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U na sexual zdad errante

Norberto Gómez

¿Cómo imagina su momento perfecto?


Un relumbrón d e Cxtasis. Un instante -sí perecedero,
persistente- d e fusión, d e salida d e sí. Raras joyas d e
una duración intensa.'
NCstor Perlongher

Néstor Perlongher publica en 1987 O negocio do michL2El término michi


tiene dos sentidos: uno alude al acto mismo de prostituirse. La segunda
acepción designa a jóvenes varones que se prostituyen con homosexuales
maduros, sin abdicar de los prototipos gestuales y discursivos de la "mascu-
linidad". Más aún, acentuándolos. Hacer michi se diferencia de otras va-
riantes de prestación de servicios sexuales a cambio de una retribución eco-
nómica. Estas formas vecinas son las del travesti y la del michi bicha,
traducida como loca o marica, que indica la prostitución de un homosexual
afeminado. Así, circunscribirá su estudio al michi-macho, o michi propia-
mente dicho, aunque este lugar no queda cerrado, sino sometido a las
transformaciones que la práctica misma conlleva. Un michi, escribirá, podrá
ser macho en un contexto y marica (o gay) en otro; a veces la variación podrá
ocurrir en el mismo espacio.

l I Nésror Perlongher, "69 preguntas a Nestor Perlongher", Prosa plebeya, Buenos Aires, Colihue, 1997, p.
13. La revista Babel publicaba en cada uno de sus números una sección llamada "La Esfinge", un con-
junto de pregunta{ identicas para cada autor. Estas 69 preguntas a las que respondió Perlongher se
publicaron en el No 9 de la revista, en junio de 1989.
Nestor Perlongher, El negocio del deseo. Laprostitucidn masculina en San Pablo, Buenos Aires, Paidós,
1999, p., 36. De la versión en portugues de O negdcio do michl. Prostituicao viril e m Sao Paulo, San
Pablo, Editora Brasiliense, 1987, traducción de Moira Irigoyen. Todas las citas son de la versión en
español, salvo explícita mención.
Ibfd., p. 22.
UNA SEXUALIDAD ERRANTE 25

No hay algo así como una naturaleza femenina o masculina: se trataría de otro lado, que esta práctica traza sus recorridos cruzando su errancia
construccione~. sexual con la prostitución de los travestis, las locas, en fin, no esta ais-
lada de una multiplicidad de callejeas, aunque no puedan considerarse
iguales unas a otras.
J Este lugar social es también discursivo.
Habla un mich? J El narrador y su amigo son miches, ambos hostigados por las miradas
de los maricones.
J Se trata de un "mercado sexual", donde los que allí derivan van en
El capítulo primero de El negocio ... es abierto con el texto de un micht. Lo busca de un amante ocasional, sin compromiso. Draga, deriva o le-
transcribimos: +- vante, programa de una sola noche. Encuentro de extraiíos con fines
eróticos (paquera en portugués, cruising en Estados Unidos) que (...)
Aturdido por los automóviles, 1 mis ojos son atravesados por el neón ldegusto se urde en territorios relativamente circunscriptos (...) puntos de pasaje
mis dosis de cinismo en los I mostradores mojados por el vacío. / Los marico- o circ~lacidn.~
nes fustigan mi cuerpo con / miradas sórdidas, cada mirada hiere / hondo y J Una territorialidad en la ciudad, más precisamente en el centro de la
cría costras que se / endurecen; hasta que la noche acabe estas I miradas su-
perpuestas me tornarán / inmune. Avenida San Luis y sus ángeles / torvos, su- ciudad de San Pablo, Brasil. En los márgenes, en las riberas del Uama-
permarketing de pupilas / frenéticas,Gajo los árboles el poder / acaricia y en- do "gueto gay". En sí, tal territorio no tiene la característica de lugar
tumece vergas / lánguidas. / Hay en los cuerpos en fila una náusea / imprecisa, residencial, sino que se trata de áreas de circulación y encuentros eró-
yo veo una sinfonía de / escupitajos y aprendo acordes / sombríos con los cua- ticos. En las riberas de este "gueto" funcionan las llamadas bocas: bo-
les debo ataviar 1 mis piernas metidas en un / blue jeans rasgado. / Mi camara- cas de luxo, para la alta prostitución, bocas de lixo, para la baja prosti-
da, unos pasos adelante 1 negocia su boca de estatua griega / perfumada de co- tución. Se usa también para otras prácticas marginales: bocas defumo,
ñac y vaharandas 1 con un pederasta untuoso que pilotea 1 una reluciente para el tráfico de droga. En los corredores de las bocas7 circula, o mejor
máquina. I Hemos venido del suburbio en una / progresión eufórica, hemos dicho, éstas son constituidas por la práctica mich2. Se trata de una te-
bebido varias / cachacas & nuestros corazones / acosados por la medianía pre- rritorialidad oscura, itinerante.a una semiclandestinidad de luces ne-
fieren la I autocorrosión, pero es así que la / ciudad nos gusta. 1 Yo veo emplea-
dos públicos levemente maquillados. / Yo veo policías que me impiden / el paso
gras parece ser la-marca de estas irrupciones en las anflactuosidades de
con amenazas de sevicias. / Yo veo a las mariquitas circular / en un frenesí la ciudad en sombras.'
