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FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DE POPAYÁN SEDE NORTE

SEGUNDO PARCIAL DE LECTOESCRITURA

PRESENTADO POR
KAREN DANIELA BENAVIDES CIFUENTES

ENTREGADO A
LIGIA MARCELA ZAPE OROZCO

FECHA DE ENTREGA 12/10/2021


SANTANDER DE QUILICHAO CAUCA
CRIANZA A TRAVÉS DEL TIEMPO

La teoría de Baumrind y los estilos de crianza.


Diana Baumrind estudió psicología social, clínica y del desarrollo a fines de la década de
1940 y principios de los 50. Ella eligió la investigación después de graduarse con un
doctorado porque sentía que le daría flexibilidad para cuidar a sus hijas. Durante la década
de 1970, realizó amplios estudios sobre las interacciones entre padres e hijos en el hogar.
Baumrind desarrolló la teoría de que había cuatro tipos principales de estilos de crianza y
que las diferencias en los estilos de crianza explicaban la forma en que los niños
funcionaban social, emocional y cognitivamente.
https://www.bekiapadres.com/articulos/teoria-baumrind/
En este ensayo hablaré sobre la crianza a través del tiempo y posteriormente
indagaré a mi madre sobre el estilo de crianza que utilizaban en su época.
Mi madre cuenta, que en su juventud mi abuelo era un padre muy estricto, ella
debía obedecer a sus ordenes y regaños, de lo contrario seria castigada con un
objeto llamado rejo, narra su historia con sonrisas y melancolía, ya que recordar
aquellos sucesos hace que su mente la transporte en aquella época. En su
escuela los docentes eran un poco grotescos, los alumnos les tenían un poco de
miedo, porque sus castigos no eran los más apropiados para un niño o una niña;
el castigo consistía en pegarles con una regla en sus dedos con su mano cerrada,
mi madre dice que esto le ocasionaba mucho dolor, y que de inmediato cuando
esto sucedía ella derramaba lágrimas, fue muy traumático para ella este tipo de
castigos, la manera en que se le criaba no era la mejor. Las pautas de crianza
eran sujetas a un régimen bastante duro, con traumas físicos y psicológicos. Narra
que la crianza en sus tiempos fue algo anticuada. Manifiesta que de una u otra
manera dichos acontecimientos le sirvieron de una u otra manera para no irse por
el camino incorrecto, por haber crecido como una mujer fuerte y valerosa, llena de
sueños y metas. No obstante, el método que usaban en épocas anteriores hoy en
día es llamado como violencia intrafamiliar, maltrato infantil porque deja secuelas
marcadas en los niños y niñas. Pero hoy por hoy, la crianza en la actualidad ya no
es la misma, y muchas personas del país y del mundo rechazan esa manera
arbitraria en la que el niño es castigado con golpes, sujeto a régimen que deberá
cumplir si, o si ahora el menor tiene el privilegio de tomar sus propias decisiones,
de ser un joven autentico, de inclinarse por sus ideales con toda tranquilidad,
claramente se le imponen reglas, pero no por desobedecerlas será condenado a
recibir maltrato por sus tutores. El padre autoritario, es el patrón restrictivo de
crianza en la que los adultos establecen muchas reglas para sus hijos, esperan
una obediencia estricta y se basan en el poder en lugar de hacerlo en la razón
para producir la obediencia. Este tipo de paternidad tiende a producir alejamiento,
niños temerosos que exhiben poca o ninguna independencia y que son en general
irritables, poco asertivos, hostiles, malhumorados, y abiertamente agresivos.
Aunque en algunos hogares se sigue viendo este tipo de situaciones, son más los
padres que prefieren darle una crianza correcta a su hijo, utilizando el dialogo, el
amor sobre todas las cosas, los valores y llevándolos por el camino correcto y
gentil que un día agradecerán; la formación de buenos hábitos, de respeto y
tolerancia son la base fundamental para que progenitores e hijos lleven una
relación adecuada, basada en la sinceridad y autocontrol sin tener esa necesidad
de llegar a la dominación. No es el caso de los padres controladores, ellos quieren
lidian día a día con la frustración de no lograr que sus hijos se comporten como
ellos quieren y obedezcan las reglas como ellos lo ordenan, pues siempre están
supervisando cada situación de su hijo, la desconfianza es el principal factor para
que esto suceda. La teoría de Baumrind, habla de cuatro dimensiones de las
interacciones para padres e hijos: control parental, demandas de madurez,
claridad de comunicación y crianza. El control parental esta relacionado a
cuestiones tales como la aplicación de reglas. La demanda de madurez es la
expectativa de los padres para que los niños rindan en su máximo potencial. Y la
claridad de comunicación de crianza refleja la disposición de los padres para
comunicarse con sus hijos, solicitar sus opiniones y utilizar el razonamiento para
obtener el comportamiento deseado. Sin embargo, cada padre tiene diversos
estilos para criar a su hijo, unos prefieren incentivar el amor, otros eligen las reglas
y el régimen, la autoridad tiende a establecer reglas rígidas, el padre o la madre
