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TRIBUNAL : 25° JUZGADO CIVIL DE SANTIAGO

ROL : C-867-2022
CARATULADO : BANCO DE CHILE/NAVIA
CUADERNO : PRINCIPAL

EN LO PRINCIPAL: EVACUA TRASLADO; OTROSÍ: SE RECIBA LA CAUSA A


PRUEBA.

S. J. EN LO CIVIL DE SANTIAGO (25°)

RAÚL SANTIAGO LÓPEZ DE MATURANA CABRERA, por la


demandante, en autos ejecutivos caratulados “BANCO DE
CHILE/NAVIA”, Rol N° C-867-2022, a SS. con respeto digo:

Vengo dentro de plazo en evacuar traslado respecto de las


excepciones opuestas por el ejecutado, solicitando el rechazo de
ellas por las razones que a continuación se indican, con costas:

1.- Se ha opuesto la excepción del Nº 7 del artículo 464, esto es,


"La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidas
por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado".

Como S.S. comprenderá esta excepción debe ser rechazada de


plano, por cuanto el documento que sirve de fundamento a la acción
deducida es un título ejecutivo perfecto, según lo dispone el
artículo 434 de Código de Procedimiento Civil.

Alega el ejecutado que no valdría como título ejecutivo ya


que no se habría pagado el impuesto que afecta este tipo de
documentos, Los impuestos a los que estuviera afecto se pagan por
ingresos directos en tesorería.
El documento acompañado según el D. L. 3475 artículo 15 N°
3, este documento paga impuesto de timbre y estampillas mediante
ingresos mensuales de dinero en tesorería.

Es cierto que el artículo 26 de dicho texto legal señala


que “Los documentos que no hubieren pagado los tributos a que se
refiere el presente decreto ley, no podrán hacerse valer ante las
autoridades judiciales, administrativas y municipales, ni tendrán
mérito ejecutivo, mientras no se acrediten el pago de impuestos
con reajustes, intereses y sanciones que correspondan”.

Sin embargo, solicito el rechazo de la excepción por las


siguientes razones:

El artículo 26, inciso 2º de la ley de Timbres y


Estampillas dispone que “LO DISPUESTO EN EL PRESENTE ARTICULO (es
decir art. 26 inc. 1º) NO SERÁ APLICABLE RESPECTO DE LOS
DOCUMENTOS CUYO IMPUESTO SE PAGA POR INGRESO EN DINEROS EN
TESORERÍA Y QUE CUMPLAN CON LOS REQUISITOS QUE ESTABLECE ESTA LEY
Y EL SERVICIO DE IMPUESTOS INTERNOS”, para lo cual sólo bastaría,
según la “jurisprudencia expedida sobre esta materia, que se
estampe en el documento la leyenda que exprese que el impuesto se
paga en Tesorería para que se entienda que tiene mérito ejecutivo,
aplicando en forma armónica las disposiciones contenidas en los
artículos 15 Nº3, 17 Nº1 y 26 del D.L. Nº3.475, en relación con
las circulares 72 de octubre de 1990, 92 y 121 de 1974 del
Servicio de Impuestos Internos”, y es del caso que el pagaré
fundante de esta demanda ejecutiva señala lo siguiente “El
impuesto de Timbres y Estampillas que grava a este documento se
paga por ingresos mensuales de dinero en Tesorería, según D.L.
3.475. art. 15 Nº2.”, por lo cual el pagaré acompañado sí tiene
mérito ejecutivo.

“Que si bien las referidas circulares del Servicio de


Impuestos Internos obligan a los bancos a llevar libros especiales
respecto de los documentos que emitan, en los que debe dejarse
constancia, entre otros datos, de la tasa del impuesto y del monto
del mismo, ello no obsta al mérito ejecutivo del documento, que lo
tiene por la sola situación especial que le reconoce el D.L. Nº
3.475, desprendiéndose que los documentos aludidos por las
circulares han sido requeridos para el cumplimiento del control y
fiscalización por parte del Servicio de Impuestos Internos”. Esto
en conformidad a lo dispuesto por la Excelentísima Corte Suprema
en fallo sobre Recurso de Queja que dejó sin efecto la sentencia
dictada en el juicio “BANCO DE CHILE con SUCESION ETRIT SALINAS”
(Corte Suprema 28/04/1993, Revista de Derecho y Jurisprudencia,
Tomo XC Nº1, sec. 1ª, 2ª parte, pag.49).