aceitado por / las anfetaminas y una desesperación / disimulada. / Los marico- J Una exaltación de la "masculinidad" de jóvenes cuyos cuerpos en fila
nes no las buscan, por / eso ellas exorcizan la noche con / gritos y ven en los quieren constituirse, por la vía de su "glamour", en objeto de deseo de los
otros muchachos 1 unfiisson de inexistentes / limusinas. 1 El poder por las es- pederastas (maricones, mariquitas, empleados públicos): sujetos anató-
quinas escupe. / Aturdido por el sueño, me embarco / ríspido en un coche. / micarnente masculinos en busca de un compañero del mismo sexo.
Después, de madrugada, eyacular6 / catarro, volveré en ómnibus con 1 mi ami-
go, entraremos en / silencio al suburbio sabiendo que / algo en nosotros fue
destrozado. Ibíd., págs. 24-25. Estos puntos de pasaje o circulación estan especificados por la llamada práctica del
trottoir, es decir, del callejeo, que según Perlongher, está rodeada de "un velo de misterio". Cf. Nestor
Respecto de este texto, Perlongher traza ciertas pinceladas: Perlongher, El negocio ..., op. cit., p. 27. La palabra paquera pondría el acento en el término "amores",
con un sentido más amplio que aquel que el devenir del texto sostiene. Sería el termino caca, el que de
J Hay cierta imprecisión respecto del estudio de esta "práctica social". uso, acerca de esta sexualidad deriva. Agradecemos a Joao Rubini la referencia que permitió esta distin-
Imprecisión en la falta de univocidad de su denominación: prostitu- ción. No sólo esto, a fines de ubicar un termino de uso (desconocemos por que Perlongher escribió
paquera), sino por la homofonía translinguística que esta en el hilo del asunto tal como el mismo Per-
ción viril, prostitución homosexual, prostitución de muchachos; por longher lo trata: jel trottoir esta en las vueltas de la caza!
/ Nestor Perlongher, Avatares de los muchachos de la noche, Prosa Plebeya, Buenos Aires, Colihue, 1997,

f . 46.
Ibid., p. 50.
' lbid., p. 45.
Eiicuentros de una errancia donde la busca se establece por un trazo:
el anonimato. Acerca de la identidad
J La paranoia está en el relato, con un clima entre sórdido y sombrío.
J El poder está en la lógica misma de esta p r á ~ t i c a . ' ~
El problema que vislumbra Perlongher, la preocupación que en los dife-
La sexualidad marica, dirá un miche, los encuentros en los parques y jardines, rentes tramos impulsó sus investigaciones, fue ubicar las prácticas sexuales
(...) no es un sustituto, no se trata de una búsqueda desesperada que tiene co- no como meras identidades, sino como pasajes intensivos. Los nombres en
mo objetivo llenar un vacío. No somos inestables sino móviles. No queremos uso de aquellos que derivan por los márgenes del gueto (bicha bofe, miche,
echar un ancla. Lo nuestro es la deriva por ahí afuera." travesti, gay, boy, tía, garoto, maricona, mono, oko, eré, monoko, oko mati,
oko odara, y sucesivas combinaciones y reformula~iones),'~ un conjunto de
Este "acontecer en la calle", término dicho por uno de los miche entrevis- más de 56 nominaciones en sólo algunas manzanas, "barroquizan" el sistema
tados, porta cierto ritual que acompaña la errancia sexual. Ciertos valores son clasificatorio, mostrando (...) una incompatibilidad de figuras simultáneas
considerados a priori, ante la posibilidad de un encuentro sexual a partir de la que roen cualquier ilusión de identidad.16
mirada que captura el objeto furtivo de su deseo.
