandato puede no ser sino tácita,
resultando de la ejecución que al mismo mandato haya dado el mandatario.
Artículo 1. Las sociedades comerciales se regirán por las disposiciones de la presente ley,
los convenios de las partes, los usos comerciales y el derecho común.
Artículo 5. (Modificado por la Ley 31-11, de fecha 11 de febrero de 2011) Las sociedades
comerciales gozarán de plena personalidad jurídica a partir de su matriculación en el Registro
Mercantil, a excepción de las sociedades accidentales o en participación
Artículo 113.- (Modificado por la Ley 31-11, de fecha 11 de febrero de 2011) Cada socio
tendrá derecho de participar en las decisiones sociales y dispondrá de igual número de
votos al de las cuotas sociales que posea.
......
Párrafo III.- (Modificado por la Ley 31-11, de fecha 11 de febrero de 2011) Los poderes
deberán indicar los nombres, las demás generales, los documentos legales de identidad y el
domicilio del accionista y del mandatario, si fueren personas físicas, y la denominación o
razón social, domicilio, y si conforme la ley los requiriere, número de matriculación en el
Registro Mercantil y en el Registro Nacional de Contribuyentes, si se tratare de una persona
jurídica. Estos poderes serán indelegables, salvo disposición expresa incluida en el mismo,
tendrán el alcance y la duración que expresamente se indique y deberán ser archivados en
secretaría
Artículo 116. La asamblea de los socios será presidida por el gerente o por
uno de los gerentes. Si ninguno de los gerentes es socio, será presidida
por el socio presente y aceptante que posea o represente el mayor número de
cuotas sociales. En el caso de que existan dos o más socios aceptantes con igual
número de cuotas sociales, la asamblea será presidida por el socio de más edad.
Párrafo I.- Toda deliberación de la asamblea de los socios será constatada por un
acta que indique la fecha, hora y el lugar de la reunión, el
nombre, las generales y la calidad del presidente, los nombres y generales de
los socios presentes o representados, así como de los mandatarios de éstos
con indicación del número de cuotas sociales
pertenecientes a cada uno, los documentos e informes sometidos a la asamblea,
un resumen de los debates, los textos de las resoluciones propuestas y el resultado
de las votaciones
Párrafo.- Esta lista deberá ser firmada por todos los accionistas presentes o
por sus representantes, haciendo constar si alguno no quiere o pueda hacerlo,
y se le anexarán los poderes otorgados por los accionistas
para su representación. Además, firmarán los miembros de la
mesa directiva, o sea el presidente, el secretario y, si los hubiere, los
escrutadores.
DOCTRINA.-
TRATADO DE DERECHO CIVIL, de Georges Ripert y Jean Boulanger, Tomo VIII,
P. 456
P. 766
P. 842 y 843
1488.- Reglas Generales.- El mandato puede terminar por las mismas causas que
todos los demás contratos. Pero, además, habiéndose celebrado intuitu personae,
termina por la voluntad o por muerte de una u otra de las partes.
P. 845
1492. Continuación. Casos de y irrevocabilidad del mandato.-.... La jurisprudencia,
interpretando así la intención de las partes, considera irrevocables, por la sola
voluntad del mandante, los mandatos que se hayan conferido en ventajas del
mandatario o de un tercero aceptante... esa irrevocabilidad del mandato no tiene
solamente como efecto asegurar una indemnización al mandatario o al tercero
perjudicado por la revocación, salvo pacto en contrario, produce la prolongación del
mandato, aún contra la voluntad del mandante...
LECCIONES DE DERECHO CIVIL, Parte tercera, Tomo IV, Segunda, Tomo III, de
los hermanos Henri, Léon y Jean Mazeaud, en los siguientes epígrafes expuestos a
partir de la página 387 del tomo señalado:
Ésa comprobación vale lo mismo para el mandato mercantil que para el mandato
civil... son mandatos en interés común.
