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El documento resume el impacto económico de la pandemia de COVID-19 en Guatemala. Se espera que la economía guatemalteca se contraiga debido a la caída de las remesas, el turismo y las pequeñas empresas. Los expertos prevén un aumento del desempleo y la pobreza. También se destaca la necesidad de fortalecer la economía interna y la solidaridad entre los guatemaltecos para superar los efectos de la crisis.
Descripción original:
Problemas economicos a causa del covid-19 en Guatemala
El documento resume el impacto económico de la pandemia de COVID-19 en Guatemala. Se espera que la economía guatemalteca se contraiga debido a la caída de las remesas, el turismo y las pequeñas empresas. Los expertos prevén un aumento del desempleo y la pobreza. También se destaca la necesidad de fortalecer la economía interna y la solidaridad entre los guatemaltecos para superar los efectos de la crisis.
El documento resume el impacto económico de la pandemia de COVID-19 en Guatemala. Se espera que la economía guatemalteca se contraiga debido a la caída de las remesas, el turismo y las pequeñas empresas. Los expertos prevén un aumento del desempleo y la pobreza. También se destaca la necesidad de fortalecer la economía interna y la solidaridad entre los guatemaltecos para superar los efectos de la crisis.
La crisis actual que enfrenta no solo Guatemala, sino el mundo entero ante este
peligroso virus, ha cobrado la vida de muchas personas. Los efectos económicos
se empiezan a percibir y se prevé una situación no muy alentadora para los futuros días. Por eso, en las siguientes líneas, se pretende visualizar cuál es el panorama económico que se espera. Además, se proponen algunas soluciones que permitan paliar la crisis económica que empieza a afectar a todos. No es una guerrilla, no es una invasión de un imperio, tampoco es la amenaza de una guerra nuclear. Es apenas, un ser microscópico que ha causado muchas muertes a nivel mundial. Las guerras dejan terribles consecuencias económicas. Sin embargo, este diminuto enemigo, ya ha comenzado a hacer estragos en la economía mundial. Las bolsas de valores han caído; pequeñas y medianas empresas, en la mayoría de países, han cerrado y la situación de Guatemala es similar. Grandes potencias mundiales han sufrido los embates de la pandemia con pérdidas de muchas vidas y daños económicos; tal es el caso de Estados Unidos, que ha tenido que doblegarse ante la crisis que el coronavirus está provocando. Entonces surge la pregunta: ¿Qué sucederá con la mayoría de países latinoamericanos en vías de desarrollo que, en un sentido, dependen de esa gran nación? En el caso de Guatemala, las remesas provenientes de ese país disminuirán considerablemente, pues muchas personas se están quedando sin empleo, debido a la crisis causada por el virus. Eso repercutirá seriamente en los hogares que recibían dichos ingresos. Muchos opinan que esta pandemia traerá una recesión mayor a la del 2008, la cual se manifestó un año después. Expresan que, así como ese impacto económico, se verá el impacto de la pandemia, con mayores consecuencias para el 2021. Por eso, algunos analistas sugieren fortalecer el mercado interno y la integración regional, para fortalecer los vínculos entre los países de la región. La situación de Guatemala se agudiza aún más porque de por sí, la economía ha sido un grave problema de antaño. La mayoría de guatemaltecos apenas logra cubrir las necesidades básicas. Según las estadísticas, la pobreza alcanza aproximadamente un 60% y la extrema pobreza un 24%. Es decir, más de la mitad de la población guatemalteca es pobre y una cuarta parte se encuentra en pobreza extrema. Se calcula que estos porcentajes aumentarán debido a la crisis provocada por la pandemia. Con miras de proteger a la población guatemalteca ante esta enfermedad, el gobierno ha implementado varias medidas que han contenido el contagio. Sin embargo, está afectando seriamente la economía. Está golpeando al turismo, al comercio informal, a la mediana y pequeña empresa. No obstante, algunos siguen produciendo y trabajando; tal es el caso de los grandes restaurantes, algunas empresas con franquicias extranjeras y otros comercios; quizá no con las mismas ganancias. Entonces, se calcula que el porcentaje de desempleo aumentará. Ante esta problemática, ¿qué soluciones podría haber? No es tiempo de acaparar o encarecer los productos para beneficio propio, porque esa actitud lo único que hará es hundir al país, lo cual a la larga afectará también a quienes cometen esos actos deleznables. Valdría la pena recordar las sabias palabras del Gran Maestro: “¡Tengan cuidado! Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes”; y reflexionar en aquella frase dicha al acaparador, hace más de dos mil años: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado? Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo” (Lucas 12:15, 20-21 Nueva Versión Internacional). La prioridad en este momento es la salud de los guatemaltecos y se está tratando de apoyar a las familias más vulnerables. El gobierno está creando soluciones para proveer de alimento y de una contribución económica a las familias más necesitadas. Lo importante es que esa ayuda llegue finalmente a los que en verdad la necesitan y no interfieran aquellos, que con miras de ser los “más astutos”, saquen provecho de esta situación. No es tiempo de ser egoístas, ha llegado el tiempo de ser solidarios. Algunas empresas han brindado ayuda al gobierno. Sin embargo, para aminorar los futuros estragos económicos, se deberían crear programas conjuntos de capacitación por parte de gobierno e iniciativa privada para ayudar, en un futuro cercano, a las medianas y pequeñas empresas con miras de ser autosostenibles. No es tiempo de competir, es tiempo de compartir. El gobierno está apoyando, pero no es un compromiso solo de él; es un compromiso de todos los guatemaltecos. Tal vez, después de esta tormenta, pueda comenzar un destello de luz que permita a la economía guatemalteca no solo reponerse, sino ser mucho mejor que la anterior. Quizá para muchos parece una utopía o una propuesta meramente idealista; pero si en verdad, cada uno es solidario, se llegará a tener esa gran nación que todos anhelamos. Nadie pensó que el mundo podía detenerse de golpe, y esto ha dejado a su paso una serie de complicaciones en la economía internacional, peor aún en países como el nuestro, donde ha salido a luz un Estado frágil y casi inexistente. Para Guatemala, mejorar la economía es todo un reto, el 70 % de su población depende del comercio. El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que la economía mundial entró en una etapa de recesión tan aguda o peor que la de 2009. La COVID-19 sigue devastando vidas y medios de subsistencia, golpeando con más fuerza a los vulnerables. El coronavirus no ha hecho diferencia de clases sociales, edades, razas, creencias religiosas e ideológicas; todos los seres humanos han sido presa de los contagios. La pandemia llegó como un huracán y arrasó con todo a su paso dando duros golpes a la salud de miles de personas en el mundo, incluso, provocándoles la muerte. Nadie pudo imaginar que todo el mundo se detendría a causa de la pandemia. Hay millones de personas en confinamiento, comercios cerrados, desempleo, hambre y una economía enferma. Además, a su paso, la pandemia evidencia un sistema de salud raquítico y un Estado que no ha sido capaz de resolver temas vitales. La llegada sorpresiva de la pandemia ha dejado al descubierto que los Estados permanecían más interesados en producir capital que en generar condiciones económicas y sociales que garantizaran el derecho a la vida con la atención a las necesidades más básicas de la población. El Fondo Monetario Internacional expuso que, como resultado de la pandemia, proyecta que la economía mundial tenga una contracción de 4.9 % en 2020, cifra que es peor a la registrada en 2008-2009 durante la crisis financiera. No obstante, la entidad internacional señaló que la actividad económica en el mundo crecería 5.4 % en 2021, si la pandemia se disipa en el segundo semestre de este año y las medidas de contención pueden ser replegadas gradualmente. El Periódico de la USAC conversó con varios expertos en materia económica y social, con el fin de presentar el panorama en el que actualmente nos encontramos y hacia dónde vamos. Para el