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ESTUDIO DEL MANDATO SOCIETARIO

TEXTOS LEGALES.-
CODIGO CIVIL

TÍTULO XIII:
DEL MANDATO
CAPÍTULO I:
DE LA NATURALEZA Y FORMA DEL MANDATO.
Art. 1984.- El mandato o procuración es un acto por el cual una persona da a otra
poder para hacer alguna cosa por el mandante y en su nombre. No se realiza el
contrato sino por aceptación del mandatario.

Art. 1985.- El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo firma privada, aun
por carta. Puede también conferirse verbalmente; pero la prueba testimonial respecto
de él, no puede recibirse sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones
convencionales en general. La aceptación del mandato puede no ser sino tácita,
resultando de la ejecución que al mismo mandato haya dado el mandatario.

Ley General de las Sociedades Comerciales y Empresas


Individuales de responsabilidad Limitada No. 479-09, y sus
modificaciones,

Artículo 1. Las sociedades comerciales se regirán por las disposiciones de la presente ley,
los convenios de las partes, los usos comerciales y el derecho común.

Artículo 5. (Modificado por la Ley 31-11, de fecha 11 de febrero de 2011) Las sociedades
comerciales gozarán de plena personalidad jurídica a partir de su matriculación en el Registro
Mercantil, a excepción de las sociedades accidentales o en participación

Artículo 113.- (Modificado por la Ley 31-11, de fecha 11 de febrero de 2011) Cada socio
tendrá derecho de participar en las decisiones sociales y dispondrá de igual número de
votos al de las cuotas sociales que posea.
......
Párrafo III.- (Modificado por la Ley 31-11, de fecha 11 de febrero de 2011) Los poderes
deberán indicar los nombres, las demás generales, los documentos legales de identidad y el
domicilio del accionista y del mandatario, si fueren personas físicas, y la denominación o
razón social, domicilio, y si conforme la ley los requiriere, número de matriculación en el
Registro Mercantil y en el Registro Nacional de Contribuyentes, si se tratare de una persona
jurídica. Estos poderes serán indelegables, salvo disposición expresa incluida en el mismo,
tendrán el alcance y la duración que expresamente se indique y deberán ser archivados en
secretaría

Artículo 116. La asamblea de los socios será presidida por el gerente o por
uno de los gerentes. Si ninguno de los gerentes es socio, será presidida
por el socio presente y aceptante que posea o represente el mayor número de
cuotas sociales. En el caso de que existan dos o más socios aceptantes con igual
número de cuotas sociales, la asamblea será presidida por el socio de más edad.

Párrafo I.- Toda deliberación de la asamblea de los socios será constatada por un
acta que indique la fecha, hora y el lugar de la reunión, el
nombre, las generales y la calidad del presidente, los nombres y generales de
los socios presentes o representados, así como de los mandatarios de éstos
con indicación del número de cuotas sociales
pertenecientes a cada uno, los documentos e informes sometidos a la asamblea,
un resumen de los debates, los textos de las resoluciones propuestas y el resultado
de las votaciones

TRATANDO SOBRE SOCIEDADES ANONIMAS:

Artículo 205. El presidente hará redactar una lista o nómina de asistencia de


cada asamblea, que contendrá los nombres, las demás generales y los
documentos legales de identidad de los accionistas presentes o
representados, si fueren personas físicas; y la denominación o razón
social, domicilio, número de matriculación en el Registro Mercantil y en el
Registro Nacional de Contribuyentes, si se tratare de una persona jurídica;
así como de los mandatarios de éstos últimos, y los números de acciones
y de votos que respectivamente les correspondan, al igual que las fechas
de los poderes de los mandatarios.

Párrafo.- Esta lista deberá ser firmada por todos los accionistas presentes o
por sus representantes, haciendo constar si alguno no quiere o pueda hacerlo,
y se le anexarán los poderes otorgados por los accionistas
para su representación. Además, firmarán los miembros de la
mesa directiva, o sea el presidente, el secretario y, si los hubiere, los
escrutadores.

Artículo 206. Así mismo se preparará un acta de cada asamblea que


deberá contener: la fecha y el lugar de la reunión, la forma de la convocatoria, el
orden del día, la composición de la mesa directiva, el número de acciones que
integran el capital suscrito y pagado, el número de las acciones cuyos
titulares hayan concurrido personalmente o mediante representantes, el quórum
alcanzado, los documentos e informes sometidos a la asamblea, un resumen de
los debates, los textos de las resoluciones propuestas y el resultado de las
votaciones; las firmas del presidente, de los escrutadores y del secretario de la
asamblea y las demás firmas que dispongan los estatutos. La nómina de
asistencia deberá quedar anexada al acta y se considerará parte de la
misma.

Párrafo.- Si una asamblea no puede deliberar regularmente por falta de


quórum, o por otra causa, se levantará un acta para dar constancia de lo
ocurrido, la cual será firmada por el presidente y el secretario.

DOCTRINA.-
TRATADO DE DERECHO CIVIL, de Georges Ripert y Jean Boulanger, Tomo VIII,
P. 456

1.- Revocación del Mandato.-

2161.- Facultad de Revocación.- En principio, el mandato es revocable en cualquier


momento por la sola voluntad del mandante (art. 2004). El mandatario revocado debe
restituir el poder, de manera de estar impedido de usarlo en adelante.

Esta facultad de revocación es inherente al mandato; no necesita estar estipulada,


sino supone que el mandato fue conferido en interés exclusivo del mandante. En los
casos, por otra parte muy raros, en los que el mandato se otorga en interés común
del mandante y del mandatario, la revocación no puede ser obra solamente del
mandante si no existe una causa legítima (Amiens 28 de enero de 1892, D. 1892. 2.
158, S. 1894. 2. 177...Cass 11 de febrero de 1981, D. 1891. 197, S. 1891. 1. 212)
P. 457
la irrevocablilidad absoluta del mandato se encuentra, algunas veces, cuando el
mandato se da en interés de un tercero, o en interés del mandatario, o, finalmente, si
forma parte de una convención sinalagmática.

TRATADO PRACTICO DE DERECHO CIVIL FRANCES, de Marcel Planiol y


Georges Ripert, Tomo IX,

P. 766

1428. Naturaleza civil o mercantil.- El mandato es civil o mercantil en relación con el


mandante según que el acto que haya que realizar sea civil o comercial... basta,
cuando el mandante sea comerciante, con que el acto que se va a realizar se refiere
su comercio, para qué ese acto, y por tanto el mandato, sean comerciales, en virtud
de la teoría de lo accesorio (Civ. julio 25, 1864, Douai, enero 31, 1876, S. 76. 2. 296)

P. 842 y 843

Terminación del Mandato.

1488.- Reglas Generales.- El mandato puede terminar por las mismas causas que
todos los demás contratos. Pero, además, habiéndose celebrado intuitu personae,
termina por la voluntad o por muerte de una u otra de las partes.

1489. Causas de terminación conforme al derecho común.- El mandato termina


naturalmente, sea por ocurrir la imposibilidad de cumplirlo, sea por el vencimiento del
término o por incurrir la condición resolutoria fijados por las partes....

1490. Revocabilidad del mandato.-Este principio hubiere establecido por el artículo


2004... basta con que el mandante haya dado a conocer de un modo cualquiera al
mandatario su voluntad de poner término al mandato.

P. 845
1492. Continuación. Casos de y irrevocabilidad del mandato.-.... La jurisprudencia,
interpretando así la intención de las partes, considera irrevocables, por la sola
voluntad del mandante, los mandatos que se hayan conferido en ventajas del
mandatario o de un tercero aceptante... esa irrevocabilidad del mandato no tiene
solamente como efecto asegurar una indemnización al mandatario o al tercero
perjudicado por la revocación, salvo pacto en contrario, produce la prolongación del
mandato, aún contra la voluntad del mandante...
LECCIONES DE DERECHO CIVIL, Parte tercera, Tomo IV, Segunda, Tomo III, de
los hermanos Henri, Léon y Jean Mazeaud, en los siguientes epígrafes expuestos a
partir de la página 387 del tomo señalado:

1387. Móviles del mandato.-Se distingue el mandato en interés exclusivo del


mandante, y el mandato en interés común del mandante y del mandatario. Las
expresiones está mal elegidas; porque se trata de averiguar en interés de quien se
ha concluido no el contrato de mandato, sino el contrato que el mandato tiene por
objeto que se cumpla... se indicarán las consecuencias de la distinción entre el
mandato dado en interés exclusivo del mandante y el mandato en interés común, al
estudiar la revocación del mandato.