exige reglas y resultados, basada en su estrategia de ausencia de amor, lo más
probable es que estos padres utilicen castigos como los que le imponían a mi
madre, con castigos físicos, o insultos verbales para obtener que sus hijos se
comporten como ellos desean. El padre autoritario puede parecer distante de su
hijo, lo que ocasiona que la relación entre ellos se torne un poco desagradable.
Ellos siempre escogerán la posición de mando, de líder, y gracias a todo esto
cuando sus hijos crezcan tendrán un comportamiento rebelde e inestable. Por otro
lado, encontramos la crianza permisiva indulgente que se desborda en el calor de
los padres, y están constantemente brindando apoyo, cariño y amor, forjando un
vínculo de unión, pero olvidan la madurez y la responsabilidad, ya que son
permisivos de muchas cosas y su paternidad no es involucrada. No obstante,
también vemos que algunos padres rechazan continuamente a sus hijos, esta
clase de crianza pertenece a permisiva no involucrada, que corresponde a falta de
límites, en su defecto es probable que los niños con padres no involucrados
tengan bajos estados de ánimo, desmotivación, bajo rendimiento en muchas de
sus áreas, y parcialmente cuando la mayoría de su tiempo la pasan en sus
escuelas o colegios la probabilidad de su comportamiento es estar triste, alejados
y vacíos por dentro. Personalmente, pienso que debido a todos estos estilos de
crianza hoy en día vemos jóvenes útiles y no útiles para la sociedad, me refiero a
seres llenos de amor, respetuosos, enfocados, responsables en todas sus áreas.
Claramente todo viene desde la crianza, de acuerdo a métodos que sus padres
utilizaron para construir comportamientos adecuados para su diario vivir.
No es fácil criar a un hijo, no es fácil sacarlo adelante, brindarle educación,
alimento, vestido y un techo donde vivir, cuando eres padre o madre soltera es un
proceso bastante difícil, la situación se comienza a tornar con obstáculos, es tu
deber no desistir, seguir luchando por ese hijo que la vida puso en tu camino, es tu
responsabilidad cuidarlo, forjar amor, incentivar el respeto para que mañana tu hijo
sea una persona íntegra, llena de valores y sentimientos. Primero que nada, se
debe reflexionar sobre la manera de educar a los hijos, ¿en verdad lo hago por
qué pienso que es lo mejor? o ¿cuánto de la manera que fui educado influye en mi
forma de hacerlo con mis hijos? Podemos partir de esa primicia, saber y entender
que es lo bueno, y que será malo para los hijos, y muchas de las veces los padres
tienen creencias sobre cómo educar, no porque sean de ellos, si no por su historia
y contextos que así se lo han indicado. Los tiempos indiscutiblemente han
cambiado, los niños están expuestos a más situaciones, a más estímulos, a
contextos donde la dinámica social a cambiado y día a día se vive diferente en
todos los ámbitos de la vida cotidiana y por ende la conducta de cada uno de ellos
es distinta. Muchos padres vienen de una generación donde la forma de educar
era autoritaria, y cuando crecieron se convirtieron en adultos que se prometieron
no ser como sus padres, sin embargo, el camino se traza distinto, algunos
cumplieron con lo que dijeron, otros no tanto, escogieron el mismo régimen por el
que fueron educados. Hablar de una crianza democrática puede asustar a
algunos, pues se piensa que es no poner límites, o que los niños hagan lo que
quieran, más bien es no poner reglas autoritarias, no maltratar, es todo lo
contrario, es amar y ser firmes a la vez, es poder tener congruencia como padre
con lo que se dice y con lo que se hace, los niños están aprendiendo a regular lo
que sienten, y a la vez tienen dificultad para poder controlar sus emociones y
conductas, la tarea de los padres es servir como guía de autorregulación en lo que
el menor instaura en él estas capacidades. Si bien, se ha demostrado que el estilo
de crianza basado únicamente en castigos y premios, no logra hacer que los niños
hagan las conductas por un beneficio, como aprender el valor del respeto, la
empatía etc. Sino por el beneficio que viene después, además que este tipo de
reforzadores pierde eficacia con el tiempo. Esto no significa que no puedan dar
regalos, o algún beneficio a sus hijos. Mas bien, no usarlos como único recurso,
pues existen otras alternativas que los ayudarán a que las conductas deseadas se
logren y que él pueda ser un individuo capaz de hacer las cosas porque entiende
que son para su propio bien y no porque le tocan, o por miedo a ser castigados.
Por otro lado, a los niños muy pequeños les cuesta muchas de las veces seguir
las normas y reglas, si es el caso, pueden crear juntos reglas y beneficios, donde
estén tanto lo que se debe hacer y lo que se puede obtener, esto para que el
menor no lo vea como un castigo, sino más bien como un deber que tanto tú como
él deben hacer.

Karen Daniela Benavides Grupo 20 de psicología.

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