analista Edgar Gutiérrez, director de la Fundación Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), la economía se contraerá este año. “La última estimación del Banco Mundial es una caída del 3 %, que contrasta con el Banco de Guatemala, quien indica que la contracción será del 0.5 %. Es más ajustada a la realidad la estimación que hace el Banco Mundial”. Asegura que hay muchas cosas más en qué preocuparse, como la baja de la demanda interna, porque el desempleo va a crecer. La estimación es que unas 300 mil personas del sector formal perderán las plazas de trabajo e incrementará la economía informal, que actualmente es el 70 % de la fuerza laboral. Para fin de año, esa proporción podría subir al 80 %. Para el analista socioeconómico Edgar Balsells, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (IPNUSAC), estamos en una situación preocupante de crecimiento económico. “Por ejemplo, en México, el indicador que mide la tasa de crecimiento es el PIB; tendrá una caída de -7 u 8 %; normalmente, el crecimiento en el mundo era de un 3 o 4 %. China aumentará en una tasa más alta: 6 %, pero ahora crecerá en un 1 %”. Lo anterior quiere decir que el consumo se está contrayendo, hay empresas muy afectadas. El tema más preocupante con esos indicadores son las tasas de desempleo, las cuales son altas. En Estados Unidos la tasa de desempleo era del 2 o 3 % al año. Ahora la baja es del 10 o 14 %, citó. Lo que ocasiona la cuarentena es frenar la economía mundial, pero esto también provoca una serie de políticas muy activas. Balsells asegura que las recomendaciones de centros vinculados con universidades privadas, que son las que han dominado, dicen que es el mercado quien nivela el crecimiento y que el Estado debe reducirse al mínimo, así como su presupuesto. Estas posturas se han destruido con lo que ocurre actualmente. Continúa diciendo: “Vuelven a salir políticas para ampliar el gasto público; por ejemplo, en Estados Unidos, el indicador de Wall Street se mantiene en la inversión y es precisamente porque hay un seguro de desempleo muy alto. Además, la Unión Europea acaba de sacar un programa de ayuda a los países europeos y al mundo”. Ahora se está produciendo una serie de propuestas que nosotros en la Universidad de San Carlos de Guatemala hemos planteado, en las que el Estado tenga participación activa en la economía. Eso es lo que está sucediendo en el mundo, están cayendo derrotadas muchas teorías económicas neoliberales. En el mundo, los líderes locales y los alcaldes han estado trabajando en el tema sanitario, agua potable, bienes públicos, seguridad social, salud universal, universidades públicas y no privatización de servicios. Esas son teorías que hemos manejado en la USAC y vuelven a tener importancia. Con la caída del sector privado, lo público está emergiendo en todos sus aspectos, menciona el economista. Asegura que están emergiendo esquemas de política económica que se pueden ver en CEPAL, SICA, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tratan de apuntalar la economía con transporte y sanidad pública, así como el bono familiar a la economía informal. “Desde los años 70 en las facultades de ciencias sociales y economía de la USAC, hemos propuesto un paquete de políticas, las cuales evidencian que, ante una fatalidad, pueden edificarse modelos menos individualistas. Hay críticas a los más ricos para que paguen impuestos, que se priorice el gasto público para los vulnerables, mujeres solas con hijos pequeños, las minorías y áreas marginales. Todo esto está resurgiendo en las políticas públicas”. Los especialistas en la materia afirman que el esfuerzo principal es mantener la demanda a través de programas de asistencia, porque si no hay demanda, entonces caemos en una situación mucho más complicada. Sin demanda, se cae la oferta y el descenso de precios puede también desestimular la producción. “Creo, dice Gutiérrez, que es necesario mantener la demanda a través de programas de asistencia técnica y apostarle como nunca a la producción agrícola”. Guatemala tiene mucha fortaleza, puede integrar perfectamente su mercado en Mesoamérica y reactivarse en la producción de verduras, frutas, legumbres y otras actividades de la