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El Renacimiento y la nueva racionalidad

1. Un precursor: Henricus Glareanus.


El clima cultural instaurado en el Renacimiento llegará a la música con retraso, y
presentando rasgos diferentes a las demás artes. La historia de la música siempre se
había desarrollado de forma hermética, sin embargo, a partir del Cinquecento,
aparecen los primeros teóricos humanistas. El suizo Henricus Glareanus es uno de
los precursores en el estudio de la música y el músico abarcando todos los
problemas de las artes y ciencias. Destaca su tratado Dodekachordon se hace
famoso ya que trata de conciliar la teoría medieval y la renacentista. Reemplaza la
teoría del hexacordo de Guido de Arezzo por un sistema basado en la octava.
Además, aún viviendo en una época polifónica, trata la importancia y hasta
superioridad de la música monódica. Para mostrar su validez incluyó sus
composiciones a una voz sobre poesías de autores antiguos. Sobre esta validez se
teoriza en un libro del tratado, y Glareanus defiende los que inventan melodías
(Phonasci) frente a los que componen con varias voces (Symphonetae). Estos son
los más próximos al Cristianismo primitivo, basándose en melodías al estilo de los
griegos, hebreos y latinos ; no en el canto mensural.

2.Gioseffo Zarlino y el nuevo concepto de armonía.


Todos los trataos del Renacimiento confluyen en la obra de Gioseffo Zarlino.
Desde hacía tiempo se trataba de disminuir la distancia entre teoría y praxis (Boecio
y EM) así como una realidad más coherente para la música. Esto desemboca en el
pensamiento renacentista, que racionaliza la experiencia musical y pretenden
justficarla con el uso real que se hace de los intervalos musicales de su tiempo.
Gioseffo intenta en sus tres tratados (Instituciones armónicas; Demostraciones
armónicas y Suplementos musicales) llevar a cabo la racionalización sistemática
dentro del campo musical, la cual alcanzaría su meta dos siglos después con
Rameau. Zarlino no pretende revolucionar la teoría musical, sino brindar
fundamentos más sólidos. En Instituciones armónicas no renuncia a la música
mundana pero lo interpreta de manera peculiar; añadiendo la relación entre los
elementos y la variedad en los tiempos.

Trata un retorno al pitagorismo primigenio, dado que las relaciones fundamentales


que se establecen como fundamento de la armonía sería la música celestial. Zarlino
apoya que las consistencias de los intervalos es una relación que apela a la
naturaleza de las cosas y que es racional. Éste no pretendía alejarse del contrapunto,
la irracionalidad inherente a la música, y fue quien comprendió mejor el nuevo arte
dado que estudió los fundamentos base del arte de contrapunto. Zarlino asume que
los instrumentos requieren ajustes prácticos para poder ejecutar la música pero, por
ello, defiende que la música vocal que no requiere de estos ajustes, si puede basarse
en un sistema racional perfecto, natural e inalterable. Para él, el criterio de la verdad
lo apunta la naturaleza y, por ende, la racionalidad. La nueva teoría se iba
afirmando, basada en dos modos: el mayor y el menor, en lugar de la plurimoralidad
gregoriana.

Con este nuevo sistema, también aumenta el uso de los intervalos de tercera y
quinta como constitutivos del acorde perfecto; los sonidos armónicos ofrecen a
Zarlino la oportunidad de demostrara la naturalidad del acorde perfecto mayor. Los
seis primeros armónicos equivalen al mismo. Además, obtiene este acorde por vía
matemática. El principal objetivo de Zarlino fue devolver la sencillez a este campo,
pero fue difícil debido a la falta de apoyo recibido. Por ello, se tuvo que expresar en
el lenguaje antiguo, creando dificultades e inconcluencias terminológicas. La
confusión en el Renacimiento aumentó debido a que algunos teóricos apelaban al
lenguaje en el sentido moderno y otros como Zarlino, en el clásico griego. Éste basa
todas sus investigaciones en encontrar el orden natural que sigue la música a través
de la línea pitagórica: el Número, siendo la música mundana la total matematización
del mundo musical sobre la racionalidad de la naturaleza.

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