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REPÚBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO


JUZGADO QUINCE ADMINISTRATIVO ORAL DEL CIRCUITO DE MEDELLÍN

Medellín, () de Julio de dos mil veinte (2020)

Medio de control Reparación Directa


Demandante Humberto de Jesús Molina Ríos y Ana Celia
Molina Ríos
Demandado Nación – Ministerio de Defensa – Ejército
Nacional
Radicado 05001-33-33-015-2015-00129-01
Sentencia No.
Tema Existencia de una falla del servicio del Ejército
Nacional. Caducidad de la acción de
Reparación directa Sentencia de Unificación de
Jurisprudencia Consejo de Estado.
Decisión

I. ANTECEDENTES

Resuelve el Despacho en primera instancia la Demanda interpuesta por los


señores Humberto de Jesús Molina Ríos y Ana Celia Molina Ríos contra de
la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, en ejercicio del Medio
de Control de Reparación Directa previsto en el artículo 140 del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.

1. PRETENSIONES

Se solicita en la Demanda que se declare a LA NACIÓN - MINISTERIO DE


DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL administrativamente responsable por el
daño antijurídico que se ha causado a los Demandantes con ocasión de la
muerte JULIO CESAR MOLINA RÍOS, en hechos ocurridos el 29 de
septiembre de 2004 en la vereda San Gregorio municipio de Nariño,
Departamento de Antioquia.

Como consecuencia de la anterior declaración, solicita se condene a la entidad


Demandada a reconocer y pagar a favor de los Demandantes los perjuicios que
seguidamente se relacionan:

- Por concepto de Perjuicios Morales, solicita se reconozca a favor de


Humberto de Jesús Molina Ríos el equivalente a doscientos (200) Salarios
Mínimos Legales Mensuales Vigentes; para Ana Celia Molina Ríos el
equivalente a doscientos (200) Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes.
Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

- Por concepto de Daño a la vida en relación, se solicita el reconocimiento a


favor de Humberto de Jesús Molina Ríos el equivalente a doscientos (200)
Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes; para Ana Celia Molina Ríos el
equivalente a doscientos (200) Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes.

- Por concepto de Daño a la familia, se solicita el reconocimiento a favor de


Humberto de Jesús Molina Ríos el equivalente a doscientos (200) Salarios
Mínimos Legales Mensuales Vigentes; para Ana Celia Molina Ríos el
equivalente a doscientos (200) Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes.

Reparación No Pecuniaria

- Condénese a LA NACIÓN COLOMBIANA - MINISTERIO DE DEFENSA -


EJERCITO NACIONAL a que formulen un pedido de perdón público a
HUMBERTO DE JESÚS MOLINA RÍOS Y ANA CELIA MOLINA RÍOS, en
donde se reconozca la ejecución extrajudicial de JULIO CÉSAR MOLINA RÍOS
a manos de miembros del EJERCITO NACIONAL DE COLOMBIA y que éste
sea transmitido directamente a todos los miembros de la comunidad por un alto
funcionario del Estado.  

- Condénese a LA NACIÓN COLOMBIANA - MINISTERIO DE DEFENSA -


EJERCITO NACIONAL a realizar la construcción de un parque en memoria de
las víctimas de ejecuciones extrajudiciales en el municipio de La Ceja-Antioquia,
como un ejercicio de reconstrucción de la memoria histórica, para que la
ciudadanía se empodere de la defensa de sus derechos, de manera que estos
hechos sean, de una vez y para siempre, extirpados de la prácticas
institucionales.

2. HECHOS

Como fundamento fáctico de las pretensiones se indicó en la demanda, que el


día 29 de septiembre de 2004 fue asesinado el joven Julio Cesar Molina Ríos.
Dicha muerte fue registrada por la Compañía Baluarte del Batallón
Contraguerrillas N°4 del Ejercito Nacional como una baja en Combate, y la
víctima como un mimbro del Frente 47 de las FARC-EP, hechos ocurridos en la
vereda San Gregorio, municipio de Nariño, departamento de Antioquia.

Por este hecho se han iniciado investigaciones penales sin que ninguna culmine
con un resultado que establezca a cabalidad la verdad de lo ocurrido. Uno de
estos procesos consiste en el de Justicia y Paz adelantado en contra de EDWIN
YAMIT ALZATE CORREA y JUAN ESTEBAN RENDON VASQUES, quien en
entrevista dada ante la Fiscalía el día 29 de septiembre de 2008 reconoció
“Haber participado en la retención y posterior entrega a integrantes del
Ejército Nacional” de JULIO CÉSAR MOLINA RÍOS.

El día 10 de septiembre de 2012, el Juzgado Penal del Circuito de la Ceja


condeno a LUIS ALONSO SOTELO MARTÍNEZ, por el la desaparición forzada
y el homicidio en persona protegida de Julio César Molina Ríos.

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Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

A la fecha no se producido ninguna condena en el proceso penal en contra de


miembros del Ejército Nacional por la muerte de Julio César Molina Ríos, de
tal manera que no ha sido posible establecer las circunstancias en las cuales se
produjo la misma.

3. FUNDAMENTOS DE DERECHO

En los fundamentos de derecho de las pretensiones, la parte Actora señala las


siguientes disposiciones: Constitucionales: artículos 2, 6, 12, 13, 15, 18, 21,
23, 29, 30, 31, 32, 44, 49, 51, 59, 87, 88, 89, 93, 94, 116, 217 y 218; Legales:
Artículo 13° de la ley 1285 de 2009 que modifico la ley 270 de 1996 en su
artículo 42; Código Contencioso Administrativo, artículos 86, 123, 135, y ss. 260
y ss. 127 y ss. Y concordantes; Ley 446 de 1998, artículos 40 y 48; Código Civil,
artículo 1613 y concordantes; Código del Procedimiento Civil, artículos 174 a
293 y concordantes; Leyes 153 de 1987, artículos 4 y 7; Ley 23 de 1991,
artículos 59 y 65; Ley 65 de 1993; Ley 954 de 2005; Convencionales: Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; Convención Americana sobre
Derechos Humanos; Estatuto de Roma; Convención Sobre la Imprescriptibilidad
de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad.

4. POSICIÓN DE LA PARTE DEMANDADA

La Nación – Ministerio de Defensa – Ejercito Nacional, actuando a través de


Apoderada Judicial, en escrito de folios 80 y siguientes del expediente, se
opuso a las pretensiones de la demanda. Y Propuso las excepciones
denominadas “caducidad de la acción de reparación directa” “, “culpa exclusiva
de la víctima” y “legítima defensa”.

Sostuvo la entidad demandada que se encuentran configuradas las


excepciones: de la Caducidad del medio de control de reparación directa que se
encuentra consagrada en el artículo 164 de la ley 1437 de 2011, en donde el
legislador señala que la oportunidad para adelantar el medio de control de
reparación directa es de dos (2) años una vez tuvieran conocimiento de lo
acaecido, lo que generalmente ocurre a partir de dos situaciones puntuales, a
partir de la existencia de una sentencia condenatoria o cuando aparece la
víctima, por lo tanto en este caso los familiares de la víctima tenían
conocimiento de las circunstancias de modo, tiempo y lugar en los que perdió la
vida su ser querido, y es a partir de ese momento que comienza a corres el
término de la caducidad de la acción de reparación directa. Y señala que los
familiares del fallecido conocen a cabalidad desde el 30 de enero de 2012,
donde se encuentra el cadáver de su familiar, el cual fue plenamente
identificado por parte del CTI, inclusive desde el 05 de junio de 2009, lo que
permite colegir que la demanda de la referencia se encuentra caduca desde el
31 de enero de 2014.

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Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

Afirmo la entidad demandada que se encuentra configurada la Culpa exclusiva


y determinante de la víctima, ya que el finado Julio César Molina Ríos, decidió
hacer parte de un grupo armado ilegal que sostuvo contacto bélico con
unidades militares del Ejército Nacional en desarrollo de la Orden ESPARTACO
del 29 de septiembre de 2004, por tanto, debía soportar fatídicas resultas del
enfrentamiento, dada su calidad de combatiente, por lo cual hay una
participación de la víctima en la acusación del resultado dañoso y por ende una
exoneración de la responsabilidad de la entidad demandada,

Además, señala que no existe sentencia penal ejecutoriada que condene a


miembros del Ejército Nacional en razón de la muerte de Julio César Molina
Ríos, por el homicidio en persona protegida.

También la entidad demandada propuso la excepción de Legítima Defensa de


los miembros de la fuerza pública, debido a que los militares que participaron en
el combate, sostenido con el grupo al margen de la ley, percutieron sus armas
de dotación oficial en defensa de la institucionalidad, vidas, e integridad
personal, legítima defensa que valida el deceso de Julio César Molina Ríos,
quien ostentaba calidad de combatiente al momento de los hechos.

5. TRÁMITE IMPARTIDO AL PROCESO

La demanda fue presentada el día 06 de febrero de 2015 (Fl. 28) en la oficina


de apoyo judicial de los Juzgados Administrativos de Medellín; su conocimiento
correspondió por reparto a este Despacho y fue admitida por auto del 13 de
abril de 2015 como se observa a folio 66 del expediente.

La diligencia de notificación a la entidad demandada, al Ministerio Público y a la


Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado se realizó el 19 de agosto de
2015, como se observa a folios 73 -79.

La entidad Demandada contestó la demanda oportunamente, por lo que


mediante constancia de folios 80-92 se corrió traslado secretarial de las
excepciones propuestas. Sin embargo, la demanda fue reformada el 28 de
mayo de 2015 (Fls. 138 -168) y su reforma fue admitida el 14 de enero de 2016
(Fl. 258).

Seguidamente por auto del 26 de abril de 2016 se fijó fecha para la celebración
de audiencia inicial a llevarse a cabo el día 03 de agosto 2016 (Fl. 264).

En la fecha indicada se llevó a cabo la Audiencia Inicial, según Acta No. 151
(Fls. 275-278), a la cual asistieron los Apoderados de las partes; se inició con la
etapa de saneamiento del proceso y se advirtió que los medios exceptivos
serían analizados y resueltos en la sentencia, salvo la excepción de la
Caducidad del medio de control que se resolvió en este momento procesal.

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Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

Resuelve el despacho frente a la excepción de la caducidad de la acción de


reparación directa que propuso la parte accionada, y determina que esta no
está llamada a prosperar en este estado del proceso, ya que se advierte que en
el caso se encuentran diversos elementos de juicio que llevan a sostener que
los hechos circundantes a la muerte de Julio César Molina Ríos podrían ser
constitutivos de acto de lesa humanidad, operando como consecuencia la regla
de la imprescriptibilidad del medio de control en este preciso asunto, por lo tanto
en el trámite de primera instancia se debe verificar con plena certeza la
ocurrencia de los elementos facticos y jurídicos sobre los cuales se cimienta el
hipotético caso de lesa humanidad.

Por lo tanto, no resuelve la caducidad del medio de control propuesta por la


entidad demandada, dejando el despacho la excepción para ser definida en la
sentencia.

La parte demandada apela la decisión del despacho y presenta los argumentos


en los que se fundamenta su recurso. El despacho concede y remite expediente
al superior para que lo decida de plano. Por lo anterior se suspende la
audiencia hasta que se resuelva el recurso.

