Está en la página 1de 8

EL INTERROGATORIO EN LA AUDIENCIA.

MORAL Y ETICA
FORENSE

EL INTERROGATORIO EN LA AUDIENCIA (HERNANDEZ, 2019)

Si alguien se atreve a estar por encima del abogado litigante, es precisamente su habilidad,
la que debe mantener siempre para utilizarla en la repregunta, que a cada instante se presenta
-como si fuese el arma más efectiva de su mortífero arsenal-, en el lugar que se encuentra.
Llegar a ser un experto de esta lid, es realmente en la práctica, una pericia: alcanzable para
muchos e imposible para otros.

El interrogatorio solo se da en la audiencia, claro que no, pero a partir de esa acción,
respondemos a esa inquietud ardua, que no deja de ser importante en el primer orden. Y este,
en su evolución, se pregunta arduamente, ¿Que es el interrogatorio? A esta vivaz pregunta,
no siempre se está en condiciones de poderle responder. Sin embargo, intentando llegar a dar
respuesta, se dice, que el interrogatorio, es el ataque frontal de alguien contra otro distinto,
para asegurar -aunque sea relativo- el triunfo de la verdad en aras de alcanzar la anhelada
justicia de todos los administrados.

El interrogatorio es el sable desenvainado, el arma más devastadora y certera que invento el


ser social, similar, y quizá peor que las armas nucleares. Cuando el litigante asiste a una
audiencia tiene la firmeza de quedar bien, solo le quepa algo importante, poner el índice
derecho en el gatillo del arma y esperar el momento para dar en el blanco

EI interrogatorio que realice el abogado defensor -estipulado en el Art. 247 del CPP, y Art.
284 de CPP- es exclusivo del talento que cada uno se reserva de manera relativa, hasta cuando
tenga la ocasión de exteriorizarlo. ¿Qué debe incluirse en un buen interrogatorio?
Obviamente, una serie de elementos, que no son nuevos, pero si tienden a ser complejos. Lee
Bailey (1996:57) nos precisa, entre otros, los siguientes: control, momento oportuno, actitud
y conclusión.
➢ EI CONTROL: Se realiza directamente al interrogado, para que este, respecto a una
pregunta formulada, no trate de eludir las respuestas; siendo muy común este caso,
cuando utilizan descripciones largas, para confundir al interrogador.

➢ LA MEMORIA tiene singular importancia para que el interrogador se dé cuenta


inmediatamente, que trata de confundirlo, al escuchar al interrogado una palabrería.
Aquel no debe permitir, debiendo sus ojos estar fijamente penetrados en este último.
A las preguntas del interrogador, caerán respuestas relevantes, siempre que este sujeto
procesal tenga amplio conocimiento de la materia que interroga.

➢ LA VELOCIDAD implica, que el interrogador si tiene algo que revisar durante el


proceso, lo hará con una ligereza, antes de que sea sorprendida por el interrogado,
que a veces esta adiestrado para realizar esa acción.

EI uso de la sintaxis debe ser puntual, esto es, que las preguntas formuladas tienen que ser
claras e inequívocas, formuladas por oraciones simples, de tal manera que no pudiesen ser
legalmente objetados por la otra parte.

Las preguntas formuladas, deben estar orientadas siempre, dentro y hacia un contexto lógico.
Quizá -por descuido-, pueden estar desordenadas, pero esto tiende a desaparecer, cuando el
objetivo final es obtener respuestas de las más verosímiles posibles. Asimismo, en esta línea
de acción interrogativa, no está permitido, bajo ninguna circunstancia, formular interrogantes
que tiendan a ridiculizar al respondiente.

Siempre hay un momento oportuno, para que el interrogador aproveche adecuadamente el


espacio que el caso requiere. Lo hará bien, siempre que este tenga el tino necesario,
convincente, oportuno y presto a resolver

Cualquier problema que pudiese presentarse durante el proceso del interrogatorio.

El interrogador presentará una actitud determinada, orientada por su convicción y la


circunstancia; variará la voz, y hará énfasis, cuando así lo amerite la respuesta recibida del
interrogado. Debe saber además, cuándo, dónde y cómo termina el interrogatorio; esto si es
posible establecer, de acuerdo a las respuestas recibidas, a la luz de la realidad objetiva.
El interrogatorio varía en razón del expediente o la causa; la importancia del mismo, así como
el grado de colaboración que se espera de la otra parte o del mismo patrocinado. Sin embargo,
queda establecida que la pregunta de mayor calidad, de la que se esperan respuestas idóneas
e inteligentes, es precisamente aquella que todavía no se formuló.