A mayor abundamiento, la disposición citada, es decir,


art. 26 inc. 2º, exime a los bancos de la obligación de acreditar
el pago del impuesto, bastando, conforme a la circular Nº72 de
Octubre de 1980 del Servicio de Impuestos Internos, reiterando las
exigencias contenidas por las circulares Nº92 y 121 de 1974, que
los documentos emitidos por los bancos se deje constancia impresa
de que el impuesto se paga en Tesorería conforme al D. L. Nº
3.475.

En el mismo sentido, el oficio Nº1700, de mayo de 1984, de


la Subdirección de Fiscalización del Servicio de Impuestos
Internos, relativo a las circulares antes mencionadas, señala:
“Los Bancos se encuentran liberados de numerar correlativamente,
timbrar y registrar en el Servicio de Impuestos Internos, las
letras de cambio y demás documentos señalados en el Nº 3 del
art.1º de la Ley de Timbres y Estampillas y deberán seguir
llevando los libros especiales que establecen las circulares Nº92
y 121, ambas de 1974, en reemplazo del Libro Auxiliar de Registro
y Control de Letras de cambio y demás documentos aludidos, a que
se refiere el Título II, letra a, de la circular Nº 72 de 1980”.
Lo expuesto, atendido a que el penúltimo párrafo del Título II de
la circular Nº72, precitada, se encuentra plenamente vigente, la
cual señala que “En reemplazo de las normas de control anteriores,
los bancos deberán seguir cumpliendo las mismas exigencias
establecidas en las circulares Nº92 y 121 de 1974, en cuanto a
efectuar las anotaciones correspondientes en los Libros especiales
allí señalados, sin perjuicio de la identificación del banco en
los documentos afectos al impuesto del cual sea sujeto o primer
responsable”.

De lo anterior no procede sino concluir que los pagarés


emitidos por los bancos, que no están considerados en las normas
del inciso 1º del artículo 26 del D. L. Nº 3.475, solamente deben
cumplir con el requisito del penúltimo inciso del Título II de la
circular Nº72, de 1980 para tener mérito ejecutivo, esto es, su
anotación en los libros que se determinan y la identificación del
banco sujeto o primer responsable del impuesto, y atendida la
circunstancia que la fiscalización y control del pago del impuesto
de Timbres está a cargo del Servicio de Impuestos Internos, según
lo dispone el art.1º de la Ley Orgánica contenida en el D.F.L.
Nº7, de 1980, debiendo verificar las anotaciones en las letras
respectivas y hacer los reparos de observaciones, cuando sea el
caso, no corresponde a los jueces tal función respecto a los
documentos emitidos por los bancos, por lo cual, no existiendo
constancia en autos de tales reparos al respecto y cumpliendo el
pagaré que se hace valer en la demanda con la obligación de
identificar el banco emisor por su nombre y Rol Único Tributario,
deberá concluirse que tal documentos tiene mérito ejecutivo, en
virtud de las disposiciones legales y circulares antes citadas.
Esto en conformidad a lo razonado y declarado por la Ilustrísima
Corte de Apelaciones de Santiago en fallo que dejó sin efecto la
sentencia de primera instancia dictada en el juicio “BANCO DE
SANTIAGO con SOCIEDAD COMERCIAL VELPI LTDA” (Corte de Santiago
20/01/1994, Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo XCI Nº1,
sec. 2, 2ª parte, pag. 7).

Por estas consideraciones, esta parte estima que debe


rechazarse totalmente la excepción, con costas..

2.- Se ha opuesto la excepción contemplada en el N ° 14 del


artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, esto es, “la
nulidad de la obligación”.-

El demandado funda su excepción en términos que no habría


suscrito jamás la obligación que se ejecuta en estos autos.-

Al respecto esta parte solicita sea rechazada la mencionada


excepción por falta de fundamento legal.-

En primer término cabe señalar a S.S. y como es de


conocimiento, que la nulidad de la obligación es un modo de
extinguir las obligaciones regulado por el Código Civil artículos
1681 y siguientes, artículos que expresamente establecen que para
que la obligación sea nula es necesario que el acto o contrato le
falten algunos de los requisitos exigidos por la ley para el valor
del mismo, cuestión que en la especie no ha ocurrido toda vez que
nuestro título reúne todos y cada uno de los requisitos exigidos
por las leyes para su validez.-

En segundo término y conjuntamente con lo anterior, a esta


parte solo le resta señalar que lo expuesto por el demandado es
improcedente.- Fundo esta aseveración en los mismos términos
expuestos en la excepción signada en el número uno de esta
presentación, para lo cual reproduzco lo expuesto según paso a
exponer: la excepción opuesta por el demandado, esto es, de
nulidad de la obligación, es improcedente toda vez que nuestra
obligación ha sido constituida conforme lo establece la ley, es
así que en el propio pagaré materia de esta ejecución, en su parte
que trata de las instrucciones, establece clara y expresamente
que en virtud de lo previsto en el artículo 11 de la Ley 18092
sobre letra de cambio y este artículo en relación con el artículo
107 de la mencionada ley, se instruye al Banco para que proceda a
incorporar el monto y fecha de vencimiento al presente pagaré.-

Es decir, en lo que dice relación con la excepción en


comento, ha quedado claro que el pagaré de autos es un título que
ha sido llenado conforme a la voluntad unilateral del obligado al
pago, guardando estrecha armonía con las normas legales
pertinentes, en particular, con los principios que inspiran la Ley
18.092.

