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EVACÚA TRASLADO

S.J.L. (1º)

NATALIA NÚÑEZ GUTIÉRREZ, abogado, actuando en nombre y


representación de la parte ejecutante, Banco Del Estado De Chile, en autos
ejecutivos caratulados “Banco Del Estado De Chile con Cuevas”, ROL N° C-3063-
2020 de este Primer Juzgado de Letras, a S.S. respetuosamente digo:

Que por este acto vengo en evacuar el traslado que fuera conferido a esta
parte con fecha 13 de octubre del presente año, en relación a las excepciones
establecidas en los numerales 2,4,7,9 y 11 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil opuestas por el ejecutado, en razón de los siguientes
argumentos de hecho y derecho:

1. En relación a la concesión de esperas o prórrogas de plazo

Esta parte niega y controvierte totalmente que haya existido algún acuerdo o
renegociación de la operación que por este acto se cobra.

Sin embargo, permítasenos advertir un error argumentativo en la tesis planteada por


el ejecutado, este asevera que habría se le habría conferido un plazo o prórroga para
el pago sin siquiera establecer cuál es el plazo que supuestamente se le habría
conferido, ¿refiere un plazo de días?, ¿de meses?, ¿acaso una fecha determinada?
lo cierto es que no se advierte. Luego, si el ejecutado no tiene claridad del plazo de
la supuesta prórroga que alega, difícilmente puede afirmar que dicho plazo no hubiere
estado vencido y, por lo tanto, que la deuda no fuere exigible. Fuera de estas
consideraciones de orden lógico, lo cierto es que Banco Estado y en general la
práctica financiera suele, al momento de renegociar una obligación, exigir que el
deudor constituya nuevas garantías y suscriba los títulos mercantiles pertinentes, es
decir, un nuevo pagaré. Lo cierto es que a la fecha la deuda no se ha renegociado y
tampoco se la han concedido prórrogas de pago al ejecutado.

En este sentido cabe destacar que los desfases entre la mora y el inicio de la cobranza
judicial obedecen a una cuestión de carácter operativa en la medida que mi
representado, en virtud de la ley orgánica que lo regula, se encuentra organizado
centralmente circunstancia que obviamente impacta en la gestión comercial y judicial
en regiones diferentes a la Metropolitana. -
Luego, pactar una obligación modal por una cuantía del orden de los $ 46.348.657 de
pesos supone, al menos, un antecedente escrito y se encuentra sujeta a las
limitaciones de la prueba en relación a la cuantía de las obligaciones al tenor del

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articulo 1708 del código civil.

En cuanto a la excepción del artículo 464 N° 7 del Código de Procedimiento


Civil, por no contarle el pago de Impuestos de la Ley de Timbres y Estampillas

Con mayor claridad que la expuesta en el escrito de oposición a la ejecución, su tesis


se funda en el hecho de que no se ha pagado --o no existe constancia de haberse
pagado-- los impuestos a que se refiere el D.L. 3.475, y con esto el pagaré carece de
fuerza ejecutiva. Previo a indicar en qué forma esta excepción no es sino un también
un simple ardid dilatorio, debemos centrarnos en el contenido mismo del pagaré, el
cual no fue leído al momento de oponerse esta excepción. Indica dicho documento:
“El impuesto de timbres y estampilla del presente pagare ha sido enterrado en
Tesorería mediante ingreso en dinero conforme al artículo 15 Nº 3 y2 del DL 3575 del
año 1980.”. Este contenido es suficiente para que se rechace la excepción aludida,
del cual trascribimos y adjuntamos, lo que está certificado por Ministro de Fe.