Esta deriva sexual no es caótica. Hay, respecto de un conjunto de miradas Llegué a una fiesta con un cliente con el que andaba. Ahí había boys y marico-
recíprocas, un deseo sexual abierto, que remite al azar, y un complejo sistema nes, Pero bebí demasiado y comencé a mariconear, hacer ademanes femeninos,
de cálculo de los valores de aquel que es deseado a través de la mirada." me volví marica. Entonces la loca que estaba conmigo se puso a hacerse el ma-
Citando los comentarios de Walter Benjamin acerca del poema de Baude- cho y a disputarme con los otros miches que me querían coger. l7
laire A une pasante, " ese mirar puesto en juego en la draga conlleva la lógica
de la caza del animal predador'4. Según Perlongher, Benjamin asimila ese Buena parte de las transacciones en la prostitución viril encuentran su
mirar: efectividad en la representación macho que el michk logra sostener previo al
encuentro sexual. Sin embargo, es la "centralidad del culo" lo que cuenta.
(...) a una fiera que se pone a salvo del peligro, en cuanto mira a su alrededor
en busca de la presa (...) pasea su mirada por el horizonte como el animal pre- De las transiciones entre la valoración de una virilidad convencional, que pros-
dador, la misma inestabilidad,la misma distracción indolente pero también, a cribe discursivamente el culo como zona erógena, y la participación en rela-
veces, la misma atención inopinada (...) ese mirar, cargado de deseo, no es sólo ciones cuyo eje gira en torno, precisamente, de la sensibilidad anal, de esa tor-
seductor, sino también paranoico. tuosidad de claroscuros, de falsas posturas, de simulacros y pasiones
subterráneas, contradictorias, encontradas, puede derivar el halo de sordidez
10
que impregna la práctica de la prostitución viril."
Nistor Perlongher, El negocio ..., op. cit., págs. 38-40. Nos excusamos de las comillas, en tanto traza-
mos el relato que transcribe Perlongher acerca de esta "crónica poitica" como un entrecomillado que se
extiende desde el poema hasta la marca de esta cita. S610 va por nuestra cuenta la viñeta acerca del Encuentra así:
anonimato. Por nuestra cuenta, en tanto se desprende de la lectura que hacemos del texto de Per-
longher. (...) ciertas similitudes con la maquinaria masoquista (...) modalidades de
I1 Ibíd., p. 145.
12
Ibid., p. 144.
13
Nkstor Perlongher, El negocio ..., págs. 143-144. La cita traída por Perlongher refiere a: Walter l 5 Nistor Perlongher, Avatares de los ..., op. cit., p. 47. Bicha equivale a marica (homosexual afeminado),
Benjamin, "Sobre alguns temas em Baudelaire", en Benjamín, Adorno, Horkheimer, Habermas, col. Os reservándose los apelativos de maricona y tia para los más maduros. Bofe equivale al rioplatense chon-
Pensadores, San Pablo, Abril Cultura, 1980. go, es el macharrhn, hiperviril amante de las locas; boy y garoto (chico) son las variantes juveniles de
l 4 Como uno de los tres derrumbes del amo, Jean Allouch ubica el "sexo como cacería". La esencia
estos últimos. Mona es mujer, y oko, hombre en la lengua "afro" de uso en Brasil; monoko, su combina-
cinegitica de lo sexual tan evidente en los gays, las lesbianas, más generalmente en la sexualidad navire- ción; oko odara, el joven bello, y oko mati, el feo; ert, del mismo origen, designa al muy joven.
16
night (...) Pero además es conveniente situar esa cacería en su dimensión, la que subraya Lacan en un Ibíd., p. 47.
pasaje de su seminario (se trata de la sesión de ... Ou pire del 17/5/72) (...) que sólo innovaba relativa-. l7 ~bíd.,p. 48.
mente, puesto que ya Giordano Bruno (referencia determinante para el retorno a Freud) enfrentaba a 18
suslectores diciéndoles: Vedde, e' 1gran cacciator dovenne caccia." Ibid., p. 53.
producción de un "cuerpo sin órganos" de pura intensidad (...) que funciona La práctica miche, en tanto maniobra de Eros, pone en juego no sólo el
como intensificador del dispositivo de la prostitución viril. Los amantes del porte fálico, sino también un goce que tiene estatuto de irrecuperable, en los
riesgo, en este circuito, no explicitan (...) un deseo manifiesto de dolor (aunque términos de Perlongher, incomponible en su intensidad, haciendo que en esa
sí, en ocasiones, de humillación). l 9 conversión algo de esta intensidad no pueda entrar en el régimen de converti-
bilidad.