economía. Los sectores económicos que tenían problemas van a tener que reinventarse, el mercado del azúcar viene hacia la baja desde hace algún tiempo, y es una caída estructural, no coyuntural, asegura. Hay que recordar que el Congreso aprobó una gran cantidad de decretos, infló el presupuesto en más de 20 mil millones de quetzales, dedicados al bono familiar, tal vez el programa más grande. Hay 10 programas que están siendo financiados con eso, más 7 préstamos externos. El problema es que la administración pública es muy fallida, y esto no lo demuestra la pandemia, lo dice la historia del país. “La falta de aplicación de los programas se debe a la burocracia e incapacidad, se han cambiado constantemente las autoridades; esto tiene que ver mucho con la transparencia de las adquisiciones del Estado, la ineptitud y los procesos engorrosos”, comenta Balsells. Dentro de estos programas surge el apoyo a la economía informal; a las empresas, para capitalizarse con créditos; y una serie de acciones coordinadas con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA). El ministro del MAGA llegó a un acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos para distribuir 200 millones, aproximadamente, a las áreas vulnerables. Se supone que las áreas más deprimidas son Alta Verapaz, el corredor seco, el Altiplano, San Marcos, Huehuetenango y gran parte de la ciudad capital, explica. Recesión La economía informal, que actualmente es el 70 % de la fuerza laboral, para fin de año, podría subir al 80 %. En este contexto, los entrevistados opinan que se está viviendo una recesión mundial. Para salir de ella, es fundamental el gasto público, así como tener resultados en las comunidades más necesitadas; de lo contrario, no se podrá tener una recuperación adecuada, se acentuará la pobreza y se agudizará una serie de problemas que ya existen. Para Gutiérrez, en cuanto a las remesas, la caída, por fortuna, no será drástica. Se estimaba que sería de un 20 %, pero puede que no sea tan fuerte. Asegura que donde se tendrá más impacto es en el turismo. La teoría keynesiana, desarrollada por John Maynard Keynes, se basa en la idea de que la intervención del gobierno puede estabilizar la economía aumentando los niveles de empleo y producción, principalmente, mediante el incremento del gasto público en períodos de desempleo. Para Balsells, esta teoría es el remedio. “Las crisis vienen de una baja del PIB; si la economía avanza en un 4 o 5 %, la economía está creciendo, pero cuando se habla de un PIB negativo, es que estaba creciendo y hubo una caída. Entonces, cuando en un período prolongado, el PIB no levanta cabeza, se le llama recesión y la medicina para eso es el gasto público, no hay otra opción desde 1936, a partir de la teoría keynesiana”. Reactivación
Análisis indican que la reactivación depende de las disposiciones de médicos y
expertos de la salud, ya que la pandemia podría tener una segunda ola o una duración prolongada. Con la estructura económica, dada la globalización y el nuevo orden económico internacional para el caso de Guatemala, las economías tendieron a liberalizarse. Se necesita dar un salto cualitativo en el proceso de industrialización, aseguran los especialistas. Se logra evidenciar que antes de la pandemia, los sectores de comercio, telecomunicaciones y construcción fueron los que más crecieron. El impacto que esto genera es una cadena que afecta a todos los sectores; entonces, la reactivación económica implica generar las condiciones para que exista más inversión, esto producirá mayores fuentes de trabajo e ingresos, con lo cual se obtienen salarios y se satisfacen las necesidades básicas. La politicóloga Geidy de Mata, directora del Instituto de Problemas Nacionales de la USAC, explica: “Si no hay reactivación económica, certeza jurídica, inversión y dinamización de la economía, se produce desempleo, como actualmente se está viendo. Cuando se habla de reactivación es generar inversión económica en los tres sectores; comercio, telecomunicaciones y construcción, con el propósito de obtener inversión y que existan fuentes de trabajo para reducir el desempleo, con el fin de evitar la pobreza”. La crisis del coronavirus lo que refleja