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ALPARGATAS PERA D. K.

EMPRENDIMIENTO 100% COLOMBIANO

En el año 2012, dos jóvenes colombianos se conocen y descubren que


tienen algo en común: el sueño de emprender algo grande. Gracias a este objetivo
deciden iniciar una relación en la cual siempre estará presente el deseo de
emprender, de iniciar un proyecto en pareja, de ser dueños de su propio tiempo y
planificar una vida a su manera. En el 2014, tras una intuición, después de que
ambos descubrieran el gran potencial que podían tener las alpargatas, deciden
realizar un plan de negocios que se convertiría en una exitosa empresa que, hoy
en día, tiene sucursales en distintas ciudades del país, realiza ventas
internacionales y es la empresa más grande de Pamplona, siendo el orgullo de su
municipio… ¿Cómo lo lograron?
Los protagonistas de esta historia son Katherine y David, fundadores de la
empresa Pera D. K. Katherine Ramón nació el 5 de agosto de 1990 en la ciudad
de Pamplona, Norte de Santander, y David Peñalosa el 19 de septiembre de
1987, en Tunja, Boyacá. Como Katherine estaba finalizando sus estudios en la
ciudad de Tunja, un día coincidió en una fiesta con David, y allí tuvieron la
oportunidad de conocerse gracias a un amigo en común. A partir de ese momento,
debido a una atracción mutua, empezaron a salir, y sus encuentros solían finalizar
en motivadas charlas sobre emprendimiento hasta la madrugada, donde ambos
manifestaban su entusiasmo por querer iniciar un proyecto propio, sin saber
exactamente de qué. Poco tiempo después decidieron iniciar una relación
sentimental y sus empleos les permitieron coincidir de nuevo, esta vez en
Aguazul, Casanare, donde Katherine trabajó como fonoaudióloga y David como
ingeniero electrónico, ambos en el sector de hidrocarburos.
Durante su estadía en Aguazul vivieron tranquilamente en pareja, sin
mayores preocupaciones: el dinero de sus trabajos lo gastaban en viajes, ropa,
eventos, restaurantes y demás planes, lo que no les permitía ahorrar demasiado.
No obstante, el deseo de iniciar un proyecto empresarial en pareja seguía latente,
creciendo fuertemente en su imaginación, por lo cual planificaban muchas cosas
juntos. Desde inaugurar una heladería o un bar, hasta un local de videojuegos
para adolescentes, lleno de “maquinitas” para pasar la tarde. Finalmente, en el
año 2014, gracias a unas alpargatas que le obsequió David a Kathe con el diseño
de Mickey y Minnie Mouse, tuvieron al fin una revelación. Iban caminan por el
aeropuerto El Dorado, después de llegar de un viaje, y se dijeron, al ver que el
calzado de Kathe llamaba mucho la atención entre la gente, ¿por qué no hacer
de las alpargatas nuestra idea de negocio? De esta manera, con toda la
determinación que les dio la iniciativa, llegaron a su ciudad a solicitar un préstamo
bancario de, aproximadamente, 3 mil dólares, corriendo el riesgo que muchos no
se atreven a correr y que resulta siendo fundamental en el crecimiento de muchos
empresarios; es decir, el de ser audaces y solicitar préstamos en lugar de dejarse
vencer por las dudas y el miedo. O como dicen, a modo de broma, David y Kathe:
“¡Brutos pero decididos!”. Con fe y sin temor al fracaso.
Decidieron que 2700 dólares serían invertidos en la fabricación del calzado
y 300 serían destinado al pago de las cuotas de la deuda. Se pusieron en contacto
con muchas fábricas de calzado desde el mismo día de su llegada, y entablaron
una relación con una fábrica de Barranquilla, y con ella lograron llegar a un
acuerdo. ¿Qué efectos trajo el acuerdo? Que cinco cajas grandes de alpargatas
se apilaran en su aparta-estudio de Aguazul poco tiempo después, sus primeras
alpargatas con el logo de “Pera D. K.”, nombre que nace de la unión de sus
propios nombres: “pe” de Peñalosa y “ra” de Ramón; “D” por David y “K” por
Katherine. Nombre con el cual empezarán a medir sus múltiples logros en “peras”,
con esta fruta común en todos los hogares, que será una de sus imágenes
emblemáticas. Daniel y Kathe, con mucho esfuerzo y disciplina, lograron vender
todos sus primeros productos recurriendo a las redes sociales, pero también
recorriendo las calles y vendiéndolos puerta-a-puerta en su Mazda 626, su fiel
“Ranger Blue”, como ellos lo bautizaron, todos los días al salir de sus trabajos.