Es decir, en lo que dice relación con la excepción en


comento, ha quedado claro que el pagaré de autos es un título que
ha sido llenado conforme a la voluntad unilateral del obligado al
pago, guardando estrecha armonía con las normas legales
pertinentes, en particular, con los principios que inspiran la Ley
18.092. En este sentido, me permito recordar el artículo 11 de la
Ley 18.092, que expresamente consagra y permite a cualquier
tenedor legítimo para incorporar al documento las menciones que a
él le faltan antes del cobro del mismo. Conforme a esa norma, no
es requisito legal que las menciones establecidas en el artículo
102 de la Ley 18.092 -en relación con el 107 de la misma ley- sean
incorporadas por el mismo suscriptor del pagaré, sino que
cualquier portador legítimo puede hacerlo, siempre que ello se
realice antes del cobro del documento. De modo que, de estimarse
que el documento se hubiere firmado en blanco, con instrucciones,
debemos considerar que lo ha sido con anterioridad a su cobro,
conforme a las instrucciones conferidas por el obligado, siendo
plenamente válido en ese sentido.

Cabe señalar que, como bien es sabido, nuestra legislación no


exige instrucciones escritas, sino que ellas pueden ser expresas o
tácitas, y la entrega voluntaria del documento importa instrucción
tácita para llenarlo, al arbitrio de quien lo recibe, significando
un acto de confianza, equivalente al otorgamiento de un mandato
general.

En efecto, sabido es que los TITULOS DE CREDITO O TITULOS


VALOR, ENTRE LOS CUALES SE ENCUENTRA EL PAGARE, DAN CUENTA DE
OBLIGACIONES AUTONOMAS, SON DOCUMENTOS INCAUSADOS, INDEPENDIENTES
DEL NEGOCIO CAMBIARIO, Y LO QUE ES MAS AUN, ESTAMOS EN PRESENCIA
DE UN TITULO ABSTRACTO EN ATENCION A QUE NO REQUIEREN DE CAUSA
PARA SU VALIDEZ. TODOS ESTOS PRINCIPIOS, SE ENCUENTRAN RECOGIDOS
EN LA LEY 18.092, DE DONDE SE PUEDE CONCLUIR PARA LA VALIDEZ DE
LOS ACTOS CAMBIARIOS BASTA LA SOLA FIRMA DEL OBLIGADO. Prueba de
lo señalado se encuentra consagrado en los artículos 1º Nº 7, 33,
17 inciso 2º y 46, entre otros, de la Ley 18.092, y ello es así
por las necesidades de circulación y pago del documento, pues
obstan a ello que la validez y el cumplimiento de los actos
cambiarios dependan de la validez o el cumplimiento del negocio
causal.

De más está señalar que es de la esencia de los títulos de


crédito es ser, precisamente, INCAUSADOS, de modo que no se
vislumbra la exigencia que pretende incorporarles la ejecutada.

De esta forma, a la luz de estos antecedentes de derecho


anteriormente expuestos, queda establecido y acreditado que
nuestra obligación derivada del pagare de autos es absolutamente
válida y legal y no existe la nulidad impetrada por el demandado.-

Por tanto, en virtud de todo lo anteriormente expuesto,


procede que S.S. se sirva rechazar la excepción opuesta por el
demandado en todas y cada una de sus partes.-

Por tanto, en virtud de todo lo anteriormente expuesto, de


las normas legales citadas, no cabe duda alguna que en el pagaré
cuyo cobro se demanda en estos autos, se ha dado cabal
cumplimiento a todas las exigencias legales para que tenga
perfecta validez en juicio, tratándose en consecuencia, de un
título ejecutivo perfecto, que da cuenta de una obligación
líquida, actualmente exigible y no prescrita, debiendo por tanto,
rechazarse con costas todas y cada una de las excepciones
opuestas.