La excepción a la ejecución sobre la cual versa el presente arbitrio, corresponde a la


contemplada en el artículo 464 N° 7 del Código de Procedimiento Civil y se basa,
según postula demandada, en que respecto del pagaré que fundamos la ejecución,
no se pagó el impuesto previsto en la Ley 5 de Timbres y Estampillas y, por tanto, no
tendrían mérito ejecutivo, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 26 del Decreto Ley
3.475 de 4 de septiembre de 1980. Conviene, sobre este punto indicar que conforme
lo establece la Ley de Impuesto De Timbres y Estampillas, se eximió a los Bancos de
la obligación de acreditar en los documentos crediticios el pago del impuesto de
timbres y estampillas, por encontrarse afectos a una modalidad especial de pago por
ingresos mensuales en Tesorería y siendo la ejecutante una Institución Financiera, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 15, 17 y 26 del Decreto Ley 3475, el
impuesto de timbres y estampillas que grava, entre otros, a los pagarés, se paga por
ingreso de dinero en Tesorería General de la República dentro del mes siguiente de
efectuado el protesto, emitidos los documentos o admitidos éstos a tramitación, según
corresponda, estimándose por ello suficiente y cumplida la obligación tributaria
respectiva, lo que constituye una presunción de cuya prueba se encuentra relevada
la parte ejecutante. Este argumento, ya es una cuestión sin debatir por nuestra
jurisprudencia. En relación con la falta de pago del impuesto establecido por el Decreto
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Ley N° 3.475 en que se funda la excepción en comento, primeramente es dable aclarar
que a pesar de que el inciso 1° del artículo 26 del decreto ley aludido dispone que no
tendrán mérito ejecutivo los documentos que sirvan de base a la acción, mientras no
se acredite el pago del impuesto respectivo, el inciso 2° del mismo artículo -agregado
por el artículo 3º, letra e), del Decreto Ley Nº 3581, de 1981- establece que esa
disposición no es aplicable “respecto de los documentos cuyo impuesto se paga por
ingreso en dinero en Tesorería y que cumplan con los requisitos que establece esa
ley y el Servicio de Impuestos Internos”.

En consecuencia, los documentos que emite un Banco cuando es el primer


responsable del pago del tributo y cumple con las exigencias relativas a 6 asignar el
nombre de la institución bancaria y la leyenda del pago de impuesto en Tesorería,
quedan incluidos en la situación excepcional a que se refiere el inciso 2º del artículo
26 del Decreto Ley N.º 3.475, es decir, tratándose de pagarés, el requisito de acreditar
el pago de los impuestos por medio de un timbre fijo o mediante el empleo de
máquinas impresoras no se exige respecto de los Bancos, bastando que se emita la
leyenda indicativa de que el impuesto de timbres y estampillas ha sido satisfecho
mediante ingreso de dinero en Tesorería, de modo que el ejecutante, en este caso,
no necesita probar el pago del tributo para valerse del mérito ejecutivo de dichos
instrumentos mercantiles de la obligación demandada. Por lo expuesto, únicamente
se refuerza la falta de prolijidad en los argumentos del ejecutado, quien no ha tenido
la paciencia suficiente como para hacer un análisis acabado del documento fundante
de autos y su contenido, debiéndose rechazar la excepción en todas sus partes con
ejemplificadora condena en costas

Expresión presente en todas las hojas del pagare acompañado y que S:S ha tenido a
la vista

En relación a la excepción del artículo 464 N° 2 del Código de Procedimiento


Civil, en relación a la personería del demandante

Cabe señalar S.S. que la representación invocada por don Felipe Cataldo Moya, al
comparecer como representante legal del Banco del Estado de Chile –la que fue
oportunamente acompañada en autos– cumplió satisfactoriamente con lo dispuesto
en la ley N° 18.120 sobre comparecencia en juicio, toda vez que la persona que
comparece en representación de la entidad bancaria tiene la facultad suficiente para
ello, tal circunstancia consta en la Escritura Pública de delegación de mandato con
facultades judiciales. Por consiguiente, la mandataria judicial ha actuado en
representación del Banco del Estado de Chile conforme a las facultades recibidas al
efecto, según consta del documento acompañado a la demanda, y en dicha calidad
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se designó a quien suscribe abogado patrocinante y apoderado en la causa, todo
con estricto cumplimiento al artículo 6° del Código de Procedimiento Civil.