1416.- Causas particulares de extinción.-Al margen de las causas ordinarias de


extinción de los contratos, el mandato está sometido a algunas causas especiales de
revocación; porque este contrato se concierta casi siempre intuitu personae y supone
una confianza recíproca entre las partes.

1418. El derecho de revocación.-El artículo 2004 del código civil le permite al


mandante "revocar su poder cuando le parezca bien". La solución es tradicional y
corresponde a la voluntad presunta de las partes: por haberse concertado el
mandato en interés del mandante, el mandatario debe esperar que se le retire sus
poderes desde el instante en que el mandante no tenga ya interés en el mandato o
no tenga ya confianza en su representante.

1419. Abuso del derecho de revocación.-El derecho de revocación del mandante no


es un derecho absoluto; es susceptible de abuso: el mandante que, sin motivo
justificado, revoque el mandato, comete una culpa.... pero, por ser el principio la
facultad de revocar, le pertenece al mandatario demostrar la ausencia de motivos
legítimos (Civ. 4 de marzo de 1914, S. 1914. 1. 296; D. 1916. 1. 68; París, 22 de
diciembre de 1956, 5 de febrero y 1o de marzo de 1957, Gaz. Pal. 1957. 1. 312)

1421. Segunda excepción a la revocabilidad del mandato: el mandato en interés


común.-Es sabido que el mandato se llama en interés común cuando el contrato que
el mandatario está encargado de concluir presente, a la vez, un interés para el
mandante y para el mandatario... La jurisprudencia somete el mandato en interés
común a las reglas del mandato con cláusula de irrevocabilidad: la revocación del
mandato de poner fin a los poderes del mandatario, pero pesa sobre el mandante
una obligación de resultado, y su responsabilidad es exigible aún cuando
excepcionara con una causa legítima de revocación: no se libera sino por la prueba
de un caso de fuerza mayor o de la culpa del mandatario.
1422. Extensión jurisprudencial y legislativa de la noción de interés común a los
mandatos mercantiles.-Se ha puntualizado ya que, para determinar si el mandato es
en interés común, no hay que considerar el contrato de mandato, sino el contrato que
el mandatario tiene la misión de concluir. Así pues, sería inexacto sostener que todo
mandato retribuido es en interés común; sin duda, el mandatario retribuido tiene
interés en el contrato de mandato, pero generalmente no tiene interés en el contrato
que está encargado de concluir.

Ésa comprobación vale lo mismo para el mandato mercantil que para el mandato
civil... son mandatos en interés común.

SOBRE LA PRUEBA DEL MANDATO:

ASPECTO PROBATORIO DEL CONSENTIMIENTO


El mandato, en sí mismo, puede ser acreditado por cualquier medio probatorio idóneo, bajo la noción fundamental de
que es eminentemente consensual. Sin embargo, cuando el poder como facultad de representación requiere ser
extendido en escritura pública o en otro documento, no se debe separar la suerte probatoria del mandato a la del poder.
En otras palabras: conferida la representación mediante la solemnidad exigida por la ley, y se quiere acreditar el contrato
de mando, o sea el acuerdo de las partes para la gestión de uno o varios negocios, debe acompañarse, también la
prueba del poder, porque resultaría incompleta la probanza sobre el particular. Alegar el mandato, sin acreditar el poder
es romper la armonía probatoria sobre el particular

(DOMINICANO)
PRUEBA DEL CONTRATO DEL MANDATO
La aceptación del mandato por el mandatario está probada suficientemente por “el
cumplimiento que se le haya dado por el mandatario” (arts. 1985 párr. 2do.CC). En
efecto, el cumplimiento del mandato no constituye solamente una presunción, sino la
confesión misma de la aceptación.
El mandato gratuito es un contrato unilateral o sinalagmático imperfecto;  por tanto,
el documento puede ser redactado en un solo ejemplar. Si es retribuido, el mandato es
un contrato sinalagmáitco perfecto; pero, en la práctica, no se exige la formalidad del
duplicado., porque el art. 1325CC no se refiere sino a “los documentos privados que
contengan convenciones sinalagmáticas”, y no al instrumentum que deja constancia
solamente de un ofrecimiento.
La prueba del mandato con respecto a terceros. En principio, los terceros
tienen la posibilidad de probar por todos los medios un acto jurídico al que hayan
permanecido ajenos, porque el acto no es a su respecto sino un hecho jurídico. Esa
regla es aplicable evidentemente a los terceros distintos de aquel con el cual se haya
concertado el contrato que sea objeto del mandato, la legislación somete a este, que
quiere probar el madnato, a las reglas de prueba aplicables a las partes contratantes.
El tercero que alegue un mandato aparente no tiene que probar un mandnato que no
existe, sino un hecho jurídicio: la apariencia de un mandato o la culpa del supuesto
mandante, por lo tanto, esa prueba es libre.
CAPACIDAD DEL MANDANTE Y DEL MANDATARIO
Se exige en el madnante, para la validez del mandato, la capacidad
necesaria para concertar el acto jurídico que se haya de realizar. Además,
cuando el mandato sea retribuido el mandante debe tener siempre la capacidad para
obligarse.
La capacidad del mandatario. El madntario no se obliga con respecto al
mandante más que si es capaz, a falta de capacidad, su responsabilidad
contractual por mal cumplimiento del mandato no sería exigible. Pero la
responsabilidad delicitual del mandatario incapaz puede ser exigida con respecto al
mandante.
En cuanto al acto concluido en nombre del mandante, la capacidad del mandatario es
indiferente. En el art. 1990 CC se han afirmado la vaidez de los actos celebrados por
dos categorías de mandatarios incapaces: las mujeres casadas y los menores
emancipados.
Sin vacilar, la jurisprudencia extiende el art. 1990 CC a todos los mandatarios
incapaces, cualquiera que sea la causa de la icnapacidad.
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ARTICULO ARGENTINO
El mandato aparente en las Sociedades Comerciales.
Tu Espacio Jurídico / 25 noviembre, 2014
-Por el Dr. Gastón Merhar-

Este trabajo pretende analizar supuestos en los cuales una sociedad comercial
podría ser obligada al cumplimiento de una obligación, sin que el acto jurídico, que le
diera origen, haya sido efectuado por alguno de los sujetos que ejercen la
representación legal, en virtud de estipulado por la ley 19.550, o sin haber existido el
otorgamiento formal de un mandato expreso bajo las prescripciones del contrato de
mandato. La idea es poner de manifiesto los presupuestos que debieran configurar la
apariencia idónea para extender los efectos del acto jurídico a la sociedad comercial.

Como comienzo podemos mencionar dos pilares fundamentales que son la base del
análisis. El primero es el principio de informalidad en la celebración de un mandato,
que podría resultar no solo de hechos positivos del mandante, sino también de su
inacción o silencio[1], y el segundo sería la recepción de la teoría de la apariencia
jurídica en la Ley de Sociedades, a la luz del artículo 58.

La representación en las sociedades comerciales

Al ser las sociedades comerciales entidades ideales la representación recae


necesariamente en determinadas personas físicas, que por una cuestión legal se les
confiere el derecho a celebrar actos jurídicos en nombre de aquellas.

