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y a condición de
que se ratifiquen por escrito (art. 178). • Serán válidos los acuerdos que se tomen aun respecto de asuntos no previstos en el orden del día o incluso
sin que haya mediado convocatoria previa, siempre que se trate de una asamblea totalitaria, esto es, en la que se encuentre representada la
totalidad de las acciones (art. 188). Siempre a menos que los estatutos lo prevean de otra manera, las asambleas serán presididas por el
FORMALIDADES ANTE administrador o por el consejo de administración; a falta de ellos, por la persona que en ese momento designen los accionistas (art. 193). • Toda
NOTARIO O CORREDOR acta de asamblea debe llevarse al libro que al efecto habrán de llevar todas las sociedades anónimas, y requerirá la firma de quien haya presidido la
reunión, así como la del secretario y las de los comisarios que hubieran asistido; se agregarán a ellas los documentos con los que se acredite que la
PÚBLICO: convocatoria respectiva se hizo legalmente, en la inteligencia de que cuando por cualquier razón no pudiere asentarse un acta en el mencionado
libro, la misma deberá protocolizarse ante notario o corredor público y, si se tratare de una asamblea extraordinaria, deberá inscribirse además en
el RPC (art. 194). Además de las limitaciones justificadas que al derecho de voto se establezcan en los estatutos, “El accionista que en una operación
determinada tenga por cuenta propia o ajena un interés contrario al de la sociedad, deberá abstenerse a (sic) toda deliberación relativa a dicha
operación”, regla que a una parte de la doctrina parece un tanto draconiana, por es timar que debería concederse tal derecho al accionista cuando
advierta a la asamblea la existencia de su interés contrario al de la sociedad. Pero además, cuando, a pesar de la disposición legal, el accionista
participe con su deliberación y voto, responderá de los daños y perjuicios que se causen a la sociedad si con su voto se logró la mayoría necesaria
para la validez del acuerdo (art. 196).
NULIDAD DE LAS En cuanto a los casos de nulidad de una asamblea o de sus acuerdos, previstos por los arts. 179 y 188, no queda sino estimar que la acción para obtener que se
declaren habrá de intentarse en un juicio ordinario mercantil, si bien surge una nueva incógnita en cuanto a la determinación de la parte demandada. Al parecer, este
ASAMBLEAS: carácter sólo corresponde a la sociedad misma, pues atribuir tal carácter a los socios que tomaron el acuerdo o a los administradores que lo ejecutaron, ofrecería
muy serias dificultades de orden práctico y procesal
FORMALIDADES
:
Sólo puede formularse cuando el acuerdo de la asamblea sea contrario a un precepto legal o a una cláusula estatutaria, y siempre que el reclamante no haya
OPOSICION DE concurrido a la asamblea o haya votado en contra del acuerdo, de donde se desprende que si concurrió a la asamblea y se abstuvo de votar, no le asistirá el derecho de
formular esta oposición.
LAS ASAMBLEAS:
El escrito de oposición debe presentarse dentro de los quince días siguientes a la clausura de la asamblea, plazo que, por ser de índole procesal, deberá
entenderse que comprende sólo días hábiles judicialmente hablando, si bien debe aclararse que este juicio de oposición no procede en contra de
IMPUGNACION DE acuerdos relativos a la responsabilidad de los administradores o de los comisarios, que se examinarán más adelante, en 10.14.1.2, y 10.14 bis F). Ahora
bien, quien formule juicio de oposición podrá obtener que el juez suspenda la ejecución de la resolución impugnada, siempre que otorgue “… fianza
LOS ACUERDOS DE bastante para responder de los daños y perjuicios que pudieren causarse a la sociedad por la inejecución…, en caso de que la sentencia declare
ASAMBLEA. infundada la oposición” (art. 202). Todas las oposiciones que se formulen contra una misma resolución deben acumularse para ser decididas en una sola
REQUISITOS PARA sentencia (art. 204), misma que surtirá efectos respecto de todos los socios y, naturalmente, frente a la sociedad misma (art. 203). También hay que
decir que tanto esta acción de oposición, como las de nulidad antes mencionadas, precisan del previo depósito de los títulos de acciones ante notario
HACERLO: público o en una institución de crédito, quien expedirá el certificado correspondiente para acompañarse a la demanda. Las acciones sólo se devolverán
una vez concluido el juicio respectivo (art. 205)
La operación directa de una sociedad anónima corre a cargo del órgano de administración, que, en la terminología de los partidarios de la
concepción orgánica, cumple las funciones dinámicas, esto es, las dos principales manifestaciones de la anónima ante terceros y ante los socios,
que son la representación externa y la gestión interna, respectivamente. Por lo mismo, a este órgano de administración corresponde la facultad
de “… realizar todas las operaciones inherentes al objeto de la sociedad, salvo lo que expresamente establezcan la ley y el contrato social” (art.