Mediante el auto del 22 de mayo de 2017 el Tribunal Administrativo de


Antioquia Sala Tercera de Oralidad, resuelve el recurso de apelación
interpuesto, por la entidad demandada (Fls. 300-305). Y decide confirmar la
decisión proferida por este despacho.

Confirmada la decisión, mediante auto del 13 de junio de 2017 (Fl. 307) este
despacho dispone continuar con la audiencia inicial señalando como fecha el 17
de agosto de 2017.

En la fecha indicada se llevó a cabo la continuación de la Audiencia Inicial,


según Acta No. 129 (Fls. 308-314), a la cual asistieron los Apoderados de las
partes; se inició con la etapa de saneamiento del proceso y se advirtió que los
medios exceptivos serían analizados y resueltos en la sentencia. Procedió
posteriormente el Despacho a fijar el litigio que consistió en establecer si opero
la caducidad del medio de control en caso negativa deberá determinarse hay
responsabilidad que se le atribuye a la Nación – Ministerio de Defensa –
Ejército Nacional por los por los posibles daños ocasionados a los demandantes
por la ejecución extrajudicial del señor Julio Cesar Molina Ríos.

El Despacho exhortó a las partes a que conciliaran sus diferencias, pero no se


propuso fórmula alguna, lo que conllevó a declarar fallida la etapa de
conciliación. No hubo en tal oportunidad medidas cautelares qué resolver, por
tanto, se dio apertura a la etapa del decreto de pruebas, ordenando la práctica
de la prueba documental allegada al expediente, dándole a cada documento
valor probatorio que amerite. Se decretó la prueba testimonial invocada por la
parte Demandante, procediéndose en consecuencia a convocar a las partes a
la diligencia de Audiencia de Pruebas prevista en el artículo 181 del CPACA.

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Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
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6. ALEGATOS DE CONCLUSIÓN

La Parte Demandante el día 11 de octubre de 2018 allegó escrito de


alegaciones finales (Fls. 34-354), indicando que con base en el material
probatorio presentado se puede establecer que Julio César Molina Ríos fue
retenido ilegalmente el 22 de septiembre de 2004 en el municipio de la Ceja,
Antioquia, por paramilitares del bloque Héroes de Granada pertenecientes a las
ACCU, posteriormente fue llevado a la finca Rancho Triste en donde
permaneció retenido varios días en compañía de Diego León Montoya López,
posteriormente fueron entregados a miembros del Ejército Nacional y
posteriormente aparecieron muertos con vestimenta camuflada el 29 de
septiembre de 2004 en el paraje San Gregorio municipio de Nariño, Antioquia,
como consecuencias de los supuestos enfrentamientos entre tropas del batallón
de contraguerrilla del batallón Granaderos N° 4 y supuestos integrantes del
frente 47 de las FARC en desarrollo de la operación militar.

Señala el apoderado, que la muerte del joven Julio César Molina Ríos ocurrida
el 29 de septiembre se configura en un daño que le es imputable a La Nación –
Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, ya que incurrió en una grave
violación a los humanos al configurarse una ejecución extrajudicial, lo cual
ocasiono perjuicios que deben ser reparados por parte de entidad accionada.

Indico que, según lo expuesto solicita al juzgado la prelación del fallo y en


consecuencia se declare administrativamente responsable a la Nación –
Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, y conceda los perjuicios reclamados
en la demanda.

Por su lado la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional presentó


sus alegaciones finales el 10 de octubre de 2018 (Fls. 355-362), en el cual inicia
indicando se opone a todas las pretensiones del demandante, y señalo que en
el Sub Judice no se logró consolidar prueba indiciaria que dirá cuenta de la
participación de del Ejército Nacional en una ejecución extrajudicial. Lo único
que puede considerarse probado es que el señor Julio César Molina Ríos
murió el 29 de septiembre de 2004 en la vereda San Gregorio municipio de
Nariño Antioquia en enfrentamiento con miembros del ejército nacional, quienes
estaban combatiendo las actividades delictivas al parecer por miembros de
grupos insurgentes.

Por lo anterior, señala que en el presente caso no se recaudó prueba de la


ilicitud de la conducta de la entidad y en este sentido la operación militar fue
legitima y se obro en cumplimiento del deber legal y constitucional.

Y reitera que nos encontramos ante un hecho exclusivo y determínate de la


víctima, lo que termina por romper el nexo de causalidad para poder imputar
responsabilidad a la entidad, exonerándola de toda responsabilidad.

Frente a la Legitima Defensa, se establece que los miembros del ejército


actuaron de manera legítima para proteger su vida ante la agresión injusta de

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los miembros de la subversión. De igual forma el uso de las armas fue


proporcional porque buscaba salvaguardar sus vidas.

Con relación a la Caducidad del medio de control de reparación directa, señala


y reitera que las demandas de reparación directa si son susceptibles del
fenómeno de caducidad aun cuando se trate de delitos de lesa humanidad, por
lo tanto, desde el año 2009 ya había conocimiento de los familiares de Julio
César Molina Ríos sobre los hechos que rodearon su muerte. También señala
que se presentó demanda de reparación directa ante el juzgado 23
administrativo de Medellín en donde se profirió sentencia en el año 2011 y
posteriormente segunda instancia en el año 2013, y en este sentido no podría
hablarse de la no caducidad de la acción, en tanto era de conocimiento de los
familiares que fueron favorecidos en sus pretensiones, se pide dar cumplimiento
en este caso a las normas de caducidad vigentes.

Por lo anterior, solicita se nieguen las pretensiones de los demandantes ya que


el material probatorio recaudado no evidencia la falla de la entidad y también se
declare probadas las excepciones propuestas.

La Delegada del Ministerio Público se abstuvo de conceptuar en esta


oportunidad.

II. CONSIDERACIONES

1. PROBLEMA JURÍDICO.

Pretende la parte demandante deducir si la NACIÓN – MINISTERIO DE


DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL es patrimonialmente responsable de los
daños alegados por la muerte de Julio César Molina Ríos por hechos
ocurridos el 29 de septiembre de 2004, en la vereda San Gregorio del Municipio
de Nariño, Departamento de Antioquia.

Es procedente emitir un pronunciamiento sobre la caducidad de la acción de


reparación y posteriormente determinar si procede la declaratoria de
responsabilidad de la entidad accionada, el Despacho deberá establecer si hay
lugar al reconocimiento de los perjuicios solicitados en la demanda.

2. DEL EJERCICIO OPORTUNO DE LA ACCIÓN

El legislador en el artículo 164 literal i de la Ley 1437 de 2011 Código de


Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, estableció el
termino de caducidad para la acción de reparación directa: “Cuando se
pretenda la reparación directa, la demanda deberá presentarse dentro del
término de dos (2) años, contados a partir del día siguiente al de la ocurrencia
de la acción u omisión causante del daño, o de cuando el demandante tuvo o
debió tener conocimiento del mismo si fue en fecha posterior y siempre que
pruebe la imposibilidad de haberlo conocido en la fecha de su ocurrencia. Sin
embargo, el término para formular la pretensión de reparación directa derivada

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del delito de desaparición forzada, se contará a partir de la fecha en que


aparezca la víctima o en su defecto desde la ejecutoria del fallo definitivo
adoptado en el proceso penal, sin perjuicio de que la demanda con tal
pretensión pueda intentarse”

Sin embargo, no se había consolidado una postura uniforme desde el Consejo


de Estado cuando se trata de contabilizar el termino de caducidad de la acción
de reparación directa cuando estamos frente a supuestos facticos y jurídicos
constitutivos de delitos de lesa humanidad o crímenes de guerra. En
consecuencia, desde la jurisprudencia del Consejo de Estado se ha reiterado
que dicho termino de caducidad no debe aplicarse cuando se demanda la
reparación por delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, con
fundamento en la prevalencia del derecho sustancial del acceso a la
administración de justicia y la garantía de recurso judicial efectivo, por lo cual se
debe dar prevalencia a las normas internacionales que establecen la
imprescriptibilidad de la acción penal y que esta se traslade a la acción de
reparación, “El Despacho admite, entonces, que en los eventos en que se
pretenda atribuir como un daño antijurídico indemnizable una conducta que se
enmarca en un supuesto de hecho configurativo de dichos actos en los debe
establecerse si cabe atribuir al Estado por haber participado, incitado,
conspirado o tolerado algún (os) agente (s) o representante (s) estatal (el
artículo 2º de la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de
guerra y de los crímenes de lesa humanidad de 1968 establece que la
disposiciones de dicho testo normativo “se aplicaran a los representantes de las
autoridades del estado y a los particulares que participen como autores o
cómplices o que inciten directamente la perpetración de alguno de estos
crímenes o que conspiren para cometerlos, cualquiera que sea su grado de
desenvolvimiento, así como a los representantes de las autoridades del estado
que toleren su perpetración”), previa satisfacción de los requisitos para su
configuración, no opera el término de caducidad de la acción de reparación
directa, pues, se reitera, existe una norma superior e inderogable reconocida
por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho
Internacional Humanitario, y refrendada en el contexto regional por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, que dispone expresamente que el paso
del tiempo no genera consecuencia negativa alguna para acudir a la jurisdicción
a solicitar la reparación integral cuando se demanda la producción de daño (s)
antijurídico (s) generados por tales actos de lesa humanidad.” 1

No obstante, también se han evidenciado posturas detractoras de la anterior,


que establecen que no se puede asimilar la caducidad en la acción de
reparación directa a la imprescriptibilidad en materia penal, por lo cual se debe
aplicar la regla de caducidad que el legislador ha dispuesto. 2

1
Consejo de Estado, Sección tercera. Subsección C. C. P: Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Bogotá
D.C., 17 de septiembre de dos mil trece (2013). Radicación número: 45092. Postura reiterada en las
sentencias del Consejo de Estado con Radicado 47671 y 51388 del 07 de septiembre de 2015, Rad.
56282 del 10 de noviembre de 2016.
2
Consejo de Estado. Sección Tercera, Subsección A. C. P: Hernán Andrade Rincón. Bogotá D.C., 13 de
mayo de 2015. Radicación número: 51576.

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Ahora bien, de manera reciente el Consejo de Estado decidió unificar su


jurisprudencia, a partir de la sentencia con Radicado 61033 del 29 de enero de
2020, en relación con la caducidad de las pretensiones de reparación directa
frente a los delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, estableciendo que
indistintamente de estos supuestos la aplicación de la caducidad ya está
establecida en la ley y esta no determina de ninguna forma excepción a esta
regla de caducidad, salvo en los casos de Desaparición forzada. Por lo anterior
el termino de caducidad es de dos (2) años empezara a hacerse efectivo según
lo que dispone el artículo 164 literal i de la Ley 1437 de 2011 a partir del día
siguiente al de la ocurrencia de la acción u omisión causante del daño, o de
cuando el demandante tuvo o debió tener conocimiento del mismo si fue en
fecha posterior y siempre que pruebe la imposibilidad de haberlo conocido en la
fecha de su ocurrencia, también, la mencionada sentencia de unificación
adiciona que la caducidad “se computa desde cuando los afectados conocieron
o debieron conocer la participación por acción u omisión del Estado y
advirtieron la posibilidad de imputarle responsabilidad patrimonial”.