Así, en las sociedades anónimas la representación legal corresponde al presidente


del directorio; en las SRL a la gerencia; en las colectivas, y en las de capital e
industria a los mismos socios y, finalmente, en las sociedades en comandita simple,
a los socios comanditados. No obstante, según los distintos tipos societarios, se
amplía o cambia el alcance de la representación por medio de modificaciones en los
estatutos. En efecto, en las sociedades anónimas el estatuto puede autorizar la
actuación de uno o más directores, o la posibilidad de nombrar determinados comités
ejecutivos, con miembros que tengan a su cargo la gestión de negocios ordinarios de
la Sociedad. Pero en estos casos el ejercicio estará limitado por lo que indique el
estatuto, en su caso el reglamento, el cual debe ser publicado e inscripto en el
Registro Público de Comercio.
La otra modalidad por la cual se puede obligar a una sociedad es a través de un
contrato de mandato, según las prescripciones del Código Civil referidas a este
instituto, que tiene lugar cuando una parte da a la otra el poder, que ésta acepta,
para representarla, al efecto de ejecutar en su  nombre y de su cuenta un acto
jurídico…, conforme el artículo 1869.

Siguiendo este razonamiento quien se arroga facultades de una sociedad y no


cumple alguno de estos canales de representación formales no podría realizar
un acto jurídico que sea imputable al ente comercial. No obstante, y mas allá de
no contar con estos elementos la conducta exteriorizada por las partes puede
generar un grado de apariencia suficiente para lograr un vinculo obligacional.

El mandato aparente

Dice Guillermo Borda[2] que el mandato aparente se verifica cuando las


circunstancias que rodean una gestión hacen razonable suponer que una persona
obra en ejercicio de un mandato, y en el caso de un conflicto entre el interés de quien
no dio poderes suficientes y el tercero de buena fe que creyó por razones serias que
había mandato, la ley se inclina frecuentemente por éste, protegiendo de este modo
la seguridad jurídica.

En muchas de las empresas, en la actualidad, la administración se realiza no solo


por los directores nombrados de acuerdo a la ley sino por un management, ligado a
la empresa de manera convencional, que participa de la conducción de los destinos
económicos de una sociedad directa o indirectamente, de ahí los llamados “manager
de hecho”[3].

Partiendo de esa base cuanto más grande o compleja sea una empresa o estructura
organizativa más amplio o enredado podría resultar el organigrama de conducción.
La complejidad podrá originarse en varios factores ya sea en la distribución
geográfica de la empresa, el tipo de negocios que lleve a cabo o  la cantidad de
personal que tenga.

Todos estos factores nos pueden llevar a pensar que existan funcionarios que
representen a la sociedad, realicen actos jurídicos, tomen decisiones relevantes para
la vida societaria y no tengan un nombramiento en el staff del directorio o ni siquiera
un poder para tales actos. La calidad y cantidad de las decisiones puede ser
relevante para que un tercero de buena fe crea que ante él actúa el verdadero
apoderado y más aún, si la sociedad ratifica tácitamente lo acordado, por ejemplo
pagando la factura de servicios que el supuesto apoderado solicitó y contrató. Siendo
aún estos actos notoriamente extraños al objeto social.

Sin duda que la discusión queda planteada en los casos en que la sociedad
desconoce su vinculación con el acto jurídico y niega los efectos de éste por cuanto
la ratificación opera como un remedio eficaz ante este tipo de supuestos.

Dentro de los sistemas de gestión empresarial existen diversos elementos que, bien
implementados, podrían persuadir conductas indeseadas para la sociedad. En
efecto, las planillas de descripción de puesto de cada empleado o los manuales de
gerentes son instrumentos que suelen utilizarse en muchas compañías, y pretenden,
entre otros fines, dar previsibilidad y consistencia a las decisiones de cada
funcionario en el marco de sus tareas dentro de la empresa.

Presupuestos del mandato aparente

Los presupuestos que deberíamos examinar para concluir que estamos ante un caso
de representación aparente en el ámbito de una sociedad comercial serían los
siguientes[4]:

1. A) que el supuesto representado conozca, o esté en condiciones de conocer


poniendo la debida atención y prudencia, que alguien está obrando en su
nombre;
1. B) inacción o silencio de su parte, no obstante contar con la posibilidad de
hacer cesar tal estado de cosas;
1. C) la buena fe de parte de los terceros contratantes dada por el hecho de que,
aún actuando con la diligencia debida, no pudieron conocer la verdad
subyacente”.
Nos permitimos agregar como un cuarto presupuesto a la naturaleza del acto, que
resulta ineludible en la órbita de la rama societaria. Sin dudas que al hablar del
mandato aparente no podemos dejar de soslayar que quien contrata en nombre de
una sociedad debe realizar un acto que por su naturaleza tenga una cierta
vinculación al objeto social de su mandante, vinculación exigida, en ciertos casos,
por la propia ley.
Los dos primeros presupuestos se circunscriben al obrar diligente de las partes en la
celebración de un acto jurídico, de modo que por cuestiones meramente
metodológicas los analizaremos en conjunto. Es prudente advertir acerca de la
dificultad en que transitamos para trazar criterios generales que puedan servir de
manera objetiva para la fijación de parámetros indiscutibles, ello porque la casuística
será determinante en nuestra apreciación. Sin embargo esto no nos inhibe para
analizar pormenorizadamente los presupuestos.

Las diligencias exigidas

Entendemos que los primeros dos presupuestos estarán vinculados a la complejidad


del diagrama organizacional que posea la empresa en cuestión y en orden a ello se
trata de la falta de diligencia que se podría verificar en la sociedad respecto del
control sobre sus actividades comerciales y funcionarios que la llevan a cabo. A priori
se podría afirmar que las empresas en las cuales hubiera una mayor delegación en
la toma de decisiones  estarían más expuestas a una eventual representación
aparente. Pero ello no pareciera ser el meollo del asunto por cuanto en las
estructuras de mas delegación el ejercicio del control podría ser mas eficiente que en
las organizaciones con un poder bien centralizado.

En muchos casos se da en la práctica que un funcionario acuerda un servicio,


celebra un contrato y a pesar de no contar con todas las formalidades que exige la
ley, el acto jurídico produce efectos para las partes. Si la empresa ratifica el acto, ya
sea pagando una factura o sacando provecho de algún modo, ya nunca más podría
ampararse en la falta de representación para eludir el cumplimiento. De modo que la
oportunidad que parecería tener la empresa para oponerse al eventual cumplimiento
sería solamente cuando toma conocimiento del asunto y niega la virtualidad del acto,
y en todo caso debiera sancionar al supuesto mandante. En el momento en que se
ratifica un acto, de modo tácito o expreso, perecería la oportunidad de la empresa
para considerarse excluida de sus efectos.

Ahora bien, y como se pregunta el profesor Juan Carlos Ghirardi[5]: ¿A quién le cabe
mejor la imputación de falta de diligencia debida, a quién omite tomar recaudos que
jamás le fueron necesarios antes, o al que no controla lo que era su deber controlar?
¿Cómo debemos apreciar esta noción de culpa cuando existen normas de orden
público que exigen ciertas formalidades ineludibles para obligar a una sociedad?

Para responder estos interrogantes, ante un caso concreto, deberíamos distinguir los
actos propios y corrientes de la actividad comercial de la empresa, los cuales se
celebran a diario y por lo general no exigen formalidades rígidas o determinadas y
escapan de la esfera formal que exige, por ejemplo, el artículo 1184 (inc.7º) del
Código Civil, y los actos de disposición de bienes que requieren formalidades
específicas, que no serían habituales en el quehacer empresarial, que dada la
importancia requieren un examen más exhaustivo de las formas, o simplemente
escapan de la esfera del artículo 58 de la ley 19.550 al ser actos notoriamente
extraños al objeto social. En los primeros se debieran presumir válidos para la
Sociedad si ellos corren por un ámbito de informalidad habitual y se encuentran
circunscriptos en la esfera de su objeto social, dado que la informalidad habitual es
una consecuencia lógica del tráfico comercial y de ningún modo puede ser imputable
al contratante de buena fe. En cambio, en los segundos el obrar del tercer adquirente
debería ser más exhaustivo, y su omisión en exigir las formas que rodean al acto
debería traducirse en negligencia.

