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SECCIÓN TERCERA
2019
1. SENTENCIA 5
CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOS ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
Los demandantes, JOSE ELIAS RIVERA, WILLIAM, JOSE ARLEX, ESAÚ Y JHON
ELIAS RIVERA OROZCO, solicitan que se declare responsable a la NACIÓN-
MINISTERIO DE JUSTICIA, de los perjuicios que le ocasionaron las lesiones físicas que
sufrió el primero de los nombrados, el 29 de agosto de 1990 en la Cárcel del Distrito Judicial.
de Armenia.
El lesionado pidió 1.000 gramos de oro por los perjuicios morales y 1.000 más por los
materiales; cada uno de los otros demandantes solicitó indemnización por perjuicios morales
en cuantía de 500 gramos de oro.
El 29 de agosto de 1990, José Elías Rivera Arenas estaba prestando sus servicios en la Cárcel
del Distrito de Judicial de Armenia donde se desempeñaba como suboficial del Cuerpo de
Custodia y Vigilancia Penitenciaria cuando fue herido, por varios proyectiles de una ráfaga
que disparó el Sargento Jesús Antonio López Bedoya con una subametralladora mini - uzi,
de dotación oficial; como consecuencia de dichas lesiones quedó incapacitado, de modo
permanente, de sus extremidades inferiores.
c. ¿Qué se decidió en primera instancia?
d. ¿Que se probó?
En este orden de ideas, podemos observar que efectivamente existe un daño, pues a causa del
accidente sucedido el señor JOSE ELIAS, quedó con una invalidez del 96%, situación que
fue provocada por su compañero de trabajo el señor LOPEZ BEDOYA, que los dos son
servidores públicos que se encontraban al servicio en la Cárcel del Distrito Judicial de
Armenia; y que el hecho ocurrió mientras se prestaba este servicio por una manipulación
indebida de un arma de dotación.
f. Comentario personal
Desde mi punto de vista, creo que el Consejo de Estado, realizó bien el análisis del título de
imputación de responsabilidad del Estado, porque si bien el Tribunal aplico la "teoría del
riesgo", teoría en la cual debe demostrarse no la existencia de una falla sino la realización de
una actividad peligrosa por parte de la administración, la ocurrencia de un daño y la relación de
causalidad entre el daño y la actividad peligrosa, el primero va más allá y determina que el daño
se da no solo por el hecho de ser una actividad peligrosa, sino que se demostró que el
funcionario público, no actuó con la debida diligencia, y por tanto hubo falla en el servicio, de
la administración.
2. SENTENCIA 28
j. ¿Que se probó?
En este orden de ideas podemos observar que si bien, el Estado o algunos de sus agentes, no
actuó para causar el daño a Angélica María Osorio, ella no tenía la obligación de soportar en
cuanto le impuso una carga claramente desigual respecto de la que asumen comúnmente los
ciudadanos como consecuencia del ejercicio del poder de policía.
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CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, expediente No. 4655, C.p. Dr. Antonio José Irisarri
Restrepo, en Extractos de Jurisprudencia del consejo de Estado, primer trimestre de 1989, Tomo III,
Publicaciones Caja Agraria, Bogotá, p. 249 y 250.
El análisis de los hechos arroja como resultado la ocurrencia de un daño, que a todas luces tiene
la característica de ser antijurídico, es decir, un daño que Angélica María Osorio no tenía la
obligación de soportar en cuanto le impuso una carga claramente desigual respecto de la que
asumen comúnmente los ciudadanos como consecuencia del ejercicio del poder de policía.
l. Comentario Personal
En el caso en concreto, pese a que creo en ocasiones, cuando se imputa responsabilidad estatal,
en los que claramente no fue por un hecho, omisión o extralimitación de sus agentes, me parce
desproporcional; está claro que, con la Constitución de 1991, se decanta que somos un Estado
Social De Derecho; es decir que su búsqueda es la igualdad material, por lo que Estado, es el
encargo realizar todas las acciones pertinentes, para garantizar en sus ciudadanos la efectividad
de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; en el caso que nos ocupa
si bien, el daño no fue ocasionado por la Policía fue su actuar la que puso en riesgo de la vida
de la menor, situación que como bien lo dijo el Consejo de Estado, no estaba obligada a
soportar, ya que no es usual que la Policía, coloque en riesgo a los ciudadanos, por lo que en el
evento en que lo haga debe asumir esa responsabilidad acatando los principios constitucionales;
bajo estos parámetros estoy de acuerdo con la decisión tomada, por los Tribunales de Primera
y Segunda instancia.