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Estrategias para
una crianza positiva.
La educación de las hijas y los hijos no siempre es una tarea sencilla. Muchas
mamás y papás emplean estrategias de crianza basada en sus propias experiencias
de vida, es decir, repiten el modelo de crianza que sus madres y padres
implementaron. En otros casos, algunas madres y padres hacen modificaciones al
estilo de crianza con el cual los educaron, considerando que las estrategias que
emplearon con ellas o ellos no fueron del todo gratas.
Pero antes de avanzar en el tema, es importante saber que son los estilos de
crianza. Los estilos de crianza son todos aquellos actos que realiza cada mamá y
papá al instruir, educar y dirigir a una hija o hijo de manera cotidiana (Pedroza,
Mendoza y Martínez, 2013, p. 3). Las madres y los padres son quienes trasmiten
con estos actos conocimientos, valores, actitudes, roles y hábitos que dirigen el
comportamiento de sus hij@s.
Como se
describe antes, cada estilo de crianza es diferente. En una familia es probable que
cada mamá y papá tenga su propio estilo de crianza, lo que favorece que l@s niñ@s
de esa familia presenten ambivalencias es su comportamiento.
Pero regresando al tema “educar sin violencia”, desde hace muchos años se tiene la
creencia de que un golpe a tiempo puede llegar a prevenir problemas de conducta
en nuestros hij@s. Mamás y papás aún emplean el castigo físico como método
correctivo en sus hij@s, sin llegar a considerar que es un acto de violencia.
Esto nos lleva a preguntarnos por qué a los adultos en general o a las mujeres no se
les puede pegar, a los animales no se les debe pegar. Resulta irónico lo siguiente:
Pegarle a los animales es crueldad.
Pegarle a un adulto es agresión.
Pegarle a una mujer es una agresión agravada.
Pegarle a un detenido es tortura.
Pegarle en el hogar a los niños es “educación” (Ferrari, 2014, p. 14).
Y bajo la frase anterior se justifican muchos actos de violencia a las niñas y los
niños poniendo de explicación que se les pega para que entiendan, pero, a nosotros
como adultos nos pegan para entender algo. Por ejemplo, cuando no terminamos a
tiempo un trabajo, nuestro jefe nos abofetea, o bien en casa, cuando no hicimos
alguna labor, ya sea por cansancio o falta de tiempo, nuestra pareja nos reprende
físicamente. Si no es así, porqué con los niños hacemos lo contrario. Si los golpes
educaran, los niños más golpeados serían los más educados; sin embargo los niños
reprendidos físicamente son quienes presentan mayor número de conductas de
agresión.
La psicóloga María de los Ángeles Álvarez (2002) plantea que, dependiendo de las
creencias y supuestos que mantienen madres, padres o profesores con respecto al
rol de educadores sobre hij@s o estudiantes, será el estilo de comunicación y de
relación que se establezca con ellas y ellos, Algunas creencias favorecerían la
comunicación y otras la dificultarían. Estas creencias han sido aprendidas
tempranamente y durante el transcurso de la vida y se manifiestan en forma
espontánea en lo que se dice a los demás y a nosotros mismos. A continuación se
explican algunas consecuencias del uso de un estilo de crianza que emplee la
violencia.
Enseñamos a ser violentos.- Enseñamos a usar la violencia cuando no
estamos de acuerdo con algo, o bien cuando algo nos molesta, por lo tanto es muy
probable que nuestras hijas e hijos lleguen a manifestar este mismo
comportamiento en otros escenarios, por ejemplo la escuela, puedes ser que al
molestarse por algo agreda a alguno de sus compañeros.
Dificulta la habilidad para resolver problemas.- Usar un castigo
físico enseña a las niñas y niños que los problemas se resuelven con golpes y no
dialogando o buscando otras alternativas, por lo que cada que tengan un problema
lo resolverán empleando golpes.
Daña su autoestima.- Genera sensación de minusvalía y promueve
expectativas negativas respecto a sí mismo.
Les enseña a ser víctimas.- Equivocadamente, muchos creen que la
agresión hace más fuertes a las personas que la sufren y ‘les prepara mejor para la
vida’, pero sabemos que no sólo no les hace más fuertes, sino más proclives a
convertirse repetidamente en víctimas.
Les hace sentir rabia, rencor, y ganas de alejarse de casa.
Pueden presentar dificultades para integrarse socialmente, es decir,
para hacer amigos y jugar con las demás niñas y niños.
No se aprende a cooperar con las figuras de autoridad, se aprende a
someterse a las normas o a transgredirlas.
Pueden sufrir daños físicos accidentales.- Cuando alguien pega
puede provocar más daño del que esperaba.
Crianza positiva
Ser mamá y papá es una tarea de todos los días y nuestras hijas e hijos no vienen
con un manual incluido que nos diga que hacer ante cada situación, pero siempre
es un buen momento para aprender nuevas estrategias que favorezcan una mejor
interacción con ellas y ellos.
Si estás interesado en conocer estrategias para llevar a cabo una crianza positiva
con tus hij@s, en SEPIMEX contamos con especialistas que pueden
apoyarte. Contáctanos vía correo a contacto@sepimex.com.mx o vía telefónica
al (55) 56.89.14.19.
Elaborado por:
Terapeuta cognitivo-conductual.
araceli@sepimex.com.mx
Referencias:
Pedroza, F., Mendoza, B. y Martínez, K. (2013). ¡Auxilio! ¡Mi hijo no trae
manual! Prácticas de crianza positiva, prevención de adicciones y bullying. Ed. Pax.
México.
Ferrari, J. (2014). Educar sin violencia. La ley prohíbe maltratar a los hijos.
¿Cómo educarlos sin gritar, ni pegar? Integración académica en psicología. 2 (5).
12-20.
Vega, M. (2006) Estilos de crianza y sus efectos. Taller para padres, Instituto
Alemán de Valdivia. [en línea] < http://www.educarchile.cl > [consulta: 26 abril
2017]
Álvarez, M. (2002). Nadie nos Enseña a Ser Padres, Manual de apoyo para
padres y educadores. 2º Ed. Chile. Ediciones Universidad Católica de Chile. 170p.
Libros de consulta
Pedroza, F., Mendoza, B. y Martínez, K. (2013). ¡Auxilio! ¡Mi hijo no trae
manual! Prácticas de crianza positiva, prevención de adicciones y bullying. Ed. Pax.
México.
Runkel, H. (2011). Paternidad libre de gritos. Trillas. México.
Barocio, R. (2004). Disciplina con amor. Cómo poner límites sin ahogarse
en la culpa. Pax. México
Barocio, R. (2014). Disciplina con amor para adolescentes. Guía para
llevarte bien con tu adolescente. Pax. México
Faber, A. y Mazlish, E. (2015). Cómo hablar para que los niños escuchen y
cómo escuchar para que los niños hablen. Diana. México.
Stowe, V. y Thompson, A. (2010). Educar niños felices y obedientes con
disciplina positiva. Estrategias para una paternidad responsable. Oniro. Madrid.