Entendemos que la diligencia empleada, en cada caso, deberá ser apreciada de


modo distinto y la culpa estar ligada a la importancia del acto y a las formas legales
exigidas para cada acto jurídico. No obstante lo cual ésta podría ceder ante la
verificación de actos preexistentes, repetidos y eficaces, pero la extensión del
mandato aparente debiera estar limitado solo a estos actos ya que no seria justo
extender la eficacia a los actos aislados que no posean estas características.

Se ha resuelto que la demostración del mandato surge de los hechos u omisiones


que permitan inferir inequívocamente el consentimiento del mandante para instituir
un mandatario[6].

También se ha entendido que si una entidad gremial permitió que una persona que
carecía de representación para obligarla utilizara sellos y papelería del mismo para
efectuar contrataciones en su nombre con terceros de buena fe cabe concluir la
existencia de un mandato eficaz[7].

En el mismo sentido se sostuvo que la persona que permite a otro que repetidamente
figure como representante suyo, de tal modo que los terceros puedan inferir de ello la
existencia de un poder, deberá aceptar que se considere como si el poder se hubiera
otorgado efectivamente. El caso del corredor en la venta de mercaderías podría
resultar un caso testigo respecto de los pagos que aquel recibe en nombre del
vendedor[8].

La buena fe

Una regla básica del derecho de los contratos es que deben celebrarse, interpretarse
y cumplirse, acorde al principio de buena fe (art. 1198 Cód. Civil). Las intensas
modificaciones de la vida política, económica, jurídica y social impulsaron y
extendieron las nociones de este principio, que actualmente opera como hecho,
como valor, como método de interpretación e integración[9]. Y es sin duda la correcta
apreciación e interpretación de este principio lo que nos llevará a aplicar la
concepción del mandato aparente.

El principio de la buena fe significa que cada uno debe guardar fidelidad a la palabra
dada y no defraudar la confianza o abusar de ella, ya que en esta forma la base
indispensable de todas las relaciones humanas, supone un conducirse como cabría
de esperar de cuantos con pensamiento honrado intervienen en el tráfico como
contratantes o participando en él en virtud de otros vínculos jurídicos.

La lealtad es un requisito indispensable en el principio de la buena fe y es


fundamental que la apreciación sobre la conducta de las partes en el marco de una
relación razonable y por parámetros éticos sea objetiva. Esta buena fe no implica
otra cosa que la circunstancia de que le haya sido imposible conocer –aún poniendo
la máxima diligencia- la verdad subyacente. La diligencia debida dependerá de la
costumbre, de las prácticas habituales propias de cada actividad, y sin duda de la
complejidad y formalidad del acto.

 Como hemos dicho, el análisis casuístico determinará la razonabilidad del actuar


mercantil. En efecto, la exhibición de un poder y el análisis de las facultades
otorgadas es una exigencia mínima y necesaria a la hora de suscribir, por ejemplo,
un boleto de compra-venta por la adquisición de un inmueble, pero no sería
razonable que cada servicio que se presta y es aprobado por un dependiente
requiera la expresa autorización de un apoderado cuando las circunstancias y el
tráfico comercial no lo exijan. Así lo entendió la Cámara Comercial respecto de una
aprobación tácita de una empresa por servicios que se prestaban, a través de otra,
en provecho de aquella[10]. Siendo así las circunstancias del caso aportarán la cuota
de valor necesaria para develar el aprovechamiento de una situación de hecho o la
genuina convicción de pensar que estamos frente a un legítimo apoderado.
El artículo 58 de la ley de Sociedades Comerciales. La interpretación de la
C.S.J.N.

El Artículo 58[11] de la Ley Nº 19.550 recepta en su contenido la doctrina del ultra


vires en  cuanto dispone que el administrador obliga al ente por todos los actos que
no sean notoriamente extraños al objeto social. Este es el límite que el legislador
impone, preponderando específicamente a la naturaleza del acto.

En el segundo párrafo de la norma se ve receptada la teoría de la apariencia jurídica,


ya que determinados actos, aún extraños al objeto social, efectuados en violación a
la organización plural del órgano de administración se presumirán como válidos
siempre y cuando el afectado no tuviere conocimiento de la infracción.

Sin dudas que el legislador ha ponderado, en este caso, proteger las expectativas de
un contratante de buena fe flexibilizando de algún modo las normas de
representación atinentes a cada tipo social.

En un reciente fallo[12]la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha revocado una


sentencia de la Sala “A”, aplicando la teoría de la apariencia jurídica. Se trató de un
caso en el cual una Sociedad al ser demandada, en su carácter de avalista, negó la
deuda aduciendo que el firmante del aval no tenía facultades para obligarla. El
firmante (que era director) había suscripto el aval en virtud de un poder otorgado por
el presidente de la sociedad y no del directorio, violando de este modo lo estipulado
en el Estatuto Social. El ejecutado adujo que el actor debiera conocer esta anomalía
por cuanto tenía en su poder el estatuto social (hecho no probado).

La Corte da por supuesta la infracción a la organización plural del directorio, y que se


trató de un acto previsto en el segundo párrafo del artículo 58 (la ejecución de un
título).

A partir de allí lo fundamental del fallo versa sobre la buena fe exigida al contratante
y es ahí donde la Corte afirma que el conocimiento que el contratante debe tener de
la infracción debe ser “efectivo” y no una presunción, el hecho de que alguna vez el
actor haya tenido el estatuto del demandado no es suficiente para desvirtuar la
obligación, sino que se exige “una prueba cabal, alejada de toda duda”.
Se afirma que “si quien contrata con terceros tuviera que cerciorarse de todos los
hechos atinentes a la gestión representativa existirían altos costos de transacción
que dificultarían enormemente la actividad económica”.

Se deja en claro que quien invoca un hecho impeditivo, como sería en este caso la
demostración del conocimiento de la infracción, debe demostrarlo.

Conclusión

Como corolario podríamos afirmar que en atención al régimen especial que tienen las
sociedades comerciales, la representación aparente debería apreciarse con
determinada cautela y restricción. Esto no obsta a tener presente la recepción que la
ley de sociedades hace de la teoría de la apariencia jurídica en su artículo 58
tendiente a primar el tráfico mercantil sobre las formas.

Siguiendo el criterio de la Corte, y tendiendo a una línea procesal dinámica el que


alegue la existencia de un obrar contrario a la buena fe negocial deberá dar prueba
de ello y de este modo impedir las consecuencias de un acto en infracción.

Con ello no podemos dejar de soslayar que apreciación de la conducta de las partes,
y la aplicación del instituto en análisis dependerá de las circunstancias particulares
de cada caso, como ser la magnitud e importancia para la sociedad del acto, la
conducta previa de las partes, la costumbre mercantil y la repetición o frecuencia del
mismo.

Considerando menudamente estas particularidades deberíamos develar si es


ajustado a derecho que una sociedad asuma como propio un acto que
supuestamente le resulta ajeno.

[1] Artículo 1874 CC: “El mandato tácito resulta no solo de los hechos positivos del
mandante, sino también de su inacción o silencio, o no impidiendo, pudiendo
hacerlo, cuando sabe que alguien esta haciendo algo en su nombre”.

[2] Borda, Guillermo A. “Tratado de Derecho Civil. Contratos” T.2 pág.394.


[3] Fargosi, Horacio c/ Fargosi, Alejandro, “Notas sobre los directores de hecho”. LL,
1987-E,580.

[4] CNCiv – Sala H, 22/11/93, “Einer, Isidoro c/La Panamericana Coop. de Seguros
Ltda.”, voto Dr.Kiper, L.L. 1994-D-320 con nota de José W Tobías, “Apariencia
jurídica”.

 [5] Ghirardi, Juan Carlos, “Mandatario aparente y apariencia de razonamiento” en


LLC 2008 (mayo), 387. Fallo comentado: “Cámara de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de 3a Nominación de Córdoba CCiv y ComCordoba – 3aNom – CCiv. y
Com. 3a Nom., Córdoba ~ 2007/12/26 ~ Mildredt, Clelia Dente c. Cofradía de la
Merced”

[6] CNCom, Sala D. 7/8/95. LL.1996–A-574.