(DOMINICANO)
PRUEBA DEL CONTRATO DEL MANDATO
La aceptación del mandato por el mandatario está probada suficientemente por “el
cumplimiento que se le haya dado por el mandatario” (arts. 1985 párr. 2do.CC). En
efecto, el cumplimiento del mandato no constituye solamente una presunción, sino la
confesión misma de la aceptación.
El mandato gratuito es un contrato unilateral o sinalagmático imperfecto; por tanto,
el documento puede ser redactado en un solo ejemplar. Si es retribuido, el mandato es
un contrato sinalagmáitco perfecto; pero, en la práctica, no se exige la formalidad del
duplicado., porque el art. 1325CC no se refiere sino a “los documentos privados que
contengan convenciones sinalagmáticas”, y no al instrumentum que deja constancia
solamente de un ofrecimiento.
La prueba del mandato con respecto a terceros. En principio, los terceros
tienen la posibilidad de probar por todos los medios un acto jurídico al que hayan
permanecido ajenos, porque el acto no es a su respecto sino un hecho jurídico. Esa
regla es aplicable evidentemente a los terceros distintos de aquel con el cual se haya
concertado el contrato que sea objeto del mandato, la legislación somete a este, que
quiere probar el madnato, a las reglas de prueba aplicables a las partes contratantes.
El tercero que alegue un mandato aparente no tiene que probar un mandnato que no
existe, sino un hecho jurídicio: la apariencia de un mandato o la culpa del supuesto
mandante, por lo tanto, esa prueba es libre.
CAPACIDAD DEL MANDANTE Y DEL MANDATARIO
Se exige en el madnante, para la validez del mandato, la capacidad
necesaria para concertar el acto jurídico que se haya de realizar. Además,
cuando el mandato sea retribuido el mandante debe tener siempre la capacidad para
obligarse.
La capacidad del mandatario. El madntario no se obliga con respecto al
mandante más que si es capaz, a falta de capacidad, su responsabilidad
contractual por mal cumplimiento del mandato no sería exigible. Pero la
responsabilidad delicitual del mandatario incapaz puede ser exigida con respecto al
mandante.
En cuanto al acto concluido en nombre del mandante, la capacidad del mandatario es
indiferente. En el art. 1990 CC se han afirmado la vaidez de los actos celebrados por
dos categorías de mandatarios incapaces: las mujeres casadas y los menores
emancipados.
Sin vacilar, la jurisprudencia extiende el art. 1990 CC a todos los mandatarios
incapaces, cualquiera que sea la causa de la icnapacidad.
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ARTICULO ARGENTINO
El mandato aparente en las Sociedades Comerciales.
Tu Espacio Jurídico / 25 noviembre, 2014
-Por el Dr. Gastón Merhar-
Este trabajo pretende analizar supuestos en los cuales una sociedad comercial
podría ser obligada al cumplimiento de una obligación, sin que el acto jurídico, que le
diera origen, haya sido efectuado por alguno de los sujetos que ejercen la
representación legal, en virtud de estipulado por la ley 19.550, o sin haber existido el
otorgamiento formal de un mandato expreso bajo las prescripciones del contrato de
mandato. La idea es poner de manifiesto los presupuestos que debieran configurar la
apariencia idónea para extender los efectos del acto jurídico a la sociedad comercial.
Como comienzo podemos mencionar dos pilares fundamentales que son la base del
análisis. El primero es el principio de informalidad en la celebración de un mandato,
que podría resultar no solo de hechos positivos del mandante, sino también de su
inacción o silencio[1], y el segundo sería la recepción de la teoría de la apariencia
jurídica en la Ley de Sociedades, a la luz del artículo 58.
El mandato aparente
Partiendo de esa base cuanto más grande o compleja sea una empresa o estructura
organizativa más amplio o enredado podría resultar el organigrama de conducción.