El ritual de los cuerpos que se rozan en la clandestinidad de la errancia se-
xual se mezcla con ciertos códigos que intentan clasificar categóricamente a
los sujetos, prescriben y establecen el ritmo de la sucesión de los contactos. 20
Se produce así un montaje: la disciplina de los códigos se implanta en una Mercado sexual y contrato
disciplina, que es también de los cuerpos."
Esta tensión entre el ritual miche y los códigos de prescripción social per-
mite vislumbrar una especificidad de las técnicas corporales. Técnicas enten-
Uno de los trazos distintivos de esta práctica es el dinero, el pago. De allí
didas como las maneras en que los hombres en cada sociedad (...) saben ser- que nos preguntemos: iqué se paga? El testimonio de un miche abre una vía:
virse de sus cuerpos." La práctica miche, escribe, constituirá:
"Cuando voy a transar con un cliente -dice un michi entrevistado- no soy yo;
(...) uno de los dispositivos por el cual el goce (de intensidades incomponibles, soy la fantasía del cliente", y recomienda "estar mentalmente en blanco" para
irrecuperables) se "circunvierte" en la intercambiabilidad generalizada del or- captar esa fantasía y "trabajar" el cuerpo del
den social del capital. Así, (...) "logra integrarse por medio del pago, el cual
conlleva una parte del circuito de intercambios": conexión de las intensidades
en el circuito de los intercambios, donde las intensidades y las emociones son Se paga el trabajo del miche. Ese "trabajar" el cuerpo del otro. Trabajo que
"negociadas al precio de la calle". 23 se inicia en la errancia sexual misma. En el "mercado sexual" de la deriva:

Se trata, para Perlongher, de la "moneda libidinal" de Klossowsky: la con- (...) el deambular compulsivo de la deriva, escribe, todo ese trabajo preliminar
versión de intensidades libidinales en signos monetarios, donde '(los signos parece inseparable del goce sexual en sí, o tal vez termine siendo incluso más
importante que éste. El mecanismo de producción de ese goce recorre caminos
empleados para forjar el simulacro traen y encubren la intensidad desvaneci- bastante alejados de la imagen arcádica del placer. Pero lo interesante es preci-
da". Este simulacro revelaría cierta "duplicidad de signos", que funciona si- samente ese recorrido del deseo.26
multáneamente como "signo vacío pasional" y como "signo racionÜ1 intercam-
biable". 24 En el contrato de la prostitución se pone en movimiento una "operación de
atribución de valor al cuerpo", donde "el propio cuerpo vale como mercade-
ría". O mejor, este contrato postula de entrada una equivalencia entre una
l9 lbtd., p. 54. suma de dinero y "un pequeño pedazo del cuerpon."
20
Nestor Perlongher, op. cit., págs. 185-186. En una nota a pie de la página 185, Perlongher escribe, Una serie de "valores" es considerada a priori como necesaria, en el tiem-
citando a Baudrillard, la diferencia entre el orden de la ley, social, signos de códigos, incluso proliferan-
tes, y el signo ritual regido por "reglas de juego". La prostitución viril, concluirá Perlongher, se puede po en que la mirada del "entendido" caza su presa. iCuáles son esos valores?
configurar como uno de los casos en que el ritual se confunde con el código.
21 Ibtd., p. 187.
22
Ibtd., p. 186. La cita que hace Perlongher es de: Marcel Mauss, Las técnicas corporales, 1974. 25
23 Ibtd,, p. 174. Marx parte de la función del mercado. Su novedad es el lugar donde él sitúa el trabajo. No
-. lbid., p. 189.