[7] CNCiv. Sala E. 7/7/97. LL. 1998-B-696.

[8] CNCiv. Sala D. 12/3/98. LL, 1999-D-68.

[9] Piaggi, Ana, “Reflexiones sobre dos principios basilares del derecho: la buena fe y
los actos propios”, en “Tratado de la Buena Fe en el Derecho”, Ed. La Ley, Buenos
Aires, 2004, p. 108.

[10] CNCom, Sala B “Impermeabilizaciones no Convencionales S.A. c. Coto


C.I.C.S.A”.- LL-16/01/2006 / LL-2006-A, 458.

[11] Art. 58, ley 19.555: “El administrador o el representante que de acuerdo con el
contrato o por disposición de la ley tenga la representación de la sociedad, obliga a
ésta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social. Este
régimen se aplica aun en infracción de la organización plural, si se tratare de
obligaciones contraídas mediante títulos valores, por contratos entre ausentes, de
adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere
conocimiento efectivo de que el acto se celebra en infracción de la representación
plural.

Eficacia interna de las limitaciones.


Estas facultades legales de los administradores o representantes respecto de los
terceros no afectan la validez interna de las restricciones contractuales y la
responsabilidad por su infracción”.

[12] S.C. G. Nº 341; L. XL “Grupo República S.A. c/ Terminales Portuarias Argentinas


S.A. s/ ejecutivo”.

Referencias del autor


Dr. Gastón Merhar. Abogado, recibido en la Universidad Católica Argentina (UCA).
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ARTICULOS CODIGO CIVIL DOMINICANO

TÍTULO XIII:
DEL MANDATO
CAPÍTULO I:
DE LA NATURALEZA Y FORMA DEL MANDATO.
Art. 1984.- El mandato o procuración es un acto por el cual una persona da a otra
poder para hacer alguna cosa por el mandante y en su nombre. No se realiza el
contrato sino por aceptación del mandatario.

Art. 1985.- El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo firma privada, aun
por carta. Puede también conferirse verbalmente; pero la prueba testimonial respecto
de él, no puede recibirse sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones
convencionales en general. La aceptación del mandato puede no ser sino tácita,
resultando de la ejecución que al mismo mandato haya dado el mandatario.

Art. 1986.- El mandato es gratuito, cuando no existe convenio en contrario.

Art. 1987.- El mandato es especial para un negocio o para ciertos negocios


solamente, o general para todos los negocios del mandante.

Art. 1988.- El mandato concebido en términos generales, no comprende sino los


actos de administración. Si se tratase de enajenar o hipotecar, o de cualquier otro
acto de propiedad, el mandato debe ser expreso.

Art. 1989.- El mandatario no puede hacer nada que exceda de lo contenido en el


mandato; el poder para transigir, no comprende el de comprometer.
Art. 1990.- Las mujeres y los menores emancipados, pueden ser escogidos para
mandatarios; pero el mandante no tiene acción contra el mandatario menor de edad,
sino según las reglas generales relativas a las obligaciones de menores; y contra la
mujer casada que ha aceptado el mandato sin la autorización de su marido, sino
según las reglas establecidas en el título del contrato de matrimonio y de los
respectivos derechos de los esposos.

CAPÍTULO II:
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDATARIO.
Art. 1991.- Está obligado el mandatario a cumplir el mandato, mientras que esté
encargado de él, y es responsable de los daños y perjuicios que puedan resultar por
su falta de ejecución.
Está también obligado a terminar lo comenzado en el tiempo de la muerte del
mandante, si hubiese algún peligro en la demora.

Art. 1992.- No solamente es responsable el mandatario del dolo, sino también por las
faltas que cometa en su gestión. Sin embargo, la responsabilidad relativa a las faltas
se exigirá con menos rigor cuando el mandato sea gratuito, que cuando se reciba un
salario por este concepto.

Art. 1993.- Todo mandatario tiene obligación de dar cuenta de su gestión, y de


satisfacer al mandante sobre todo lo que haya recibido por consecuencia de su
poder, aun cuando lo recibido no se debiera al mandante.

Art. 1994.- El mandatario responde de aquel a quien pone en su lugar para la


gestión: 1o. cuando no ha recibido poder para hacerse sustituir; 2o. cuando le ha
sido conferido el poder sin designar persona, y la que hubiere escogido fuere
notoriamente incapaz o insolvente. En cualquier caso puede el mandante obrar
directamente contra la persona en quien sustituyó el mandatario.

Art. 1995.- Cuando hay muchos que están provistos de poder, o mandatarios
nombrados por el mismo acto, no existe entre ellos solidaridad sino cuando esté
expresada.

Art. 1996.- El mandatario debe el interés de las sumas que haya empleado en su
uso, desde la fecha en que lo hizo, y también de lo que deba por residuos,
contándose desde el día en que se le constituyó en mora.

Art. 1997.- El mandatario que ha dado bastante conocimiento de sus poderes a la


parte con quien trata en concepto de tal, no está obligado a prestar ninguna garantía
por lo que haya hecho de más, sino se sometió a ello personalmente.
CAPÍTULO III:
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDANTE.

Art. 1998.- El mandante está obligado a ejecutar los compromisos contraídos por el
mandatario, conforme al poder que le haya dado. No puede obligársele por lo que se
haya hecho fuera de los límites de aquél, mientras no lo haya ratificado expresa
o tácitamente.

Art. 1999.- El mandante debe reintegrar al mandatario los adelantos y gastos que
éste hubiere hecho para la ejecución del mandato, y pagarle los salarios que le haya
prometido. En el caso de no haber ninguna falta que pueda imputarse al mandatario,
no puede el mandante dejar de hacer estos reintegros y pagos, aun en el caso en
que el negocio no haya tenido buen éxito, ni hacer rebajar el total de gastos y
adelantos bajo pretexto de que hubieran podido ser menores.

Art. 2000.- El mandante debe también indemnizar al mandatario por las pérdidas que
haya sufrido por causa de su gestión, si es que éstas no se pueden imputar a
imprudencia alguna.

Art. 2001.- El interés de los adelantos hechos por el mandatario, se debe por el
mandante desde el día en que consten estos adelantos.

Art. 2002.- Cuando el mandatario ha sido nombrado por muchas personas para un
negocio común, está obligada cada una de ellas solidariamente con relación a él en
todos los efectos del mandato.

CAPÍTULO IV:
DE LAS DIFERENTES MANERAS
DE CONCLUIR EL MANDATO.

Art. 2003.- Concluye el mandato: por la revocación del mandatario, por su renuncia,
por la muerte, la interdicción o la insolvencia, bien sea del mandante o del
mandatario.

Art. 2004.- El mandante puede revocar el mandato cuando le parezca oportuno, y


obligar al mandatario si hubiere lugar a ello, a que le entregue el documento o escrito
en que conste la prueba del mandato.

Art. 2005.- La revocación que se ha notificado solamente al mandatario, no puede


oponerse a los terceros que hayan tratado ignorando esta revocación, salvo el
recurso del mandante contra el mandatario.
Art. 2006.- El nombramiento de un nuevo mandatario para el
mismo asunto, equivale a la revocación del primero desde el
día en que a éste se le notificó.
Art. 2007.- Puede el mandatario renunciar al mandato, notificándoselo
al mandante. Sin embargo, si la renuncia perjudicase
a éste, deberá ser indemnizado por el mandatario, a no ser que
éste se encuentre en la imposibilidad de continuar en el ejercicio
del mandato, sin experimentar un perjuicio considerable.
Art. 2008.- Si ignorase el mandatario la muerte del mandante o
cualquiera otra de las causas que hacen cesar el mandato, es
válido lo que haya hecho en esta ignorancia.
Art. 2009.- En los casos anteriores, se ejecutan los compromisos
respecto de los terceros de buena fe.
Art. 2010.- En caso de muerte del mandatario, deben avisar sus
herederos al mandante, y proveer entre tanto a lo que las circunstancias
exijan en beneficio de éste.