La complejidad podrá originarse en varios factores ya sea en la distribución
geográfica de la empresa, el tipo de negocios que lleve a cabo o la cantidad de
personal que tenga.
Todos estos factores nos pueden llevar a pensar que existan funcionarios que
representen a la sociedad, realicen actos jurídicos, tomen decisiones relevantes para
la vida societaria y no tengan un nombramiento en el staff del directorio o ni siquiera
un poder para tales actos. La calidad y cantidad de las decisiones puede ser
relevante para que un tercero de buena fe crea que ante él actúa el verdadero
apoderado y más aún, si la sociedad ratifica tácitamente lo acordado, por ejemplo
pagando la factura de servicios que el supuesto apoderado solicitó y contrató. Siendo
aún estos actos notoriamente extraños al objeto social.
Sin duda que la discusión queda planteada en los casos en que la sociedad
desconoce su vinculación con el acto jurídico y niega los efectos de éste por cuanto
la ratificación opera como un remedio eficaz ante este tipo de supuestos.
Dentro de los sistemas de gestión empresarial existen diversos elementos que, bien
implementados, podrían persuadir conductas indeseadas para la sociedad. En
efecto, las planillas de descripción de puesto de cada empleado o los manuales de
gerentes son instrumentos que suelen utilizarse en muchas compañías, y pretenden,
entre otros fines, dar previsibilidad y consistencia a las decisiones de cada
funcionario en el marco de sus tareas dentro de la empresa.
Los presupuestos que deberíamos examinar para concluir que estamos ante un caso
de representación aparente en el ámbito de una sociedad comercial serían los
siguientes[4]:
Ahora bien, y como se pregunta el profesor Juan Carlos Ghirardi[5]: ¿A quién le cabe
mejor la imputación de falta de diligencia debida, a quién omite tomar recaudos que
jamás le fueron necesarios antes, o al que no controla lo que era su deber controlar?
¿Cómo debemos apreciar esta noción de culpa cuando existen normas de orden
público que exigen ciertas formalidades ineludibles para obligar a una sociedad?
Para responder estos interrogantes, ante un caso concreto, deberíamos distinguir los
actos propios y corrientes de la actividad comercial de la empresa, los cuales se
celebran a diario y por lo general no exigen formalidades rígidas o determinadas y
escapan de la esfera formal que exige, por ejemplo, el artículo 1184 (inc.7º) del
Código Civil, y los actos de disposición de bienes que requieren formalidades
específicas, que no serían habituales en el quehacer empresarial, que dada la
importancia requieren un examen más exhaustivo de las formas, o simplemente
escapan de la esfera del artículo 58 de la ley 19.550 al ser actos notoriamente
extraños al objeto social. En los primeros se debieran presumir válidos para la
Sociedad si ellos corren por un ámbito de informalidad habitual y se encuentran
circunscriptos en la esfera de su objeto social, dado que la informalidad habitual es
una consecuencia lógica del tráfico comercial y de ningún modo puede ser imputable
al contratante de buena fe. En cambio, en los segundos el obrar del tercer adquirente
debería ser más exhaustivo, y su omisión en exigir las formas que rodean al acto
debería traducirse en negligencia.
También se ha entendido que si una entidad gremial permitió que una persona que
carecía de representación para obligarla utilizara sellos y papelería del mismo para
efectuar contrataciones en su nombre con terceros de buena fe cabe concluir la
existencia de un mandato eficaz[7].
En el mismo sentido se sostuvo que la persona que permite a otro que repetidamente
figure como representante suyo, de tal modo que los terceros puedan inferir de ello la
existencia de un poder, deberá aceptar que se considere como si el poder se hubiera
otorgado efectivamente. El caso del corredor en la venta de mercaderías podría
resultar un caso testigo respecto de los pagos que aquel recibe en nombre del
vendedor[8].
