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SENTENCIA RAD 8163 DEL 13 DE JULIO DE 1993 CONSEJO DE ESTADO

SECCIÓN TERCERA

SENTENCIA RAD 50001-23-26-000-1991-06081-01 CONSEJO DE ESTADO


SECCIÓN TERCERA

LEIDY XIOMARA BAUTISTA TRUJILLO

Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Derecho y Ciencia Política

Especialización Derecho Administrativo

Responsabilidad Patrimonial / Extracontractual del Estado.

Módulo: Aspectos Conceptuales

2019
1. SENTENCIA 5
CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOS ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA

Consejero ponente: JUAN DE DIOS MONTES HERNÁNDEZ


Santafé de Bogotá, D. C., julio trece de mil novecientos noventa y tres
Radicación número: 8163
Actor: JOSÉ ELÍAS RIVERA ARENAS Y OTROS
Demandado: LA NACIÓN - MINISTERIO DE JUSTICIA

a. ¿Qué solicitaron los demandantes?

Los demandantes, JOSE ELIAS RIVERA, WILLIAM, JOSE ARLEX, ESAÚ Y JHON
ELIAS RIVERA OROZCO, solicitan que se declare responsable a la NACIÓN-
MINISTERIO DE JUSTICIA, de los perjuicios que le ocasionaron las lesiones físicas que
sufrió el primero de los nombrados, el 29 de agosto de 1990 en la Cárcel del Distrito Judicial.
de Armenia.

El lesionado pidió 1.000 gramos de oro por los perjuicios morales y 1.000 más por los
materiales; cada uno de los otros demandantes solicitó indemnización por perjuicios morales
en cuantía de 500 gramos de oro.

b. ¿Cuáles fueron los hechos de la demanda?

El 29 de agosto de 1990, José Elías Rivera Arenas estaba prestando sus servicios en la Cárcel
del Distrito de Judicial de Armenia donde se desempeñaba como suboficial del Cuerpo de
Custodia y Vigilancia Penitenciaria cuando fue herido, por varios proyectiles de una ráfaga
que disparó el Sargento Jesús Antonio López Bedoya con una subametralladora mini - uzi,
de dotación oficial; como consecuencia de dichas lesiones quedó incapacitado, de modo
permanente, de sus extremidades inferiores.
c. ¿Qué se decidió en primera instancia?

El Tribunal en primera instancia, estimó acreditada la legitimación en causa en los dos


extremos de la relación procesal; con fundamento en la sentencia proferida por la Sala el 20
de agosto de 1993, situó la controversia dentro de la "teoría del riesgo", "en el cual debe
demostrarse no la existencia de una falla sino la realización de una actividad peligrosa por
parte de la administración, la ocurrencia de un daño y la relación de causalidad entre el daño
y la actividad peligrosa"; con esta premisa revisó el material probatorio y concluyó "que los
hechos tuvieron ocurrencia el día 29 de agosto de 1990, aproximadamente a las 6:30 a.m. en
la Cárcel de San Bernardo del Distrito de Judicial de Armenia, que hubo manejo de armas,
para el caso en cuestión de una mini - uzi, lo que de por sí constituye una actividad peligrosa...
que coloca a las personas, inclusive a las que hacen uso de ellas, a quedar expuestas a un
riesgo de naturaleza excepcional, el cual, dada su gravedad, excede las cargas que
normalmente deben soportar los particulares"; también encontró probados el daño y el nexo
causal; respecto del primero, accedió a indemnizar los perjuicios morales y no los materiales
que consideró de naturaleza eventual, y por lo tanto, no indemnizables.

d. ¿Que se probó?

En el caso en concreto se probó que:

 El señor JOSE ELIAS RIVERA ARENAS se encontraba prestando el servicio en la


Comandancia de la Guardia Interna, de acuerdo con lo ordenado en la orden del día
N° 098 correspondiente, motivo por el cual acudió a la Guardia Externa, para verificar
la identidad de los internos, que se remitían a la Penitenciaría La Picaleña en la ciudad
de Ibagué Tolima.
 Al señor JESUS ANTONIO LOPEZ BEDOYA sargentos suboficial de servicio, le
había sido ordenada la remisión de varios internos a la ciudad de Ibagué una más
concretamente a la Penitenciaría La Picaleña y se encontraba en la Guardia Externa,
aprovisionándose de armamento y munición, cuando al sujetar una subametralladora
mini - uzi, ésta se disparó accidentalmente, ocasionándole varias heridas al Cabo
JOSE ELIAS RIVERA ARENAS en sus extremidades inferiores.
 Que según la historia clínica y el concepto emitido por el Jefe de División de Salud
Ocupacional de la Caja Nacional de Previsión Social, el señor RIVERA ARENAS,
las lesiones sufridas en el accidente de trabajo el señor José Elías Rivera Arenas,
amerita pensión de invalidez en forma permanente, sobre una valoración del 96% de
Pérdida de capacidad laboral.
 Así mismo se probó, en proceso disciplinario iniciado en contra del señor LOPEZ
BEDOYA, que hubo imprevisión, que no tomó las debidas precauciones para
accionar el arma, aun cuando es un suboficial que había recibido todas las
instrucciones para el manejo de armas.