CODIGO CIVIL FRANCES Y JURIS DE ALGUNOS ARTICULOS

Art. 1998   Le mandant est tenu d'exécuter les engagements contractés par le
mandataire, conformément au pouvoir qui lui a été
donné.
   Il n'est tenu de ce qui a pu être fait au delà, qu'autant qu'il l'a ratifié expressément
ou tacitement.

A. EFFETS DU POUVOIR DONNÉ AU MANDATAIRE.

1. Principe de la représentation. V. notes 9 s. ss. art. 1984.

2. Dès lors qu'un agent général d'une compagnie d'assurance auprès de laquelle une
personne s'est assurée par l'intermédiaire de
cet agent a agi dans l'exercice de ses fonctions de mandataire de la compagnie,
celle-ci est seule tenue en cas de sinistre.  Civ.
1re, 27 nov. 1984: Bull. civ. I, no 318.   Il incombe au seul titulaire d'un compte sur
lequel ont été versés indûment des fonds,
et, après son décès, à sa succession, de les restituer, le mandataire n'y étant pas
tenu en cette seule qualité.  Civ. 1re, 25 juin
1996: Bull. civ. I, no 266.

3. L'agent général d'assurance, en rédigeant une proposition d'assurance destinée à


sa compagnie, agit dans l'exercice de ses
fonctions de mandataire rémunéré par cette compagnie, laquelle est responsable des
fautes qu'il commet en cette qualité.  Civ.
1re, 31 mars 1981: Bull. civ. I, no 108.

4. Une vente ne peut être résolue pour défaut de conformité alors que le mandataire
de l'acheteur a vérifié la marchandise et l'a
réceptionnée sans réserves.  Com. 12 févr. 1980: D. 1981. 278, note Aubertin.

5. Les significations faites au mandataire font courir les délais contre le mandant.
Civ. 3e, 5 juin 1984: Bull. civ. III, no 109.

6. C'est au mandant qui entend contester la date d'un contrat conclu par son
mandataire qu'il incombe d'apporter la preuve de la
fausseté de la date.  Civ. 1re, 4 janv. 1984: Bull. civ. I, no 5.

7. Révocation du mandat. Le mandant doit assumer toutes les obligations résultant


des actes conclus par le mandataire en son
nom avant la prise d'effet de la révocation du mandat (cassation de l'arrêt ayant
dispensé le mandant de payer à un avocat avec
lequel le mandataire avait conclu une convention d'honoraires une partie des
honoraires convenus au motif que la révocation du
mandat était intervenue en cours de procédure).  Civ. 1re, 8 nov. 1994: Bull. civ. I, no
323.

B. DÉPASSEMENT.

8. En cas de dépassement de mandat, le mandant reste tenu pour tout ce qui a été
exécuté conformément au mandat.  Civ. 1re,
26 janv. 1999: JCP 1999. IV. 1509.

9. Les juges du fond apprécient souverainement les circonstances manifestant la


ratification par le mandant des actes passés par
le mandataire.  Civ. 3e, 2 mai 1978: Bull. civ. III, no 173  Civ. 1re, 6 févr. 1996 : ibid. I,
no 66.
10. Ratification rétroactive des actes du mandataire tirée de l'existence d'une
procuration, quelle qu'en fût la date:  Civ. 1re, 4
déc. 1979: Bull. civ. I, no 304   25 mars 1981: ibid. I, no 104.

11. Le fait que le mandataire qui dépasse son mandat déclare agir en son nom
personnel ne s'oppose pas à ce que le mandant
ratifie ses actes.  Civ. 1re, 28 avr. 1980: Bull. civ. I, no 129.

C. MANDAT APPARENT.

BIBL. Lescot, JCP 1964. I. 1826; 1966. I. 2007 . - Sourioux, JCP 1982. I. 3058
(croyance légitime).

12. Définition. Si, en principe, le mandant n'est pas obligé envers les tiers pour ce
que le mandataire a fait au-delà du pouvoir
qui lui a été donné, il en est autrement lorsqu'il résulte des circonstances que le tiers
a pu légitimement croire que le mandataire
agissait en vertu d'un mandat et dans les limites de ce mandat.  Civ. 1re, 30 mars
1965: D. 1965. 559.

13. Celui qui a laissé créer à l'égard des tiers une apparence de mandat est tenu,
comme le mandant, d'exécuter les engagements
contractés par le mandataire.  Com. 5 déc. 1989: Bull. civ. IV, no 309.   Une action en
remboursement peut être exercée
contre le représenté auquel était destinée la somme qui a été remise au représentant.
Il en est de même dans le cas où celui qui a
laissé créer une apparence de mandat doit réparer le dommage causé aux tiers
comme s'il avait été un véritable mandant.  Civ.
1re, 31 mai 1983: Bull. civ. I, no 161.   V., pour d'autres cas d'apparence à la création
de laquelle le mandant apparent n'est
pas étranger, par ex.:  Com. 5 mars 1980: Bull. civ. IV, no 116   20 avr. 1982: ibid. IV,
no 133   15 mars 1984: ibid. IV, no
106.   Pour un cas d'exclusion de l'apparence, au motif que le prétendu mandant était
demeuré complètement étranger à
l'apparence alléguée, V.  Com. 27 mai 1974: D. 1977. 421, note Arrighi.

14. Croyance légitime du tiers. Le mandant peut être engagé sur le fondement d'un
mandat apparent, même en l'absence d'une
faute susceptible de lui être reprochée, si la croyance du tiers à l'étendue des
pouvoirs du mandataire est légitime, ce caractère
supposant que les circonstances autorisaient le tiers à ne pas vérifier les limites
exactes de ces pouvoirs.  Ass. plén. 13 déc.
1962: D. 1963. 277, note Calais-Auloy; JCP 1963. II. 13105, note Esmein; RTD civ.
1963. 572, obs. Cornu  Civ. 2e, 17
oct. 1979: Bull. civ. II, no 242  Com. 6 juin 1989: Bull. civ. IV, no 179; RTD civ. 1990.
270, obs. Mestre  Com. 17 oct.
1995 : Bull. civ. IV, no 246; D. 1997. Somm. 57 (2e esp.), obs. Ferrier (franchisé
considéré comme mandataire apparent du
franchiseur du fait de son absence d'autonomie).   Le banquier porteur de bonne foi
d'un billet à ordre signé au nom d'une
société n'est tenu de vérifier ni la signature apposée sur l'effet ni l'étendue des
pouvoirs du signataire, la société étant engagée par
la signature de son mandataire apparent sauf pour elle d'établir être étrangère dans
la formation de cette apparence de mandat.
 Com. 9 mars 1999: D. Affaires 1999. 831, obs. X. D.

15. Illustrations. Ainsi, parmi les circonstances autorisant le tiers à ne pas vérifier les
pouvoirs de son cocontractant, peuvent
être relevés, par ex.: - La faible valeur d'une commande à un fournisseur.  Com. 8
juill. 1981: Bull. civ. IV, no 315.   ...
L'autorité et l'honorabilité s'attachant aux fonctions de notaire.  Civ. 3e, 2 oct. 1974:
JCP 1976. II. 18247, note Thuillier
 Civ. 1re, 22 mai 1991: JCP éd. N 1992. II. 372, note Leveneur.   ... La qualité d'agent
immobilier du contractant, qui avait fait
paraître une annonce de mise en vente du bien et signé le compromis de vente en
qualité de mandataire.  Civ. 1re, 6 janv. 1994:
Bull. civ. I, no 1.   ... Les rapports de parenté avec les prétendus mandants et le fait
que le mandataire apparent gérait leurs
biens depuis longtemps.  Civ. 3e, 4 mai 1982: Bull. civ. III, no 111.   ... Les usages
constants en matière de publicité, selon
lesquels l'agence de publicité agit au nom de l'annonceur.  Civ. 1re, 11 févr. 1997:
Bull. civ. I, no 52.   ... L'utilisation par un
associé du papier à en-tête de la société.  Civ. 1re, 3 juin 1998: Bull. civ. I, no 194; D.
Affaires 1998. 1357, obs. J. F.  
Question du mandat apparemment conféré par un époux à son conjoint: V. note 11
ss. art. 1424 et note ss. art. 1432.