Este despacho se aparta de la postura establecida en la sentencia de


unificación teniendo de presente lo dispuesto en la sentencia de la Corte
Constitucional C-539 de 2011 y C-816 de 201 que delimitan que “los jueces,
quienes pueden eventualmente apartarse del precedente judicial de manera
excepcional y justificada”. Razón por la cual adoptare los argumentos y
justificación que expondré a continuación:

1. Desde el Derecho Internacional Público se ha indicado, que es un principio


de Derecho Internacional que las violaciones en contra de una obligación
internacional que haya tenido como consecuencia la producción de un daño,
deben ser reparada adecuadamente, dicha obligación de reparar se encuentra
consagrada en La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en el
artículo 63.1: “Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad
protegidos en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al
lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá,
asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la
medida o situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el
pago de una justa indemnización a la parte lesionada” Y el artículo 91 del
Protocolo Adicional I de la Convención de Ginebra, que establece la
Responsabilidad: “La Parte en conflicto que violare las disposiciones de los
Convenios o del presente Protocolo estará obligada a indemnizar si hubiere
lugar a ello. Será responsable de todos los actos cometidos por las personas
que formen parte de sus fuerzas armadas.”
La Asamblea General de Naciones Unidas el 21 de marzo de 2006 aprobó los
Principios y Directrices Básicos sobre el Derecho de las Víctimas de Violaciones
Manifiestas de las Normas Internacionales de Derechos Humanos y de
Violaciones Graves del Derecho Internacional Humanitario a Interponer
Recursos y Obtener Reparaciones. En dichos principios se destacan:
6. Cuando así se disponga en un tratado aplicable o forme parte de otras
obligaciones jurídicas internacionales, no prescribirán las violaciones
manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos ni las

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violaciones graves del derecho internacional humanitario que constituyan


crímenes en virtud del derecho internacional.
7. Las disposiciones nacionales sobre la prescripción de otros tipos de
violaciones que no constituyan crímenes en virtud del derecho internacional,
incluida la prescripción de las acciones civiles y otros procedimientos, no
deberían ser excesivamente restrictivas.
Establecido lo anterior, es claro que en los eventos de graves violaciones de
Derechos Humamos en donde se vea comprometida la responsabilidad del
Estado por acción o por omisión, deberá reparar a las víctimas de manera
efectiva y en consecuencia las normas que regulen este procedimiento no
deben ser restrictivas.
2. La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Almonacid
Arellano vs Chile3, determina que existe una obligación convencional de
Reparar los crímenes de lesa humanidad cometidos por los Estados.
En el caso Órdenes Guerra y otros vs Chile 4, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos establece que a pesar de que los Estados no tengan una
regulación expresa en cuento al tiempo o al mecanismo por el cual se debe
ejercer las acciones indemnizatorias en contra del Estado, cuando se trata de
delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, esto no exceptúa la aplicación
de las normas internaciones. Por lo anterior la Corte señala que “el Estado debe
“reparar a las víctimas” y que, “como parte de esta reparación, el Estado debe
adoptar las medidas necesarias para ofrecer un recurso judicial efectivo para
que las víctimas puedan presentar sus reclamos y obtener una decisión en
materia de reparaciones”, lo cual debe ser “independiente del programa
administrativo”.
La Corte Interamericana concluye que la acción de reparación en los delitos de
lesa humanidad y crímenes de guerra es imprescriptible y que además para que
se haga efectiva la indemnización no es necesario que exista una condena
penal por estos delitos.
3. Por último, cabe señalar que La anterior sentencia se unificación, fue objeto
de tres salvamentos de voto, que se oponen fehacientemente a lo que se
dispuso en dicha sentencia. En primer lugar, el salvamento de voto del
Consejero Alberto Montaña Plata, quien señala respecto a esta unificación que:
“desconoció el estándar vigente en el ordenamiento jurídico colombiano en
materia de acceso a la justicia para las víctimas de crímenes atroces y, a
cambio, creó una regla jurisprudencial contra-igualitaria y regresiva y, en
consecuencia, contra-convencional e inconstitucional. En primer término,
desconoció la fuerza vinculante de una Sentencia de la Corte Interamericana
mediante la aplicación de una especie de margen de apreciación nacional
estricto, que es ajeno al sistema interamericano de derechos humanos. En
segundo lugar, estableció una analogía entre dos normas procesales cuyos
presupuestos y fundamentos son disímiles, para derivar una regla
jurisprudencial en la que eliminó la diferencia entre las víctimas de crímenes
3
Corte Interamericana de Derechos Humanos Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile Sentencia de 26
de septiembre de 2006 (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas)
4
Corte Interamericana De Derechos Humanos Caso Órdenes Guerra Y Otros Vs. Chile Sentencia De 29
De noviembre De 2018 (Fondo, Reparaciones Y Costas)

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atroces como sujetos de especial protección constitucional y el resto de


potenciales demandantes de responsabilidad estatal.”

Por ultimo advierte que la “Sala sacrificó el derecho a la igualdad material de


las víctimas de crímenes atroces con la aplicación de la regla ordinaria de
caducidad de la reparación directa a ese tipo de hechos, sobre el argumento de
su similitud con la regla de la imprescriptibilidad penal.” (…) Esta sentencia de
la que me separo, en mi concepto, creó un riesgo indeseado de impunidad para
la barbarie que desgraciadamente ha caracterizado nuestro conflicto y se
ensañó con los más vulnerables. Las reglas jurisprudenciales que se unificaron
tienen un impacto sobre la solidez del proceso de transición y perjuran los
mandatos constitucionales sobre la obligación estatal de construir una paz
estable y duradera.”
El segundo salvamento de voto del Consejero Ramiro Pazos Guerrero,
establece que el juez debió acudir al control de convencionalidad para inaplicar
la regla de caducidad, “toda vez que resulta claro que los contenidos
sustanciales de los derechos de las víctimas a la verdad, justicia y reparación,
regulados en diversas fuentes del derecho internacional y constitucional,
prevalecen sobre la regla procesal de caducidad.” Por último, el salvamento de
voto de la Consejera María Adriana Marín menciona respecto a la decisión de
unificación que “En otros términos, la Sala debió emplear un tertium
comparationis lo que le hubiera permitido concluir que no es posible tratar como
iguales a sujetos o situaciones desiguales o disímiles; no se pueden aplicar
reglas estrictas de caducidad a situaciones o circunstancias en las que los
daños irrogados han implicado una lesión a los bienes más básicos de la
humanidad.”

Con fundamento en lo anterior este despacho determina que no se debe aplicar


la regla de la caducidad cuando se pretenda la reparación directa por delitos de
lesa humanidad y crímenes de guerra que se consideran graves violaciones de
los Derechos Humanos, por lo cual no procede la excepción de la caducidad.

3. EL RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD APLICABLE.

Dispone el artículo 90 de la Constitución Política, que es obligación del Estado


responder únicamente por los daños antijurídicos que le sean imputables,
causados por la acción u omisión de las autoridades públicas.

Para que surja para la entidad pública la obligación de reparar un daño resulta
necesario que la lesión pueda serle imputada jurídicamente. Y, para valorar
este punto es indispensable acudir tanto al desenvolvimiento físico de los
hechos como al deber ser o conducta exigida normativamente a la
Administración, de acuerdo con las circunstancias particulares de cada caso y
los instrumentos al alcance de la Administración.

La doctrina y la jurisprudencia, con base en la ley, expresan que tratándose de


hechos ocasionados por terceros para que surja el deber de indemnización a
cargo de la Administración, se requiere demostrar que el daño, por cuya

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indemnización se reclama, sea imputable al Estado; sobre este fenómeno se


pronuncia el Profesor García de Enterría5:

“(…) El problema de la imputación: A) Planteamiento general. Al precisar


el concepto de lesión decíamos que para que surja la responsabilidad es
preciso que esa lesión pueda ser imputada, esto es, jurídicamente
atribuida, a un sujeto distinto de la propia víctima. La imputación es así un
fenómeno jurídico consistente en la atribución a un sujeto determinado del
deber de reparar un daño, en base a la relación existente entre aquél y
éste. Precisar cuál sea esa relación es el problema que tenemos que
afrontar en este momento.

El supuesto más simple que cabe imaginar es, naturalmente, el de la


causación material del daño por el sujeto responsable. En tal caso la
imputación de responsabilidad, en cuanto fenómeno jurídico, se produce
automáticamente una vez que se prueba la relación de causalidad
existente entre la actividad del sujeto productor del daño y el perjuicio
producido. Las cosas no se producen siempre tan simplemente, sin
embargo y ello porque en materia de responsabilidad civil, a diferencia de
lo que ocurre en el ámbito penal, el objetivo último que se persigue no es
tanto el de identificar a una persona como autora del hecho lesivo, sino el
de localizar un patrimonio con cargo al cual podrá hacerse efectiva la
reparación del daño causado. Esta finalidad garantizadora, que está en la
base de todo sistema de responsabilidad patrimonial, produce con
frecuencia disociación entre imputación y causalidad.

Probar que existe un nexo causal entre el hecho que constituye la fuente
normativa de la responsabilidad y el daño producido será siempre
necesario para que la imputación pueda tener lugar y con ella pueda
nacer la responsabilidad, pero la mera relación de causalidad entre el
hecho (y su autor) y el daño no basta para justificar la atribución del deber
de reparación al sujeto a quien la ley califica de responsable. Así ocurre,
por lo pronto, cuando la responsabilidad se predica de personas jurídicas,
en la medida en que éstas sólo pueden actuar a través de personas
físicas. En tales casos - y en todos aquellos en que la responsabilidad se
configura legalmente al margen de la idea de culpa - la imputación no
puede realizarse en base a la mera causación material del daño, sino que
tiene que apoyarse, previa justificación de su procedencia, en otras
razones o títulos jurídicos diferentes, ya sea la propiedad de la cosa que
ha producido el daño, la titularidad de la empresa en cuyo seno ha surgido
el perjuicio, la dependencia en que respecto del sujeto responsable se
encuentra el autor material del hecho lesivo o cualquiera otra ( )”.

Partiendo de los supuestos fácticos narrados en la demanda, es preciso entrar


a definir el régimen jurídico, bajo el cual se analizará la posible responsabilidad
del Estado, por la acusación de los daños sufridos a los demandantes por la
5
GARCIA DE ENTERRÍA, Eduardo y Otros. Curso de derecho administrativo II. Cuarta edición. Editorial
Civitas S.A. Madrid. Páginas, 378 – 379.

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muerte de Julio César Molina Ríos por hechos ocurridos en la vereda San
Gregorio del Municipio de Nariño, Departamento de Antioquia el 29 de
septiembre de 2004.

Para alcanzar este propósito, se analizarán las características y particularidades


de cada uno de los regímenes, para después definir cuál de ellos goza de mejor
sintonía con los hechos que sirvieron de base a las pretensiones. Veamos:

La falla del servicio, que constituye el principal régimen de imputación de


responsabilidad, parte del supuesto de que en el funcionamiento
administrativo del Estado se presenta un error, irregularidad o deficiencia
-porque no funcionó cuando ha debido hacerlo, o lo hizo de manera tardía o
equivocada-, el cual es determinante en la ocurrencia del daño.