La buena fe
Una regla básica del derecho de los contratos es que deben celebrarse, interpretarse
y cumplirse, acorde al principio de buena fe (art. 1198 Cód. Civil). Las intensas
modificaciones de la vida política, económica, jurídica y social impulsaron y
extendieron las nociones de este principio, que actualmente opera como hecho,
como valor, como método de interpretación e integración[9]. Y es sin duda la correcta
apreciación e interpretación de este principio lo que nos llevará a aplicar la
concepción del mandato aparente.
El principio de la buena fe significa que cada uno debe guardar fidelidad a la palabra
dada y no defraudar la confianza o abusar de ella, ya que en esta forma la base
indispensable de todas las relaciones humanas, supone un conducirse como cabría
de esperar de cuantos con pensamiento honrado intervienen en el tráfico como
contratantes o participando en él en virtud de otros vínculos jurídicos.
Sin dudas que el legislador ha ponderado, en este caso, proteger las expectativas de
un contratante de buena fe flexibilizando de algún modo las normas de
representación atinentes a cada tipo social.
A partir de allí lo fundamental del fallo versa sobre la buena fe exigida al contratante
y es ahí donde la Corte afirma que el conocimiento que el contratante debe tener de
la infracción debe ser “efectivo” y no una presunción, el hecho de que alguna vez el
actor haya tenido el estatuto del demandado no es suficiente para desvirtuar la
obligación, sino que se exige “una prueba cabal, alejada de toda duda”.
Se afirma que “si quien contrata con terceros tuviera que cerciorarse de todos los
hechos atinentes a la gestión representativa existirían altos costos de transacción
que dificultarían enormemente la actividad económica”.
Se deja en claro que quien invoca un hecho impeditivo, como sería en este caso la
demostración del conocimiento de la infracción, debe demostrarlo.
Conclusión
Como corolario podríamos afirmar que en atención al régimen especial que tienen las
sociedades comerciales, la representación aparente debería apreciarse con
determinada cautela y restricción. Esto no obsta a tener presente la recepción que la
ley de sociedades hace de la teoría de la apariencia jurídica en su artículo 58
tendiente a primar el tráfico mercantil sobre las formas.
Con ello no podemos dejar de soslayar que apreciación de la conducta de las partes,
y la aplicación del instituto en análisis dependerá de las circunstancias particulares
de cada caso, como ser la magnitud e importancia para la sociedad del acto, la
conducta previa de las partes, la costumbre mercantil y la repetición o frecuencia del
mismo.
[1] Artículo 1874 CC: “El mandato tácito resulta no solo de los hechos positivos del
mandante, sino también de su inacción o silencio, o no impidiendo, pudiendo
hacerlo, cuando sabe que alguien esta haciendo algo en su nombre”.
[4] CNCiv – Sala H, 22/11/93, “Einer, Isidoro c/La Panamericana Coop. de Seguros
Ltda.”, voto Dr.Kiper, L.L. 1994-D-320 con nota de José W Tobías, “Apariencia
jurídica”.
[9] Piaggi, Ana, “Reflexiones sobre dos principios basilares del derecho: la buena fe y
los actos propios”, en “Tratado de la Buena Fe en el Derecho”, Ed. La Ley, Buenos
Aires, 2004, p. 108.
[11] Art. 58, ley 19.555: “El administrador o el representante que de acuerdo con el
contrato o por disposición de la ley tenga la representación de la sociedad, obliga a
ésta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social. Este
régimen se aplica aun en infracción de la organización plural, si se tratare de
obligaciones contraídas mediante títulos valores, por contratos entre ausentes, de
adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere
conocimiento efectivo de que el acto se celebra en infracción de la representación
plural.
TÍTULO XIII:
DEL MANDATO
CAPÍTULO I:
DE LA NATURALEZA Y FORMA DEL MANDATO.
Art. 1984.- El mandato o procuración es un acto por el cual una persona da a otra
poder para hacer alguna cosa por el mandante y en su nombre. No se realiza el
contrato sino por aceptación del mandatario.