16. Les juges du fond ne peuvent accueillir la demande d'un organisme de crédit
sans rechercher si le vendeur ne pouvait être
tenu pour son mandataire apparent auprès duquel l'emprunteur aurait exercé
efficacement son droit de rétractation (loi no 78-22
du 10 janv. 1978).  Civ. 1re, 12 févr. 1991: Bull. civ. I, no 62; D. 1992. Somm. 269,
obs. A. Penneau.
17. Doit être cassé l'arrêt qui retient que n'est pas valable le paiement d'une prime
d'assurance entre les mains de celui qui n'a pas
pouvoir de la recevoir même s'il a la qualité de mandataire apparent, alors que le
mandat apparent peut éventuellement porter sur
l'encaissement d'une somme d'argent.  Civ. 1re, 7 juin 1995: Bull. civ. I, no 240.

18. Pouvoir du juge. La Cour de cassation contrôle la légitimité de la croyance aux


pouvoirs du prétendu mandataire.  Civ.
1re, 29 avr. 1969: D. 1970. 23 (deux arrêts), note Calais-Auloy; JCP 1969. II. 15972
(trois arrêts), note Lindon; Defrénois
1969. 1202, note Rouiller. - V. aussi  Com. 25 avr. 1977: Bull. civ. IV, no 115  Civ.
1re, 19 oct. 1977: ibid. I, no 377
 Civ. 3e, 4 mai 1982: ibid. III, no 111   20 avr. 1988: JCP 1989. II. 21229, note J.
Monéger  Com. 7 janv. 1992: Bull. civ.
IV, no 6   5 oct. 1993: ibid. IV, no 319.

19. Les juges du second degré n'ont pas à se prononcer sur l'existence d'un mandat
apparent dès lors que la partie qui l'invoque
devant la Cour de cassation n'avait pas précisé, dans ses conclusions d'appel, les
circonstances d'où résulterait l'apparence.
 Civ. 1re, 26 avr. 1977: Bull. civ. I, no 186.   Sur un débat relatif à l'existence d'un
mandat exprès ou tacite, les juges ne
peuvent soulever d'office le moyen tiré de l'existence d'un mandat apparent sans que
les parties aient été invitées à présenter leurs
observations et que les débats aient été réouverts.  Civ. 3e, 15 oct. 1975: Bull. civ. III,
no 298.

20. Effet. Le mandat apparent a pour seul effet d'obliger le mandant à exécuter les
engagements pris envers les tiers par le
mandataire apparent, mais non d'y obliger ce dernier.  Com. 21 mars 1995: Bull. civ.
IV, no 101.

21. Dès lors que les bénéficiaires de chèques sans provision tirés par le titulaire
d'une procuration en dépassement de ses
pouvoirs (chèques remis en garantie d'un prêt personnel) ne démontrent pas qu'ils
peuvent se prévaloir d'un mandat apparent, les
juges du fond décident à bon droit que le titulaire du compte n'est pas tenu à leur
égard.  Civ. 1re, 30 sept. 1997: Bull. civ. I, no
258; D. Affaires 1997. 1249.
Art. 2004   Le mandant peut révoquer sa procuration quand bon lui semble, et
contraindre, s'il y a lieu, le mandataire à lui
remettre, soit l'écrit sous seing privé qui la contient, soit l'original de la procuration, si
elle a été délivrée en brevet, soit
l'expédition, s'il en a été gardé minute.

1. Libre révocabilité du mandat. Le mandant est libre de révoquer à tout moment son
mandat, sauf à ne pas commettre un
abus de droit.  Civ. 1re, 2 mai 1984: Bull. civ. I, no 143.   Il appartient au mandant
d'établir que le tiers qui a traité avec son
mandataire était informé de la révocation du mandat.  Com. 17 juin 1997: Bull. civ. IV,
no 194.

2. Le mandat donné à un agent immobilier n'est pas un mandat d'intérêt commun et


le mandant tient de l'art. 2004 le droit de le
révoquer unilatéralement, sauf au mandataire à prouver que son mandant a abusé du
droit de révocation et lui a causé un
préjudice dont il lui doit réparation.  Civ. 1re, 14 mars 1984: Bull. civ. I, no 92.

3. Malgré la durée prévue, le mandat de syndic de copropriété peut être révoqué à


tout moment.  Civ. 3e, 27 avr. 1988: D.
1989. 351, obs. Atias.   Les juges du fond doivent rechercher si le syndic a commis
un manquement à ses obligations de nature
à justifier sa révocation sans indemnité.  Même arrêt.

4. Des restrictions aux pouvoirs précédemment accordés au mandataire constituent


une révocation partielle du mandat. Une telle
révocation pouvant, selon les dispositions de l'art. 2004, intervenir au gré du
mandant, ces restrictions de pouvoirs n'ont pas à
être acceptées par le mandataire.  Civ. 1re, 8 janv. 1968: D. 1968. 350.

5. Stipulations contraires. Si, en principe, le mandant peut révoquer le mandat quand


bon lui semble, il peut renoncer à ce
droit ou en soumettre l'exercice à des conditions déterminées.  Req. 9 juill. 1885: DP
1886. 1. 310.   Les parties peuvent se
lier par un mandat comportant un terme précis, dont elles ne peuvent, sans faute,
abréger unilatéralement et arbitrairement la
durée.  Soc. 22 juin 1977: Bull. civ. V, no 418.   Mais le pouvoir stipulé irrévocable
donné à un mandataire de céder un
certain nombre de parts sociales ne prive pas le mandant du droit de disposer
personnellement de ces parts en qualité de
propriétaire.  Civ. 1re, 16 juin 1970: D. 1971. 261, note Aubert.

6. S'il est loisible aux parties de stipuler que le mandat ne pourra être révoqué sans
que le mandataire reçoive une indemnité, cette
dérogation au principe posé par l'art. 2004 ne s'applique pas lorsque la révocation du
mandat est rendue nécessaire par une faute
imputable au mandataire. Dans ce cas, le mandant n'est plus lié à cet égard par la
promesse d'indemnité.  Civ. 1re, 23 mai 1979:
Bull. civ. I, no 153.

7. Exception: mandat d'intérêt commun. Lorsque le mandat a été donné dans l'intérêt
commun du mandant et du mandataire,
il ne peut pas être révoqué par la volonté de l'une ou même de la majorité des parties
intéressées, mais seulement de leur
consentement mutuel, ou pour une cause légitime reconnue en justice, ou enfin
suivant les clauses et conditions spécifiées par le
contrat.  Civ. 13 mai 1885: DP 1885. 1. 350. - Jurisprudence constante. - V. par ex.
Com. 10 nov. 1959: JCP 1960. II.
11509 (2e esp.), note M. T.   7 juill. 1983: Bull. civ. IV, no 209   2 mars 1993: cité
infra, note 8 (diffuseur de presse)   14
mars 1995: Bull. civ. IV, no 83 (cause légitime de rupture).   La révocation d'un
mandat d'intérêt commun, effectuée selon les
formes prévues par la convention, n'est pas subordonnée à la preuve d'un préjudice
causé au mandant.  Civ. 1re, 7 juin 1989:
Bull. civ. I, no 229.   Mais une clause ayant pour seul but de fixer la forme et la durée
du préavis ne dispense pas le juge de
rechercher si le mandant justifiait d'une cause légitime de résiliation.  Com. 6 juill.
1993: Bull. civ. IV, no 287. - Même sens:
 Com. 3 juin 1997: Bull. civ. IV, no 172; Defrénois 1997. 1078, obs. Bénabent;
Contrats Conc. Consom. 1997, no 176,
note Leveneur.   ... Ou si le mandataire a renoncé à son droit à indemnité.  Com. 3
juin 1997: Bull. civ. IV, no 171.