La excepción opuesta debe ser rechazada de plano, por cuanto


los hechos que la contraria enuncia y describe como causa de dicha
defensa, no dicen técnicamente relación con ella. Al respecto
debemos señalar que la obligación contenida en el título que sirve
de base a la ejecución cumple con todos y cada uno de los
requisitos señalados por el legislador para que dicho título tenga
fuerza ejecutiva, en efecto se trata de un pagaré suscrito ante
notario, cumple con los requisitos del artículo 434 y además
cumple con todos los requisitos específicos del título contenidos
en la ley de letra de cambio y pagaré.

No existe nulidad de la obligación, toda vez que ella ha sido


contraída por la ejecutada la que ha manifestado su voluntad en
forma libre, espontánea y sin vicios.

Los argumentos del ejecutado, carecen de validez toda vez que


no dicen relación con los requisitos exigidos por el legislador
para impugnar la validez de la obligación, no sólo porque esta no
existe, sino que, además, las alegaciones del ejecutado en nada se
relacionan con los requisitos que el legislador establece para
hacer efectiva esta excepción, en efecto, la nulidad de la
obligación dice relación con la ausencia de los requisitos legales
que le otorgan validez a la misma y que afectan principalmente el
consentimiento, la voluntad o dicen relación con la existencia de
acciones viciadas por dolo o culpa, en la especie nada de estos
existe, la excepción debe ser rechazada.

El pagaré fue suscrito notarialmente, por cuanto es válido,


así como la existencia de obligaciones de la cual deriva el
título. Por cuanto el mismo cuenta con merito ejecutivo, la deuda
es líquida, actualmente exigible y la acción claramente no está
prescrita. Respecto a lo anterior, es importante señalar que la
obligación contraída en estos autos es absolutamente válida,
contraída según las formalidades legales, por una persona capaz,
cuyo consentimiento fue dado exento vicios, con objeto y causa
lícita, hechos que la contraria no puede desconocer, señalando que
el título le es inoponible, fundamentando argumentos que caen en
el absurdo.
El demandado alega que la obligación no sería válida por no
haberse realizado el protesto del documento. En relación a este
punto, SS. debe tener presente que en el pagaré se estipula
expresamente “libero al tenedor de la obligación de protesto (…)”,
cláusula que se encuentra en el párrafo final de la segunda página
de dicho documento, y que es absolutamente oponible al deudor. Los
Bancos e instituciones financieras, son regulados y súper
vigilados por la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financiera, a la cual deben informar todas sus operaciones, las
que necesariamente se ajustan a derecho. De los artículos 464, 465
y 434 del C. P. C. se puede concluir que el título ejecutivo
constituye un medio de prueba privilegiado, de tal manera que el
acreedor dotado de él, puede solicitar incluso el embargo de
bienes del deudor y corresponderá al ejecutado desvirtuar la
presunción de veracidad del título y si no lo hace, las
excepciones deberán ser necesariamente rechazadas. El documento
fundante de la acción deducida fue suscrito por el ejecutado con
todas y cada una de sus enunciaciones.

El pagaré fue suscrito sin que conste en él condición alguna


para su pago, ya que si fuera dejaría de ser pagaré en virtud del
artículo 102 de la ley 18.092. “El pagaré debe contener las
siguientes enunciaciones: n°2 la promesa no sujeta a condición de
pagar una cantidad determinada o determinable cantidad de
dinero.”, La obligación contenida en él no está sujeta a ninguna
modalidad ni a la existencia o validez de otro acto jurídico, como
consta en el propio pagaré el título se basta así mismo de
conformidad al artículo anteriormente citado. Además el título
fundante de la acción deducida es un título ejecutivo perfecto
según lo dispuesto 434 del C.P.C.

3.- Se ha opuesto la excepción del Nº 11 del artículo 464, esto


es, "La concesión de esperas o prórroga”.-

Al respecto, no es necesario explayarse, mi representada


jamás ha tenido la intención de prorrogar el plazo de vencimiento
del documento y sólo cabe recordar el carácter formal del pagaré,
por lo que cualquier pacto que pudiera modificar los efectos del
mismo (sus obligaciones) como sería el caso del vencimiento, debe
necesariamente expresarse en el mismo título o en una hoja de
prolongación, lo que no ha ocurrido en la especie.

En consecuencia, si el "crédito" no se renueva, como es el


caso del pagaré fundante de la demanda, llegado el día del
vencimiento del pagaré, la obligación SE HACE EXIGIBLE, razón por
la cual la presentación de la demanda ejecutiva para instar por su
pago forzado es absolutamente legítima.

Por estas consideraciones, esta parte estima que debe


rechazarse totalmente la excepción, con costas.

POR TANTO,
PIDO A US: Tener por evacuado el traslado conferido,
rechazando estas excepciones, con expresa condenación en costas.
OTROSÍ: Vengo en solicitar a S.S., se de curso progresivo a
los autos, recibiendo la causa a prueba.

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