La teoría del riesgo excepcional, opera en aquellos eventos en que el daño se


deriva de la realización de actividades peligrosas o la manipulación de
artefactos potencialmente peligrosos, como el manejo de armas de fuego, la
conducción de automotores o el transporte de energía, en estos casos la
realización de una actividad lícita por parte de las autoridades, que, si bien es
necesaria para el cumplimiento de los cometidos estatales, reviste una especial
peligrosidad, lo que implica el deber, para quien tiene bajo su guarda dichas
cosas o actividades peligrosas, de responder por los daños que con los mismos
se ocasionen, independientemente de la calificación que pueda darse a la
conducta del agente, es decir que se trata de una responsabilidad objetiva.

Finalmente, la teoría del daño especial como criterio de imputación, implica la


realización de un análisis que, acorde con el artículo 90 Constitucional, toma
como punto de partida la ocurrencia de un daño antijurídico que sufre o sufrió la
víctima. La causación del daño se aborda desde un punto de vista jurídico y no
simplemente de las leyes causales de la naturaleza; debe surgir como fruto
de la actividad lícita del Estado, por lo tanto es tarea de la administración
pública, con fundamento en el principio de solidaridad interpretado dentro del
contexto del Estado Social de Derecho, equilibrar nuevamente las cargas que,
con base en su actividad, soporta en forma excesiva uno de sus asociados,
alcanzando así una concreción real el principio de igualdad.

Con el fin de tomar postura sobre el régimen aplicable al caso en estudio, según
la teoría propuesta por la parte activa (falla del servicio), es preciso citar la
jurisprudencia del Consejo de Estado, que retoma a su vez la posición
dominante sobre el tema del uso impropio de las armas, logrando diferenciar los
casos en que opera el régimen de la “falla del servicio”, de los que conciernen al
“riesgo excepcional”; veamos:

“…Cuando se debate la ocurrencia de un daño proveniente del ejercicio


de una actividad peligrosa, como lo es la manipulación de armas de
dotación oficial, el título de imputación bajo el cual se resuelve la
controversia es el objetivo de riesgo excepcional; sin embargo, cuando se
advierte que el daño no se produjo accidentalmente sino, por un mal

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funcionamiento de la Administración, ello se debe poner de presente y


el título de imputación bajo el cual se definirá el litigio, es el de falla del
servicio. En aras del cumplimiento del deber de diagnóstico y pedagogía
que tiene el juez al definir la responsabilidad del Estado y, a fin de que
éste pueda repetir contra el agente que dolosa o culposamente produjo el
daño, en caso de ser condenado a la correspondiente reparación…” 6
(Subrayas y negrillas del Despacho).

Con base en lo anterior, es importante señalar que el juicio de imputación se


realizara conforme al título de FALLA EN EL SERVICIO, en vista de que lo que
se está discutiendo en el caso bajo examen es un hecho voluntario y no
accidental, en donde se estima el posible incumplimiento de las obligaciones
inherentes de la entidad demandada que es el Ejército Nacional, ya que según
se señala la demanda incumplieron con lo establecido en la Constitución y las
leyes, para cometer aparentemente el delito de homicidio en persona protegida.

Siendo entonces evidente que es deber probatorio de la parte actora demostrar


los elementos suficientes que permitan contemplar el elemento subjetivo, por lo
que se impone precisar, si concurren los elementos necesarios para declarar la
responsabilidad del Estado, esto es, el daño de tipo patrimonial o moral, cierto y
determinado que el administrado no está obligado a soportar (daño
antijurídico); la conducta activa u omisiva de la entidad demandada, y que
propicia el juicio de reproche ante la desatención de las obligaciones a su cargo
(falla); y la relación de causalidad entre éste y aquel (nexo causal), que se
traduce en que ese daño se produjo como consecuencia directa de la actuación
atribuida a la administración.

4. DEL DAÑO ANTIJURÍDICO Y EL NEXO DE CAUSALIDAD.

Cuando se predica una responsabilidad relativa a la Administración Pública se


hace referencia a la existencia de un daño, el cual debe ser reparado.
Entiéndase por daño como el elemento que otorga su razón de ser a la
responsabilidad extracontractual y que constituye su objeto central. El daño a su
vez debe reunir determinados requisitos: personal, cierto y determinado 7.

Así mismo, es evidente que el daño por el cual se ejerce la solicitud, no


desmerece en su entidad ya que el mismo no es de cualquier tipo, sino que
debe ser “antijurídico” para generar la responsabilidad pretendida de la
administración.

La jurisprudencia del Consejo de Estado ha sostenido reiteradamente que “ha


de corresponder al juez determinar si el daño va más allá de lo que,
normalmente y sin compensación alguna, debe soportar una persona por el
hecho de vivir en una comunidad jurídicamente organizada y comportarse como
6
CONSEJO DE ESTADO. SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. SECCION TERCERA.
Consejero ponente: RAMIRO SAAVEDRA BECERRA. Bogotá D.C., agosto dieciséis (16) de dos mil siete
(2007). Radicación número: 41001-23-31-000-1993-07585-01(30114)
7
Con más detalles en: Henao, Juan Carlos. El daño. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.,
segunda reimpresión 2007. pp- 88 -159

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un sujeto solidario”. En este sentido se ha señalado que “en cada caso concreto
deberá establecerse si el daño sufrido es de tal entidad que el afectado no está
en la obligación de soportarlo, y resulta, en consecuencia, antijurídico”. Ahora
bien, a pesar de que el artículo 90 de la Constitución establece que el Estado
“responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean
imputables”, no existe en la legislación definición alguna del daño antijurídico.
No obstante, la jurisprudencia nacional ha definido tal concepto como “la lesión
de un interés legítimo, patrimonial o extra patrimonial, que la víctima no está en
la obligación de soportar, que no está justificado por la ley o el derecho”, en
otros términos, aquel que se produce a pesar de que “el ordenamiento jurídico
no le ha impuesto a la víctima el deber de soportarlo, es decir, que el daño
carece de causales de justificación”.

Bajo este entendido, no cabe duda que la antijuridicidad no es un concepto que


radique en la conducta ilegal de la administración, es un componente referido
en exclusiva al perjudicado, de ahí que lo que se predica como antijurídico es
que aquél no está obligado a soportar esa lesión en ese caso preciso.

Finalmente, dentro de este estadio, esa acción debe ser atribuible a un sujeto
determinado. Para el objeto de estudio a la Administración, a través de la
materialización del acto o defecto por intermedio de uno o unos de sus agentes.

5. DEL EVENTUAL ROMPIMIENTO DEL NEXO DE IMPUTACIÓN


NORMATIVO: LA CULPA EXCLUSIVA DE LA VÍCTIMA.

Resulta indispensable establecer si existe rompimiento del nexo de causalidad,


alegado por la entidad accionada en la contestación de la demanda y en los
alegatos de conclusión, bajo la eximente de responsabilidad denominado Culpa
Exclusiva de la Víctima.

Para abordar este tema se hace necesario analizar la naturaleza jurídica de la


“culpa”, componente dogmático de la causal invocada. Sobre este particular el
H. Tribunal Administrativo de Antioquia-Sala Cuarta de Oralidad con ponencia
del Magistrado Carlos Enrique Pinzón Muñoz 8 indicó que:

“…Ahora bien, resta comprobar, si existe rompimiento del nexo de


imputación jurídico9, esgrimido por la Policía Nacional como medio de
defensa en la contestación de la demanda y ante las pruebas presentadas
a lo largo del proceso.

Ab initio, y dentro de este espacio dedicado a las definiciones


conceptuales y dogmáticas del problema planteado, se hace necesario

8
Sentencia del 19 de octubre de 2015 radicado 05001333302820120307
9
Pues técnicamente el nexo causal no se rompe, en la medida en que los hechos de la naturaleza
suceden o no, por lo que debe sostenerse que el rompimiento ocurre en el nexo de imputación jurídico,
ficción que si asimila la falta de conexión normativa.

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develar la naturaleza jurídica de la “culpa”, componente dogmático de la


causal Culpa Exclusiva de la Víctima10.

Como consecuencia de la previsión jurisprudencial, adoptando el


concepto restringido que opera para el caso, se puede derivar que actúa
con culpa quien viola el deber objetivo de cuidado, el mismo que está
inserto en la propia ley, reglamento o normas que permiten la convivencia
social11, por lo que en ese contexto resulta exigible un comportamiento
ajustado a tales previsiones, frente a otros posibles, empero que no son
de recibo por cuanto la norma conforme al actuar prefijado para esa
situación concreta o rol, los desprecia.

En definitiva, entonces la “Culpa exclusiva de la víctima”, según las


reglas doctrinales y jurisprudenciales previstas, se erige sobre la base de
tres presupuestos basilares a saber: i) La relación causal entre el hecho
de la víctima y el daño, ii) Que el hecho de la víctima se debe atribuir
exclusivamente a ella, y no al ofensor, iii) Y que ese mismo hecho de la
víctima, pueda refutarse como culpable e ilícito 12:

De igual forma, de la mano de la presunta culpa exclusiva de la víctima,


aparece una eventual legítima defensa, pues se arguye por parte de la
entidad fustigada que los uniformados respondían al ataque, de ahí el
interés que merece el escrutinio de su dogmática, para lo cual a manera
de referente general habrá de precisarse que debe tenerse especial
consideración en tratándose del manejo de la fuerza por parte de los
cuerpos del Estado que, la idea de “proporcionalidad” en su uso es el
punto medular del debate.

Evidentemente, dentro de un raciocinio ponderado, se está autorizado


únicamente para hacer uso de ella – la fuerza-, cuando la “necesidad”
deje como única alternativa ese hecho; además, habrá de tenerse la
consideración basilar consistente en que los cuerpos legítimos poseen
una preparación especial, de ahí que no es el nudo reporte de una
amenaza el que garantiza su adecuado uso…”

Una vez definida la estructura de la culpa exclusiva de la víctima, el Despacho


deberá analizar si dentro el presente caso se configuró esta causal de exclusión
de responsabilidad que conlleve a la denegatoria de las pretensiones de la
Demanda.

6. DEL CASO CONCRETO.

10
Sentencia de 8 de marzo de 2007, exp. 24953
11
Que se erige en la expresión normativa de la culpa dentro de la teoría de la “Imputación objetiva”,
defendida en especial por la escuela de Berlín (Jakobs y Roxin).
12
Saavedra Becerra Ramiro, La responsabilidad extracontractual de la administración pública: Bogotá,
ed. Ibáñez 2008, pág. 581.

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Inicialmente se ocupa el Juzgado de verificar el acopio probatorio y los hechos


probados por las partes. Veamos:

* Se encuentra acreditado el parentesco del joven JULIO CESAR MOLINA


RÍOS con Humberto de Jesús Molina Ríos (hermano) y Ana Celia Molina Ríos
(hermana) en los registros civiles de nacimiento allegados de folios 54-58.

* Registro Civil de Defunción del joven JULIO CESAR MOLINA RÍOS (Fl. 52)

* Informe sobre el proceso penal emitido por la Fiscalía 45 delegada para el


Tribunal de Justicia y Paz (Fls. 60-64) en la que se aportan los siguientes
elementos probatorios relevantes:

1. Mediante el sometimiento a la ley 975 de 2005, el señor EDWIN YAMIT


ALZATE CORREA alias Cachama y JULIAN ESTEBAN RENDON VASQUES
alias Polocho, quienes en cumplimiento de los pilares de la ley (verdad, justicia
y reparación) mediante entrevista del 28 de septiembre de 2008 enunciaron
entre muchos otros hechos, haber participado de la retención y posterior
entrega a miembros del ejército nacional de JULIO CESAR MOLINA RÍOS.