Art. 1985.- El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo firma privada, aun
por carta. Puede también conferirse verbalmente; pero la prueba testimonial respecto
de él, no puede recibirse sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones
convencionales en general. La aceptación del mandato puede no ser sino tácita,
resultando de la ejecución que al mismo mandato haya dado el mandatario.
CAPÍTULO II:
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDATARIO.
Art. 1991.- Está obligado el mandatario a cumplir el mandato, mientras que esté
encargado de él, y es responsable de los daños y perjuicios que puedan resultar por
su falta de ejecución.
Está también obligado a terminar lo comenzado en el tiempo de la muerte del
mandante, si hubiese algún peligro en la demora.
Art. 1992.- No solamente es responsable el mandatario del dolo, sino también por las
faltas que cometa en su gestión. Sin embargo, la responsabilidad relativa a las faltas
se exigirá con menos rigor cuando el mandato sea gratuito, que cuando se reciba un
salario por este concepto.
Art. 1995.- Cuando hay muchos que están provistos de poder, o mandatarios
nombrados por el mismo acto, no existe entre ellos solidaridad sino cuando esté
expresada.
Art. 1996.- El mandatario debe el interés de las sumas que haya empleado en su
uso, desde la fecha en que lo hizo, y también de lo que deba por residuos,
contándose desde el día en que se le constituyó en mora.
Art. 1998.- El mandante está obligado a ejecutar los compromisos contraídos por el
mandatario, conforme al poder que le haya dado. No puede obligársele por lo que se
haya hecho fuera de los límites de aquél, mientras no lo haya ratificado expresa
o tácitamente.
Art. 1999.- El mandante debe reintegrar al mandatario los adelantos y gastos que
éste hubiere hecho para la ejecución del mandato, y pagarle los salarios que le haya
prometido. En el caso de no haber ninguna falta que pueda imputarse al mandatario,
no puede el mandante dejar de hacer estos reintegros y pagos, aun en el caso en
que el negocio no haya tenido buen éxito, ni hacer rebajar el total de gastos y
adelantos bajo pretexto de que hubieran podido ser menores.
Art. 2000.- El mandante debe también indemnizar al mandatario por las pérdidas que
haya sufrido por causa de su gestión, si es que éstas no se pueden imputar a
imprudencia alguna.
Art. 2001.- El interés de los adelantos hechos por el mandatario, se debe por el
mandante desde el día en que consten estos adelantos.
Art. 2002.- Cuando el mandatario ha sido nombrado por muchas personas para un
negocio común, está obligada cada una de ellas solidariamente con relación a él en
todos los efectos del mandato.
CAPÍTULO IV:
DE LAS DIFERENTES MANERAS
DE CONCLUIR EL MANDATO.
Art. 2003.- Concluye el mandato: por la revocación del mandatario, por su renuncia,
por la muerte, la interdicción o la insolvencia, bien sea del mandante o del
mandatario.
Art. 1998 Le mandant est tenu d'exécuter les engagements contractés par le
mandataire, conformément au pouvoir qui lui a été
donné.
Il n'est tenu de ce qui a pu être fait au delà, qu'autant qu'il l'a ratifié expressément
ou tacitement.
2. Dès lors qu'un agent général d'une compagnie d'assurance auprès de laquelle une
personne s'est assurée par l'intermédiaire de
cet agent a agi dans l'exercice de ses fonctions de mandataire de la compagnie,
celle-ci est seule tenue en cas de sinistre. Civ.
1re, 27 nov. 1984: Bull. civ. I, no 318. Il incombe au seul titulaire d'un compte sur
lequel ont été versés indûment des fonds,
et, après son décès, à sa succession, de les restituer, le mandataire n'y étant pas
tenu en cette seule qualité. Civ. 1re, 25 juin
1996: Bull. civ. I, no 266.
4. Une vente ne peut être résolue pour défaut de conformité alors que le mandataire
de l'acheteur a vérifié la marchandise et l'a
réceptionnée sans réserves. Com. 12 févr. 1980: D. 1981. 278, note Aubertin.
