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El costo histórico de las epidemias en las familias

Desde hace miles de años hemos tenido que lidiar con epidemias y pandemias con las que
nos estamos acostumbrando a vivir, en tiempos pasados estas epidemias lograban afectar
a las comunidades económicamente, socialmente y en su salud.
Un caso que ilustra bien este punto es el de la epidemia del cólera en Guatemala en el
siglo XIX. El cólera es una enfermedad causada por la bacteria Vibrio cholerae, un
microorganismo que causa una serie de síntomas particularmente desagradables en la
persona que los padece. Estos síntomas, por lo general, incluyen fuertes dolores de
estómago, diarrea y vómitos, que pueden llevar a una deshidratación severa e incluso a la
muerte. La principal forma de contraer la enfermedad es tomar agua contaminada,
logrando afectar a las familias Guatemaltecas de ese entonces.

El impacto del COVID-19 en la economía familiar


Unos de los principales aspectos afectados debido a la pandemia es la económica, afectando las
finanzas de los guatemaltecos y percutiendo en las familias.

Durante el pico mas alto de contagios la mayoría de empresas tuvieron problemas económicos
afectando en los salarios de sus empleados llegando al punto en el que era necesario los cortes de
personal. Lamentablemente un alto porcentaje de familias no podían cubrir las necesidades
básicas como lo era la alimentación, servicios del hogar y arriendos, esto obligaba a velar por
nuevas fuentes de ingreso como lo eran los emprendimientos.

Para aliviar el impacto de la pandemia en la población guatemalteca, el Gobierno de Guatemala


planteó una serie de medidas divididas en cinco grandes grupos diferenciados de programas -
asignando para ello un total de Q14,700 millones (Q11,000 millones por medio de la colocación de
bonos del Tesoro y el resto por medio de readecuaciones presupuestarias).

Se denomina Fondo Bono Familia que era constituido por un monto máximo de Q6,000 millones,
otorgando aportes de hasta Q1,000 mensuales por familia durante tres meses, beneficiando a 2
millones de hogares en todo el país. Será ejecutado por el Ministerio de Desarrollo Social a través
del sistema bancario nacional.
Efecto de la pandemia en el envío de remesas a Guatemala

Debido a que podemos encontrar miles de guatemaltecos en el extranjero aportando al sustento a


sus familias residentes en el país se generaba cierta estabilidad en la economía de estas familias.

En el 2020, Guatemala recibió 11,340 mil millones de dólares por concepto de remesas familiares
del exterior, que representa un 14.6% del Producto Interno Bruto, un número similar al de las
exportaciones registradas en el mismo periodo.

Las remesas contribuyen con la cobertura de las necesidades básicas como la alimentación, el
abrigo, transporte, comunicación y vivienda, incluso en muchas ocasiones son esenciales para
adquirir la canasta básica vital. Los envíos de remesas también son utilizados en aspectos como el
pago de colegiaturas y la educación de niños, niñas y adolescentes, inyectan capital a nuevos
emprendimientos, ayudan a salvar las cosechas y son invertidas en la recuperación luego de
alguna crisis medioambiental o catástrofe, tal y como ocurrió con la erupción del volcán de Fuego,
en junio de 2018.
Efecto de la pandemia en el empleo de la fuerza laboral en las familias
de Guatemala

A mediados del 2020 muchos guatemaltecos sufrieron las consecuencias del covi-19 debido a que
a falta de trabajo en las empresas, estas no eran capaces de mantener una economía estable
como para cubrir el salario de los miles de sus colaboradores de cada una de ellas, una gran
cantidad de empresas dejaron de funcionar debido a las restricciones de salud en su momento,
tales como lo fueron la cuarentena y el distanciamiento social.

Cabe resaltar que las personas jóvenes deben afrontar un elevado índice de desempleo y
subempleo, y son más vulnerables frente a una disminución de la demanda de mano de obra,
como se constató a raíz de la última crisis financiera mundial. Los trabajadores de más edad son
asimismo más vulnerables en el plano económico.

Las mujeres también son un grupo particularmente importante, a raíz de la amplia labor que
desarrollan en los sectores más afectados (en particular el de los servicios), o por realizar un
trabajo de primera línea para hacer frente a la pandemia (por ejemplo, las enfermeras). En
Guatemala, el 70,4% de las mujeres que trabajan lo hacen en el sector terciario, frente al 36,3% de
los hombres. Las mujeres tienen menor acceso a servicios de protección social (únicamente el
19.2% cuenta con afiliación al IGSS), soportan una carga laboral desproporcionada en la economía
asistencial o de cuido en particular en el caso de cierre de escuelas o de centros de atención.

Guatemala es el país con el menor índice de desempleo en América Latina (2.5% en el año 2019),
sin embargo, con la pandemia del COVID-19 es de esperar un aumento significativo en la cantidad
de personas desempleadas. La incidencia heterogénea del desempleo entre distintos grupos
poblacionales es una característica importante a tener en cuenta, pues el impacto en este
indicador, como lo demostró la crisis económica mundial del 2008-09, tenderá a ser diferenciado y
se ensañará con aquellas personas en condición más vulnerable. La tasa de desempleo de las
mujeres (3.5%) es ligeramente superior a la de hombres (2.0%). Los jóvenes (15 a 24 años) .

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