2. El 02 de diciembre de 2008, mediante oficio No 8781 la Cuarta Brigada


remitió el listado de bajas en combates, estableciendo que para la fecha 29 de
septiembre de 2004, la Compañía Baluarte del Batallón de Contraguerrillas
Granaderos No 4 del Ejército Nacional, dio de baja durante un enfrentamiento
en la vereda San Gregorio del municipio de Nariño Antioquia, a dos (2) N.Ns de
sexo masculino, presentados como presuntos integrantes del Frente 47 de las
ONT-FARC-EP. Así mismo se corroboró que las investigaciones por los hechos
registrados se adelantaron inicialmente en la Fiscalía 20 Delegada de Nariño
Antioquia, bajo el radicado. 1.117, y luego en el Juzgado 24 de instrucción
Penal Militar, donde se instruyó bajo el radicado 114-2004.

3. EL 09 de diciembre de 2008, la policía judicial practicó diligencia de


inspección
judicial a la Investigación Previa No 4.085, por la Desaparición Forzada de
JULIO
CESAR MOLINA RÍOS, alias Cucaracho, donde se estableció que la Fiscalía
85
Delegada de la Ceja, con base en la denuncia de fecha de fecha 27 de
septiembre de 2004, instaurada por Lucia Molina Ríos, dictó Resolución de
Apertura de Investigación Previa de fecha 22 de octubre de 2004, y el día 04 de
abril de 2005, profirió Resolución Inhibitoria, ordenando el archivo de la
investigación

4. El 09 de diciembre de 2008, la policía judicial practicó inspección judicial al


radicado 114-2004, donde estableció que el Juzgado 24 de Instrucción Penal
Militar Ante La Cuarta Brigada, mediante Auto de fecha 14 de octubre de 2004,
ordenó la apertura de investigación preliminar, con base en el informe No 1053
de fecha 11 de octubre de 2004, suscrito por el SP ELCYE PACHECO

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SUAREZ, que da cuenta del combate registrado el 29 de septiembre de 2004,


en la vereda San Gregorio de Nariño Antioquia, entre tropas del Batallón de
Contraguerrilla
Granaderos No 4, e integrantes del Frente 47 de las ONT-FARC-EP, donde
fueron dados de baja dos (2) de sus integrantes; investigación que mediante
auto de fecha 09 de febrero de 2006, el Juzgado 24 resuelve Abstenerse de
Abrir
Investigación Penal Formal, ordenando el archivo del expediente.

5. EL 25 de febrero de 2009, mediante oficio No 361 la policía judicial solicitó al


Grupo de Identificación Especializada del Cuerpo Técnico de Investigación del
CTI, la identificación plena de los dos (2) NNs, dados de baja en combate por
Integrantes del Ejército Nacional.

6. El 05 de junio de 2009, el Grupo de Identificación Especializada mediante


informes de policía judicial números 177692 y 170955, estableció que las
plenas
identidades de las personas dadas de baja, mediante cotejo dactiloscópico
entre
las impresiones dacadactilares de los indices derechos de las tarjetas de
nacrodáctila de los NNs 1 y 2, y las impresiones dactilares de los indices
derechos contenidas en las tarjetas decadactilares con los cupos numérico
15’383.864 y 15’388.237, concluyendo que respondían a los nombres de Julio
Cesar Molina Ríos y Diego León Montoya López, respectivamente.

7. El 10 de marzo de 2009, la Fiscalía 20 delegada mediante oficio N° 401


solicito al director nacional de fiscalías, el cambio de competencias de la
investigación por desaparición forzada y posteriores homicidios de Julio
Cesar Molina Ríos y Diego León Montoya López, archivada por la jurisdicción
penal militar y la fiscalía delegada de la Ceja Antioquia.

8. El 09 de abril de 2009, el señor Fiscal General de La Nación, mediante


Resolución No 0-2000, asignó investigación de manera especial a la Fiscalía 47
Especializada Delegada Ante la Unidad Nacional de Derechos Humanos y
Derecho Internacional Humanitario de la ciudad de Bogotá.

9.El 17 de abril de 2009, en diligencia de versión libre el postulado EDWIN


YAMID
ALZATE CORREA, alias Cachama, confesó la retención y posterior entrega a
integrantes del Ejército Nacional de JULIO CESAR MOLINA RÍOS, alias
CUCARACHO y DIEGO LEÓN MONTOYA LÓPEZ, alias RATÓN.

10. El 10 de noviembre de 2009, la Fiscalía 20 Delegada ante Tribunal


reconoció
sumarialmente la calidad de víctima a la señora LUCÍA MOLINA RÍOS,
hermana
del desaparecido JULIO CESAR MOLINA RÍOS.

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11. El 10 de noviembre de 2009, la Fiscalía 20 delegada mediante oficio N°


3276, solicito a la fiscalía delegada de Nariño, Antioquia, información sobre el
lugar exacto donde fueron inhumados los cuerpos dados de baja por
Integrantes del Ejército Nacional.

12. El 30 de enero de 2012, la Fiscalía 20 Delegada envió nuevamente una


comisión de investigadores al municipio de Nariño Antioquia, quienes con la
colaboración de JOSE MANUEL CIFUENTES QUINTER0, anterior sepulturero
de esa localidad, ubicaron en el cementerio el sitio exacto donde fueron
inhumados los cuerpos de JULIO CESAR MOLINA RİOS y DIEGO LEON
MONTOYA LÓPEZ, lugar que fue debidamente demarcado y fijado a través de
fotografías, cuyas diligencias quedaron plasmadas en informe No 010 de fecha
1° de febrero de 2012.

13. El 10 de septiembre de 2012. el Juzgado Penal del Circuito de La Ceja


Antioquia, condenó a LUIS ALFONS O SOTELO MARTÍNEZ, alias JHON, a
veinticuatro (24) años de prisión, por hallarlo penalmente responsable de
concurso heterogéneo de conductas punibles de desaparición forzada y
homicidio en persona protegida de DIEGO LEÓN MONTOYA LÓPEZ, y JULIO
CESAR MOLINA RÍOS, sentencia ejecutoriada el 16 de octubre de 2012.

* Sentencia Condenatoria proferida por el Tribunal Administrativo de Antioquia,


(Fls. 170-256) en proceso identificado con el radicado
05001300102120090029501 acumulado con el 05001333101920100045700.
En donde se aportaron los siguientes elementos probatorios relevantes:
1. Conoce el Tribunal del recurso de apelación interpuesto por la parte
demandante y demandada, en contra de la sentencia proferida el veintidós (22)
de octubre de dos mil trece (2013) por el Juzgado Veintiuno (21) Administrativo
del Circuito de Medellín, por medio de la cual se ACCEDIÓ a las pretensiones
de la demanda.

2. Los apelantes son el señor GUILLERMO DE JESUS MOLINA LÓPEZ padre


del fallecido JULIO CESAR MOLINA RIOS, LUCIA MOLINA RIOS y
LEONIDAS MOLINA RIOS hermanos de JULIO CESAR MOLINA RIOS.

2. El Tribunal decide confirmar la sentencia de primera instancia por medio de la


cual se establece que LA NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJERCITO
NACIONAL es responsable por los daños ocasionados a los demandantes las
ejecuciones extrajudiciales ocurridas el 29 de septiembre de 2004 en la vereda
San Gregorio Municipio de Nariño, departamento de Antioquia, donde fueron
asesinados de DIEGO LEÓN MONTOYA LÓPEZ, y JULIO CESAR MOLINA
RÍOS y presentados como bajas en un supuesto combate en contra de las
FARC.

* Investigación Penal adelantada por la FISCALIA GENERAL DE LA NACIÓN-


UNIDAD DE DERECHOS HUMANOS- FISCALIA 45 DELEGADA PARA LA
JUSTICIA Y PAZ en el proceso penal adelantado por la muerte de JULIO
CESAR MOLINA RIOS, Radicado 332154 que se encuentra en el cuaderno 2

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de este expediente 2015 00129-02, en donde se aportan los siguientes


elementos probatorios relevantes:

1. Denuncia formulada el 27 de septiembre de 2004 por la señora LUCIA


MOLINA RIOS por la desaparición de su Hermano JULIO CESAR MOLINA
RIOS ocurrida el 22 de septiembre de 2004 (Fls. 20-23) en la Fiscalía 95
Delegada Ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de la Ceja, Donde dijo que 22
de septiembre de 2004, siendo las cinco de la tarde, su hermano JULIO
CESAR, salió de la residencia en compañía de un desconocido, y no regresó.
De igual manera indicó la denunciante que su hermano era enfermo mental, se
dedicaba a sacar gravilla del río, no había recibido amenazas de muerte, y tuvo
anotaciones en la estación de policía por escándalo público. Respecto a las
características físicas de su hermano dijo que tiene de 33 años de edad, cabello
de color negro, rapado a los lados, tez trigueña; le faltan los dientes superiores;
vestía camiseta blanca y sudadera de color negro con listas blancas a los lados.
Finalmente, la señora MOLINA RÍOS sindicó del hecho a los paramilitares.

2. Versión libre de LUIS ALONSO SOTELO MARTINEZ del 11 de octubre de


2012 siendo las 11: 33 (Fl. 9) en cuanto al caso de JULIO CESAR MOLINA
RIOS:

“JULIO CESAR ALIAS CUCARACHO Y RATON. SIJYP 332154


22-09-2004DOY LA ORDEN A SEBASTIAN DE ASESINARLOS, EL LE
DA LA ORDEN A POLOCHO, CHESTER Y CHACHO Y ESTOS SE LO
ENTREGAN A UNA MOVIL DEL GRANADERO. SEBASTIAN ME DICE
QUE ESTOS SON COLABORADORES DE LA GUERRILLA. LA ORDEN
LA DOY TENIENDO EN CUENTA QUE LA ORGANIZACIÓN HABIA
DECLARADO OBJETIVO MILITAR A COLABORADORES DE LA
GUERRILLA HECHO CONFESADO POR POLOCHO Y CACHAMA.
ASUMO LA RESPONSABILIDAD DE HABER DADO LA ORDEN
DE ASESINARLOS, SE ME HACE RARO QUE APARECIERAN
MUERTOS EN SONSON DONDE YO NO TENIA NADA QUE VER
ESTOS FUERON SEPULTADOS COMO NN EN FOSA COMUN
DEL CEMENTERIO DE NARIÑO ANTIOQUIA POR LO TANTO
NO SE HA LOGRADO SU IDENTIFICACIÓN.”

3. Versión libre de JULIAN ESTEBAN RENDON VASQUES del 21 de


noviembre de 2008 (Fl. 10):

“PREGUNTO: QUIENES LO RECIBIERON EN RANCHO TRISTE.