5. Les significations faites au mandataire font courir les délais contre le mandant.
Civ. 3e, 5 juin 1984: Bull. civ. III, no 109.
6. C'est au mandant qui entend contester la date d'un contrat conclu par son
mandataire qu'il incombe d'apporter la preuve de la
fausseté de la date. Civ. 1re, 4 janv. 1984: Bull. civ. I, no 5.
B. DÉPASSEMENT.
8. En cas de dépassement de mandat, le mandant reste tenu pour tout ce qui a été
exécuté conformément au mandat. Civ. 1re,
26 janv. 1999: JCP 1999. IV. 1509.
11. Le fait que le mandataire qui dépasse son mandat déclare agir en son nom
personnel ne s'oppose pas à ce que le mandant
ratifie ses actes. Civ. 1re, 28 avr. 1980: Bull. civ. I, no 129.
C. MANDAT APPARENT.
BIBL. Lescot, JCP 1964. I. 1826; 1966. I. 2007 . - Sourioux, JCP 1982. I. 3058
(croyance légitime).
12. Définition. Si, en principe, le mandant n'est pas obligé envers les tiers pour ce
que le mandataire a fait au-delà du pouvoir
qui lui a été donné, il en est autrement lorsqu'il résulte des circonstances que le tiers
a pu légitimement croire que le mandataire
agissait en vertu d'un mandat et dans les limites de ce mandat. Civ. 1re, 30 mars
1965: D. 1965. 559.
13. Celui qui a laissé créer à l'égard des tiers une apparence de mandat est tenu,
comme le mandant, d'exécuter les engagements
contractés par le mandataire. Com. 5 déc. 1989: Bull. civ. IV, no 309. Une action en
remboursement peut être exercée
contre le représenté auquel était destinée la somme qui a été remise au représentant.
Il en est de même dans le cas où celui qui a
laissé créer une apparence de mandat doit réparer le dommage causé aux tiers
comme s'il avait été un véritable mandant. Civ.
1re, 31 mai 1983: Bull. civ. I, no 161. V., pour d'autres cas d'apparence à la création
de laquelle le mandant apparent n'est
pas étranger, par ex.: Com. 5 mars 1980: Bull. civ. IV, no 116 20 avr. 1982: ibid. IV,
no 133 15 mars 1984: ibid. IV, no
106. Pour un cas d'exclusion de l'apparence, au motif que le prétendu mandant était
demeuré complètement étranger à
l'apparence alléguée, V. Com. 27 mai 1974: D. 1977. 421, note Arrighi.
14. Croyance légitime du tiers. Le mandant peut être engagé sur le fondement d'un
mandat apparent, même en l'absence d'une
faute susceptible de lui être reprochée, si la croyance du tiers à l'étendue des
pouvoirs du mandataire est légitime, ce caractère
supposant que les circonstances autorisaient le tiers à ne pas vérifier les limites
exactes de ces pouvoirs. Ass. plén. 13 déc.
1962: D. 1963. 277, note Calais-Auloy; JCP 1963. II. 13105, note Esmein; RTD civ.
1963. 572, obs. Cornu Civ. 2e, 17
oct. 1979: Bull. civ. II, no 242 Com. 6 juin 1989: Bull. civ. IV, no 179; RTD civ. 1990.
270, obs. Mestre Com. 17 oct.
1995 : Bull. civ. IV, no 246; D. 1997. Somm. 57 (2e esp.), obs. Ferrier (franchisé
considéré comme mandataire apparent du
franchiseur du fait de son absence d'autonomie). Le banquier porteur de bonne foi
d'un billet à ordre signé au nom d'une
société n'est tenu de vérifier ni la signature apposée sur l'effet ni l'étendue des
pouvoirs du signataire, la société étant engagée par
la signature de son mandataire apparent sauf pour elle d'établir être étrangère dans
la formation de cette apparence de mandat.