S.S. la parte ejecutada argumenta que quien comparece otorgando el mandato a don
Felipe Cataldo Moya carece de facultades judiciales suficientes, o no le ha sido
expresamente otorgada la facultad de designar abogados patrocinantes. Pues bien,
conforme al artículo 25 de la Ley Orgánica del Banco del Estado de Chile, D.L. N°
2.097 de 1977, el Gerente General Ejecutivo será funcionario de la confianza
exclusiva del Presidente de la República, quien lo nombrará mediante decreto
supremo expedido por intermedio del Ministerio de Hacienda. La misma disposición
señala que ejercerá la administración inmediata del Banco de acuerdo a las facultades
conferidas e instrucciones impartidas por el Comité, y que le corresponderá en
especial, entre otras atribuciones: letra g) Delegar el ejercicio de algunas de sus
atribuciones en otros funcionarios del Banco, excepto aquellas que, por su naturaleza,
tuviera que desempeñar personalmente.

Conforme al Decreto de Hacienda N° 483 de fecha 10 de abril de 2018 y publicado


en el Diario Oficial con fecha 28 de julio del mismo año, y que tiene por objeto aceptar
renuncias y nombrar miembros del consejo directivo del Banco del Estado de Chile,
en calidad de presidente y vicepresidente de esa entidad bancaria, y Gerente General
Ejecutiva del Banco del Estado de Chile, se indica que conforme a lo anteriormente
expresa se nombró (…) al Sr. Juan Cooper Alvarez, Rut n° 9.096.866-1 en el cargo
de Gerente General Ejecutiva del Banco del Estado de Chile(…).

De acuerdo a lo anteriormente expresado, la delegación de mandato y mandato del


Banco del Estado de Chile a don Felipe Cataldo Moya, se encuentra totalmente en
forma y, conforme a la cláusula primera del documento aludido, se señala que el Señor
Gerente General Ejecutivo para que en el ejercicio de su cargo, represente al Banco
con las facultades que en el acuerdo N° 173 de 28 de febrero de 2001 se establece
que se cuenta con la de delegar parte de sus facultades en los cargos de Gerente,
Subgerente, Agente, Jefe Administrativo, Jefe de Operaciones y en cualquier otro
cargo o funcionario que deba actuar representando al Banco. En la cláusula Segunda
don Juan Cooper Álvarez con la representación que actúa y en uso de sus facultades,
otorgadas en el acuerdo ya señalado, delega facultades a don Felipe Cataldo Moya,
cédula de identidad N° 15.771.458-K para que, en el ejercicio de su cargo de agente
de la oficina Antofagasta del Banco de Chile represente a la institución con las mismas
atribuciones que le fueron conferidas a la Gerente General Ejecutiva.

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Se debe recordar S.S. que los actos administrativos como es el Decreto que nombra
a don Juan Cooper Álvarez y tal como se establece en el Artículo 3° de la ley 19.880,
los actos administrativos gozan de presunción de legalidad, de imperio y de
exigibilidad frente a sus destinatarios, desde su entrada en vigencia, autorizando su
ejecución de oficio por la autoridad administrativa, salvo que mediare una orden de
suspensión dispuesta por la autoridad administrativa dentro del procedimiento
impugnatorio o por el juez, conociendo por la vía jurisdiccional. Y de acuerdo a lo
preceptuado por el Artículo 49 de la norma legal citada, los actos publicados en el
Diario Oficial se tendrán como auténticos y oficialmente notificados, obligando desde
esa fecha a su íntegro y cabal cumplimiento, salvo que se establecieren reglas
diferentes sobre la fecha en que haya de entrar en vigencia.

Así las cosas, en la escritura Pública de delegación de mandato otorgada por el Banco
del Estado de Chile a Don Felipe Cataldo Moya, comparece don Juan Cooper Alvarez,
ajustándose plenamente a lo establecido en el artículo 4° del Código de Procedimiento
Civil, pues ella comparece como representante legal del Banco Estado de Chile en la
forma que determina la Ley que rige al Banco Estado que es la D.L. N° 2079 de 1977.