El negocio surgió oficialmente el 3 de noviembre de 2014 y su principal
medio para publicitarse fue a través de las redes sociales, principalmente
Facebook e Instagram, donde el producto tuvo una gran acogida y los seguidores
crecieron rápidamente. Los diseños de las alpargatas siempre han sido
elaborados por ellos mismos, siempre fieles a sus principios: comodidad, gran
calidad, 100% colombianos y con un estilo fresco y moderno, alpargatas
contemporáneas para todo tipo de personas. Como el negocio empezó
tempranamente a ser próspero, decidieron renunciar a sus trabajos y mudarse a la
tierra natal de Kathe, a Pamplona, debido a que resultaba estratégicamente
beneficioso establecerse en una zona con un alto reconocimiento en la fabricación
de calzado, cerca de Cúcuta y Bucaramanga, dos ciudades exponentes en este
escenario industrial. A pesar de todo, el paso no fue fácil de realizar, muchas
dudas y temores surgían por todos lados, como el miedo a quedarse
desempleados, el cambio de región y las opiniones de sus propias familias, que se
mostraban un poco escépticas. Sin embargo, debido a su admiración por el
emprendedor Juan Diego Gómez, el cual los llenaba de ilusión con los consejos
de sus videos, los motivó a dar decididamente el paso final. Como Kathe y David
desarrollaron un gran interés por el contenido sobre emprendimiento y finanzas en
la web, un día descubrieron a otro de sus importantes referentes: el blog
Negocios y Emprendimiento de Javier Díaz.
Durante todo el año 2015 la empresa se dedicó a una misma dinámica,
trabajando en compañía de la industria barranquillera con la que se asociaron
desde un principio, esperando la oportunidad para tener el suficiente capital para
dedicarse también a la fabricación de su producto. Por suerte, la fortuna estaría de
su lado.
En vista a la nueva situación económica de la pareja emprendedora,
decidieron convertirse en los fabricantes de su propia mercancía en el año 2016,
estableciendo su primera fábrica con 5 empleados, lugar en el que día tras días
ensayaron la forma de ofrecer mayor calidad con sus nuevos medios técnicos, y
en donde aprenderán a llevar una juiciosa vida financiera, pues los años de
experiencia les enseñarán el valor de la inversión responsable y de los cuidados
que deben tener con los “gastos hormiga”; es decir, con esas pequeñas
compras que parecen “inofensivas”, pero que al final terminan cobrando una
factura grande. Por tal motivo los primeros años de la naciente empresa son de
moderación y de reinversión de todo lo que se gana. Así, a final de año logran otro
importante paso: el 3 de noviembre inauguran su primera sucursal, su primer
almacén físico en la ciudad de Yopal, y el 18 de noviembre abren su segunda
tienda en Medellín.
Sin embargo, en el camino de todo emprendimiento siempre hay grandes
obstáculos, y Pera D. K. tendrá que enfrentar sus propios inconvenientes. El día
en que Kathe y David arribaron a su casa en Pamplona, después de la
inauguración de su tienda en Medellín, los recibió una terrible noticia: en su
ausencia fueron robados. Toda su fábrica fue saqueada y destruida, el trabajo de
años de instalación hecho añicos. ¿Cómo podrían sobreponerse a una tragedia
así? Gracias a la convicción en su proyecto y al apoyo mutuo que los une y que
une a todo su equipo de trabajadores, de los cuales ninguno fue despedido por
seguridad o sospecha de complicidad en el robo, lograron recuperar lo perdido en
unos pocos meses. Su estrategia se basó en contactar a los proveedores y
prometer el pago por los equipos técnicos y la materia prima tan pronto como
tuvieran nuevos ingresos, garantía respaldada por largos años de puntualidad en
pagos, lo cual fue suficiente para los proveedores. En virtud de este efectivo plan,
la empresa logró cumplir con la elevada demanda de sus productos en el mes de
diciembre y salvar las finanzas de la empresa.
Otro de los conflictos que tuvieron que enfrentar se debió al crecimiento de
su fábrica, ya que en una oportunidad tuvieron problemas legales por una acción
de tutela, lío que los pudo haber llevado a la cárcel. ¿Cuál era el motivo? Que la
fábrica-casa necesitaba adecuar su tamaño a causa del número de empleados y
maquinarias que tenía, y no le era permitido operar como estaba implantada.