son los vínculos que existen con las causas estructurales, dice De Mata; problemas no resueltos que tienen que ver con temas sociales, económicos, la falta de fortalecimiento de políticas públicas y rendición de cuentas. Asegura que tanto la corrupción como la impunidad han dañado al Estado. “Hoy los guatemaltecos necesitamos tener la posibilidad de priorizar las políticas públicas, pero es fundamental garantizar con transparencia una efectiva administración de la cuestión pública, para generar esos satisfactores y evitar niveles de ingobernabilidad o de conflictividad social”. Para Balsells, hay una serie de propuestas ya no de emergencia, sino de reactivación de la economía, que consisten en cómo apoyar empresas con créditos. También la Junta Monetaria y el Banco de Guatemala han trabajado para bajar la tasa de interés; son una serie de acciones vinculadas a la política económica. Avances Mundialmente se trabaja en el tema sanitario, agua potable, bienes públicos, seguridad social, salud universal, universidades públicas y no privatización de servicios. Esas teorías se han manejado en la USAC y vuelven a tener importancia. En parte, dependemos del gobierno para una reactivación económica, porque las políticas son del Estado, pero el gobierno es la máquina que ejecuta. El Ejecutivo debe ser eficiente en la canalización del gasto y hacer que el aparato estatal camine. El último informe del Banco de Guatemala tiende a ser optimista, dice que la economía no está tan afectada con las remesas; entonces, habrá una recuperación el próximo año. Si bien el producto interno bruto puede ser que no crezca nada o crezca de forma negativa, el banco indica que el próximo año la normalidad de las inversiones del consumo podrían tener niveles que se acerquen al 3 % de crecimiento, explican analistas políticos del IPNUSAC. Otros análisis indican que la reactivación depende de las disposiciones de médicos y expertos de la salud, porque pareciera que las consecuencias de la pandemia podrían tener una segunda ola o una duración prolongada. La amenaza del coronavirus podría durar dos años y la economía se dispara con base en señales, si se tiene una vacuna y la claridad de que la gente puede comenzar a tomar conciencia, empieza la reactivación, pero la realidad que proporciona el área de salud es muy preocupante. Explica Edgar Balsells que los países que mejor política exterior tienen son los que han estado en relación con China Continental. Costa Rica ha tenido apoyo de ese país, quien le ha brindado tecnología para salud. Por lo que mitigar los efectos de la pandemia también tiene que ver con cómo se conecta Guatemala con nuevos países. En la medida en que se tenga un Estado más certero, se tiene más confianza a nivel internacional. “Si el país sigue en zozobra —como en el período de Jimmy Morales, no muy bien visto en el concierto internacional de naciones—, de alguna manera, el país seguirá enfermo. Es a través del Estado que las economías se están reactivando y se están recomponiendo los países”. Agrega que los remedios económicos son distintos para una recesión y una reactivación, por lo que se deben atender las propuestas que la Academia ha dado para el tratamiento de la industria y el apoyo al área rural. “El país ha dejado de usar instrumentos keynesianos que son fundamentales para contrarrestar los efectos de la pandemia”. Oportunidades en medio de la crisis
La economía puede estabilizarse si se aumentan las fuentes de empleo y
producción. Para De Mata y Balsells, en esta crisis, se hacen más evidentes situaciones del país que deben mejorarse. Hoy se está pagando el costo de lo que no se hizo antes, es por eso que la Academia insiste en que debe invertirse en prioridades como la salud y la educación. Si se moderniza el Estado, se escuchan propuestas de expertos, se logra la transparencia, se dirige el gasto hacia los sectores vulnerables y comienza a funcionar el seguro de desempleo, el país funcionará mejor, aseguran los analistas. Concluye: “Soy optimista en el sentido de que la crisis trae nuevos aparatos y cambios de políticas, las soluciones son pactos sociales, reducir la conflictividad y la desigualdad, crear políticas más certeras”.