10), al igual que la operación interna (art. 142).
CONSEJO DE ADMINISTRACION:
Una vez más con la salvedad de lo que expresen los estatutos o lo que dispongan las leyes reguladoras de específicos tipos sociales, el órgano de
administración puede ser unitario o colegiado; en el segundo caso quedará constituido como consejo de administración, por lo que a sus
integrantes se les conoce, en la práctica, indistintamente como administradores o consejeros.
Erróneamente califica el art. 142 de mandatarios a estos personajes, pues la verdad es que no son apoderados de la sociedad y tampoco se
celebra con ellos contrato de mandato alguno. Lo cierto es, como afirma el art. 10, que son representantes de la sociedad, de donde resulta que
sus facultades para actuar derivan directamente de la ley, como ocurre por ejemplo, en los casos de quienes ejercen la patria potestad del
menor, la tutela del incapaz, el manejo patrimonial de un fideicomiso, el albaceazgo, etcétera.
B. REQUISITOS
Independientemente de los requisitos que fijan otras leyes a las personas que hayan de ocupar el cargo, la nuestra dispone que no pueden ser
administradores los inhabilitados para ejercer el comercio, tema que se abordó supra, 4.4.1 (art. 151).
Por otra parte, nuestra Ley permite que en los estatutos, o por acuerdo de la asamblea que los designe, se establezca la obligación a cargo de
estos administradores, “… de prestar garantía para asegurar las responsabilidades que pudieran contraer en el desempeño de sus encargos” (art.
152), garantía que, obviamente, puede fijarse con toda libertad, luego es posible que consista en una prenda, hipoteca, fideicomiso, depósito de
dinero y demás formas que se consideren apropiadas. Importa, con todo, tener presente que cuando se fije tal garantía, los nombramientos de
los administradores no podrán inscribirse en el RPC si no se comprueba que han prestado tal garantía (art. 153)
C. FUNCIONES
Aunque la institución de los consejeros suplentes no está prevista en nuestra Ley, la práctica corporativa mexicana acude a ella casi
invariablemente, por las indudables ventajas que reporta, a pesar de algunos reparos que se le podrían formular. En cuanto a las ventajas, una de
ellas es obvia: ante la ausencia de los consejeros propietarios, los suplentes pueden actuar, en principio, sin entorpecer la actuación del órgano
de administración, para lo cual es necesario, naturalmente, o bien el previo y oportuno aviso de su ausencia, por parte del propietario, a efecto
de citar al suplente, o bien citar, de modo invariable, tanto a los propietarios como a los suplentes, en el entendido, claro es, de que estos
últimos sólo intervendrán por ausencia de los propietarios.
Salvo disposición estatutaria sobre el particular, será presidente del consejo el administrador primeramente nombrado y, a falta de él, quién le
siga en el orden de la designación. A él corresponde, en caso de empate, la decisión de los asuntos, habida cuenta de que el consejo sólo puede
funcionar legalmente con la mitad de sus integrantes. Desde luego, y siempre salvo que los estatutos dispongan otra cosa, las decisiones se
tomarán por simple mayoría de votos. Como en el caso de la asamblea, los estatutos podrán prever la posibilidad de que las resoluciones se
tomen sin necesidad de una sesión formal de consejo, pero aquí también será preciso que los acuerdos se tomen por una nimidad de todos los
integrantes, quienes deberán confirmar su voto por escrito (art. 143). Aunque no especifica nuestra Ley el lugar en el que deben celebrarse las
sesiones del consejo, parece necesario concluir que deben llevarse a efecto en el domicilio social, con sólo recordar que el lugar en que se
administren las sociedades constituye el domicilio social, por disposición del art. 33 del C.Civ.