8. Conventions exclues. Les règles spéciales du mandat d'intérêt commun ne sont


pas applicables au contrat qui prévoit que le
commissionnaire vend et facture en son nom, pour le compte du commettant, la
marchandise de celui-ci.  Com. 27 juin 1978:
Bull. civ. IV, no 182. - V. aussi  Com. 10 févr. 1970: D. 1970. 392.   Comp., sur la
notion de mandat d'intérêt commun, à
propos d'un diffuseur de presse:  Com. 2 mars 1993: D. 1994. 48, note Aubert-
Monpeyssen; JCP 1993. II. 22176, note
Behar-Touchais. - Ghestin, D. 1994. Chron. 73.   ... Ou d'un «courtier-mandataire»
chargé de diffuser les jeux de la Société
Française des Jeux:  Civ. 1re, 2 déc. 1997: Bull. civ. I, no 342; Gaz. Pal. 1998. 1. 195,
concl. Sainte-Rose; Defrénois 1998.
332, obs. Delebecque; ibid. 406, obs. Bénabent.

9. Le contrat de concession exclusive ne constitue pas un mandat d'intérêt commun.


Com. 7 oct. 1997: Bull. civ. IV, no 252;
D. 1998. 413, note Jamin (1re esp.); D. 1998. Somm. 333, obs. Ferrier (1re esp.); D.
Affaires 1997. 1284; JCP 1998. II.
10085, note Chazal; Contrats Conc. Consom. 1998, no 20, note Leveneur; RTD civ.
1998. 130, obs. Gautier; ibid. 370,
obs. Mestre.   La convention passée entre une clinique et un praticien étant, selon
l'appréciation souveraine de la cour d'appel,
un contrat d'exercice de la chimiothérapie, il ne peut être utilement fait référence à la
notion de mandat d'intérêt commun, qui n'est
pas applicable.  Civ. 1re, 25 juin 1996: Bull. civ. I, no 269.   Sur la nature du contrat
de régie publicitaire, V.  Com. 16 déc.
1997: Bull. civ. IV, no 348; D. Affaires 1998. 241, obs. J. F.

10. L'exclusion de l'application du décret du 23 déc. 1958 relatif aux agents


commerciaux [V. désormais L. 25 juin 1991, spéc.
art. 4] n'écarte pas la possibilité de se prévaloir des effets attachés au mandat
d'intérêt commun.  Com. 8 oct. 1969: D. 1970.
143 (2e esp.), note Lambert; JCP 1970. II. 16339, note Hémard   2 mars 1982: Bull.
civ. IV, no 83.

11. Non-concurrence. Ayant retenu que les parties avaient été liées par un mandat
d'intérêt commun, les juges du fond qui
constatent que l'ex-mandataire a commis une faute à l'égard de son ancien mandant,
en conservant un fichier de clientèle, peuvent
mettre à la charge du fautif une obligation de non-concurrence limitée dans le temps
et dans l'espace.  Com. 25 juin 1991: D.
1992. 249, note Batteur; D. 1993. Somm. 156, obs. Picod.
FRANCIA
ART. 1985.- Art. 1985   (L. no 80-525 du 12 juill. 1980) «Le mandat peut
être donné par acte authentique ou par acte sous seing privé,
même par lettre. Il peut aussi être donné verbalement, mais la
preuve testimoniale n'en est reçue que conformément au titre:
Des contrats ou des obligations conventionnelles en général.
»
   L'acceptation du mandat peut n'être que tacite, et résulter de
l'exécution qui lui a été donnée par le mandataire.
JURIS.-

1. Formation du contrat. La validité d'une autorisation de


prélèvement sur un compte bancaire n'est pas subordonnée à
son établissement par écrit.  Com. 1er avr. 1997: Bull. civ. IV,
no 88; Contrats Conc. Consom. 1997, no 112, note
Leveneur.   Sur la question de preuve, expressément réservée
par l'arrêt, le débat n'ayant pas porté sur ce point devant le juge
du fond, V. notes suivantes.

2. Preuve. La preuve d'un mandat ne peut être reçue que


conformément aux règles générales de la preuve des
conventions; ces règles sont applicables non seulement dans les
rapports du mandant et du mandataire, mais encore à l'encontre
des tiers qui ont traité avec le mandataire prétendu, l'ayant cause
ne pouvant avoir plus de droits que son auteur.  Civ. 1re, 22
mai 1959: D. 1959. 490   19 déc. 1995: Bull. civ. I, no 473.
  Mais un tiers par rapport au mandat peut faire la preuve de la
portée des conventions intervenues par tous moyens.  Com. 5
mars 1969: Bull. civ. IV, no 87.   V. aussi notes ss. art. 1341.

3. La preuve du mandat, même tacite, reste soumise aux règles


générales de la preuve des conventions et doit répondre aux
exigences des art. 1341 s. c. civ.  Civ. 3e, 29 oct. 1970: Bull.
civ. III, no 562.   L'acceptation tacite du mandat ne peut
résulter, à défaut d'écrit ou de commencement de preuve par
écrit, que de son exécution.  Civ. 1re, 24 nov. 1976: Bull. civ.
I, no 368.

4. La preuve de l'existence d'un mandat apparent peut être faite


par présomptions.  Civ. 3e, 21 janv. 1981: Bull. civ. III, no
19.

5. La présomption de l'existence même du mandat de


représentation en justice peut être combattue par la preuve
contraire.  Com. 19 oct. 1993: Bull. civ. IV, no 339; RTD
civ. 1994. 160, obs. Perrot.

6. Règles propres au mandat des agents immobiliers (loi


du 2 janv. 1970; décret du 20 juill. 1972). Exigence d'un
écrit (art. 1er et 6 de la loi du 2 janv. 1970): V.  Civ. 3e, 17
juill. 1980: JCP 1981. II. 19659 (1re esp.), note Guillot  Civ.
1re, 17 déc. 1991: Bull. civ. I, no 351   20 janv. 1993: ibid. I,
no 25; Defrénois 1993. 1435, obs. Vermelle.

7. La formalité du double, prévue par l'art. 78 du décret du 20


juill. 1972, est exigée pour la validité même du mandat,
comportant une clause d'exclusivité, donné à un agent
immobilier, et l'omission de cette formalité d'ordre public peut
être invoquée même par la partie qui aurait accompli un acte
d'exécution.  Civ. 1re, 5 mai 1982: JCP 1983. II. 20064, note
Guillot; RTD civ. 1983. 355, obs. Rémy.

8. Doit être annulé le mandat de vente donné à un agent


immobilier, dès lors qu'il ne comporte pas de limitation dans le
temps, sans qu'il y ait à distinguer selon que le mandat comporte
ou non une clause d'exclusivité.  Civ. 1re, 6 déc. 1994: Bull.
civ. I, no 356.

9. Lorsque le mandat donné à un agent immobilier stipule que la


commission sera à la charge du seul mandant, il n'est pas
nécessaire, pour la validité de cette clause, qu'elle soit reprise
dans l'engagement des parties relatif à l'opération pour laquelle
le mandat a été donné. Il résulte, en effet, de l'art. 73 du décret
no 72-678 du 20 juill. 1972 dont les dispositions doivent être
combinées avec celles de l'art. 1165 c. civ. que les mentions
relatives à la commission ne doivent figurer à la fois dans le
mandat et dans l'engagement des parties à l'opération que
lorsque tout ou partie de cette commission est à la charge d'une
personne autre que le mandant.  Civ. 1re, 14 juin 1984: Bull.
civ. I, no 198.   V. aussi, sur les art. 72 et 73 du décret du 20
juill. 1972,  Civ. 3e, 28 oct. 1980: JCP 1981. II. 19659 (2e
esp.), note Guillot.   Sur la validité du double mandat conféré
à un agent immobilier pour une même opération, V. note 4 ss.
art. 1992.

10. Mandat de se porter caution. V. notes 7 et 18 ss. art.


1326.

11. Mandat de surenchérir. La procuration donnée à un


avocat pour former surenchère du prix d'un immeuble est
valablement établie sous seing privé.  Civ. 1re, 19 nov. 1996 :
Bull. civ. I, no 406; D. Affaires 1997. 115.
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