14 es porque el trabajo sea nuevo que le posibilita su descubrimiento, es que 61 sea comprado, es porque
Ibíd., p. 189. También: Pierre Klossowsky, Sude, mi prdximo, Buenos Aires, Sudamericana, 1970, p. existe un mercado del trabajo. Es eso lo que le permite demostrar lo que hay de inaugural en su discurso
93. Este "signo racional" hace que se acerque a nuestra pluma aquello que Jean Allouch dirá acerca de ia y que se llama la plusvalía. JacquesLacan, seminario D' un Autre h 1 'autre, sesión del 13 de noviembre
definición etimológica de erotología: "Definiremos pues, muy llanamente, la erotología etimológica- de 1968.
mente como un determinado giro dado por Eros aunque ese giro se mantenga conforme a su propia 26
Ibtd., p. 201.
razón (a su logos)". Cf. Jean Allouch, El psicoanálisis, una erotologta de pasaje, Córdoba, Cuadernos de 27
Litoral, Edelp, 1998, p. 100. Ibtd., p. 220.
Lo primero que se ve son cuerpos provocativamente machos: ciñe unos blue torna altamente r n ~ t a b l e Mutabilidad
~~.~~ erótica a propósito de un goce de
jeans gastados la escultura de la teatralidad del virilismo; telas rústicas, antes intensidades incomponibles, irrecuperables."
opacas que brillosas, que se adhieren viscosamente, a una protuberancia que
destacan. Hay, en esos cuerpos sobreexpuestos, toda una escenificación de la Perlongher observará, no sin pertinencia, que la sexualidad contemporá-
rigidez, de los varios sentidos de la rudeza. 2a.
nea sufre un conjunto de 'mutaciones vertiginosas". Estas mutaciones tienen,
en uno de sus hilos, a la preeminencia del modelo igualitario gaylgay, del cual
De este porte fálico que el micht presenta, Perlongher escribe:
la identidad homosexual 'és una de sus puntas de lanza". La "instauración" de
tal modelo, según una hipótesis que indicará como "provisoria","
La virilidad, y no tanto la virilidad sino su impostación, su caricatura, revela su
valor de cambio (...) Disimulación, simulacro: el macho debe mantener su im-
postura viril. 29 (...) no implicaría solamente el develamiento de las pasiones "reprimidas" y
condenadas a la penumbra a lo largo de los siglos (...) sino supondría una es-
pecie de traducción, como si las antiguas pasiones pudiesen -gracias a la ver-
¿Se trata entonces de que este porte viril pone en juego su "valor de cam- satilidad fundamental del deseo humano- ser vertidas (...) en los nuevos casi-
bio"? Sin embargo, el contrato inicial que la misma deriva propone indica que lleros de la identidad y, lo que es más grave, condenando a los practicantes de
tal "valor de cambio" está perturbado. las viejas modalidades, las homosexualidades populares, a una creciente mar-
ginalización...j5
(...) esta equivalencia inicial no sería instaurada más que para desdoblarse
en (...) "una multiplicidad de contratos derivados que versarán sobre las Se construye así una territorialidad que, si bien no es autónoma a la del
ventajas suplementarias", según una rentabilidad del detalle en el que no modelo gay Igay, queda ligada a los márgenes, (...) como el saldo de la tradi-
sólo cada miembro, sino también el más ínfimo movimiento se transforma
en moneda." O'
ción de semiclandestinidad que la emancipación igualitaria procura rectifi-
car. 36
Saldo constituido, y a su vez producido por un conjunto de prácticas, co-
mo la de hacer michi, en tanto es en la misma práctica que dicho "saldo" se
produce.
Saldo
La palabra saldo aparece por primera vez en el Diccionario de la Lengua
' ~ su versión de 1739, con la acepción de: remate ofiniquito de las
~ s p a ñ o l a ,en
En esta tensión donde cada nuevo movimiento se transforma en moneda, cuentas. En nuestro tiempo, consultada la edición de 1992, presenta tres acep-
donde se quiere convertir, sacar de los márgenes cada nueva intensidad per- ciones. La primera conserva el viejo sentido: pagofiniquito de deuda u obliga-
cibida, algo del goce que la práctica del micht ofrece a priori no termina de ción. La segunda se refiere a cantidad que de una cuenta resulta a favor o en
poder capturarse. Un goce irrecuperable escapa a la captura: el cazador que contra de alguien. La última acepción introduce un nuevo término: resto de
acorrala a su presa se muestra "presa" de lo que persigue. La "traducción jurí- mercancías que el fabricante o el comerciante venden a bajo precio para despa-
dico-monetaria que el contrato estipula"," muestra que la traducción yerra. charlas pronto.
De este modo, todo signo será "reinterpretable en cada encuentro, lo que lo
32
Ibid., p. 223.
33
Ibid., p. 189.