RESPONSABILIDADES
ADMINISTRADOR UNICO
La administración de la sociedad anónima se encomiende a una sola persona, quien, al igual que en el caso de la administración colegiada, tiene
el carácter, erróneamente adjudicado según se expresó con anterioridad, de mandatario, en la inteligencia de que también en este caso el cargo
es temporal, revocable y remunerado; puede, además, desempeñarse por socios o por personas extrañas a la sociedad. Aquí conviene detenerse
a dar cuenta de los desfavorables comentarios que en los últimos años se han vertido en cuanto a la administración unitaria, con argumentos
harto conocidos, pero también es necesario dejar aclarado que, de atenerse a la práctica societaria mexicana, la administración única está
condenada a desaparecer, incluso respecto de los casos, por de más frecuentes, en que la sociedad existe con un único socio verdadero y uno o
dos más que aparecen como testaferros y a quienes, por supuesto, poco o nada importa la existencia del administrador único. Solución diferente
ofrecería el supuesto de que nuestra legislación admitiera la sociedad unimembre, respecto de la cual podría ser admisible la administración a
cargo del socio único, o a cargo de otra persona por él designada.
FUNCIONES
Poco o nada nuevo puede expresarse aquí en cuanto a las funciones del administrador único, que, concentradas en él, son las mismas que la ley
confiere a la administración colegiada. Las únicas salvedades son por demás lógicas: • No existen sesiones a las que deba convocarse, puesto que
el administrador único puede tomar decisiones cuando le venga en gana. • Por lo mismo, tampoco existirán actas ni, naturalmente, libro en el
que las mismas se consignen.
La asamblea debe corresponder la decisión sobre si existe o no responsabilidad, y sobre la persona que habrá de actuar en representación de la
sociedad para exigir dicha responsabilidad. Empero, conviene enfatizarlo, todo este panorama resulta un tanto virtual, puesto que la
administración única suele presentarse sólo en los casos en que el administrador es, a la vez, el titular del paquete absolutamente mayoritario de
las acciones, por lo que no será fácil que se presente alguno de los apuntados supuestos de responsabilidad.
PATRIMONIALES:
En cuanto a las obligaciones extra patrimoniales del accionista, la única legalmente
establecida es de carácter negativo, consistente en que al tratarse un asunto en asamblea
La principal obligación de todo accionista es la de efectuar la
y exista, de su parte, un interés contrario al de la sociedad, deberá abstenerse de deliberar
aportación prometida, cosa que desde el primer momento
y de votar; en caso contrario, responderá de los daños y perjuicios cuando su voto haya
puede efectuar por la totalidad del valor nominal de la acción o
sido decisivo en la obtención de la mayoría necesaria para la validez del acuerdo (art. 196).
sólo por una parte de dicho valor. Desde este punto de vista, las
acciones se dividen en liberadas, cuando su valor esté • No hacer competencia a la sociedad, expresión que por sí sola se explica. Se trata de
totalmente cubierto, y pagadoras, cuando el accionista reporte impedir que el accionista directamente, o como miembro de otras agrupaciones, realice las
dividendos pasivos a su cargo, mismos que habrán de cubrirse actividades que constituyen el objeto de la sociedad respectiva, por estimar que, de
en la forma que indique el título mismo o, en su defecto, hacerlo, solo desplegaría un acto de competencia considerado en principio como des leal,
cuando así lo determine el órgano social facultado para ello, en sino lo que es peor aún, aprovecharía experiencias y tal vez datos confidenciales en
cuyo caso “… deberá hacerse una publicación por lo menos perjuicio de la sociedad y en beneficio personal.
treinta días antes de la fecha señalada para el pago, en el
periódico oficial de la entidad federativa a que corresponda el Mantener en forma absolutamente confidencial todo lo relacionado con los informes,
domicilio de la sociedad”. En cualquier supuesto de mora del números y demás información relacionada con la forma en la que despliega sus actividades
accionista, “… la sociedad procederá a exigir judicialmente, en la sociedad.
la vía sumaria, el pago de la exhibición, o bien a la venta de las
acciones” (art. 118), la que debe hacerse por medio de corredor
público.