Lectura 1 :Aspectos esenciales del poder por representación en el Código
Civil peruano – Resumen
Marco normativo • Ley del Arbitraje, Decreto Legislativo N° 1071 (28/06/2008): art. 37. • Código Civil: arts. 145, 149, 153, 155, 156 y 157. • Código Procesal Civil: art. 75. Trata sobre la regulación del poder de representación que existe en el ordenamiento jurídico peruano y algunos fallos sobre este tema que han sido resueltos en la Corte Suprema, a su vez da su opinión sobre la Ley de Arbitraje. La razón por la que existe la delegación de poder por representación es que implica un ahorro de tiempo y dinero, siempre que se respete el principio de seguridad jurídica. El articulo 155 del Código civil expresa que para que el poder General se pueda ejercer se deben cumplir algunos actos administrativos, como el de que el poder debe ser elevado a escritura pública (como lo indica el artículo 156), de no cumplirse esta formalidad ad solemnitatem se estaría incurriendo en una causal de nulidad del acto jurídico, esta diligencia debe tener la característica de que hay plena seguridad de la identificación y condiciones bajo las cuales el apoderado podría disponer de los bienes del poderdante (persona que cede poder a otra para que lo represente). En el artículo 157 se exige bajo una obligación personalísima o intuitu personae que el apoderado debe cumplir con sus facultades u obligaciones de manera personal y que ningún tercero debe pretender ejercer los derechos del poderdante. En el articulo 167 se exige que exista una autorización expresa para disponer, gravar, celebrar transacciones o cualquier acto jurídico en el que la ley exprese que se necesite una autorización literal, si se incumple existe la posibilidad de que se interponga una acción de nulidad del acto jurídico. La representación directa sin poder es cuando el apoderado actúa sin previa autorización del poderdante o sobrepasa los poderes que le fueron cedidos, también puede darse cuando el apoderado se encuentra en un conflicto de intereses o cuando la representación terminó, o cuando nunca fue representante pero actuó como tal. I. La representación: - Torres Vásquez (2001): “Por la representación una persona (el representante) sustituye a otra (el representado o dominus negotti o principal o parte sustancial) en la celebración de un acto jurídico. El representante manifiesta su voluntad por cuenta y en interés del representado. Con la representación se amplían las posibilidades de obrar del representado, quien puede celebrar varios actos jurídicos al mismo tiempo o sucesivamente en el mismo lugar o en lugares diferentes”. -Díez-Picazo y Ponce de León (2004): “La Representación, por el contrario, atribuye al apoderado el poder de emitir una declaración de voluntad frente a terceros en nombre del poderdante”. -León Barandiarán (1997): “En la representación se da una distinción entre el sujeto que hace la declaración de voluntad y aquel sobre el que recaen los efectos que el orden jurídico le reconoce”. -Vidal Ramírez: “[l]a facultad de representación puede dar lugar a la sustitución del representado por el representante, quien deberá actuar en su nombre y en su interés, configurando la representación directa, también llamada representación de personas; o, puede dar lugar a la interposición del representante entre el representado y el tercero contratante, actuando el representante en nombre propio, pero en interés del representado, configurando la representación indirecta, también llamada representación de intereses”. -Ninamancco Córdova (2010), afirma que el poder de representación legal es lo mismo que el poder de representación voluntaria. Por lo demás, es esta la postura que acoge nuestro Código Civil al utilizar el término poder tanto para la representación legal como para la representación voluntaria, y también al realizar una clara aproximación entre ambos poderes de representación. En resumen: La representación pertenece al negocio jurídico, siendo esta una figura por la cual una persona denominada representante celebra negocios en nombre y representación de otra persona, representado; generando así en la esfera jurídica de este último, derechos y obligaciones. El representado: Es el sujeto principal, dueño o titular del derecho o interés que es gestionado por el representante; es la persona en quien han de recaer, directa (si la representación es directa) o indirectamente (si la representación es indirecta) los efectos del acto llevado a cabo por el representante. Se le denomina “dueño del negocio o acto jurídico”. Es pues quien se beneficiaría de las diversas actividades realizadas por el representante, el mismo que podría ser a título gratuito u oneroso. El representante: Es la persona que actúa por cuenta y en interés del representado; no ejerce un derecho propio, sino un derecho que es del representado. El representante actúa siempre por cuenta y en interés del representado, pero puede también actuar en interés propio, cuando los efectos del negocio repercuten en el patrimonio del propio representante en virtud de una relación interna entre él y él representado. El tercero: Es la persona con quien el representante celebra el acto jurídico que le ha encomendado el representado. II. La representación voluntaria La representación voluntaria es aquella donde intervienen los particulares capaces para que por medio de un negocio de apoderamiento una persona dote de facultades de actuación jurídica a otra, para que en su nombre y representación, celebre todos los actos jurídicos que sean de interés de la primera, y tengan todos los efectos jurídicos dentro de su esfera patrimonial, jurídica o bien familiar. III. La revocación del poder En el artículo 149 del Código Civil se prescribe que el poder del apoderado puede ser revocado en cualquier momento. Es un acto jurídico unilateral y recepticio. Puede hacerlo por que tiene la necesidad de ejercer personalmente su potestad o ha perdido la confianza en su apoderado. El representado no tiene necesidad de dar ninguna explicación. Se fundamente en que: 1. Si el representado ya no tiene interés en realizar el acto jurídico para el cual designo a un representante, pone fin a la representación revocando el poder. 2. En cualquier momento puede retirar la confianza dada al representante revocando el poder. 3. La revocación es un derecho ad nutum del representado, puede ejercerlo sin expresión de causa.