CONSTESTO: LLEGO EL TAXISTA JHON MARTIN Y DOS PELADOS.
PREGUNTO: EN QUE CONDICIONES LLEGO ESTOS MUCHACHOS.
CONTESTO: DE CIVIL PORQUE SE HABIA TORCIDO CON LOS
PARACSO CON EL QUE ANDABAN. ESTUBIERON RETENIDOS EN
UNA TARDE. HASTA POR LA NOCHE QUE LLEGARON POR ELLOS
EL EJERCITO. LLEGABA EN UNA TURBO DE 6 O 10 SOLDADOS
UNIFORMADOS Y ARMADOS. PARA ERA ALTO Y EL AMIGO
BARBADO, DE CABELLO BAJITO, TRIGUEÑO DESLGADO Y ALTOS

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Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

TODOS DOS. PREGUNTO: DE DONDE VENIAN LOS SOLDADOS A


RECOGER ESTAS PERSONAS. CONSTESTO: VENIAN DE SONSON.
PREGUNTO: OBSERVO DOS PERSONAS O HABIAN MAS
PERSONAS AHÍ. CONTESTO: NO SOLAMENTE ENTREGO DOS
PERSONAS NO VI EN CARRO. POSIBLEMENTE HAY OTRA
PERSONA EN EL HECHO. LA CEJA ESE LLEGUE A RANCHO TRSTE
ESTE DIEGO ME DIJO QUE ESTABA UNA PERSONA ALLI Y QUE LO
INVITO PARA DONDE EL Y ALLA LO CAPTURO, LO RETUVO Y
DESPUES VOLVI Y ME DIJERON QUE HABIA ENTREGADO AL
EJERCITO, A ESTE SEÑOR LE DECIAN RATON. “

4. Versión libre de EDWIN YAMIT ALZATE CORREA del 17 de abril de 2009,


(Fls. 13-16):

“PREGUNTA: CON QUE HECHOS VAS A SEGUR. CONSTESTO: CON


LOS CASOS DE ALIAS CUCARACHO Y RATON EN SEPTIEMBRE DE
2004, EN LA VEREDA LA LOMA, YO ESTABA EN LA TERCERA
ESCUDRA, CUCARACHO Y RATON ESTABAN AMARRADOS A
CARGO DE LOS URBANOS HASTA QUE LLEGAMOS NOSOTROS.
CHARLI LE ORDENO A TAZMANIA QUE NOS LOS LLEVARAMOS, A
LO QUE PROCEDIMOS Y LOS DEJAMOS AMARRADOS ESA NOCHE
HASTA EL OTRO DIA. YO HABLE CON ALIAS CUCARACHO, EL
ESTABA APORRIADO Y LE PREGUNTEQUE LE HABIA PASADO, EL
ME DIJO QUE LO HABIAN APORRIADO PORQUE SE IBA A VOLAR Y
ME DIJO QUE NO SABIA PORQUE LO IABN A MATAR, CUCARACHO
ESE DIA ESTABA DE JEAN Y ZAPATOS VIEJOS, UNA CAMISETA
ROTA Y NO RECUERDO MAS. ALIAS RATON ERA DE LA CEJA, DE
UNA BANDA DE LA CEJA, NO SE PORQUE LOS UBIERON, YO
HABLE CON EL Y ME DIJO QUE EL ESTABA TRABAJANDO EN UNA
CONSTRUCCION Y QUE HABIAN IDO POR EL Y SE LO HABIAN
LLEVADO A LA FUERZA, EL ESTABA DE PANTALON ANCHO
OSCURO, ESQUELETO Y NO RECUERDO QUE ZAPATOS LLEVABA,
EL FISICAMENTE ESTABA BIEN. PREGUNTA: CUANTO LLEVABA
RATON DETENIDOY UDS HABIAN TORTURADO A ESTAS
PERSONAS. CONSTESTO: NO SE, PERO EL ESTUBO CON
NOSOTRO COMO 5 DIAS, A NINGUNO DE LOS DOS LOS
TRATABAMOS MAL Y LES DIJIMOS QUE IBAN ATRABAR CON
NOSOTROS PARA QUE SE TRANQUILIZARAN. PREGUNTA: DE
DONDE SACARON A CUCARACHO Y A RATON. CONSTESTO: LO
POCO QUE HABLE CON CUCARACHO EL ME DIJO QUE A EL LE
DIJERON QUE FUERA A HACER UN TRABAJO AL TAMBO Y QUE EL
FUE Y LO MONTARON A UN TAXI INTENTO VOLARSE LO
RECAPTURARON Y LO APORRIARON, A NOSOTROS NO LO
ENTREGO LOS URBANOS, POLOCHO Y CHACHO, NO RECUERDO
QUIEN MAS, RATON NO SE QUIEN LO RETUVO; A NOSOTROS NO
LO ENTREGO POLCHO Y CHACHO, DESPUES DE QUE NOS LOS
DIERON A NOSOTROS COMO A LOS 5 DIAS VOLVIERONLOS
URBANOS POR ELLOS, NO SE QUIENES, YO NO ESTABA ESE DIA.

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A ELLOS LES DIMOS CAMUFLADOS Y BOTAS. PREGUNTA:


QUIENES DE LOS URBANOS SE LOS ENTREGARON AL EJERCITO Y
A QUE MIEMBROS DEL EJERCITO. RESPUESTA: NO SE DRA. LA
ENTREGA FUE DE LA MISMA FORMA QUE LE DIJE AHORA.
PREGUNTA: IBAN EN CARROSDEL EJERCITO O EN PARTICULARES
Y A QUE HORA SE LOS ENTREGABAN A ELLOS. CONTESTO: NO SE
EN QUE CARRO LOS RECOGIAN Y SIEMPRE LOS ENTREGABAN EN
LA NOCHE. PREGUNTA: QUINES LOS CUSTODIABAN Y EN DONDE
LOS TENIAN RETENIDOS. CONTESTO: EL COMANDANTE
TAZMANIA, CESAR, ATALAJE, EUCLIDES, MUELAS, EL RASPACHIN,
EL POLICIA Y YO. LOS TUVIMOS RETENIDOS EN UNA CASA
ABANDONADA EN LA VEREDA LAS LOMAS, EN UNA CAFETERA
LAS CAMBUCHABAMOS, ANTES DE ESTAR EN EL CAMBUCHEDE
LA CAFETERA ESTUUVIERON EN RANCHO TRISTE Y NO SE
DONDE MAS. PREGUNTO: QUIEN ORDENO RETENER ESTOS 2
MUCHACHOS. CONSTESTONO: NO SE, PERO TODO LO QUE
PASABA EN EL MPIO PASABAPOR OIDOS DE JHON. PREGUNTA:
QUIEN ORDENO CUSTODIARLO Y ENTREGARLOS, CONSTESTO:
NO SE QUIEN DIO LA ORDEN, PERO EL COMANDANTE MILITAR
ERA JHON. PREGUNTO: QUE SABE DE CUCARACHO Y RATON.
CONSTESTO: CUCARACHO VIVIA CERCA DE MI CASA, EL
TRABAJABA EN UN COCHE RECOGIENDO ARENA, EL SE LLAMABA
JULIO NO RECUERDO EL APELLIDO. DE RATON SOLO CONOZCO
EL ALIAS, EL ERA DE UNA BANDA DE LA CEJA, NO SE NADA MAS.”

* Orden de operación N° 022 del 23 de febrero de 2004 del Ejército Nacional


Primera División Cuarte Brigada. (Fls. 102-114).

* Informe de patrullaje del día 03 de octubre de 2004, suscrito por el CT ARIAS


SANCHES JAIR del Batallón de Contraguerrillas N° Granaderos (Fls. 116-128)
de la que se extrae:

“El dia 28 de septiembre de 2004 en el municipio de Sonsón, se recibió


la información de presencia de terroristas al parecer del 47 frente de las
ONT - FARC en la vereda de San Gregorio jurisdicción del municipio de
Nariño.  

Siendo aproximadamente las 22:00 horas se inició un desplazamiento


táctico a pie desde el Municipio de Sonsón hacia el alto de la cruz, para
posteriormente proseguir con el movimiento hacia el sector de las
PARTIDAS DE LA QUIEBRA DE SAN PABLO se ubica tácticamente un
personal a 0-2-15 al mando del Sr SS López Marden Yesid, quien tiene
como misión garantizar comunicación y servir de apoyo inmediato ante
cualquier eventualidad que se presente. A las 03:00 horas del día
Miércoles 29 de Septiembre de 2004 se inició la infiltración a 2-2-17 al
mando del Sr ST Rosales Caicedo Oscar hacia la vereda de San
Gregorio, a las 06:00 horas aproximadamente ya nos encontrábamos

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muy cerca del objetivo, nos dividimos por dos ejes de avance diferentes
pero no muy distantes, de monto un observatorio hacia la vereda San
Gregorio, en la cual se pudo observar movimientos del enemigo de
aproximadamente 10 a 12 bandidos, unos vestían prendas militares y
otros de civil, unos con armas largas  con  armas cortas, comenzamos a
avanzar hacia ese lugar, siendo aproximadamente las 06:30 horas
fuimos sorprendidos con fuego nutrido por otro  y otros  grupo que se
encontraba en la parte alta, el cual la unidad comenzó a maniobrar, el
contacto duro entre 25 y 30 minutos aproximadamente, cuando nos
pudimos comunicar con la unidad que se encontraba en las PARTIDAS
DE LA QUIEBRA Reportamos los hechos ocurridos en la Vereda San
Gregorio en  coordenadas 05´39´30 – 74´12´20´se aseguró el sector y se
realizó el registro encontrando como resultado dos subversivos abatidos
presuntamente integrantes del frente 47 de las ONT-FARC.”

*Declaraciones varias rendidas ante el juzgado 24 de instrucción Penal Militar


ante la cuarta Brigada del Ejército, (Fls.119-137) de la que se extrae:

DILIGENCIA DE DECLARACION QUE RINDE EL SEÑOR


SUBTENIENTE OSCAR ANDRES ROSALES CAICEDO:
“PREGUNTADO: HAGA UN RECUENTO DETALLADO DE LOS
HECHOS REGISTRADOS EL DIA 29 DE SEPTIEMBRE DE 2004, EN
LA VEREDA SAN GREGORIO, JURISDICCION DEL MUNICIPIO DE
NARIÑO - ANTIOQUIA CONTESTO: El día 28 de septiembre te de 2004,
se recibió la información de presencia de subversivos en el sector de la
vereda SAN GREGORIO, jurisdicción del Municipio de NARIO. A las
22:00 horas, se inició aproximadamente con el movimiento táctico a pie,
desde SONSON hacia el sector de las PARTIDAS DE LA QUIEBRA, en
ese sector, se ubicó un personal, al mando del SS. LOPEZ MARLEN
YESID, quien tiene como misión, garantizar la comunicación y servir de
apoyo inmediato ante cualquier eventualidad que se presente, a las
03:00 del dia miércoles 29 de septiembre, se inicio la infiltración a 2-2-17
a mi Mando y del ST. CASTAÑO, SV. GARCIA CERON, y los soldados
URRUTIA MOSQUERA, GOMEZ VARELA, GIRALDO, Y GONZALEZ A
las 06:00 horas, aproximadamente, ya nos encontrábamos muy cerca del
objetivo, nos dividimos por dos ejes de avance, diferentes, pero no muy
distantes, se montó un observatorio a la vereda SAN GREGORIO, donde
se pudo observar movimientos, del enemigo, de aproximadamente diez a
doce hombres, unos vestían prendas militares, otros civiles, unos con
armas cortas y otros con armas largas, se visualizaron, comenzamos a
avanzar a ese lugar, o sea, la vereda SAN GREGORIO y a las seis y
treinta aproximadamente, fuimos sorprendidos con fuego nutrido, por
otro grupo que se encontraba en la parte alta, el cual las dos unidades
comenzamos a maniobrar, el contacto duro de 25 a 30 minutos, más o
menos, cuando nos comunicarnos con el SS. LOPEZ que estaba en las
partidas DE LA QUIEBRA, le reportamos lo que paso y cuando cero el
fuego, se aseguró el sector, se registró y se encontraron dos subversivos
abatidos, se encontraban en la parte alta los dos, estaban en la maraña,