28 34
Nestor Perlongher, Avatares de los muchachos de la noche, Prosa Plebeya, Ediciones Colihue SRL, Que Perlongher indique su hipótesis como "provisoria" le da a esta, su valor. Tal indicación de "hipó-
Buenos Aires, 1997, p. 46. tesis provisoria" la ubica en terminos "de un movimiento".
29 35
Nestor Perlongher, El negocio ...,op. cit., p. 229. Ibid., p. 176.
30 36
Ibid., p. 220. Perlongher se apoya en Pascal Bruckner y Alain Finkielkraut, El nuevo desorden amoroso, Nestor Perlongher, El negocio ...,op. cit., p. 178.
37
Barcelona, Anagrama, 1979, p. 133. Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española, http:llwww.rae.eslnivel2lrecur- ,
31
Ibid., p. 221. sos.htm, usándose para esta oportunidad las versiones digitalizadas de los años 1739 y 1992.
U N A SEXUALIDAD ERRANTE 33

~ t i m o l ó ~ i c a m e n ten
e , ~lengua
~ italiana, el adjetivo saldo ("entero", "intac- Como lo indica la etimología: del so'lfdus, esa moneda de oro indivisible
to'', "firme", "recio")39es una alteración fonética de soldo, procedente del latín cuya solidez hace del sodo y el soldo la firmeza que los caracteriza, la dureza
tardío ~6Ifdus.'~Por su parte, so'Ifdus hace referencia a "cierta moneda de "que no cede", un saldo se produce por la vía regia de un juego de lengua-
del que deviene el adjetivo clásico 42solidus, "sólido", del cual, como de- je,45quehace de su dureza, un desecho.
cíamos, proviene soldo, y de ésta, sueldo. Saldo y sueldo comparten un mis-
mo origen etimológico.

El hacer rnicht oferta en esos cuerpos provocativamente machos la exube- A modo de colofón
rancia de la virilidad, el placer de una verga entumecida. Y es respecto de un
conjunto de semas, de sentid~C,"'~ue los cuerpos derivan en esta errancia
sexual. Pero no es todo. Perlongher dirá que su campo de investigación, lejos de considerarse como
La práctica miche produce, más allá del contrato inicial ofrecido por la vi- el estudio de una "comunidad", trata el abordaje de ciertas prácticas sexuales.
rilidad impostada, esta "multiplicidad de contratos derivados", de intensida- Que su tesis acerca de la práctica miche esté construida, no sólo a partir del
des "suplementarias". La conversión de "intensidades libidinales en signos estudio de un conjunto de textos, de una diversidad de autores, sino además,
monetarios" encuentra en ese goce irrecuperable un saldo, constituido, y a su que participe de las vicisitudes relativas al "callejeo", hace que su investiga-
vez producido en esta práctica sexual "paria"." ción quede sometida a las "marcas de esa práctica". Como él lo expresa:

38
Joan Corominas, Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana, Vol. 111 y IV, Madrid, Edito-
Que un estudio sobre lo real lleve en su construcción las huellas de ese mismo
rial Gredos, 1974. real debería, tal vez, aliviarnos más que avergonzarnos.46
39
Según el Diccionario Nuovo Dizionario Spagnolo-Italiano e Italiano-Spagnolo, de Ambruzzi, 7a ed.,
Torino, Paravia 8r C., 1973, el italiano saldo significa: sólido, firme, estable, resistente, robusto. Una Su especificidad metodológica enfoca esa zona oscura e itinerante que no
segunda acepción refiere a saldo en el sentido de una liquidación, sea de una cuenta o de una deuda. era la Atenas de la Grecia Arcaica. Se trata de otro conjunto de problemas, del
Además, saldo de mercaderías, restos. Actudmente la lengua literaria distingue, aunque no siempre,
entre saldo y sbdo, que significa "duro, que no cede", y ambas formas se encuentran desde los orígenes estudio de una erótica con otros hilos sociales, culturales, políticos, produci-
del idioma literario. dos en el litoral de cierta lengua, y de los efectos de ese Eros al que sus investi-
40
Ibíd.; pero la "a" tónica es anómala. Por otra parte, Migliorini supone que saldo es debido a un cruce gaciones quedaron sometidas: un Eros-paria. Un Eros provocador de una
de solidus con validus, pero como este no ha dejado descendencia romance, este cruce ya habría podido marginalidad que resiste a que cada nueva intensidad percibida sea captura-
producirse en latín. Esto último Corominas no lo considera verosímil, salvo a que entre los cultos,
ayudara a consolidar la ultracorrección. Corominas considera decisiva una ultracorrección en relación da, y traducida, a una identidad cualquiera. De allí, la cercanía y diferencia
con la vocalización de la "L" preconsonántica, con la velarización de la "A" ante la "L", que se nota ante con algunos textos ligados a su preocupación fundamental: la cuestión de la
todo en Lombardía. Es decir: saldo obedecerá a una ultracorrección de sodo, y soldo, según el modelo de identidad sexual. Así, el estudio de esta "sexualidad paria", en los márgenes
caldo frente al alto italiano coldo.