Com. 9 mars 1999: D. Affaires 1999. 831, obs. X. D.
15. Illustrations. Ainsi, parmi les circonstances autorisant le tiers à ne pas vérifier les
pouvoirs de son cocontractant, peuvent
être relevés, par ex.: - La faible valeur d'une commande à un fournisseur. Com. 8
juill. 1981: Bull. civ. IV, no 315. ...
L'autorité et l'honorabilité s'attachant aux fonctions de notaire. Civ. 3e, 2 oct. 1974:
JCP 1976. II. 18247, note Thuillier
Civ. 1re, 22 mai 1991: JCP éd. N 1992. II. 372, note Leveneur. ... La qualité d'agent
immobilier du contractant, qui avait fait
paraître une annonce de mise en vente du bien et signé le compromis de vente en
qualité de mandataire. Civ. 1re, 6 janv. 1994:
Bull. civ. I, no 1. ... Les rapports de parenté avec les prétendus mandants et le fait
que le mandataire apparent gérait leurs
biens depuis longtemps. Civ. 3e, 4 mai 1982: Bull. civ. III, no 111. ... Les usages
constants en matière de publicité, selon
lesquels l'agence de publicité agit au nom de l'annonceur. Civ. 1re, 11 févr. 1997:
Bull. civ. I, no 52. ... L'utilisation par un
associé du papier à en-tête de la société. Civ. 1re, 3 juin 1998: Bull. civ. I, no 194; D.
Affaires 1998. 1357, obs. J. F.
Question du mandat apparemment conféré par un époux à son conjoint: V. note 11
ss. art. 1424 et note ss. art. 1432.
16. Les juges du fond ne peuvent accueillir la demande d'un organisme de crédit
sans rechercher si le vendeur ne pouvait être
tenu pour son mandataire apparent auprès duquel l'emprunteur aurait exercé
efficacement son droit de rétractation (loi no 78-22
du 10 janv. 1978). Civ. 1re, 12 févr. 1991: Bull. civ. I, no 62; D. 1992. Somm. 269,
obs. A. Penneau.
17. Doit être cassé l'arrêt qui retient que n'est pas valable le paiement d'une prime
d'assurance entre les mains de celui qui n'a pas
pouvoir de la recevoir même s'il a la qualité de mandataire apparent, alors que le
mandat apparent peut éventuellement porter sur
l'encaissement d'une somme d'argent. Civ. 1re, 7 juin 1995: Bull. civ. I, no 240.
19. Les juges du second degré n'ont pas à se prononcer sur l'existence d'un mandat
apparent dès lors que la partie qui l'invoque
devant la Cour de cassation n'avait pas précisé, dans ses conclusions d'appel, les
circonstances d'où résulterait l'apparence.
Civ. 1re, 26 avr. 1977: Bull. civ. I, no 186. Sur un débat relatif à l'existence d'un
mandat exprès ou tacite, les juges ne
peuvent soulever d'office le moyen tiré de l'existence d'un mandat apparent sans que
les parties aient été invitées à présenter leurs
observations et que les débats aient été réouverts. Civ. 3e, 15 oct. 1975: Bull. civ. III,
no 298.
20. Effet. Le mandat apparent a pour seul effet d'obliger le mandant à exécuter les
engagements pris envers les tiers par le
mandataire apparent, mais non d'y obliger ce dernier. Com. 21 mars 1995: Bull. civ.
IV, no 101.
21. Dès lors que les bénéficiaires de chèques sans provision tirés par le titulaire
d'une procuration en dépassement de ses
pouvoirs (chèques remis en garantie d'un prêt personnel) ne démontrent pas qu'ils
peuvent se prévaloir d'un mandat apparent, les
juges du fond décident à bon droit que le titulaire du compte n'est pas tenu à leur
égard. Civ. 1re, 30 sept. 1997: Bull. civ. I, no
258; D. Affaires 1997. 1249.