La respuesta interrogativa en base a la causa, incrementara su fuerza y su vigor, si la


adherimos a algunas reglas y procedimientos contundentes. Las primeras son las siguientes:

PRIMERA REGLA

• No tiene el atrevimiento de preguntar, incorporando la frase: "No hay pregunta señor


Magistrado". Esto sucede, generalmente, cuando el abogado tiene poca experiencia,
o no tiene ninguna. Se oculta en el no tener ninguna pregunta que hacer, cuando en
verdad si la hay. En este caso, es recomendable, que el mismo abogado defensor,
adquiera valor y confianza en sí mismo, no esperar todavía, que alguien impulse en
él.
• Si se pregunta el auto impulso, el abogado defensor está madurando ampliamente en
el ámbito psicológico; posiblemente está en condiciones de poder interrogar a
cualquier testigo que se le presenta en el proceso, mayor razón si este lo beneficie en
el desarrollo de su trabajo forense. En cualquier proceso hay testigos claves y
secundarios, que en su primer momento no es posible advertir. Se requiere,
básicamente, meditar en el objetivo que se ha de pretender alcanzar, no solo para
ganar un juicio, sino también para aprehender las actitudes de los posibles testigos.
• El testigo1 no solo debe ser conducido por su libre arbitrio, requiere, que se le guíe
por la objetivad. Aquí precisamente sale a relucir, el arte del interrogatorio, que va en
forma paralela a un caso o una causa concreta, v;g.: desfiguración física, a partir de
una mutilación de alguna parte del cuerpo. EI testigo en la celebración de la audiencia
sostuvo que efectivamente vio a dos personas entablar una reyerta, y en ese evento se
produjo la desfiguración de uno de ellos.
• La pregunta. ¿En qué circunstancia se produjo la desfiguración?, ¿vio usted que el
acusado utilizó algún instrumento para inferir la desfiguración?, ¿considera usted que
fue un acto casual o uno premeditado? Incluso, de las respuestas que se irán
obteniendo hay que procurar hacer las repreguntas necesarias, orientadas a conseguir
la verdad.

SEGUNDA REGLA

No hacer la pregunta, sino se conoce bien la orientación. Es decir, usted debe saber en primer
orden, de qué tipo de testigo se trata: parentesco, enemistad, amistad, oportunista, convidado
de piedra, amigo de la parte contraria. EI abogado defensor no debe hacer una pregunta,
cuando realmente no sabe orientar su accionar psicológico del testigo: las apariencias
engañan.

TERCERA REGLA

Es poco recomendable utilizar las preguntas, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo. Debido, a
que la respuesta tiende a ser -aunque no siempre, descriptiva, además que ofrece al testigo la
oportunidad de hablar con propiedad, orientado a escapar del control de los sujetos
procesales, fundamentalmente del abogado defensor.

En la mayoría de los casos -si no es en todos- el abogado defensor busca que el testigo,
responda a su necesidad e inquietud, para que lee favorezca a su causa. Si está en lo correcto
aplaude, de lo contrario Io rechaza. Pues, a medida que usted le interrogue de manera
correcta, simultáneamente lo está orientando a que se encamine a precisar el compendio del
evento, desde el ámbito de la objetividad. Siempre es bueno tener las palabras que pudiese
mencionar el testigo, ya que no siempre les son favorables.

El proceso por homicidio ya estuvo avanzado, pero este era temporal, en razón de que,
pudiese presentar uno o más testigos claves, que tienden a alternar el proceso, con absoluta
o relativa sorpresa para el público que sigue de cerca el proceso. Rosendo asesinó a
Magdalena. Un testigo afirmo, que antes del asesinato, a él se le acerco Rosendo, diciéndole
que iba matar a su consorte. Dijo que jamás olvidaría el día, porque coincidía con el Día del
Periodista.
Obviamente, como el proceso estuvo avanzado, la aparición de supuestas evidencias,
pusieron en jaque a las autoridades juzgadoras y acusadores. Es decir, se produjo el
contrainterrogatorio. El abogado defensor del occiso, puso toda su atención a tan delicado
problema, el de la conversación donde amenaza de matar. Una y otra insistió al testigo,
haberse equivocado de fecha, que no coincidía con la información que él poseía. El testigo
insistió, en que difícilmente podría equivocarse, y mantuvo su posición. El abogado -como
es de su oficio-, siguió insistiendo en que podría tratarse de un error de fecha. La Vocalía
Colegiada, al no obtener otra alternativa, ¡sostuvo con gallardía ¡Basta de continuar con el
interrogatorio!

El abogado audaz e inteligente, con un documento en la mano se acercó al testigo y con voz
enérgica sostuvo. Sea usted sincero, hable la verdad, ya que el Día del Periodista, Rosendo
estuvo fuera de esta ciudad, esto lo compruebo con este documento (y lo enseña), acto
seguido, el juzgador, al observar apabullado al testigo, se entera del documento, disponiendo
inmediatamente anular el testimonio decepcionado, no solo en forma extemporánea, sino
también y sobre todo, orientada con una conducta cargada de mentiras, que compromete
ampliamente al sistema judicial y a la defensa de la legalidad. En este sonado caso, el triunfo
es del abogado defensor, que supo aceptar el contrainterrogatorio, precisamente para lograr
demostrar la inocencia de su patrocinado y poder solicitar -como realmente corresponde su
absolución. Se teje varias hipótesis, otras se limitarán a ser simplemente conjeturas. Por regla
general señala el procesalista Martin W Littleton, los abogados tienden a encarar la tarea de
repreguntar a los peritos de tres formas:

No preparan las repreguntas. Las improvisan, tratando de ser más listos que el perito. Es por
consiguiente una táctica suicida.
MORAL Y ETICA FORENSE (RODRIGO, 2011)

La estructura de la ley, así como sus componentes que de ella se derivan: artículos, acápites,
incisos, versículos, etc. no es suficiente que el abogado deba conocer. En el proceso de su
estudio, también se ocupó del espíritu de la ley, obteniendo halagadores resultados, pero que
tampoco son suficientes. EI quid del asunto está en que el legislador, antes de iniciar en la
ardua tarea de legislar, debe disponer de un alto espíritu humanitario, y haber adquirido
conciencia de la realidad socio cultural. Estos dos requisitos son indispensables e
imprescindibles para el desarrollo de la moral y la ética. EI ser humano, al no estar imbuido
en estos principios y valores filosóficos, dejara mucho que desear en sus actitudes personales
y profesionales.

❖ D'AGUESSEAU con sobradísima razón sostuvo enfáticamente: el abogado forense


en vano se lisonjea, creyendo poseer el arte de persuadir a la audiencia, cuando
antes no aprendió a conocerlos a cada uno de las personalidades que las integra. El
debió iniciar, averiguando la personalidad de cada uno de los sujetos procesales. Solo
así podrá utilizar un tipo de persuasión que el grupo organizado requiere para hacer
bien el trabajo. Alguien dijo en una oportunidad, conócete a ti mismo para conocer a
los demás. Ese principio es hoy de singular envergadura en el desempeño de la
profesión.
Si el abogado ignora, es el Filósofo del Derecho al que le corresponde aclarar y
enseñar, que en la ética y en los trabajos relevantes de la moral se aprenden las
doctrinas más puras que los miembros de la sociedad deben de conocer. El
conocimiento le da a la persona humana, fuerza, vigor y un sin número de
posibilidades extensivas en todos los ámbitos, disciplinas y especialidades. De ahí, la
exigencia de su aplicación a la oratoria forense.

Los teólogos señalan, que el creador es el pensador más completo, capaz de superar
al ser humano. Su idea para con la comunidad es sublime y halagadora cuando el
actúa dentro de los cánones de la bondad y el bien. Es aterrador, cuando alguien actúa
con apresuramiento, y sin control, orientado indebidamente por el mal, que solo
conduce a la perturbación de la moral y la ética. No es bueno dejarse conducir por las
pasiones, que el orador forense lo adquiere de por sí, o la aprehende del legislador.
En ningún caso es meritoria esta acción. Lo adquirido y lo nato siempre conducirá al
actor a una borrascosa travesía.

❖ FENELÓN se explica: "Platón advierte que el gran defecto de los retóricos está en
querer ejercer el arte de la persuasión, antes de haber aprendido con el estudio de la
Filosofía". Aconseja, diciendo: "El orador empiece por su estudio del hombre en
general, que después se aplique a conocer el carácter particular de las personas a
quienes ha de hablar; y que no cese en este estudio hasta llegar a saber con perfección,
lo que es el hombre, cual es el fin de sus operaciones, cuáles son sus verdaderos
intereses, cuáles son sus pasiones y los excesos a que pueden arrastrarle". El hombre
o los hombres que se debe de conocer, están precisamente al frente del orador forense,
haciendo gala de su presencia física. Ellos requieren del orador, que este los convenza
con sus conocimientos filosóficos, y no solo los conmueva con sus habilidades
legales, que se encuentran en los códigos.

❖ D' AGRESSEAU sostuvo: el estudio de la moral y de la elocuencia nacieron no


precisamente en el mismo tiempo, tampoco muy distante; se unieron un día en la
antigüedad, que solo es comparable igual al pensamiento y la palabra. No había en la
antigüedad, la elocuencia que carecía de moral. La relación se fue perdiendo en el
proceso tiempo - espacio histórico. La elocuencia es el pensamiento y la moral es la
palabra. Dirigiéndose a los abogados, agrega: "A vosotros, los que aspiráis a
reconquistar la gloria de vuestra profesión, y a reproducir en nuestros días la imagen
de la antigua elocuencia, no titubeéis en sacar a la Filosofía los conocimientos que
pertenecen realmente a vuestro dominio, y antes de acercarnos al Santuario de la
Justicia, contemplad con atención el cuadro complicado que el hombre está
continuamente presentando al hombre mismo". El orador forense es el que pretende
alcanzar la justicia, practicándola con equidad y perseverancia para alcanzarla.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

HERNANDEZ, C. R. (NOVIEMBRE de 2019). UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL


ESTADO DE HIDALGO. Obtenido de EL INTERROGATORIO:
https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/huejutla/n9/e3.html

RODRIGO, C. A. (19 de NOVIEMBRE de 2011). ETICA Y DEONTOLOGIA FORENSE.


Obtenido de http://eticaydeontologiaforensedued.blogspot.com/2011/11/moral-y-
etica.html

También podría gustarte