En este orden de ideas, podemos observar que efectivamente existe un daño, pues a causa del
accidente sucedido el señor JOSE ELIAS, quedó con una invalidez del 96%, situación que
fue provocada por su compañero de trabajo el señor LOPEZ BEDOYA, que los dos son
servidores públicos que se encontraban al servicio en la Cárcel del Distrito Judicial de
Armenia; y que el hecho ocurrió mientras se prestaba este servicio por una manipulación
indebida de un arma de dotación.

e. ¿Cuál fue el régimen o fundamento de responsabilidad aplicado?

En el caso en concreto el Consejo de Estado, confirma la decisión de primera instancia, y


fundamenta su decisión en la la falla del servicio de la administración, que se probó
debidamente en el presente caso la falla del servicio está plenamente probado, razón por la cual
no se deben utilizar sistemas de responsabilidad objetiva para la declaración de la
responsabilidad estatal, pese a la tendencia objetivizante que se aprecia en el artículo 90 de la
Constitución Política, la responsabilidad patrimonial extracontractual de la administración
continúa siendo, por regla general, de naturaleza subjetiva, ya que la falla del servicio sigue
constituyendo el título jurídico de imputación por excelencia.

f. Comentario personal

Desde mi punto de vista, creo que el Consejo de Estado, realizó bien el análisis del título de
imputación de responsabilidad del Estado, porque si bien el Tribunal aplico la "teoría del
riesgo", teoría en la cual debe demostrarse no la existencia de una falla sino la realización de
una actividad peligrosa por parte de la administración, la ocurrencia de un daño y la relación de
causalidad entre el daño y la actividad peligrosa, el primero va más allá y determina que el daño
se da no solo por el hecho de ser una actividad peligrosa, sino que se demostró que el
funcionario público, no actuó con la debida diligencia, y por tanto hubo falla en el servicio, de
la administración.
2. SENTENCIA 28

CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO


SECCIÓN TERCERA

CONSEJERO PONENTE: Dr. Enrique Gil Botero

Bogotá, D.C., tres de mayo de dos mil siete (2007)

Radicación: 50001-23-26-000-1991-06081-01 (16.696)

Actor: Luz Marina Ramírez Barrios y otros

Demandado: Nación- Ministerio de Defensa Nacional, Policía Nacional

g. ¿Qué solicitaron los demandantes?

Los demandantes, LUZ MARINA RAMIREZ, quien actúa en nombre propio y en


representación de sus hijos GUSTAVO ALONSO y ANGELICA MARIA solicitó se
declarara responsable a la Nación – Ministerio de Defensa, Policía Nacional- por las lesiones
sufridas por Angélica María Osorio Ramírez el nueve de julio de 1989 en la ciudad de
Medellín.

De acuerdo con la anterior declaración pidieron que se condenara a la demandada a pagar,


por concepto de perjuicios morales, la suma equivalente en pesos a 1.000 gramos de oro para
cada uno de los demandantes.

h. ¿Cuáles fueron los hechos de la demanda?

El 09 de julio de 1989, en desarrollo de un enfrentamiento entre agentes de la Policía


Nacional y sujetos que operaban al margen de la ley, fue lanzada una granada que estalló
dentro de la casa de Luz Marina Barrios Ramírez, donde se encontraba su hija, la niña
Angélica Maria Osorio Ramírez. El estallido del artefacto causó graves lesiones a la menor,
razón por la que fue trasladada al Policlínico Infantil del Hospital Universitario San Vicente
de Paul, donde lograron salvarle la vida.

i. ¿Qué se decidió en primera instancia?


El Tribunal Administrativo de Antioquia, mediante sentencia de primero de octubre de 1998,
decidió declarar responsable a la Nación – Ministerio de Defensa, Policía Nacional- en virtud
de la carga excepcional a que fueron sometidos los demandantes con la lesión de la menor,
razón por la que condenó al pago de los perjuicios morales causados a Luz Marina Ramírez
Barrios, a Angélica María Osorio Ramírez y a Gustavo Alonso Osorio Ramírez, los que tasó
en el equivalente a 1000 gramos oro para cada una y el equivalente a 400 gramos oro para el
menor Osorio Ramírez.

j. ¿Que se probó?