En la cláusula segunda de la delegación de mandato y mandato del Banco del Estado


de Chile a Don Felipe Cataldo Moya, don Juan Cooper Álvarez en su calidad de
Gerente General Ejecutivo, confiere poder a doña Carmen Felipe Cataldo Moya, para
que represente al Banco del Estado de Chile, con las siguientes facultades: a)
representar al Banco del estado de Chile, con las facultades ordinarias del mandatario
judicial, es decir con las facultades del inciso primero del Artículo Séptimo del Código
de Procedimiento Civil, en todos los juicios, asuntos o comparendos, en que éste sea
parte, tenga interés o pueda llegar a tenerlo, y que sea del conocimiento de tribunales
ordinarios, arbitrales, especiales, administrativos o de cualquier otra clase,
unipersonales o colegiados, que existan actualmente o llegaren a crearse en el futuro,
como también ante entidades u órganos administrativos o de cualquier naturaleza.
Ante cualquiera de tales tribunales, entidades u órganos, los mandatarios o delegados
quedarán facultados para, del modo que el mandante señale, actuar por el Banco
como demandante, querellante, denunciante, reclamante, oponente, demandado,
denunciado, reclamado, tercerista e incluso como peticionario en asunto no
contenciosos, en entendido que las demandas o reclamos interpuestos contra el
Banco deben ser notificados al Gerente General Ejecutivo. Si el mandatario o
delegado fuere abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, además de
comparecer en representación del banco estará facultado para actuar personalmente
en el juicio, en caso contrario actuará necesariamente por medio de abogado o

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procurador del número, designando abogado patrocinante y delegando poder y dando
cumplimiento a todas las disposiciones legales sobre la materia.

Don Felipe Cataldo Moya, ha dado cabal cumplimiento a todas las disposiciones
legales para representar al Banco del Estado de Chile y otorgar poder a la suscrita,
toda vez que la delegación de poder se encuentra ajustada a la ley orgánica del Banco
del Estado de Chile, a la Ley 19.880 en cuanto al acto administrativo que nombra al
Gerente General Ejecutivo del Banco del Estado de Chile y a la 18.120 que regula la
comparecencia en juicio.

Así las cosas, no habiendo transcurrido siquiera 1 año desde la suscripción del
referido instrumento público, resulta absolutamente improcedente exigir que se
pruebe la vigencia y en consecuencia la no revocación del mandato, toda vez que el
poder conferido a don Felipe Cataldo Moya, mantiene dicha representación y además
ostenta las facultades necesarias para designar abogado patrocinante, tal como se
expuso en esta contestación, materia regulada en la Ley Orgánica del Banco del
Estado de Chile y concordada con la ley 18.120.

El ejecutado no puede olvidar la naturaleza jurídica que tiene el Banco del Estado de
Chile, conforme al artículo 1° del D.L. N° 2.079 de 1977 y que se rige preferentemente
por las disposiciones de dicha norma y, en lo no previsto por ella, de acuerdo a la
legislación aplicable a las empresas bancarias y demás disposiciones que rijan el
sector privado. No le serán aplicables, por tanto, las normas generales o especiales
relativas al sector público, salvo aquellas que dispongan de modo expreso que han
de afectar al Banco del Estado de Chile.

En relación a la excepción de pago parcial de la deuda, establecida en el


artículo 464 N° 9 del C.P.C.

Respecto de esta alegación, por este acto vengo en oponerme a la excepción de


pago parcial, toda vez que al momento de deducir la presente demanda ejecutiva (el
día 02 de mayo de 2019) el ejecutado se encontraba en mora a partir de la cuota N°
1 con vencimiento el 27 de diciembre de 2018, según da cuenta el informe de cobro
judicial acompañado por esta parte al momento de la presentación de la demanda,
y no se ha recibido por parte alguna de mi mandate ninguna informacion respecto de
los supuestos pagos que el ejecutado ahora intenta hacer valer, sin perjuicio de
existir dichos pagos, corresponderia a la parte que los alega, probarlos y en el
supuesto de que existan, estos solo deben considerarse como un abono a la deuda,
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el mismo que debera ser descontado del total demandado en esta ejecución, donde
se debe tener en especial consideracion que la demanda fue presentada con fecha
30 de julio de 2017-

POR TANTO, en mérito de lo expuesto, las disposiciones legales citadas y las


demás que resulten pertinentes

RUEGO A US., Se sirva tener por evacuado el traslado conferido a mi parte, en


tiempo y forma, respecto de las excepciones deducidas por la contraparte;
rechazarlas derecha y absolutamente, sin más trámite todas ellas, por carecer de
todo verdadero fundamento plausible, no ajustándose ni a Derecho ni a la Equidad,
disponiendo el curso progresivo de estos autos, con expresa condenación en
costas.

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