Art. 2004 Le mandant peut révoquer sa procuration quand bon lui semble, et
contraindre, s'il y a lieu, le mandataire à lui
remettre, soit l'écrit sous seing privé qui la contient, soit l'original de la procuration, si
elle a été délivrée en brevet, soit
l'expédition, s'il en a été gardé minute.
1. Libre révocabilité du mandat. Le mandant est libre de révoquer à tout moment son
mandat, sauf à ne pas commettre un
abus de droit. Civ. 1re, 2 mai 1984: Bull. civ. I, no 143. Il appartient au mandant
d'établir que le tiers qui a traité avec son
mandataire était informé de la révocation du mandat. Com. 17 juin 1997: Bull. civ. IV,
no 194.
6. S'il est loisible aux parties de stipuler que le mandat ne pourra être révoqué sans
que le mandataire reçoive une indemnité, cette
dérogation au principe posé par l'art. 2004 ne s'applique pas lorsque la révocation du
mandat est rendue nécessaire par une faute
imputable au mandataire. Dans ce cas, le mandant n'est plus lié à cet égard par la
promesse d'indemnité. Civ. 1re, 23 mai 1979:
Bull. civ. I, no 153.
7. Exception: mandat d'intérêt commun. Lorsque le mandat a été donné dans l'intérêt
commun du mandant et du mandataire,
il ne peut pas être révoqué par la volonté de l'une ou même de la majorité des parties
intéressées, mais seulement de leur
consentement mutuel, ou pour une cause légitime reconnue en justice, ou enfin
suivant les clauses et conditions spécifiées par le
contrat. Civ. 13 mai 1885: DP 1885. 1. 350. - Jurisprudence constante. - V. par ex.
Com. 10 nov. 1959: JCP 1960. II.
11509 (2e esp.), note M. T. 7 juill. 1983: Bull. civ. IV, no 209 2 mars 1993: cité
infra, note 8 (diffuseur de presse) 14
mars 1995: Bull. civ. IV, no 83 (cause légitime de rupture). La révocation d'un
mandat d'intérêt commun, effectuée selon les
formes prévues par la convention, n'est pas subordonnée à la preuve d'un préjudice
causé au mandant. Civ. 1re, 7 juin 1989:
Bull. civ. I, no 229. Mais une clause ayant pour seul but de fixer la forme et la durée
du préavis ne dispense pas le juge de
rechercher si le mandant justifiait d'une cause légitime de résiliation. Com. 6 juill.
1993: Bull. civ. IV, no 287. - Même sens:
Com. 3 juin 1997: Bull. civ. IV, no 172; Defrénois 1997. 1078, obs. Bénabent;
Contrats Conc. Consom. 1997, no 176,
note Leveneur. ... Ou si le mandataire a renoncé à son droit à indemnité. Com. 3
juin 1997: Bull. civ. IV, no 171.
11. Non-concurrence. Ayant retenu que les parties avaient été liées par un mandat
d'intérêt commun, les juges du fond qui
constatent que l'ex-mandataire a commis une faute à l'égard de son ancien mandant,
en conservant un fichier de clientèle, peuvent
mettre à la charge du fautif une obligation de non-concurrence limitée dans le temps
et dans l'espace. Com. 25 juin 1991: D.
1992. 249, note Batteur; D. 1993. Somm. 156, obs. Picod.
FRANCIA
ART. 1985.- Art. 1985 (L. no 80-525 du 12 juill. 1980) «Le mandat peut
être donné par acte authentique ou par acte sous seing privé,
même par lettre. Il peut aussi être donné verbalement, mais la
preuve testimoniale n'en est reçue que conformément au titre:
Des contrats ou des obligations conventionnelles en général.
»
L'acceptation du mandat peut n'être que tacite, et résulter de
l'exécution qui lui a été donnée par le mandataire.
JURIS.-