En el caso en concreto se probó que:

 El 09 de julio de 1989 la niña Angélica María Osorio se encontraba en su casa,


ubicada en la Calle 59B # 17A – 18, sector “Llamaditas” de la ciudad de Medellín.
Estaba sola, pues su madre, doña Luz Marina Ramírez había salido a un granero
ubicado en una calle contigua en compañía de su otro hijo, el menor Gustavo Alonso
Osorio Ramírez.
 Durante el lapso que Angélica estuvo sola se presentó un enfrentamiento armado, que
involucró a dos individuos que actuaban al margen de la ley y a dos agentes de la
Policía Nacional. Los sujetos mencionados, tratando de huir de los miembros del
cuerpo de policía, llegaron a la calle donde se encontraba la residencia de Angélica
María Osorio R. y se apertrecharon tras unos montones de gravilla, ubicados en
diagonal a la parte posterior de la vivienda mencionada, mientras que los agentes se
protegieron en una casa del barrio que se encontraba vacía.
 De acuerdo con el testimonio del señor Jaime de Jesús Loaiza Giraldo, en desarrollo
del enfrentamiento uno de los individuos lanzó una granada que se dirigía al interior
de la vivienda donde estaban los miembros de la policía, la cual chocó contra un cable
del alumbrado público y cayó en la casa donde se encontraba Angélica María Osorio,
lugar en donde estalló, alcanzando con su onda explosiva a la menor.
 Cuando escuchó la explosión, y ante la evidencia de que ésta había tenido lugar en el
interior de su casa, doña Luz Marina Ramírez corrió hacia su casa con el ánimo de
auxiliar a su hija y tan pronto descubrió que Angélica se encontraba herida, se dirigió
con su niña en brazos hacia el Policlínico Infantil “Cariñito” del Hospital San Vicente
de Paul, donde el dictamen médico estableció que las heridas habían sido causadas
por esquirlas despedidas por la explosión de la granada, razón por la que estuvo
hospitalizada casi tres meses.
 Como consecuencia de este hecho, la menor quedó con una incapacidad permanente
parcial y una merma en su capacidad laboral equivalente al 38.4%, de acuerdo con el
concepto médico laboral del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

En este orden de ideas podemos observar que si bien, el Estado o algunos de sus agentes, no
actuó para causar el daño a Angélica María Osorio, ella no tenía la obligación de soportar en
cuanto le impuso una carga claramente desigual respecto de la que asumen comúnmente los
ciudadanos como consecuencia del ejercicio del poder de policía.

k. ¿Cuál fue el régimen o fundamento de responsabilidad aplicado?

En el caso en concreto el Consejo de Estado, confirma la decisión de primera instancia, decisión


que se toma aplicando en la teoría del daño especial, titulo de imputación que tiene fundamento
en la equidad y en la solidaridad como materialización del reequilibrio ante una ruptura de la
igualdad frente a las cargas públicas, fruto del perjuicio especial y anormal que debe soportar
el administrado.

El daño especial ha sido entendido como un título de imputación de aplicación excepcional,


que parte de la imposibilidad de resarcir un daño claramente antijurídico con fundamento en un
régimen subjetivo de responsabilidad. En este sentido, resulta valiosa la referencia que nos
aporta la jurisprudencia de esta corporación al decir:

“Esta teoría se aplica de manera excepcional y por equidad, precisamente porque es


subsidiaria, de modo que ha de recurrirse a ella tan sólo en eventos en los que el caso
concreto examinado no logre su encasillamiento dentro de los otros regímenes de
responsabilidad y se aprecie por el sentenciador que esa ausencia de tipicidad, si así
puede decirse, comporta vulneración injustificada del principio de equidad.”1

1
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, expediente No. 4655, C.p. Dr. Antonio José Irisarri
Restrepo, en Extractos de Jurisprudencia del consejo de Estado, primer trimestre de 1989, Tomo III,
Publicaciones Caja Agraria, Bogotá, p. 249 y 250.
El análisis de los hechos arroja como resultado la ocurrencia de un daño, que a todas luces tiene
la característica de ser antijurídico, es decir, un daño que Angélica María Osorio no tenía la
obligación de soportar en cuanto le impuso una carga claramente desigual respecto de la que
asumen comúnmente los ciudadanos como consecuencia del ejercicio del poder de policía.

“La responsabilidad se deriva del efecto de la acción administrativa y no de la actuación del


agente de la Administración causante material del daño, es decir, se basa en la posición jurídica
de la víctima y no sobre la conducta del actor del daño, que es el presupuesto de la
responsabilidad entre particulares.

l. Comentario Personal

En el caso en concreto, pese a que creo en ocasiones, cuando se imputa responsabilidad estatal,
en los que claramente no fue por un hecho, omisión o extralimitación de sus agentes, me parce
desproporcional; está claro que, con la Constitución de 1991, se decanta que somos un Estado
Social De Derecho; es decir que su búsqueda es la igualdad material, por lo que Estado, es el
encargo realizar todas las acciones pertinentes, para garantizar en sus ciudadanos la efectividad
de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; en el caso que nos ocupa
si bien, el daño no fue ocasionado por la Policía fue su actuar la que puso en riesgo de la vida
de la menor, situación que como bien lo dijo el Consejo de Estado, no estaba obligada a
soportar, ya que no es usual que la Policía, coloque en riesgo a los ciudadanos, por lo que en el
evento en que lo haga debe asumir esa responsabilidad acatando los principios constitucionales;
bajo estos parámetros estoy de acuerdo con la decisión tomada, por los Tribunales de Primera
y Segunda instancia.

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