Estos inconvenientes y otros relacionados con su nueva posición como sujetos
jurídicos y no legales, por asuntos relacionados con pagos de impuestos y
declaraciones, los llevaron a contratar un contador público, pues se dieron cuenta
a tiempo de que estaban ignorando un gran número de problemas que surgen con
su crecimiento, y que por tal motivo necesitaban nuevos expertos que se
encargaran de los asuntos legales y financieros. Naturalmente, después de estas
medidas todo fue solucionado con precisión, e incluso el número de fábricas
aumentó a tres, las cuales no se encargaron desde entonces a producir sólo su
producto insigne, las modernas alpargatas, sino una serie de nuevas mercancías:
jeanes, bodies, vestidos de baño, medias y leggins. Otras nuevas incorporaciones
fueron las alpargatas con plataforma y el cambio de plantillas para ofrecer mayor
comodidad en el calzado. Así en lugar de haberse visto reducidos por los
obstáculos, supieron salir adelante con mayor éxito. Como dice el mismo David
Peñalosa: “Los emprendedores nunca perdemos, siempre aprendemos”.
El 2017 fue un año muy significativo en el progreso de Pera D. K. Fue un
año en el que Kathe y David acudieron a muchos encuentros y conferencias de
emprendedores, tanto para enseñar como para aprender. Además, el
reconocimiento de la empresa posibilitó, más tarde, que Kathe y David fueran
entrevistados en Teleantioquia, lo cual les dio mayor visibilidad en la región. Pero
este emprendimiento no sólo se propuso la venta nacional, pues, desde este
mismo año, la empresa exporta sus productos a países vecinos, lo que en la
actualidad se traduce en una clientela en países como Argentina, México,
Ecuador y Estados Unidos, entre otros. De hecho, como manifiesta la pareja en
sus redes sociales y en su canal de Youtube, una de las próximas metas de la
empresa es conquistar territorio europeo, que sus alpargatas y demás productos
logren cruzar el Atlántico y darse a conocer en otros territorios, con prendas
colombianas de excelente calidad. Finalmente, ya en el año 2018, Pera D. K. pudo
expandirse y abrir una nueva sucursal. Esta vez en su propio territorio: Pamplona.
Actualmente, las cosas van mejor que nunca. Pera D. K. logró inaugurar
otra sucursal en el país, esta vez en la ciudad de Cali, el 23 de agosto del 2019, y
también ofrecer una cobertura nacional que va de punta a punta, desde La
Guajira hasta el Amazonas, para que nadie se quede sin la posibilidad de calzar
sus novedosos diseños. Asimismo, gracias a este reconocimiento expandido por el
país y otras naciones, hoy en día las redes sociales de Pera tienen más de un
millón de seguidores que visualizan e interactúan con las interfaces de la
empresa.
Como la crisis sanitaria por el coronavirus puso grandes dificultades a todos
los emprendedores latinoamericanos, Kathe y David no fueron la excepción, y
desde un principio vieron las circunstancias como un reto. Es así como, en lugar
de tener que despedir a decenas de sus trabajadores, decidieron reubicarlos en
diversas funciones para que siguieran siendo parte de la empresa y poder
mantener sus sueldos, razón por la que Pera D. K. inyectó una generosa cantidad
de dinero para mantener todo a flote, sin tener que dejar a nadie sin su trabajo, lo
cual es un principio muy importante para la empresa, ya que si algo les ha
interesado con su proyecto es la posibilidad de generar empleo, no solo dentro
de las fábricas, sino ofreciéndole a personas desempleadas la oportunidad de
comprar al por mayor para iniciar un comercio minoritario. Primordialmente se trata
de madres cabeza de familia y de jóvenes universitarios en busca de
oportunidades, los cuales pueden obtener ganancias de hasta el 50% por venta.
Otra estrategia para hacerle frente a la pandemia fue la de adaptar su
producción a las necesidades actuales, motivo por el que hoy la empresa realiza
diversos tapabocas con diseños originales de la marca, lo que demuestra el
sentido de la responsabilidad social de la empresa. Además, todos los tapabocas
poseen una gran calidad garantizada y son confeccionados con materiales
producidos en Colombia. Gracias a estas medidas hoy son una “perafamilia” de
más de 120 trabajadores, tres fábricas, cuatros tiendas físicas y la empresa
más grande que conoce el municipio de Pamplona, en el Norte de Santander.
Bueno, y también Peri y Happy son parte de la “perafamilia”, sus queridas
mascotas que hacen parte del logotipo, y “Ranger Blue”, el automóvil que cargó
miles de alpargatas que vio surgir el sueño de dos emprendedores. Hoy por hoy,
la pareja se dedica a gerenciar su empresa y la supervisión de procesos.
Así concluimos la historia de Kathe y David, de estos dos jóvenes
emprendedores que con su iniciativa han dado oportunidades a cientos de jóvenes
más, y todo logrado con mucho esfuerzo y trabajo. En palabras de la propia
Katherine:
“emprender no es fácil, es de pasión, es de sacrificios. De mucha
disciplina, empatía y responsabilidad”

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