del modelo igualitario gaylgay, se inscribe a modo de debate con aquellos
4 1 Esta moneda de oro romana tenía la particularidad de conformar una unidad indivisible. Al punto
que, a fin de los intercambios comerciales se debieron crear otras monedas que fueran la mitad, el textos que culminan pisando el suelo de otra identidad.
tercio, del solidus de oro.
42
Sueldo tiene tres acepciones: las dos primeras remiten a la antigua moneda romana. La tercera a Tomamos nota de que el camino que abrió Lacan exige durante diferentes
remuneración asignada a un individuo por el desempeño de un cargo o servicio profesional. Una locu- tramos de su recorrido la puesta en cuestión de la identidad. Así, y en lo con-
ción adverbial: a sueldo, es la que remite a retribución fija.
43 cerniente al sujeto, el 13 de noviembre de 1968, durante la primera sesión del
Jacques Lacan, seminario, Les non-dupes errent, sesión del 1 1 de junio de 1974, inedito.
44 seminario D'un Autre a 1' autre (inédito), habrá dicho: (...) el signíficante, bajo
La palabra "paria", tan ligada a nuestro estudio de la "sexualidad-deriva", encontró, no hace mucho,
un pasaje: "(...) En relación con la cultura y su malestar. ¿Me creería si le digo que no tengo la cultura en
el diván? El psicoanálisis es una experiencia limitada, metodológicamente regulada, cuyo dispositivo ha puntos en común Lacan, Foucault. Así: Jean Allouch, Entrevista a Jean Allouch, entrevistado por Gra-
sido establecido por un Freud incitado por algunas jóvenes que desde luego estaban inmersas en una ciela Graham, Imago, Agenda, No 41, Buenos Aires, Editorial y Librería Letraviva, julio de 2000, p. 32.
cultura, pero esta misma cultura las rechazaba, y las transformaba en parias. Otro punto en común con 45
Foucault: el psicoanálisis se pierde si no se acerca a los parias". Se trata de una entrevista que realizó Nos referimos a que s d d o obedecerá a una ultracorrección de sodo y soldo.
46 Nestor Perlongher, El negocio del deseo ..., op. cit., p. 36.
Graciela Graham a Jean Allouch. El recorte aquí trascripto es el final de la entrevista. Su contexto: ciertos
cualquier forma que sea que se produzca, en su presencia de sujeto, bien enten- ción". No se trata de tomar partido por una "afirmación", homo, hetero o
dido, no podría reunirse en representante de significante sin que se produzca bisexual, sino "que corre en el sentido de la disolución"." La tensión que esta
esta pérdida en la identidad, que se llama, hablando propiamente, objeto petit paradoja hace jugar encuentra a Weeks bajo el golpe de una resolución posi-
a. En este tramo, hace entrar una vez más la fórmula canónica del significante: ble, a modo de afirmar una elección. Perlongher, por su lado, sostiene una
lo que representa un sujeto para otro significante -un significante no podría "disolución" de cualquier afirmación de identidad.