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se encontraban boca arriba, estaban con e camuflado, con botas de


caucho, uno de ellos, tenía una  se encontraban boca arriba, estaban
con  la parte alta los dos, uniforme camuflado, con botas de caucho, uno
de ellos, tenía una camisa roja, este tenía una pistola calibre 7,65, se le
encontraron tres vainillas, seis cartuchos, y un proveedor y el otro tenía
una camisa blanca y un pantalón Jean debajo del camuflado, tenía una
pistola BROWING 9mm, tenía dos vainillas, tres cartuchos, y un
proveedor, eran jóvenes, pero no me fije que heridas tenían. A las seis y
media, de la mañana, comenzó el combate, más o menos. En el lugar de
los hechos, no se pudieron tomar fotos, porque la cámara, se encontraba
dañada, en el desplazamiento, porque esa noche llovió, o sea, no
funciono. Nos dieron la orden de NARIVO, la Policía dio la orden de bajar
el cadáver, se bajó del lugar de los hechos, a la carretera, como a las
once de la mañana, más o menos, distante como a una hora de Camino;
aseguramos la via y mandaron tropa y sacamos los cadáveres, y se los
entregué a mi Capitán BALAGUERA de la POLICIA, el armamento nos lo
entregaron a nosotros, y luego lo llevamos a  SONSON, al PUESTO DE
MANDO, que dirigía mi Mayor ROBERTO DEL VALLE,  Después nos
devolvimos de NARIÑO a SONSON, a pie. PREGUNTADO:  DIGA AL
DESPACHO, CUAL ERA LA OPERACIÓN MILITAR QUE
EJECUTARON, COMO SE DENOMINO Y EN QUE CONSISTIA,
CONSTESTO: ESPARTACO (…)”

DILIGENCIA DE DECLARACION QUE RINDE EL SEÑOR SARGENTO


VICEPRIMERO GARCIA CERON RAFAEL ANTONIO:
“PREGUNTADO: HAGA UN RECUENTO DETALLADO DE LOS
HECHOS REGISTRADOS EL DIA SEPTIEMBRE DE 2004, EN EL
SECTOR DE LA VEREDA SAN GREGORIO. JURISDICCION DEL
MUNICIPIO DE NARINO (ANTIOQUIA). CONTESTO: El día martes 28
de septiembre la compañía BALUARTE se encontraba en SONSON, de
ahí mi mayor ROBERTO DEL VALLE, nos reunió, formo la compañía y
nos informó que llegaron informaciones de que en el sector de SAN
GREGORIO había presencia de subversivos entonces la compañía
BALUARTE iba a realizar un desplazamiento para verificar o confirmar o
desvirtuar las informaciones a las diez de la noche, salió una
contraguerrilla al mando de mi teniente ROSALES. hasta el sector de la
QUIEBRA ahí en ese punto se dejó un GIL, al mando del SS. LOPEZ
MARDEN se dejó ese Gil para asegurar comunicaciones y para un
posible apoyo, de ahí salió el otro Gil al sector de SAN GREGORIO a las
tres de la mañana en infracción ahí cuando llegamos al sector de SAN
GREGORIO nos dividimos en dos ejes de avance y montamos  eso a las
seis de la mañana aproximadamente llegamos al punto y por ahí unos
diez minutos después observaron que había presencia de gente armada
entonces ahí empezamos movimiento de los dos GULES por dos ejes de
avance algo distante cuando íbamos en ese movimiento nos atacaron un
grupo desde un cerro se escuchaban armas largas ahí fue cuando
reaccionamos y entramos en combate de ahí teniente POSALES informo
al SS LOPEZ del combate. Para que informare a mi Mayor ese combate

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duro de veinte a veinticinco minutos luego de hacer terminado el


combate realizamos el registro en el sector encontrándose como
resultado dos subversivos dados de baja eso en un terreno quebrado
con maraña y uno cayó cerca del otro El primero quedo  con prendas de
uso privativo de las fuerzas armadas con botas pantaneras y ama corta
era joven de aproximadamente 20 a 25 años era como blanco en una
pistola en la mano derecha tenia igualmente como una camisa roja
debajo de la camisa camuflada. El otro quedo boca arriba tenia
igualmente camuflado botas pantaneras
(…)”

DILIGENCIA DE DECLARACION QUE RINDE EL SOLDADO


PROFESIONAL JORGE ADRIANO GOMEZ VARELA:
“REGUNTADO: HAGA UN RECUENTO DETALLADO DE LOS HECHOS
REGISTRADOS EL DIA 29 DE SEPTIEMBRE DE 2004, EN EL SECTOR
DE LA VEREDA SAN GREGORIO:   El día 28 de septiembre nos
encontrábamos en el municipio de SONSON. Mi Mayor ROBERTO formo
la compañía. nos comentó que había presencia de bandidos en La
VEREDA SAN GREGORIO la compañía BALUARIE al mando del ST.
ROSALES hizo desplazamiento desde las 22.00 hasta las 02:00 horas
hasta llegar a la Vereda LA QUEBRA luego se dejó un Gil al mando de
mi Sargento LOPEZ, de ahí salió el Gil de mi teniente ROSALES a la
vereda SAN GREGORIO luego aproximadamente faltando diez para las
seis se montó un puesto de observatorio al punto donde se vela la
presencia de enemigo luego se salió a las seis y cuarto seis y cuarto
Íbamos haciendo el movimiento hubo cadencia de fuego desde un cerro
donde no sabíamos que nos iban a disparar ya abrimos el GIL por dos
equipos por diferentes ejes de avance con una diferencia de cien metros
más o menos de uno a otro, al mando de mi Teniente ROSALES Y otro
al mando de mi Sargento GARCIA y a lodos dos equipos nos dieron y
empezaron. Yo iba en el de mi teniente GRACIA. (…)

De conformidad con las pruebas relacionadas y para efectos de determinar la


responsabilidad de una entidad estatal, es necesario probar la existencia del
daño que no se está en el deber jurídico de soportar, y que éste pueda ser
atribuido a la Administración Pública.

Por lo anterior y en virtud de las pruebas relacionadas en precedencia


encuentra el Despacho acreditada la ocurrencia del hecho, pues se logró
establecer que el día 22 de septiembre del 2004 el señor Julio Cesar Molina
Ríos fue sustraído ilegalmente por miembros de un grupo paramilitar que
ejercía en la Zona, como lo evidencia la denuncia formulada el 27 de
septiembre de 2004 por la señora LUCIA MOLINA RIOS (Cuaderno 2. Fls. 20-
23) en la Fiscalía 95 Delegada Ante el Juzgado Promiscuo del Circuito de la
Ceja. Donde dijo que 22 de septiembre de 2004, siendo las cinco de la tarde, su
hermano JULIO CESAR, salió de la residencia en compañía de un
desconocido, y no regresó. De igual manera indicó la denunciante que su
hermano era enfermo mental, se dedicaba a sacar gravilla del río, no había

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recibido amenazas de muerte, y tuvo anotaciones en la estación de policía por


escándalo público. Respecto a las características físicas de su hermano dijo
que tiene de 33 años de edad, cabello de color negro, rapado a los lados, tez
trigueña; le faltan los dientes superiores; vestía camiseta blanca y sudadera de
color negro con listas blancas a los lados. Finalmente, la señora MOLINA RÍOS
sindicó del hecho a los paramilitares.

También se encuentra probada la muerte de Julio Cesar Molina Ríos el día 29


de septiembre de 2004, según el Registro Civil de Defunción (Fl. 52).

Y de conformidad con lo establecido en la investigación que adelanta la


FISCALIA GENERAL DE LA NACIÓN- UNIDAD DE DERECHOS HUMANOS-
FISCALIA 45 DELEGADA PARA LA JUSTICIA Y PAZ en el proceso penal
adelantado por la muerte de Julio Cesar Molina Ríos, Radicado 332154, se
pudo establecer a través de declaraciones de los miembros Paramilitares que el
señor Julio Cesar Molina Ríos fue retenido por este grupo desde el 22 de
septiembre hasta 29 de septiembre fecha en la cual fue entregado a miembros
del Ejército Nacional y posteriormente reportado como baja en combate. Lo
anterior según la declaración realizada el 17 de abril de 2009, en diligencia de
versión libre el postulado EDWIN YAMIDALZATE CORREA, alias Cachama,
confesó la retención y posterior entrega a integrantes del Ejército Nacional de
JULIO CESAR MOLINA RÍOS, alias CUCARACHO y DIEGO LEÓN MONTOYA
LÓPEZ, alias RATÓN.

Ahora bien, teniendo en cuenta que el título de imputación jurídica que debe
aplicarse en el presente caso es el de falla en el servicio, pues los fundamentos
fácticos de la demanda no dejan entrever que se trató de un hecho accidental,
sino voluntario de parte de los miembros del Ejército Nacional, siendo entonces
evidente que es deber probatorio de la parte actora demostrar los elementos
suficientes que permitan contemplar el elemento subjetivo, por lo que se impone
precisar, si concurren los elementos necesarios para declarar la responsabilidad
del Estado, esto es, el daño de tipo patrimonial o moral, cierto y determinado
que el administrado no está obligado a soportar (daño antijurídico); la
conducta activa u omisiva de la entidad demandada, y que propicia el juicio de
reproche ante la desatención de las obligaciones a su cargo (falla); y la relación
de causalidad entre éste y aquel (Nexo causal), que se traduce en que ese
daño se produjo como consecuencia directa de la actuación atribuida a la
administración.

Así las cosas, debe el Despacho determinar si la muerte del joven Julio Cesar
Molina Ríos es antijurídica e imputable al Ejercito Nacional; ello, con el fin de
predicar si efectivamente se configura la responsabilidad patrimonial
administrativa a cargo de la entidad accionada que derive en el resarcimiento
de los perjuicios invocados por los demandantes, siempre y cuando los mismos
cuenten con el respaldo probatorio necesario.

De la lectura del material probatorio recaudado, se conoció que en el curso del


proceso penal que se adelantó por la muerte de Julio Cesar Molina Ríos, se

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vinculó por medio de declaraciones la participación de miembros del Ejército


Nacional en la la ejecución extrajudicial de Julio Cesar Molina Ríos quien fue
reportado como baja en Combate por parte de la Compañía Baluarte del
Batallón Contraguerrillas N°4 del Ejército Nacional como supuesto miembro del
Frente 47 de las FARC-EP, hechos ocurridos el 29 de septiembre de 2004 en la
vereda San Gregorio, municipio de Nariño, departamento de Antioquia.

También a partir de la sentencia del Tribunal Administrativo de Antioquia, (Fls.