IV. La irrevocabilidad del poder
En el artículo 153 del Código Civil prescribe que el poder es irrevocable siempre que se estipule para un acto especial o por tiempo limitado o cuando es otorgado en interés común del representado y del representante o de un tercero. El plazo del poder irrevocable no puede ser mayor de un año. Si el acto representativo interesa conjuntamente al representante y al representado, o a este último y a un tercero, el representado no podrá revocar el poder a su arbitrio. El poder irrevocable solamente podrá dejarse sin efecto por mutuo acuerdo (consentimiento). El representado debe abstenerse de realizar él mismo o mediante un nuevo representante el acto para el cual otorgó poder y si lo hace será responsable por los daños y perjuicios irrogados al representante o a los terceros interesados. V. La resolución contractual sin poder Se presenta un caso en que un universidad celebró un contrato con un contratista, esta contratista no cumple con lo acordado en el contrato y por eso la universidad resuelve el contrato, pero lo hace de tal manera que no cumple con el procedimiento de resolución de contrato ya que el asesor legal no tenia el poder que debió otorgarle el rector de la universidad. Es por esto que la demanda es declarada infundada. VI. Casación 870-2014-Lima Norte (persona natural vs. asociación de propietarios) No entiendo bien pero tiene que ver con un inmueble, la cosa es que se declaró infundado el recurso de casación. VII. El apoderado lesionante y su enriquecimiento El caso expuesto nos muestra cómo una persona otorga poder a un familiar para disponer mediante contrato de compraventa una casa, el representante vende la casa a un valor de 320 k , sin embargo Sunat detecta inconsistencias en el pago del impuesto a la renta en la transferencia del inmueble que fue ejecutada por su apoderada. El representado ordena una tasación y descubre que la propiedad se debió vender en 500 k. En este caso no hay duda de que existió mala fe por parte de la representante. También existió una evidente intención de causar una lesión o lesión enorme en la compraventa ya que solo se hizo efectivo el pago de 60k y no se efectuó el resto del pago. Lamentablemente la posibilidad de interponer una acción por lesión se encuentra en caducidad incumplimiento del saldo del pago imputable al vendedor, se podría evaluar la posibilidad de la resolución de contrato y requerir una indemnización por lucro cesante, demanda dirigida contra los compradores y la apoderada.
VIII. El poder en el arbitraje
El artículo 37 de la Ley Arbitral peruana (Decreto Legislativo N° 1071), regula el poder,
el mismo que se reviste de características amplias y desprovistas de mayores formalidades (legalización y/o escritura pública) y exigiendo a las partes, de forma exclusiva que el poder conste por escrito, el cual bajo una interpretación sistemática, se podría otorgar consignando al apoderado y/o representante legal en el contrato o sus adendas, en la solicitud arbitral o su contestación, en la audiencia de instalación del Tribunal Arbitral, en los escritos de demanda y contestación e incluso en cualquier etapa del proceso arbitral.
Resulta fundamental mantener el principio de representación de manera amplia y sin
restricciones, por cuanto el poder otorgado permite ejercer diversos derechos procesales y realizar los actos de disposición de derechos sustantivos, como podrían ser el desistimiento de pretensiones indemnizatorias o celebrar conciliaciones.