representarse a él mismo (lui-mime)-, y pone el acento sobre esta pérdida Pérdida de identidad que encuentra un tiempo de-fusión con la margina-
"en" la identidad, a la que llama objeto petit a. Es decir, en tanto pérdida, la lidad y lo paria. Un goce de intensidades irrecuperables. Un goce perdido,
identidad no podría encontrar albergue alguno en el objeto petit a, y volver de CUYO saldo es un "excedente". (...) Bueno, incluso es quizás eso lo que hay que
este modo sobre ese "él mismo" (lui-mime). En esta sesión, y a la cuenta de pagar. 50
dicha fórmula, dice estar "sorprendidoJ': Estoy sorprendido de que aún nunca
nadie haya notado al respectd'lo que resulta de ello como corolario: que un Para concluir, transcribimos aquí la airada reacción de un cliente, joven
signijkante no podría representarse a él mismo (lui-mime). Y avanza -el tra- dentista que yendo en busca de los placeres de una verga entumecida, trans-
mo sigue siendo ese 13 de noviembre de 1968- que en la teoría de Freud, en formó su pedido, durante el tiempo de ese encuentro ocasional, y anónimo,
cuanto a la repetición: (...)nada es ident$cable a ese algo que es el recurso al por el de ser homenajeado con la entrega del culo por parte del micht: "jDe
goce en el cual, por virtud del signo, algo distinto viene a su lugar; es decir, el ninguna manera sos macho! ¡Vos sabés perfectamente que sos tan homosexual,
trazo que lo marca no puede producirse sin que un objeto se haya perdido allí. 47 como cualquiera de nosotros!;Basta de hacerte el macho!"
El sujeto queda "sofocado", dirá Lacan, "borrado inmediatamente al mismo Acorralado por las acusaciones de este cliente irritado que le echa en cara
tiempo que aparecido", "no idéntico, en adelante, a él mismo". Una desperso- la mariconería manifestada en no rendir ese homenaje de la entrega del culo,
nalización -propia de la cuestión sexual-, un desprendimiento que no provee incluso a cambio de una abultada paga, el joven miche, al igual que su cliente,
refugio a ningún "él mismo" (lui-mime) que permitiera hacer resurgir dicha estalla: "Carajo, me estoy volviendo loco (...) Ya no sé qué carajo soy (...) Si soy
identidad. Otro tanto en lo que respecta al Ideal del yo, en su esencial incom- hombre o si soy marica o qué carajo soy. Yo no soy yo, yo no sé lo que soy (...)":
pletud: éste no da refugio a ninguna identidad sexuada. Así, (...) el sujeto impasses de la práctica deseuntefrente a los imperativos de la ident$cación."
siempre representado por un signifrcante para otro, se concibe, él, como extran-
jero a todo "él mismo". Sus aparejos objetales continúan manteniéndolo fuera
de identidad

En El negocio del deseo... mantiene un debate con Jeffrey Weeks. Este es-
cribe: "( ...) para el hombre joven que se prostituye, la elección que se le pre-
senta emocionalmente es conservar un concepto convencional de sí mismo
(...) o aceptar una identidad homosexual...", elección que se presenta ante lo
que Weeks llama una "crisis de identidad". Perlongher dirá que la paradoja de
la práctica micht -es decir, acentuar el porte fálico en el sentido identitario de
la masculinidad, y por tanto, "ser considerado heterosexual", aunque su 49
Ibid., p. 172. El texto que discute Perlongher es: Jeffrey Weeks, Inverts, Perverts and rnary-annes. Male
práctica en la prostitución sea "técnicamente homosexual"-, esta "crisis de Prostitute and the regulation ofholnosexualip in England in the nineteenth and the early twentieth centu-
identidad", como la definiría Weeks, no tiende "necesariamente a la resolu- ries, en Journal of homosexuality, vol. 6 (1 / 2) The Haworth Press, 1981, p. 130.
50
Jacques Lacan, seminario L'envers de lapsychana2yse, sesión del 26 de noviembre de 1969, inédito. Cf.
Jean Allouch, L' "intensification du plaisir" (Foucault) est un "plus-de-jouir" (Lacan), Acheronta No 10,
47 http:llwww.acheronta.org, diciembre de 1999, p. (de impresión) 11.
Jacques Lacan, seminario D' un Autre d 1' autre, sesión del 13 de noviembre de 1968, inédito. La tra-
51 Néstor Perlongher, El negocio..., op. cit. , p. 174. Cf Gasparino Damata, Os solteiroes, Río de Janeiro,
ducción nos pertenece.
48 Pallas, 1975. Un ano después, en 1988, Perlongher publica un artículo en la revista Fin de siglo, en su No
Guy Le Gaufey, Trois versions de 1' identitépersonnelle: Locke 1 Freud / Lacan, l'unebhue NO 15, París, 16, titulado "Matan a una marica". En este artículo hace una precisión sobre que (...) la inflación orgiás-
EPEL, 2000. La traducción del parágrafo de este texto responde a la versión en espaiiol, publicada en tica de la gay liberation (parecía) haber perdido (...) el rigor de su vigencia ... Se trata para Perlongher
este volumen. (...) de reactualizar, en una palabra, el problema del culo.

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