170-256), que confirma la sentencia de primera instancia en donde la
jurisdicción contenciosa administrativa reconoce responsabilidad atribuible al
Estado por la participación de miembros del Ejército Nacional en muerte de
Julio Cesar Molina Ríos el 29 de septiembre de 2004, por lo cual profieren
sentencia Condenatoria, que concede la reparación al señor GUILLERMO DE
JESUS MOLINA LÓPEZ padre del fallecido JULIO CESAR MOLINA RIOS,
LUCIA MOLINA RIOS y LEONIDAS MOLINA RIOS hermanos.

Por lo anterior al afirmarse que de manera deliberada y voluntaria miembros


pertenecientes al Ejército Nacional habrían desviado el servicio que les fuera
encomendado por la Constitución y las leyes, para cometer aparentemente el
delito de homicidio en persona protegida se confirma la falla en el servicio.

Sin embargo, el despacho no puede desconocer que los testimonios rendidos


por parte de algunos miembros del Ejército Nacional que realizaron la operación
ESPARTACO donde resultó muerto Julio Cesar Molina Ríos, coinciden y no
se evidencian contradicciones significativas. No obstante, no son suficientes
para demostrar la existencia de un combate el día 29 de septiembre de 2004
que desencadeno en la muerte del señor Julio Cesar Molina Ríos.

De lo anteriormente expuesto, es claro para el Despacho la demostración de


cada uno de los elementos necesarios para imputar responsabilidad a la
entidad pública Demandada, como quiera que la actuación del Ejército Nacional
que acabó con la vida del joven Julio Cesar Molina Ríos, constituye un daño
que la familia del occiso no estaba en la obligación de soportar y por el
contrario, resulta viable su imputación, tanto fáctica como jurídica, a Ejercito
Nacional, por lo que el Despacho la declarará responsable y
consecuencialmente declarará no probadas las excepciones de “Culpa
Exclusiva de la Víctima” y “Legítima defensa”, propuestas en la contestación de
la demandada.

5.1. Del reconocimiento y tasación del daño moral reclamado.

Ahora bien, recuerda el Juzgado que el daño moral fue incluido por la
jurisprudencia del Consejo de Estado 13 dentro de los daños indemnizables,
reconociendo en principio el proveniente de la muerte o de las lesiones
causadas a personas cercanas a la víctima directa -a aquellas que por su
13
Sección Tercera, C.Ps.: Drs. Julio Cesar Uribe Acosta, Eduardo Suescún y José Alejandro Bonivento
Fernández, sentencias del 8 de marzo, 7 de junio de 1984, y del 21 de febrero de 1985; exps. 2846, 3152
y 3253; actores: Gilberto Diaz Vélez; Armando Emilio Ángel Londoño y Otros y Joel Flórez Villada y otros,
respectivamente.

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inmediatez, ha señalado la doctrina, sufren un perjuicio reflejo 14- y


posteriormente del daño derivado de la avería o pérdida de cosas, así como al
proveniente de lesiones al honor o buen nombre en asuntos de responsabilidad
patrimonial precontractual o contractual15.

Frente a la prueba de la causación del daño moral, la Sección Tercera del


Consejo de Estado ha sostenido que “…cuando se ha tratado el tema de la
prueba de la existencia de los perjuicios morales en los parientes de la víctima
directa en casos de muerte y lesiones graves, esta Corporación ha considerado
que el hecho de que esté acreditado el parentesco representa un indicio para la
configuración de ese daño en los parientes hasta el segundo grado de
consanguinidad y primero civil, esto es, respecto de los padres, hermanos,
abuelos e hijos del afectado y de su cónyuge o compañera permanente. Las
razones que sustentan el paso del hecho indicador del parentesco, a la
circunstancia de que el daño causado a una persona afecta moralmente a sus
parientes, se fundamentan en que: a) la experiencia humana y las relaciones
sociales enseñan que entre los parientes existen vínculos de afecto y ayuda
mutua y b) las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y
deberes de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus integrantes
(artículo 42 de la C.P.). De esta manera, la pérdida o enfermedad de uno de los
parientes causa un grave dolor a los demás.” 16

De este modo, siendo una prueba suficiente el hecho del parentesco entre la
victima directa y las víctimas indirectas para derivar el daño moral causado por
la muerte de Julio Cesar Molina Ríos, se reconoce la existencia del daño
moral a su favor.

La Sala Plena del Consejo de Estado en decisión de unificación proferida el 28


de agosto de 2014 dentro del expediente número 66001-23-31-000-2001-
00731-01 (26251), con ponencia del Consejero Dr. Jaime Orlando Santofimio
Gamboa, determinó en lo relativo a la indemnización de los perjuicios
inmateriales lo siguiente:

“(…) Así las cosas, tenemos que el concepto de perjuicio moral se


encuentra compuesto por el dolor, la aflicción y en general los
sentimientos de desesperación, congoja, desasosiego, temor, zozobra,
etc., que invaden a la víctima directa o indirecta de un daño antijurídico,
individual o colectivo.

En consecuencia, para la reparación del perjuicio moral en caso de


muerte se han diseñado cinco niveles de cercanía afectiva entre la víctima
directa y aquellos que acuden a la justicia en calidad de perjudicados o
víctimas indirectas, los cuales se distribuyen así:
14
Del Daño. Compilación y extractos José N. Duque Gómez. El daño Moral José de Aguiar Díaz Pags.
485 y siguientes.
15
Sección Tercera. C.P.: Dr. Ricardo Hoyos Duque. Sentencias del 6 de marzo de 1997: exp. No. 10038;
actor: Oscar Gómez España; y del 13 de abril de 2000; exp. 11892; actor: Franklin Liévano Fernández.
16
Consejo de Estado, sentencia del 26 de noviembre de 2014, C.P. Hernán Andrade Rincón, expediente
20002819-01 (28716)

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Nivel No. 1. Comprende la relación afectiva, propia de las relaciones


conyugales y paterno- filiales o, en general, de los miembros de un
mismo núcleo familiar (1er. Grado de consanguinidad, cónyuges o
compañeros permanentes o estables). A este nivel corresponde el
tope indemnizatorio de 100 SMLMV.

Nivel No. 2. Donde se ubica la relación afectiva propia del segundo


grado de consanguinidad o civil (abuelos, hermanos y nietos). A este
nivel corresponde una indemnización equivalente al 50% del tope
indemnizatorio.

Nivel No. 3. Está comprendido por la relación afectiva propia del


tercer grado de consanguinidad o civil. A este nivel corresponde una
indemnización equivalente al 35% del tope indemnizatorio.

Nivel No. 4. Aquí se ubica la relación afectiva propia del cuarto grado
de consanguinidad o civil. A este nivel corresponde una
indemnización equivalente al 25% del tope indemnizatorio.

Nivel No. 5. Comprende las relaciones afectivas no familiares


(terceros damnificados). A este nivel corresponde una indemnización
equivalente al 15% del tope indemnizatorio.

La siguiente tabla recoge lo expuesto:

GRAFICO No. 1
REPARACION DEL DAÑO MORAL EN CASO DE MUERTE

NIVEL 1 NIVEL 2 NIVEL 3 NIVEL 4 NIVEL 5


Relación afectiva del 2º
Relaciones afectivas de consanguinidad o Relación afectiva del 3º Relación afectiva del 4º Relaciones afectivas
Regla general en el conyugales y paterno- civil (abuelos, de consanguinidad o de consanguinidad o no familiares -
caso de muerte filiales hermanos y nietos) civil civil. terceros damnificados
Porcentaje 100% 50% 35% 25% 15%
Equivalencia en
salarios mínimos 100 50 35 25 15

Así las cosas, para los niveles 1 y 2 se requerirá la prueba del estado civil
o de la convivencia de los compañeros. Para los niveles 3 y 4, además, se
requerirá la prueba de la relación afectiva, y finalmente, para el nivel 5
deberá ser probada la relación afectiva.”.

En la Demanda se solicitó la indemnización por los perjuicios morales a favor de


Humberto de Jesús Molina Ríos (hermano) el equivalente a doscientos (200)
Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes; para Ana Celia Molina Ríos
(hermana) el equivalente a doscientos (200) Salarios Mínimos Legales
Mensuales Vigentes.

5.2. Daño a la vida de relación Se solicita el reconocimiento a favor de


Humberto de Jesús Molina Ríos (hermano) el equivalente a doscientos (200)

29
Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes; para Ana Celia Molina Ríos
(hermana) el equivalente a doscientos (200) Salarios Mínimos Legales
Mensuales Vigentes.

5.3. Daño a la familia, se solicita el reconocimiento a favor de Humberto de


Jesús Molina Ríos el equivalente a doscientos (200) Salarios Mínimos Legales
Mensuales Vigentes; para Ana Celia Molina Ríos el equivalente a doscientos
(200) Salarios Mínimos Legales Mensuales Vigentes.

6. COSTAS.

En aplicación de lo dispuesto por el artículo 188 del CPACA en armonía con el


Acuerdo 1887 de 2003 de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la
Judicatura, se condenará en costas a la parte demandada a favor de la parte
Demandante, las cuales serán liquidadas por la Secretaría del Juzgado, de
conformidad con lo previsto en el Artículo 366 del Código General del Proceso.

En mérito de lo expuesto, EL JUZGADO QUINCE ADMINISTRATIVO ORAL


DEL CIRCUITO DE MEDELLÍN, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley,

FALLA

Primero. DECLARAR NO PROBADAS las excepciones de “CADUCIDAD


DE LA ACCION DE REPARACION DIRECTA”, “CULPA EXCLUSIVA DE LA
VÍCTIMA” y “LEGITIMA DESENSA” propuestas por la parte Demandada, por
las consideraciones consignadas en la motivación precedente.

Segundo. DECLÁRASE administrativa y patrimonialmente responsable a la


NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL, por los daños
y perjuicios causados a los demandantes con ocasión de la muerte del joven
Julio Cesar Molina Ríos, en hechos ocurridos el 29 de septiembre de 2004 en
el municipio de Nariño – Antioquia, por lo expuesto en la parte motiva de la
presente decisión.

Tercero. Como consecuencia de lo anterior, CONDÉNASE a la NACIÓN –


MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL a pagar por concepto de
perjuicios morales,

Cuarto. Como consecuencia de lo anterior, CONDÉNASE a la NACIÓN –


MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL a pagar por concepto de
Daño a la vida de relación

Quinto. Como consecuencia de lo anterior, CONDÉNASE a la NACIÓN –


MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL a pagar por concepto de
daño a la familia

Sexto. NIÉGANSE las demás pretensiones de la demanda.

30
Juzgado Quince Administrativo Oral del Circuito de Medellín
Radicado: 05-001-33-33-015-2015-00178-00
Demandante: Elsy del Socorro Yepes Pineda y Otros
Demandados: Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional

Séptimo. Condenar en costas a la NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA –


POLICÍA NACIONAL en los términos del Artículo 365 Numeral 6º del C.G.P.,
las cuales serán liquidadas por la Secretaría del Juzgado, de conformidad con
lo previsto en el artículo 366 del Ibídem.

Octavo. Désele cumplimiento a esta sentencia en los términos de los


artículos 192 y 195 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo (Ley 1437 de 2011).

Noveno. La presente providencia será notificada de conformidad con lo


previsto en el artículo 203 del CPACA.

Decimo. ARCHIVAR el expediente una vez en firme la presente decisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

JAIRO ALEXANDER LUNA ZAPATA


JUEZ

REZ

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