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Pediculosis

Etiología
La pediculosis es una enfermedad muy frecuente entre la población infantil (e inclusive
adolescente) que produce complicaciones dermatológicas y trastornos psicológicos en el ámbito
familiar, escolar y social.

Está causada por unos insectos pequeños, aplanados y sin alas denominados Pediculus (piojo).

Clasificación:
Los piojos se agrupan en los órdenes Mallophaga y Anoplura.

Los piojos malófagos (que "comen lana") son mordedores, parasitan a las aves y a algunos
mamíferos, pero no al hombre. En cambio, los piojos anopluros (de "cola inerme") son
chupadores, se alimentan de la sangre de los mamíferos, exclusivamente. Los piojos que
parasitan al hombre pertenecen a este orden y a su vez, se clasifican en 2 géneros y 3
especies:

• Pediculus humanus capitis o piojo de la cabeza.

• Pediculus humanus corporis o piojo del cuerpo.

• Phthirus pubis o piojo del pubis (ladillas).

El género Pediculus se caracteriza por tener el tórax más delgado que el abdomen y netamente
separados. En cambio, el género Phthirus tiene el tórax ancho y no separado del abdomen. Los
piojos del cuerpo y de la cabeza se diferencian por su tamaño: estos últimos son más pequeños.

Piojo de la cabeza:
En su forma adulta, es de forma ovoidea, de color blanco-grisáceo y mide entre 1.5 y 3 mm. En
su ciclo vital, el piojo hembra deposita sus huevos o liendres en la raíz del pelo, a 1 cm del
cuero cabelludo, especialmente en la zona occipitocervical (en la nuca) y retroauricular (detrás
de las orejas).

Cada hembra coloca aproximadamente 10 liendres por día, y entre 50 y 200 en su vida.
Maduran en 5 a 11 días y tardan 2 semanas en llegar a la forma adulta. Se desarrollan a una
temperatura entre 22ºC y 36ºC.

Recién puestas, las liendres son claras y brillantes, y a medida que transcurre el tiempo y se
alejan del cuero cabelludo, se tornan blancas o grisáceas.

El piojo adulto vive alrededor de 30 días en el huésped y no sobrevive más de 12-24 horas
fuera de él. Las liendres pueden sobrevivir hasta 1 mes.

Sintomatología
El síntoma más frecuente es el prurito intenso en cabeza, cuello y hombros. Al picar el piojo,
produce una pequeña herida e inyecta su saliva en pequeñas cantidades en el cuero cabelludo.
La sensibilización a la saliva no se produce inmediatamente, pueden necesitarse miles de
picaduras para que ocurra la reacción. El prurito puede pasar inadvertido al principio y tardar 8
a 10 semanas en aparecer. Por eso, la ausencia de prurito no significa que no se produjo la
infestación. Es decir, no garantiza la ausencia de pediculosis. El rascado agrava la inflamación,
y si ésta progresa, puede producir costras, infecciones bacterianas secundarias y adenopatías.

Diagnóstico:
se confirma con el hallazgo de liendres y/o piojos en el cuero cabelludo. Las marcas de las
rascaduras ayudan al diagnóstico presuntivo.

Epidemiología
Factores de riesgo: la edad, ya que afecta principalmente a los chicos en edad escolar, entre
los 3 y 12 años, y el sexo, porque afecta en mayor medida a las nenas. En los adultos, puede
deberse a una falta de higiene personal, aunque ni siquiera los lavados regulares del cuerpo y la
cabeza evitan su aparición.

Transmisión: se realiza por contacto directo de cabeza a cabeza, por peines, cepillos, gorros,
sombreros y otros artículos para la higiene personal.
Diagnostico
El de elección son los champús de lindane al 1% o permetrina al 1.5%, aunque también son
efectivos malatión al 0,5%, benzoato de benzilo al 20% y el resto de piretroides. Se enjabona
el cuero cabelludo con alguno de los champús anteriormente citados durante 5-10 minutos y
transcurrido este tiempo se debe enjuagar bien. Con una sola aplicación se eliminan
prácticamente todos los parásitos aunque persisten las liendres, alguna de las cuales puede
permanecer habitada. El tratamiento se repite a la semana con el fin de eliminar los parásitos
nuevos. Después del tratamiento, las liendres que resten a más de 4 mm de la emergencia del
pelo no son viables. Pueden eliminarse mediante un peine fino ("liendrera") tras aplicar durante
unos minutos una solución de vinagre al 50% en agua. Los peines, cepillos de pelo y otros
objetos personales que contactan con el pelo deben desinfectarse dejándolos en remojo con
una solución de lindane al 1%, mezclada al 50% con agua, durante unas horas.

El principal problema del lindane es su neurotoxicidad. Por ello está contraindicado en niños de
menos de 2 años y en mujeres embarazadas En estos casos, el tratamiento de elección es el
champú de permetrina al 1.5%. Por otra aprte debemos advertir al paciente que no sobrepase
la pauta recomendada.

En los últimos años, el uso indiscriminado de piretroides para el tratamiento de infestaciones


humanas y animales y su uso en la agricultura, está haciendo que estén apareciendo
resistencias.

Prevención y tratamiento
Existen varias medidas para evitar el contagio o tratar la enfermedad:

• Revisar diariamente la cabeza de los chicos buscando piojos y liendres. Es recomendable el


uso cotidiano del peine fino.

• Usar el cabello corto, o bien, recogido y lavarlo con frecuencia.

• No compartir peines, cepillos, gorros, vinchas con otras personas.

• Realizar un tratamiento adecuado, incluyendo el peine fino para desprender piojos y/o
liendres, y productos pediculicidas.

• Nunca dejar un champú pediculicida sin enjuagar como método de prevención, ya que el
cabello y la piel de los chicos son más sensibles y delicados que en los adultos.

• Luego del tratamiento con el pediculicida, hay que eliminar las liendres manualmente con un
peine de dientes finos.

• Lavar la ropa de cama, toallas y la demás ropa de vestir en agua muy caliente a 65ºC. Lo ideal
es utilizar lavarropas.

• Lavar los peines y cepillos con agua jabonosa a 65ºC. No compartirlos.

• Evitar el contacto del pediculicida con ojos y mucosas.

Nunca usar pediculicidas como medida profiláctica. Sólo deben reservarse para las cabezas
infestadas. Se debe evitar la aplicación preventiva de un pediculicida, ya que resulta ineficaz
porque la poca cantidad que queda del producto en el cabello, quizás no sea suficiente para
matar a posibles piojos invasores. Además, el uso indiscriminado y continuo de un pediculicida
favorece el desarrollo de resistencia al mismo.

No alcanza el tratamiento con fármacos. La prevención es indispensable, por ello es necesario


cumplir con todas las medidas higiénicas para impedir la reinfestación.

Bibliografía:
 www.alfabeta.net/afecciones
 www.farmaceuticonline.com
 www.sospiojos.com.ar

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